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utilizado exclusivamente discursos pronunciados por los líderes de los dos principales partidos políticos .... todos los conocimientos retóricos que se desarrollaron durante quinientos años y que, además, ..... El ciclista cayó a tierra. El señor ... 26 CARROLL, L., Alicia en el país de las maravillas/ a través del espejo. Madrid: ...
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Masarykova univerzita Filozofická fakulta Ústav románských jazyků a literatur Španělský jazyk a literatura

Veronika Michalková ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DEL DISCURSO POLÍTICO ESPAÑOL CON ESPECIAL ATENCIÓN AL USO DE LOS EUFEMISMOS Bakalářská diplomová práce

Vedoucí práce: Mgr. Monika Strmisková

2011

Prohlašuji, že sem tuto bakalářskou diplomovou práci vypracovala samostatně s využitím uvedených pramenů a literatury. Rovněž potvrzuji, že tištěný text souhlasí s elektronickou verzí práce. …....................…................................. Veronika Michalková 2

PODĚKOVÁNÍ: Chtěla bych touto cestou poděkovat vedoucí mé bakalářské diplomové práce, Mgr. Monice Strmiskové, za její cenné rady, připomínky a pečlivé vedení mé práce. Dále bych chtěla vyjádřit svou vděčnost mým rodičům a kamarádům za jejich podporu v době psaní. 3

Índice: 1. Introducción ............................................................................................................ ..5 2. Retórica .................................................................................................................. ...7 2.1. Qué es la retórica ...........................................................................................7 2.2. La retórica hoy en día ...................... .............................................................7 2.3. Desarrollo histórico ..................................................................................... ..8 2.4. Segmentación clásica de la retórica ............................................................ 10 2.5. División de los discursos públicos .............................................................. 10 2.6. Algunos tipos de discursos públicos ...........................................................11 3. La palabra como unidad base del discurso ..............................................................14 3.1. Elección de la palabra adecuada al componer un discurso ......................... 14 3.2. Figuras retóricas, la elegancia de un discurso ............................................. 15 3.2.1. Procedimientos lingüísticos en la creación de eufemismos ................. .16 3.2.1.1. Procedimientos semánticos .............................................................17 3.2.1.2. Procedimientos formales .................................................................18 3.3. La difícil delimitación de los eufemismos....................................................19 4. La palabra como instrumento de poder de un discurso ...........................................20 4.1. Parresía como modo de enunciación ...........................................................21 4.2. Maneras de enunciación con intención de desinformar .............................. 22 5. Lenguaje político español y el papel de los eufemismos en éste.............................24 5.1. Lenguaje político .........................................................................................24 5.2. Caracterización del lenguaje político español en los discursos .................. 25 5.2.1. Repetición ............................................................................................ 25 5.2.2. Alargamiento innecesario de las expresiones ...................................... 25 5.2.3. Uso del lenguaje autorreferencial ....................................................... 26 5.2.4. Deshumanización fragmentaria del discurso ...................................... 26 5.2.5. Lenguaje connotativo .......................................................................... 27 5.2.6. Influjo de los grandes temas políticos a la producción de léxico..........27 5.2.7. Uniformidad del lenguaje político actual independientemente de la ideología .............................................................................................. 28 5.3. La ideología política del PSOE y del PP .................................................... 29 5.4. Eufemismos en el campo de lenguaje político ............................................30 5.5. Causas del empleo de los eufemismos en el lenguaje político......................................................................................................... 30 6. Análisis de los eufemismos en los discursos escogidos ......................................... 33 7. Conclusión .............................................................................................................. 42 8. Bibliografía ............................................................................................................ . 43

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1. Introducción El propósito de nuestro trabajo es ahondar en las peculiaridades de discurso político español y hacer especial hincapié en el análisis de las expresiones eufemísticas usadas en los discursos de dos partidos de distinta ideología política. Para cumplir nuestro propósito hemos utilizado exclusivamente discursos pronunciados por los líderes de los dos principales partidos políticos españoles: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP). Todos los discursos que utilizaremos en nuestro trabajo están disponibles en las páginas web oficiales de ambos partidos. El objeto de nuestro estudio son las propiedades del discurso político español dentro de la disciplina de la retórica. Consideramos necesario apuntar que, a lo largo de nuestro trabajo, nos referiremos al «discurso» en el sentido de “escrito o exposición pública sobre algún tema con la intención de informar, enseñar y persuadir”. En cuanto a la segmentación de nuestro trabajo, la primera parte la dedicaremos al arte de la retórica, ya que es la disciplina clave de la cual debería partir cualquier persona que intente escribir un discurso adecuado, pertinente y que, sobre todo, sea capaz de llegar a los oyentes y convencerlos. En todo caso, la retórica es una disciplina transversal que afecta a distintos campos de conocimiento; nosotros trataremos de exponer solo los aspectos que nos sirvan y nos ayuden a llegar al objetivo que nos hemos propuesto. Para ello nos serviremos de los conocimientos recopilados por los antiguos oradores y filósofos tanto griegos como romanos, los cuales a pesar de su antigüedad no han perdido vigencia en la actualidad. A continuación ahondaremos en el proceso de búsqueda de los componentes lingüísticos adecuados y los diferentes modos de enunciación que complementan la construcción de los discursos públicos. En el penúltimo capítulo nos centraremos en los discursos políticos españoles, sus peculiaridades y en la función de los eufemismos en éstos. De base nos servirán los libros de los lingüistas Marina Fernández Lagunilla, Emilio Alejandro Núñez Cabezas y Susana Guerrero Salazar. Las teorías y segmentaciones, procuraremos ilustrarlas con fragmentos de los discursos políticos de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy Brey (PP). En la última parte llevaremos a cabo dicho análisis, aplicado a dos discursos políticos concretos: uno de izquierdas y otro de derechas. No obstante, ambos tratarán el mismo tema para así minimizar la diferencia en los campos semánticos de los sustitutos eufemísticos. Éstos los miraremos y descompondremos desde el punto de vista léxico-semántico. Nos centraremos en la localización e investigación de los eufemismos polít icos, económicos y 5

militares. Durante todo el tiempo de análisis utilizaremos como manual de consulta el Diccionario de eufemismos y expresiones eufemísticas del español actual de José Manuel Lechado García. La finalidad de este análisis es comprobar nuestra hipótesis, si varia el empleo de los sustitutos de valor eufemístico según la ideología del discurso. Analizaremos las voces eufemísticas encontradas en su nivel léxico-semántico, sin tener en cuenta el profundo contexto extralingüístico del tema tratado en estos discursos.

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2. Retórica 2.1. Qué es la retórica

La definición que aparece en el diccionario de la Real Academia Española apunta que «retórica» significa «Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.»1 La palabra «retórica» proviene del griego rhētorikḕ,, rhetorike techne, o sea, el «arte del orador», donde rhḗtōr es «orador», que deriva a su vez de rhêma- «lo contado», «palabra». De ahí también deriva la denominación latina - rhētorica.2 Sin embargo, es necesario apuntar que la retórica como disciplina científica moderna es muy compleja. Ésta se presenta como un conjunto de conocimientos procedentes de varias ciencias distintas (como las lingüísticas: fonología, gramática o estilística3) y donde también influyen factores culturales, psicológicos y socioculturales que tienen impacto en la gente y forman parte de los estudios de la pragmática lingüística. 4 Mención aparte merecen también física y quinésica (disciplina sobre la gesticulación). A continuación consideramos necesario precisar que en este trabajo nos centraremos, sobre todo, en aquellos factores que tengan relación con la lingüística.

2.2. La retórica hoy en día

Gracias a los medios de comunicación del nuevo milenio y a la rápida transmisión de información a través de éstos, el poder de la palabra hablada y su impacto sociocultural y (no menos importante) su efecto psicológico en la gente han sufrido un considerable aumento. Hoy en día, la expresión retórica de cualquier esfera de la vida se nos puede presentar de manera directa, e incluso en el ámbito internacional, proporcionándonos así un espectáculo inmediato. Así como sucedía en los auditorios en el ágora ateniense, o con los oyentes del Foro Romano, también el espectador de hoy día puede percibir cualquier gesto mímico,

1

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA., Diccionario de la Lengua Española. Madrid, 22ª edición, disponible en http://buscon.rae.es/draeI/ , [consultado el 15/03/2011]. 2 HARPER, D., Online ethymology dictionary , Dan McCormack sponsored words, 2001- 2010, disponible en http://www.etymonline.com/index.php?search=rhetoric&searchmode=none, [consultado el 15/03/2011]. 3 MISTRÍK, J., Rétorika, Bratislava: SNP 1978, p. 9. 4 REYES, G., Pragmática lingüísitca: el estudio del uso del lenguaje, Barcelona: Montesinos Editor, S.L., 1990, p. 15.

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cualquier movimiento de la mano, el color de la voz del hablante o el carisma de la personalidad del orador que se dirige a nosotros, que intenta persuadirnos, atraernos o, simplemente, imponer sus ideas al público. De hecho, hasta podríamos hablar de un renacimiento de la retórica, dado que parece haber recuperado la fama e importancia de antaño. De ahí que no podamos pasar por alto su largo camino evolutivo y, por ello, intentaremos esbozar los puntos primordiales de su desarrollo durante la época helénica y la República Romana, ya que en esta época surge la obra base y clave de la cual parten incluso los oradores modernos contemporáneos.

