Literatura - 6º año - Educación Secundaria ...

murciélago o un lobo, recorre los alrededores y bebe la sangre de sus víctimas. Por último ...... ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, o en el que es ...
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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz

PARA ACABAR CON LAS PELÍCULAS DE TERROR - El conde Drácula En algún lugar de Transilvania yace Drácula, el monstruo, durmiendo en su ataúd y aguardando a que caiga la noche. Como el contacto con los rayos solares le causaría la muerte con toda seguridad, permanece en la oscuridad en su caja forrada de raso que lleva sus iniciales inscritas en plata. Luego, llega el momento de la oscuridad y, movido por un instinto milagroso, el demonio emerge de la seguridad de su escondite y, asumiendo las formas espantosas de un murciélago o un lobo, recorre los alrededores y bebe la sangre de sus víctimas. Por último, antes de que los rayos de su gran enemigo, el sol, anuncien el nuevo día, se apresura a regresar a la seguridad de su ataúd protector y se duerme mientras vuelve a comenzar el ciclo. Ahora, empieza a moverse. El movimiento de sus cejas responde a un instinto milenario e inexplicable, es señal de que el sol está a punto de desaparecer y que se acerca la hora. Esta noche, está especialmente sediento y, mientras allí descansa, ya despierto, con el smoking y la capa forrada de rojo confeccionada en Londres, esperando sentir con espectral exactitud el momento preciso en que la oscuridad es total antes de abrir la tapa y salir, decide quiénes serán las víctimas de esta velada. El panadero y su mujer, reflexiona. Suculentos, disponibles y nada suspicaces. El pensamiento de esta pareja despreocupada, cuya confianza ha cultivado con meticulosidad, excita su sed de sangre y apenas puede aguantar estos últimos segundos de inactividad antes de salir del ataúd y abalanzarse sobre sus presas. De pronto, sabe que el sol se ha ido. Como un ángel del infierno, se levanta rápidamente, se metamorfosea en murciélago y vuela febrilmente a la casa de sus tentadoras víctimas. —¡Vaya, conde Drácula, qué agradable sorpresa! —dice la mujer del panadero al abrir la puerta para dejarlo pasar. (Asumida otra vez su forma humana, entra en la casa ocultando, con una sonrisa encantadora, su rapaz objetivo.) —¿Qué le trae por aquí tan temprano? —pregunta el panadero. —Nuestro compromiso de cenar juntos —contesta el conde—. Espero no haber cometido un error. Era esta noche, ¿no? —Sí, esta noche, pero aún faltan siete horas. —¿Cómo dice? —inquiere Drácula echando una mirada sorprendida a la habitación. —¿O es que ha venido a contemplar el eclipse con nosotros? —¿Eclipse? —Así es. Hoy tenemos un eclipse total. —¿Qué dice? —Dos minutos de oscuridad total a partir de las doce del mediodía. —¡Vaya por Dios! ¡Qué lío! —¿Qué le pasa, señor conde? —Perdóneme... debo... —¿Qué, señor conde? —Debo irme... Hem... ¡Oh, qué lío!... —y, con frenesí, se aferra al picaporte de la puerta. —¿Ya se va? Si acaba de llegar. —Sí, pero, creo que... —Conde Drácula, está usted muy pálido. —¿Sí? Necesito un poco de aire fresco. Me alegro de haberlos visto... —¡Vamos! Siéntese. Tomaremos un buen vaso de vino juntos. —¿Un vaso de vino? Oh, no, hace tiempo que dejé la bebida., ya sabe, el hígado y todo eso. Debo irme ya. Acabo de acordarme que dejé encendidas las luces de mi castillo... Imagínese la cuenta que recibiría a fin de mes...

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —Por favor —dice el panadero pasándole al conde un brazo por el hombro en señal de amistad—. Usted no molesta. No sea tan amable. Ha llegado temprano, eso es todo. —Créalo, me gustaría quedarme, pero hay una reunión de viejos condes rumanos al otro lado de la ciudad y me han encargado la comida. —Siempre con prisas. Es un milagro que no haya tenido un infarto. —Sí, tiene razón, pero ahora... —Esta noche haré pilaf de pollo —comenta la mujer del panadero—. Espero que le guste. —¡Espléndido, espléndido! —dice el conde con una sonrisa empujando a la buena mujer sobre un montón de ropa sucia. Luego, abriendo por equivocación la puerta de un armario, se mete en él. — Diablos, ¿dónde está esa maldita puerta? —Ja, ja! —se ríe la mujer del panadero—. ¡Qué ocurrencias tiene, señor conde! —Sabía que le divertiría —dice Drácula con una sonrisa forzada—, pero ahora déjeme pasar. Por fin, abre la puerta, pero ya no le queda tiempo. —¡Oh, mira, mamá —dice el panadero—, el eclipse debe de haber terminado! Vuelve a salir el sol. —Así es —dice Drácula cerrando de un portazo la puerta de entrada—. He decidido quedarme. Cierren todas las persianas, rápido, ¡rápido! ¡No se queden ahí! —¿Qué persianas? —preguntó el panadero. —¿No hay? ¡Lo que faltaba! ¡Qué par de...! ¿Tendrán al menos un sótano en este tugurio? —No —contesta amablemente la esposa—. Siempre le digo a Jarslov que construya uno, pero nunca me presta atención. Ese Jarslov... —Me estoy ahogando. ¿Dónde está el armario? —Ya nos ha hecho esa broma, señor conde. Ya nos ha hecho reír lo nuestro. —¡Ay... qué ocurrencia tiene! —Miren, estaré en el armario. Llámenme a las siete y media. Y, con esas palabras, el conde entra en el armario y cierra la puerta. —Ja, ja...! ¡Qué gracioso es, Jarslov! —Señor conde, salga del armario. Deje de hacer burradas. Desde el interior del armario, llega la voz sorda de Drácula. —No puedo... de verdad. Por favor, créanme. Tan sólo permítanme quedarme aquí. Estoy muy bien. De verdad. —Conde Drácula, basta de bromas. Ya no podemos más de tanto reírnos. —Pero, créanme, me encanta este armario. —Sí, pero... —Ya sé, ya sé... parece raro y sin embargo aquí estoy, encantado. El otro día precisamente le decía a la señora Hess, deme un buen armario y allí puedo quedarme durante horas. Una buena mujer, la señora Hess. Gorda, pero buena... Ahora, ¿por qué no hacen sus cosas y pasan a buscarme al anochecer? Oh, Ramona, la la la la la, Ramona... En aquel instante entran el alcalde y su mujer, Katia. Pasaban por allí y habían decidido hacer una visita a sus buenos amigos, el panadero y su mujer. —¡Hola, Jarslov! Espero que Katia y yo no te molestemos. —Por supuesto que no, señor alcalde. Salga, conde Drácula. ¡Tenemos visita! —¿Está aquí el conde? —pregunta el alcalde, sorprendido. —Sí, y nunca adivinaría dónde está —dice la mujer del panadero.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —¡Qué raro es verlo a esta hora! De hecho, no puedo recordar haberle visto ni una sola vez durante el día. —Pues bien, aquí está. ¡Salga de ahí, conde Drácula! —¿Dónde está? —pregunta Katia sin saber si reír o no. —¡Salga de ahí ahora mismo! ¡Vamos! —La mujer del panadero se impacienta. —Está en el armario —dice el panadero con cierta vergüenza. —¡No me digas! —exclama el alcalde. —¡Vamos! —Dice el panadero con un falso buen humor mientras llama a la puerta del armario—. Ya basta. Aquí está el alcalde. —Salga de ahí, conde Drácula —grita el alcalde—. Tome un vaso de vino con nosotros. —No, no cuenten conmigo. Tengo que despachar unos asuntos pendientes. —¿En el armario? —Sí, no quiero estropearles el día. Puedo oír lo que dicen. Estaré con ustedes en cuanto tenga algo que decir. Se miran y se encogen de hombros. Sirven vino y beben. —Qué bonito el eclipse de hoy —dice el alcalde tomando un buen trago. —¿Verdad? —dice el panadero—. Algo increíble. —¡Dígamelo a mí! ¡Espeluznante! —dice una voz desde el armario. —¿Qué, Drácula? —Nada, nada. No tiene importancia. Así pasa el tiempo hasta que el alcalde, que ya no puede soportar esa situación, abre de golpe la puerta del armario y grita: —¡Vamos, Drácula! Siempre pensé que usted era una persona sensata. ¡Déjese de locuras! Penetra la luz del día; el diabólico monstruo lanza un grito desgarrador y lentamente se disuelve hasta convertirse en un esqueleto y luego en polvo ante los ojos de las cuatro personas presentes. Inclinándose sobre el montón de ceniza blanca, la mujer del panadero pega un grito: —¡Se ha fastidiado mi cena! Woody Allen, Cuentos sin plumas, Buenos Aires, Tusquets Editores, 2009

Sobre el autor… Woody Allen (1935), cuyo verdadero nombre es Allan Stewart Königsberg, es un guionista, director y actor de cine, además de músico y escritor, de origen estadounidense. Ganador del premio Óscar en cinco ocasiones, es uno de los directores más respetados, influyentes y prolíficos de la era moderna, rodando una película al año desde 1969. En todas las actividades que realiza se destaca por su particular sentido del humor. Algunas de sus películas con consideradas clásicos de la comedia estadounidense: Sueños de un seductor (1972), Annie Hall (1977), Manhattan (1979), La rosa púrpura de El Cairo (1985), Match Point (2005). Ha publicado varios libros de cuentos.

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HACER REÍR REFLEXIONES SOBRE EL HUMOR

 “La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.” Mark Twain (escritor estadounidense)

Charlie Chaplin (actor inglés)

 “Yo, desde muy niño, sentía que el humor era una de las formas con las cuales era posible hacerle frente a la realidad, a las realidades negativas sobre todo.” Julio Cortázar (escritor argentino)  “El humor es sorpresa intelectual”. Macedonio Fernández (escritor argentino)  “El humor (…) no responde sino pregunta, (…) relaciona cosas que aparentemente no tienen nada que ver, (…) te muestra lo que ya sabías pero de una manera que no conocías.” Rudy (humorista gráfico argentino)

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 “El humor político, para ejercer un efecto cómico, no puede ser oficialista, siempre trata de ser crítico; en algunos casos, claramente opositor, inconformista con la situación a la que se enfrenta, delineando en sus textos o caricaturas a un oponente.” Andrea Matallana (socióloga argentina)  “Una de las funciones del humor es ver las cosas desde otro lado y mostrarlas en la forma contundente de un gag, un gesto o bien un dibujo (…) el mejor humor es el que mejor refleja la realidad”. Santiago Varela (autor argentino, libretista de humor)  “Las críticas hechas como chiste tienen mayor efecto, circulan más y se difunden más. La gente las sigue mejor, entonces los gobiernos se sienten amenazados por eso. El humorista logra un eco en la sociedad que otras formas de comunicación no tienen. El humor es la mayor manifestación de la libertad, es el anhelo del hombre por pensar libre y críticamente. Además, el humor representa una eterna lucha de corrección social. La sociedad quiere ser mejor por eso se cuestiona y se analiza a través del humor, para encontrar sus defectos de una manera distinta a la confrontación”. Laureano Márquez (politólogo y humorista venezolano)

(humorista y actor italiano)

HACIA UNA DEFINICIÓN DEL HUMOR El diccionario define HUMOR como un estado de ánimo, disposición, talante. El buen humor es una disposición alegre y complaciente, una cualidad consistente en descubrir o mostrar lo que hay de cómico o ridículo en las cosas o en las personas, con o sin malevolencia. Por el

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contrario, el mal humor implica una actitud o disposición negativa e irritada. Se puede ir desde el llamado "humor benigno" -cuyo fin último es generar placer y distensión- hasta la ironía y la sátira, que se sirven del humor como arma crítica. El mensaje humorístico crea una imagen de su autor, deja entrever su postura ante la realidad, su valoración de los grupos humanos, su actitud ante los conflictos y los problemas de la sociedad y de la vida.

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El humor es una especie de espejo -a menudo distorsionador de imágenes-que refleja la sociedad de cada época y de cada zona. En el mensaje humorístico, los personajes se consideran a menudo representantes de un grupo, un pueblo, una clase social y sirven para poner de manifiesto el carácter, las preocupaciones o la visión de mundo de ese grupo -recordemos los innumerables chistes sobre suegras, pueblerinos, homosexuales, madrileños, andaluces, catalanes, gallegos, médicos o abogados-. Pero el fenómeno de la risa está íntimamente ligado a las distintas consideraciones históricas, civilizaciones y razas. Por eso los extranjeros no siempre comparten el sistema de valores ni las connotaciones culturales con el que marcamos nuestro humor porque, aunque la experiencia de lo cómico y del humor es un universal humano, su relatividad cultural es innegable. Podríamos caracterizar el humor como el derrumbamiento de la lógica (de la lógica "normal", esperable, sensata y predecible). La experiencia de lo cómico tiene su propia connotación de realidad; es una forma de conciencia distinta; un "estar fuera de los presupuestos y hábitos corrientes de la vida cotidiana"; una "realidad separada, con su lógica, sus normas, su distribución de papeles y sus coordenadas de espacio y tiempo particulares.

EL HUMOR COMO CRÍTICA SOCIAL La crítica social, en la literatura y en el arte, implica el compromiso del escritor o del artista frente a una realidad que censura, intimida u oculta. En todas las épocas encontramos obras que tienen la intención de provocar risa en el destinatario. Pero el uso del humor va más allá de provocar risas: desde sus orígenes hasta la actualidad, ha sido utilizado para realizar críticas sociales. En esas obras, el humor es un recurso para hacer reflexionar al destinatario acerca de una realidad que se critica mediante la presentación de situaciones o personajes propios del momento histórico. La crítica humorística parece operar como un movimiento corrector ante un error, una injusticia, una carencia, una insuficiencia o un malestar. Cuando el artista o el escritor reaccionan con humor, los acontecimientos cotidianos adquieren un nuevo sentido. De esta manera es posible corregir comportamientos, auto criticarse, modificar una situación que no se tolera, persuadir o producir acciones transformadoras. Mediante el humor, los lectores aceptan de manera más amable la mirada crítica del autor sobre la rigidez de la vida cotidiana. El humor sirve, además, para observar desde otra perspectiva los conflictos universales de la humanidad, como los miedos, la muerte, la guerra, etcétera.

RECURSOS DEL HUMOR

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El humor no constituye ni un género literario específico ni una tipología textual, sino una serie de rasgos propios y reconocibles que pueden presentarse en diversas circunstancias, en distintos géneros y en cualquier tipo de textos. Para lograr el efecto humorístico, el autor dispone de distintos recursos, según el propósito que persiga. Algunos de ellos son:

 Exageración: consiste en sobredimensionar o en llevar al límite la descripción de un hecho, de un objeto o de los personajes y provocar, así, el ridículo. “Era tan, tan vago, que se levantaba todos los días temprano para estar más tiempo sin hacer nada.”  Doble sentido: aprovechan la variedad de significados de las palabras según el contexto en que se utilicen. “-¿Cuál es el colmo de un bombero? -Tener un hijo chorro y una hija manguera.”  Malentendido o equívoco: es una interpretación errónea de una palabra o expresión. “-Papá, ¿cuánto se tarda en dar la vuelta al mundo entero? -Eh… Depende de la velocidad a la que vaya el tero.”  Contraste: marca las oposiciones entre las personas, las cosas, las intenciones o las situaciones planteadas.

 Absurdo: presenta como naturales y aceptados hechos incoherentes, situaciones irracionales, disparatadas o arbitrarias. “Cuando sea grande quiero ser bicicleta. Firma: EL TRICICLO.”

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz  Ironía: utiliza las palabras con un sentido contrario al que se expresa en forma literal. Es un recurso o figura retórica que consiste en expresar de manera burlesca, lo contrario de lo que se quiere comunicar, empleando un tono, una gesticulación o unas palabras, que insinúan la interpretación que debe hacerse. “…Los federales habían dado fin a una de sus innumerables proezas. En aquel tiempo los carniceros degolladores del Matadero eran los apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación rosina, y no es difícil imaginarse qué federación saldría de sus cabezas y cuchillas. Llamaban ellos salvaje unitario, conforme a la jerga inventada por el Restaurador, patrón de la cofradía, a todo el que no era degollador, carnicero, ni salvaje, ni ladrón; a todo hombre decente y de corazón bien puesto, a todo patriota ilustrado amigo de las luces y de la libertad; y por el suceso anterior puede verse a las claras que el foco de la federación estaba en el Matadero.” Esteban Echeverría - “El matadero”

 Parodia: es una “imitación burlesca”. Se recrea un discurso conocido, generalmente con un objetivo contrario al original. La industria cinematográfica, la televisión, la música y la literatura suelen realizar parodias de hechos políticos o de otras obras.

LAS HISTORIETAS Y EL HUMOR GRÁFICO La historieta es un lenguaje que combina palabras e imágenes para contar una historia o presentar una situación. Las acciones de los personajes se organizan en viñetas o cuadros, es decir, recuadros de imágenes que componen la secuencia narrativa. Cada una de estas viñetas constituye un recorte en el que la imagen presenta una acción desde una distancia y una perspectiva determinadas.

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Las imágenes de las viñetas pueden presentarse en diferentes planos, según la distancia en que se halle el personaje o el objeto dibujado: -

Plano general: muestra la figura completa. Plano medio: muestra el personaje cortado a la altura de la cintura. Primer plano: muestra únicamente un objeto o la cara de un personaje. Plano detalle: presenta un detalle de una figura o de un objeto.

Para expresar los estados de ánimo de los personajes, la historieta aprovecha rasgos faciales como los ojos o la boca que cambian de forma según qué piense o sienta el personaje. El texto verbal se puede ubicar en la imagen de dos maneras:

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Los globos se utilizan para presentar lo que los personajes dicen o piensan. La forma de los globos es portadora de significado. Por ejemplo, para representar los gritos, los pensamientos o los sueños, se emplean diferentes tipos de líneas. Los cartuchos o apoyaturas corresponden a la voz del narrador, que aporta indicaciones de tiempo y lugar u ofrece comentarios acerca de la historia narrada. Algunos recursos propios de las historietas son: 

Las líneas cinéticas: líneas rectas o curvas que indican el movimiento que realiza una persona u objeto.  Las onomatopeyas: palabras que imitan sonidos o ruidos (toc-toc; bang; zzzzz).  Las metáforas visuales: son signos que representan, por ejemplo, los sentimientos, pensamientos o la vida interior de los personajes, de manera más o menos convencional. Por ejemplo, un lamparita encendida alude a una idea; un corazón significa amor; etc. …………………………………………………………………………………………………………………………………………….

 Leemos algunas historietas de humor… TEXTO 1

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LA HISTORIETA EN ARGENTINA La historieta o cómic argentino es una de las tradiciones de historieta más importantes a nivel mundial y la más importante a nivel latinoamericano, viviendo su «época dorada» entre las décadas de 1940 y 1960. Se pueden identificar, básicamente, dos corrientes: -

la historieta de acción (Oesterheld, Hugo Pratt, etc.) y la historieta cómica (Quino, Fontanarrosa, etc.).

La historieta argentina comienza su historia a finales del siglo XIX, en la revista Caras y Caretas, donde aparecen los primeros relatos ilustrados y la inclusión de globos de diálogo en el dibujo. En la década de 1920, La Nación se convierte en el primer diario argentino en publicar historietas. El género seguirá desarrollándose en el país hasta lograr el nivel más alto entre las décadas de 1940 y 1960, la llamada "Época Dorada". Luego de esta etapa la historieta nacional irá decayendo hasta llegar al punto de no existir ninguna publicación del género en la década de 1990 (exceptuando los autores que se autopublicaban). A partir de los años 2000 se ha intentado revalorizar el género, por medio de recopilaciones de viejas historietas. Un hecho significativo ha sido la vuelta a los kioscos de la mítica revista Fierro, que cuenta con los autores más reconocidos del país.

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El día elegido para la realización del Día de la Historieta es el 4 de septiembre, fecha en que apareció el primer número de la revista Hora Cero semanal en 1957. Esta revista era publicada por Editorial Frontera, propiedad de uno de los más destacados guionistas del país: Héctor Germán Oesterheld y en cuyas páginas se serializó El Eternauta, obra de Oesterheld y Francisco Solano López que marcó un hito en la historieta de la Argentina.

Algunos de los historietistas de humor argentinos más reconocidos, no solo en Argentina sino a nivel mundial son: HISTORIETISTA

PERSONAJE/S

QUINO

MAFALDA

NIK

GATURRO

FONTANARROSA

INODORO PEREYRA

SENDRA

YO MATÍAS

CALOI

CLEMENTE

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PROTOCOLO PARA EXPOSICIÓN ORAL TEMA: HISTORIETISTAS ARGENTINOS  







Trabajarán de forma grupal. Investigarán sobre la vida y la obra de dos historietistas argentinos: uno será asignado por el docente, otro será elegido de forma libre por ustedes. Para la investigación deberán considerar los siguientes ítems: a) Datos biográficos del autor: lugar y fecha de nacimiento; lugar y fecha de muerte (cuando corresponda); formación y estudios; anécdotas personales que pudieran haber incidido en su obra; etc. b) Su obra: creación y evolución de o los personajes; lugares de publicación; estilos; análisis y comentario de la obra; premios y menciones; etc. Apoyarán la exposición oral con la confección y de “pósters académicos”. Pueden consultar al final del libro (la sección ANEXOS) la guía “Elaboración de pósters”. Redactarán un breve informe de lo investigado y expuesto, que se convertirá en material bibliográfico para los demás alumnos del curso.

EL HUMOR Y LAS SERIES ANIMADAS En el cine de animación se usan mayoritariamente técnicas de animación. El cine de imagen real registra imágenes reales en movimiento continuo, descomponiéndolo en un número discreto de imágenes por segundo. En el cine de animación no existe movimiento real que registrar, sino que se producen las imágenes una por una mediante dibujos, modelos, objetos y otras múltiples técnicas, de forma que, al proyectarse consecutivamente, se produzca la ilusión de movimiento. Es decir, que mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento real, en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad. Los Simpson (en inglés, The Simpsons) es una serie estadounidense de comedia, en formato de animación, creada

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por Matt Groening para Fox Broadcasting Company y emitida en varios países del mundo. La serie es una sátira de la sociedad estadounidense que narra la vida y el día a día de una familia de clase media de ese país (cuyos miembros son Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson) que vive en un pueblo ficticio llamado Springfield. Desde su debut el 17 de diciembre de 1989 se han emitido 516 episodios hasta el 16 de diciembre de 2012.

Los Peques es una serie de televisión de animación en 3D realizada en Argentina en la que se narra las vivencias de unos duendes en la Patagonia argentina. Creada en 2001 en la Provincia del Neuquén, y difundido a través de Cable Visión del Comahue, la serie se caracteriza por tener guiones con mucho sentido del humor e ingenio, con un claro mensaje a favor de valores como la amistad, el trabajo, el respeto hacia los mayores y a las raíces, además de un fuerte contenido ecológico. Con episodios de corta duración, apenas 5 minutos, aparecieron en la televisión durante un tiempo, a razón de 4 salidas diarias, y debido a la gran aceptación que tuvo de parte del público, surgieron muchos otros productos, entre ellos, películas en DVD. Los Peques viven en algún sitio de la cordillera andino patagónica de Neuquén, en viviendas denominadas peque rukas, que son una especie de cabaña arborícola y están construidas con materiales que les regala la Madre Naturaleza. Tienen una organización, los Ejércitos de la Mapu,4 que nada tienen que ver con las guerras, sino con el cuidado de la naturaleza. Cuando los jóvenes entran en lo que se conoce como la pequedad del pavo los envían a vigilar zonas lejanas para que no haraganeen.

