No creo que pueda haber pacto social en un período

30 abr. 2011 - porque era imposible competir con. Asia. Mi temor es que caigamos en el péndulo siempre: redistribución, ahuyentando inversión, ¿cómo ter-.
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ECONOMIA & NEGOCIOS

Sábado 30 de abril de 2011

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Entrevista

ESTUDIOS ECONOMICOS

JOSE IGNACIO DE MENDIGUREN

CEFID-AR Políticas anticíclicas Ante la crisis desatada en los países centrales en 2008/09, el Gobierno implementó medidas que jugaron un papel nodal para contener los efectos negativos. Se destacan: 1) las inversiones en infraestructura, 2) la movilidad de los haberes previsionales, 3) la asignación universal por hijo, 4) las mayores compensaciones del programa Repro, de ayuda a las empresas para evitar despidos, 5) el incremento de los subsidios a las pymes y al sector agropecuario y 6) la implementación del programa de ingreso social con trabajo. La decisión más trascendente fue la modificación del régimen previsional.

                     

  



  

 













 





 

 

GOLDMAN SACHS Menos superávit comercial Más allá del sólido desempeño exportador, el superávit comercial se erosionó y esperamos que el saldo se deteriore más en 2011 (hasta llegar a US$ 11.400 millones, el 2,7% del PBI proyectado, por debajo de los 14.700 millones de 2010, con un 4% del PBI), en la medida en que se prevé que la demanda doméstica se mantendrá muy fuerte por las relajadas condiciones macroeconómicas que están estimulando el crecimiento de las importaciones por encima del de las exportaciones.

FINSOPORT Tentación previsional La Argentina parece incapaz de estabilizar un sistema de previsión social. En especial, cuando arroja excedentes, los gobiernos ceden a la tentación de utilizarlos para otros fines. Entre 2003/2010, el sistema acumuló $ 58.940 millones. Estos recursos fueron destinados a gastos generales de la administración nacional y, en los últimos años, compensaron los desequilibrios fiscales.

“No creo que pueda haber pacto social en un período electoral” El nuevo presidente de la UIA dice que es difícil pensar en consensos de largo plazo, aunque se muestra optimista hacia el futuro; opina que el conflicto entre el Gobierno y Techint no le hace bien a nadie FLORENCIA DONOVAN LA NACION A José Ignacio de Mendiguren le cuesta disimular los nervios. Recibe a LA NACION en la sala de directorio de la Unión Industrial Argentina (UIA), en el edificio de Avenida de Mayo, y repite una y otra vez que es optimista, conciliador, y que no quiere enfrentarse con nadie. No es para menos, fue convocado por la presidenta Cristina Kirchner este miércoles para volver a analizar, junto con el titular de la CGT, Hugo Moyano, la idea de un pacto social; una gran oportunidad para quien después de 10 años vuelve a ocupar la presidencia de la UIA. –¿Cómo es llevarse bien con Hugo Moyano? –No es que tenga una relación especial. Nos tocaron años complicados, él en la CGT y yo como presidente de la UIA en 2001, donde era imprescindible el diálogo entre sectores. Moyano es el referente de los trabajadores, tengo no sólo la necesidad, sino la obligación de tener la mejor relación posible. –Algunos empresarios dicen que ha adquirido demasiado poder... –Sí. El tiene esa vocación, lo ha demostrado siempre y ahora lo ha hecho explícito. –¿Esto les genera temor? –Es un tema que trae un interrogante, porque uno considera el sector gremial en la Argentina como un sector que representa los legítimos derechos de los trabajadores, pero cuando ya tiene mayor relevancia desbalanceamos un poco la cosa, porque los empresarios no están en esta carrera del poder a través de cargos electivos. Pero no concibo un proyecto nacional de largo plazo sin un trabajo conjunto con Moyano. –¿Se refiere al pacto social? –La gente lo ha llamado pacto, pero sí, creo realmente en eso. –Es difícil volver a creer en algo que nunca funcionó. –Claro, pero lo estamos planteando desde 2004. –¿Qué lo hará exitoso ahora? –En pleno de una campaña electoral, tener esas aspiraciones son muy elevadas. No creo que se pueda trabajar en un pacto social. En los meses venideros todo se va a teñir de campaña, lo que aflora en estos períodos es el corto plazo. Lamentablemente, pasa acá y en todo el mundo. Cuando lo planteábamos en 2004 es porque veíamos un escenario muy propicio: el país crecía, crecía sin inflación... era el momento ideal para pensar en el largo plazo. –¿Entonces qué le va a plantear a la Presidenta?

