“…Oj alá el Maes tr o pueda, decir , como dij er a hace años , no llor éis , s ólo duer me, no es tá muer ta. ¿Qué te pas a I gles ia amada, que no r eaccionas ,s ólo a veces te emocionas …y no acabas de cambiar … Jes ús , s e levantó de la muer te…y acas o a ti ¿no habr á quien te des pier te?”. Mar cos Vidal “…la vida no vive, vivifica….”
Miguel de Unamuno
El edificio er a es pléndido, tenía una or namentación muy cuidada y tr abaj ada, par ecía que lo habían pintado hace poco. Mis pas os s e apr es ur aban, pues er a cas i la hor a y er a la pr imer a vez que me invitaban a es a igles ia. No quer ía inaugur ar nues tr a r elación llegando tar de. El anciano me r ecibió muy amable en la puer ta. Es un gus to que nos venga a vis itar y que nos tr aiga la palabr a, dij o amigablemente. Al entr ar fui s or pr endido por los detalles del templo. Mi inter locutor dis cur r ía acer ca de la vis ión que tuvier on los que habían fundado la igles ia, hablaba del cor o que había, de cómo s e s entaban en los lugar es r es pectivos , s egún las voces , de la cantidad de gente que as is tía otr or a. Res umió en un par de or aciones la centenar ia his tor ia de la congr egación. ¿T ienen anex os ?, pr egunté s in malicia … ¿y j óvenes ?... y minis ter ios … A todas mis puer iles inquis iciones r es pondier on que no. La glor ia pas ada er a her mos a par a la anécdota….per o el pr es ente hablaba de una ver dader a muer te. Por que había vis ita (yo) vinier on s eis per s onas , que dis eminadas en la amplitud del local, par ecían aún menos . No pas aba por mí, por s upues to, no es que neces ito un público numer os o, de ninguna maner a. Me par eció muy tr is te que el anciano que me r ecibió hablaba con mucho entus ias mo… per o de logr os pas ados . S u dis cur s o er a en eter no pr etér ito. T enía tanta pas ión al r efer ir s e a antaño, que me par eció tr ans por tar me en el tiempo. Per o en r ealidad, hoy, er a una de las tantas igles ias muer tas , las cuales lo único que tienen par a comentar es tá en el r ecuer do, no en los pr oyectos . Con la vida de muchos cr eyentes s ucede lo mis mo. Viven de r eminis cencias y contando lo que s ucedió ayer . S us anécdotas s on muy buenas , inter es antes … per o con olor a naftalina. L o único bueno que tienen es tá en el mus eo de la memor ia, no en la ex per iencia fr es ca del caminar con Dios . Como en los tiempos de Nehemías , el pas ado er a lo único bueno, el pr es ente er a devas tador . El genial y pr olífico es cr itor hindú Rabindr anath T hakur T agor e (1861- 1941) es cr ibió más de 100 libr os , entr e ellos hay un cuento con el título de es te es cr ito. En él da cuenta de la familia B abu, ilus tr e en toda la I ndia por s u ex tr aor dinar ia r iquez a, des pilfar r os y por alber gar en s u s eno muchos nobles y pr íncipes . Es ta for tuna, devino, con el tiempo en total ins olvencia. “Como un far ol muy us ado el aceite s e fue cons umiendo, y al fin la luz s e apagó”, as í es des cr ito el fenomenal der r umbe del patr imonio, has ta la pobr ez a, que ex hibía el último de s us des cendientes K ailas B abu. Par a entender es ta his tor ia debemos s ituar nos en un país que, cultur almente no tiene movilidad de clas es . En occidente, todavía podemos ver que, s egún los avatar es adminis tr ativos , y los vaivenes de la economía, los pobr es pueden llegar a s er r icos , y vicever s a (es to último, más común). En la I ndia no. T agor e cuenta una s er ie de s ituaciones , a veces des opilantes , s iempr e tr is tes , donde K ailas B abu mos tr aba en r euniones s ociales , mediante r ecuer dos ampulos os , y dis cur s os panegír icos la glor ia y
el es plendor pas ados de s u familia. Contaba con la complicidad de s us amigos que iban a vis itar lo, y que le s eguían la cor r iente en el j uego, cuando les ofr ecía algo de comer o beber , ellos s e ex cus aban, pues s i aceptaban es cuchaban las m s cur ios as ex cus as , que no encuentr a la llave, que s e enoj a con s us “cr iados ”, que patatín, que patat n. Por s olidar idad o mis er icor dia, todos le s eguían la cor r iente en una ir r ealidad bas ada en ver dades del pas ado. Me par ece, leyendo al pr emio Nobel de Liter atur a, que muchas igles ias que conoz co s on “B ab s ”. M s a n, muchos cr eyentes es t n en es ta s ituación, cuando s e les pide un tes timonio de s u caminar con Dios apelan a s u ar chiconocido r elato de s u conver s ión… por que NO HAY E N EL PR ES ENT E REGI S T RO DE CAMI NAR, DE COMUNI ÓN CON E L S E ÑOR . Hablan dis cur s os inflados con medias ver dades , s us r elatos s on r ancios , no tienen la es pontaneidad del cr ecimiento en vida.
B ueno s er ía r ecor dar las palabr as de Jer emías : “Por la bondad de Jehov es que no s omos cons umidos , por que nunca decaen s us mis er icor dias . N u ev as s on cada m añ an a; gr ande es tu fidelidad. " Jehov es mi por ción," ha dicho mi alma; " por es o, en l es per ar . B ueno es Jehov par a los que en l es per an, par a el alma que le bus ca. B ueno es es per ar en s ilencio la s alvación de Jehov ”. Lamentaciones 3: 22- 26.
A los B ab s de la his tor ia de T agor e los s or pr endió la mis e r ia, cr ey ndos e r icos y s in neces idad, como la tr is te, y des gr aciadamente, tan com n igles ia de Laodicea (Apocalips is 3):
" E s cr ibe al ngel de la igles ia en Laodicea: El Am n, el tes tigo fiel y ver dader o, el or igen de la cr eación de Dios , dice es tas cos as : Yo conoz co tus obr as , que ni er es fr ío ni caliente. ¡ Oj al fuer as fr ío o caliente! As í, por que er es tibio, y no fr ío ni caliente, es toy por vomitar te de mi boca. Ya que t dices : ‘S oy r ico; me he enr iquecido y no tengo ninguna neces idad’, y no s abes que t er es des gr aciado, mis er able, pobr e, ciego y des nudo, yo te acons ej o que de mí compr es or o r efinado por el fuego par a que te hagas r ico, y ves tidur as blancas par a que te vis tas y no s e des cubr a la ver güenz a de tu des nudez , y colir io par a ungir tus oj os par a que veas . " Yo r epr endo y dis ciplino a todos los que amo. S , pues , celos o y ar r epi ntete. He aquí, yo es toy a la puer ta y llamo; s i alguno oye mi voz y abr e la puer ta, entr ar a l y cenar con l, y l conmigo”. A pes ar de la amor os a amones tación d e Jes s , s e ve que n o com pr ar on or o r efinado de Cr is to. Hoy el lugar donde des ar r ollaban s u minis ter io es uno de los s itios m s car ente de tes timonio evang lico. Dios quitó el candeler o y ya no hay luz .
¿Cómo anda tu vida, quer ido her mano, tienes ex per i encias nuevas , cotidianas , s e r enuevan en tu vida devocional? O ¿hace r ato que vivís de las glor ias pas adas , es condiendo la pobr ez a de la vida actual. Que no nos pas e lo de los B ab s de Nayanj or e, ni como Laodicea. Am n.
Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar Usado con permiso
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