Pagos sin aportes, una zona gris en los acuerdos salariales

20 abr. 2014 - en la universidad de Lausana (Pareto y Walras se respetaban en el plano intelectual, a pesar de que disentían en el plano político). En 1899 ...
153KB Größe 5 Downloads 85 vistas
2

|

economía

| Domingo 20 De abril De 2014

Pagos sin aportes, una zona gris en los acuerdos salariales Viene de tapa

Esta realidad, que abarca a una enorme masa de trabajadores del sector público y del privado, adquiere formas diversas según cada negociación. Puede variar, si esas sumas se contemplan para calcular el aguinaldo o las vacaciones, y si están exentas de todas las contribuciones y aportes o se deben pagar algunos ítems, detalla Andrés Mir, analista del Iaraf. En general, el ahorro sobre los montos no remunerativos para las empresas son los aportes y contribuciones previsionales, a diferencia de lo que ocurre con las obras sociales que gestionan los gremios, explica Mir. Por el lado de los trabajadores, aunque suelen pagar Ganancias sobre estas sumas, no tienen descuentos por aportes personales. Claro que esas aparentes ventajas pueden volverse en contra con el tiempo: mientras el primero arrastra una posible litigiosidad, el segundo pone en juego sus beneficios, por ejemplo, en una indemnización por despido. Daniel Funes de Rioja, uno de los vicepresidentes de la UIA y próximo presidente de la Organización Internacional de Empleadores, considera este mecanismo consecuencia del recorte de beneficios, como los

“No es el momento más oportuno para eliminar las sumas no remunerativas”, dice Héctor Recalde “El nivel de contingencia es grave”, advierte Julián de Diego tickets alimentarios. “Las sumas no remunerativas aparecieron porque desaparecieron los beneficios no remunerativos por restricciones legislativas y jurisprudenciales. Se encontró esta nueva vía con el fin de igualar a los trabajadores, pero terminaron mezclándose dos cosas: por un lado, la necesidad de disminuir el impacto de las cargas sociales, y por otro, la de resolver prestaciones”, dice Funes de Rioja. Eso, continúa, “llevó a una desviación o un «sobreuso» en los últimos años, como mero camino alternativo, para evitar el pago de cargas sociales, y no con finalidad de generar un beneficio de carácter igualitario para los trabajadores”. El especialista reconoce que, en algunos casos, estos pagos “disimulan un mayor porcentaje de incrementos”, debido al significativo impacto de unos pocos convenios marco sobre la economía. “Si se firmaran acuerdos diez puntos por encima de los actuales, serían un disparador autónomo de expectativas inflacionarias”, dice. Así, las sumas no remunerativas ayudan a controlar la espiralización. Glauco Marqués, del estudio Adrogué, Marqués, Zabala & Asociados, hace una visión retrospectiva que lle-

