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Matan un feto sano por error en un aborto selectivo en Italia

27 ago. 2007 - en un aborto selectivo en Italia. MILAN.– Un hospital italiano con- firmó ayer que durante un aborto se- lectivo por una alteración cromosó-.
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Ciencia/Salud

Página 10/LA NACION

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Lunes 27 de agosto de 2007

Dedican su tiempo libre

En el hospital San Paolo, de Milán

Matan un feto sano por error en un aborto selectivo en Italia Eran dos gemelas de 15 semanas; una tenía una alteración cromosómica grave MILAN.– Un hospital italiano confirmó ayer que durante un aborto selectivo por una alteración cromosómica en uno de dos gemelos el equipo médico a cargo de la intervención eliminó equivocadamente al feto sano. El hospital San Paolo, de Milán, explicó mediante un comunicado que la denominada reducción embrionaria en un embarazo múltiple se trató de “una terrible fatalidad”, dado que los embriones, que estaban en el tercer mes de su gestación, cambiaron de posición en la placenta antes de la intervención. Según informó el hospital, los médicos conocían sólo la posición del embrión enfermo, ya que las ecografías realizadas antes de la intervención mostraban que ambos bebes eran morfológicamente iguales, por lo que no presentaban diferencia alguna. Pero antes de la intervención, cambiaron de posición y el feto sano se situó en el lugar que ocupaba el gemelo con la alteración cromosómica. “Fue una situación excepcional, de una rareza absoluta”, afirmó la ginecóloga responsable de la intervención, que se practicó a mediados de junio último en el hospital San Paolo a una mujer italiana de 40 años que esperaba gemelos. Según la ginecóloga, de la que sólo trascendió que es una reconocida especialista italiana, la alteración cromosómica que padecía el feto lo habría llevado a nacer con el síndrome de Down. La mujer, que estaba en la semana 15 del embarazo, se había sometido a una amniocentesis, un examen prenatal para detectar trastornos cromosómicos, defectos graves, anencefalia o trastornos metabólicos hereditarios y poco frecuentes. Según las ecografías, los fetos –ambos de sexo femenino– no tenían malformaciones visibles. Para el hospital, eran “morfológicamente normales” y estaban ubicados en el útero uno a la derecha y otro a la izquierda. Pasadas las tres semanas necesa-

Afirman que “es un caso inquietante”

El hospital San Paolo, donde se realizó la intervención

rias para conocer los resultados de la amniocentesis, explicó la ginecóloga, se descubrió que la gemela colocada a la izquierda tenía “síndrome de Down, pero no presentaba malformaciones externas”. La especialista destacó que “las anomalías cromosómicas son una cosa y las malformaciones, otra”, ya

“Nos encontramos ante una situación excepcional, por cuanto es raro que dos gemelos no tengan ninguna señal que los distinga” que “las primeras son alteraciones del ADN y sólo se pueden descubrir mediante el estudio de las células”. En cambio, “las malformaciones, como la espina bífida, en el 70% de los casos se ven con la ecografía”. Al conocer los resultados de la amniocentesis, fue la madre quien pidió someterse a un aborto selectivo y seguir con el embarazo del feto sano. “Antes de proceder, se le hizo

un análisis de sangre al feto [ubicado a la izquierda] para controlar sus cromosomas”, pero los resultados llegaron una semana después, cuando el aborto ya se había practicado y revelaron que el equipo había eliminado a la gemela sana. Al conocer lo sucedido, la mujer decidió interrumpir también la gestación del segundo feto. “Nos encontramos ante una situación excepcional, por cuanto es raro que dos gemelos no tengan ninguna señal que los distinga”, dijo la médica. La mujer presentó una denuncia contra el hospital, mientras que éste anunció que aunque lo ocurrido es “una fatalidad”, inició una investigación interna para conocer si existen responsabilidades del equipo médico. La reducción embrionaria es una práctica autorizada en Italia por una ley, que se realiza cuando uno de los fetos desarrolla algún tipo de malformación grave. Es una técnica que, según la ciencia médica, tiene mínimo riesgo para el resto de los embriones y se hace para asegurarles un adecuado crecimiento. Agencias ANSA y EFE

CIUDAD DEL VATICANO (ANSA).– Monseñor Mauro Cozzoli, profesor de teología moral de la Universidad Letranense, en Roma, calificó ayer como un “caso inquietante” por su “enfoque utilitarista” lo sucedido en el Hospital San Paolo, al norte de Italia. “El caso es inquietante no tanto por el error cometido, sino por la mentalidad y la praxis eugenética que evidencia”, explicó el teólogo, que definió la finalidad de esa práctica como “la búsqueda de una vida exenta de defectos”. Para Cozzoli, la reducción embrionaria o aborto selectivo es un forma de suprimir “vidas que no responden a las expectativas de quien reivindica un derecho sobre ellas”. Y agregó que el caso del hospital de Milán “es la denuncia no de un error, sino un enfoque utilitarista y hedonista de la vida que nace”. En Italia, informó ayer el diario Corriere della Sera, la ley 194 prevé la interrupción voluntaria del embarazo cuando el proceso de gestación o el parto puede causar un grave perjuicio para la vida de la madre o cuando una malformación del feto pueda afectar la salud física o psicológica de la mujer. El aborto selectivo “es una práctica rara que sólo se realiza en algunos hospitales”, indicó el diario italiano. Para la bioética, el aborto selectivo se diferencia del aborto terapéutico en su origen: mientras el primero se ocupa de la salud del feto, el segundo resguarda la salud materna.

