sábado 15 de febrero de 2014
sábado Edición de hoy a cargo de Javier Navia y Violeta Gorodischer | www.lanacion.com/sociedad
llega el raw fest
la comida cruda tiene festival propio en la ciudad
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signos vitales LAs CIfrAs que nos tomAn eL puLso
El estado sentimental de los argentinos EN PAREJA
No conviviendo
SOLOS
10%
61%
63% Conviviendo
37%
Casados
38%
21%
54%
Solteros
18%
Divorciados/ separados Viudos
Fuente: Gallup / LA NACION
Psicología
Compartir el terapeuta, una práctica que ya no es tabú Axel Cherniavsky, de 33 años, tiene casi 40 especies de crasas en el patio de su casa
ignacio coló
fernando Massa
Hábitos
LA nACion
Locos por las plantas Lejos de su antiguo lugar ligado al mundo doméstico y femenino, el cultivo se transforma en el nuevo hobby moderno que cautiva a cada vez más hombres Marcela Mazzei PARA LA nACion
Cuando Martín Domínguez se mudó al PH con patio donde hoy vive, en Villa Crespo, lo primero que pensó fue: “¡Plantas!”. “Es una forma de darle vida y calidez a una casa”, explica el joven de 28 años que se dedica al diseño audiovisual y a cuidar en persona del ficus y la Santa Rita del patio, y también de las suculentas que dejó en el baño. “Pero sobre todo me hace sentir bien, me gusta, me relaja.” Como él, cada vez más varones sub 40 adoptan el cultivo como hobby, por razones tan diversas como genuinas. “Al irte a vivir solo querés que tu espacio sea cómodo, cálido y que te represente”, opina Marcelo Vitale, un empleado bancario de 32 años que mezcló plantas exóticas con macetas de diseño a la hora de decorar su casa. Aprendió de su madre, de amigos y a través Google cómo
regarlas, trasplantarlas, mirar el color de las hojas y la relación del tamaño de la maceta con el crecimiento. “Además, cuidarlas genera conciencia sobre la naturaleza”, agrega. En cambio, Axel Cherniasvky, 33 años, profesor de filosofía, se ocupa de las casi 40 especies de crasas de su patio sólo por el placer de observarlas, como serpientes en un estanque. “Me relaja, son como esculturas vegetales, tienen mucha personalidad”, dice de sus favoritas, Aeonium y Sedum, y detalla que aprendió lo que sabe en conversaciones con los productores de los grandes viveros que suele visitar. “El actual interés de la gente joven por las plantas se inicia con diferentes tendencias mundiales que vinculan conceptos como slow life, la vuelta hacia el interior y la valorización de conceptos japoneses como el wabi-sabi, que integra la naturaleza, la simplicidad, la imperfección y el minimalismo”, explica María Florencia
Antes era impensado, pero ahora más parejas, familiares o amigos se animan a tratarse con el mismo analista
Carella, dueña de Herbario, que provee de terrarios a Paraná Vivero y a otros locales en alianzas creativas. “Rodearnos de plantas crea un ambiente mejor oxigenado, estéticamente bello”, argumenta la diseñadora, que cuenta entre sus clientes a una mayoría de jóvenes, de los cuales al menos la mitad son hombres. Según describe, muchos de ellos tejen lazos de amistad a través de las plantas. Al intercambio de gajos, información y terrarios como regalo de cumpleaños, se suma una práctica frecuente entre las chicas: regar las plantas durante las vacaciones de otros. “Los hombres nos relajamos con algunas cosas que antes eran consideradas sólo para mujeres –admite Martín Domínguez–. Yo lo relaciono con una sociedad cada vez menos prejuiciosa respecto de tareas, gustos o actividades. Hay que relajarse: plantar, cuidar y regalar plantas, en definitiva, es un acto de amor.” Continúa en la página 2
¿Hay algo más personal que el psicólogo y ese vínculo terapéutico? no para Facundo. Las sesiones con Ricardo son el ámbito donde abre mente y corazón desde que, a los 30, y en un momento muy particular de su vida, la recomendación de este profesional le llegó por una amiga. Él no quiso cortar esta “cadena de amor” –así la llama– y cuando vio que un compañero de trabajo necesitaba una mano también lo recomendó. Hoy se encuentra con que a su psiquiatra
experiencias
también van su hermana, tres amigos y hasta su pareja, el único caso en el que, admite, dudó. “Pero es más fuerte la buena onda que tus propios fantasmas –dice–. Las cosas que te hacen bien las querés compartir con tu gente cercana.” Del otro lado, no hubo reparos: “Si ustedes no tienen problema, yo tampoco”, les dijo el psiquiatra. impensado para los más ortodoxos, no recomendado por psicoanalistas clásicos, compartir el terapeuta con amigos, familiares o la pareja deja de ser un tabú y se extiende gracias al boca en boca. Continúa en la página 5
mesa para dos
La fascinante vivencia de nadar con delfines
Página 3
Vida digital
Las reglas de etiqueta en Internet
Página 7
Carlos Baccetti: “Parecerme a mí hace 20 años sería un error” Página 8