Espectáculos
Página 2/Sección 4/LA NACION
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Miércoles 17 de septiembre de 2008
TEATRO Estreno: el musical se verá hoy en el Argentino, de La Plata, y luego, en el Lola Membrives
Junto con Rodolfo Valss y Cristina Durán
Eduardo Paglieri, como Perón
Nacha, en las coreografías de Gustavo Wons
Nacha Guevara: “Tengo mucho de Eva Perón” II Continuación de la Pág. 1, Col. 6
en forma objetiva, humana, sin demonizarla ni endiosarla. Se estrenó en 1986, en el Maipo, donde estuvo ocho meses en cartel: bastante, pero poco para la resonancia que tuvo ese espectáculo. A través del tiempo, ese musical netamente argentino generó fanáticos que hoy en día conocen las letras de las canciones y hasta algunos textos. “¿Dónde está, dónde lo tienen?”, decía Gimena Riestra en su obra Las tontas, en un guiño cómplice a los fanáticos de Eva, al remedar la voz de Nacha en la escena en la que Perón es llevado preso. Eva, en la piel de Nacha, está de vuelta, gracias a una charla que tuvo el año pasado la actriz con Daniel Scioli y Karina Rabolini. Tanto interés le generó la obra al, por aquel entonces, vicepresidente de la Nación, que le pidió un video. “Lo vamos a hacer de nuevo”, le dijo. Así es como el Instituto de Cultura de la provincia de Buenos Aires, además de otras instituciones y patrocinadores bonaerenses se sumaron al proyecto, que hoy, en forma de megaproducción, se estrena en el Argentino, de La Plata. Ante tamaña inversión que involucra a 134 personas, además del staff de cada teatro, y con cinco toneladas de escenografía y 600 trajes de época (muchos de ellos originales), no todo quedaría en la capital provincial, donde hará 11 funciones hasta el martes 30. El 21 de octubre, subirá a escena en el Lola Membrives, donde permanecerá hasta marzo. –A vos no te gustan las remakes, ¿cómo te convencieron para volver a hacer Eva? –Tanto mi hijo Ariel, con mucha gente venían repitiéndome: «Eva, Eva, Eva...». Esa obra no tuvo una chance
verdadera. Había que volver a hacerla. La verdad es que Daniel [Scioli] es una persona muy perseverante. Ahora empiezo a ver la obra armada, cómo suena la orquesta, la escenografía... y la emoción es tan grande... Y pienso que fue una suerte que me insistieran. Yo también vi el video de Eva veinte años después y me emocionó mucho. Estaba muy bien hecha. –¿Vas a tener que salir a explicar que ésta no es una obra K? –No hay que explicar nada. Esta
Favero, Orgambide y Nacha tardaron siete años en concebir este musical histórico es una producción en la que, sobre todo, Daniel ha sido la proa para que esto avance. Pero también tenemos empresas grosas y dos productoras. Hay muchos bonaerenses en el elenco también; el 50 por ciento, empezando por mí y por Favero. –Trabajaron mucho esta obra en el exilio, primero, y para reestrenarla después... ¿Es la obra de la revancha? –Es verdad, fue contra viento y marea. Pero la llamaría mejor la obra de la recompensa. Favero, Orgambide y yo pusimos mucho amor en ella. Fue-
ron meses estudiando, investigando y con una mirada especial. –Es muy difícil encontrar esa mirada en un personaje tan fuerte y no ponerse de un solo lado de la cancha... –Con sus contradicciones, sus dualidades, sus virtudes, sus defectos... Un ser humano. Tuve mucha perseverancia en eso. No queremos mostrar un personaje, sino una persona. Podés estar de acuerdo o no, pero era un ser humano excepcional. Uno muchas veces ve pasar el destino y no se sube a ese tranvía. Ella se subió hasta el final. Admiro esa valentía de vivir. –¿Esto de llegar al fondo de la persona te pasó a partir de la investigación o ya lo traías de antes? –Entró en mi vida cuando era niña y veía en ella una mujer con poder. Eso fue algo natural para mí. Sé que le debo algo por eso y que muchos miles de mujeres tienen esa deuda fraternal con ella. Por eso me remueve mucho cuando hago la escena del voto femenino. Me emociono muchísimo. Y sí señor, antes estuvo Alicia Moreau de Justo, pero el destino la tocó a Eva para que lo lograra. Vi desde mi balcón, de niña, su renunciamiento en el Ministerio de Obras Públicas. Sin juzgar, sin analizar, sentí lo que pasaba, la tristeza con la que se fueron yendo, las antorchas que se apagaban, el amor. A su vez, durante los sesenta y setenta estuvieron cerca mío muchas personas cercanas a ella. Félix Torres es quien inspira a Mario [personaje protagónico de la obra]. Fue una persona de una lealtad increíble durante nuestro exilio. Era agente de policía y tenía dos camisas, una con el puño
y el cuello gastados. Evita estaba con las costureras y se la arregló. Con el tiempo, en una custodia, se encuentran, él le recuerda la anécdota y a partir de ese día, estuvo a su lado todo el tiempo. Cuando ella murió, él fue preso casi dos años. Además, la presencia de Cámpora cerca nuestro durante el exilio también nos trajo anécdotas. Ella se quedaba hasta muy tarde trabajando en la Fundación, entonces para que Perón no la rete, se
sacaba los zapatos al entrar en la casa y entraba en puntas de pie. –¿Hicieron muchos cambios en la estructura dramática? –Tiene una mirada nueva. Han pasado 20 años. Y si no se vive al divino botón, 20 años son una gloria. Me pasa a mí, a Favero, a Rodolfo [Valss]... El tratamiento del personaje tiene una profundidad diferente. Es menos rabiosa, la rabia siempre sale del dolor. –¿Hay un porqué más marcado?