ga al presente: “Estas sumas siempre se utilizaron a conveniencia de quien las exponía”. Fue la fórmula, recuerda, que el Gobierno encontró a la salida de la crisis para dar aumentos masivos sin mayores costos para las empresas. Sirvió a las autoridades, sindicatos y empresas para ostentar porcentajes superiores a los reales. Pero el Gobierno cambió su estrategia. “Antes lo exhibía como un ejemplo de la recuperación del salario y se subía a esta visión optimista de los aumentos; ahora, las exhibe de otra forma, de modo de esconder los números reales”, analiza. Un ejemplo de las artimañas del relato es mostrarlas como sumas fijas, cuando, en realidad, suelen ser porcentajes sobre el básico que, al ser incorporados, constituyen altos porcentajes en el salario total. También hay rebusques para disfrazar la ilegalidad ante la Justicia del pago de montos no remunerativos en acuerdos avalados en forma oficial, aun después de los tres fallos de la Corte. Julián de Diego evalúa ese visto bueno a la luz del escenario macroeconómico. “La homologación del Ministerio de Trabajo tiene que ver con que se está entrando en una crisis. La actividad cae, hay inflación y empieza a caer el empleo. Aunque a los sindicatos no les conviene porque los trabajadores pierden aportes de esas sumas, ceden. Saben que si piden porcentajes muy altos, las empresas lo transforman en una baja de empleo, que ya empezó por goteo. El escenario cambió, y ahora se trata de cuidar el empleo.” De Diego subraya una diferencia que ubica a los convenios de uno u otro lado de la línea de la legalidad. “Si se tratara de sumas no remunerativas, un pago único, de carácter extraordinario, entonces es legal”, aclara, conforme lo previsto en la ley de régimen jubilatorio. Pero pone un reparo: “Si se repite año tras año, el pago de sumas no remunerativas contradice a la Corte”. Es lo que ocurre: no todo lo enunciado es realmente excepcional. Por eso, es necesario poner la lupa en cada caso. Lo incuestionable a los ojos de la Justicia son las sumas no remunerativas enunciadas en la ley como, por ejemplo, los viáticos que se rinden. Rodrigo Fernández Valle, laboralista de un estudio jurídico que lleva su apellido, detecta en las últimas negociaciones un cambio de términos: “Es un típico invento argentino llamar a algo distinto para destrabar posiciones”. La vigencia de lo que considera una falta a la jurisprudencia es, a su modo de ver, “la lucha entre lo que debería ser y lo que marca la realidad”. Realidad conflictiva Según datos de una encuesta de Sel Consultores a 144 empresas líderes, la conflictividad se incrementó significativamente en relación con 2013. Una forma de aplacarla es echar mano a la herramienta no remunerativa. “Y así, todos se sienten un poco ganadores. Para el trabajador, las sumas constituyen un real aumento de bolsillo, es una conquista gremial

Serio, pero no Solemne Juan Carlos de Pablo

Bendiciones no tan buenas; maldiciones no tan malas Las tragedias dejan ganadores, pero provocarlas no es bueno para el desarrollo, dice Pareto

A

muchos países les gustaría contar con la pampa argentina o la ucraniana, o con petróleo, aunque se habla de la maldición de los recursos naturales. Por otra parte, constructores, fabricantes de

colchones, cerrajeros y herreros se benefician con las consecuencias de las catástrofes naturales y el aumento de la inseguridad. ¿Da lo mismo, entonces, contar o no con recursos naturales, o sufrir cataclismos gene-

Una forma de pago cada vez más habitual

l Ministerio de Trabajo hace la vista gorda. Los empresarios zafan de hacer frente a los gastos de cargas sociales. Y los sindicatos aceptan el monto sin sufrir descuento alguno. El pago de sumas no remunerativas es un atajo cada vez más usado en las negociaciones salariales a pesar de los fallos en contra de la Corte Suprema. Así, las paritarias avanzan por un camino que está nublado de irregularidades, pero que para los protagonistas no es más que un frecuente mecanismo para facilitar el acuerdo. En tiempos de ajuste e inflación, el Gobierno no se opone a las sumas no remunerativas porque es una vía para contener el porcentaje del aumento salarial anual. La Casa Rosada sugirió a los gremios afines que las subas no superen el 30%. Cerró algunos acuerdos en cadena en ese rumbo: Unión Obrera Metalúrgica, 26,5%; Uocra, 29%; bancarios, 29%, y Comercio, 27%. Los cuatro incluyeron pagos no remunerativos, entre otros ítems. La apuesta oficial es dar un golpe escénico y establecer ese porcentaje como cifra de referencia ante los pedidos del 35 al 45% que