2.3. Desarrollo histórico

Los orígenes de este antiguo arte se sitúan en la isla de Sicilia en el siglo V a. C. Allí la retórica formaba parte inseparable de la vida pública, puesto que la gente tenía el derecho y el deber a su vez de tratar cualquier asunto público delante de una asamblea de la plebe. Con el interés creciente por la retórica creció también la necesidad de maestros que pudieran enseñarla. El fundador de la primera escuela retórica fue Gorgias y su escuela formó, entre otros, a los Sofistas. No obstante, según Platón, éstos merecían crítica puesto que solo enseñaban cómo tergiversar la verdad concerniente al asunto tratado por medio de la belleza del discurso y modificarla para que les sirviese e hiciera que los oyentes se pusiesen a favor de orador. El primero en elaborar un tratado sistemático sobre la retórica fue Aristóteles. Este escrito atemporal llamado Retórica (347 a.C.) incluye un conjunto de reglas cuya vigencia se extiende hasta la actualidad. De los oradores romanos destacamos a Marco Tulio Cicerón. Él percibía la retórica como representación máxima de las habilidades humanas, pero con una finalidad distinta a la que procuraban alcanzar las demás artes. En sus Diálogos del Orador lo aclara de la siguiente manera: «Y así como en las demás artes es lo más excelente lo que se aleja más de la comprensión, de los ignorantes, en la oratoria, por el contrario, el mayor vicio está en alejarse del sentido común y del modo usual de hablar».5 Marco Fabio Quintiliano fue el primer maestro de retórica pagado por el estado. Compuso la gran obra teórica Instituciones Oratorias, que consta de doce tomos que unen todos los conocimientos retóricos que se desarrollaron durante quinientos años y que, además, 5

CICERÓN, M. T., Diálogos del orador, traducción de MENENDÉZ PELAYO, M., Madrid: Librería de Hernando y Compañía, 1912, p. 3.

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están enriquecidos con sus aportaciones. La «ciencia de bien decir»6, la divide en tres grandes partes: de arte, de artífice (sobre el artista) y de opere (sobre la obra). Según él, la perfección en la retórica solo se puede conseguir con la justa proporción de inocencia moral y destreza de expresión, así como con un buen dominio lingüístico. También hace hincapié en la relación directa entre el ingenio y el ars, es decir, que el talento con el que uno nace no es suficiente, pero sirve de base que luego habrá que desarrollar: la educación es imprescindible ya que esculpe el talento. A su manera de ver, el estilo retórico de cada periodo funcionaba como espejo dado que reflejaba la situación de entonces. La oratoria la consideraba un instrumento que tuvo el poder de cambiar la marcha de cosas, tanto en la esfera política y jurídica como en la familiar. Por tanto, Quintiliano enseñaba a sus discípulos a formarse de acuerdo con los principios morales y, posteriormente, pronunciando aquellas palabras poderosas que habían crecido de la base moral, mejorar la sociedad. Puede sonar utópico, sin embargo, las ideas y la obra de Quintiliano influyeron en todas las escuelas posteriores y también en nuestro trabajo nos basamos en algunos de sus conceptos. Este subcapítulo lo cerramos con las palabras de Quintiliano, que expresan perfectamente lo que intentábamos formular: «La antigüedad nos ha provisto de tanto número de maestros, y de tantos ejemplos, que parece tal vez, que ningún tiempo hay más feliz para nacer que el nuestro, en cuya instrucción se han empleado todas las fatigas de los siglos anteriores.» 7

6 7

Así Quintiliano denomina la retórica en su obra Instituciones Oratorias. QUINTILIANO, M. F., Instituciones oratorias, tomo segundo, Madrid, 1799, p. 437.

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2.4. Segmentación clásica de la retórica

La siguiente división clásica (introducida ya por Aristóteles) parte la retórica en cinco fragmentos:8

1. Inventio, que consiste en la búsqueda y amontonamiento de la materia. 2. Dispositio, donde a lo que hemos encontrado y que nos será útil le damos un orden, es decir, lo jerarquizamos de acuerdo con cierto esquema que tenemos preparado con antelación. 3. Elocutio, la corrección estilística de las expresiones y vocablos. 4. Memoria, consta de memorización del discurso y, última parte, 5. Pronuntiatio (también llamado actio), que surge cuando el discurso está presentado delante de público. Los dos fragmentos que acabamos de mencionar (memoria y actio) son extra-textuales, puesto que forman el aspecto representativo de la retórica, la teatralidad de l presentador. El discurso que saldrá como producto de este proceso constará de la parte interna, que será el contenido (o sea, el asunto expresado) y la parte externa, el «cómo se expresa», las palabras. El proceso oratorio entero según Aristóteles consta de tres elementos: del que habla (hoy diríamos el argumentador), de aquello acerca de lo cual se habla (el tema) y de aquel a quien se dirige, el/los oyentes (el auditorio o el argumentatario). 9

2.5. División de los discursos públicos

Ahora, para mantener el equilibrio entre la visión clásica (aunque también sigue vigente hoy en día) y la retórica moderna, incluimos la demostración de los discursos retóricos más corrientes en actualidad, expuestos en el libro Rétorika de Božena Šmajsová Buchtová. En contraposición con la fragmentación clásica de Aristóteles (discursos políticos, discursos jurídicos, discursos laudatorios)10, ésta es mucho más voluminosa debido a la

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QUINTILIANO, M. F., ob. cit., tomo primero, p. 157. MARAFIOTI, R., La retórica aristotélica en "La argumentación: lo mismo y lo nuevo" de "Temas de Argumentación" Buenos Aires: Editorial Biblos, 1995, p. 19. Adaptación de la catedra disponible en: http://www.altillo.com/examenes/uba/cbc/semiologia/semioretoricaaristo.asp [consultado el 15/03/2011]. 10 ARISTOTELES., Rétorika, Thetis, 2009 p. 39. 9

10

multitud de nuevas tecnologías que nos ofrece la época en la que vivimos y que Aristóteles no tuvo a su disposición.

Así, Buchtová divide los discursos públicos en dos grupos según el lado del oyente (sea el emocional o el racional) al que se refieren:11



Un primer grupo englobaría los textos que apelan al intelecto de los espectadores: le presentan hechos, argumentos lógicos… y por eso son del lenguaje claro, conciso e informativo. Como su objetivo es conceder nuevos conocimientos al oyente, se orientan al contenido, a la información que llevan.



Al segundo grupo pertenecen los textos que afectan al lado emocional de la persona y por eso abundan, ante todo, en ornatos lingüísticos. Sin embargo, hace falta apuntar que en la mayoría de los casos no existen en su forma pura, tal como la hemos descrito con anterioridad, sino que se complementan entre sí. Lo que sucede es que todos los discursos que se presentan delante de un público, sin excepción, intentan impresionar al auditorio o, por lo menos, lograr que se quede con una buena impresión.

2.6. Algunos tipos de discursos públicos 12

• Exposición: es un discurso informativo, objetivo y exacto puesto que el orador se dirige directamente al público. No puede ser seco, sin embargo, también se debe evitar el uso de frases cliché y muletillas y presentar la información referida de una manera comprensible, sin alusiones y digresiones innecesarias.

• Conferencia: es un discurso informativo explicativo. El orador tiene el rol de profesor dado que les concede a los oyentes nuevos conocimientos. La información que propone debe ser comprensible y exacta, tal como en la exposición. Además, puede usar varios instrumentos tecnológicos didácticos: proyector, video, gráficos, diagramas, etc., que ayuden a la mejor comprensión por parte de los espectadores. El 11 12

ŠMAJSOVÁ BUCHTOVÁ, B., Rétorika, Pr a h a : G r a d a , 2 0 0 6 , p . 81 . ŠMAJSOVÁ BUCHTOVÁ, B., ob. cit. p. 82- 140.

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orador usa el captatio benevolentiae – «Pedir o conseguir la benevolencia (atención, respeto, expectativa o interés) del auditorio. El autor, el poeta, el rapsoda, el actor pide al público que sea benevolente con él y con su obra, pues a pesar de sus imperfecciones lo ha hecho con buena voluntad.»13 Podemos ser más cercanos al público ya que actuamos como profesores: queremos despertar la pasión o, al menos, un cierto interés por la materia presentada.

• Contribución a la discusión: su objetivo es la resolución de una cuestión problemática o del asunto presentado desde varios puntos de vista. Se emplea durante reuniones, asambleas etc. Exige la participación de varias personas, de ahí que tenga forma de diálogo, es decir, son las opiniones de varias personas presentadas que giran alrededor de cierto problema. Suele ser corto, pero como se presenta públicamente exige ensayo y preparación previa.

• Prólogos solemnes: son discursos presentados en contadas ocasiones. Según la ocasión los dividimos en el discurso laudatorio, lúgubre y el brindis. Un prólogo debe crear un ambiente acorde a la situación, acompañado por gestos, postura y vestido adecuado. El tono no debe ser el normal y corriente, sino más elevado, poético y majestuoso. El elemento crucial es la adecuación. Un prólogo no debe indignar ni causar ninguna sensación.

• Discurso (también llamado oratoria): es el género retórico más eminente, elaborado y rico en figuras retóricas y ornamentos lingüísticos que se ha desarrollado ya desde hace siglos. Consta de varios ensayos sobre distintos temas, sea un tema político, social, histórico, etc. Tiene una estructura lógica. El orador debería evitar las frases cliché, palabras vacías que dicen todo y no dicen nada, muletillas, especulaciones… El rol primordial en la creación de un buen discurso lo tiene la estilística (véase el subcapítulo siguiente). El objetivo de un discurso es argumentar, motivar y persuadir. Uno de los prerrequisitos indispensables es la convicción interior del ponente sobre el tema: si a él no le convence tampoco logrará convencer a los oyentes.

13

GONZÁLEZ ROMANO, J. A., Trivium, página de lengua y literatura españolas Creative Commons, disponible en http://www.lenguayliteratura.net/index.php?option=com_glossary&Itemid=49&catid=29&func=display&search =captatio+benevolentiae&search_type=1, [consultado el 15/03/2011].

12

En último lugar planteamos algunos tipos de discursos públicos que empezaron a existir gracias a las nuevas tecnologías, y que últimamente gozan de gran popularidad ya que se transmiten por televisión, Internet y otros medios de comunicación. Así, una de sus mayores ventajas es que pueden informar a millones de oyentes a la vez.

