Por temor, en Junín cambian los hábitos

En Necochea piden un control de armas ... dez, visitó Necochea, el hombre le en- tregó su propuesta en mano ... Mariano Kloster y acaba de conse- guir salidas ...
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Información general

Lunes 11 de febrero de 2008

LA NACION/Página 9

Crisis de la seguridad en Buenos Aires: los vecinos y comerciantes se arman y colocan rejas en sus casas

Por temor, en Junín cambian los hábitos Malestar porque no se detienen los delitos

Continuación de la Pág. 1, Col. 2

un golpe. Ahora, una ola de asaltos en el campo y en el centro de la ciudad desencadenó los reclamos vecinales y el temor. Suárez es uno de los comerciantes que han sufrido reiterados robos y que en las últimas horas se plegaron a la demanda vecinal por la falta de seguridad. El ha decidido armarse para evitar que le vuelvan a robar. “La semana pasada, por la madrugada, levantaron las rejas del local, me rompieron la vidriera y se llevaron algunos MP3, cámaras de fotos, filmadoras y otras cosas por un valor que ronda los 10.000 pesos. Estoy indignado… No voy a permitir que me roben más. Yo ya hablé con mi abogado y tené la plena seguridad de que si me vuelven a robar, saco el fierro y le lleno el cuerpo de plomo”, dice.

De armas llevar El comerciante hace una pausa. Alza las cejas. Mira el revólver. Lo apoya en el mostrador. “Yo no tengo miedo –asegura–; tengo bronca. Hace cinco años pesqué a un chorro en el momento en que estaba entrando a robar. Saque el arma y lo corrí dos cuadras. Disparé un tiro al aire y el tipo se cagó todo. Eso sirvió para que en la zona no hubiera más asaltos durante cuatro años. Pero ahora las cosas están cambiando. Hay muchos robos y creo que no van a parar si nosotros no les demostramos que podemos cuidarnos.” Al igual que Suárez, hay algunos comerciantes que en Junín están armados para combatir el delito. Pero la mayoría prefiere mantener perfil bajo. No hablar del tema. No obstante, coinciden en que si los robos se repiten, los vecinos tomarán las armas, tal como sucedió en Tres Arroyos. Junín es una ciudad en crecimiento en la que viven unas 100.000 personas. Es de ese tipo de lugares del interior de la provincia de Buenos Aires donde todos duermen –o dormían– con las puertas abiertas y los padres no tenían que preocuparse cuando sus hijos salían. Bueno, eso era así hasta hace unos años. Los vecinos dicen que la cárcel que fue instalada a principios de los 90 sobre la ruta 188, en la entrada de la ciudad, ha traído “gente diferente” que visita a los presos y que contribuye a sembrar la inquietud entre los habitantes. “Hace unos tres años que la cárcel ha traído gente [familiares y amigos

SANTIAGO HAFFORD

Los comerciantes de Junín, hartos de los robos, reclaman que las autoridades tomen medidas contra la inseguridad; la policía patrulla en bicicleta

de los presos] que se instaló en la periferia de la ciudad. Eso coincidió con un aumento en la sensación de inseguridad. Entonces desde hace un año comenzamos a trabajar desde la Sociedad de Comercio e Industria de Junín, junto con los vecinos, para tener más seguridad”, explicó Julio Sans, secretario general de esa entidad. La Sociedad de Comercio fue la que el miércoles último organizó una marcha por las calles de la ciudad y el cierre de comercios durante una hora en reclamo de mayor seguridad. Fue así como el jueves último representantes de esa entidad, junto con el intendente Meoni, se reunieron en La Plata con el ministro Stornelli, que se comprometió a enviar refuerzos policiales y a visitar hoy esta ciudad. “Nosotros queremos más presencia de policías en la calle. Algunos

“Me intentaron robar dos veces el mismo día. Eran menores. Los sorprendimos a la 1, la policía se los llevó. Y regresaron a las 4” comerciantes por lo bajo hablan de zonas liberadas. Lo cierto es que entre las 2 y las 7 de la mañana no hay presencia policial en el centro de la ciudad”, dijo a LA NACION Sans. Y Fabián Carini añadió: “Mi comercio está situado a 150 metros de la comisaría. Y la semana pasada me intentaron robar dos veces en el mismo día. Eran menores. Los sorprendimos a la una de la madrugada cuando intentaban romper la vidrie-

ra. La policía se los llevó. Y regresaron a las 4. Ahí si rompieron la vidriera, pero no pudieron llevarse nada. Como eran menores gozaron de cierta impunidad y ahora siguen en libertad”.