–Sí, exacto. Hay una fragilidad mayor. Por lo tanto, es mucho más fuerte. Se marca esa contradicción entre su vulnerabilidad y su fortaleza. Como actriz es recorrer otro camino. Además, hay mucho aggiornamiento en tecnología. Ahora tenemos imágenes, una pantalla integrada a la escenografía, filmaciones y documentales que terminan de contar una historia. Hay mucha creatividad en todas las áreas. –¿Nacha es muy Eva? –No lo sé explicar muy bien. La conozco tanto... Sé lo que haría ella en cualquier circunstancia. Eso es conocer a un personaje. Tengo un desgaste emocional muy fuerte en esta obra. Sufro. El segundo acto es tremendo. Es posible que yo tenga una tendencia parecida a Eva a reaccionar de cierta manera. También tengo un parecido físico, las manos... Deseo sabés qué: que esta obra perdure, que la hagan siempre cuando yo no esté. –¿Pero la verías en la piel de otra actriz? –[Piensa mucho]. Deseo que sí porque la obra trasciende a las personas. Pero es un rol difícil. Hay que cantar, bailar y tener una fuerza dramática muy importante. Hay que ser bastante arriesgado y loco. Hay que admitirlo. A Nacha le tienen miedo. Por allí por donde se mueve, actores y técnicos tiemblan, pero a su vez, no dejan de remarcar su talento y su exactitud. Pero dentro de su aparente dureza, sale la Eva sensible... la Nacha sensible. “Un jefe de maquinarias del teatro me dijo: «Cuando la veo a usted, veo a Eva. No sabe lo que lloré aquí, Nacha».” Y a ella se le llenan los ojos de lágrimas, con orgullo.
En familia y con caras conocidas
GUILLERMO GENITTI
En aquella primera versión dio que hablar un nombre, el de un casi desconocido Rodolfo Valss que interpretaba a Mario, el protagónico masculino. Una vez más, fue convocado para volver a meterse en ese papel que lo consagró en el género musical. Junto a él estarán en escena también Juan Carlos Puppo, como Don Jaime (Yankelevich); Cristina Durán, como la costurera Rosita; Eduardo Paglieri, como Perón; y Martín Andrade, Florencia Bordolini, Matías Cazeaux, Maia Contreras, Mariano Taccagni y Leandro Zanardi, entre muchos otros. La coreografía es de Gustavo Wons, la escenografía de Alberto Negrín, el vestuario de Alicia y Estela Flores y el diseño de videos, de Maxi Vecco. Pero también la acompañan sus hijos Gastón Briski, en sonido; y Ariel del Mastro, en luces y dirección artística. “Estamos como siempre, en familia”, dice Nacha.
Estreno con Presidenta incluida Favero ahora dirige una orquesta de 14 músicos y enriqueció su partitura “Eva es una obra bella. Musicalmente es una obra maestra de una gran riqueza de melodías. La canción «Si yo fuera como ellas» es mejor que «No llores por mí, Argentina». Es más grande, más teatral, mejor construida. Suena y se caen las paredes. Los musicales extranjeros tienen una fórmula. Este tiene melodías todo el tiempo.” Con estas palabras llenas de orgullo, Nacha Guevara elogia el trabajo de su ex compañero de vida Alberto Favero. El compositor y director musical, que tiene en su haber obras como Cabaret, Los miserables y El beso de la mujer araña, se dio con el gusto de hacer esta vez lo que no pudo en 1986. “Antes éramos cuatro músicos en el foso reforzando una pista grabada. Ahora tengo una orquesta de 14 músicos. Imaginate que tuve que hacer una orquestación nueva. Hace un año y medio que estoy trabajando en esto. Scioli todavía no era gobernador cuando me propuso esto”, adelanta Favero. En medio de los ensayos, se sucedieron algunas protestas de los
Alberto Favero, en el Argentino, de La Plata SANTIAGO HAFFORD
músicos del Argentino por haberse alterado los planes de la programación habitual del teatro. “No protestan por nosotros, sino por un tema de desinteligencia que tiene que ver con la programación. Supongo que no será difícil solucionar eso, con voluntad”, dice Favero. Entretanto, muestra con orgullo el foso de su orquesta y las comodidades con las que cuenta en este renacer de su gran musical. El compromiso es grande. Inclusive en el
estreno de hoy se espera la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con su esposo Néstor Kirchner, entre muchas otras figuras oficiales. Obviamente, Daniel Scioli estará allá presente. “Es muy raro encontrar un político consecuente. Le estoy muy agradecida a Daniel por el acompañamiento que nos dio todo el tiempo, además de llevar a cabo el proyecto. Tiene mirada de productor y ojo fino”, concluye la protagonista de esta historia.