Parábolas del tesoro y de la perla - palabrayobra.org

5208 3200 ext. 2020. Síguenos en twitter.com/palabrayobra y en Facebook: Palabra y Obra. EVANGELIO (Mateo 13, 44-52). Parábolas del tesoro y de la perla.
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Plegaria Universal 1. Padre que tanto nos amas, permite que toda tu Iglesia, que está formada por cada uno de nosotros, encontremos el maravilloso tesoro de tu Reino y estemos dispuestos a darlo todo, con tal de tenerlo. Te lo pedimos Padre. 2. Padre que tanto nos amas, permite que el Papa, los obispos, los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los diáconos, sean los que nos anuncien y muestren la perla de mayor valor, que es tu Reino. Te lo pedimos Padre. 3. Padre que tanto nos amas, permite que los gobernantes de todo el mundo, puedan distinguir entre todas las perlas, la de mayor valor. Te lo pedimos Padre. 4. Padre que tanto nos amas, permite que los enfermos y todos los que sufren, aprovechen este tiempo de dolor para ser mejores discípulos de Jesús, que no abandonan lo bueno que ya tienen, sino que lo aumentan. Te lo pedimos Padre. 5. Padre que tanto nos amas, permite que María, nuestra Madre interceda por nosotros para que podamos hacer sólo cosas buenas y las hagamos por amor. Te lo pedimos Padre. Erika M. Padilla Rubio

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Subsidio para la Catequesis y la Misa con niños | 30 de julio de 2017

porque no ven el vidrio que se los impide, que es la verdadera felicidad. Parece que teniendo ojos, no pueden ver que sólo estando con Jesús y siguiéndolo a Él serán felices. Jesús quiere que igual que las moscas, dejemos de buscar lo exterior y de golpearnos con el vidrio, para que nos convirtamos. Es decir, quiere que demos la media vuelta y volemos hacia el otro lado, donde Él está y puede sanarnos. Usemos nuestros ojos y nuestros oídos para ver y escuchar a Jesús y así sí lograremos ser felices. José Luis Padilla De Alba

EVANGELIO (Mateo 13, 44-52)

Parábolas del tesoro y de la perla

Bizy

Orejita

Bizy: Jesús nos va a dar más pistas para descubrir cómo es el Reino de Dios. Orejita: Jesús dijo: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel». Bizy: ¿Qué encontró el hombre? un tesoro.

¿Qué es un tesoro? ¿Cómo crees que es un tesoro? ¿Cuánto crees que vale un tesoro? ¿Qué hizo el hombre cuando lo encontró? Lo escondió y vendió todo lo que tenía para comprar el campo. ¿Entonces el tesoro sería de gran valor y hermoso? ¿Cómo se habrá sentido el hombre cuando lo encontró? ¿Por qué Jesús lo compara con el Reino de Dios? ¡Es tan maravilloso encontrar el Reino de Dios, que uno está dispuesto a todo, incluso a negarse a sí mismo, para poder entrar ahí! Orejita: «También es semejante el Reino de los Cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».

Parábola de la Red: Orejita: «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes». Bizy: La red tiene peces buenos y malos, lo mismo pasa en el mundo, hay buenos y malos. Sin embargo, en el Reino de los Cielos, sólo pueden entrar los buenos. ¡Esforcémonos por quitar de nuestro corazón todo lo malo! Orejita: Luego Jesús les dijo: «¿Han entendido todo esto?» Le dijeron: «Sí». Y Él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de su arca cosas nuevas y cosas viejas». Bizy: Los escribas son las personas que conocen muy bien los escritos de la Ley y de los Profetas y por eso Jesús sabe que esas palabras toman un sentido mucho mayor cuando se hacen discípulos de Jesús, pues no abandonan lo bueno que ya tenían, sino que lo aumentan. Orejita: Lo mismo pasa con los niños que antes de conocer a Jesús, ya se portaban bien, sin embargo, después de que lo conocen, su buen comportamiento no es sólo por cumplir con sus papás, sino por amor a ellos y a Jesús. Bizy: ¿Tú ya pensaste qué cosas malas haces que tienes que evitar? Orejita: ¿Y cuáles son las cosas buenas que ya haces, pero que con Jesús serán mucho mejores? Erika María Padilla Rubio