• Entrevista: sea en radio, televisión o periódico. Tiene forma de diálogos, necesita preparación previa de las preguntas del entrevistador por parte del entrevistado.

• Rueda de prensa: es la forma más exigente en cuanto a las reacciones inmediatas de l entrevistado, sus conocimientos sobra la esfera y su agilidad lingüística. A diferencia de la entrevista, el entrevistado no se puede preparar con antelación las respuestas a las cuestiones que se le harán. Influye a todos los sentidos de los oyentes.

• Terminamos la enumeración de los tipos de discursos más corrientes con los llamados soundbites: frases cortas y comprensibles sacadas de un discurso más extenso para poder ser usadas en radio o televisión. Su uso se está acrecentado, sobre todo en la esfera política. El enunciado no debería durar más de 15 segundos, de ahí el nombre de «sound» bites.

13

3. La palabra como unidad base del discurso 3.1. Elección de la palabra adecuada al componer un discurso Al componer un discurso la unidad base es la palabra. Parece ser una tarea fácil puesto que cada sistema lingüístico contiene cientos de miles de locuciones, frases y palabras, pero no es tan simple: muchas veces resulta difícil escoger entre tal variedad y riqueza la palabra adecuada, la que describe perfectamente lo que tenemos en nuestra mente. Ya Quintiliano en su obra anticipa que es la parte más difícil de todo el proceso oratorio. De ahí que la oratoria tenga tres propiedades: corrección, claridad y elegancia. 14 •

En cuanto a la corrección, es un requisito indispensable que un orador domine perfectamente la gramática de su lengua y para evitar el empleo de los vicios lingüísticos- barbarismos, que son las palabras mal escritas o mal pronunciadas y solecismos, que surgen a consecuencia de una construcción sintáctica incorrecta.



En lo que atañe al estilo (la elocución) de las voces escogidas, se debe evitar el uso abusivo del lenguaje coloquial, ya que evocaría una impresión de afecto o demasiada familiaridad (que, por ejemplo, en un discurso político o jurídico sería muy malsonante, hasta afrentoso). Tampoco sería adecuado el empleo abundante de extranjerismos y tecnicismos, pues podrían conducir a la incomprensión de discurso.



El tercer elemento que se debe tener en cuenta en la elección de las pala bras, es la claridad, es decir, elegir el vocablo exacto que determine el objeto al cual nos referimos. Suena obvio, sin embargo, Quintiliano recalca que hay casos en los que no se cumple esta propiedad discursiva. Puede ocurrir al intentar evitar el empleo de un término indecoroso, vulgar u ominoso.15 Así, frecuentemente el orador incurre en inútiles descripciones que a veces dificultan la comprensión al tratar de no usar cierta expresión por parecerle abochornante o inadecuada aunque en realidad no lo sea. Apunta, así mismo, que este uso eufemístico inapropiado lleva a la falta de precisión léxica y se considera un vicio. 16

14 15 16

QUINTILIANO, M. F., Instituciones oratorias, tomo primero, Madrid, 1799, p. 45. Íbid., p. 340. Íbid., p. 343.

14

En el proceso de creación de una oratoria tenemos a nuestra disposición la gran variedad de vocablos y locuciones lingüísticas de las que consta cada lenguaje, sin embargo, los vocablos personales de cada persona distan. Aquí influyen varios factores: el entorno familiar en el que vivimos, la educación, nuestros amigos, nuestra pareja y en gran medida también la multitud de libros que hemos leído. Tenemos así a nuestra disposición un sinfín de palabras con sus consiguientes sinónimos, los cuales pueden ser de dos tipos: por un lado tenemos los que difieren entre sí en su matiz semántico (sector, rama, esfera, disciplina...) y por el otro, los que elegimos según el discurso que vamos a componer (alegrarse- palabra neutral, regocijarse, exultar- palabras emocionales).17 Éstos los elegimos teniendo en cuenta qué tipo de discurso compondremos, a qué tipo de público nos referiremos etc. Si son totalmente equivalentes estos sinónimos en cuanto a su valor semántico, escogeremos según su eufonía (es decir, elegimos el que nos suene mejor). Todo este arsenal lingüístico nos facilita la expresión de nuestras ideas, el formular más precisamente nuestros pensamientos y cumplir así el objetivo del discurso: el de convencer mediante la palabra. Otro recurso lingüístico que aumenta la eficacia de la elocución son los tropos y figuras retóricas, los ornamentos con los que decoramos el texto.

3.2. Figuras retóricas, la elegancia de un discurso. «No tengo por eloqüencia a la que no arrebataba la admiración».18 La admiración de la que habla Cicerón se alcanza, justamente, por medio de la tercera propiedad discursiva: la elegancia, que hace que el discurso resulte atractivo y propio del autor. Se logra por medio de dichos ornamentos, gracias a los cuales es más fácil embelesar al público y ganarse así su confianza. Estos ornamentos «son cualquier tipo de recurso o manipulación del lenguaje con fines persuasivos, expresivos o estéticos».19 Las figuras del enunciado según el plano de la lengua al que afectan se dividen en20:

17

ŠMAJSOVÁ BUCHTOVÁ, B., Rétorika, 1 ª e d i c i ó n , P r a h a : G r a d a , 2 0 0 6 , p . 1 5 2 . CICERÓN, M.T., Epistolas ó cartas de Marco Tulio Ciceron, vulgarmente llamadas familiares, Valencia: Hermanos de Orga, 1797, p. 256. 19 GARCÍA BARRIENTOS, J. L., Las figuras retóricas, el lenguaje literario 2, 3a edición, Madrid: Arco Libros, 2007, p. 10. 20 A este respecto, véase VESELÁ, J., El análisis de las figuras retóricas en los discursos políticos de Fidel Castro. 18

15

• Figuras de dicción: (calambur, metátesis, paragoge, paronomasia.), también llamadas metaplasmos, tienen efecto en el aspecto fónico de la lengua. Alteran la construcción estructural de las palabras por medio de excepción, adición o transposición de las letras que las constituyen.

• Figuras sintácticas/ de construcción: (anacoluto, asíndeton y polisíndeton, hipérbaton, pleonasmo, quiasmo, zeugma) influyen en el plano sintáctico puesto que repercuten de varias maneras en el ordenamiento sintáctico.

• Figuras semánticas/ tropos: (oxímoron, antonomasia, símil, concepto, eufemismo, hipérbole, lítotes, ironía, metáfora, metonimia y sinécdoque, paradoja, personificación, sinestesia), son figuras que alteran el sentido natural de las voces, por tanto, tienen efecto a nivel semántico.

• Figuras pragmáticas: (prosopografía, etopeya, sentencia, corrección, exclamación, apóstrofe, interrogación), influyen en la enunciación y por ello involucran a otros elementos extralingüísticos en la situación comunicativa.

3.2.1. Procedimientos lingüísticos en la creación de eufemismos

Vamos a centrarnos en la categorización de los adornos eufemísticos que nos son relevantes ya que los analizaremos minuciosamente más adelante. Los eufemismos, las palabras atenuantes que se usan para sustituir una expresión malsonante o dura, forman parte de los recursos estilísticos semánticos (tropos). Para su creación se parte de métodos semánticos (los que aluden al plano del significado), y también formales, que deforman el aspecto formal de la voz que estará sustituida: 21

21

LECHADO GARCÍA, J. M., Diccionario de eufemismos /el primer diccionario de eufemismos del español actual, Madrid: Editorial Verbum, 2000, p. 18- 20.

16

3.2.1.1. Procedimientos semánticos:

• Sinonimia: uno de los procesos más corrientes en la formación de los eufemismos ya que no requiere tanta imaginación: simplemente se escoge palabra sinonímica

que no tenga el valor ofensivo o

malsonante: así, tenemos obeso por «gordo», particular por «raro».

• Circunlocuciones

y

perífrasis:

su

formación

exige

más

imaginación que la invención de sinónimos. Pasar a mejor vida por «morir» o tercera edad por «vejez», alterar la verdad por «mentir». Son a menudo utilizados en el lenguaje político.

• Antonomasia: consiste en la sustitución del nombre propio de una persona o cosa por un nombre común que también lo caracterice o viceversa: carrera por «prostitución».

• Metáfora: puede figurar también como un recurso eufemístico basado en el significado figurado: sonar el pueblo por «revuelta».

• Cultismo: eufemismo poco usual, con valor literario. Para descodificar exige conocimientos históricos o literarios: sáfica por «lesbiana».

• Infantilismo: también llamado «ñoñismo», proviene del lenguaje infantil, utilizado en el lenguaje común: pipí por «orina», pompis por «culo».

• Antífrasis: crea eufemismo paradójico por la inversión del significado: pacificación por «aplastamiento militar».

• Lítote: recurriendo al litote se obtiene un eufemismo por negación: no apto por «suspenso».

17

• Negación: consiste en anteponer cualquier prefijo negativo

e

invertir así el significado de la voz que va a ser sustituida. Se considera de mala calidad, este eufemismo: invidente por «ciego», despliegue por «invasión», dispensar por «jubilar». • Uso de extranjerismos: en general, este procedimiento es muy criticado por los lingüistas, denominado «empobrecedor de l lenguage». En la mayoría de los casos su uso es inútil ya que existe la misma denominación en el españo.: fiancé por «novio», water por «retrete». La mayoría de estas palabras proviene del inglés o del francés.

• Uso de los llamados «comodines»: es un procedimiento cómodo para denominar cualquier expresión. Para la descodificación exige un conocimiento del contexto del asunto o información previa: eso, cualquier cosa, aquello que te dije ...

3.2.1.2. Procedimientos formales:

• Fonéticos: consisten en la sustitución basada en la semejanza fónica: cordones por «cojones», jopé o jolín por «joder».