Pueden visitar el sitio oficial en http://www.elrincondelospeques.com.ar

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PROTOCOLO DE TRABAJO PRÁCTICO EL HUMOR Y LAS SERIES ANIMADAS Deben escribir un informe sobre el tema de no menos de 3 (tres) páginas para el desarrollo (cuerpo central) del trabajo. Respeten las siguientes pautas de presentación: FORMATO: -

Hojas A4. Tipografía ARIAL (o similar), tamaño 11 ó 12. Interlineado en 1,5. Texto justificado. Impresión únicamente en el anverso de las hojas.

PRESENTACIÓN: -

Portada (nombre de la institución, materia, docente responsable, datos del alumno, fecha de entrega, título del trabajo). Índice (si el trabajo así lo requiere). Cuerpo central del trabajo. Bibliogafía (obligatorio). Fecha de entrega:

EL HUMOR EN LA POESÍA - LOS POEMAS SATÍRICOS La Real Academia Española define a la sátira como una composición poética o discurso que tiene el objetivo de censurar con mordacidad o poner en ridículo a alguien o algo. Por lo tanto, hablar de poesía satírica es referirse a un tipo de creación literaria donde se destacan dos grandes componentes: la crítica y el humor. El poeta, por lo tanto, acude a esta modalidad cuando desea burlarse y pretende mostrar su inconformismo con la realidad. La poesía satírica, por supuesto, ha ido mutando con la historia. De esta forma, tuvo como eje original de sus versos a los estamentos o grupos sociales (los políticos, la corte) y luego a Pueden ampliar la información en: http://www.poemas-dellas profesiones (médicos, sastres, incluso otros escritores). En el alma.com/blog/especiales/poesia Renacimiento, surgió una corriente satírica contra los ideales -satirica del heroísmo y la exaltación del amor. Hay que destacar que, a grandes rasgos, la sátira puede alcanzar cualquier aspecto o dimensión de la vida.

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Las marcas del estilo satírico son la presencia de palabras y expresiones idiomáticas de la lengua coloquial y vulgar y la producción de burlas o humor. Algunos autores que se han dedicado en sus obras a la poesía satírica son:

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Baltasar del Alcázar (1530-1606) Miguel de Cervantes (1547-1616) Francisco de Quevedo (1580-1645) Lope de Vega (1562-1635) Luis de Góngora (1561-1627)

A una nariz Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce Tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz, nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito. Francisco de Quevedo (1580-1645)

Sobre el autor… Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de Oro. Nació en Madrid el 14 de septiembre de 1580, en el seno de una familia de hidalgos. Murió el 8 de septiembre de 1645. Además de los poemas satíricos, practicó variedad de géneros y estilos. Entre sus obras en prosa hay que destacar La vida del Buscón, novela picaresca publicada por primera vez en 1626.

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EL HUMOR Y EL CINE EL GRAN DICTADOR, dir. Charles Chaplin

EL CONTEXTO HISTÓRICO Entre 1914 y 1918 tuvo lugar la Guerra Europea o Gran Guerra, luego llamada I Guerra Mundial. Por desgracia entre 1939 y 1945 se desarrolló la II Guerra Mundial. Al período que hay

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entre las dos se le llama “período de Entreguerras”, y es en esa época en la que transcurre la película. El período Entreguerras se caracteriza por graves problemas: · Económicos: la crisis de la bolsa y la gran depresión del 29, el alza de precios, los despidos… · Sociales: el paro, el hambre, la gente está descontenta y duda de sus gobernantes… · Políticos: aparecen las ideas fascistas y nazis contrarias a la democracia, lo que lleva al auge de las dictaduras en detrimento de las democracias. El Gran Dictador es la primera película hablada de Charles Chaplin. Siguiendo la línea iniciada con su anterior película, Tiempos modernos (1935), una crítica al maquinismo y a la mecanización de la sociedad, Chaplin se enfrenta en esta ocasión a uno de los temas más trágicos y preocupantes de la época: el auge de los regímenes totalitarios y la expansión del fascismo en Europa. Y lo hace comprometiéndose con convicción, una actitud que le provocaría muchos problemas, puesto que los Estados Unidos mantenían en aquel momento una posición neutral respecto al conflicto. Pese a las coincidencias que se establecen entre la película y el desarrollo de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar de manera casi paralela (la invasión de Ostelrich por parte del ejército de Tomenia y la invasión alemana de Polonia, (por ejemplo), el origen de film es 1938. Francia y Gran Bretaña habían declarado la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939, dos días después de la invasión de Polonia por parte del ejército nazi: y pocos días6antes del inicio del rodaje de El Gran Dictador. Entre los meses de mayo y junio de 1940, Alemania invadiría Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica y Francia. Italia entraría en guerra el 10 de junio, iniciando poco después la invasión de Egipto. El Gran Dictador se estrena el 15 de octubre de 1940 en medio de fuertes presiones y críticas, pero se convierte de manera inmediata en un gran éxito de crítica y público. Los Estados Unidos no entrarán en el conflicto hasta el diciembre de 1941, tras el bombardeo de la base de Pearl Harbour por parte del ejército japonés, aliado de Alemania en el Pacífico. Charles Chaplin, que había estudiado a Hitler durante cerca de dos años, definió el proyecto como un coctel de drama, comedia y tragedia que retrataba la silueta grotesca y siniestra de un hombre que se creía un superhéroe y que pensaba que solo tenía valor su opinión. El cineasta, de hecho, utiliza la figura de Hitler para realizar una parodia de las ideas políticas, culturales, sociales y económicas del nazismo, desde la superioridad de la raza germánica hasta la sumisión incondicional del individuo a la comunidad, pasando por el antimarxismo y el antisemitismo. Hynkel, el dictador de Tomania, es presentado como un hombre egoísta, infantil, inseguro, incapaz de tomar decisiones de ninguna clase y todavía menos de gobernar un país: la bola del mundo con la que juega en una de las escenas más memorables del film, le acabará explotando, física y simbólicamente, en sus manos. Pero Hitler no es el único personaje real que inspiró a Chaplin: el dictador de Bacteria, Benzino Napoloni, está inspirado en el dictador fascista italiano Benito Mussolini; Garbitsch (del inglés garbage: basura), secretario del interior y ministro

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de propaganda de Hynkel, está inspirado en Joseph Paul Goebbels, ministro de educación popular y propaganda del gobierno nazi; y el Mariscal Herring evoca al Mariscal Hermann Wilhelm Goring, responsable de las fuerzas aéreas y uno de los máximos dirigentes de la Gestapo, los servicios secretos alemanes. Como es lógico, el contexto político de la época impediría que este mensaje de paz y libertad llegara donde tenía que llegar: la película sería prohibida de manera fulminante en Alemania, Italia y todos los países ocupados por estas dos potencias, y tampoco se estrenaría en Brasil, Argentina, Costa Rica y España, entre otros países. Sobre el autor… “Yo, Charles Chaplin nací en Londres en abril de 1889. Mi padre era cómico. Mi madre era cantante de opereta. Mi infancia la pasé en Londres en el barrio de la gente pobre. Mi padre comenzó a beber, no teníamos nada que comer. Más de una vez mi hermano Sydney se vio obligado a recurrir a las instituciones benéficas, para conseguir un plato de sopa. Yo no podía ir con él porque solo teníamos un par de zapatos. Mi padre murió dejándonos en la miseria (…) Anduve una temporada viviendo en las calles y durmiendo en los asilos nocturnos. Finamente entré en una compañía teatral, tenía 14 años y si conseguía el puesto podíamos comer cada día un plato de sopa. En 1911 actuamos en América y Mack Sennett me contrató para la Keystone Film Company. Más tarde en Nueva York realicé cortometrajes realizados por mí (…) tuve éxito.” Así resumió en 1928 Chaplin su vida, que no terminó ahí, y en la que obtuvo numerosos premios: la primera vez que se dieron los Oscar (1927-28) por su película El circo; en 1972 uno especial por su influencia en el cine; y otro más en 1973 por la música de Candilejas. En 1977 murió en Lausana (Suiza), donde se había instalado por sus ideas progresistas. Filmografía, largometrajes: El chico (1921), Una mujer de Paris (1923), La quimera del oro (1925), El circo (1928), Luces de la ciudad (1931), Tiempos modernos (1936), El gran dictador (1940), Monsieur Verdoux (1947), Candilejas (1952), Un rey en Nueva York (1957), La condesa de Hong Kong (1967 ).

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GUÍA DE ANÁLISIS Y PROFUNDIZACIÓN DE LA PELÍCULA

1. Narren brevemente los acontecimientos principales. 2. En la película hay diferentes clases de personajes: protagonistas, secundarios y figuración. Identifiquen a los tres grupos en alguno de sus integrantes explicando su función en la historia. 3. En España, la película estuvo prohibida hasta en el año 1976. Reflexionen por qué y propongan una hipótesis. 4. Tras la segunda guerra mundial, con sus consecuencias terribles, y después de que las atrocidades cometidas por el régimen nazi en los campos de concentración fuesen una evidencia, Chaplin en sus memorias publicadas en 1964 dijo: "Si hubiera tenido conocimiento de los horrores de los campos de concentración alemanes no habría podido rodar la película: no habría podido burlarme de la demencia homicida de los nazis; no obstante, estaba decidido a ridiculizar su absurda mística en relación con una raza de sangre pura". .  Reflexionen: ¿Creen que el humor puede servir para tratar temas serios? Justifiquen su respuesta. 5. Une mediante flechas los nombres ficticios con sus correspondientes reales Bacteria

Alemania

Hynkel

Mussolini

Osterlich

Hitler

Napoloni

Italia

Tomenia

Austria

6. ¿Qué opina Hynkel sobre la Democracia? 7. ¿Qué quiere hacer con los obreros en huelga? 8. Cuando Schultz es arrestado por orden de Hynkel le dice que su causa fracasara por………………………………………………………………………. 9. Consulta en diccionario la palabra gag e indica algunos de los que has visto en la película. 10. ¿Cuál de los recursos de humor estudiados funciona en el film como su “principio constructivo”?

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EL HUMOR COMO REESCRITURA ¿Adaptación o reescritura? Ambos procedimientos son manifestaciones de un mismo fenómeno: la intertextualidad. Sin embargo, entre la adaptación y la reescritura, hay cierta distancia. Llamamos adaptación a aquel relato que, basándose en los hechos y personajes de un texto previo, respeta todos los aspectos de la historia original (por ejemplo, los personajes y sus características, o los hechos desarrollados). La adaptación literaria es la transformación de una obra en otra, de un formato literario en otro, lo que significa cambiar de lenguaje literario, por lo que debe considerarse como una creación artística independiente. La adaptación literaria es la adaptación o traspaso de una fuente literaria (novela, poema, cuento corto...) a otro género o medio, como película, obra teatral, videojuego, etc. En ocasiones también puede adaptarse al mismo género o medio, pero para otro propósito, por ejemplo, adaptar una obra literaria para niños. Un fenómeno diferente es la reescritura. En ella, un autor toma como base un texto previo y escribe a partir de algún aspecto de dicho texto, una historia totalmente nueva. Es decir, la reescritura implica una transformación de la historia original. Baste pensar como ejemplo la saga de las películas animadas Shrek, que funcionan como reescrituras de los cuentos tradicionales.

 Lean el siguiente cuento y determinen si se trata de una adaptación o de una reescritura. Justifiquen la respuesta.

POBRE LOBO - Wolf, Ema Serían las cinco cuando Caperucita llegó a la casa de su abuela. Por supuesto, adentro estaba el lobo. -Pasá, nena. Está abierto- le dijo cuando escuchó los golpes en la puerta. –Y cerrá enseguida, que hace un fresquete… Caperucita puso la canasta sobre la mesa y se derrumbó en una silla. -¡Qué voz tan ronca tenés, abuela! Ni que comieras tuercas. Al lobo le molestó un poco el comentario. -Es por mi catarro de pecho, querida. -Te traje unos caramelos de miel, yogur casero y no sé cuántas cosas más que metió la vieja en la canasta. Pesaba mil esta canasta. Ladrillos habrá puesto. Algo pegajoso se volcó adentro. Ahora que te miro bien: ¡qué boca enorme tenés! ¡Y qué dientes amarillos! ¿Siempre tuviste los dientes así de amarillos? El lobo se incorporó de la cama para mirarse en el espejo. Tuvo que reconocer ue no era una hermosura.

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-Son los años, tesoro. -Serán. Además es la primera vez que te veo los ojos así de colorados. -Grandes, querrás decir. -Sí, grandes también, pero yo digo colorados, colorados como los de los conejos. Eso fue muy fuerte para el lobo. Nunca lo habían comparado con un conejo. -Son para mirarte mejor, querida. -¿Te parece? Los comentarios de Caperucita siguieron. -¡Qué orejas inmensas tenés, abuela! -Son para escucharte mejor. -No me parece que hagan falta orejas así para escuchar bien. La gente tiene orejas normales y escucha lo más bien. ¿Y por qué tenés las uñas tan torcidas? El lobo escondió las manos debajo de la frazada. -Y decime, ¿cuánto calzás? Nunca vi unos pes tan grandes. Ni el tío Cosme tiene los pies de ese tamaño. El lobo escondió las patas. Caperucita seguía. -Ese camisón te queda chico. ¿Engordaste? -Tenés el cuello como, como lanudo…, como estropajoso… ¡y bigotes! -De las orejas te salen pelos negros. -De la nariz también te salen pelos. Y te cuelgan unos m… -¡Basta!- aulló el lobo. Lloraba. Saltó de la cama, tiró la cofia al suelo y se fue sin cerrar la puerta, de lo más deprimido.

Sobre la autora… Ema Wolf es una escritora argentina nacida en Carapachay, provincia de Buenos Aires el 4 de mayo de 1948. Es licenciada en Lenguas y Literaturas Modernas por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Su obra se caracteriza por el humor y por un estilo paródico. Es escritora mayormente de libros infantiles, aunque también tiene publicados libros para público adulto. En 1975 comenzó a trabajar para distintos medios periodísticos y revistas infantiles, entre ellas "Anteojito". Parte de su obra fue traducida al catalán, portugués, alemán e italiano.

Sobre Fausto de Estanislao del Campo Fausto es un poema gauchesco cuya versión definitiva aparece en noviembre de 1866.

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Sobre el autor… Estanislao del Campo Maciel y Luna Brizuela Nació en Buenos Aires el 7 de febrero de 1834. Fue un militar, funcionario de gobierno y escritor argentino. Defendiendo a Buenos Aires tuvo destacada actuación en las batallas de Cepeda y Pavón. Murió el 6 de noviembre de 1880, en Bueno Aires.

Poema gauchesco Pertenece al ámbito de la Literatura Gauchesca1. Mantiene muchas de sus características, aunque introduce, también, numerosas innovaciones. De los poemas gauchescos mantiene no sólo la utilización del lenguaje rústico –como un intento de reproducir, en el registro escrito, la oralidad del gaucho- sino también ciertas convenciones recurrentes en esta clase de textos:  La escritura en versos.  La forma dialogada.  Protagonistas: los gauchos.  La queja por la situación social y personal.  El ritual del encuentro y del saludo. Sin embargo, en relación con otras obras gauchescas, Estanislao del Campo introduce varias transgresiones al modelo:  Lugar (entendido como el espacio físico donde se desarrolla la acción narrativa): ya no es el campo (la pampa ilimitada), sino la ciudad.  Temática: ya no se centra en las penurias de la vida del gaucho (como tipo social) y las injusticias sociales que sufre, sino los aspectos de la vida privada.  Punto de vista: ya no se presenta el mundo gaucho, oral y popular, interpretado por la cultura urbana y letrada, sino al contrario: el espacio cultural de la ciudad se 1

La Literatura Gauchesca no debe confundirse con la Literatura Gaucha. LITERATURA GAUCHESCA LITERATURA GAUCHA Producida por hombres letrados de la ciudad que Producida por auténticos gauchos. imitan en sus textos las payadas orales de los Estos poemas son verdaderas payadas, orales y gauchos. espontáneas, de las cuales no queda ningún registro Son poemas escritos, y por lo tanto planificados. escrito. Gracias a su formato en papel, perduran en el Es frecuente la payada de contrapunto: un duelo a tiempo. guitarra en el que los participantes se provocan por Trata temas universales: el destino, la justicia, la medio de la palabra, y en el que pierde quien no libertad, el amor… responde inmediatamente.

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traduce al código gaucho (esto es, se traduce al registro gaucho un acontecimiento cultural urbano).  Efecto humorístico: la finalidad ya no es hacer cierta crítica social sobre el lugar desfavorecido que ocupaba el gaucho en la sociedad de la época, sino proponer un texto de intención humorística basado en las diferencias entre la ciudad y el campo (sus habitantes, costumbres, formas de vida). Anastasio, que no conoce las convenciones del género dramático, necesita comparar el mundo del teatro con elementos conocidos y familiares para él (por ejemplo, en un momento de su diálogo con Don Laguna, dice que el teatro es “como un corral”). El texto presenta varios niveles de ficción, que se entrelazan sucesivamente:

UN NARRADOR GAUCHESCO EN PRIMERA PERSONA TESTIGO RELATA EL ENCUENTRO ENTRE LOS PAISANOS DON LAGUNA Y ANASTASIO EL POLLO.

ANASTASIO EL POLLO, EN PRIMERA PERSONA PROTAGONISTA, INTRODUCE UN RELATO ENMARCADO SOBRE LO QUE VIVIÓ Y VIO EN LA CIUDAD.

HISTORIA DE FAUSTO (ÓPERA FRANCESA DE CHARLES GOUNOD*, BASADA EN LA TRAGEDIA DEL MISMO NOMBRE DEL ESCRITOR ALEMÁN JOHANN W. GOETHE**), REPRESENTADA EFECTIVAMENTE EN EL TEATRO COLÓN DE BUENOS AIRES EN OCTUBRE DE 1866.

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Dentro de este juego en la sucesión de relatos, es evidente el uso del recurso de la oposición, tan habitual en toda la historia de la Literatura Argentina. En este caso se pueden identificar los siguientes pares de opuestos: CIUDAD / CAMPO HOMBRE DE CIUDAD / GAUCHO GRINGO / GAUCHO CULTURA ALTA / CULTURA POPULAR Analizando el uso de este recurso, podemos pensar que el tema subyacente de la obra es el debate sobre la identidad nacional. La narración en clave gauchesca de la ópera de Gounod puede verse como una lectura “argentina” de la cultura europea, y por ello como una crítica a la misma. En cuanto a su estructura, el poema se desarrolla en seis cantos. En el primero se narra el encuentro entre los paisanos Don Laguna y Anastasio el Pollo. En los cantos siguientes, Anastasio relata sus impresiones sobre una representación teatral que él cree verdadera.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------*Fausto (título original en francés, Faust) es una ópera en cinco actos con música de Charles Gounod y libreto en francés de Jules Barbier y Michel Carré, versión de la leyenda popular de Fausto e inspirada levemente en el Fausto, de Goethe. Se estrenó en París el 19 de marzo de 1859. Fausto de Charles Gounod - SINOPSIS ARGUMENTAL La acción transcurre en una ciudad de Alemania. El doctor Fausto, desganado y cansado de una vida solitaria, está a punto de acabar con sus pesares mediante un brebaje letal, que se dispone a beber. Ante el pensamiento de que Dios no va a devolverle la juventud ni el amor, invoca al diablo para que acuda en su ayuda. Aparece Mefistófeles, ofreciéndole riquezas, gloria y poder, pero él quiere algo más: la capacidad de disfrutar eternamente de todos los placeres que deleitan el corazón y los sentidos. Mefistófeles le propone un pacto por el cual se compromete a servirle a cambio de su alma. Para convencer al anciano sabio, Mefistófeles le hace ver a Margarita hilando en su rueca, y Fausto firma el pacto sin vacilar. Después, convertido en un joven y apuesto caballero, parte con Mefistófeles en busca de aventuras. Fausto logra seducir a Margarita y poco tiempo después la abandona, estando ella embarazada. Valentín, el hermano de la muchacha, muere durante un enfrentamiento con Fausto y Mefistófeles. Presa de la angustia y la culpa, Margarita pierde la razón. Fausto y Mefistófeles la visitan en la prisión donde espera su ejecución por haber matado a su hijo. Al oír la voz de Fausto, Margarita recuerda con ternura los felices momentos que ha vivido con su amado, quien la apremia a huir con él. Pero, al ver a Mefistófeles, Margarita, aterrada, pide la protección de Dios y de los ángeles, antes de caer muerta. Un coro de ángeles se lleva el alma de la muchacha hacia el cielo mientras Fausto, desesperado, es arrastrado por Mefistófeles hacia el infierno. ** JOHANN WOLFGANG VON GOETHE: (1749−1832) Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán y una de las figuras señaladas de la literatura alemana.

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Anastasio es el personaje principal de esta obra. Es un gaucho que muestra una actitud crítica respecto de la ciudad y de sus habitantes y costumbres. Es un gaucho que, por circunstancias azarosas, se encuentra en la ciudad, aunque pierde su identidad en ese ámbito urbano: se le estropea la ropa y le roban el cuchillo.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….

FAUSTO – Estanislao del Campo Trabajo práctico

1. Expliquen quién es Don Laguna y cuál es su función en el texto. 2. Expliquen por qué el Pollo había ido a la ciudad y cuál es la visión que tiene de ese lugar. Acompañen la respuesta con citas textuales. 3. Con relación al relato enmarcado que se puede identificar en este texto: a) ¿Quién lo introduce? ¿Con qué propósito? b) Identifiquen el marco narrativo de ese relato. c) Mencionen brevemente cuál es el conflicto de este relato enmarcado. 4. Transcriban del texto fragmentos que muestren que Anastasio cree que lo que ha visto en el teatro es verdad. 5. Transcriban algún pasaje del texto en donde aparecen las comparaciones que el Pollo realiza para contar, en su propio lenguaje, lo que ha visto. Luego expliquen: ¿por qué hace esas comparaciones? 6. Reflexionen y expliquen: ¿la parodia se da sobre la ópera Fausto representada en el Teatro Colón o sobre la mirada ingenua del gaucho?

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MÁS REESCRITURAS GAUCHESCAS

VIII El tiempo que todo borra algo me obliga a cambiar. Solo le voy a explicar con un ejemplo sencillo. “En vez del lao del cuchillo, cuidá el lao del celular”. IX “Hacete amigo del juez”, yo supe decir un día. Pero algunas señorías con el correr de los años adquieren vicios extraños, que un gaucho no entendería. I Soy nieto ´el viejo Vizcacha, aquel que escupió el asado. Soy pulguiento y retobao y aunque la muerte me aceche, volveré y seré escabeche… pa´seguir avinagrao.

X “Será pobre aunque trabaje el que su plata no ahorra”. Y antes que el tiempo me corra yo también via a trabajar. Un fat fut voy a instalar: ¡Se va a llamar Mac Zamorra! (…)

II Aura vivo en la ciudad y soy pasiador de perros. ya ni consejos me acuerdo aura escuchó a Frank Sinatra y estoy esperando que A.P.T.R.A. … me degüelva a Martín Fierro. (…)

XII Yo estuve filosofando allá por los tiempos de antes. “Que mamar es importante, cada lechón en su teta”. Hoy mi frase es obsoleta: ¡No hay silicona que aguante!

VII Hay quien de mi agüelo solo por quitarle méritos, que sus consejos son pretéritos, carecen de actualidad… Yo y pa´la posteridad, los que traigo, son inéditos.

XIII Una vez me dio mi agüelo un consejo muy profundo. “M´hijo…” –me dijo- “en el mundo lo primero es el deber”. Y anque no lo quiera creer, ya le debo a todo el mundo.

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XIV “Dicen que de un garrotazo mató a su mujer un día”. Pero el agua estaba fría, un mate le dio temprano… ¡Y los derechos humanos entuavía no existían! (…)

XXXIV De tanto habla de Vizcacha mi ser se mimetizó. El tiempo se trasladó y si en versos alzó vuelo, ya no sé si él es mi agüelo, o si mi agüelo soy yo.