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Héroes entre nosotros:

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Bizy: ¿Qué hace el comerciante? Va en busca de perlas preciosas. ¿Y conocía de perlas? Sí, sabia cuales eran de gran valor. ¿Qué encontró? Una perla preciosa y de gran valor. ¿Esta perla sería diferente a las demás? Sí, hermosa. ¿Y quería tenerla? Entonces ¿qué hace el comerciante? Vende todo para comprarla. ¿Y cuando la compra se pone contento? ¿Y habrá cuidado esa perla? ¿Qué crees que nos quiere decir Jesús en esta parábola? Recuerdas que Jesús nos dice que su Reino es semejante a esa perla. Entonces ¿cómo crees que será el Reino de Dios? Hermoso y de gran valor. ¿Crees que nosotros podemos tener ese Reino de Dios? Sí. ¡Claro que sí! ¿Tú ya descubriste lo precioso y valioso que es el Reino de Dios?

Yo sí encontré un tesoro. Por eso, te quiero platicar mi vida. Soy Santa Teresa de los Andes. Yo nací en Santiago de Chile, un país de América del Sur. Mi familia era muy rica. Pero además era muy católica. Desde los 6 años iba casi diario a misa con mi mamá. A los 10 años hice mi Primera Comunión y desde ese día procuré comulgar diariamente y platicar con Jesús. Mi ilusión era parecerme cada día más a Jesús. Yo encontré el tesoro y por eso pensé que no importaba que tuviera que caminar hasta el fin del mundo, o hacer muchos sacrificios, si los hacía por Jesús. Por eso todas las cosas cotidianas las hacía con gusto para ofrecerlas a Dios. Por eso, pronto destaqué en mis clases de natación y de equitación (montar a caballo). Me gustaban mucho los deportes. Yo amo mucho a mi familia y pensé que nunca podría estar lejos de ella. Sin embargo, un día, en oración me di cuenta que tenía que vender todo lo que tenía para quedarme con Jesús. Él me dijo que quería que mi corazón fuera sólo para Él, y me regaló la vocación de ser religiosa. Así que como prueba para saber si yo era capaz de dejar a mi familia, terminé mis estudios internada en el colegio los últimos 3 años. Cada día sentía más necesidad de consagrar mi vida a Dios, así que al terminar la escuela, a los 17 años, entré al convento de las Carmelitas. Fui muy feliz ahí, aunque pasé poco tiempo en el convento, porque poquito antes de cumplir un año en el convento, Dios me llamó a estar con Él. Mi fiesta de 18 años la festejé en el Cielo. Desde entonces estoy al lado del Señor ayudando a los jóvenes a encontrar el Tesoro, y es por eso que me nombraron beata y tiempo después santa. Fue Juan Pablo II quien dirigió estas dos ceremonias, siendo así yo la primera chilena santa. Son cientos de personas las que visitan mi santuario pidiendo mi oración por ellos. Y Dios es tan grande y amoroso que nos escucha siempre. Por ejemplo, cuando un joven bombero murió en un incendio, yo le pedí a Dios que lo ayudara a vivir y volvió a la vida. También una joven se ahogó mientras nadaba y sus compañeras me pidieron que les ayudara a rezar para pedirle a Dios el milagro de resucitar a su amiga. ¡Dios la volvió a la vida! En los dos casos, los doctores se quedaron asombrados y sin poder dar ninguna explicación. Yo tengo mucho amor por ti y me gustaría preguntarte: ¿tú ya encontraste el Tesoro? ¿Has pensado en ir a misa no sólo los domingos, sino otro día entre semana? ¿Sabes que puedes echarle muchas ganas al estudio o a los deportes para agradecerle a Dios todo lo que te ha dado? ¡Recuerda el Señor nos invita a todos a estar cerca de Él, nos invita a todos a vivir en su Reino! Delfina Sieiro Jiménez 3