“Ya no sabemos qué hacer” A Agustina Caso también la robaron dos veces en el término de una semana. Ella junto con su marido, tiene una joyería en el centro de la ciudad y un departamento detrás del local. “La primera vez rompieron la vidriera y se llevaron todo. Los vi, pero no pude hacer nada. Perdí 800 pesos en mercadería. A la semana, regresaron por más. Yo estaba sola en el fondo, descansando, porque estoy embarazada. Entonces oí ruidos en el local. Era de noche y estaba cerrado. Pensé que se tra-

Nuevas medidas de seguridad en la costa

En Necochea piden un control de armas

Se creará un mapa del delito en la zona

El reclamo que impulsan los Marcenac Por Darío Palavecino Enviado especial NECOCHEA.– No piden la cabeza de funcionarios, sino ajustes urgentes en el sistema de seguridad. Pero por sobre todas las cosas reclaman que haya un control oficial de armas. La comunidad de esta ciudad está movilizada. Aquí y allá se organizan reuniones y se lanzan propuestas con un objetivo común: encontrar seguridad y justicia para la población. El matrimonio que componen Mónica Bouyssede y Adrián Marcenac, padres de Alfredo, el adolescente asesinado en el barrio Belgrano de la Capital en junio de 2006, se ha puesto a la cabeza de los reclamos. Y a diferencia de lo que ocurre en Tres Arroyos, donde los vecinos se arman y organizan en defensa propia, exigen la remoción de jueces y fiscales del distrito, los necochenses impulsan un control de armas y reclaman cambios urgentes en el sistema. “Aquí hay una legislación que no da respuestas y son necesarios algunos cambios”, dijo Marcenac a LA NACION. La semana última, cuando a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, visitó Necochea, el hombre le entregó su propuesta en mano.

Es que el vecindario está preocupado porque los delitos se repiten y de tanto en tanto provocan sustos mayores. Como un reciente y violento asalto que terminó con una anciana internada, víctima de una paliza brutal a manos de un grupo de delincuentes que la sorprendió en su casa. Otro episodio, de características inéditas, involucró a una banda que a media tarde ingresó en un comercio céntrico, redujo a los empleados y a los clientes y los mantuvo como rehenes durante casi veinte minutos. “Le dispararon al dueño del local cuando intentó perseguirlos”, contó Cintia Conti, empleada de La Casa de los Negocios y una de las víctimas del golpe.

Tres robos Otra que sabe y bien de sufrir delincuentes es Romina Merzario, que tiene un polirrubro y ya la asaltaron seis veces en dos años, la mitad en los últimos 60 días. “Ya ningún seguro me quiere cubrir mi comercio”, se lamenta. Los autores de los hechos fueron casi siempre menores de edad. “A los pocos días andan por acá otra vez”, se queja. Las facilidades de los delincuentes para volver a las andadas, aun luego de haber sido capturados, son el mo-

taba de una pesadilla, pero no: habían entrado de nuevo. Y ahora en el local. Se llevaron joyas y relojes por un valor que supera los 3000 pesos. Ahora no sé qué voy hacer”, se lamentó la mujer. Sans dice que si la policía no hace nada, los comerciantes no pagarán la tasa de seguridad que el municipio destina a ese rubro. Es un impuesto que pocos municipios bonaerenses tienen y que reemplaza las cooperadoras policiales. “Gracias a los fondos de esta tasa se ha logrado comprar un patrullero y también mejorar el equipamiento. Son unos 100.000 pesos. Pero ahora vemos que los patrulleros están rotos y que hay poca policía en la calle. Lo único que queremos es que Junín vuelva a ser una ciudad segura y que nos devuelvan la tranquilidad”, concluye Sans.

