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POLÍTICA
| Domingo 25 De enero De 2015
la muerte del fiscal | repercusiones
Los medios oficialistas siguieron al pie el libreto de la Casa Rosada La radio y TV públicas sólo reflejaron profusamente las opiniones de kirchneristas El tratamiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman fue el tema excluyente en la Radio Pública (AM 870) el pasado lunes, cuando se conoció la noticia, pero se hizo más espaciada en los días subsiguientes. Las voces que se escuchan desde entonces en su frecuencia son las que surgen desde Presidencia, el gabinete nacional y diferentes senadores, diputados y funcionarios del Frente para la Victoria. Esta situación se dio fundamentalmente en los ciclos de la primera y segunda mañana, y del mediodía –el horario central de la radio– que están por estos días a cargo de suplentes, ya que sus titulares se encuentran de vacaciones. Los reemplazos fueron quienes editorializaron, comentaron y entrevistaron a los diferentes funcionarios, en total consonancia con la línea oficial. Por la tarde, en la emisora pública, tanto Héctor Larrea, en su audición, como Roberto Perfumo, en su tira deportiva, se diferenciaron manteniéndose fieles a sus propuestas: el primero con su magazine (los comentarios políticos estuvieron a cargo de su columnista Agustín Ál-
varez Rey) y el segundo con la cobertura de la actualidad del fútbol. Los testimonios en muchos casos se repitieron, como los funcionarios consultados: Aníbal Fernández, Gustavo López, Agustín Rossi y Jorge Capitanich. Paradójicamente, las llamadas de los oyentes de la Radio Pública planteaban las repercusiones de la muerte del fiscal que investigaba la AMIA en términos más disonantes que lo que arriesgaban los propios conductores de los espacios radiales. La TV Pública, por su parte, realizó el pasado lunes una cobertura durante la jornada siguiendo los acontecimientos, con móviles y testimonios no sólo a través de los horarios de los informativos (primera mañana, mediodía y noche), sino a medida que se iban conociendo los hechos. Fueron apareciendo distintos columnistas (algunos de los que alternativamente integran el staff de 6,7,8) para editorializar sobre la muerte de Nisman, y un rasgo llamativo fue que si bien no tuvieron testimonios de la oposición propios, en algunos casos mostraron las entrevistas que éstos otorgaron a
otros medios. Fue el caso de Hermes Binner, Julio Cobos y Patricia Bullrich. Pero a diferencia de los flashes informativos y el noticiero, el viernes por la noche, 6,7,8 dedicó todos sus esfuerzos a poner en duda la solidez de la denuncia del fiscal (el hashtag propuesto a los espectadores era, de hecho, #678LaFallidaDenuncia, y el calificativo se reiteraba una y otra vez en casi todos los informes). También se citó profusamente la segunda carta de la Presidenta conocida a través de Facebook en pantalla, resaltando en color rosa la porción del texto a medida que era leída por la voz en off de un locutor. En otro informe, el ciclo apuntó contra figuras de la oposición, como Elisa Carrió, por no retirarse durante un mes como había afirmado en Twitter tras conocerse la noticia, sino que aprovechó la conmoción pública para propagar la “sensación de la autoría del Gobierno”, así como reflejar los dichos de periodistas como Luis Majul (“Van a ganar los candidatos que se planteen como contrarios a éste”) y Jorge Asís (“Lo que hay que hacer para ayudarla mejor a la doctora es
acortarle la línea de llegada”), pero los dardos más ponzoñosos tuvieron como blanco a Jorge Lanata, por tomar los dichos de Asís sobre la posibilidad del adelantamiento de las elecciones y calificarlos de “audaces”. Las escuchas de las conversaciones entre Luis D’Elía y Khalil –específicamente aquélla en la que ambos discutían la noticia de la firma del Memorándum de Entendimiento– fue presentada como una conversación trivial entre dos amigos, con énfasis en los informales “boludo” y “estoy en Babia” que esgrimía el primero en ella, ridiculizando la presentación de Lanata, quien afirmaba en Mitre que “al fiscal lo mataron por esto que, en parte, vas a escuchar”. Lo que sí quedó en segundo plano en 6,7,8 fueron los pormenores de la investigación de la muerte del fiscal Nisman frente a la puntillosa deconstrucción de su “fallida” investigación. Ayer, en la tanda del ciclo de documentales de Encuentro que ocupa casi toda la tarde de la TV Pública, un flash del noticiero avisaba que Mar del Plata tenía un 95 por ciento de ocupación turística.ß
La TV Pública, en la mañana siguiente a la muerte
La pantalla de 6,7,8, con lectura militante
capturas de tv
Dudas y escepticismo
Jorge rizzo
aldo abram
ex titular del cpacF
dir. Fundación libertad y progreso
“No vamos a saber nunca qué pasó. Aunque la Justicia dé un resultado siempre van a quedar dudas, como pasó con el caso Yabrán”
“La historia muestra que estos casos no se resuelven. Sería bueno que éste sea una bisagra y que ahora se empiecen a encontrar responsables”
Fernanda valleJos
carlos andreucci
economista
abogado y docente
escritor