• Morfológicos: se consiguen utilizando diminutivos, superlativos, sufijos, prefijos, disimulando así la dureza o malsonancia de la voz: cabroncete por «cabrón».

• Sintácticos: basados en la omisión de la palabra ya que el sentido se entiende, basadas también en el uso de zeugma o litotes. Para que se entiendan como expresiones eufemísticas depende del contexto.

• Gráficos: a este grupo pertenece el empleo de puntos suspensivos, huecos en blanco...

18

• Pitidos en documentos sonoros para omitir una palabra inadecuada, malsonante o, sobre todo, palabrotas.

• Procedimientos no estrictamente lingüísticos: entonación, gestos, mímica, sobreentendidos.

3.3. La difícil delimitación de los eufemismos.

El eufemismo como hecho lingüístico es difícil de delimitar puesto que se trata de un fenómeno ambiguo, el cual se refiere tanto a la intención o táctica de empleo de palabras con valor disimulador como al resultado o demostración concreta de éstas. 22 Otro motivo que dificulta su demarcación es el hecho de que se trata de un fenómeno inestable, que sufre cambios constantes. Con ello queremos decir que hay miles de expresiones eufemísticas empleadas por cientos de personas de forma diaria. Hay que apuntar también que la duración del valor disimulador de estos sustitutos está limitado, ya que las palabras malsonantes que se solían reemplazar hace un siglo (o hace un par de años) se han hecho más agradables o dejaron de ser tabú por la captación de la comunidad, por tanto, perdieron también la necesidad de ser suplidas. Tampoco está unificado el motivo por el cual se utilizan los eufemismos: Las definiciones que hemos propuesto anteriormente solo describen el propósito que tienen los eufemismos, que es el de sustituir una palabra desagradable. Sin embargo, Bernardino M. Hernando plantea otros fines viciosos de la utilización de éste fenómeno: disimular la vaciedad de palabras con palabrería, conseguir que lo simple resulte complejo y complicado o cargar lo concreto y cierto de imprecisiones o vaguedades 23 . Resulta obvio que estas finalidades de los eufemismos estarán llevadas a cabo, sobre todo, por los políticos. No obstante, nosotros omitiremos este aspecto del uso de los eufemismos ya que no disponemos de tales conocimientos de politología ni de sociología. Nos resulta imposible ahondar en la profundidad de este fenómeno en todos sus aspectos, así que el análisis en nuestro trabajo lo llevamos a cabo solo en el plano lingüístico.

22

GÓMEZ SÁNCHEZ, M.E., Los sustitutos eufemísticos y la claridad del texto informativo, Estudios sobre el Mensaje Periodístico de la Universidad Europea de Madrid, [online], 2005, número 11, p. 310 [citado 9. de abril 2011]. Disponible en http://www.ucm.es/info/emp/Portad_0.htm . 23 HERNANDO B. M., Lenguaje de la prensa, Madrid: Eudema, 1990, p. 179- 180.

19

4. La palabra como instrumento de poder de un discurso Aportamos esta breve historia de Gabriel García Márquez, pronunciada en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebró en 1997, en México, ya que ilustra bien el inmenso poder de la palabra que se refleja, sin excepción, en cualquier esfera de la actividad humana. A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: « ¡Cuidado! » El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse me dijo: « ¿Ya vio lo que es el poder de la palabra ¿ » Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios24 especial para las palabras.25

En el caso del pequeño Márquez, un simple «Cuidado», a lo mejor, le salvó la vida. No obstante, el poder de la palabra en general llega mucho más lejos. Es obvio que el cambio del léxico ocurre en cada lengua que está viva y que va cambiando conforme los acontecimientos que lo acompañan (caída de régimen, guerra civil etc.): aparecen nuevas palabras, nuevas formas de hablar… lo cual es natural debido a que los campos de interés de las personas son inagotables, y se siguen creando otros. Lo que sigue manteniendo su nivel de importancia es dicho impacto de estas palabras, de ahí que su uso debiera ser aún más circunspecto en el campo político, donde las consecuencias de lo dicho en algunos casos pueden llegar a ser causantes de grandes malentendidos.

Cuando yo empleo una palabra -dijo Tentetieso en tono despectivo- significa exactamente lo que yo quiera que signifique: ni más ni menos. La cuestión es -dijo Alicia- si puede usted hacer que las palabras signifiquen tantas cosas distintas. La cuestión es quién manda -dijo Tentetieso-; nada más.26

Es evidente la visión nominalista de Humpty Dumpty en cuanto a la denominación de las cosas. Ésta dice que los nombres que ponemos a diversos objetos solo son flatus vocis, esto es, soplos de voz y que no tienen nada que ver con el objeto como tal. La palabra tiene 24

Aquel dios especial, a que se refiere Márquez, fue Itzamná, quien inventó los primeros caracteres que sirvieron de letras a los mayas. 25 CORTÉS BARGALLÓ, L., La lengua española y los medios de comunicación, palabras de G.G. Márquez, en su discurso Botella al mar para el dios de las palabras. México: Siglo XXI, 1998, p. 11. 26 CARROLL, L., Alicia en el país de las maravillas/ a través del espejo. Madrid: Ediciones AKAL, 1998, p. 252.

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solo el significado que le demos, y cuando decimos palabras somos nosotros los que le damos vida mediante su significado. Y lo que Lewis Carroll ha permitido hacer con las palabras a uno de sus personajes en su libro, en ningún caso se podrá tolerar en el habla política, ya que saldría un disparate entendible solo por su propio autor.

Existen diversas maneras de expresarnos, de usar la enunciación, y tal como podemos observar en el caso de Humpty Dumpty, no siempre la intención primordial es que los demás nos entiendan. El mensaje se puede alterar, variar y cambiar y hay miles de maneras de conseguirlo.

4.1. Parresía como modo de enunciación

Nos parece interesante mencionar, por tanto, el concepto de parresía, introducido por Platón y luego desarrollado y elaborado por el filósofo francés Michel Foucault, como forma de discurso en la que decimos la verdad27 en todo momento, incluso frente al peligro individual. Aquel que recurra al uso de parresía, optando así por la sinceridad frente a la convicción, corre el riesgo del peligro individual. Este tipo del peligro consiste en la reacción imprevisible de oyente, sin embargo, existe también otro aspecto negativo en esta forma de enunciación. Así lo afirma Platón, diciendo que no todos deberían tener el mismo derecho de recurrir al uso de parresía: esta virtud se les debería conceder solo a los educados, ya que la palabra en boca de ingenuos insolentes se podría convertir en un vicio y causar desazón. Justamente en este igualitarismo veía Platón el poder subversivo que ejercía la palabra. 28 Es en el campo político donde se debería apreciar esta actitud hacia el enunciado: un político no debería ocultar la verdad, ni alterarla. Debería atreverse a decir esa «verdad subjetiva» aún a riesgo de ganar el enojo, hasta la incredulidad del público, que hoy en día ya se ha acostumbrado a ser estafado con falacias y medias verdades y muy a menudo toma una actitud reservada, incluso recelosa hacia este aluvión de enunciados que se le insinúan desde todos los medios de comunicación. Sin embargo, la realidad es contraria ya que en la mayoría de los casos los mensajes políticos suelen adoptar una forma poco legible, cuasi oscurantista, lo que se convirtió en un fenómeno corriente e intencional29. 27

Foucault subraya que siempre se trata de una verdad subjetivada, es una realidad de la que el orador está convencido de que es verdadera. 28 FERNÁNDEZ AGIS, D., La política de la verdad. La lámpara de Diógenes: revista de filosofía [online], 2006, números 12 y 13, p. 153- 155. [citado 1. de abril 2011]. Disponible en http://www.ldiogenes.buap.mx/intro.htm 29 ALVAR, M., La lengua de --, Universidad de Alcalá de Henares, 1993, p. 69.

21

4.2. Maneras de enunciación con intención de desinformar

A continuación proponemos algunos tipos de enunciado creados por recursos estilísticos con la finalidad de desinformar (palpables sobre todo, en los discursos políticos). Nos serviremos de la segmentación propuesta por el filólogo Ángel Romera Valero30. Tal como hemos mencionado en el título, todos estos procedimientos retóricos tienen una propiedad en común y es la dicha desinformación. Ésta se alcanza mediante:

• Biparticiones maniqueas, o demonización. Con otras palabras, presentar los hechos ocurridos de tal manera que resulten dogmáticos y así conviertan al oponente en el malo, el culpable, es decir todos los creerán «demonio», mientras nosotros saldremos como los inocentes, los buenos. Lo podemos observar en este fragmento de discurso de Mariano Rajoy, donde echa toda la culpa de la crisis económica en la que se encuentra España al gobierno de Zapatero, el cual a pesar de los consejos de Rajoy, “regía por su cuenta y llevó así a todo el país al borde de la perdición”. El esquema que nos sale es el siguiente: el demonio - Zapatero, el ángel - Rajoy.

«Inquieta, en fin, Señorías, que, durante los últimos años, el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero haya estado haciendo exactamente lo contrario de lo que se le pedía, lo contrario de lo que nosotros hemos recomendado hasta la saciedad, lo contrario de lo que reclamaba el sentido común, lo contrario de lo que podía habernos evitado tantos sufrimientos.» Madrid 30/03/2011

• Recurrir al uso de términos de efecto placebo, que en el fondo son falaces pero por venir repitiéndose con frecuencia, se convierten en verdad (o mejor dicho, la gente las empezará a concebir como algo cierto e indudable). Bien pega la denominación del periodista Álex Grijelmo, que los califica como «palabras teloneras del abuso y la agresión»31 Algo similar intentan insinuar las palabras de Mariano Rajoy hacia Rodríguez Zapatero:

« ¡Cuánto mejor hubiera sido, señor Rodríguez Zapatero, que este cambio se hubiera producido antes! ¡Cuánto mejor hubiera sido para España y para sus parados que usted nos hubiera hecho caso desde el primer día!