MARIANA ARAUJO

–Cómo uno consolida el proyecto de crecimiento ante este escenario que se le presenta a la Argentina. Esta es una oportunidad y uno no puede estar peleándose. El país puede dar un salto del crecimiento al desarrollo. Cuando en una mesa con los trabajadores podemos debatir esto, es más fácil entender el presente. Si la única agenda que existe es el hoy, se agota el debate en lo que puedo sacar y lo que puedo dar. –Pero hoy hay frentes de conflicto objetivos, como la decisión de Anses de colocar más directores en las empresas. –La UIA tomó una posición pública: todos los debates se pueden tener, pero en este caso particular, se estaban alterando las reglas cuando se tomó esa inversión. Es como cuando se toma un crédito, cuando se toma uno sabe a qué se atenerse, no se deben cambiar las pautas. –¿Cómo se vive en la UIA el enfrentamiento entre Techint y el Gobierno? –Mal. A ninguna empresa le gusta estar en los diarios o en discusiones de esta magnitud, sobre todo porque se generó en el imaginario la idea de que detrás sólo hay conflicto y no podemos ver lo virtuoso, que es una empresa que produce, que tiene salarios altos.... Personalmente, tengo una visión muy concreta de las multinacionales que salen al exterior.

–Precisamente, el Gobierno está diciéndoles a estas multinacionales que no inviertan afuera, que lo hagan en el país... –Eso puede ser algún pedido de coyuntura que no conozco. En el entramado productivo de la Argentina son clave, al igual que las pymes. –¿Por qué cree que se está yendo en la dirección opuesta? –No creo que esté yendo en otra dirección, tal vez algún funcionario. El Gobierno tiene una estrategia, que compartimos, que es la de lograr que todos los emprendedores se transformes en pymes; las pequeñas empresas, en medianas, y las grandes en internacionales. Y hay que ayudarlas, sobre todo a las pymes. –¿Cómo? Con financiamiento, trabas a las importaciones... –Primero, hay que mantener la macro; segundo, hay que ver cómo hacemos para mejorar la competitividad de la industria, porque no es sólo el tipo de cambio, no es como la gente cree que la industria sólo puede vivir devaluando, es un disparate. Para instrumentar todo esto es necesaria la visión de largo plazo. –¿Mientras tanto? –Lo que hay es demanda. Algunos piden enfriarla; lo que hay que hacer es calentar la inversión. –¿Por qué no se invierte? –No hay un sólo motivo. Pero está el problema de la litigiosidad laboral; la

TRIPLE W.NEGOCIOS

La salud mejora su servicio en la Nube En la Red, se puede almacenar la historia clínica de cada paciente, monitorearlo o enviar pedidos a proveedores LUJAN SCARPINELLI LA NACION ¿Se imagina que, en la primera visita y sin preguntas, su médico pueda acceder a la historia de su salud en pocos segundos; que su historia clínica esté al alcance de un clic, dividida en carpetas en las que se registren desde sus más complejas operaciones hasta el simple arreglo de una caries, y que ese sumario pase virtualmente de mano en mano, de una clínica a otra; que cambie de ciudad o de país, sin que usted se mueva de un consultorio? Todo eso sería posible –y, de hecho, ya lo es– a través de la integración entre el cloud computing (la computación de la Nube, es decir, en Internet) y la salud. Las grandes tecnologías comenzaron a experimentar con modelos cuyo éxito buscan convertir en tendencia mundial. Lo promocionan como un antídoto a las costosas pérdidas de tiempo e ineficiencias de la administración de la salud. La cura cibernética, según proclaman sus creadores, surge de una combinación de precisión, velocidad y seguridad. El gigante IBM es uno de los que por estos días trabajan en “laboratorios” para imponer su healthcare information exchange (‘intercambio de información para la atención de la salud’). “Funciona conforme al concepto de interoperabilidad, que alude al intercambio de documentos entre diferentes aplicaciones o sistemas”, explica Marcelo Delgado

Correa, arquitecto de soluciones de salud de IBM en la región. “En salud, los documentos contienen diversos datos clínicos; de allí surge la idea de crear una historia electrónica única, disponible desde Internet.” La historia electrónica única es un registro digital de los eventos de atención sanitaria de un paciente, siguiendo estándares específicos para que la información pueda ser compartida. Los que nutren y toman información de ese archivo contenedor no son sólo centros, como hospitales o clínicas, sino todos los proveedores de la industria de la salud, incluso laboratorios y farmacias. “A las herramientas tecnológicas –agrega el especialista de IBM– se añade la provisión de confidencialidad y seguridad necesarios.” Según Correa, el sistema es útil no sólo para los profesionales del sector, sino también para gobiernos y entidades internacionales, como la Organización Mundial de la Salud: “La expansión de este sistema permitiría realizar análisis y conclusiones sobre poblaciones, como seguimientos epidemiológicos, que deriven en campañas o políticas sanitarias”. Un sistema para compartir imágenes digitales fue puesto en marcha en 2009 en la salud pública de Quebec, provincia de Canadá. La solución fue contratada por cinco años y requirió una inversión de US$ 3,3 millones. También están aplicándose pruebas piloto de información a demanda en ciudades de EE.UU., mientras

SOLUCIONES

Un paciente mide su diabetes y el dato del glucómetro llega por SMS a su médico.

Todos los centros de atención de una prepaga pueden compartir los datos sobre los afiliados.