“El Gobierno tiene vocación de que se alcance la verdad. Hay que dotar a la Justicia de todas las herramientas para que se esclarezca [el caso]”
“[La muerte de Nisman] es una muerte de Estado. El caso compromete al Poder Judicial para que se resuelvan situaciones como éstas”
“Lo más seguro es que el caso termine como terminan casi todas las cosas en la Argentina: nunca vamos a saber lo que realmente pasó”
El hombre que mira y fuma OPINIóN José Nun
PARA LA NACIoN
E
n las escuelas de derecho de los Estados Unidos se les suele plantear a los alumnos de primer año el caso siguiente. Un hombre pasea por un parque cuando escucha gritos pidiendo auxilio. Después de un momento, advierte que provienen de un niño que se está ahogando en un lago. El hombre se sienta en un banco, enciende un cigarrillo y mira cómo el chico va desapareciendo de la superficie. La pregunta a los alumnos es si creen que esa conducta resulta punible o no. Todos, muy indignados, responden que sí. Y el profesor les explica entonces que no, que según la ley su comportamiento no merece castigo alguno. (En nuestro país, la pena por no buscar ayuda es eventualmente una multa.) En los tiempos cada vez más dramáticos y azarosos que estamos viviendo vuelvo sobre este ejemplo por dos razones. La primera es que ilustra la distancia que media entre la ética y el derecho. Fue Kant el primero en sostener que el fundamento de la ley no es el bien, sino que, por el contrario, la ley misma es la que define el bien. Sólo que, como viene de recordarnos la filósofa italiana Simona Forti, para Kant “es impensable la posibilidad de una acción mala que viole intencionalmente la ley moral; es inadmisible la existencia de seres humanos que persigan el mal por amor al mal”. Para el sabio alemán la libertad y el bien marchan de la mano y habrá que esperar a Nietzsche, a Freud o a Heidegger para comprender hasta dónde el mal no es lo opuesto a la libertad o a la razón, sino aquello que en el interior de éstas “corrompe la recta facultad del juicio moral”. Pero ¿cómo eludir la evidencia abrumadora de tantos asesinatos en masa, de tantas guerras atroces, de tantos holocaustos, de tantos gulags, de tantas diabólicas maqui-
naciones políticas, de tantos actos desembozados de corrupción, de tantas estrategias de perpetuación en el poder? Una de las formas más repudiables y extendidas de hacer el mal consiste en elegir con cuidado los caminos que pongan al victimario a salvo de la ley, asesorado por una pléyade de expertos. El ejemplo invita también a otro tipo de reflexiones que esta vez involucra a los mismos que se indignan con la conducta del hombre que mira y fuma. Transformemos el banco del parque en el sillón de un living e instalemos en él a otro hombre que mira y fuma, ahora sentado frente a un televisor encendido. Ve criaturas que mueren de inanición, personajes enriquecidos a la sombra del poder, políticos que mienten y se contradicen sin inmutarse, candidatos que únicamente se preocupan por los votos, crímenes que nadie se hubiera atrevido a imaginar. Y se siente consternado. Después apaga el televisor, comenta con su esposa que así ya no se puede vivir y se va a la cama. Él tampoco hace nada. ¿Qué podría hacer? En primer lugar, darse cuenta de que –parafraseando un dicho famoso – la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. Después, participar activamente como ciudadano, movilizándose, saliendo a la calle a expresar con otros su indignación y, de un modo más perdurable, promoviendo la discusión y debatiendo sus ideas con sus familiares, con sus amigos, con sus vecinos, con sus compañeros de trabajo y en el marco de las asociaciones a las que pertenezca o se incorpore. Es exactamente de esto que trata la democracia. De una vida institucional intensa, no sometida al arbitrio de los que mandan, como condición necesaria para frenar al mal en sus diversas manifestaciones. Se trata de intervenir más para consternarse menos. Lo señaló con acierto Einstein: “La vida es muy peligrosa. No tanto por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver qué pasa”.ß
Federico Jeanmaire
En suspenso Desde las primeras horas de lunes, la muerte del fiscal Alberto Nisman copó la discusión política. El caso y su impacto dejaron varios temas en suspenso
lalo zanoni periodista
“Soy escéptico con respecto a la verdad. Hay muchos intereses en juego. No veo ningún acercamiento posible con la verdad ni la justicia”
aleJandro rozitchner escritor
Fundador partido de la red
“Este caso va a ayudar a impulsar un cambio y orientará el voto de 2015 al respeto hacia las instituciones y el verdadero desarrollo”
“Deseo que el caso se resuelva porque si no sería una tragedia inconmensurable para el país, pero la experiencia dice que eso nunca va a suceder”
Los síntomas de una profunda degradación OPINIóN Ricardo Gil Lavedra PARA LA NACIoN
La campaña electoral
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Los candidatos suspendieron la mayoría de sus actividades de campaña y se abocaron a seguir las derivaciones del caso. Tras la reunión del lunes en la Comisión de Legislación Penal, a la que debía asistir Nisman, la oposición demostró poca capacidad de coordinación para acordar líneas de acción común frente a la muerte y sus derivaciones. El PJ denunció un plan de desestabilización y blindó a Cristina