30

ROMERA VALERO, A. Retórica, manual de retórica y recursos estilísticos, Proyecto de notas, publicado con Textpattern, disponible en: http://retorica.librodenotas.com/Recursos-estilisticos-semanticos/desinformación , [consultado el 5/04/2011]. 31 GRIJELMO, Á., La seducción de las palabras, Madrid: Taurus, 2002, p. 124.

22

¡Cuánto mejor que no hubiera necesitado llevar las cosas a un extremo insoportable para comprender que se estaba equivocando! Tuvo muchísimas oportunidades que desperdició.» Madrid 30/03/2011

• Simplificación de concepto. Consiste en el uso excesivo de palabras con un amplio significado (libertad, justicia, democracia), que deberían especificarse y concretarse más ya que podrían llevar a la desinformación debido a su ambigüedad puesto que quitan precisión al asunto. También estas oraciones de Zapatero pronunciadas en el Congreso merecerían una especificación más detallada por que no quedan de todo claras: « [...] ayer mismo se ha hecho palpable nuestra influencia para que un grupo de ciudadanos cubanos disfruten, en nuestro suelo, su propia libertad.» Congreso 14/7/2010

« Nuestro mejor y más efectivo homenaje es mantener la unidad democrática [...]» Congreso 14/7/2010

• El empleo de los llamados eufemismos, esto es, palabras atenuantes que disminuyen el impacto de una expresión considerada vulgar, malsonante u ofensiva. Y aunque su uso sea justificado, eso no cambia la realidad que, muchas veces, llega a tal extremo que es incomprensible por un público seglar y altera el significado real del mensaje. Observemos este ejemplo, donde el presidente del Gobierno Español José Luis Rodríguez Zapatero en uno de sus discursos, empleando varias locuciones con sentido figurado, intenta disimular la palabra crisis, puesto que el público al oírla directamente podría volverse histérico. He aquí unos cuantos ejemplos.

« [...] qué estamos haciendo para salir de este bache profundo.» Congreso 14/7/2010

« [...] pero hay que cambiar este estado de cosas utilizando todos los instrumentos a nuestro alcance, y el jurídico – laboral es, sin duda, uno de ellos.» Congreso 14/7/2010

Son éstos y muchos más los procedimientos retóricos que ayudan a oscurecer el valor enunciativo de los discursos. Y, al fin y al cabo, como ya afirma un antiguo dicho árabe: la verdad se pierde con demasiado discurso.

23

5. Lenguaje político español y el papel de los eufemismos en éste 5.1. Lenguaje político

El lenguaje político, o sea, la forma de hablar de los políticos, tiene propiedades que la distinguen de otras formas corrientes y comunes del habla. Hay varias definiciones, pero en todas ellas queda claro que el lenguaje político es un lenguaje dispar. Nosotros estamos de acuerdo con la profesora Marina Fernández Lagunilla, que reniega del empleo de la expresión «lenguaje especial», y afirma que es «un uso especial de la lengua común»32, aunque también hay quienes lo denominan jerga33. Entre otros, estamos de acuerdo con la opinión propuesta por Núñez Cabezas y Guerrero Salazar34, quienes afirman que, en teoría, el lenguaje político en ningún caso debería adoptar una forma oscurantista o críptica (como es propio de los lenguajes especiales: científico-técnico, carcelario, jurídico-administrativo, etc.) ya que se refiere a los ciudadanos y, por tanto, debería ser legible y fácil de descodificar. No obstante, sabemos que esta finalidad no siempre se cumple, y que muy a menudo en el proceso de codificación del mensaje político se recurre al oscurantismo, tal como hemos demostrado en el capítulo anterior. Es obvio que hay una diferencia entre cómo está definido el lenguaje político y lo que realmente es. He aquí la opinión de Javier del Rey Morató, que afirma que:

El lenguaje político supone un arsenal de recursos, un vocabulario a utilizar, un repertorio de palabras de las que huir –como de la lepra– , unas asociaciones de palabras a frecuentar, otras a eliminar del discurso, y algunas simples ideas, sobre las que hay que volver una y otra vez, como hacen los publicitarios al diseñar los costosos anuncios que nos asedian desde los medios de comunicación.35

Con su definición, subraya la función primordial que desempeña este tipo de lenguaje, que es la de persuadir. En este trabajo nos decantaremos por la denominación de lenguaje especial que utilizan los políticos con la finalidad de persuadir, informar y convencer.

32

FERNÁNDEZ LAGUNILLA, M., La lengua en la comunicación política I: El discurso del poder, Madrid: Arco Libros, 1999, p. 7 y 13. 33 Según Iorgu Iordan, el término jerga se refiere a un lenguaje especial propio de un colectivo de individuos, entendible solo para los involucrados. Esta disconformidad lingüística afecta, sobre todo al léxico. En cuanto a fonética, morfología y sintaxis no difiere de la lengua común. 34 NÚÑEZ C ABEZAS, E. A.; GUERRERO SALAZAR, S., El lenguaje político español, Madrid: Ediciones Cátedra, 2002, p. 19. 35 DEL REY MORATÓ, J., Los juegos de los políticos, Madrid: Tecnos, 1997, p. 38.

24

5.2. Caracterización del lenguaje político español en los discursos

El lenguaje político ideal es caracterizado por las tres propiedades retóricas que hemos mencionado en el segundo capítulo: la corrección, la claridad y la elegancia de las voces elegidas que constituyen un lenguaje políticamente correcto. Sin embargo, tal como afirman Cabezas y Salazar, el discurso político en España también tiene sus peculiaridades que lo alejan de la perfección clásica.36

5.2.1. Repetición

A) Enumeración innecesaria y redundante para evocar un efecto de pomposidad. « El Tribunal ha dictado su sentencia. Naturalmente, la acato, la cumplo y la haré cumplir.» Zapatero, Congreso de los Diputados 14/7/10

B) Repetición

de conceptos sinonímicos. Se emplea para conseguir un discurso más

bello y rico, no obstante, los políticos a menudo recurren al uso de estas muletillas para ganar un tiempo extra en el cual generar su próxima intervención. « A pesar de que llevamos unos días de gran alegría colectiva, ha sido este un año duro, un año muy difícil. » Zapatero, Congreso de los Diputados 14/7/10

5.2.2. Alargamiento innecesario de las expresiones Por lo visto también goza de mucho éxito entre los políticos españoles. Consiste en la elección de palabras o perífrasis largas, aun existiendo palabras más cortas y menos complejas para denominar exactamente lo mismo.

« [...] porque estos datos debieran hacerle reflexionar a la hora de tomar decisiones. » Rajoy, Madrid 30/3/2011

« Es sólo el último episodio que pone de manifiesto la extraordinaria complejidad [...] » Zapatero, Congreso de los Diputados 14/7/10

36

NÚÑEZ C ABEZAS, E. A.; GUERRERO SALAZAR, S., ob. cit., p . 28- 46.

25

5.2.3. Uso del lenguaje autorreferencial.

Dicho con otras palabras, un político habla de lo político, del gobierno, del partido etc. De ahí que este recurso adopte la función representativa. « [...] por ese afecto que siento cada día en la tarea de dirigir el Gobierno y el partido. » Zapatero 30/1/2011

« Como presidente del gobierno, quiero que lo sepan los ciudadanos.» Zapatero 30/1/2011

5.2.4. Deshumanización fragmentaria del discurso.

Este punto tiene que ver con el anterior. Aunque los políticos hablen de «nosotros», «nuestro país», «de su gobierno», «de su partido», hay pocos casos donde podamos encontrar un «yo» hablante, un «yo» agente. Insinúan así el patriotismo, o reparten la culpa o la victoria entre los partidarios.

« El euro fue nuestro reto y nuestro éxito. Es una parte de nuestra historia de la que nos sentimos muy orgullosos.» Rajoy 30/3/2011

No obstante, existen casos particulares donde aparece el «yo». En mayoría de los casos son momentos de la máxima emoción, o un ataque contra otro político donde no le queda otra opción, sino adoptar la postura propia. Bien lo demuestra este fragmento de un discurso de Mariano Rajoy, donde por haberse emocionado tanto, el líder de PP dejó de utilizar la primera persona de plural y recurrió a reprocharle a Zapatero en persona algunas de sus objeciones.

« Señor presidente del gobierno, a lo largo del día usted ha dicho tres cosas [...]. Yo he dicho otras tres cosas: que estoy encantado con lo que se ha aprobado en Europa; segundo, que lamento que usted no hubiera dicho o hecho esto en su momento porque así nos hubiéramos evitado muchas de las consecuencias que están pagando los españoles; y tercero, señor presidente, que yo lo siento mucho, no confío en usted. » Rajoy 30/3/2011

26

5.2.5. El lenguaje connotativo.

El lenguaje político, conforme a su finalidad persuasiva, está compuesto de manera que convenza a la gente, de ahí que el discurso político esté cargado de diversas connotaciones ya que intentará influir en el lado emocional de los oyentes para transmitir no solo la información, sino también sugerirles sensaciones y sentimientos. Tal vez lo explique mejor G. Klaus cuando afirma que «este factor sentimental se hace especialmente visible cuando pensamos en aquellas palabras cuyo significado todos comparten, pero frente a las cuales los hombres, capas, clases... agregan sentimientos individuales o de clase.»37 Por ello, las palabras con un significado amplio, como democracia, nacionalidad, congreso, nación, etc. que se fueron empleando en los discursos políticos a lo largo de la historia de los españoles adquirieron connotaciones diferentes. Tomemos de ejemplo el

término,

democracia. Aunque tiene dos explicaciones claras que nos propone la RAE -«Doctrina política favorable a intervención del pueblo en el gobierno» y «predominio del pueblo en el gobierno político de un estado.»-38, ni siquiera el DRAE puede abarcar todas las connotaciones que evocaría la voz democracia al oírla nosotros, nuestros padres, los cubanos o el propio Aristóteles. Exactamente por eso habrá que trabajar cuidadosamente al servirse de estas palabras.