Sobre el autor… Juan José “Bocha” Retegui nació en Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Su infancia en el campo fue determinante en la mirada de profundo amor a la naturaleza y a su aguda observación de los seres humanos. Continúo sus estudios en la ciudad de Mercedes… Y su vuelo lo llevó a Buenos Aires. Hizo del humor y la animación su profesión, en radio, televisión y temporadas teatrales. Su primer libro: “Poemas de todos los días” y luego “Desde el Tren”. Ha publicado y grabado en CD muchas de sus obras: “En Pleno Vuelo”, “Oda al Inodoro”, “Oda a la Toalla” “En Tren de Joda”, “La Vuelta del Viejo Vizcacha”.

EL GÉNERO ENSAYÍSTICO En la literatura se usa el término ensayo para referirse a ciertas composiciones cuyo propósito es presentar las ideas que tiene un autor sobre un tema; por lo general, tiene un estilo informal y sumamente subjetivo. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española presenta la siguiente acepción: “Escrito generalmente breve, constituido por pensamientos del autor sobre un tema, sin el aparato ni la expresión que requiere un tratado completo sobre la misma materia”. La palabra ensayo aparece oficialmente en la literatura hacia 1580, cuando el escritor francés Michel de Montaigne publica sus Ensayos; aunque escritos anteriores como los de Cicerón, Séneca y Plutarco pueden considerarse precursores del género. Los Ensayos de Montaigne se caracterizan por ser meditaciones breves, muy personales y por estar escritas en prosa. Algunos años más tarde, hacia 1597, la denominación fue adoptada por el filósofo inglés Francis Bacon para dar título a su trabajo Ensayos de moral y política y, desde entonces, se propagó con mayor rapidez entre los filósofos que en el ámbito de la literatura, como en los casos de John Locke

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(Ensayo sobre el entendimiento humano, 1690), David Hume (Ensayos morales, políticos y literarios, 1742), Adam Smith (Ensayos sobre temas filosóficos, 1795). El contexto de los primeros ensayos (fines de Renacimiento y comienzos de la Modernidad) es una época de grandes cambios durante el cual los intelectuales europeos revisaron sus valores y, en consecuencia, sus opiniones sobre algunos temas tan disímiles como la muerte, el futuro de la humanidad, los viajes, la exploración de nuevas culturas o, simplemente, las relaciones sociales. En tiempos de cambios y de desconcierto por las condiciones de la vida futura, el ensayo aparece como un instrumento de expresión y reflexión sobre el estado de crisis. El procedimiento de búsqueda que mueve a todo ensayo es favorable para encontrar las respuestas a los problemas que se les presentan a los seres humanos. El ensayo es un tipo de composición en prosa en la que se expone con profundidad un tema determinado, con el objetivo de problematizar dicho tema y no de imponer posiciones ni ser exhaustivo. En otras palabras, los ensayistas piensan en problemas, los plantean y muchas veces no los resuelven sino que los dejan abiertos a nuevas reflexiones. Es un texto estrechamente vinculado con los géneros de opinión. La definición de ensayo presenta dificultades porque se trata de un género híbrido que participa al mismo tiempo de lo rigurosamente científico y del dominio de lo estético. Sin embargo, los ensayos poseen características predominantes y recurrentes que permiten definirlos e identificarlos: o Son producciones escritas, en prosa, relativamente breves. o Son temáticamente monocordes, aunque a veces las digresiones de los autores llevan de un tema a otro. o Carecen de una estructura sistemática y rígida: por momentos, son informativos; por momentos, persuasivos o explicativos y, muchas veces sólo son impresiones del autor. o Están dirigidos a un público no necesariamente especialista en el tema. o Hacen alusiones constantes al lector, como si se intentara entablar un diálogo. o Estilísticamente, no muestran una tendencia definida sino que combinan rasgos del lenguaje literario, del técnico, del científico y algunas veces hasta incluyen giros del lenguaje coloquial. De todos modos, prevalece lo estético sobre lo metódico del registro científico: el ensayista es ante todo, un escritor y busca la perfección en la expresión y expresa su subjetividad. o Ofrecen un punto de vista nuevo y personal sobre el tema que desarrollan. El autor suele recurrir al “extrañamiento”: recurso mediante el cual se muestra y describe un objeto, persona o situación como si fuera algo totalmente nuevo y desconocido. Este recurso plantea la necesidad de “mirar desde afuera” y busca lograr en el lector una toma de conciencia y una mirada nueva y diferente sobre lo cotidiano. o Tienen una estructura que, sin ser rígida, suele seguir el siguiente esquema: - Introducción: en esta sección, los autores vuelcan los datos que sirven para situar al lector con respecto a las características del ensayo, las circunstancias que motivaron su escritura y los objetivos que se persiguen. Se explicita el tema

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elegido y la bibliografía que se usa como base para el análisis. Esta sección es el primer elemento organizador de los contenidos y en ella también se establece el alcance que tendrá el trabajo y se definen los conceptos que será relevantes para el desarrollo del ensayo. Desarrollo: contiene el análisis y la consideración de las ideas que se desean transmitir. En esta sección se halla el trabajo personal del autor, que se caracteriza por: lenguaje subjetivo (el autor expresa sus opiniones y sentimientos con respecto al tema tratado), originalidad (ninguna de las ideas desarrolladas ha sido dicha antes), discurso argumentativo (el autor propone una idea central que guiará todo el trabajo e incorpora diferentes argumentos que le permitirán sacar conclusiones para probar la validez de su planteo), planteamiento de nuevas ideas (el autor ofrece una nueva visión sobre un tema y da a conocer sus análisis y nuevas interpretaciones a partir de trabajos anteriores, proponiendo otra mirada o datos nuevos). Conclusiones: en general, se trata de un resumen del desarrollo expuesto en el cuerpo principal. El autor trata de destacar los aspectos más importantes del trabajo.

El lenguaje ensayístico

o o

o o o

En los ensayos aparecen recurrentemente: Palabras y expresiones que manifiestan y refuerzan la subjetividad del autor: subjetivemas y modalizadores. Procedimientos propios de los textos científicos: definiciones, ejemplos, comparaciones, tecnicismos, préstamos lingüísticos (términos provenientes de otras lenguas), datos estadísticos... Procedimientos propios de la argumentación: paradojas, conectores, citas de autoridad, generalizaciones y verdades absolutas, preguntas retóricas... Alusiones constantes al lector. Recursos propios del registro literario: metáforas, imágenes sensoriales, hipérboles, elipsis, ironía...

EL ATROZ ENCANTO DE SER ARGENTINOS2 - MARCOS AGUINIS Sinopsis El atroz encanto de ser argentinos responde a una contradicción: ¿cómo puede ser atroz un encanto? Y es que ser argentino es una empresa cada vez más difícil. Emociona serlo, pero se sufre por ello.

2

Los capítulos de lectura obligatoria los encontrarán en la sección Anexos.

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Hemos atravesado momentos duros, y siempre los hemos superado. El nuevo milenio nos encuentra con las esperanzas debilitadas, y nuestra sensación de incertidumbre ante el futuro está en su punto más alto. Sin embargo, no dejamos de sentir orgullo por haber nacido en esta tierra. La condición contradictoria del ser argentino es abordada con maestría por Marcos Aguinis en estas páginas. Crítico y optimista a la vez, analiza los defectos que arrastramos de generación en generación, desnuda a los corruptos, denuncia el facilismo, el doble discurso y la queja estéril, y no se detiene ante los tabúes ni las ideologías. Nos cautiva con su inteligencia al describir las razones por las que debemos apostar por la esperanza. La Argentina no está desahuciada. Puede recuperarse y alcanzar el nivel de vida de países que hoy se muestran como destinos deseables de nuestra juventud. El camino por recorrer es sinuoso y está lleno de obstáculos, pero pueden vencerse tomando conciencia de nuestros defectos y potenciando nuestras virtudes. La lectura de este libro brillante y emotivo invita a hacer el esfuerzo, porque Aguinis nos demuestra que vale la pena.

CAPÍTULOS DE LECTURA OBLIGATORIA: -Capítulo I: “Conflictos agridulces” -Capítulo II: “Defectos que cuestan caro” -Capítulo VII: “El nuevo lenguaje”

Sobre el autor… Nació en Córdoba, Argentina en enero de 1935. Escritor que ha transitado una amplia formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. Dijo: "He viajado por el mundo, pero también he viajado por diversas profesiones". En 1963 apareció su primer libro y, desde entonces, ha publicado diez novelas, catorce libros de ensayos, cuatro libros de cuentos y dos biografías que generan entusiasmo y polémica. Ha escrito artículos sobre una amplia gama de temas en diarios y revistas de América latina, Estados Unidos y Europa. Ha dictado centenares de conferencias y cursos en instituciones educativas, artísticas, científicas y políticas en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Israel, Rusia, Italia y casi todos los países latinoamericanos. Marcos Aguinis, ha recibido, entre otros, el Premio Planeta (España), el Premio Fernando Jeno (México), Premio Benemérito de la Cultura de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación, Premio Nacional de Sociología, Premio Lobo de Mar, Premio Nacional de Literatura, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Premio Swami Pranavananda, la Plaqueta de Plata Anual de la Agencia EFE por su

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contribución al fortalecimiento de la lengua y cultura iberoamericanas, el Premio Esteban Echeverría (Gente de Letras), el Premio J. B. Alberdi (Hispanic American Center of Economics Research) y fue designado por Francia Caballero de las Letras y las Artes. Le otorgaron el título de Doctor Honoris Causa la Tel Aviv University (2002) y la Universidad de San Luis (2000). En 1995 la Sociedad Argentina de Escritores le confirió el Gran Premio de Honor por la totalidad de su obra. Por su obra fue nominado al Premio Educación para la Paz de la UNESCO.

Fuente: http://www.aguinis.net (sitio oficial) OTROS LIBROS DEL AUTOR:

LA SÍNTESIS ARGUMENTAL La síntesis argumental de una narración es un texto que reúne, en orden cronológico, las acciones más importantes (núcleos narrativos) del texto original. Las acciones principales, o núcleos narrativos, son aquellas acciones que se pueden suprimir, ni tampoco cambiar su orden, sin alterar el hilo de la narración. Las acciones que sí podrían eliminarse sin que se modifique el desarrollo de la historia son las secundarias. Este tipo de relato suele aparecer en las contratapas de los libros, o de películas, y en los comentarios de espectáculos que ofrecen diarios y revistas. La síntesis argumental le permite al futuro lector o espectador conocer por anticipado el contenido de las obras y determinar si le interesa o no. En estos casos, la síntesis argumental no revela el final de la historia para mantener el interés del lector o espectador. Para producir una síntesis argumental es conveniente tener en cuenta algunos pasos:

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz 

Identificación de las acciones más importantes (núcleos narrativos).



Eliminación de detalles innecesarios.



Supresión de diálogos: si es necesario reproducir alguno, se hace en estilo indirecto.



Globalización: se condensa la información que el texto nos brinda de manera detallada y se presenta mediante expresiones de significado más general y abarcativo.



Empleo de verbos en tiempo presente: esto genera en el lector la ilusión de cercanía con los hechos que se relatan. Se debe tener en cuenta el uso correcto de los verbos en la narración.



Escriban la síntesis argumental del cuento “Caperucita Roja” que acaban de escuchar.

EL USO CORRECTO DE LOS VERBOS

USO DE LOS VERBOS EN LA NARRACIÓN EN PRESENTE Pretérito perfecto simple o compuesto indicativo

Acciones Anteriores

Presente

Descripciones, acciones secundarias y/o paralelas

Futuro simple indicativo

Acciones principales. Núcleos narrativos

Acciones posteriores

Llega tarde al aeropuerto y pierde el vuelo porque se ha quedado dormido. Está preocupado porque seguramente perderá la entrevista con el gerente de la empresa que tanto le ha costado conseguir.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz  Completen los siguientes textos narrados en presente.

TEXTO 1 Una brocha llena de pintura blanca se desliza delicadamente sobre la uña. Sólo faltan tres pasadas más para dar el acabado final a un trabajo que (demandar) …………………………….

varias horas. El bote de cristal (quedar) ………………….

sobre la mesa de noche donde (descansar) ………………………., también, una taza de té de porcelana fina. Más tarde (venir) …………………. el encargado de la limpieza, pero ahora

el

silencio

impera.

Una

mano

perfectamente

hidratada

se

(extender)

……………………. contra el fondo de una habitación con pocos muebles. Hay un ligero soplido que le (insinuar) ………………….

al esmalte la necesidad de secarse

inmediatamente. El aroma del cuarto no deja ninguna duda: adentro permanece una mujer. De pronto, la puerta (emitir) …………………….

un chillido que se (extender)

……………………. por un par de segundos y (asomar) ……………………. una mano de infante, un retazo de rostro y la mitad de una boina café recién lavada. Desde su sofá color vino, ella (voltear) ……………………. sin asomo de emoción en sus facciones. —Madre, debemos irnos, ya es tarde. Ella (asentir) ……………………. . Se (poner) ……………………. de pie y (empujar) ………………………. la mesa. Su descuido (asesinar) ……………………. a la taza de porcelana que (caer) …………………. al piso y se (hacer) ……………………. añicos. Indiferente,

la

mujer

……………………….

(llegar)

………………………….

a

la

puerta

la perilla, la (girar) ………………………………….

…………………………………..

Un

empujón

más

y

el

cuarto

se

y

(tomar) y (salir)

(convertir)

…………………………………. de nuevo en un vacío silencio.

TEXTO 2 Se aleja velozmente de su casa con la mente en blanco y cuatro balas en el revólver. Es mejor no pensar ni en su vida, ni en sus hermanos, ni en su madre. (Necesitar) …………………………. actuar con la cabeza fría y el corazón detenido. Lo (perseguir) …………………………., sin embargo, algunos recuerdos. Muchas veces, de pequeño,

(jugar)

………………………….en

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esa

plaza

que

ahora

(atravesar)

Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz …………………………. entre las sombras de la noche. Por muchos años (recorrer) …………………………. ese mismo camino para dirigirse a la escuela en la que (estudiar) …………………………. él y sus hermanos. (Intentar) …………………………. poner la mente en blanco. (Correr) …………………. sin cesar y se (alejar) ……………………… de la parte familiar de la ciudad. Pronto (llegar) …………………………. a su destino: una casa inmensa, letras en el buzón, una reja, un salto enorme, un profundo odio, la ventana cerrada, la alarma, un vidrio roto, varias cortadas en el cuerpo, un disparo, otro para cerciorarse, la esposa, gritos. Varios hombres (tratar) ……………………. de atraparlo. Los

(esquivar)

………………………….,

(huir)

………………………….,

(ser)

…………………………. muy rápido. El portón se (cerrar) ……………………. pero él (ser) ……………………. esbelto y

(lograr) …………………………. pasar justo a tiempo.

(Escuchar) ……………………. gritos en los alrededores y (saber) …………………………. que lo (perseguir) …………………………. (Robar) ………………….una motocicleta y (dejar) ……………………. que la velocidad imparable lo (embriagar) ………………………. No (saber) …………………………. adónde ir y (conducir) ……………….……. sin rumbo, se (perder) ………………………., y (perder) …………………………. también a sus perseguidores. Después de un largo recorrido, se (encontrar) ………………………… a salvo.

(Saber)

…………………………,

sin

embargo,

que

se

(engañar)

…………………………: esos hombres no se (detener) ………………………… hasta que lo (encontrar) ………………………… .

USO DE LOS VERBOS EN LA NARRACIÓN EN PASADO

Pretérito Condicional pluscuamperfecto indicativo indicativo

Acciones anteriores posteriores en el pasado

Pretérito

Pretérito

imperfecto indicativo

perfecto simple indicativo

Descripciones, acciones

Acciones principales.

secundarias y/o paralelas

Núcleos narrativos

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simple

Acciones

Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz

Llegó tarde al aeropuerto y perdió el vuelo porque se había quedado dormido. Estaba preocupado porque seguramente perdería la entrevista con el gerente de la empresa que tanto le había costado conseguir.

 Completen los siguientes textos narrados en pasado. TEXTO 3 Sonia caminaba tranquilamente por la calle bajo una pertinaz llovizna, típica de la estación, cuando una vecina la detuvo un momento para pedirle que (ayudar) …………………………………. a su hijo menor con unas clases particulares. Sonrieron juntas al verlo disgustado por la narración de las travesuras que el pequeño (protagonizar) …………………………………. ………………………………….

en

la

escuela.

Al

final,

se

(despedir)

con un ademán y una sonrisa de rutina, no sin antes

ponerse de acuerdo: se (reunir) …………………………………. los martes y los jueves por la tarde durante algunas semanas. Sonia (mirar) …………………………………. su reloj: ya (estar) ……………………… atrasada y le (prometer) …………………………………. a su hermana que esta vez (llegar)

…………………………………. a tiempo. (Caminar)

………………………………… de prisa a la parada del autobús, justo después de la calle ancha, y en ese preciso momento se escuchó un tráiler. Creyó que (poder) …………………………… llegar al otro lado a salvo y (cruzar) ………………………………., apurando el paso. Sin embargo, el chofer no la (ver) ……………………………. del

parabrisas

mojado,

(acelerar)

…………………………….

y

se

a causa (dirigir)

…………………………. hacia su indefenso cuerpo de sangre, huesos y carne, los cuales pronto (quedar) …………………………………. esparcidos por el pavimento. La muchacha se (voltear) ……………………………. con horror, (colocar) ……………………………. las manos en el rostro y (ahogar) ……………………………. un grito de espanto. Ella nunca (saber) …………………………………. que al día siguiente, lo sucedido (aparecer) ………………………………….

en los diarios como uno más de tantos accidentes de

tránsito fatales.

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TEXTO 4 Llovía. El agua (mojar) ………………………… ………………………. mientras (marcar)

las aceras y todos (correr)

……………………………. sus pasos sobre el

agua. Todos huían, todos, menos él. El vendedor de sombrillas siempre (estar) …………………………. allí, de pie, en el borde de la acera. Yo lo vi por la ventana del autobús y me (intrigar) …………………………. sus pensamientos, repletos del golpeteo constante en el suelo. Sobre los zapatos del vendedor se (resbalar) ………………………. el

tiempo

y

(pringar)

……………………….

……………………………….

a

su

las

lado.

tertulias

Cuando

de

las

quienes gotitas

(pasar) (chocar)

…………………………………. con la tierra, él (observar) ……………………………. a los transeúntes pasar y el alma se le (regocijar) ……………………………. un poquito, porque (ser) …………………………….

la ocasión perfecta para vender paraguas a todos los

descuidados y olvidadizos que no (salir) ……………………………. preparados

para

esa

lluvia.

Rápidamente,

la

luz

del

de sus casas

semáforo

nos

(dar)

……………………………. el paso y el autobús (arrancar) …………………………. Dejamos atrás al vendedor, con sus paraguas. Las nubes prometían más agua: seguramente (tener) ………………………. una buena venta ese día. Dejé de pensar en él, sabiendo que lo (volver) …………………………. a ver con cada tarde de lluvia.

USO DE LOS VERBOS EN MODO SUBJUNTIVO Presente indicativo

Presente subjuntivo Quiero que llegues temprano.

Pretéritos indicativo

Pretérito imperfecto subjuntivo Quise que llegaras temprano.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz  Completen el texto con los verbos en modo subjuntivo que faltan. “Bendición de dragón”, Gustavo Roldán Que las lluvias que te mojen (ser) ……………………. suaves y cálidas. Que el viento (llegar) ……………………. lleno del perfume de las flores. Que los ríos te sean propicios y (correr) ……………………. para el lado que quieras navegar. Que las nubes (cubrir) ……………………. el sol cuando (estar) ……………………. solo en el desierto. Que los desiertos se (llenar) ……………………. de árboles cuando los (querer) ……………………. atravesar. O que (encontrar) ……………………. esas plantas mágicas que guardan en su raíz el agua que hace falta. Que el frío y la nieve (llegar) ……………………. cuando estés en una cueva tibia. Que nunca te (faltar) ……………………. el fuego. Que nunca te (faltar) ……………………. el agua. Que nunca te (faltar) ……………………. el amor. Tal vez el fuego se (poder) ……………………. prender. Tal vez el agua (poder) ……………………. caer del cielo. Si te falta el amor, no hay agua ni fuego que (alcanzar) ……………………. para seguir viviendo.

USO DE LOS VERBOS EN LAS ORACIONES CONDICIONALES CONDICIÓN

CONDICIONADO

Presente indicativo

Presente o futuro imperfecto indicativo

Condición real

Si practicamos más, ganaremos el partido.

Pretérito imperfecto subjuntivo

Condicional simple indicativo

Si practicáramos más, ganaríamos el partido.

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Condición posible

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Pretérito pluscuamperfecto subjuntivo

Condicional compuesto indicativo

Condición imposible

Si hubiéramos practicado más, habríamos ganado el partido.

 Resalten con color los errores que encuentren en el texto. Luego escríbanlo correctamente. Si te hubiera escuchado aquella vez, quizá hubiera vivido arrullado en tu regazo y hubiera sonreído todos los días de mi vida, como mi madre hubiese querido, si hubiera vivido lo suficiente como para desearlo. Si no te hubiera traicionado, perdido e insultado, quizá hubiera encontrado la argolla perfecta para tu dedo y el primo Charlie hubiera dicho un brindis largo y gracioso en honor a tu pelo corto y tus pestañas largas. Hubiera llorado en silencio todas esas traiciones y hubiera mentido acerca de mis engaños, golpes e insultos. Hubiera sido un mediocre padre y un aún peor marido, incapaz de abandonarte por los crímenes en su espalda. Hubiera mirado unos ojos brillantes, como estrellas esperanzadas, en lugar de este triste cadáver, prueba de tu suicidio.

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LA RESEÑA CRÍTICA La reseña crítica es un texto que pertenece al ámbito de los géneros de opinión. En ella, el autor informa sobre las características de una obra y manifiesta su opinión sobre ella. El propósito es anticipar (pero no revelar por completo) el contenido del texto que se reseña, y orientar al lector mediante un cometario fundamentado. Parar redactar una reseña es necesario considerar qué aspectos pueden generar mayor interés. En las reseñas es posible encontrar los siguientes elementos: -

Las reseñas críticas pueden realizarse para comentar y analizar cualquier tipo de obra, y no únicamente textos literarios. Pueden reseñarse obras de teatro, películas, discos, muestras de arte… En el caso de que el texto reseñado sea literario, podemos llamar a la reseña, “reseña literaria”, aunque la expresión “reseña crítica” resulta más abarcativa.

Nombre del autor de la obra reseñada. Datos de la obra (título, subtítulo, ilustraciones, etc.) Datos de la edición (lugar, editorial, fecha) Temas de la obra Opiniones del autor de la reseña.

 ACTIVIDAD: señalen en la siguiente reseña las partes mencionadas.

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Se pueden encontrar reseñas de libros en los suplementos literarios de los diarios y también en algunas revistas. Además, en la actualidad, gran parte de las opiniones sobre las obras literarias circula por sitios web, revistas digitales y blogs.

EL GROTESCO

Detalle del Juicio Final, de El Bosco Claro ejemplo de la llamada pintura “de gruta” o “grutesca”.