La interna kirchnerista
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Hasta el lunes de la semana pasada, el foco de la política estaba puesto en la interna kirchnerista, recalentada por la visita de Daniel Scioli al espacio Clarín en Mar del Plata y las duras reacciones, tanto de sus rivales en la disputa por la candidatura presidencial como de funcionarios del Gobierno. Cristina Kirchner permanecía en silencio en la quinta de Olivos, recuperándose de la lesión en el tobillo
La discusión salarial
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Tres gremios (la UOM, la UTA y bancarios) firmaron esta semana sumas puente para atrasar sus paritarias y negociar recién en marzo. Está pendiente la crucial negociación con los docentes. Aunque tanto en la ciudad de Buenos Aires como en la provincia se acordaron anticipos a cuenta, corre el calendario para retomar la negociación definitiva antes del inicio de clases
La guerra judicial
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Aunque anteayer se suspendió la asunción de los fiscales nombrados por la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, la guerra judicial de los últimos meses quedó en segundo plano. Lo mismo ocurrió con la expectativa por la situación de Amado Boudou y de la propia Presidenta respecto del caso Hotesur, entre otras causas que el fin de la feria judicial volverá a poner en escena
santiago siri
U
n hombre va al Casino de Montecarlo, gana mucho dinero, vuelve a su hotel y se suicida. Basándose en esta paradójica anécdota que Chejov apuntó en sus cuadernos de notas, Ricardo Piglia sostiene en su Tesis sobre el cuento, que en todo cuento hay dos historias, lo que obliga a desentrañar la que está oculta para entender ambas. No sabemos aún la historia que está detrás de la muerte de Alberto Nisman. Pero debemos conocerla, necesitamos que la pesquisa arroje un resultado que con contundencia disipe la enorme cantidad de incógnitas que todos tenemos. Así como es incomprensible que un hombre vaya al casino, haga saltar la banca y se pegue un tiro, también lo es que un fiscal a punto defender su trabajo de tantos años aparezca sin vida. Puede ser que haya diversas hipótesis, pero todas terminan en un hecho criminal. Más allá de la confusión que sentimos y cualquiera que sea el resultado de la causa que investiga la muerte de Nisman, hay algunas certezas que explican la conmoción, el desánimo y la profunda desconfianza de gran parte de la sociedad. La falta de todo control sobre la actividad de los servicios de inteligencia es una de ellas; son organismos que parecen actuar por cuenta propia y con características pseudomafiosas. La cada vez mayor conciencia del rotundo fracaso del país en la investigación del atentado contra la AMIA es otra. Luego de 20 años de sucedido, no se ha podido dar una respuesta y la impunidad sobrevuela como un fantasma. Tenemos también la certeza de la total falta de profesionalismo, la chapucería increíble de nuestras fuerzas de seguridad y de algunos órganos judiciales. Sumemos a esto, la aparición de los motivos que im-
pulsaron la firma del bochornoso acuerdo con Irán, largamente denunciados por toda la oposición en el debate parlamentario, que dejan al desnudo la patética política exterior de la Argentina y provocan estupor. Y una última y grave certeza: la sociedad ha sentido la ausencia de una adecuada conducción por parte de las máximas autoridades, que actuaron con desconcierto y confusión, mostrando su impotencia para enfrentar la situación. Todas estas circunstancias dan cuenta de la profunda degradación institucional que sufre nuestra democracia. El corazón de cualquier democracia republicana reposa en el Estado de Derecho, allí está la sujeción de los gobernantes a la ley, la división de poderes, la independencia de la Justicia y, por supuesto, los derechos y libertades ciudadanas. A 30 años de su recuperación, la democracia argentina exhibe un muy débil apego a la ley, al conjunto de las reglas de juego básicas que definen el marco de actuación de los actores democráticos. Por ello, las elecciones de este año no implican tan sólo el cambio de una administración por otra, como sería lo normal en cualquier democracia. Se trata de restaurar las instituciones profundamente dañadas y emprender un verdadero cambio cultural basado en la decencia, la tolerancia, el diálogo, el acuerdo y, por sobre todo, el respeto irrestricto a la Constitución y la ley. Es posible que esta reconstrucción institucional, imprescindible para enfrentar un futuro de desarrollo e inclusión, demande al menos un período constitucional. Ésta es la necesidad más acuciante que tenemos por delante: sin instituciones, no tendremos seguridad, salud, educación ni crecimiento económico. Es de esperar que las fuerzas políticas que creen en la democracia republicana confluyan en la construcción de este edificio común y entiendan que más allá de ideas progresistas o conservadoras éste es el objetivo básico por alcanzar.ß