« [...] ayer mismo se ha hecho palpable nuestra influencia para que un grupo de ciudadanos cubanos disfruten, en nuestro suelo, su propia libertad.» Zapatero Congreso 14/7/2010

5.2.6. Influjo de los grandes temas políticos a la producción de léxico. Los acontecimientos importantes39 en el mundo político trajeron consigo, entre otros, nuevas palabras que pasaron a formar parte del vocabulario de los políticos actuales. En el caso de España, son los temas que surgieron de la época de transición después de la caída del régimen franquista (constitución, chaqueteo, centralización, autonomización etc.). En la actualidad, es la creación lingüística unida a temas presentes como son la crisis o el

37

KLAUS, G., El lenguaje de los políticos, Barcelona: Anagrama, 1979, p. 159. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA., Diccionario de la Lengua Española. Madrid, 22ª edición, disponible en http://buscon.rae.es/draeI/ , [consultado el 8/04/2011]. 39 La propuesta de los temas grandes tomada de GUERVÓS, S., El léxico político de la transición española, Salamanca: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1992, p.16-17. 38

27

desempleo

(marco

laboral,

recortes,

subsidio...),

el

terrorismo

(guerra

sucia,

antiterrorista...) o la Unión Europea (eurocracia, europesimismo, euromercado...)

«Lo más grave de crisis, y lo sabéis, es perder el empleo. Por ello, hemos hecho máximo esfuerzo en proteger a las personas que han quedado en desempleo.» Zapatero 2/10/2010

5.2.7. Uniformidad del lenguaje político actual independientemente de la ideología. Teniendo en cuenta estos rasgos del discurso político español nos hacemos una pregunta: si tienen que ver con la ideología política, si difieren los discursos de los derechistas (que en la mayoría de los casos son partidos conservadores, tradicionalistas, que subrayan el individualismo y rechazan al colectivismo, es decir, prefieren los derechos del individuo ante los de la sociedad como un conjunto), de los izquierdistas (que intentan conseguir la igualdad en la sociedad mediante los derechos colectivos, y que muchas veces recurren a la política del populismo). Entonces, aunque tengan las dos ideologías rumbos distintos en lo que atañe a la política, Cabezas y Salazar proclaman que «todos los políticos de nuestros días hablan aproximadamente de la misma forma.»40 Su opinión la defiende también Fernández Lagunilla hablando de la «desideologización» del léxico político cuando dice que, hoy en día, los políticos usan el léxico común, propio de todas las ideologías, que forma el núcleo del vocabulario político.41 Ahora bien, el léxico político en la España actual se ha unificado (quizás no tenga el mismo valor y no quiera denominar la misma realidad la palabra nacional usada por el Partido Nacional Vasco, que aquella misma palabra empleada por un político del Partido Popular) y los valores nocionales de palabras individuales han perdido distintos matices y también han desaparecido las connotaciones anteriores de voces como raza, obrero, clase, trabajadores, programa... No obstante, nosotros creemos que a pesar de haberse unificado así el léxico político, podemos encontrar matices diferentes más expresivos en los discursos políticos de derechas e izquierdas en lo que atañe al uso de los eufemismos.

40

NÚÑEZ C ABEZAS, E. A.; GUERRERO SALAZAR, S., ob. cit., p . 43. FERNÁNDEZ LAGUNILLA, M., La lengua en la comunicación política I: La palabra del poder, Madrid: Arco Libros, 1999, p. 17. 41

28

5.3. La ideología política del PSOE y del PP

Como en nuestro trabajo nos serviremos de los discursos pronunciados por José Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del Gobierno de España y perteneciente al Partido Socialista Obrero Español y de los de su opositor y mayor crítico Mariano Rajoy Brey del Partido Popular, creemos necesario esbozar algunas de las ideologías de estos partidos. El Partido Socialista Obrero Español en actualidad forma parte del grupo de los partidos social-democráticos de Europa. En la República Checa el partido equivalente es el CSSD y en Eslovaquia se corresponde con su ideología el SMER. También el PSOE, como los demás partidos social-democráticos, está vinculado a las comisiones obreras; de ahí que, como un partido de izquierdas moderado, sostenga los intereses de los trabajadores e individuos. El PSOE gobernaba en España entre el 1982 y el 1996 liderado entonces por Felipe González y, a partir del 2004, ha vuelto a formar la coalición del Gobierno español con José Luis Rodríguez Zapatero en cabeza. El Partido Popular, es un partido de derechas moderado, en actualidad de oposición al gobierno de Zapatero, encabezado por Mariano Rajoy. Es un partido conservador que defiende los intereses de los empresarios, y con su ideología encasilla los principios de la democracia clásica. Los dos partidos actúan conforme a la monarquía española y tienden a la preservación de la democracia y la unidad de España en la forma actual de las Comunidades Autónomas. Las dos rechazan el separatismo y el terrorismo vasco. Tanto el PSOE como el PP están de acuerdo con la cooperación entre los países de la Unión Europea, aunque el PP tiende más a la colaboración con Estados Unidos. Sus opiniones se ubican en diferentes caminos también en lo que atañe a la privatización y a la posesión estatal de las empresas: el PP apoya la privatización general (como la de aeropuertos, empresas telefónicas etc.) mientras el PSOE tiende más a la conservación de las empresas estatales o mixtas. Ambos partidos, aunque de manera diferente, intentan resolver los problemas económicos y evitar así la bancarrota del estado. Las próximas elecciones serán en el 2012. 42

42

A este respecto véase también: MAGONE, J.M., Contemporary Spanish politics, 2nd edition, Oxon: Taylor & Francis, 2009.

29

5.4. Eufemismos en el campo del lenguaje político

El tema de los eufemismos ya lo hemos tocado en los capítulos anteriores a lo largo del trabajo, sin embargo, consideramos necesario ahondar más en esta esfera y nos hemos dado cuenta de que hasta ahora no se ha definido debidamente el término «eufemismo». Los eufemismos forman parte del habla políticamente correcta, es decir, un tipo de habla especial que procura excluir todo tipo de expresiones que puedan indignar u ofender de algún modo a un grupo social, religioso o étnico. La mayoría de las definiciones part en del papel moral que desempeñan los eufemismos, el papel de hacer de sustitutos de las palabras que, al pronunciarse, puedan resultar vulgares, malsonantes u ofensivas. Una de las definiciones que nos propone la RAE afirma que eufemismo es «manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura y malsonante.»

43

Sin embargo, una definición más

adecuada al ámbito político nos la ofrece el Diccionario de Términos Filológicos de Fernando Lázaro Carreter, que recalca que el empleo de estas expresiones es «proceso muy frecuente que conduce a evitar la palabra con que se designa algo molesto, sucio, inoportuno, etc., sustituyéndola por otra expresión más agradable.»44 Más adelante nos apoyaremos en esta definición, tanto en la especificación más concreta de los eufemismos como en su análisis en dos discursos.

5.5. Causas del empleo de los eufemismos en el lenguaje político Los motivos y los porqués de creación de los eufemismos son muchos, algunos de ellos ya los hemos esbozado con anterioridad. Ahora vamos a destacar la segmentación de las motivaciones que sienten los políticos para recurrir al uso de este fenómeno. José Manuel Lechado García, autor del primer diccionario de eufemismos en español afirma que el rol principal tienen: 45

• Motivaciones de índole político económica ya que este tipo de lenguaje con un uso especial exige cierta modificación de la lengua común para poder llevar la conversación en el nivel diplomático, o atenuar el impacto de algunas palabras que podrían resultar 43

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA., Diccionario de la Lengua Española. Madrid, 22ª edición, disponible en http://buscon.rae.es/draeI/ , [consultado el 9/04/2011]. 44 LÁZARO C ARRETER, F., Diccionario de términos filológicos, Madrid: Gredos, 2008, p. 77. 45 LECHADO GARCÍA, J. M., Diccionario de eufemismos /el primer diccionario de eufemismos del español actual, Madrid: Editorial Verbum, 2000, p. 15 -18.

30

duras (así, tenemos lucha armada por «terrorismo» o ajuste ministerial por «crisis de gobierno», teatro de operaciones por «campo de batalla» y no hace mucho que los políticos hablaban de «colonización» para evitar la forma más dura - invasión).

• Motivaciones sociales. Crean los eufemismos extendidos en la esfera de la lengua común, formados constantemente por la sociedad y el uso diario. Invidente por «ciego», llano por «pobre» etc.

• Carencia de prestigio profesional. Una de las causas más recientes, enlazada con la sociedad moderna. Ésta causa es propia de algunas profesiones desarrolladas en el nivel internacional. Outsider por «intruso», output por «salida», ranking por «jerarquía»…, o da importancia a algunas profesiones que en su denominación española no lucen mucho prestigio: comercial por «vendedor», agente sanitario por «barrendero» etc. Este tipo de eufemismos es considerado por muchos innecesario y empobrecedor del español, ha encontrado su empleo también en el habla política. Su uso suele causar enojo entre algunos lingüistas, quienes afirman que no es necesaria su creación ya que la lengua española dispone de esas denominaciones. Su uso no tiene nada que ver con la malsonancia de las palabras sustituidas.

Ahora bien, consideramos necesario esbozar también otros motivos, no menos importantes, en la creación de los eufemismos. Éstos no juegan el papel principal en el campo del lenguaje político, no obstante, su empleo en esta esfera no es cero.46

• Malsonancia: es la forma más pura e inmaculada de eufemismo, desarrollada en diversas esferas de la actividad humana que o son tabuizadas, o que hablar de ellas a viva voz se considera de mala educación. A su vez se trata de esferas más fecundas en lo que atañe a la formación de eufemismos. Hablamos de las actividades sexuales, escatológicas, insultos etc. Entera por «virgen», señorita de compañía o querida por «amante» etc.