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¿QUÉ ES EL GROTESCO? El término proviene del italiano grottesca y es un derivado de gruta. Era el nombre dado en el Renacimiento a las pinturas descubiertas en los monumentos sepultados y que contenían elementos fantásticos: animales de forma vegetal o con rasgos humanos, objetos que adquieren vida, desproporción, rostros que se transfiguran en máscaras. Por lo tanto, el término “grotesco” nace en la historia del arte para designar a ciertas pinturas ornamentales halladas en Italia a fines del siglo XV y cuyo estilo rápidamente se difundió entre los pintores renacentistas. Por ejemplo, un grotesco de Rafael representaba zarcillos que se enroscaban y desenroscaban y cuyas hojas se iban transformando en animales, es decir, todo indicaba la contradicción de las leyes naturales (separación de los mundos vegetal y animal, peso, tamaño). Más tarde, en otros artistas, el efecto de contraste se acentúa. En un mundo claro y rigurosamente ordenado, va emergiendo un mundo oscuro y siniestro (peces con piernas y expresiones de dolor humano, vegetales cuyas ramas terminan en dedos, etc.). Pero más allá de las distintas formas que lo grotesco cobra, lo característico es la imposibilidad de establecer los límites entre un orden y otro: lo animal y lo vegetal, el objeto y el hombre, lo real y lo fantástico. Esta representación de la realidad provoca en el receptor un sentimiento de angustia, al no poder ubicarse frente a un mundo claro y ordenado, ya que las leyes del orden conocido se hallan suspendidas. Existe una diferencia fundamental entre lo grotesco y lo cómico. Lo cómico anula la grandeza y la dignidad de la realidad, pero sin ponerla en duda. Provoca en el espectador un sentimiento de superioridad ante lo presentado o de complicidad con quien está haciendo la broma. En cambio, el grotesco por la presencia simultánea de lo cómico y lo trágico, impide al receptor situarse en cualquiera de los terrenos seguros de la tragedia y la comedia, y llorar o reír sin trabas. Por el contrario, la risa será ahogada por la angustia o el dolor y sonreirá mientras llora. Por otro lado, el creador del grotesco destruye las categorías de orientación en el mundo: los órdenes de la naturaleza, la categoría de objeto, el concepto de personalidad, el orden histórico, la coherencia lingüística, las leyes físicas, las leyes estéticas (lo bello- lo feo; lo cómico- lo trágico). El creador que utiliza el grotesco representa una tercera posición frente a la realidad. Comprometido con ella, expresa un mundo desquiciado, pues cree en la imposibilidad de un mundo armónico. Por ello el grotesco es una de las formas más comprometidas de comunicar el mundo y el hombre.

EL GROTESCO EN EL TEATRO Aparece por primera vez en el teatro durante el Romanticismo (S. XIX). Víctor Hugo introduce el término para designar una forma de expresión artística que combina “lo deforme con

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lo sublime”. Y agrega: “Lo grotesco representa la parte material del hombre y lo sublime del alma”. El dramaturgo italiano Luigi Pirandello planteó que la esencia del género reside en que todo sentimiento puede transformarse en su opuesto. El teatro del grotesco se funda en la idea de que el hombre posee una máscara o apariencia que le permite vivir en sociedad, bajo la cual se oculta el verdadero rostro íntimo. Lo grotesco se produce cuando ese individuo, por diversas circunstancias, intenta hacer coincidir máscara y rostro simultáneamente. El conflicto entonces, se establece entre la máscara (de escribiente, galán, funcionario, doctor, esposo, amante) y el rostro (el cobarde, el humillado, el soberbio, el hipócrita, etc.) El tema básico del grotesco es el dinero, o mejor, su ausencia. Asociado a él, van los fracasos, el desamor, la disolución familiar, la corrupción, el delito, la miseria, la humillación. En cuanto a la construcción dramática, el grotesco está construido de manera similar al de la tragedia griega. Cuando comienza la intriga, estamos a un paso del desenlace. Y esto es posible pues la acción ha comenzado mucho tiempo atrás y sólo asistimos a la agonía final del “héroe”. Generalmente, un hecho exterior al personaje, sirve como resorte que hace saltar la intriga hacia el desenlace. Si bien el héroe intenta, en el nivel de la intriga, escapar a su destino, la situación es irreparable, pues la disolución familiar, el fracaso, el cansancio, han ido carcomiéndolo poco a poco. Esta inevitabilidad del destino vuelve más trágica su agonía final. Con respecto a los personajes, estos aparecen generalmente nombrados por sus oficios, vinculando así estrechamente personaje-trabajo lo que hace que el individuo desaparezca detrás de su profesión o de su oficio, como si fuera más importante su rol en la maquinaria social que su identidad, su libertad individual, su deseo o su propia necesidad. Por eso, este procedimiento está en función de reforzar la contradicción individuo- masificación, es decir, el hombre pierde su identidad en el accionar de la masa. La masificación pervierte la decisión personal y la responsabilidad individual. La apariencia de los personajes también es grotesca ya que están caracterizados como fantoches, un poco bestias, un poco muñecos, un poco hombres, un poco máquinas. La apariencia grotesca es reforzada por el movimiento (andares bamboleantes, movimientos torpes, porrazos, voces aflautadas o deformadas, etc.) El personaje se completa con el lenguaje que, muchas veces, contradice sus acciones o manifiesta la imposibilidad de comunicación con los otros o su falta de personalidad. En cuanto al espacio, el escenario está generalmente repleto de elementos. El abigarramiento y profusión de objetos que pueblan la escena evidencian el agobio que padecen los personajes. En ocasiones, aparece un escenario múltiple: puede haber varios lugares en escena en los que se desarrollan diferentes episodios, lo que desestabiliza al espectador que debe elegir en qué episodio centrar la atención. El grotesco pues, se caracteriza por la mezcla, por la indeterminación de los límites entre un mundo y otro, tanto en lo temático y en la construcción de los personajes como en su estructura y su escenificación. En el mundo actual, caracterizado por su deformación, por su falta de identidad y armonía, lo grotesco renuncia a dar una imagen armoniosa de la sociedad: reproduce miméticamente el caos, al mismo tiempo que ofrece una imagen reelaborada de este.

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EL GROTESCO CRIOLLO En la Argentina, hacia 1920, la actividad teatral le da lugar al desarrollo del grotesco criollo. Los rasgos predominantes de este nuevo género teatral porteño son los siguientes: o El espacio cerrado: su acción se desarrolla en interiores oscuros, ruinosos, opresivos, abarrotados de objetos destruidos y en desorden. o Los personajes inmigrantes italianos: su forma de expresión, el cocoliche, y su nostalgia por la tierra natal –muestras del desajuste en el entorno porteño- los consolidan como personajes tragicómicos. o Los conflictos generacionales: se presentan los problemas por los que transita una familia, y ya no la interacción de los habitantes de un conventillo o de un barrio. o El fracaso del sueño de progreso económico (“hacer l´América”): el espectador es testigo de la dureza de la lucha por la vida y por salir de la miseria. Si bien hay situaciones que mueven a risa, progresivamente la vida de los protagonistas se vuelve más trágica porque no pueden encontrar su lugar en la sociedad: sus aspiraciones y proyectos fracasan una y otra vez. La frustración, el desengaño, la decadencia, el fracaso tiñen la vida de los personajes. El espectador experimenta sentimientos contradictorios: pena o conmiseración y, a la vez, risa. Pero lo risible está vinculado a una situación de sufrimiento que es lo que determina el tipo de emoción que experimenta el espectador ante el grotesco: nos reímos pero esa carcajada nos genera culpa porque está originada en el dolor ajeno.

EL GROTESCO MODERNO La llamada Generación del 60 incluye a un grupo de dramaturgos cuyas obras tratan de mostrar la situación de la clase media argentina, con sus proyectos y sus frustraciones. Nacidos entre las décadas del treinta y del cuarenta, son creadores de obras de teatro y, luego, también para televisión. La nona es una obra de teatro del dramaturgo argentino Roberto Cossa. Se trata de una de las obras más importantes del teatro argentino. Esta fue llevada al cine en una película argentina homónima de 1979 dirigida por Héctor Olivera, la cual fue escrita por Cossa y Olivera y protagonizada por Pepe Soriano en el papel de "La nona".

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Una familia argentina de origen italiano convive con una abuela, conocida por todos como La nona. A pesar de su avanzada edad, La nona come sin parar, mientras la familia lucha con las cuentas para alimentarla y llegar a fin de mes al mismo tiempo. El problema que La nona causa se complica hasta llevar cerca de la ruina a la familia, que comienza a buscar los más diversos caminos para ganar dinero y eventualmente deshacerse de la mujer.

Sobre el autor… Roberto Cossa, Tito, (30 de noviembre de 1934, Buenos Aires) es uno de los dramaturgos más importantes de la historia del teatro argentino.Entre sus obras más conocidas se encuentran La Nona, Yepeto, El viejo criado, Gris de ausencia, Los Compadritos, Nuestro Fin de Semana (1964) y Tute Cabrero.Es presidente de la Fundación Carlos Somigliana, asociación para apoyar al autor teatral.

Esperando la carroza es una película de culto del cine cómico argentino dirigida por Alejandro Doria y estrenada el 6 de mayo de 1985. Pertenece al género del grotesco criollo (costumbrista) o comedia negra. Está inspirada en la obra de teatro homónima del uruguayo Jacobo Langsner estrenada por la Comedia Nacional de Uruguay en 1962 y dirigida por el también uruguayo Sergio Otermin. La versión y adaptación cinematográfica argentina fue protagonizada por grandes actores de la escena teatral rioplatense como Antonio Gasalla, China Zorrilla, Luis Brandoni y Betiana Blum. En la Argentina es un clásico del cine nacional cuya reposición televisiva suscita elevados índices de audiencia.

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Esperando la carroza - Ficha técnica Dirección

Alejandro Doria

Ayudante de dirección

Hugo Lescano Santiago Carlos Oves

Producción

Diana Frey

Guion

Alejandro Doria Jacobo Langsner (basado en su obra homónima).

Música

Feliciano Brunelli

Sonido

José Luis Díaz

Fotografía

Juan Carlos Lenardi

Montaje

Silvia Ripoll

Escenografía

Jorge Sarudiansky

Protagonistas

Luis Brandoni, China Zorrilla, Antonio Gasalla, Mónica Villa, Betiana Blum, Julio De Grazia, Juan Manuel Tenuta, Lidia Catalano, Andrea Tenuta, Enrique Pinti, Darío Grandinetti, Cecilia Rossetto, Juan Acosta, Clotilde Borella

TRABAJO PRÁCTICO El grotesco en el teatro y el cine argentinos  Deberán elaborar, en parejas, un breve informe (esto es, un texto expositivo-explicativo, coherente y cohesivo) sobre las obras trabajadas, que dé cuenta de las siguientes cuestiones: 1.- Género literario al que pertenece la obra. 2.- Conflicto central de la historia. Conflictos secundarios. Personajes. 3.- Sentimientos provoca en el espectador-lector una historia como esta. 4.- Definición de “grotesco” y origen del término. 5.- Características del teatro grotesco y del grotesco criollo. 6.- La nona como texto grotesco. 7.- Relación con la película Esperando la carroza.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz  RECUERDEN LAS PAUTAS DE PRESENTACIÓN QUE SE HAN APLICADO CON ANTERIORIDAD.

En 2009 se estrenó la secuela de la película, Esperando la carroza 2, bajo el lema “La familia no se elige, es una lotería”. Pueden ver el tráiler en http://www.esperandolacarroza2.com/web/

LA ALEGORÍA

El concepto de alegoría deriva del latín allegoria y éste, por su parte, de un vocablo de origen griego. La noción permite hacer mención a aquella ficción en la cual una idea, frase, expresión u oración posee un significado distinto al que se expone. De igual manera, se conoce como alegoría a aquellos materiales literarios o creaciones artísticas que poseen carácter alegórico. La alegoría es un recurso usado desde tiempos remotos en el arte por su capacidad para traducir y comunicar ideas abstractas, como puedan ser los vicios y las virtudes, en representaciones físicas concretas más familiares y fáciles de asimilar. Una alegoría puede entenderse, en este sentido, como una temática artística o una figura literaria utilizada para simbolizar una idea abstracta a partir de recursos que permitan representarla, ya sea apelando a individuos, animales u objetos. Busca dar una imagen a lo que no que tiene imagen para que pueda ser mejor entendido por la generalidad. Su objetivo es, entonces, dibujar lo abstracto, hacer “visible” lo que solo es conceptual. Obedece a una intención didáctica.

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Por mencionar algunos ejemplos:  La imagen de una calavera con dos huesos cruzados constituye una alegoría de la piratería.

 Un ejemplo de alegoría muy usado y asimilado en la cultura popular es el de la muerte como un esqueleto con túnica negra, guadaña y en ocasiones un reloj de arena.  Una mujer ciega con una balanza representa a la justicia.  Un niño pequeño con alas, portando un arco y flechas que dispara a su antojo, es una representación del amor, un sentimiento caprichoso y arbitrario.

En la literatura la alegoría es una figura retórica y una clase de relato siendo un ejemplo ampliamente conocido la ‘Alegoría de la caverna’ de Platón. En muchos aspectos, las fábulas son textos alegóricos. En ellos, ciertos caracteres de las personalidades del ser humano se representan, generalmente, mediante animales. Estos personajes se construyen sobre la base de las personificaciones. Así, podemos encontrar, por ejemplo, zorros astutos, perros desgraciados y tortugas perseverantes.

LAS FÁBULAS Las fábulas, desde antes de la Edad Media, han sido relatadas con intenciones morales y didácticas, con máximas y consejos, y si bien son narrativas, pueden presentarse en prosa o en verso. Muchas de ellas llevan al final, una moraleja ejemplificadora. En otras, la enseñanza está sobreentendida pero no explícita.

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La fábula clásica reposa sobre una doble estructura; desde el título mismo se encuentra una oposición entre dos personajes de posiciones subjetivas encontradas. Pero estos dos personajes se encuentran siempre en desigualdad social: uno en posición alta y otro en posición baja y desfavorable. Gracias a un evento narrativo imprevisto, el que estaba en posición alta se encuentra en posición inferior y viceversa. Este esquema es denominado "doble reenvío" y es sumamente frecuente en las fábulas. La fábula posee un carácter mixto, narrativo y didáctico a la vez, y una serie de características particulares que la identifican y marcan un límite entre ella y otros géneros similares con los que podría confundirse: 

Esencialmente ofrece un contenido moralizante o didáctico.



Siempre contiene una moraleja. En las más antiguas se encuentra escrita al final del texto.



Generalmente es una pieza muy breve y con pocos personajes.



Posee una gran inventiva, riqueza imaginativa y de colorido.



Es inverosímil (se basa en hechos imposibles)



Su exposición de vicios y virtudes es maliciosa, irónica.



AUTORES: Tomás de Iriarte (español, 1750-1791), Esopo (Grecia, siglo VI aC), Jean de la Fontaine (francés, 1621-1695).

Sintiéndose un día muy generosa, invitó doña zorra a cenar a doña cigüeña. La comida fue breve y sin mayores preparativos. La astuta raposa, por su mejor menú, tenía un caldo ralo, pues vivía pobremente, y se lo presentó a la cigüeña servido en un plato poco profundo. Esta no pudo probar ni un sólo sorbo, debido a su largo pico. La zorra en cambio, lo lamió todo en un instante. Para vengarse de esa burla, decidió la cigüeña invitar a doña zorra. -- Encantada -- dijo --, yo no soy protocolaria con mis amistades. Llegada la hora corrió a casa de la cigüeña, encontrando la cena servida y con un apetito del que nunca están escasas las señoras zorras. El olorcito de la carne, partida en finos pedazos, la entusiasmó aún más. Pero para su desdicha, la encontró servida en una copa de cuello alto y de estrecha boca, por el cual pasaba perfectamente el pico de doña cigüeña, pero el hocico de doña zorra, como era de mayor medida, no alcanzó a tocar nada, ni con la punta de la lengua. Así, doña zorra tuvo que marcharse en ayunas, toda avergonzada y engañada, con las orejas gachas y apretando su cola. Para vosotros escribo, embusteros: ¡Esperad la misma suerte! No engañes a otros, pues bien conocen tus debilidades y te harán pagar tu daño en la forma que más te afectará.

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Por entre unas matas, seguido de perros, no diré corría, volaba un conejo.

Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad.

De su madriguera salió un compañero y le dijo: «Tente, amigo, ¿qué es esto?»

Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad.

«¿Qué ha de ser?», responde; «sin aliento llego...; dos pícaros galgos me vienen siguiendo».

Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad.

«Sí», replica el otro, «por allí los veo, pero no son galgos». «¿Pues qué son?» «Podencos.»

Acercose a olerla el dicho animal, y dio un resoplido por casualidad.

«¿Qué? ¿podencos dices? Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo.»

En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la flauta por casualidad.

«Son podencos, vaya, que no entiendes de eso.» «Son galgos, te digo.» «Digo que podencos.»

«iOh!», dijo el borrico, «¡qué bien sé tocar! ¡y dirán que es mala la música asnal!»

En esta disputa llegando los perros, pillan descuidados a mis dos conejos.

Sin regla del arte, borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.

Los que por cuestiones de poco momento dejan lo que importa, Llévense este ejemplo.

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Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte, y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano. Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación. -- Te pagaré la deuda con sus intereses; -- le dijo --antes de la cosecha, te doy mi palabra. Mas la hormiga no es nada generosa, y este es su menor defecto. Y le preguntó a la cigarra: -- ¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello? -- Cantaba noche y día libremente -- respondió la despreocupada cigarra. -- ¿Conque cantabas? ¡Me gusta tu frescura! Pues entonces ponte ahora a bailar, amiga mía. No pases tu tiempo dedicado sólo al placer. Trabaja, y guarda de tu cosecha para los momentos de escasez.

Debemos ser generosos con todos, pues en cualquier momento necesitamos la ayuda de alguien más humilde que nosotros. De esta verdad estas fábulas darán fe en un instante. Saliendo de su agujero harto aturdido, un ratoncillo fue a caer justo en las garras del león. El rey de los animales, demostrando su poder, le perdonó la vida. Su generosidad no fue en vano, porque ¿quién hubiera creído que el león pudiera necesitar un día de la gratitud de un sencillo ratoncillo? Sucedió que en cierta ocasión en que el león salió de su selva, cayó en unas redes, de las cuales no podía librarse con sus fuertes rugidos. Lo oyó el ratoncillo, y acudió al sitio. Trabajó tan bien con sus pequeños dientes, que una vez roída una malla, el león terminó de desgarrar la trama entera. En ciertos casos pueden más la paciencia y el tiempo que la ira y la fuerza. Y una buena acción, en algún momento tiene su recompensa.

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Un gato, llamado Rodilardo, causaba entre las ratas tal estrago y las diezmaba de tal manera que no osaban moverse de su cueva. Así, con tal penuria iban viviendo que a nuestro gato, el gran Rodilardo, no por tal lo tenían, sino por diablo. Sucedió que un buen día en que Rodilardo por los tejados buscaba esposa, y mientras se entretenía con tales cosas, reuniéronse las ratas, deliberando qué remedio tendrían sus descalabros. Habló así la más vieja e inteligente: -Nuestra desgracia tiene un remedio: ¡atémosle al gato un cascabel al cuello! Podremos prevenirnos cuando se acerque, poniéndonos a salvo antes que llegue. Cada cual aplaudió entusiasmada; esa era la solución ¡estaba clara! Mas poco a poco reaccionaron las ratas, pues ¿cuál iba a ser tan timorata? ¡Quién iba a atarle el cascabel al gato! Así he visto suceder más de una vez -y no hablo ya de ratas, sino de humanos-: ¿a quién no lo han golpeado los desengaños? Tras deliberaciones, bellas palabras, grandes ideas... y, en limpio, nada.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz Invitó el ratón de la corte a su primo del campo con mucha cortesía a un banquete de huesos de exquisitos pajarillos, contándole lo bien que en la ciudad se comía. Sirviendo como mantel un tapiz de Turquía, muy fácil es entender la vida regalada de los dos amigos. Pero en el mejor momento algo estropeó el festín. En la puerta de la sala oyeron de pronto un ruido y vieron que asomó el gato. Huyó el ratón cortesano, seguido de su compañero que no sabía dónde esconderse. Cesó el ruido; se fue el gato con el ama y volvieron a la carga los ratones. Y dijo el ratón de palacio: -- Terminemos el banquete. -- No. Basta -- responde el campesino --. Ven mañana a mi cueva, que aunque no me puedo dar festines de rey, nadie me interrumpe, y podremos comer tranquilos. ¡Adiós pariente! ¡Poco vale el placer cuando el temor lo amarga!

EL PRINCIPITO, DE ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY

El principito El Principito, publicado el 6 de abril de 1943, es el relato corto más conocido del escritor y aviador francés Antoine de SaintExupéry.

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El principito, publicado en 1943, es el relato corto más conocido del escritor y aviador francés Antoine. Lo escribió mientras se hospedaba en un hotel en Nueva York y fue publicado por primera vez en los Estados Unidos, fue traducido a ciento ochenta lenguas y dialectos. Puede parecer un libro infantil por la forma en la que está escrito y por la historia en un principio simple, pero en realidad el libro es una metáfora en el que se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.

Sobre el autor… Antoine De Saint-Exupéry nació en Lyon, Francia, el 29 de junio de 1900, y murió el 31 de julio de 1944 en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa de Marsella. Fue un aviador en los días en que la aviación poseía pocos instrumentos y volar era una tarea extremadamente difícil y peligrosa, uno de los pioneros de los vuelos postales internacionales. Sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración como escritor. Fue el tercero de los cinco hijos de una familia de la aristocracia francesa. Su padre tenía el título de vizconde. Vivió una infancia feliz en las propiedades familiares, aunque perdió a su progenitor a la edad de cuatro años. Estuvo muy unido a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente, y con la que mantuvo una cuantiosa correspondencia durante toda su vida. Mientras volaba también escribía. En el año 1926 marcó un giro decisivo en su vida, con la publicación de la novela breve El aviador, y con un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, Correo del Sur (1928). Le Petit Prince, en español, El principito, fue sin lugar a dudas su libro más famoso. Una narración poética ilustrada en el cual relata su infortunio ya que quedó varado en medio del desierto, donde conoce al principito, un niño proveniente de un pequeño asteroide que con el tiempo se vuelven amigos. De muchas formas, El principito hace énfasis en la crítica social y el mundo adulto. A un asteroide le fue otorgado el nombre de SaintExupéry en 1975 en honor a su reconocimiento mundial.

EL MODERNISMO El Modernismo es un movimiento de profunda renovación literaria, y es, además, el primer movimiento literario originado en Latinoamérica. Surge para oponerse a las manifestaciones artísticas de la América Anglosajona. Se considera al nicaragüense Rubén Darío como su creador.

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Surge durante la década de 1880, favorecido por la consolidación económica y política de las repúblicas latinoamericanas. Aparece en el contexto de la Revolución Industrial, y se ve profundamente afectado por sus consecuencias: modernización de las ciudades, éxodo de la población del campo a las ciudades, cambios en el mercado laboral, etc. En este sentido, el Modernismo coincide con un rápido y pujante desarrollo de ciertas ciudades hispanoamericanas, que se tornan cosmopolitas y generan un comercio intenso con Europa, se comparan con las grandes urbes estadounidenses y producen un movimiento de ideas favorables a la modernización de las viejas estructuras heredadas de la colonia y las guerras civiles. La salida del dominio español planteaba el dilema de norteamericanizarse o reafirmarse en su carácter hispánico y latino, para lo cual los autores se remontan a las fuentes de los clásicos de Grecia y Roma. Las ciudades copian a París y los escritores buscan nuevas referencias culturales en la contemporánea poesía francesa. El Modernismo opone lo latino a lo anglosajón. Los autores manifiestan la preocupación por la tradición española y el destino de América. Su principal característica fue la defensa de la función estética de la literatura, en oposición a cualquier otra utilidad. Surge lo que se llamó “el arte por el arte”, es decir, un arte sin función social, de carácter netamente esteticista, cuyo único objetivo era crear obras literarias para el goce artístico. Esta postura se representaba con la figura de la “torre de marfil” donde los autores permanecían encerrados, aislados de la vida cotidiana y alejados de cualquier finalidad que no fuera artística. El Modernismo fue un movimiento que idealizó el culto de la forma, la búsqueda de la belleza y el refinamiento. Los autores entendieron el arte como la búsqueda y la expresión de lo bello (quedaban excluidos de las manifestaciones artísticas lo feo y lo grotesco, lo no agradable a los sentidos). Uno de los fines de este arte es reaccionar contra el pensamiento burgués y sus gustos artísticos representados por el Realismo y el Naturalismo. El Modernismo se rebela contra lo trivial, lo vulgar, el mal gusto dominante, buscando una estética diferente a la “feísta” del Realismo y del Naturalismo. Su fin el levantar el emblema de la belleza y la libertad para enfrentar la pereza mental y la mediocridad del mundo burgués capitalista. Se trataba de “espantar al burgués” y destruir la representación mimética de la realidad, es decir, la copia o reproducción realista. Es posible ver dos tendencias dentro del Modernismo que conviven y se cruzan: una estetizante, de sincretismo cultural (es decir, de síntesis de culturas), cosmopolita, plagada de resonancias intertextuales literarias y plásticas; y otra americanista, que redescubre las raíces hispánicas y se muestra preocupada por la problemática latinoamericana. Los escritores modernistas compartieron una cultura cosmopolita fuertemente influenciada por tendencias europeas, como el Parnasianismo y el Simbolismo, y por elementos de culturas lejanas o antiguas. Los autores practicaron preferentemente la poesía, aunque incursionaron también en la prosa, que se vio invadida por recursos poéticos y se convirtió en un antecedente para lo que posteriormente serían los poemas en prosa.