Otra vez la inseguridad inquietó a la ciudad de Junín. En los últimos días, nuevos atracos a comercios y supermercados aumentaron el temor entre los vecinos. Anteayer, dos personas jóvenes, a mano armada, robaron el supermercado Ahorro Max 2, situado en la calle Rivadavia 1333, en la zona noreste de esa ciudad. “¿Podría tratarse de la banda de los supermercados?, especulaban anoche los investigadores del caso”, según publicó el diario La Verdad, de Junín. El matutino agrega que “podría suponerse que se trata de una banda si se tiene en cuenta que es el tercer comercio del rubro robado en lo que va de la semana, y con similar modus operandi”. Según relata en sus páginas ese diario, dos ladrones armados redujeron al personal y se llevaron el dinero que había en las cajas registradoras. El hecho sucedió minutos antes de que se cerraran las puertas del comercio, cerca de las 22, cuando dos sujetos jóvenes y a cara semicubierta irrumpieron en el local y amenazaron a las cajeras, a quienes les apoyaron los revólveres en la cabeza. Este no fue el único episodio delictivo en Junín en las últimas horas, donde desde hace semanas recrudecieron los robos en los comercios céntricos. Incluso hubo reclamos y marchas para pedir mayor seguridad. Días atrás, dos adolescentes, uno de 15 años y otro de 16, fueron detenidos por el personal de la comisaría 1ª de esa ciudad luego de robar y provocar daños en el local comercial Terziani Colchones, situado en la esquina de Rivadavia y Malvinas Argentinas, en la zona céntrica de la localidad. “Los delincuentes irrumpieron en el lugar durante la madrugada y se llevaron mercadería”, indicó el diario Democracia, de Junín.

MAURO V. RIZZI

A Romina Merzario la asaltaron tres veces en dos meses

tivo principal de los cuestionamientos por aquí. “El Estado no puede estar ausente y debe convocar a especialistas para ver qué modificaciones hay que aplicar para que esto cambie”, destaca Marcenac. Por ejemplo, califica de “aberración” el beneficio que un juez acaba de conceder a César Luvio, que en 2003 mató aquí al joven Mariano Kloster y acaba de conseguir salidas transitorias de la cárcel de Batán, donde cumple una condena de 22 años. “Si sus familiares quieren verlo, yo les pago el pasaje, pero quien mató a mi hijo debe estar en su lugar: pre-

so”, advierte Susana Kloster, madre del joven asesinado. En Tres Arroyos los vecinos se arman y forman patrullas para protegerse. Aquí, en cambio, los Marcenac acercaron a la Presidenta una propuesta para que el Estado genere conciencia en la comunidad sobre los riesgos de la tenencia y el uso de armas; controle el uso, la tenencia y la fabricación ilegal de armas y reafirme su presencia en procura de la seguridad pública. Es un aporte que, dicen los Marcenac, hacen desde su lugar de “víctimas del descontrol del Estado en el manejo en materia de armas de fuego”.

Tras la firma de un convenio entre la Municipalidad de la Costa y el Ministerio de Justicia bonaerense, se puso en marcha la creación de un mapa del delito para combatir la inseguridad en el Partido de la Costa. “Esta medida nos va a permitir tener un mejor análisis de lo que sucede en el distrito”, dijo a LA NACION el intendente Juan Pablo de Jesús. El Partido de la Costa está formado por 12 localidades en las cuales viven cerca de 70.000 personas. Según Jesús, el mapa del delito es una prueba piloto en el distrito, que tiene como objetivo conocer las zonas más vulnerables a la inseguridad. Además, en una segunda etapa, se instalarán 70 cámaras de vigilancia en los accesos y principales calles de las localidades. Esta medida requerirá una inversión de 150.000 pesos y un costo de mantenimiento de 200.000 pesos mensuales.

Otra iniciativa del intendente para combatir la delincuencia en su distrito será la adquisición de 20 móviles para patrullar de manera preventiva las calles. “Para esta tarea, convocaremos a personal retirado de las fuerzas de seguridad”, explicó Jesús. También propuso la creación de un sistema de alarmas en los establecimientos educacionales, para prevenir los robos en las escuelas. Para complementar la función de la línea gratuita ya existente, mediante la cual los vecinos de la zona pueden denunciar delitos graves, sobre todo relacionados con la droga (0800-3331230), Jesús destacó la necesidad de transformar el Partido de la Costa en una subzona de asistencia de la línea 911. “En lo que respecta a la seguridad, hace falta compromiso –indicó–. No puedo mirar a otro lado y decir que esto no es una tarea que le corresponda a un intendente.”