46

LECHADO GARCÍA, J. M., ob. cit.,, p. 15 -18.

31

• Motivaciones culturales. Eufemismos tradicionales que dejaron de usarse o adquirieron un valor negativo.

• Marcas comerciales. Que por su uso frecuente llegaron a ser el nombre de producto en general. Kleenex por «pañuelo», rímel por «máscara» etc.



Expresiones de jerga. Tratan de disimular ciertas actividades inapropiadas, sobre todo las enlazadas con consumo de drogas, sexo o delincuencia. También forman parte un grupo de palabras de la jerga juvenil que son utilizadas para sustituir las voces del habla común, considerada correcta.

Tampoco se utilizan por

disimular malsonancia. Así, tenemos carrera por «orgasmo», ponerse ciego por «emborracharse», colocado por «drogado» etc. Este tipo de eufemismos es ausente en el lenguaje políticamente correcto.

32

6. Análisis de los eufemismos en los discursos escogidos

Para llevar a cabo la parte final de nuestra tesina hemos escogido dos discur sos. Ambos tratan el mismo tema que, por cierto, es un tema muy actual: el tema del conflicto en Libia. Los dos discursos fueron pronunciados el 22 de marzo de 2011 en el Congreso en Madrid. Para poder percibir el asunto tratado en mayor complejidad, los dos discursos enteros pueden encontrar en las páginas web oficiales de los partidos (www.psoe.es; www.pp.es) . El discurso que inició el debate sobre la participación de las fuerzas españolas en Libia fue de José Luis Rodríguez Zapatero. Con su oratoria pidió al Congreso que ratificara la participación de las fuerzas armadas españolas en Libia. Uno de los muchos que se pusieron en pro de la decisión tomada por el presidente del Gobierno fue el líder de la oposición, Mariano Rajoy Brey. Más adelante proponemos el análisis lingüístico desde el punto de vista léxico-semántico, de las expresiones que poseen cierto valor atenuante que hemos encontrado en los discursos. Nos serviremos sobre todo de los sustitutos abarcados en el diccionario de Manuel Lechado García, que contiene las palabras que son consideradas eufemísticas en la actualidad. Son palabras que, en cierto contexto y en ciertas circunstancias, pueden adquirir un valor eufemístico; y son esas las que procuraremos buscar en los discursos elegidos. Indicamos exclusivamente las partes relevantes de dichos discursos y las voces eufemísticas en éstas destacamos en negrita. Nos centraremos en la búsqueda de los eufemismos políticos, económicos y, como hemos escogido un tema referente a un conflicto armado en Libia, tomaremos en cuenta también los eufemismos del campo militar. No miraremos el contexto extralingüístico, ni el impacto que tiene el uso de los eufemismos escogidos en los oyentes, ni analizaremos más detalladamente los hechos tratados en los discursos ya que no disponemos de suficientes conocimientos de esa esfera.

33

1. Discurso: José Luis Rodríguez Zapatero

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO PARA SOLICITAR LA RATIFICACIÓN DEL ACUERDO DE CONSEJO DE MINISTROS, DE 18 DE MARZO, DE PARTICIPACIÓN DE FUERZAS ESPAÑOLAS EN APLICACIÓN DE LAS RESOLUCIONES DEL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS Congreso de lo Diputados, 22 de marzo de 2011 «A mi juicio, señorías, la comunidad internacional no sólo ha abierto el cauce para poner fin a esos hechos –a unos hechos dramáticos que reclamaban su respuesta– [...] »

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Esos hechos, unos hechos dramáticos, Zapatero recurrió a uso de estas expresiones para evitar la palabra crisis. Para no tener que mencionarla, buscó palabras sinonímicas que poseen cierto valor eufemístico. « Es un principio humanitario a los ciudadanos, la razón por la que estamos interviniendo en Libia: para defender a los ciudadanos de ataques de las propias fuerzas libias. »

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El presidente del Gobierno optó por la voz eufemística intervenir. La verdad es que es una intervención armada, pero como vemos en el trozo de su discurso, el adjetivo es latente, es decir, queda claro a qué tipo de intervención se está refiriendo sin añadir el adjetivo calificativo detrás. Escogió la voz intervenir para no tener que emplear palabras más fuertes como «guerra» o «conflicto armado».

« Hay que situar, además, esta decisión de la Comunidad internacional en un contexto histórico concreto que se ha calificado de “primavera árabe”, en relación con la situación en el norte de África. »

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Para denominar los acontecimientos que ocurrieron recientemente en el mundo árabe, como las revueltas en Túnez, Libia y Egipto, utiliza la denominación primavera árabe que surgió como alusión a la manifestación revolucionaria de «primavera de Praga». Primavera, la estación del año más verde, cuando todo renace y empieza una vida nueva después de invierno. Y esa es también la clasificación acertada de aquellas manifestaciones, donde la gente lucha para romper con la tiranía, en Egipto de Hosni Mubarak, en Túnez de Ben Alí y ahora en Libia de Muammar Gaddafi, e instaurar un régimen democrático. Es un eufemismo culto ya que su descodificación requiere que los 34

oyentes tengan conocimientos de lo que era la «primavera de Praga», para poder entender esta expresión en este contexto. « En aquella reunión, la Unión expresó su firme solidaridad con el pueblo libio y las víctimas de la represión acordando: [...]»

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Aquí Rodríguez Zapatero acudió al uso de esta circunlocución eufemística, víctimas de la represión, puesto que hablar a viva voz de un asunto tan delicado como es la muerte de los civiles durante los levantamientos en Libia sería de mala educación.

« [...] así como la flagrante y sistemática violación de los derechos humanos, y pedir que cesara inmediatamente [...] »

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Según el Diccionario de eufemismos de Lechado García, violación era el sustituto atenuante de la expresión «a fuerza». Sin embargo, esta voz hoy en día ya no posee ningún valor eufemístico ya que con su uso frecuente se hizo parte del habla común.

« [...] y la remisión de la situación imperante en Libia ante la Corte Penal Internacional.»

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Zapatero empleó otro eufemismo sinonímico para denominar la situación grave en Libia.

« [...] la Unión dejó de reconocer al Coronel Gadafi toda legitimidad, pidió su renuncia y adoptó medidas contra la cúpula dirigente del país. »

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Dejó de reconocer es un eufemismo obtenido por lítote, utilizado en vez de «negar, rechazar». En este ejemplo, Zapatero pudo recurrir también al uso de la palabra desconocer, sin embargo, no lo hizo ya que este eufemismo obtenido por negación, se considera generalmente de mala calidad.

« [...] proporciones muy preocupante, agravadas por los importantes movimientos migratorios inducidos por los acontecimientos.»

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Es una perífrasis eufemística del lenguaje político, utilizada para sustituir la voz «emigración».

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« España contribuyó por su parte a este esfuerzo destacando medios aéreos para evacuar a nacion ales de terceros países atrapados en las fronteras de Libia [...] »

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La expresión terceros es el sinónimo de «otros», no obstante, tiene valor más eximente, por lo tanto figura en el vocabulario de Zapatero para que no aluda directamente al hecho de que la situación afectó también a los habitantes de los países colindantes a la zona atacada por las fuerzas armadas del Régimen.

« [...] la posibilidad de declarar una zona de exclusión aérea que permitiera neutralizar la fuerza militar que el régimen empleaba contra la población que manifestaba su oposición en varias regiones del país.»

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En este contexto, la utilización de la expresión neutralizar disimula el duro impacto de palabras como «matar» o «eliminar», las cuales no deberían aparecer en el habla políticamente correcta. En este fragmento del discurso de Rodríguez Zapatero aparece también otro eufemismo: manifestar la oposición, que quiere decir que la población se defendía luchando ante los militares del Régimen de Gaddafi. También se trata de otro eufemismo políticamente correcto.

« [...] hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad para que impusiese dicha zona de exclusión aérea para las fuerzas aéreas libias y crease zonas seguras en los lugares vulnerables a los ataques aéreos.»

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Con dicha perífrasis eufemística en negrita, el presidente de gobierno alude sin mencionar expresamente, a los lugares en los que existe una alta probabilidad de ser bombardeados.

« El régimen libio había proseguido su escalada militar contra su propia población con medios de guerra.»

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En este fragmento Zapatero recurrió al uso del eufemismo escalada, que es la voz sinonímica de expresiones como: «agudización» o «intensificación», que no disponen de ningún valor atenuante.

« Igualmente, se ha decidido el despliegue de medios aéreos y navales para la aplicación del embargo.»

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Usando la expresión medios aéreos y navales proporciona la información de que “esos medios” son los aviones de bombardeo y las naves militares. En este contexto no hace falta que se lo especifique más, pues aunque el resto haya quedado sin decir, se entiende. 36

« Quiero subrayar que estamos ante un importante despliegue de medios militares, aéreos y navales. Importante ante todo por las capacidades que aportan, y también por el número de medios desplegados [...] »

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Otra vez aparece la expresión “medios militares, aéreos y navales” que hemos analizado en el párrafo anterior. A continuación, Rodríguez Zapatero habla de «las capacidades que aportan» estos medios. Aunque se trata de eufemismo, todo el mundo entiende perfectamente de qué capacidades está hablando ya que está basado en el (nos permitimos un neologismo) «sobrentendimiento» de los oyentes. Por lo tanto, comprenden que habla eufemísticamente de lo peligroso que pueden ser y de los daños que pueden causar estos medios.