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Este movimiento alcanzó su punto culminante hacia 1910. Algunos de sus autores más representativos fueron, además de Rubén Darío, José Martí, José Asunción Silva, y Leopoldo Lugones, entre otros. En los textos modernistas se pueden reconocer claramente las siguientes características:  La alusión a mundos desaparecidos (Edad Media, Antigüedad Clásica, Imperios Inca y Azteca, Monarquías China y Japonesa)  La presencia de elementos exóticos.  La mención de objetos preciosos.  La celebración de la belleza física palpable.  La musicalidad del verso (se pretende que el poema tenga la armonía de la música).  Un fuerte sentido pictórico (se busca que el poema tenga las características plásticas de la pintura).  La correspondencia entre elementos de la naturaleza (perfumes, colores, matices, etc.) poniendo el acento en las sugestiones, las sensaciones leves, los sueños y los símbolos. Uno de los recursos más utilizados fue la sinestesia.  La renovación del lenguaje hispanoamericano, desde lo fónico con la predilección de palabras esdrújulas, hasta la elección del vocabulario relacionado con: - lugares exóticos como China y Japón: pagoda, loto, dragón, mandarín… - objetos y materiales refinados: marfil, porcelana, gemas, joyas… - elementos decorativos: cisne, flor de lis, fuente… - palabras que sugieren lujo, esplendor y destello: plata, oro, sol, resplandor… - imágenes visuales vinculadas preferentemente con los colores. - Americanismos: Moctezuma, Malinche… - Las artes plásticas y el mundo grecolatino: mármol, cincel, ninfas… - Arcaísmos hispánicos y barroquismos: bizarro, lauro… - La música: armonía, arpegios, sinfonía…

SONATINA Rubén Darío

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave de oro; y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

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El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe del Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardias, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste)

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más brillante que el alba, más hermoso que abril! ¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina, en caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor!

Sobre el autor… Félix Rubén García Sarmiento, más conocido como RUBÉN DARÍO, nació en San Pedro de Metapa, Chocoyo, Nicaragua, el 18 de enero de 1867. De origen indo-español, sus padres fueron Manuel García y Rosa Sarmiento Alemán. Desde muy joven demostró un talento precoz y a los doce años, en 1879, publicó su primer poema, el soneto "La Fe”. Y en 1880 aparecen sus primeros versos en el diario "El termómetro". Fue el poeta de lengua castellana más influyente y destacado de su época, iniciador del modernismo literario o de la "Torre de Marfil" en el continente americano. En 1886 se trasladó a Chile, y en Valparaíso, en 1888, publicó "Azul". Se casó en San Salvador con Rafaela Contreras en 1890. Se trasladó a Guatemala. Posteriormente viajó a España en 1892. Regresó a América en 1894 y residió un tiempo en Argentina, en Buenos Aires, donde junto con Leopoldo Lugones (argentino) y Ricardo Jaimes Freyre (boliviano), lideró el movimiento modernista. Viajó a Europa como corresponsal del Diario "La Nación" de Argentina y recorrió numerosos países. Residió en Madrid y París y se casó en nuevas nupcias con Francisca Sánchez en España, en 1901. Fue nombrado en 1909 Ministro Plenipotenciario de Nicaragua en España, Regresó a su país natal y murió en su hogar, en León, el 6 de febrero de 1916. Entre sus obras destacan: Epístolas y poemas (1885), Abrojos (1887), Rimas (1887), Canto épico a las glorias de Chile (1887), Azul (1888), Primeras notas (1888), Los raros (1893), Prosas profanas (1896), España contemporánea (1901), Peregrinaciones (1901), La caravana pasa (1902), Tierras solares (1904), Cantos de vida y esperanza (1905), Canto errante (1907) Autobiografía (1912), Canto a la Argentina y otros poemas (1914), Poemas de otoño y otros poemas (1916).

LAS VANGUARDIAS LITERARIAS  Lean atentamente el texto y respondan: a) ¿A qué género literario pertenece? b) ¿Cómo está escrito?

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c) ¿Qué sucede con la métrica? d) ¿Y con la rima? e) ¿Es posible identificar recursos poéticos? ¿Cuáles? (Señálenlos en el texto). APARICIÓN URBANA, Oliverio Girondo

¿Surgió de bajo tierra? ¿Se desprendió del cielo? Estaba entre los ruidos, herido, malherido, inmóvil, en silencio, hincado ante la tarde, ante lo inevitable, las venas adheridas al espanto, al asfalto, con sus crenchas caídas, con sus ojos de santo, todo, todo desnudo, casi azul, de tan blanco. Hablaban de un caballo. Yo creo que era un ángel.

Sobre el autor… Oliverio Girondo nació en Buenos Aires, en el año 1891, se dedicó a la poesía y al periodismo, en donde participó en revistas como: Proa, Prisma y Martín Fierro en las cuales también participó Jorge Luis Borges. Entre su obra poética se encuentra: Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925), Espantapájaros (1932), Interlunio (1937), Persuasión de los días (1942), Nuestro campo (1946). Cabe mencionar que sus poemas fueron leídos en la película El Lado Oscuro del Corazón, en la cual también participó Mario Benedetti. Oliverio Girondo murió en el año 1967.

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NOCTURNO, Oliverio Girondo Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote hueco e los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón. ¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo, y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los patios vacíos? Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran dentro de las paredes. A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad, en el espanto que sentirán las sombras y quisiéramos avisarles para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas, tienen algo de siniestro, y uno quisiera rozarse a las paredes. Como un gato o como un ladrón. Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme. ¡Silencio! –grillo afónico que nos mete en el oído-. ¡Cantar de las canillas mal cerradas! –único grillo que le conviene a la ciudad-.

 Lean detenidamente el texto y respondan: de qué clase de género (o clase de texto) se trata. Justifiquen su respuesta.

Las vanguardias son movimientos que surgen en Europa a principios del siglo XX, en oposición a la tradición artística imperante. Se desarrollan a partir de un nuevo modo de ver e interpretar el mundo, a causa de los avances tecnológicos y los vertiginosos cambios que implican: el mundo es visto como un “caos” a partir de la amenaza tecnológica que puede, también, producir armamentos. Reflejan un nuevo panorama social y político, enmarcado por el contexto de la Revolución Industrial y sus consecuencias: la iluminación eléctrica en las calles; la experiencia de la velocidad del tren, del automóvil y del avión; la fotografía y el cinematógrafo; la aparición de la clase obrera; el surgimiento de los partidos políticos, la Primera Guerra Mundial. Se desarrollan movimientos como el Dadaísmo, el Surrealismo, el Futurismo, el Cubismo, entre otros, que trabajaron no sólo desde la literatura sino desde todas las manifestaciones artísticas. Si bien cada uno de los movimientos de vanguardia produjo sus propias innovaciones y propuestas estéticas, todas las vanguardias sostuvieron postulados compartidos: o Producción de manifiestos. Se trata de textos que describen su programa estético y sus objetivos como movimiento. o Ruptura de las reglas tradicionales del arte. Se produce un quiebre en la perspectiva, en el tiempo lineal, en la imitación de la realidad, etcétera. Los elementos tradicionales en la pintura y la literatura se ven atravesados por la violencia creativa de los movimientos vanguardistas, cuyo objetivo es innovar con sus propuestas el mundo fosilizado del arte y la cultura.

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o

Procedimientos de extrañamiento. Operaciones que tienden a volver la realidad extraña, con la idea de desautomatizar las reacciones del público. Las obras se realizan en las calles o en las plazas para conectar el arte con la vida cotidiana. o Nuevo vínculo con el público. El receptor de la obra pasa de ser pasivo a ser activo; puede intervenir en la obra, alterarla. En este sentido, las vanguardias pretenden romper con la distancia clásica entre el espectador/lector y la obra. Para ello, se busca producir un shock en el auditorio: demostrarle que puede interactuar de diversos modos con las obras y hacerle perder el respeto y la solemnidad frente al arte. o Predominio de la forma sobre el contenido. Las palabras son usadas por su potencial visual y sonoro y no por su significado o por su referencia. o Actitud irreverente. El lenguaje busca escandalizar, provocar y agredir, a la vez que propone relaciones lúdicas y trabaja con el humor. o Simultaneidad y yuxtaposición de imágenes poéticas. Las obras se caracterizan por las renovaciones formales: La ruptura de la estrofa, la puntuación y la métrica del verso, como así también el uso significativo del espacio en blanco. Aparición del caligrama y del poema en prosa. El uso de rimas irregulares o de versos blancos. o Referencia a los avances tecnológicos, a veces en oposición a un pasado idealizado. Los artistas vanguardistas difunden sus postulados en Manifiestos y Revistas. Sus objetivos son tomados como programas. Reactualizan la polémica a partir de la oposición del “arte por el arte” y el “arte comprometido”. Los manifiestos artísticos son, al mismo tiempo, textos y gestos políticos. En ellos se proclama una toma de posición frente al estado del arte en el momento de producción del texto. Algunas características de los manifiestos artísticos son: o Suelen ir firmados por un yo colectivo. o Reflexionan sobre la función social que el arte debe cumplir. o A través de su toma de posición, delimitan amigos y enemigos. o Se dirigen a la sociedad cultural en general y a los integrantes del campo artístico al que pertenecen en particular. o Postulan un programa estético y/o político de ruptura. Los manifiestos literarios son considerados literatura de combate, ya que se construyen con una voluntad de intervención pública. De ahí el uso de un estilo bélico a través del uso del imperativo, la incitación a la acción, las metáforas combativas, etc. El título funciona como una síntesis de su programa estético, como definición o eslogan y adopta una forma publicitaria. El tono predomínate es el de la provocación, la parodia o la ironía cuestionadoras, reforzadas por la repetición de consignas precedidas por la preposición “contra” o por la expresión “frente a”. Junto a la violencia en el plano léxico, funciona también una tendencia a la hipérbole y al humor como medios de refutación.

Para hacer un poema dadaísta - Tristán TZARA

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Tome un periódico. Tome unas tijeras. Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema. Recorte el artículo. Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa. Agítela suavemente. Ahora saque cada recorte uno tras otro. Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa. El poema se parecerá a usted. Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.

“EL MANIFIESTO FUTURISTA” (1909) por FILIPPO TOMMASO MARINETTI.1. Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad. 2. El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de nuestra poesía. 3. La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo. 4. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo… un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia. 5. Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su órbita. 6. Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales. 7. No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a postrarse ante el hombre. (…)

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LOS CALIGRAMAS El caligrama es un poema, frase o palabra cuyo propósito es formar una figura acerca de lo que trata el poema, en la cual la tipografía, caligrafía o el texto manuscrito se arregla o “El puñal”, José Juan Tablada configura de tal manera que crea una especie de imagen visual (poesía visual). La imagen creada por las palabras expresa visualmente lo que la palabra o palabras dicen. Es decir, que la tipografía sirve para «dibujar» objetos con el texto mismo del poema. El caligrama aparece de la mano de las Vanguardias de principios del siglo XX, como expresión del afán de romper las distinciones de géneros y artes. El poeta cubista francés Guillaume Apollinaire fue un famoso creador de caligramas. El poeta creacionista chileno Vicente Huidobro ya había incluido su primer caligrama, "Triángulo armónico", en su libro Canciones en la Noche (1913). Con Apollinaire, los caligramas se ponen de moda en las primeras décadas del siglo XX. “Caligrama”, Guillaume Apollinaire

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Sobre los autores… Guillaume Apollinaire nació en Roma (Italia), el 26 de agosto de 1880, de madre polaca. Tenía un hermano llamado Esteban. Su padre los abandonó muy pronto y la familia se trasladó a Francia. Escritor de vida azarosa, desempeñó diversos empleos: preceptor, empleado contable en la bolsa y crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fovismo de Henri Matisse. Con ellos compartió la vida bohemia de la época y frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad además de escribir el texto que sirvió de manifiesto para el Cubismo, Los pintores cubistas. Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; ese año se le concede la nacionalidad francesa, murió dos años después, víctima de la gripe española, cuando aún estaba convaleciente. José Juan Tablada nació en la Ciudad de México en 1871. Fue poeta, periodista y diplomático. Realizó sus estudios primarios en un colegio militar incursionando en el campo poético desde muy joven. A los diecinueve años viajó a Japón y posteriormente a Paris, países que influyeron notablemente en la calidad de su poesía. Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y ocupó varios cargos diplomáticos en Ecuador, Colombia y Estados Unidos. «Florilegio» en 1898, «Al sol y bajo la luna» en 1918, «Poemas sintéticos» en 1919, «Li-Po y otros poemas» en 1920 y «El jarro de flores» en 1922, forman parte de su importante obra. Falleció en Nueva York en 1945.

LAS VANGUARDIAS EN AMÉRICA LATINA En América Latina, las vanguardias expresaron la necesidad de buscar una identidad propia. Mantuvieron como objetivos la renovación formal, la exaltación de lo nuevo, y la búsqueda de la esencia latinoamericana. Entre los movimientos vanguardistas latinoamericanos se pueden mencionar:  Estridentismo (México): Manuel Maples Arce  Creacionismo (Chile): Vicente Huidobro  Ultraísmo y Martinfierrismo (Argentina): Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo  Poesía Negra (cuba): Nicolás Guillén

LOS GRUPOS DE FLORIDA Y BOEDO En el primer tercio del siglo XX surge y se desarrolla en Buenos Aires un nuevo panorama social debido, principalmente, a la incidencia de la oleada inmigratoria. Se producen cambios en el lenguaje que pronto afectan de manera definitiva el castellano hablado en el país. Se producen en esa época importantes procesos de urbanización, inmigración y migración del campo a la ciudad.

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El “Manifiesto de Martín Fierro” (Atribuido a Oliverio Girondo) Frente a la impermeabilidad hipopotámica del “honorable público”. Frente a la funeraria solemnidad del historiador y del catedrático, que momifica cuanto toca. Frente al recetario que inspira las lucubraciones de nuestros más 'bellos' espíritus y a la afición al ANACRONISMOS y al MIMETISMO que demuestran. Frente a la ridícula necesidad de fundamentar nuestro nacionalismo intelectual, hinchando valores falsos que al primer pinchazo se desinflan como chanchitos. Frente a la incapacidad de contemplar la vida sin escalar las estanterías de las bibliotecas. Y sobre todo, frente al pavoroso temor de equivocarse que paraliza el mismo ímpetu de la juventud, más anquilosa que cualquier burócrata jubilado: MARTÍN FIERRO siente la necesidad imprescindible de definirse y de llamar a cuantos sean capaces de percibir que nos hallamos en presencia de una NUEVA sensibilidad y de una NUEVA comprensión, que, al ponernos de acuerdo con nosotros mismos, nos descubre panoramas insospechados y nuevos medios y formas de expresión. MARTÍN FIERRO acepta las consecuencias de localizarse, porque sabe que de ellos depende su salud. Instruido de sus antecedentes, de su anatomía, del meridiano en que camina: consulta el barómetro, el calendario, antes de salir a la calle a vivirla con sus nervios y con su mentalidad de hoy. MARTÍN FIERRO sabe “que todo es nuevo bajo el sol” si todo se mira con unas pupilas actuales y se expresa con un acento contemporáneo. MARTÍN FIERRO, se encuentra, por eso, más a gusto, en un trasatlántico moderno que en un palacio renacentista, y sostiene que un buen Hispano-Suiza es una OBRA DE ARTE muchísimo más perfecta que una silla de manos de la época de Luis XV. (…) MARTÍN FIERRO cree en la importancia del aporte intelectual de América, previo tijeretazo a todo cordón umbilical. Acentuar y generalizar, a las demás manifestaciones intelectuales, el movimiento de independencia iniciado, en el idioma, por Rubén Darío, no significa, empero, que habremos de renunciar, ni mucho menos finjamos desconocer que todas las mañanas nos servimos de un dentífrico sueco, de unas toallas de Francia y de un jabón inglés. MARTÍN FIERRO tiene fe en nuestra fonética, en nuestra visión, en nuestros modales, en nuestro oído, en nuestra capacidad digestiva y de asimilación. MARTÍN FIERRO artista se refriega los ojos a cada instante para arrancar las telarañas que tejen de continuo el hábito y la costumbre. ¡Entregar a cada nuevo amor una nueva virginidad, y que los excesos de cada día sean distintos a los excesos de ayer y de mañana! ¡Ésta es para él la verdadera santidad del creador!... ¡Hay pocos santos! MARTÍN FIERRO crítico sabe que una locomotora no es comparable a una manzana y el hecho de que todo el mundo compare una locomotora a una manzana y algunos opten por la locomotora, otros por la manzana, rectifica para él, la sospecha de que hay muchos más negros de lo que se cree. Negro el que exclama ¡colosal! Y cree haberlo dicho todo. Negro el que necesita encandilarse con lo coruscante y no está satisfecho si lo encandila lo coruscante. Negro el que tiene las manos achatadas como platillos de balanza y lo sopesa todo y todo lo juzga por el peso. ¡Hay tantos negros!... MARTÍN FIERRO sólo aprecia a los negros y a los blancos que son realmente negros o blancos y no pretenden en lo más mínimo cambiar de color. ¿Simpatiza Ud. con "Martín Fierro"? ¡Colabore Ud. en "Martín Fierro"! ¡Suscríbase Ud. a "Martín Fierro"!

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Con estos fenómenos aparecen nuevos sectores sociales que se ven reflejados en nuevos usos del lenguaje (aparece y se desarrolla en ese momento el lunfardo) y en los cambios en la organización urbana (aparecen los conventillos). La política educativa de la época apunta a la unificación mediante la educación pública, gratuita y laica, que tenía como principal objetivo homogeneizar la lengua nacional y eliminar el analfabetismo. La alfabetización y el desarrollo de los medios de comunicación (especialmente los diarios gracias a la implementación masiva de las imprentas y las rotativas de edición) favorecen la democratización de la cultura. Dentro de ese contexto, aparecen en Buenos Aires dos grupos, fuertemente influenciados por las vanguardias europeas: el Grupo de Florida y el Grupo de Boedo, cuyos objetivos son el cambio, el progreso, la renovación y la mirada hacia el futuro. Ambos grupos se ven influenciados por la realidad socioeconómica de sus miembros y por los procesos de industrialización y modernización que viven Buenos Aires y otras grandes ciudades. El Grupo de Florida recibió ese nombre ya que sus miembros se reunían en un local situado a escasos metros de la calle Florida. Estaba integrado por escritores e intelectuales de clases altas, lo que les había permitido formarse y completar su educación en Europa, y viajar por el mundo. Para ellos la literatura es solamente arte, debe buscar exclusivamente la renovación y su única finalidad es el goce estético. No tenían ningún interés social y se oponían a las leyes del mercado. Practicaron una literatura “para iniciados” y eligieron, preferentemente, el verso –aunque muchos ejemplos de poemas en prosa-. El grupo estuvo integrado, entre otros, por Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Norah Lange. Sus textos fueron publicados y difundidos gracias a la Revista Martín Fierro, lo que les valió también el nombre de “martinfierristas” o “Grupo Martín Fierro”. En oposición al Grupo de Florida, aparece el Grupo de Boedo, integrado, entre otros autores, por Roberto Arlt, Raúl González Tuñón o Roberto Mariani. En su mayoría, estos escritores pertenecían clases sociales trabajadoras, humildes y estrechamente vinculadas con la inmigración. Estaban comprometidos con la realidad social y denunciaban sus injusticias. Para ellos la actividad literaria fue también una actividad profesional. Desarrollaron preferentemente la prosa y mantuvieron en sus textos muchos rasgos propios del Realismo.

Apunte callejero – Oliverio Girondo En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa entre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana. Pienso en dónde guardaré los quiscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar… Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda… Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.

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Río de Janeiro - Oliverio Girondo La ciudad imita en cartón, una ciudad de pórfido. Caravanas de montañas acampan en los alrededores. El “Pan de Azúcar” basta para almibarar toda la bahía... El “Pan de Azúcar” y su alambre carril, que perderá el equilibrio por no usar una sombrilla de papel. Con sus caras pintarrajeadas, los edificios saltan unos encima de otros y cuando están arriba, ponen el lomo, para que las palmeras les den un golpe de plumero en la azotea. El sol ablanda el asfalto y las nalgas de las mujeres, madura las peras de la electricidad, sufre un crepúsculo, en los botones de ópalo que los hombres usan hasta para abrocharse la bragueta ¡Siete veces al día, se riegan las calles con agua de jazmín! Hay viejos árboles (...) florecidos en rosas té; y viejos árboles que se tragan los chicos que juegan al arco en los paseos. Frutas que al caer hacen un huraco enorme en la vereda; negros que tienen cutis de tabaco, las palmas de las manos hechas de coral, y sonrisas desfachatadas de sandía. Sólo por cuatrocientos mil reis se toma un café, que perfuma todo un barrio de la ciudad durante diez minutos. Río de Janeiro, noviembre, 1920.

Sobre el autor…

VANILOCUENCIA, JORGE LUIS BORGES

Jorge Luis Borges fue un poeta argentino nacido en Buenos Aires en 1899. Es una de las grandes voces de la poesía contemporánea, autor de numerosos ensayos, cuentos y poemas, entre los que se destacan «Ficciones», «Historia universal de la infamia» y «Los conjurados», traducidas a más de veinticinco idiomas. Ha recibido numerosos premios y menciones, tanto nacionales como internacionales. Falleció en Ginebra, Suiza, en 1986.

La ciudad está en mí como un poema que no he logrado detener en palabras. A un lado hay la excepción de algunos versos; al otro, arrinconándolos, la vida se adelanta sobre el tiempo, como terror que usurpa toda el alma. Siempre hay otros ocasos, otra gloria; yo siento la fatiga del espejo que no descansa en una imagen sola. ¿Para qué esta porfía de clavar con dolor una lanza sobre el tiempo si mi calle, mi casa, desdeñosas de símbolos verbales, me gritarán su novedad mañana? Nuevas como una boca no besada.