Los proveedores de un hospital tienen información en línea de internaciones y consultas.

que en Colombia se analizan propuestas a nivel gubernamental. Más cerca, IBM implantó una prueba de interoperabilidad en Uruguay. Y aunque esta modernización parezca lejana al sistema de salud argentino, existen avances en la esfera privada. La prepaga Swiss Medical interconectó sus centros de atención con una solución de

Microsoft. En palabras de Ezequiel Glinsky, director de servidores de esta multinacional para la Argentina y Uruguay, se trata de un modelo de “nube privada”, que consistió en la virtualización de los servidores instalados hace dos años. “Todavía son legalmente necesarias algunas impresiones y firmas de puño y letra, pero en Swiss Medical se crea un repositorio centralizado sobre el cual se accede y se van guardando los cambios, al tiempo que existe acceso a la versión anterior.” “Este suele ser el escenario clásico, y no la nube pública. La diferencia es que la segunda se renta mensualmente en proporción con el uso”, aclara Glinsky, poco optimista sobre la adopción de la idea en la industria local, dado que implica nuevas normas. Justamente ése es uno de los puntos del debate que ya comenzó en algunos lugares del mundo: quiénes y hasta qué punto podrían tener acceso a información delicada de la vida privada de cada paciente. Oracle instaló una red interna en el Hospital Alemán. Silvia Tenasinia, directora de ventas de aplicaciones de Oracle, destacó la reducción de los tiempos a la mitad en cuestiones de operatividad. “Hay más de 4000 internados, 35.000 consultas ambulatorias mensuales, y en ese tiempo se emiten 4800 facturas y más de 1000 órdenes de compras a 4000 proveedores activos. Con Internet, logramos aunar esos dos mundos con un servicio de excelencia”, evalúa Tenasinia.

JOSE IGNACIO DE MENDIGUREN Cargo: presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Profesión: doctor en derecho y escribano (UBA) Edad: 60 años Es presidente y dueño de Texlona. Fue ministro de Producción en 2002 durante cuatro meses del gobierno de Eduardo Duhalde, y ya había presidido la UIA en 2001. Fue dueño de Coniglio (ropa).

ley de riesgos de trabajo que debemos resolver; hay que despejar el tema del financiamiento. Las empresas han crecido con autofinanciamiento, pero los márgenes de rentabilidad se han achicado y ya no da. –¿No puede la inflación frenar la demanda? –En una economía que crece, que trajo un proceso de redistribución y además sufre en muchos casos el aumento de las materias primas, hay tensión de precios, esto está claro. –Brasil está tomando medidas para contener la inflación... –Ha optado por otro camino. En la Argentina, el tema de la inflación no tiene una sola causa, pero creo que se soluciona con inversión.

–A 10 años de 2001, ¿siente que ésta es su oportunidad de reivindicarse? –En mayo de 2001, había un abismo por delante: había carencia de poder político, una sociedad endeudada... La Argentina salió, indudablemente, hacia un lugar correcto. –Pero fue criticado, lo tildaron de ‘pesificador’, ‘devaluador’... –En aquel momento era lógico, la gente no comprendía. Pero a 10 años, creer que alguien pudo haber devaluado... En diciembre de 2001 ya se había devaluado, el peso estaba a dos por dólar en Uruguay, estábamos en default, los bancos cerrados... Yo era ministro de Producción no de Justicia, mi función era poner en marcha el país. No conozco medidas que haya tomado que se hayan corregido, ni denuncias. La historia es la que va a reivindicar. –¿Hoy hay un problema de atraso cambiario como en los 90? –La definición del tipo de cambio debería ser una política de Estado, pero no de una cifra, sino de qué tipo de cambio se necesita tener en términos de desarrollo y el pleno empleo. Es una de las variables de la competitividad, no la única. –¿La industria hoy tiene problemas de competitividad? –Hay sectores que hoy, en términos de dólares, tienen un costo salarial que están por encima del de la región. Esto los gremios ya lo vivieron en los 90; mi sector, el textil, vio cómo se caían las fábricas porque era imposible competir con Asia. Mi temor es que caigamos en el péndulo siempre: redistribución, ahuyentando inversión, ¿cómo terminó en los 90? –Algunos dicen que es hombre del Gobierno; en el pasado, que era de Techint, ¿de quién es? –Soy un hombre desarrollista. –¿Terminará aliado del Gobierno como muchos de sus antecesores? –Lo que está bien hay que apoyar; y en lo que está mal, debe tratar de influir para que se corrija. Podemos proponer, pero la responsabilidad la tiene la política. Con el gobierno que la gente eligió tenemos que interactuar, y se puede hacer confrontando o dialogando. Hoy en este rumbo económico creo. ¿Que hay que hacer muchas cosas? Sin lugar a dudas. –En EE.UU. se estila que los empresarios anticipen a quién van a votar. ¿A quién votará? –No sé, pero si supiera no lo diría. Porque este país es etiquetador: si él vota a fulano, es porque lo hace en interés de algo, y no es así. Estoy obsesionado por el desarrollo y mi obligación es convencer a todos.