Resumen:

El discurso de José Luis Rodríguez Zapatero, pronunciado el 22 de marzo de 2011 en el Congreso de los Diputados, abrió el debate sobre la participación de España en el conflicto en Libia. Como se trata de un discurso inicial, es extenso (once páginas) ya que abarca más información relevante para ilustrar mejor el tema tratado. Hemos encontrado en total 14 eufemismos distintos. La mayoría de los utilizados en este discurso por Rodríguez Zapatero fueron creados por sinonimia, perífrasis y circunlocuciones con el motivo de evitar palabras malsonantes o con un impacto duro como serían: guerra, ataque, conflicto, etc. Nos resulta curioso que, a lo largo del discurso, no aparezca la voz «guerra» aunque fuera el tema primordial del debate, sino que aparecen solo sus sustitutos eufemísticos. No obstante, podemos afirmar que el discurso se mantuvo todo el tiempo en el nivel diplomático, y aunque utilizase muchos términos del lenguaje políticos fue entendible y todos los eufemismos fueron fáciles de descodificar.

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2. Discurso: Mariano Rajoy Brey

INTERVENCIÓN DE MARIANO RAJOY EN EL DEBATE SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE FUERZAS ESPAÑOLAS EN LA RESOLUCIÓN DE LA CRISIS DE LIBIA Congreso de los Diputados, 22 de marzo de 2011

En este discurso se puso de acuerdo con la decisión tomada por Rodríguez Zapatero sobre la participación de España en el conflicto de Libia puesto que el derecho de tomarla fue conforme con la Constitución de 1987. Es natural que la exposición de Rajoy no sea tan extensa como el discurso de Zapatero, puesto que solo reacciona a los planteamientos expuestos y no importa otras informaciones exhaustivas para dilucidar el asunto tratado tal como lo exponía el discurso inicial del presidente del Gobierno. No obstante, eso no significa que no sea rico en expresiones eufemísticas, tal como manifestamos a continuación.

« Se trata de una intervención activa, a la que aportamos fuerzas aéreas, fuerzas navales y bases de apoyo. »

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El líder del PP utilizó la perífrasis eufemíst ica intervención activa para denominar la crisis libia que ya desembocó en un conflicto armado. En el diccionario de eufemismos de Lechado García esta voz figura como sustituto con valor atenuante de la palabra «guerra».

« [...] pero que exigirá un gran esfuerzo bélico para bloquear cualquier posibilidad de respuesta por parte del actual Gobierno libio. »

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Otra perífrasis eufemística en la que los oyentes deducen que alude a la peor posibilidad de respuesta del Gobierno libio, esto es, el ataque de fuerzas armadas del Régimen.

« [...] y lo que es peor, que se ha retrasado de forma lamentable para todos excepto para el tirano de Trípoli.»

« Hablo de libertad, de igualdad, de derechos, en especial el que corresponde a todo ser humano para intervenir en las decisiones sobre su propio futuro, sin que las arrebate por la fuerza ningún sátrapa iluminado.»

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Para nombrar a Muammar Gaddafi, Mariano Rajoy en ambos casos utilizó un eufemismo muy particular, creado por antonomasia. Sin embargo, en el primer fragmento se requieren conocimientos extra para su descodificación: saber que Trípoli es la capital de 38

Libia y que el gobierno de Gaddafi se considera tiranía, puesto que, entre otras cosas, no sostenía algunos derechos humanos. En el segundo fragmento ocurre algo parecido, solo que en un contexto más amplio.

« A estas horas, es toda España, la que se compromete, la que interviene, la que asume los riesgos inherentes a cualquier clase de conflicto armado.»

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Uno de muchos eufemismos del uso político que salen en el diccionario de Lechado García, para referirse de forma atenuada a la «guerra».

« Estamos ante una decisión de la comunidad internacional que condena, con razón, un clima de permanente violación de los derechos humanos, violencia contra la población civil, detenciones arbitrarias y otras.»

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Esta expresión le sirve a Rajoy de «comodín» para ilustrar que habrá más de aquellas cosas que cometió el régimen de Gaddafi contra su pueblo que merezcan condenación. Es un recurso eufemístico muy eficaz ya que no recurre a la enumeración de esos hechos, y deja que los oyentes se las imaginen por su cuenta.

« Y en último término, una voluntad ni siquiera disimulada de provocar un baño de sangre para consolidar el poder de una dictadura implacable.»

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En este fragmento del discurso del líder del PP utilizó una voz eufemística creada por metáfora, baño de sangre, para referirse a «carnicería» o «matanza», palabras muy expresivas y duras que en el nivel del lenguaje político necesitan ser reemplazadas.

« La resolución 1973 tiene dos condicionantes importantes. Uno, en cuanto a los medios a emplear, la exclusión de cualquier intervención terrestre.»

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En el diccionario de eufemismos aparece esta expresión como el eufemismo de la voz «invasión» dentro del lenguaje político y militar.

« Sin embargo, el mundo estará mejor si Gadafi abandona el poder.»

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Es una perífrasis eufemística, incluso podríamos decir que suena más poética que la voz que sustituye, la de «abdicar» o «dimitir del cargo». 39

Han aquí unos ejemplos, que hemos encontrado en el discurso de Mariano Rajoy, en los que omitió el uso de las expresiones eufemísticas y recurrió al empleo de pa labras con un impacto más duro, sobre todo en el último fragmento, cuasi teatral.

«No creo necesario recordarles, Señorías, que la masacre de musulmanes bosnios de Srebrenica tuvo lugar bajo una zona de exclusión aérea.»

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Para denominar los hechos ocurridos en la ciudad de Bosnia, escogió un término que no posee ningún valor eufemístico. Expresión atenuante sería la voz purga.

«En consecuencia, podríamos estar ante un conflicto largo y enquistado; por decirlo sin rodeos, una guerra civil que se prolongue en el tiempo, sin que la intervención internacional pueda evitar el desastre humanitario.»

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Aquí observamos que Rajoy adopta una actitud de adivino (casi agorero) cuando predice un futuro tan negro si no se cumpliesen ciertas premisas. Para que su noticia suene más impactante utiliza vocablos como guerra civil y desastre humanitario, sin ningún valor atenuante.

«Hace ya cuatro días que comenzaron los bombardeos. Hace cuatro días que cruzan el aire los misiles. Nuestras fuerzas armadas ya están presentes en la zona. Nuestras naves navegan hacia el área del conflicto. Nuestras bases militares ya han sido puestas a disposición de los aliados. España ya está comprometida; España ya está en el combate.»

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Igualmente en este fragmento Rajoy evitó el empleo de los sustitutos eufemísticos y presentó la noticia de una manera muy clara, concisa y directa, de tal manera que inmediatamente evoca un escenario catastrófico. La utilización de voces como bombardeo y referirse a la España comprometida que ya está en combate torna el asunto aún más grave.

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Resumen:

Este discurso del líder del Partido Popular fue pronunciado como reacción positiva al discurso inicial de Rodríguez Zapatero. No fue nada fácil encontrar un discurso donde estuviese de acuerdo con las opiniones del actual partido gobernante. Aunque no es tan extenso como el discurso anterior, hemos encontrado varias expresiones eufemísticas. Tenemos que apuntar que, en lo que atañe a su creación, Mariano Rajoy fue más imaginativo que el Presidente del Gobierno. Los sustitutos fueron creados por sinonimia y perífrasis, sin embargo, utilizó también cultismos, metáforas y comodines con valor atenuante. Por otro lado, es necesario decir que hemos encontrado más de dos casos donde omitió el uso de expresiones eufemísticas y recurrió al uso de términos más sonantes y ampulosos. De ahí que el asunto tratado en el debate resultara más grave. Tampoco evitó especialmente el uso del término «guerra»: en el transcurso de seis páginas de discurso aparece cuatro veces. Así mismo, emplea términos propios del lenguaje político; no obstante, el estilo del habla, según nuestra opinión, es más del lenguaje común. No aparece ningún disfemismo (expresió n peyorativa), ni ningún exabrupto o insulto.

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7. Conclusión En nuestro trabajo hemos investigado algunos rasgos particulares de los discursos públicos. Hemos ahondado en el desarrollo de éstos dentro de la disciplina de la retórica. Para cumplir con esta meta nos ayudaron las Instituciones oratorias de Quintiliano, ya que a lo largo de nuestro trabajo nos abastecieron de principios clásicos de este «arte de bien decir», que están claramente vigentes aún hoy en día. El siguiente paso en nuestro trabajo fue el de profundizar en el estudio de los discursos políticos españoles. Hemos visto casos particulares que pueden adoptar los enunciados de los políticos, demostrados por los ejemplos concretos elegidos de los discursos políticos del presidente del Gobierno y del líder del Partido Popular. A continuación hemos analizado un discurso político de derechas y otro de izquierdas con la intención de localizar y descomponer, desde el punto de vista léxicosemántico, las expresiones eufemísticas. Nuestro objetivo era el de demostrar que su uso var ía según la ideología. Hemos escogido dos discursos que tratan el mismo tema, el tema actual del conflicto en Libia, por la razón de homogeneizar los campos semánticos de los eufemismos analizados. En el primer discurso analizado hemos encontrado en total catorce eufemismos distintos. Zapatero intentó dulcificar las palabras duras y malsonantes como guerra, matar, atacar o crisis, por eso recurrió al uso de expresiones atenuantes. Debemos apuntar que fueron fáciles de descodificar y, según nuestra opinión, no tergiversan la verdad de los hechos tratados. El segundo discurso analizado, el de Mariano Rajoy, político de derechas, es más intenso, evitando incluso la sustitución de palabras malsonantes como guerra, bombardeo, masacre, poniendo énfasis en la gravedad de los acontecimientos tratados. Aunque su discurso no sea tan extenso como el inicial de Zapatero, también hemos encontrado bastantes expresiones eufemísticas. Debemos apuntar que son más inventivos y particulares que los de Zapatero. A menudo recurre al empleo de los cultismos o metáforas con valor aplastante, sin embargo, lo que resulta claro de este análisis es que el lenguaje usado en éstos fue diplomático, nada ofensivo y que usó términos de la jerga política.

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