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LA TRAGEDIA DEL HOMBRE QUE BUSCA EMPLEO, Roberto Arlt La persona que tenga la saludable costumbre de levantarse temprano, y salir en tranvía a trabajar o a tomar fresco, habrá a veces observado el siguiente fenómeno: Una puerta de casa comercial con la cortina metálica medio corrida. Frente a la cortina metálica, y ocupando la vereda y parte de la calle, hay un racimo de gente. La muchedumbre es variada en aspecto. Hay pequeños y grandes, sanos y lisiados. Todos tienen un diario en la mano y conversan animadamente entre sí. Lo primero que se le ocurre al viajante inexperto es de que allí ha ocurrido un crimen trascendental, y siente tentaciones de ir a engrosar el número de aparentes curiosos que hacen cola frente a la cortina metálica, mas a poco de reflexionarlo se da cuenta de que el grupo está constituido por gente que busca empleo, y que ha acudido al llamado de un aviso. Y si es observador y se detiene en la esquina podrá apreciar este conmovedor espectáculo. Del interior de la casa semiblindada salen cada diez minutos individuos que tiene el aspecto de haber sufrido una decepción, pues irónicamente miran a todos los que les rodean, y contestando rabiosa y sintéticamente las preguntas que les hacen, se alejan rumiando desconsuelo. Esto no hace desmayar a los que quedan, pues, como si lo ocurrido fuera un aliciente, comienzan a empujarse contra la cortina metálica, y a darse de puñetazos y pisotones para ver quién entra primero. De pronto el más ágil o el más fuerte se escurre adentro y el resto queda mirando la cortina, hasta que aparece en escena un viejo empleado de la casa que dice: -Pueden irse, ya hemos tomado empleado. Sobre el autor… Esta incitación no convence a los Hijo de un inmigrante prusiano y una italiana, Roberto presentes, que estirando el cogote sobre el Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires, en el barrio hombro de su compañero comienzan a de Flores, el 2 de abril de 1900. desaforar desvergüenzas, y a amenazar con Publicó El juguete rabioso, su primera novela, en 1926. romper los vidrios del comercio. Entonces, Por entonces comenzaba también a escribir para los diarios Crítica para enfriar los ánimos, por lo general un y El mundo. Sus columnas diarias Aguafuertes porteñas, robusto portero sale con un cubo de agua o aparecieron de 1928 a 1935 y fueron después recopiladas en el armado de una escoba y empieza a dispersar a libro del mismo nombre. Se divertía contando de sus amistades los amotinados. Esto no es exageración. Ya con rufianes, falsificadores y pistoleros, de las que saldrían muchos muchas veces se han hecho denuncias de sus personajes. Las Aguafuertes se convirtieron con el tiempo semejantes en las seccionales sobre este en uno de los clásicos de la literatura argentina. procedimiento expeditivo de los patrones que Al mismo tiempo de su actividad como escritor, Arlt buscó buscan empleados. constantemente hacerse rico como inventor, con singular fracaso. Los patrones arguyen que ellos en el Formó una sociedad, ARNA (por Arlt y Naccaratti) y con el poco aviso pidieron expresamente “un muchacho dinero que el actor Pascual Naccaratti pudo aportar instaló un de dieciséis años para hacer trabajos de pequeño laboratorio químico en Lanús. Llegó incluso a patentar escritorio”, y que en vez de presentarse unas medias reforzadas con caucho, que no fueron candidatos de esa edad, lo hacen personas de comercializadas, y al decir de un amigo, "parecen botas de treinta años, y hasta cojos y jorobados. Y ello bombero". es en parte cierto. En Buenos Aires, “el En 1935, viajó a España y África enviado por El Mundo, de hombre que busca empleo” ha venido a donde salen sus Aguafuertes Españolas. Pero salvo este viaje y constituir un tipo sui generis. Puede decirse alguna escapada a Chile y Brasil, permaneció en la ciudad de que ese hombre tiene el empleo de ser Buenos Aires, tanto en la vida real como en sus novelas, Los siete “hombre que busca trabajo”. locos y su continuación, Los lanzallamas. El hombre que busca trabajo es Murió de un ataque cardíaco en Buenos Aires, el 26 de frecuentemente un individuo que oscila entre julio de 1942.

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los dieciocho y veinticuatro años. No sirve para nada. No ha aprendido nada. No conoce ningún oficio. Su única y meritoria espiración es ser empleado. Es del tipo del empleado abstracto. Él quiere trabajar, pero trabajar sin ensuciarse las manos, trabajar en un lugar donde se use cuello; en fin, trabajar “pero entendámonos... decentemente”. Y un buen día, día lejano, si alguna vez llega, él, el profesional de la busca de empleo, se “ubica”. Se ubica con el sueldo mínimo, pero qué le importa. Ahora podrá tener esperanzas de jubilarse. Y desde ese día, calafateado en su rincón administrativo espera la vejez con la paciencia de una rémora. Lo trágico es la búsqueda de empleo en casas comerciales. La oferta ha llegado a ser tan extraordinaria, que un comerciante de nuestra ciudad nos decía: -Uno no sabe con qué empleado quedarse. Vienen con certificados. Son inmejorables. Comienza entonces el interrogatorio: -¿Sabe usted escribir a máquina? -Sí, ciento cincuenta palabras por minuto. -¿Sabe usted taquigrafía? -Sí, hace diez años. -¿Sabe usted contabilidad? -Soy contador público. -¿Sabe usted inglés? -Y también francés. -¿Puede usted ofrecer una garantía? -Hasta diez mil pesos de las siguientes firmas. -¿Cuánto quiere ganar? -Lo que ustedes acostumbren pagar. -Y el sueldo que se les paga a esta gente –nos decía el aludido comerciante- no es nunca superior a ciento cincuenta pesos. Doscientos pesos los gana un empleado con antigüedad... y trescientos... trescientos es lo mítico. Y ello se debe a la oferta. Hay farmacéuticos que ganan ciento ochenta pesos y trabajan ocho horas diarias, hay abogados que son escribientes de procuradores, procuradores que les pagan doscientos pesos mensuales, ingenieros que no saben qué cosa hacer con el título, doctores que química que envasan muestras de importantes droguerías. Parece mentira y es cierto. La interminable lista de “empleados ofrecidos” que se lee por las mañanas en los diarios es la mayor prueba de la trágica situación por la que pasan millares y millares de personas en nuestra ciudad. Y se pasan éstas los años buscando trabajo, gastan casi capitales en tranvías y estampillas ofreciéndose, y nada... la ciudad está congestionada de empleados. Y sin embargo, afuera está la llanura, están los campos, pero la gente no quiere salir afuera. Y es claro, termina tanto por acostumbrarse a la falta de empleo que viene a constituir un gremio, el gremio de los desocupados. Sólo les falta personería jurídica para llegar a constituir una de las tantas sociedades originales y exóticas de las que hablará la historia del futuro.

Prólogo a Los lanzallamas, Roberto Arlt Palabras del autor (1931) Del libro Los lanzallamas (Ed. Losada, Buenos Aires, 1977) Con Los lanzallamas finaliza la novela de Los siete locos. Estoy contento de haber tenido la voluntad de trabajar, en condiciones bastante desfavorables, para dar fin a una obra que exigía soledad y recogimiento. Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana.

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Digo esto para estimular a los principiantes en la vocación, a quienes siempre les interesa el procedimiento técnico del novelista. Cuando se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el Diablo están junto a uno dictándole inefables palabras. Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes empleos nacionales. Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo. Máxime si cuando se trabaja se piensa que existe gente a quien la preocupación de buscarse distracciones les produce surmenage. Pasando a otra cosa: se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de su familia. Para hacer estilo son necesarias comodidades, rentas, vida holgada. Pero por lo general, la gente que disfruta de tales beneficios se evita siempre la molestia de la literatura. O la encara como un excelente procedimiento para singularizarse en los salones de sociedad. Me atrae ardientemente la belleza. ¡Cuántas veces he deseado trabajar una novela, que como las de Flaubert, se compusiera de panorámicos lienzos…! Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que se desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados. El estilo requiere tiempo, y si yo escuchara los consejos de mis camaradas, me ocurriría lo que les sucede a algunos de ellos: escribiría un libro cada diez años, para tomarme después unas vacaciones de diez años por haber tardado diez años en escribir cien razonables páginas discretas. Variando, otras personas se escandalizan de la brutalidad con que expreso ciertas situaciones perfectamente naturales a las relaciones entre ambos sexos. Después, estas mismas columnas de la sociedad me han hablado de James Joyce, poniendo los ojos en blanco. Ello provenía del deleite espiritual que les ocasionaba cierto personaje de Ulises, un señor que se desayuna más o menos aromáticamente aspirando con la nariz, en un inodoro, el hedor de los excrementos que ha defecado un minuto antes. Pero James Joyce es inglés. James Joyce no ha sido traducido al castellano, y es de buen gusto llenarse la boca hablando de él. El día que James Joyce esté al alcance de todos los bolsillos, las columnas de la sociedad se inventarán un nuevo ídolo a quien no leerán sino media docena de iniciados. En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en todas las horas de sus días y sus noches. De cualquier manera, como primera providencia he resuelto no enviar ninguna obra mía a la sección de crítica literaria de los periódicos. ¿Con qué objeto? Para que un señor enfático entre el estorbo de dos llamadas telefónicas escriba para satisfacción de las personas honorables: "El señor Roberto Arlt persiste aferrado a un realismo de pésimo gusto, etc., etc." No, no y no. Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los eunucos bufen". El porvenir es triunfalmente nuestro.

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Nos lo hemos ganado con sudor de tinta y rechinar de dientes, frente a la "Underwood", que golpeamos con manos fatigadas, hora tras hora, hora tras hora. A veces se le caía a uno la cabeza de fatiga, pero…. Mientras escribo estas líneas pienso en mi próxima novela. Se titulará El Amor brujo y aparecerá en agosto del año 1932. Y que el futuro diga.

"Balada de la oficina", Roberto Mariani Entra. No repares en el sol que dejas en la calle. Él está caído en la calle como una blanca mancha de cal. Está lamiendo ahora nuestra vereda; esta tarde se irá enfrente. No repares en el sol. Tienes el domingo para bebértelo todo y golosamente, como un vaso de rubia cerveza en una tarde de calor. Hoy, deja el perezoso y contemplativo sol en la calle. Tú, entra. El sol no es serio. Entra. En la calle también está el viento. El viento que corre jugando con fantasmas. Fantasma él también, pues no se ve con los ojos de la cara, y se lo siente. El viento está jugando; ya corriendo una loca carrera por en medio de la calle; ya golpeándose las sienes contra las paredes de las casas; ya deshilándose en las copas de los árboles... f... f... f... f... El viento es juguetón como un recental; esto no es serio. Tú entra. Deja en la calle sol, viento, movimiento loco; tú, entra. ¿Qué podrías hacer en la calle? ¿No tienes vergüenza, estúpido sentimental, regodearte con el sol como un anciano blanco, y esqueletoso, y centenario? ¿No te humilla, en tu actual situación de muchacho fornido, dejarte forrar por el viento como una hoja dentro de un remolino? Sobre el autor… Roberto Mariani nació en Buenos Aires en 1892 y ¡Y la lluvia! No te avergonzaré recordándote que los murió en la misma ciudad en 1946. Cuentista, otros días estuviste tres horas ¡tres horas!, novelista, dramaturgo y, en sus comienzos, poeta. contemplando tras la vidriera del café, caer y caer y Durante años trabajó como empleado de bancos, caer, monótonamente, estúpidamente, una larga, ministerios y alcaldías, donde tuvo la experiencia monótona y estúpida lluvia. Entra, entra. directa de ese mundo oficinesco de clase media Entra; penetra en mi vientre, que no es oscuro, porque, del que fue uno de los más lúcidos testigos ¡mira cuántos Osram flechan sus luminosos ojos de literarios. Perteneció al grupo de Boedo y, para azufre encendido como pupilas de gata! Penetra en mi que no cupiesen dudas al respecto, ratificó esa carne, y estarás resguardado contra el sol que quema, el viento que golpea, la lluvia que moja y el frío que adscripción en un editorial de la revista Los enferma. pensadores, aparecida en 1926 que se titulaba, precisamente, Nosotros y ellos; demás está aclarar Entra; así tendrás la certeza —que dará paz a tu espíritu— de obtener todos los días pan para tu boca y que “ellos” eran los de Florida. En 1925 apareció para la boca de tus pequeñuelos. ¡Tus pequeñuelos, tus Cuentos de la oficina, su libro más conocido: por hijos, los hijos de tu carne y de tu alma y de la carne y primera vez en la Argentina, el trabajo del hombre del alma de la compañera que hace contigo el camino! era todo el tema de un libro y, más aún, su Yo daré para ellos pan y leche; no temas; mientras tú protagonista. estés en mi seno, y no desgarres las prescripciones que tú sabes, jamás faltará a tus pequeñuelos, ¡los pobres!, ni pan, ni leche, para sus ávidas bocas. Entra; acuérdate de ellos; entra. Además, cumplirás con tu deber. Tu deber. ¿Entiendes? El trabajo no deshonra, sino que ennoblece. La Vida es un Deber. El hombre ha nacido para trabajar.

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Entra; urge trabajar. La vida moderna es complicada como una madeja con la que estuvo jugando un gato joven. Entra; siempre hay trabajo aquí. No te aburrirás; al contrario, encontrarás con qué matizar tu vida. (Además de que es tu Deber). Entra. Siéntate. Trabaja. Son cuatro horas apenas. Cuatro horas. Pero, eso sí: nada de engañifas ni simulaciones ni sofisticaciones. ¡A trabajar! Si tu labor es limpia, exacta y voluntariosa —voluntariosa sobre todo—, los jefes te felicitarán. Tú estás sano; puedes resistir estas cuatro horas. ¿Has visto cómo las has resistido? Ahora vete a almorzar. Y vuelve a hora cabal, exacta, precisa, matemática. ¡Cuidado! Porque si todos se atrasaran, se derrumbaría la disciplina, y sin disciplina no puede existir nada serio. Otras cuatro horas al día. Nadie se muere trabajando ocho horas diarias. Tú mismo, dime: ¿no has estado remando el domingo once o doce horas, cansando los músculos en una labor con el agua que me abstengo de calificar por el ningún remordimiento que se obtiene? ¿Ves tú? ¡Y con inminente peligro de ahogarte! Yo sólo te exijo ocho horas. Y te pago, te visto, te doy de comer. ¡No me lo agradezcas! Yo soy así. Ahora vete contento. Has cumplido con tu Deber. Ve a tu casa. No te detengas en el camino. Hay que ser serio, honesto, sin vicios. Y vuelve mañana, y todos los días durante 25 años; durante los 9.125 días que llegues a mí, yo te abriré mi seno de madre; después, si no te has muerto tísico, te daré la jubilación. Entonces, gozarás del sol, y al día siguiente te morirás. ¡Pero habrás cumplido con tu Deber!

Blues de la bohardilla - Raúl González Tuñón Estoy solo en mi cuarto y por eso viene la fiebre verde a devorarme. Cómo te diré mi más bello poema, oh, pequeña amiga, qué hará mi corazón tan solo. Los tejados deslizan hasta el suelo musgo y cantos de pájaros. Otras tantas muertes ruedan por la canaleta del día. Las lavanderas inclinadas en las bateas y los chiquillos mocosos que crecerán sin cultura. Los obreros que vuelven de los talleres sólo recuerdan ruidos. El rumor de la ciudad achicado, perdido en el rumor de las alcantarillas. El muro del asilo fresco y sonoro, y dos árboles, y dos ventanas y dos luces y dos vientos y dos pesos. Solamente dos pesos. Y el reloj que no quiere detenerse para aguardarte y sigue palpitando el tiempo. Y los libros ya manoseados llenos del drama que superamos. Y los retratos, otras tantas muertes colgadas. Otras tantas muertes ruedan por la canaleta del día. Y el penúltimo cigarrillo que arrojamos sin sentir por el ojo de buey de la soledad. Y el trepidar del tren asombrando la entraña de la tierra. Un grupo de croatas ha invadido la zona del Bertchold en busca de oro. Los hombres dentro del túnel buscan el oro que nace sucio y socavan la sociedad cuya base no podrá ser el sucio dinero. Los cadáveres marchan con una linterna en la frente. Así murió el padre de Catalina. Un hilo de sangre le salía de la boca al asesino. (…)

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Sobre el autor… Raúl González Tuñón nació en Buenos Aires, el 29 de marzo de 1905, y falleció en la misma ciudad, en 1974. Poeta, periodista, viajero, militante comunista. A partir de 1922 comienza a publicar sus primeros versos en revistas de la época: "Inicial", "Proa", "Martín Fierro". Compartió con el grupo de Florida, los experimentos formales, y con el de Boedo, la preocupación social, que fue acentuándose con el tiempo. Entre sus libros se cuentan: El violín del diablo (1926), La calle del agujero en la media (1930), Poemas de Juancito Caminador (1934); La rosa blindada (1936), etc.

LA NARRACIÓN LITERARIA Las narraciones literarias son textos ficcionales. Mediante el lenguaje, el autor crea mundos donde los personajes realizan determinadas acciones en algún tiempo y espacio, que pueden ser más o menos precisos. Cada historia es contada por una voz, el narrador, que puede ser un personaje incluido en el relato o puede estar fuera de los hechos que se narran. Las narraciones se construyen alrededor de un conflicto y presentan una estructura común, la estructura narrativa. Tanto el cuento como la novela tienen trama narrativa y su intención es estética, es decir, no se proponen informar ni explicar un hecho, sino generar en el lector una emoción estética que, en cierto modo, provoque una transformación en él.

 Lean atentamente el siguiente cuento. Luego resuelvan las actividades propuestas. Los tres deseos - ANÓNIMO Había una vez un leñador que vivía en un gran bosque con su mujer y todos los días salía de su casa para hacer leña. Un día vio un gran roble y pensó que podría darle mucha y muy buena madera. Entonces, tomó su hacha y ya se disponía a cortar el árbol, cuando apareció ante él un hada y le imploró misericordia. El leñador se quedó paralizado hasta que, finalmente, atinó a decir: -Bueno, haré lo que usted desee. Entonces, habló el hada: -Para demostrarte que no soy desagradecida, te concederé tres deseos – y desapareció. Cuando el leñador llegó a su casa, tenía mucha hambre, pero la comida todavía no estaba lista. -Ah –se quejó- ¡Cómo quisiera un budín de chocolate! –Y entonces, el más delicioso budín de chocolate que un hombre pueda desear entró por la chimenea. -¿Qué es esto? –preguntó su mujer. El leñador le contó su historia de principio a fin. -¡Pero qué tonto eres! –le gritó la mujer- ¿Quisiera que el budín estuviera en tu nariz! Y dicho esto, el budín de chocolate se le pegó en la nariz. El leñador tiró y tiró de él, pero el budín no cedía. Y su mujer tiró y tiró, pero el budín, nada.

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Entonces, el leñador se dio cuenta de que si pedía otro deseo, lo obtendría al instante. Y pidió entonces que el budín se desprendiera de su nariz, y así fue. Y allí está el budín sobre la mesa. Y el leñador y su mujer no viajan en un carruaje de oro ni visten de seda, pero tienen para cenar el más delicioso budín de chocolate que un hombre pueda desear.

“Los tres deseos” es un cuento popular. El cuento popular es una narración tradicional breve de hechos imaginarios que se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero difieren en los detalles, y obviamente, los autores son desconocidos en la mayoría de los casos (aunque puede que se conozca quien lo recopiló). Tiene tres subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales, y los cuentos de costumbres.

a) b) c) d) e)

Expliquen por qué podemos asegurar que se trata de un cuento. Reconozcan los elementos del marco narrativo. Señalen en el texto las partes de la secuencia narrativa. Identifiquen qué tipo de narrador presenta los hechos. ¿Qué sucede con el foco en este relato?

LA RENOVACIÓN NARRATIVA

Guernica – Pablo Picasso

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“El niño que tenía un oso de trapo” Un cuento de Manuel Lueiro Rey, (de Vicente y el otro, año 1968) A Pablo Picasso, con esperanza, siempre con esperanza… Si el niño hubiese llegado a hombre, yo sé que trataría de humanizar con su esfuerzo la materia grosera que perdura aún desparramada por el ancho mundo en que vivimos. El niño iría pisando los caminos del mundo, haciendo intentos para abrir los horizontes nuevos a las miradas ciegas de las gentes ciegas. Si el niño hubiese llegado a hombre, yo sé que amaría la piedra y el árbol, el agua de los torrentes, la espiga madura del trigo, la fuerza ayudadora del viento, las aspas limpias de los molinos de Castilla… En cada cosa -¡la tierra!... ¡el agua!... ¡el pan! – buscaría con denuedo los bienes por los cuales el hombre ha de luchar. Si el niño llegase a hombre, amaría al perro que defiende la casa de labranza, al caballo de tiro, a las gallinas caseras del gallinero casero; amaría a la oveja y a la abeja -¡la lana!... ¡la miel!...los gatos ratoneros, los pájaros libres, los peces fríos del río, las palomas inocentes, la meseta y la montaña, la espuma del mar… Si el niño hubiese llegado a hombre, amaría el fuego, la energía que se esconde en la naturaleza viva, las voces humanas de los vecinos, el trabajo eficiente de todos, el bien colectivo… Pero aquel niño solamente tenía seis años de vida, un puñado de horas, un breve puñado, un puñado de barro, un puñado de sal, y amaba a su oso de trapo… El oso de trapo era el único juguete de que disponía. El oso de trapo era la verdad de su tiempo. El oso de trapo estaba siempre con él. Los dos veían cómo los días pasaban madurando el instinto. El niño sabía que el oso era un animal de trapo, gozando de sus pasiones inocentes, penetrando sus secretos, presente en sus ansias desbordadas. El oso de trapo, sin saberlo, ya tenía un pedacito del corazón del niño. Él se lo había dado. Un pedacito de corazón que latía al mismo ritmo del corazón del niño. En la tela de sus patas, en la curva de su lomo, en el brillo de los ojos d cristal, en el silencio incomprensible del aserrín de su relleno, ya había penetrado la vida del niño como un hermoso misterio latente. Era un oso pequeño, inofensivo. Un oso blanco de trapo. Pero ya tenía un pedacito del corazón del niño… Una vez que el niño jugaba a la puerta de su casa, sentado en la piedra de la acera, le preguntó al oso de trapo: - Cuando yo me muera… ¿tú qué harás?... El oso no dijo nada. Dobló la cabeza sobre la mano inocente del niño y lo miró fijamente con sus ojos de cristal. El niño, entonces, le dijo: - ¡Tonto!... Cuando yo me muera de viejo quiero que te entierren conmigo. Pero no fue así. No. No fue así como el niño pensaba. ¡Un día alguien trajo la muerte!

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz El niño jugaba en la plaza del pueblo… Sobre la tierra firme de la plaza del pueblo… Gozando del sol claro, del sol de abril… Entre las ramas de los árboles, con la savia nueva, se oía el piar de los pájaros libres… Y el sol batía en el cristal de las ventanas libres… Y el aire movía los cabellos libres del niño… Y las mujeres voceaban libremente en el mercado del pueblo… ¡Libre era todo! ¡La voz del hombre! ¡el juego del niño! ¡el agua!... ¡el viento!... ¡la luz!... ¡el sol!... ¡Libre era todo! De pronto, un vuelo de cuervos dejó caer la muerte desde el cielo. La muerte caía desde el cielo sobre los tejados en las casas del pueblo en forma de metralla… y entonces… hubo un caballo desventrado, atravesado por una lanza… y una casa en llamas… y esparcidos la cabeza y los brazos de un hombre muerto… y una mano empuñando una espada rota… y una mujer desnuda a rastras… y en una ventana un perfil gigante de otra mujer llorando, con los pechos y las manos separadas encima del alféizar… y un brazo extendido hacia fuera sosteniendo una antorcha encendida… y otra mujer, rodeada en llamas, levantando los brazos al cielo… y un toro en actitud belicosa, con la cabeza vuelta hacia un lado y la cola levantada… y un pájaro alargando el cuello, con el pico abierto… y delante del toro, otra mujer gritando porque llevaba en los brazos al niño muerto… ¡En el suelo oscuro, lleno de sangre inocente, una flor, sólo una flor! Al niño lo enterraron sin el oso de trapo. En la tabla que señala su tumba –un puñado de tierra, un puñado de silencio- se puede leer: El niño Antonio Zabalagoitia Echevarría Muerto en el bombardeo de los aviones alemanes el día 26 de abril de 1937. GUERNICA … Pero yo sé que si aquel niño hubiese llegado a hombre, seguiría pisando la tierra con firmeza, buscando los caminos nuevos, porque tenía los ojos llenos de esperanza.

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Sobre el autor… Manuel Lueiro Rey, poeta y narrador español, nació en Pontevedra, en 1916, y falleció en 1990. Vivió desde joven las penurias de la Guerra Civil y sus secuelas. Permaneció seis meses refugiado en los montes, a causa de la persecución de los falangistas. Esa situación y sus propias convicciones lo inclinaron fervorosamente hacia las posturas no autoritarias y los movimientos de reivindicaciones sociales que abrió la Guerra Civil Española. Posee una extensa obra galardonada con abundantes premios, como el de “Casa de Galicia” y el de “Ciudad de Vigo”. Entre sus obras sobresalen la novela “Manso” y los libros de poesía “Gozo y virtud de mis ríos gallegos” e “Invierno sobre los árboles”.

