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Viernes 2 de febrero de 2007
FUTBOL
El torneo Clausura
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“Los jugadores son desleales” Pablo Lunati, uno de los árbitros de la nueva camada, analiza el referato nacional y critica a los futbolistas Por Carlos Beer De la Redacción de LA NACION
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o será fácil el torneo Clausura para este equipo. No, no se trata de ningún club comprometido con el descenso. Tampoco de una entidad con la obligación de pelear arriba en la tabla. Es el que integran los árbitros, que en el último semestre perdieron a dos referentes, a los dos últimos referís mundialistas. A mitad de 2006 se retiró Angel Sánchez y el torneo que comenzará dentro de siete días será el primero sin Horacio Elizondo. Esta situación potencia la aparición de la nueva camada de árbitros argentinos, y entre ellos hay uno que se destaca por su perfil alto. “Tal vez de los nuevos, yo sea el más quil…”, admite Pablo Lunati, el personaje en cuestión. Como tantos colegas, comenzó su carrera en el referato casi de casualidad. Así narra una anécdota sucedida hace 18 años, cuando tenía 21, en Santos Lugares, su barrio de toda la vida: “Pasé a cargar nafta en una estación de servicio y me atendió un amigo, que también era juez de línea. El sabía que me gustaba el fútbol y me propuso hacer el curso de árbitro. Mi primera reacción fue decirle que estaba loco. Después lo pensé... y arranqué. Estaba en una nube en la vida y me metí como para hacer algo”. Con el correr de los años, ese comienzo desabrido se transformó. “Uno aprende a querer la profesión. Hoy digo que ser árbitro es una pasión”, confiesa Lunati, que en el Clausura dirigirá su sexto certamen de primera. –¿Cómo evaluás al arbitraje argentino hoy? –Yo creo que para todos habrá un antes y un después de Horacio (Elizondo). No será fácil para nadie reemplazar al mejor del mundo. El y Baldassi están entre los 10 mejores del mundo hace cinco años. Hay una nueva camada y, ante el retiro de algunos referentes, creo que quedamos un poco desprotegidos. Pero igualmente yo creo que el internacional argentino más flojito es mejor que casi todos los sudamericanos, con excepciones como el chileno Chandía o el uruguayo Larrionda. –Hay un recambio importante y eso se nota. –Sí, como todo en la vida. Algunos años atrás se fueron Lamolina, Bava, Crespi, Castrilli y Loustau, y aparecieron Baldassi, Elizondo, Giménez… Hay que tomarlo con naturalidad y pasar a la etapa de la madurez sin sobresaltos. Fallar lo menos posible. –Y para el Clausura, ¿qué sensaciones tenés? –Es un torneo más complicado porque hay descenso y clasificaciones para las copas. Pero yo siempre digo que el árbitro argentino dirige el fútbol más difícil del mundo. En otros países dirigen y listo; nosotros tenemos que prestar atención a muchas otras cosas, como los bancos de suplentes, la gente, los incidentes y los jugadores...
La comparación con Madorrán
“Nuestro mayor parecido es el físico” La comparación resulta inevitable, y Pablo Lunati lo sabe. Por su aspecto físico, por el perfil alto que admite tener y por su fuerte personalidad, recuerda a Fabián Madorrán, el árbitro que se suicidó el 30 de julio de 2004 y que era padrino de Franco, el hijo de Lunati, que hoy tiene cinco años. “Eramos amigos y compadres”, confiesa Lunati, emocionado. Luego, analiza las similitudes entre ambos. “El era más extravertido y se reía más durante un partido. Creo que nuestro mayor parecido es por el físico, pero él era rubio y yo soy morocho”, dice Lunati, y sonríe. Y agrega: “Arbitralmente, creo que somos diferentes. El tenía un nivel de sanción de unas 40 faltas por partido y yo no paso de las 25”. Luego, remata sin titubear: “No me molesta que digan que soy el nuevo Madorrán”. En cuanto a modelos de arbitraje, Lunati da la definición de cómo sería el referí ideal: “Si naciese un árbitro con la disciplina y la estampa de Horacio Elizondo y que tuviera la técnica de Héctor Baldassi, sería el mejor de todos los tiempos”.
–¿Los jugadores? –Sí. Los jugadores argentinos siempre te quieren ganar y sacarte ventajas. Engañan al árbitro porque así sienten el juego. Los jugadores son desleales. Además, como dijo alguna vez Elizondo, y coincido, no conocen el reglamento. Yo tengo que impartir justicia en un medio que no respeta la justicia. Además, creo que en un partido cometen más errores los jugadores que el árbitro. Y se perdieron los valores esenciales. –¿Por qué? –Pasa que este es un fútbol donde se tolera cada vez menos. Dejó de ser un espectáculo deportivo para ser una cuestión de vida o muerte. Y el público también es muy difícil... –¿Qué fue lo peor que te sucedió en una cancha? –En un Banfield vs. Rosario, había cuatro plateístas que me gritaban continuamente: “Vas a terminar como Madorrán”. Hay una irrespetuosidad que no se mide, porque ellos sabían que era muy amigo mío. En el entretiempo le pedí al jefe del operativo policial que los saque del estadio. –¿Por qué sobresalís entre los referís nuevos? Ya tuviste varios polémicas… –Soy un tipo con mucha personalidad y frontal. Por ser así me fue bien, pero es cierto que tuve muchas controversias. Antes hacía muchos gestos ampulosos y aprendí a modificar eso y a mostrarme más calmo. –¿Cómo lo lograste? –La dirección de la Escuela de Arbitros y la psicóloga me ayudaron a cambiar. Pasa que por ser tan vehemente, me dicen que tengo cara de loco. Parece que estoy nervioso, pero no es así. Hace rato que no me salta la cadena. –Para el Clausura vuelve el sorteo, que será calificado con árbitros escalonados según su nivel. ¿Estás de acuerdo? –El líneas generales, el sorteo calificado me parece correcto. Eso sí: que estemos todos en el bolillero me parece una locura. –Vos todavía no dirigiste un clásico... ¿Y si te toca? –Me siento preparado y totalmente capacitado. Llevo dos años en primera y tengo muchas ganas, estoy muy ansioso. Creo que me llegará en el momento justo. Pablo Lunati, una de las caras nuevas del arbitraje argentino. De perfil alto dentro y fuera de la cancha...
A los 39 años, con dos temporadas y media como referí de primera, Pablo Lunati siente que está en el momento justo para dirigir un clásico // M . A RA M BU RU
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