demandan desde el sindicalismo opositor. En el acuerdo de los bancarios, uno podría descifrar que el aumento anual alcanza un 35% y no el 29%, como se informó públicamente. Además del porcentaje de alza, se convino el pago de $ 1600 no remunerativos y un adicional, por única vez, de $ 5500 por el Día del Bancario. El día después de firmar la paritaria, el jefe sindical de los bancarios, Sergio Palazzo, visitó a la Presidenta en Olivos. Además de ratificar allí que no se adheriría al paro general de Hugo Moyano, se comprometió ante Cristina Kirchner a divulgar que su trato fue del 29%. No importó que la noche previa, ante la cúpula de su gremio, haya anunciado eufórico un 35%. Pero las trampas retóricas son generalizadas. La semana pasada, en la paritaria de Comercio, hubo que hacer una ingeniería para que el pago no remunerativo sea “extraordinario y por única vez”, pero en dos cuotas. Por eso alguien intentó corregir al gremialista mercantil Armando Cavalieri cuando comunicó el convenio y mencionó dos pagos no remunerativos de $ 1200. Intervino un empresario, avivando el juego de palabras. “Es un pago de $ 2400 a pagarse en dos tramos”, dijo. En la UOM hubo confusión en

torno al porcentaje definitivo del aumento e incluso hoy no logran unificar una postura sobre la cifra. Antonio Caló, su jefe, dijo públicamente que el alza fue de 29,6%; otro dirigente metalúrgico que formó parte del equipo de negociación afirmó que fue de 26,5%, y el Ministerio de Trabajo sostuvo que fue del 27%. ¿Qué motivó las diferencias? Los $ 1400 no remunerativos que se habían pactado en la paritaria de 2013 y que ahora se incorporaron a la escala salarial del operario, la categoría más baja. También traerá polémica la definición de paritarias que fueron aplazadas mediante pagos a cuenta, que en algún caso ni siquiera se definieron si serán remunerativos. Los gremios que eligieron este camino lo hicieron para no quedarse atrás de la escalada inflacionaria y para convenir las subas anuales en un escenario más previsible. Pero ya caducado el aplazo, las exigencias de subas salariales no bajan de 30%, además de no haber certezas sobre cómo será denominado el pago que se dio por adelantado. La práctica de los pagos no remunerativos comenzó a generalizarse en las negociaciones salariales a partir de 2001. Por entonces, sumido en una crisis, el Estado decidió avalar los premios, bonos, sumas puente y los ya inexistentes tickets canasta, sólo utilizables en los supermercados.ß