LA NUEVA NOVELA LATINOAMERICANA Contar y escuchar historias forma parte de la vida del ser humano desde siempre. En los relatos clásicos siempre hay una historia reconocible que el lector sigue sin dificultades. En cambio, la narrativa de vanguardia plantea una nueva forma de leer, ya que juega experimentalmente con los géneros conocidos, creando en el lector tradicional un estado de incomodidad al cuestionarse sus modelos y sus experiencias anteriores de lectura, sus valores, sus gustos y su relación habitual con el lenguaje. Los textos que pertenecen a esta corriente marcan una evidente ruptura con el realismo (la literatura no es ni debe ser una mímesis de la realidad) al tiempo que absorben la influencia de las vanguardias poéticas (en su espíritu renovador). Estas nuevas manifestaciones en el modo de contar historias se producen dentro de un fenómeno conocido como “Boom Latinoamericano”. Este fenómeno fue una explosión editorial provocado por el aumento de las ventas de los libros de autores como García Márquez o Cortázar, cuyas obras, que se caracterizan por la renovación, se hicieron sumamente populares durante las décadas del 60 y 70. El objetivo es “desestabilizar” al lector, movilizarlo, molestarlo. Se recurre para ello a la “desautomatización” y el “extrañamiento”: los textos ofrecen una mirada nueva sobre elementos o situaciones cotidianas. Es frecuente la inclusión de elementos fantásticos o absurdos. Frente a los problemas universales (la soledad, la alienación del hombre, el fracaso de los ideales…) los personajes se vuelcan hacia su interior. La literatura se centra en conflictos individuales y subjetivos. El tipo de narrador puede variar dentro de un mismo texto. Es recurrente el narrador en primera persona, ya sea protagonista o testigo, porque refuerza la subjetividad del personaje. También es habitual el cambio en el punto de vista, esto es, en la focalización. Otros recursos frecuentes –y novedosos- que se utilizan para expresar la subjetividad son:

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El monólogo interior: reproducción del flujo ininterrumpido de los pensamientos del personaje.



El soliloquio: transcripción de los pensamientos a modo de diálogo consigo mismo o con un supuesto receptor.



El diálogo sin interlocutor: el personaje habla dirigiéndose a otro, aunque sin recibir respuesta.

Es frecuente el alejamiento de la estructura tradicional del relato: SITUACIÓN INICIAL – COMPLICACIÓN – RESOLUCIÓN; como así también la presencia de historias con finales abiertos. Otra estrategia habitual es la ruptura del orden espacio-temporal del marco del relato. Se suelen utilizar técnicas cinematográficas: flash-back, secuencias paralelas, yuxtaposiciones que ponen de manifiesto el alejamiento del orden cronológico de los hechos. Suele producirse la reescritura literaria de formatos textuales no literarios: esto expresa la idea de que TODO PUEDE SER LITERATURA. Se ve la influencia del arte pop en la búsqueda de valores estéticos en objetos cotidianos y en la utilización de técnicas de la publicidad y la historieta. Es habitual la inclusión en los relatos de tradiciones, creencias y elementos mitológicos de los pueblos autóctonos de América Latina. Las producciones literarias expresan la fusión entre las tradiciones locales, las leyendas indígenas, los diversos paisajes rurales y urbanos, los personajes propios de América Latina y las nuevas técnicas narrativas. Muchas veces, los autores buscan reproducir el habla propia del hispanoamericano. Los textos expresan la pluralidad y las contradicciones del hombre americano.

EL REALISMO MÁGICO Surge con esta nueva narrativa el llamado “Realismo Mágico”, que se caracteriza por las hipérboles y las enumeraciones caóticas, que sirven para crear una realidad desmesurada y sorprendente. En los relatos se combinan realismo y elementos de naturaleza fantástica. El Realismo mágico es un movimiento literario surgido en Latinoamérica durante el siglo XX y se caracteriza por la inclusión de elementos fantásticos en mundos considerados realistas. Esta literatura presenta una zona en la que no hay un límite preciso entre la realidad y lo fantástico, que puede, a su vez, estar relacionado con el mito o con algún elemento mágico. Es decir, van a mezclarse elementos que se clasifican dentro de la serie realista con elementos mágicos, intuitivos, que no tienen ninguna explicación racional contundente. Pero esta unión de elementos

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de diferente naturaleza se combinan sin problematizar al lector ya que parecen formando parte de la cotidianidad o normalidad de los personajes. De esta manera, la Literatura Hispanoamericana supera los procedimientos literarios del Realismo del siglo XIX, incluyendo una visión más amplia, compleja y profunda de lo que se denomina “realidad”. Las características del Realismo Mágico pueden sintetizarse de la siguiente manera: 

    

Superación del Realismo, ya que añade la dimensión mágica o maravillosa, conviviendo ambos sin contradicción alguna. De esta manera se agrega una magnitud trascendente a la narración de sucesos cotidianos. Inclusión de mitos, leyendas, elementos mágicos que pertenecen a lo más profundo y ancestral del imaginario americano. Tratamiento alegórico de personajes o ambientes. Transformación de lo cotidiano, “común” o “normal” en una experiencia que incluye vivencias sobrenaturales o fantásticas. Predominio de escenarios americanos, en los que se presenta la realidad social asociada a lo mítico y lo mágico. Consideración del tiempo como cíclico y no como lineal. Hay distorsiones temporales y, por ejemplo, el presente se repite o se parece al pasado.

El ambiente del realismo mágico puede lograrse, principalmente, por dos caminos:

o o

Presentar un elemento extraño, fantástico y ajeno a la realidad objetiva, como si fuera totalmente normal y habitual. Los personajes del relato no se sienten intimidados ni molestados por su presencia.3 Describir un hecho, elemento o personaje “normal” y con apariencia de realidad y presentarlo como si su presencia no fuera posible, sino absurda o fuera de lugar. Los personajes se ven afectados por esta presencia.4

AUTORES REPRESENTATIVOS Algunos autores representativos de la Nueva Novela, y del Boom Latinoamericano son, entre otros:

3 4



Julio Cortázar (Argentina)



Gabriel García Márquez (Colombia)

Ver “Sucedidos/1” de Eduardo Galeano en la Antología, al final del libro. Al respecto, ver el cuento “El ahogado más hermoso del mundo” de Gabriel García Márquez.

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Elena Garro (México)



Carlos Fuentes (México)

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA (fragmento), Gabriel García Márquez El día en que lo iban a Sobre el autor… matar, Santiago Nasar se Gabriel García Márquez nació en Aracataca en 1928, en el levantó a las 5.30 de la mañana hogar de Gabriel Eligio García, telegrafista y de Luisa para esperar el buque en que Santiaga Márquez Iguarán. Siendo muy niño fue dejado al llegaba el obispo. Había soñado cuidado de sus abuelos maternos, el Coronel Nicolás que atravesaba un bosque de Márquez Iguarán -su ídolo de toda la vida- y Tranquilina higuerones donde caía una Iguarán Cortés. llovizna tierna, y por un instante En 1936, cuando murió su abuelo, fue enviado a estudiar a fue feliz en el sueño, pero al Barranquilla. En 1940, viajó a Zipaquirá, donde fue becado despertar se sintió por completo para estudiar bachillerato. En 1946 terminó el bachillerato. salpicado de cagada de pájaros. Al año siguiente se matriculó en la Facultad de Ciencias «Siempre soñaba con árboles», Políticas de la Universidad Nacional y editó en diario "El me dijo Plácida Linero, su Espectador" su cuento, "La primera designación". En 1950, madre, evocando 27 años escribió una columna en el periódico "El Heraldo" de después los pormenores de Barranquilla, bajo el seudónimo de Séptimus y en 1952, aquel lunes ingrato. «La semana publicó el capítulo inicial de "La Hojarasca", -su primera anterior había soñado que iba novela en ese diario- en el que colaboró desde 1956. solo en un avión de papel de En 1958, se casó con Mercedes Barcha. Tienen dos hijos, estaño que volaba sin tropezar Rodrigo y Gonzalo. por entre los almendros», me El 11 de diciembre de 1982, después de que por votación dijo. Tenía una reputación muy unánime de los 18 miembros de la Academia Sueca, fue bien ganada de interprete galardonado con el Premio Nobel de Literatura. certera de los sueños ajenos, Algunas de sus obras son La Hojarasca, El Coronel no Tiene siempre que se los contaran en Quien le Escriba, Los Funerales de Mamá Grande, Cien Años ayunas, pero no había advertido de Soledad, El Otoño del Patriarca, Crónica de una Muerte ningún augurio aciago en esos Anunciada, y otras más. dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte. Tampoco Santiago Nasar reconoció el presagio. Había dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos naturales de la parranda de bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. Nadie

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz estaba seguro de si se refería al estado del tiempo. Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella época. Pero la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que las habían soltado en honor del obispo. Santiago Nasar se puso un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón, iguales a las que se había puesto el día anterior para la boda. Era un atuendo de ocasión. De no haber sido por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su padre, y que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. En el monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas blindadas, según él decía, podían partir un caballo por la cintura. En época de perdices llevaba también sus aperos de cetrería. En el armario tenía además un rifle 30.06 Mannlicher-Schönauer, un rifle 300 Holland Magnum, un 22 Hornet con mira telescópica de dos poderes, y una Winchester de repetición. Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la mesa de noche. «Nunca la dejaba cargada», me dijo su madre. Yo lo sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de cargarlas dentro de la casa. Era una costumbre sabia impuesta por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la almohada para quitarle la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. Santiago Nasar, que entonces era muy niño, no olvidó nunca la lección de aquel percance. La última imagen que su madre tenía de él era la de su paso fugaz por el dormitorio. La había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y ella encendió la luz y lo vio aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había de recordarlo para siempre. Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella no les puso atención a los árboles. -Todos los sueños con pájaros son de buena salud -dijo. Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria. Apenas si distinguía las formas a plena luz, y tenía hojas medicinales en las sienes para el dolor

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz de cabeza eterno que le dejó su hijo la última vez que pasó por el dormitorio. Estaba de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen. Apenas aparecí en el vano. de la puerta me confundió con el recuerdo de Santiago Nasar. «Ahí estaba», me dijo. «Tenía el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que no soportaba el ruido del almidón.» Estuvo un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que se le pasó la ilusión de que el hijo había vuelto. Entonces suspiró: «Fue el hombre de mi vida». Yo lo vi en su memoria. Había cumplido 21 años la última semana de enero, y era esbelto y pálido, y tenía los párpados árabes y los cabellos rizados de su padre. Era el hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, pero él parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y siguió pareciéndolo con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. De ella heredó el instinto. De su padre aprendió desde muy niño el dominio de las armas de fuego, el amor por los caballos y la maestranza de las aves de presas altas, pero de él aprendió también las buenas artes del valor y la prudencia. Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que no se sintiera excluida. Nunca se les vio armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. La muerte de su padre lo había forzado a abandonar los estudios al término de la escuela secundaria, para hacerse cargo de la hacienda familiar. Por sus méritos propios, Santiago Nasar era alegre y pacífico, y de corazón fácil. El día en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio vestido de blanco. «Le recordé que era lunes», me dijo. Pero él le explicó que se había vestido de pontifical por si tenía ocasión de besarle el anillo al obispo. Ella no dio ninguna muestra de interés. -Ni siquiera se bajará del buque -le dijo-. Echará una bendición de compromiso, como siempre, y se irá por donde vino. Odia a este pueblo. Santiago Nasar sabía que era cierto, pero los fastos de la iglesia le causaban una fascinación irresistible. «Es como el cine», me había dicho alguna vez. A su madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía. Le aconsejó que llevara un paraguas, pero él le hizo un signo de adiós con la mano y salió del cuarto. Fue la última vez que lo vio. Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que no había llovido aquel día, ni en todo el mes de febrero. «Al contrario», me dijo cuando vine a verla, poco antes de su muerte. «El sol calentó más temprano que en agosto.» Estaba descuartizando tres conejos para el almuerzo, rodeada de perros acezantes, cuando Santiago Nasar entró en la cocina. «Siempre se levantaba con cara de mala noche», recordaba sin amor Victoria Guzmán. Divina Flor, su hija, que apenas empezaba a florecer, le sirvió a

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz Santiago Nasar un tazón de café cerrero con un chorro de alcohol de caña, como todos los lunes, para ayudarlo a sobrellevar la carga de la noche anterior. La cocina enorme, con el cuchicheo de la lumbre y las gallinas dormidas en las perchas, tenía una respiración sigilosa. Santiago Nasar masticó otra aspirina y se sentó a beber a sorbos lentos el tazón de café, pensando despacio, sin apartar la vista de las dos mujeres que destripaban los conejos en la hornilla. A pesar de la edad, Victoria Guzmán se conservaba entera. La niña, todavía un poco montaraz, parecía sofocada por el ímpetu de sus glándulas. Santiago Nasar la agarró por la muñeca cuando ella iba a recibirle el tazón vacío. -Ya estás en tiempo de desbravar -le dijo. Victoria Guzmán le mostró el cuchillo ensangrentado. -Suéltala, blanco -le ordenó en serio-. De esa agua no beberás mientras yo esté viva. Había sido seducida por Ibrahim Nasar en la plenitud de la adolescencia. La había amado en secreto varios años en los establos de la hacienda, y la llevó a servir en su casa cuando se le acabó el afecto. Divina Flor, que era hija de un marido más reciente, se sabía destinada a la cama furtiva de Santiago Nasar, y esa idea le causaba una ansiedad prematura. «No ha vuelto a nacer otro hombre como ése», me dijo, gorda y mustia, y rodeada por los hijos de otros amores. «Era idéntico a su padre -le replicó Victoria Guzmán-. Una mierda.» Pero no pudo eludir una rápida ráfaga de espanto al recordar el horror de Santiago Nasar cuando ella arrancó de cuajo las entrañas de un conejo y les tiró a los perros el tripajo humeante. -No seas bárbara -le dijo él-. Imagínate que fuera un ser humano. Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre acostumbrado a matar animales inermes expresara de pronto semejante horror. «Dios Santo -exclamó asustada-, de modo que todo aquello fue una revelación!» Sin embargo, tenía tantas rabias atrasadas la mañana del crimen, que siguió cebando a los perros con las vísceras de los otros conejos, sólo por amargarle el desayuno a Santiago Nasar. En ésas estaban cuando el pueblo entero despertó con el bramido estremecedor del buque de vapor en que llegaba el obispo. La casa era un antiguo depósito de dos pisos, con paredes de tablones bastos y un techo de cinc de dos aguas, sobre el cual velaban los gallinazos por los desperdicios del puerto. Había sido construido en los tiempos en que el río era tan servicial que muchas barcazas de mar, e inclusive algunos barcos de altura, se aventuraban hasta aquí a través de las ciénagas del estuario. Cuando vino Ibrahim Nasar con los últimos árabes, al término de las guerras civiles, ya no llegaban los barcos de mar debido a las mudanzas del río, y el depósito estaba en desuso. Ibrahim Nasar lo compró a cualquier precio para poner una tienda de importación que nunca puso, y sólo cuando se iba a casar lo convirtió en una casa para vivir. En la planta baja abrió un salón que servía para todo, y construyó en el fondo una caballeriza para cuatro animales, los cuartos de servicio, y una cocina de hacienda con ventanas hacia el puerto por donde entraba a toda hora la pestilencia de las aguas. (…)

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ACTIVIDADES SOBRE LA LECTURA 1) ¿Quién es Plácida Linero? 2) ¿Y Victoria Guzmán? 3) ¿Quién narra la historia? ¿Qué se sabe de él? Rastreen y subrayen en el fragmento leído todas las partes en que se lo mencione de alguna manera. 4) ¿Quién es Santiago Nasar? ¿Cómo era? Transcriban citas que describan a este personaje. 5) ¿Dónde suceden los hechos? Transcriban que describan el lugar. 6) ¿Cuál es el hecho que se anuncia desde el comienzo de la novela? 7) Si desde la primera oración se cuenta el hecho fundamental (la muerte de Santiago), ¿qué narra la novela? 8) ¿Qué había sucedido en el pueblo la noche anterior a la muerte de Santiago Nasar? 9) ¿Cuándo se cuenta la historia? ¿Cuándo sucedieron los hechos narrados? 10) Determinen si el relato presenta los hechos narrados e forma cronológica o si hay saltos temporales. Justifiquen con ejemplos textuales. 11) Señalen en el texto –de forma diferente- las retrospecciones y las anticipaciones. 12) Subrayen en el fragmento los elementos que se relacionan con el Realismo Mágico.

 La novela de Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, se plantea como la reescritura de un género peridístico: la CRÓNICA. Con la elección de este tono en la narración, el autor plantea el borramiento de los límites entre los diferentes géneros textuales.

EL LIBRO – ÁLBUM "Entre el niño que yo solía ser y el adulto que soy no existe abismo alguno. Y

menos al abrir un libro ilustrado. La imaginación no tiene edad. Y si la tiene es una edad imaginaria." - Michael Ende-

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Los libros-álbum son aquellos en los que texto e imagen funcionan de manera inseparable para construir una historia en la que las imágenes dicen tanto como las palabras. En estos libros las palabras se enriquecen de sentidos nuevos y plantean desafíos que nos invitan a ampliar las estrategias de lectura. Se trata de propuestas editoriales novedosas que presentan en muchos casos innovaciones y trasgresiones frente a ciertas convenciones literarias y estéticas; se alejan de los estereotipos y modelos promoviendo una lectura crítica y creativa: “La fuerza experimental de los procedimientos formales en los libros-álbum, desde el punto de vista plástico y literario (y en el diálogo entre ambos códigos), pero también en su diseño y construcción como objeto, genera la necesidad de una lectura que trascienda lo meramente temático y argumental; una lectura más ligada al juego con las formas y el lenguaje, más atenta al placer estético de la palabra y la imagen.”5 Se considera que un libro álbum es aquel que no se puede leer por radio, porque el peso de la narrativa no recae sólo en la escritura o en el código lingüístico, sino también, y de manera fundamental, sobre la imagen. La ilustración no es un simple adorno, una decoración, sino un elemento esencial, fundante, de la totalidad del texto y de sus múltiples significantes y significados. Fanuel Hanán Díaz explica al respecto que se produce una “…inseparable conexión y dependencia de códigos…”6 ya que “…en los libros álbum (…) debe prevalecer tal dependencia que los textos no puedan ser entendidos sin las imágenes y viceversa. Es decir, deben someterse a una interdependencia de códigos…”7. En el contexto del libro álbum, el código lingüístico y el código visual dialogan, se funden uno en el otro, para ofrecer múltiples significados.8 Son dos niveles, dos dimensiones de un mismo y múltiple proceso de lectura. Decimos que es el mismo proceso de lectura, porque las convenciones de la escritura en nuestra cultura nos obligan a una lectura lineal, unidireccional, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. La imagen nos abre ese panorama ofreciéndonos múltiples direcciones. Fanuel Hanán Díaz explica que “…La experiencia de leer un libro álbum nos pone al borde de un paradigma cultural. La lectura, como tradicionalmente la concebimos, nos impone dictatorialmente una dirección lineal. La palabra escrita se ordena en secuencias, como la música, como el cine. Sin embargo, las ilustraciones exigen una lectura espacial (…) este es uno de los rasgos más significativos y genuinos del libro álbum: su continua pugna entre lo lineal y lo ubicuo, entre la sucesión y la suspensión…” 9. Lejos de ser contradictoria o confusa, la narración entonces se enriquece y permite que el lector explore en la infinidad de sentidos y caminos que la lectura propone.

5

Cecilia Bajour y Marcela Carranza, “Libros-álbum: libros para el desafío” (en línea) en Imaginaria disponible en 6 Fanuel Hanán Díaz, Leer y mirar el libro álbum: ¿un género en construcción?, Grupo Editorial Norma, Bogotá: 2007. (página 15) 7 Fanuel Hanán Díaz, op.cit. (pág. 93). 8 Consultar: Paz, Valeria: “La lectura de un libro-álbum. Caminos de lectura en Mi gatito es el más bestia, de Gilles Bachelet”, (en línea) en Jitanjafora, redes sociales para la promoción de la lectura y la escritura disponible en http://www.jitanjafora.org.ar/Paz%20Valeria.pdf (fecha de consulta: 02/03/2013) 9 Fanuel Hanán Díaz, op.cit., (págs. 103-104).

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El libro álbum ofrece muchas variaciones respecto de una narración puramente lingüística. Dichas variaciones pueden agruparse en cuatro principios organizativos que en cada obra pueden aparecer de forma individual o combinados: o Indeterminación: la narración provoca imprecisiones, ambigüedades o contradicciones. o Reverberación: la historia y sus elementos plantean relaciones con otros textos, situaciones u objetos y presentan alusiones intertextuales. o Cortocircuito: la historia produce un “salto” entre los niveles que aparecen separados en una narración canónica, de modo que se alteran las jerarquías y los planos de la comunicación narrativa.

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o Juego: se construye una estructura en la que es más importante el disfrute del significante que los significados. El texto se construye sobre el postulado de una palabra lúdica y estética: no informa, no moraliza, no instruye (al menos, en sentido estricto), sino que propone jugar. Jugar con las contradicciones, con sus múltiples sentidos y sus infinitas lecturas. Esta noción de juego nos remite los postulados de la nueva narrativa, en donde el lector ocupa un lugar de privilegio en el circuito de la comunicación literaria. Basta con pensar en textos como Rayuela de Julio Cortázar para comprender este concepto. Y estos postulados nos remiten a la concepción de arte que propone la posmodernidad, caracterizada por la simultaneidad, la fragmentación y los cruces de códigos. El libro álbum se desarrolla en un contexto caracterizado por el avance de las nuevas tecnologías y por el afianzamiento de una cultura cada día más visual. La superposición de sentidos se asemeja a un hipertexto en el que el lector puede navegar, ir, venir, detenerse, avanzar, sin que ninguna de estas opciones debilite la capacidad significante del texto, ni sus posibilidades narrativas.

