Campo
Sábado 27 de marzo de 2010
( LA CAMPAÑA 2009/2010 )
Avanza la cosecha con buenos resultados
Maíz: lograron 210 quintales Darío, Diego y Mariano Vidosevich obtuvieron ese rendimiento en la zona de Arequito Por Fernando Bertello De la Redacción de LA NACION El maíz sigue dando sorpresas. Mientras la cosecha del cereal avanza, cada vez se escuchan rendimientos más altos. A diferencia de lo que ocurrió la campaña pasada, cuando la sequía le asestó un duro golpe, ahora, con el empuje de las lluvias, está en plena revancha. Incluso se están conociendo rendimientos antes impensados, lo que demuestra que el cereal tiene un potencial formidable y responde con todo ante condiciones favorables. Darío, Diego y Mariano Vidosevich son productores de la zona de Arequito, en la provincia de Santa Fe, manejan una empresa familiar que arrienda campos y presta servicios y acaban de dar la nota con el maíz: sacaron 210 quintales por hectárea en un lote al sur de esa ciudad. Los Vidosevich obtuvieron ese rinde en un lote pequeño, de 2,7 hectáreas. No obstante, pese a que se trata de una superficie chica, es una marca que deja claro que el maíz es un fórmula uno en materia de rendimiento. Esa porción del campo donde se logró el súper rinde siempre había estado destinado a un potrero con pasturas y hace cuatro años entró en producción para
La genética impulsa los rindes “Este es un importante logro personal y para la empresa, ya que nunca obtuvimos un rinde superior a los 128 quintales por hectárea”, expresó Darío Vidosevich. “Pudimos sembrar en una fecha óptima sobre el lote de mayor potencial que contamos; elegimos el híbrido adecuado para este tipo de lote y, además, contamos con un año climático excelente”, agregó. En 2004/2005, los Vidosevich habían logrado 128 quintales sobre una superficie de 25 hectáreas con el híbrido AX 882 de Nidera. En ese momento, habían aplicado una mezcla al costado de la línea de siembra de 250 kilos por hectárea (170 kilos de urea, 50 kilos de fosfato monoamónico y 30 kilos de sulfato de amonio) y 40 kilos por hectárea de fosfato monoamónico en la línea de siembra.
Entusiasmo Los Vidosevich están entusiasmados con los rindes que lograron, y ya quieren ir por más. “Se van a destinar más hectáreas al cultivo, pero no todas las que quisiéramos por no tener reglas claras para comercializar el maíz y por tener un alto costo de implantación”, señaló el productor. Según Vidosevich, la combinación de la tecnología de semillas, el manejo, la calidad de siembra, el uso de fertilizantes y el buen manejo del barbecho contribuyeron al mayor rendimiento. “El maíz es un cultivo cuyo nivel de respuesta en cuanto a rendimiento es directamente proporcional a la aplicación de tecnología y al buen uso de los conocimientos técnicos que se tienen sobre el cultivo, como lo son el ajuste en la fecha de siembra, el manejo de la densidad, teniendo en cuenta una buena calidad de siembra; también, el manejo de la nutrición es fundamental para el cultivo, sobre todo el nivel de respuesta a nitrógeno”, precisó Juan Carlos Sampaoli, asesor. También destacó el aporte hídrico que tuvo el cereal esta campaña y cómo el mejoramiento genético va empujando cada vez más arriba los rindes. “El mejoramiento genético está incidiendo directamente en los rendimientos. Estos casos de rindes tan elevados nos recuerdan todo el potencial que está contenido en la semilla de maíz, producto de años de investigación y desarrollo por parte de genetistas y técnicos especializados en el cultivo. Esto nos lleva a decir que en materia de rendimiento el maíz todavía no alcanzó el techo”, concluyó. En su último informe, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires comunicó que, cosechado el 33,4% del cereal, el rinde promedio se ubica en 94,5 quintales.
Darío Vidosevich FLIA. VIDOSEVICH
agricultura. En 2007/2008, los Vidosevich habían alcanzado en soja en ese mismo lote 78,6 quintales con la variedad DM 3700. Esta campaña, los productores decidieron hacer maíz sólo en los lotes de “mejores prestaciones” para este cultivo. En total sembraron casi 40 hectáreas, y el promedio general de la superficie cosechada fue de 137,10 quintales por hectárea.
Tecnología El súper rinde de 210 quintales se logró puntualmente con el híbrido Pioneer 31A08, que seleccionó el asesor Juan Carlos Sampaoli. “Se sembró el 9 de septiembre con
87.000/89.000 semillas por hectárea para lograr unas 80.000/83.000 espigas a cosecha y, finalmente, se lograron entre 83.000 y 85.000 espigas a cosecha”, contó Sampaoli. Hubo una fertilización al costado de la línea con una mezcla de 275 kilos (160 kilos de urea, 45 kilos de fósforo y 70 kilos de azufre). En la línea se aplicaron 40 kilos de fósforo. Las espigas del maíz cosechado tenían casi todas más de 18 hileras. “Estos elevados rindes fueron alcanzados, principalmente, por las características del lote, su historia, su perfil altamente productivo y por una conjunción de genética para estos niveles productivos y la cantidad de lluvias que se registraron durante el período del cultivo”, comentó Sampaoli. En la zona los suelos son clase 1 A, argiudol típico serie Hansen. Se trata de suelos con una influencia importante de napa. Además, tienen pendiente, lo que los hace moderadamente bien drenados. Por su historia ganadera, ese lote del súper rinde tiene un alto contenido de materia orgánica, que se trata de mantener con el uso de la siembra directa. Para agregar, el aporte de las lluvias fue clave: de septiembre a febrero pasado cayeron 1050 milímetros. Sin duda, este último factor hizo “explotar” el maíz.
LA NACION/Sección 5/Página 7