y es un aliciente para las empresas. A la vez, sirve al Estado para contener los reclamos sociales y los despidos”, enumera Fernández Valle. En el debate sobre la naturaleza de estos puntos grises del salario, Álvaro Galli, del estudio Beccar Varela, diferencia el papel del recurso en el tiempo. “Los acuerdos de antaño establecían un porcentaje de incremento sobre las remuneraciones que se abonaba con carácter no remunerativo durante un tiempo determinado, antes de adquirir carácter salarial.” Como De Diego, señala que si se rotularan como “gratificaciones extraordinarias”, fuera de la definición de salario de la ley 24.241, estarían en línea con el máximo tribunal. Y aunque la repetición valdría para impugnar los convenios, señala que el Convenio 95 de la OIT, citado entre los fundamentos de la Corte, “no distingue entre pagos regulares o extraordinarios”. Cree que no hay incentivos concretos para que los trabajadores planteen la inconstitucionalidad ante la Justicia, “ya que al tratarse de sumas que no son devengadas en forma mensual, no integran la base de cálculo de las indemnizaciones”, lo que sí sucedía cuando las sumas se abonaban en forma mensual, concluye. José Zabala, del estudio AMyZ, se detiene en la discontinuidad de los pagos no remunerativos. “En abstracto, no resiste análisis decir que, si se paga a un trabajador una suma en forma periódica, es salario, como dice la Corte en casos concretos. Pero esa verdad tiene matices: también se podría decir que las sumas de los acuerdos que se están viendo como una forma de adaptarse al contexto no son periódicas ni habituales”, advierte. Y cita como ejemplo el convenio alcanzado por Comercio, que ve como un avance a la legalidad respecto de lo pactado en 2013, donde la totalidad del aumento fue no remunerativo hasta febrero último. la nacion intentó obtener una opinión del Ministerio de Trabajo sobre el tema, pero no hubo respuesta. Héctor Recalde, una voz cercana al Gobierno, cree que “no es el momento más oportuno para eliminar las sumas no remunerativas”. Pese a que es el autor de un proyecto de ley (al igual que el senador Eugenio “Nito” Artaza) para poner un plazo máximo de seis meses a la inclusión de las sumas no remunerativas en el salario, el diputado del Frente para la Victoria aboga por “postergar la cuestión de fondo”. “Una vacuna antigripal no puede darse durante la fiebre –grafica– porque puede tener efectos contrarios.” El ex abogado de la CGT de Hugo Moyano no cree, por tanto, que el Gobierno contradiga su postura de poner fin a la vigencia de estas sumas. “Sería una necedad no hacerlo, porque es necesario dar previsibilidad y que se cierren las paritarias. Al contrario, sería contradictorio aumentar los costos laborales. Hay que acompasar el sentido de oportunidad con el momento”, concluye, y niega que se trate de una retribución en negro. La AFIP creó en 2012 un régimen de información por el cual los empleadores detallan mes tras mes los conceptos no remunerativos que se otorgan. A pesar de esa formalidad, Jorge Colina, de Idesa, habla de “una actitud de hipocresía del Gobierno”. “En lugar de reducir las cargas sociales, permiten y otorgan estas sumas por debajo de la mesa”, dice, y propone la fijación de un mínimo no imponible al nivel del salario mínimo. ¿Qué consecuencias podría tener esta amplia utilización de montos no remunerativos? Expuestos los matices, la respuesta no es tan lineal. Funes de Rioja no cree que el Estado vaya a reclamar cargas sociales el día de mañana. Pero ve un riesgo judicial en los eventuales reclamos individuales que deberán resolverse caso a caso. De Diego también enciende una luz de alerta: “El nivel de contingencia en el pago de sumas no remunerativas es grave”. Mañana será otro día.ß

rados por la naturaleza o el accionar humano? Al respecto entrevisté a Vilfredo Pareto (1848-1923), por muchos considerado italiano, aunque nació en París y falleció en Ginebra. Estudió ingeniería en el Instituto Politécnico de Turín. Complementó la obra de Marie-Esprit-Léon Walras, a quien sucedió en la cátedra que éste dictaba en la universidad de Lausana (Pareto y Walras se respetaban en el plano intelectual, a pesar de que disentían en el plano político). En 1899, un tío le dejó una herencia que le permitió vivir sin trabajar durante el resto de su vida, y se volcó a la sociología. –Como criterio para evaluar una reforma económica, usted propuso que sólo se puede hablar de mejora de una comunidad, si como consecuencia de la modificación algunas personas están mejor, pero nadie está peor. ¿No es un criterio muy restrictivo? –Me fui a un extremo, para contrarrestar la propuesta planteada por Jeremy Bentham, quien buscando el

máximo de beneficio para el máximo número de personas postuló que la utilidad que generan los bienes es exactamente igual para todos los seres humanos, y que ésta decrece a medida que aumenta el nivel de ingreso. Por lo cual el máximo bienestar de una comunidad se logra igualando los ingresos de todas las personas. Esto también es un extremo. –La denominada economía del bienestar avanzó mucho desde entonces. –Fue una cuestión intensamente estudiada a mediados del siglo pasado, pero en términos prácticos no se avanzó mucho. Amartya Sen, entre otros, sugiere sacarla del estancamiento replanteando el análisis sobre otras bases. –Según su criterio de bienestar, no podríamos decir que el petróleo es bueno para Arabia Saudita o que un terremoto es malo para el país donde ocurre. –Ocurre que, desde el punto de vista de la decisión humana, los bienes están vinculados por relaciones de