GENTILEZA FCEYN

Investigadores realizando mediciones en los hogares

Científicos de la UBA controlan la calidad del agua en asentamientos Hallan altos niveles de metales y bacterias Por Gabriel Stekolschik Para LA NACION Los une un denominador común: el deseo de aprovechar sus conocimientos para utilizarlos en una práctica social concreta. Es un grupo de unas 40 personas que crece año tras año. Son investigadores, docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Fceyn) de la UBA que forman el Taller de Aguas, iniciativa interdisciplinaria, que desde hace unos cinco años analiza la calidad del agua de consumo en asentamientos bonaerenses y su relación con las enfermedades en esas poblaciones. Curiosamente, el trabajo en pos de ese objetivo fundacional produjo efectos inesperados, pues no sólo posibilitó mejorar la calidad de vida de miles de personas, sino también reconfiguró procesos de enseñanza-aprendizaje y redefinió vocaciones. “Creo que las investigaciones que hago en el laboratorio son muy valiosas para la ciencia, pero también considero importante dedicar algunas horas a aplicar lo que sé en algo que llegue a alguien que tiene rostro y que lo necesita hoy”, opina Irina Izaguirre, doctora en biología e investigadora del Conicet. Y esos rostros necesitados vieron cómo, un día, el barrio se empezó a llenar de químicos, biólogos, geólogos y estudiantes que visitaban sus casas, hacían encuestas y tomaban muestras del agua que consumían. “Yo daba clases particulares en la sala de salud del barrio María Elena y, charlando con un médico de ahí, me di cuenta de que se podía hacer algo más”, cuenta la licenciada en biología Renata Menéndez, docente de la facultad. Así fue como, luego de una serie de análisis fisicoquímicos, microbiológicos y parasitológicos, los habitantes de María Elena, un asentamiento precario de La Matanza, se enteraron de que el agua que usaban tenía altos niveles de metales, parásitos y bacterias presentes en la materia fecal. Con esos datos, se elaboró un informe que los vecinos entregaron a las autoridades municipales, y así lograron la instalación de una red de agua a partir de la construcción de dos pozos centrales. “Podemos dar herramientas para solucionar muchos problemas que a veces son ínfimos en el laboratorio y, sin embargo, para ellos pueden ser instrumentos contundentes para lograr cosas que no tienen y de las que el Estado no

se está haciendo cargo”, explica Belén Almejún, licenciada en biología. Ahora, el grupo trabaja en otro asentamiento del mismo municipio: el barrio El Porvenir. “Allí hicimos un primer muestreo en noviembre último y seleccionamos 12 puntos distribuidos representativamente –consigna Alcira Trinelli, licenciada en química y becaria del Conicet–, y vimos que el 75% de las muestras de pozos poco profundos que toman agua del acuífero Pampeano estaban contaminadas con bacterias de origen fecal y con parásitos.” Mientras revuelve papeles, la doctora Gabriela Mataloni, investigadora del Conicet, aporta datos “recién salidos del horno”: “Los resultados de los análisis de un segundo muestreo que realizamos en junio indican un cambio favorable, debido a que se extendió la red de agua potable a una parte del barrio. Sin embargo, un tercio de las casas muestreadas, que siguen tomando agua de pozos poco profundos, indican fuertes evidencias de contaminación fecal y presencia de Pseudomona, que son bacterias patógenas”.

Sentido social Según Almejún, el taller (www.tall erdeaguas.com.ar) también se inmiscuye en los laboratorios de investigación y en los trabajos prácticos de algunas materias. “Que nos muestren que lo que estamos aprendiendo tiene un sentido social es un incentivo muy fuerte para mí como estudiante”, comenta Florencia Barbarich. En algunos casos, el trabajo en el taller cambia la orientación que los alumnos habían elegido para su carrera o, incluso, redefine proyectos de investigación científica: “Venía trabajando en reproducción humana, en un proyecto más ligado a ciencia básica, y ahora estoy replanteando mi doctorado, pensando en trabajar en temas de contaminación que puedan dar respuesta a problemas sociales o incluso a cuestiones estratégicas del país”, revela Renata Menéndez. Y la directora del proyecto, doctora María dos Santos Afonso, confiesa: “Al principio me dio un poco de miedo, porque no es lo mismo teorizar en el laboratorio que salir a campo. Pero ahora estoy contenta porque nos permite devolverle a la sociedad la educación que nos dio”. Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA