26 de Junio de 2018 – Nº 18 Año 2

Proverbios 3: 9

LLAMADO A VIVIR LA VISIÓN

Mateo 9:35-38

Introducción: Saludo y Oración por la Palabra La semana pasada el tema era el llamado a tomar la iniciativa para cambiar las cosas para mejor. Nos declarábamos ser personas que al percibir una necesidad y saberse con ciertas habilidades, desarrollan un interés en proceder a la acción y logran enganchar a más personas con potencial para iniciar la tarea. Hoy queremos dar un paso más. El TEMA trata del Llamado a ver con claridad lo que queremos lograr ya que el PROPÓSITO es marchar juntos hacia la misma meta final. Esto no se hará realidad sin tener una visión compartida y bien definida que inspira a perseguirla. Nuestro Señor comparte su visión en Mateo 9:35-38. 1. PASO UNO: COMUNICAR LA VISIÓN (v.35) Teniendo claro que ni en la familia, ni en la empresa o en los espacios públicos podemos lograr cambios sustanciales sin el apoyo de los demás, el acto de comunicación se vuelve algo esencial, algo de lo cual dependerá el éxito en gran manera. Jesús comunicó su visión que el Reino de los cielos debería extenderse sobre este mundo. Un padre o una madre podría comunicar su sueño de una casa propia. Habrá que hacer sacrificios de parte de todos los miembros de la familia, así que la pareja y los hijos deberían comprender y adoptar a este sueño. En caso contrario habrá peleas y discordia. Comunique la visión de forma que atraiga a las demás personas. 2. PASO DOS: CONECTAR LA VISIÓN CON LA SITUACIÓN REAL (v.36) Jesús vio el sufrimiento de las multitudes más claro que la gente misma. Muchos de ellos sólo venían por un alivio momentáneo: una cura al dolor, un plato de comida. Pero él les mostró que la presencia del Reino significaría mucho más que algo temporal. De la misma manera, un trabajador se queja cuando una máquina le presenta problemas y le impide sacar la cantidad de productos que debe entregar. Con una máquina nueva sería diferente. Describa la visión de forma que conecte con la situación real que se está viviendo de parte de cada uno. 3. PASO TRES: DEFINIR EL PROBLEMA A RESOLVER (v.37) Jesús reconoció de una que el problema no estaba en la miseria e ignorancia de las personas que le seguían; el problema real era que hubo una tarea muy grande que hacer, y pocos que eran aptos o dispuestos a emprenderla. Un taxista, por ejemplo, pierde ganancias cuando el carro se queda varado. El problema, sin embargo, podría estar no en el carro, sino en la falta de mantenimiento. La solución sería mandar hacerle inspecciones regulares. No es suficiente con describir los síntomas; define el problema de fondo y qué será necesario para resolverlo. 4. PASO CUATRO: AVANZAR A LA SOLUCIÓN (v.38; 10:1, 5) Habiendo hecho todos los pasos anteriores es tiempo de llegar a vivir la visión. El Señor tomó varias medidas, pero la primera era dirigirse a Dios. Tome nota que Jesús no ora por el éxito de la obra; ora por que haya suficientes obreros verdaderos, personas que comparten su visión y que comparten la solución que ofrece al problema. Entienda que Dios es el principio de la sabiduría y que la mejor solución comienza con Él. Conclusión: No es suficiente tomar la iniciativa. Hay que tener una visión clara e inspiradora de cómo producir este cambio que será la solución para muchos problemas. ¡Avance aferrado a la mano de Dios!