sustitución y complementariedad. El descubrimiento del petróleo en Arabia Saudita, seguramente, hizo quebrar algunas actividades artesanales, que fueron reemplazadas por importaciones. Un terremoto aumenta la demanda de ataúdes, cemento, vidrio, etcétera, así la mayor inseguridad la de los herreros y los cerrajeros y, por consiguiente, los beneficios de aquellos que producen esos bienes. –Pero, entonces, ¿no se puede decir nada? –Se puede decir, y mucho. Que casi siempre hay ganadores y perdedores, pero que la diferencia rara vez es cero. Antes del descubrimiento del petróleo, ¿cuál era el nivel de vida promedio de los sauditas? La cuestión, planteada en la economía del bienestar, es si los ganadores deben y pueden compensar a los perdedores. ¿Deben los fabricantes de lámparas eléctricas compensar a los fabricantes de velas, a quienes hicieron quebrar? ¿Es bueno utilizar Internet, a pesar de que no se compensó a los

carteros, cuya demanda disminuyó? –¿Y en el caso de las catástrofes? –Lo mismo. Claro que los fabricantes de colchones ven aumentada su demanda cuando ocurre una inundación. Pero a nadie se le ocurre provocar inundaciones como estrategia de desarrollo. Si generar problemas sirviera para desarrollar un país, hace rato que la Argentina sería un país desarrollado. –El fabricante de colchones especula con las inundaciones. –A riesgo de que me malinterpreten, afirmo que menos mal que existen los especuladores. La gomería instalada al costado de una ruta “especula” con que se nos pinche un neumático. Si no existieran, ¿cómo llegaríamos a casa? Quienes demandan taxis en las primeras horas de cada primero de enero deberían agradecerles a los taxistas especuladores, quienes abandonan a sus familias para ganarse unos pesos satisfaciendo una demanda. –Don Vilfredo, muchas gracias.ß

El siguiente es un ejemplo de un salario de $ 6000, de los cuales $ 5000 son remunerativos y el resto son sumas que no tributan aportes

UN ESQUEMA PROHIBIDO POR LA CORTE Los pros de los sueldos no remunerativos Los contras de los sueldos no remunerativos

$ 5000 Sueldo remunerativo Es la suma sobre la cual pesan aportes personales para el trabajador y contribuciones patronales para el empleador. Se usa, por ejemplo, para el cálculo de indemnizaciones

ESTADO

PÉRDIDA

Destraba negociaciones, baja la conflictividad a menor costo para las empresas, lo que permite conservar los puestos de trabajo

De los $ 1000 no remunerativos del ejemplo, la pérdida sería de $ 350 (empresas grandes) o $ 320 (pymes)

Resigna recaudación de los aportes del empleador y empleado

EMPLEADOR

AHORRO

Además de tener que pagar menos impuestos, muchas veces estos montos sirven para destrabar conflictos sectoriales Riesgo de litigiosidad en el futuro por reclamos individuales

EMPLEADO

AHORRO

El dinero de bolsillo que recibe como salario aumenta dado que no se le efectúan varias retenciones

$ 1000

No remunerativos No contempla el pago de aportes personales ni cargas sociales. Depende del caso, se toma en cuenta para el pago de aportes y contribuciones a la obra social

Sobre los $ 1000, el ahorro de cargas sociales sería alrededor de $ 250, si no debe pagar obra social; y $ 200 en caso de que el monto no remunerativo implique el pago de obra social

En caso de despido la cifra no se computaría para calcular la indemnización, o, según el caso, aguinaldo, horas extras o vacaciones

No paga 11% de aportes personales; 3% para el PAMI y 3% para obras sociales. Sobre $ 1000 mensuales el ahorro del empleado sería de $ 170

Fuente: Andrés Mir, Iaraf / LA NACION

Un atajo inconstitucional cada vez más usado y que conviene a todos el escenario Nicolás Balinotti LA NACION

E