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ANEXOS

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ORIENTACIÓN PARA LA ELABORACIÓN DE PÓSTERS Un póster es un documento gráfico de gran tamaño que sirve para presentar un proyecto o los resultados de una investigación. Permite transmitir de modo rápido y claro las ideas centrales de un trabajo. Al aportar información fundamentalmente gráfica hace que la información sea atractiva y fácilmente legible. TAMAÑO Cada póster ocupará una superficie máxima de 120 cm. de alto x 90 cm. de ancho (formato vertical). APARTADOS Los pósteres deberán tener, dentro de lo posible, la estructura siguiente: � Título: Con

una extensión máxima de 1-2 líneas, deberá identificar con claridad y concisión el tema del trabajo, a la vez que permita atraer al público. � Autor/es,

entidad a la que pertenecen y forma de contacto: Podrían opcionalmente incluirse fotografías de los autores o de los centros e instituciones. � Información: Incluye

los datos recabados en la investigación. Se sugiere organizar el trabajo en las siguientes secciones: - Introducción (hipótesis y objetivos, presentación del tema): No debe ser muy larga y debe de evitarse el exceso de datos. Servirá para familiarizar al lector con el tema. Pueden usarse imágenes que contribuyan a resaltar el aspecto central trabajado. - Metodología: Debe describir someramente cómo se ha llevado a cabo la investigación, los materiales, documentación y métodos empleados, sin excesivo detalle. Debe ser breve. Pueden mencionarse las fuentes bibliográficas. - Resultados (desarrollo de los aspectos más relevantes de la investigación): Deben describirse los resultados obtenidos, definitivos o preliminares, mediante los datos necesarios. Pueden incluirse tablas o gráficas. Debería ser la sección más extensa. - Conclusiones: Es un resumen rápido del objetivo de la experiencia y de los resultados, evitando ser repetitivo y resaltando la importancia de la investigación desarrollada y de las posibles repercusiones y continuidad de la misma. RECOMENDACIONES � Programas: Existen muchas opciones diferentes para elaborar un póster, como pueden ser: - Microsoft PowerPoint o programas similares, como Impress de la serie Open Office: permiten seleccionar el tamaño y dar el formato a una imprenta para

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que lo imprima directamente. - Microsoft Publisher: permite dividir el póster en páginas A4 que puede imprimir uno mismo y superponer luego en el soporte definitivo. - Microsoft Excel: para crear gráficas que pueden exportarse a PowerPoint. - Los editores de texto, como Microsoft Word permiten crear unidades de texto en A4 que luego podrían montarse. � Tipografía y diseño: - El tamaño de fuente seleccionado deber permitir su lectura a 1-2 m. de distancia (incluidos los textos de las figuras), por lo que la tipografía empleada deberá tener una medida adecuada y un aspecto nítido. - No usar solamente letras en mayúsculas y usar tipos de letra sencillos con buena legibilidad. No es recomendable usar muchos tipos de letra ni de colores; generalmente con dos tipos es suficiente. - El título debe leerse bien desde lejos, con un tamaño mínimo de 36 puntos, y debe estar proporcionado con el tamaño del póster. - Los autores, su entidad y los encabezamientos de los apartados serán de menor tamaño que el título (por ejemplo, de unos 24-30 puntos). - El texto podría tener unos 20 puntos de tamaño, como mínimo. - Los apartados de bibliografía o agradecimientos pueden ir en un tamaño que no sea legible salvo a corta distancia, para no distraer de los apartados principales. - Utilizar la negrita para resaltar datos o información relevante, no para todo el texto. En lugar de subrayar suele preferirse usar la cursiva. - Se tendrá especial cuidado de la calidad de las imágenes, tablas, figuras, gráficos, etc. teniendo en cuenta los colores utilizados que deben contrastar para que se vea fácilmente. � Organización - La organización de la información debe ser clara y sencilla. Organizar la información en columnas facilita la lectura. El texto debe ordenarse alrededor de los gráficos que deberán incluir un pie de imagen identificativo. - Cada apartado o subapartado debe tener un encabezamiento o título para facilitar su organización y comprensión. � Contenido - Conviene que predominen las imágenes, tablas, figuras, gráficos, etc. (suele recomendarse que sean el 50% del póster) y centrarse en los puntos más importantes, escogiendo los aspectos más interesantes de los mismos. - No debería incluirse información que no sea importante o relevante, porque evita que el lector recuerde las ideas importantes que queremos transmitir. - Hay que cuidar la redacción y la ortografía. � Presentación El póster debe de entregarse sobre un cartón pluma para facilitar que sea colgado sobre un panel expositivo. EJEMPLOS A continuación se muestran algunos ejemplos de tipografías, con distintos ejemplos de tamaños, que pueden servir de orientación al verlos a cierta distancia:

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Letra de 72 puntos, negrita Letra de 48 puntos, negrita Letra de 36 puntos, negrita Este texto se lee desde lejos (36 puntos) Este texto no se lee muy bien cuesta leerlo desde lejos (18 puntos) Y este prácticamente no se lee ni se ve (12 puntos)

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LENGUAJE POÉTICO: PRINCIPALES RECURSOS ESTILÍSTICOS HIPÉRBOLE: es una exageración que obedece a una finalidad emocional o burlesca. Tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler, me duele hasta el aliento. Miguel Hernández PROSOPOPEYA: consiste en atribuir a seres inanimados cualidades propias de los seres animados, o atribuir a seres animados cualidades propias del hombre. En este último caso se conoce también como PERSONIFICACIÓN. El sol acariciaba su piel. ANTÍTESIS: consiste en contrastar dos realidades opuestas. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Pablo Neruda COMPARACIÓN: es la presentación de dos realidades o elementos entre los que establece una relación de semejanza mediante la presencia de un nexo o expresión comparativa (como, cual o expresiones equivalentes). Como un vuelo de piedra de luz encadenada desato mis caballo y anudo mi paciencia. Juan Gelman ALITERACIÓN: es la repetición de sonidos con el fin de provocar ciertos efectos auditivos que refuercen el sentido o de imitar algún sonido de la naturaleza. Sin tregua, la tormenta arremetió en frenéticos remolinos, rayos, truenos y relámpagos. La masa humana se apelmaza, y su bulto gravita, pesa con una amenaza de maza. Jorge Guillén ONOMATOPEYA: es la imitación de sonidos o ruidos. Se escuchaba el pío pío de los gorriones. PARONOMASIA: es la contraposición de palabras que tienen distintos significados pero sonidos semejantes. El amor... basto pero vano, vano pero basto. EPÍTETO: consiste en destacar una cualidad que es propia e inseparable del sustantivo al que se adjudica. blanca nieve salada mar ASÍNDETON: supresión, eliminación de conjunciones para que el enunciado sugiera rapidez. Acude, corre, vuela, traspasa el alta sierra, ocupa el llano. Fray Luis de León POLISÍNDETON: repetición de conjunciones para darle lentitud al enunciado. Ella busca, y revisa, y revuelve, y desordena, y vuelve a comenzar la búsqueda. ANÁFORA: repetición de una varias palabras al comienzo de varios versos o enunciados.

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Miro su desamparo en medio de la calle, miro la indiferencia de la gente, miro su islita negro de terror y de asombro. Rafael Morales HIPÉRBATON: alteración del orden lógico, tradicional, de las palabras en el enunciado. Volverán las oscuras golondrinas, en tu balcón sus nidos a colgar. Gustavo Adolfo Bécquer PARALELISMO: se produce cuando dos o más versos contiguos presentan la misma estructura sintáctica. He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas. Antonio Machado ENCABALGAMIENTO: continuidad sintáctica y de sentido entre un verso y el siguiente, cuyo efecto es la omisión de la pausa entre ambos versos. Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora... Almafuerte INTERROGACIÓN RETÓRICA: pregunta que no espera respuesta, sino que busca captar la atención del destinatario y enfatizar el mensaje. ¿Qué hallé en el fondo de tan dulce boca? ¿Que nada hay nuevo bajo el sol y es poca la miel de un beso para haberlo dado? Alfonsina Storni IMÁGENES SENSORIALES: expresiones relacionadas con la percepción mediante los sentidos. Pueden ser: visuales, auditivas, táctiles, olfativas o gustativas. La tierra estaba amarilla. Federico García Lorca SINESTESIA: cruce y fusión de impresiones que se perciben con sentidos diferentes. Dar al sueño cierto saber azul. Vicente Aleixandre METÁFORA: consiste en la identificación de dos elementos -de los cuales uno es el real, y otro, el evocado-. Toda metáfora es una comparación no expresa ya que no aparecen en ella nexos comparativos. Hay dos tipos de metáforas: - Metáfora impura: los dos términos que se asocian aparecen explícitos. La guitarra es un pozo Con viento en vez de agua. Gerardo Diego - Metáfora pura: el término real es suplantado por el término evocado Ríense la fuentes tirando perlas (perlas = gotas de agua) a las florecillas que están más cerca. Lope de Vega

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TESTIMONIAL Allí están, allí estaban las trashumantes nubes, la fácil desnudez del arroyo, la voz de la madera, los trigales ardientes, la amistad apacible de las piedras. Allí la sal, los juncos que se bañan, el melodioso sueño de los sauces, el trino de los astros, de los grillos, la luna recostada sobre el césped, el horizonte azul, ¡el horizonte! con sus briosos tordillos por el aire. ¡Pero no! Nos sedujo lo infecto, la opinión clamorosa de las cloacas, los vibrantes eructos de onda corta, el pasional engrudo, las circuncisas lenguas de cemento, los poetas de moco enternecido, los vocablos, las sombras sin remedio. (…)

TÓTEM ¿Merezco su presencia? ¿Me sacaré el sombrero? Bien plantado en la tierra, las nubes se enmarañan en sus duros cabellos. Me detengo y escucho. Sus millares de manos rasguean en el aire una canción de lluvia: “El clamor de lo verde”. Torna luego a la calma. Aunque vive tan alto que ignora mi existencia no quiero perturbarlo. ¡Quién pudiera decirme si es un dios o es un árbol!

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VISITA No estoy. No la conozco. No quiero conocerla. Me repugna lo hueco, la afición al misterio, el culto a la ceniza, a cuanto se disgrega. Jamás he mantenido contacto con lo inerte. Si de algo he renegado es de la indiferencia. No aspiro a transmutarme, ni me tienta el reposo. Todavía me intrigan el absurdo, la gracia. No estoy para lo inmóvil, para lo inhabitado. Cuando venga a buscarme, díganle: "se ha mudado".

USINA - Raúl González Muñón Hay gente que desde la acera contempla las siluetas negras, mira el ruido siempre igual de las poleas veloces y de los aceitados émbolos. (…) y de ese largo respirar de humo. Hay en el mundo banqueros braquicéfalos y jueces cornudos. Hay los que ya no creen en nada y los que esperan todo. Hay sí, la música sucia y amontonada de las usinas levantadas, vibrantes, en el riñón de las enormes ciudades. Unas no conocen domingos y no descansan jamás y a veces, como las madres, dan sus hijos para la guerra. Otras, como los hombres, devienen inservibles y miserables montón de tapias y de hierros inútiles en el riñón de las enormes ciudades. Otras descansan por la noche con el sueño pesado de los pobres, bajo las agrias lunas, entre el áspero viento, con algo de cárcel y de cementerio; y oyen con sus oídos llenos de polvo el ladrar de los perros. Es por los que viven en las usinas que yo siento pena. Es para esas usinas sordas, de oxidados soles, de gruesas lluvias que me ahoga este poema.

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La luna con gatillo, Raúl González Tuñón Es preciso que nos entendamos. Yo hablo de algo seguro y de algo posible. Seguro es que todos coman y vivan dignamente y es posible saber algún día muchas cosas que hoy ignoramos. Entonces, es necesario que esto cambie. (…) Todo sería maravilloso si cada cual viviera dignamente. Un poema no es una mesa, ni un pan, ni un muro, ni una silla, ni una bota. Con una mesa, con un pan, con un muro, con una silla, con una bota, no se puede cambiar el mundo. Con una carabina, con un libro, eso es posible. ¿Comprendéis por qué el poeta y el soldado pueden ser una misma cosa? He marchado detrás de los obreros lúcidos y no me arrepiento. Ellos saben lo que quieren y yo quiero lo que ellos quieren: la libertad, bien entendida. (…) Dadle al hombre todo lo que necesite. Las pesas para pesar, las medidas para medir, el pan ganado altivamente, la flor del aire, el dolor auténtico, la alegría sin una mancha.

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Tengo derecho al vino, al aceite, al Museo, a la Enciclopedia Británica, a un lugar en el ómnibus, a un parque abandonado, a un muelle, a una azucena, a salir, a quedarme, (…) No puedo cruzarme de brazos e interrogar ahora al vacío. Me rodean la indignidad y el desprecio; me amenazan la cárcel y el hambre. ¡No me dejaré sobornar! No. No se puede ser libre enteramente ni estrictamente digno ahora cuando el chacal está a la puerta esperando que nuestra carne caiga, podrida. Subiré al cielo, le pondré gatillo a la luna y desde arriba fusilaré al mundo, suavemente, para que esto cambie de una vez.

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Sucedidos/1 - Eduardo Galeano En los fogones de Paysandú10, el Mellado Iturria cuenta Sobre el autor… sucedidos. Los sucedidos sucedieron alguna vez, o casi sucedieron, o no sucedieron nunca, pero lo bueno que tienen es Eduardo Germán María Hughes que suceden cada vez que se cuentan. Galeano, conocido como Eduardo 11 Este es el triste sucedido del bagrecito del arroyo Galeano, es un periodista y escritor Negro. uruguayo, ganador del premio Stig Tenía bigotes de púas, era bizco y de ojos saltones. Dagerman. Está considerado como uno Nunca el Mellado había visto un pescado tan feo. El bagre venía de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana. Nació en pegado a sus talones desde la orilla del arroyo, y el Mellado no Montevideo el 3 de septiembre de conseguía espantarlo. Cuando llegó a las casas, con el bagre 1940. como sobra, ya se había resignado. Con el tiempo, le fue tomando cariño. El Mellado nunca había tenido un amigo sin patas. Desde el amanecer, el bagre lo acompañaba a ordeñar y a recorrer campo. A la caída de la tarde, tomaban mate juntos; y el bagre le escuchaba las confidencias. Los perro, celosos, lo miraban con rencor; la cocinera, con malas intenciones. El mellado pensó ponerle nombre, para tener cómo llamarlo y hacerlo respetar, pero no conocía ningún nombre de pescado, y ponerle Sinforoso o Hermenegildo podía caerle mal a Dios. No le quitaba un ojo de encima. El bagre tenía una notoria tendencia a las diabluras. Aprovechaba cualquier descuido y se iba a espantar a las gallinas o a provocar a los perros: - Comportesé – le decía el Mellado. Una mañana de mucho calor, que andaban las lagartijas con sombrilla y el bagrecito abanicándose a todo dar con las aletas, el Mellado tuvo la idea fatal: - Vamos a bañarnos en el arroyo – propuso. Y allá fueron. El bagre se ahogó.

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CONTINUIDAD DE LOS PARQUES, Julio Cortázar Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas;

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Departamento del Uruguay, al noroeste del país. Diminutivo de bagre, pez de cuatro a ocho centímetros de longitud. Abunda en muchos ríos de América. Tiene color pardo en los lados y blanco en la zona del vientre, sin escamas. Su cabeza es muy grande, el hocico, obtuso y posee barbillas. Su carne amarillenta es sabrosa y con pocas espinas. 11

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la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza Julio Florencio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914 en Bruselas, Bélgica. A los descansaba cómodamente en el terciopelo del alto cuatro años se trasladó a Argentina con sus respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la padres (residentes en ese tiempo en Suiza), mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del Julio José Cortázar y María Herminia atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido Descotte, pasando su infancia en Bánfiel. El por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia padre (de quien Julio no quiso nunca saber las imágenes que se concertaban y adquirían color y nada) abandona a su mujer y a sus dos hijos. Julio se cría con su madre, una tía, su movimiento, fue testigo del último encuentro en la abuela y su hermana Ofelia, un año menor cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; que él. ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el Se recibió como maestro de escuela y chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella traductor en la Universidad de Buenos la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no Aires y trabajó en varios pueblos de había venido para repetir las ceremonias de una pasión Argentina como docente: fue maestro de secreta, protegida por un mundo de hojas secas y bachillerato en Bolívar y Chivilcoy (19371944); enseñó literatura francesa en la senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y Universidad de Cuyo (1944-1945) debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante renunciando a ésta por su postura contraria corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se al peronismo; formó parte de la Cámara sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta Argentina del Libro en Buenos Aires de esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como 1946 a 1948 y fue traductor independiente queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban en Argentina de 1948 a 1951, año en que abominablemente la figura de otro cuerpo que era se mudó a París, Francia, donde fijó definitivamente su residencia y se ocupó necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, como traductor de la UNESCO, viajando azares, posibles errores. A partir de esa hora cada continuamente por toda Europa y fuera de instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El ella mientras desarrollaba una brillante y doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que prolífica carrera literaria, iniciada dos años una mano acariciara una mejilla. Empezaba a antes con la publicación de su libro Los anochecer. Reyes. El 12 de febrero de 1984 Julio Cortázar Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los muere de leucemia en París. esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella Sin duda es una de los máximos debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda exponentes de las nuevas tendencias de la opuesta él se volvió un instante para verla correr con el narrativa hispanoamericana. pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. La luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Sobre el autor…

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LEJANA - Julio Cortázar Diario de Alina Reyes 12 de enero Anoche fue otra vez, yo tan cansada de pulseras y farándulas, de pink champagne y la cara Renato Viñes, oh esa cara de foca balbuciante, de retrato de Doran Gray a lo último. Me acosté con gusto a bombón de menta, al Boogie del Banco Rojo, a mamá bostezada y cenicienta (como queda ella a la vuelta de las fiestas, cenicienta y durmiéndose, pescado enormísimo y tan no ella.) Nora que dice dormirse con luz, con bulla, entre las urgidas crónicas de su hermana a medio desvestir. Qué felices son, yo apago las luces y las manos, me desnudo a gritos de lo diurno y moviente, quiero dormir y soy una horrible campana resonando, una ola, la cadena que Rex arrastra toda la noche contra los ligustros. Now I lay me down to sleep... Tengo que repetir versos, o el sistema de buscar palabras con a, después con a y e, con las cinco vocales, con cuatro. Con dos y una consonante (ala, ola), con tres consonantes y una vocal (tras, gris) y otra vez versos, la luna bajó a la fragua con su polisón de nardos, el niño la mira mira, el niño la está mirando. Con tres y tres alternadas, cábala, laguna, animal; Ulises, ráfaga, reposo. Así paso horas: de cuatro, de tres y dos, y más tarde palíndromos. Los fáciles, salta Lenin el Atlas; amigo, no gima; los más difíciles y hermosos, átate, demoníaco Caín o me delata; Anás usó tu auto Susana. O los preciosos anagramas: Salvador Dalí, Avida Dollars; Alina Reyes, es la reina y... Tan hermoso, éste, porque abre un camino, porque no concluye. Porque la reina y... No, horrible. Horrible porque abre camino a esta que no es la reina, y que otra vez odio de noche. A esa que es Alina Reyes pero no la reina del anagrama; que será cualquier cosa, mendiga en Budapest, pupila de mala casa en Jujuy o sirvienta en Quetzaltenango, cualquier lejos y no reina. Pero sí Alina Reyes y por eso fue otra vez, sentirla y el odio. 20 de enero A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan. Puedo solamente odiarla tanto, aborrecer las manos que la tiran al suelo y también a ella, a ella toda vía más porque le pegan, porque soy yo y le pegan. Ah, no me desespera tanto cuando estoy durmiendo o corto un vestido o son las horas de recibo de mamá y yo sirvo el té a la señora de Regules o al chico de los Rivas. Entonces me importa menos, es un poco cosa personal, yo conmigo; la siento más dueña de su infortunio, lejos y sola pero dueña. Que sufra, que se hiele; yo aguanto desde aquí, y creo que entonces la ayudo un poco. Como hacer vendas para un soldado que todavía no ha sido herido y sentir eso de grato, que se le está aliviando desde antes, previsoramente. Que sufra. Le doy un beso a la señora de Regules, el té al chico de los Rivas, y me reservo para resistir por dentro. Me digo: «Ahora estoy cruzando un puente helado, ahora la nieve me entra por los zapatos rotos». No es que sienta nada. Sé solamente que es así, que en algún lado cruzo un puente en el instante mismo (pero no sé si es el instante mismo) en que el chico de los Rivas me acepta el té y pone su mejor cara de tarado. Y aguanto bien porque estoy sola entre esas gentes sin sentido, y no me desespera tanto. Nora se quedó anoche como tonta, dijo: « ¿Pero qué te pasa?». Le pasaba a aquella, a mí tan lejos. Algo horrible debió pasarle, le pegaban o se sentía enferma y justamente cuando Nora iba a cantar a Fauré y yo en el piano, mirándolo tan feliz a Luis María acodado en la cola que le hacía como un marco, él mirándome contento con cara de perrito, esperando oír los arpegios, los dos tan cerca y tan queriéndonos. Así es peor, cuando conozco algo nuevo sobre ella y justo estoy bailando con Luis María, besándolo o solamente cerca de Luis María. Porque a mí, a la lejana, no la quieren. Es la parte que no quieren y cómo no me va a

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desgarrar por dentro sentir que me pegan o la nieve me entra por los zapatos cuando Luis María baila conmigo y su mano en la cintura me va subiendo como un calor a mediodía, un sabor a naranjas fuertes o tacuaras chicoteadas, y a ella le pegan y es imposible resistir y entonces tengo que decirle a Luis María que no estoy bien, que es la humedad, humedad entre esa nieve que no siento, que no siento y me está entrando por los zapatos. 25 de enero Claro, vino Nora a verme y fue la escena. «M'hijita, la última vez que te pido que me acompañes al piano. Hicimos un papelón». Qué sabía yo de papelones, la acompañé como pude, me acuerdo que la oía con sordina. Votre âme est un paysage choisi... pero me veía las manos entre las teclas y parecía que tocaban bien, que acompañaban honestamente a Nora. Luis María también me miró las manos, el pobrecito, yo creo que era porque no se animaba a mirarme la cara. Debo ponerme tan rara. Pobre Norita, que la acompañe otra. (Esto parece cada vez más un castigo, ahora sólo me conozco allá cuando voy a ser feliz, cuando soy feliz, cuando Nora canta Fauré me conozco allá y no queda más que el odio). Noche A veces es ternura, una súbita y necesaria ternura hacia la que no es reina y anda por ahí. Me gustaría mandarle un telegrama, encomiendas, saber que sus hijos están bien o que no tiene hijos -porque yo creo que allá no tengo hijos- y necesita confortación, lástima, caramelos. Anoche me dormí confabulando mensajes, puntos de reunión. Estaré jueves stop espérame puente. ¿Qué puente? Idea que vuelve como vuelve Budapest donde habrá tanto puente y nieve que rezuma. Entonces me enderecé rígida en la cama y casi aúllo, casi corro a despertar a mamá, a morderla para que se despertara. Nada más que por pensar. Todavía no es fácil decirlo. Nada más que por pensar que yo podría irme ahora mismo a Budapest, si realmente se me antojara. O a Jujuy, a Quetzaltenango. (Volví a buscar estos nombres páginas atrás). No valen, igual sería decir Tres Arroyos, Kobe, Florida al cuatrocientos. Sólo queda Budapest porque allí es el frío, allí me pegan y me ultrajan. Allí (lo he soñado, no es más que un sueño, pero cómo adhiere y se insinúa hacia la vigilia) hay alguien que se llama Rod -o Erod, o Rodo- y él me pega y yo lo amo, no sé si lo amo pero me dejo pegar, eso vuelve de día en día, entonces es seguro que lo amo. Más tarde Mentira. Soñé a Rod o lo hice con una imagen cualquiera de sueño, ya usada y a tiro. No hay Rod, a mí me han de castigar allá, pero quién sabe si es un hombre, una madre furiosa, una soledad. Ir a buscarme. Decirle a Luis María: «Casémonos y me llevas a Budapest, a un puente donde hay nieve y alguien». Yo digo: ¿y si estoy? (Porque todo lo pienso con la secreta ventaja de no querer creerlo a fondo. ¿Y si estoy?). Bueno, si estoy... Pero solamente loca, solamente... ¡Qué luna de miel! 28 de enero Pensé una cosa curiosa. Hace tres días que no me viene nada de la lejana. Tal vez ahora no le pegan, o no pudo conseguir abrigo. Mandarle un telegrama, unas medias... Pensé una cosa curiosa. Llegaba a la terrible ciudad y era de tarde, tarde verdosa y ácuea como no son nunca las tardes si no se las ayuda pensándolas. Por el lado de la Dobrina Stana, en la perspectiva Skorda, caballos erizados de estalagmitas y polizontes rígidos, hogazas humeantes y flecos de viento ensoberbeciendo las ventanas Andar por la Dobrina con paso de turista, el mapa en el bolsillo de mi sastre azul (con ese frío y dejarme el abrigo en el Burglos), hasta una

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plaza contra el río, casi en encima del río tronante de hielos rotos y barcazas y algún martín pescador que allá se llamará sbunáia tjéno o algo peor. Después de la plaza supuse que venía el puente. Lo pensé y no quise seguir. Era la tarde del concierto de Elsa Piaggio de Tarelli en el Odeón, me vestí sin ganas sospechando que después me esperaría el insomnio. Este pensar de noche, tan noche... Quién sabe si no me perdería. Una inventa nombres al viajar pensando, los recuerda en el momento: Dobrina Stana, sbunáia tjéno, Burglos. Pero no sé el nombre de la plaza, es como si de veras hubiera llegado a una plaza de Budapest y estuviera perdida por no saber su nombre; ahí donde un nombre es una plaza. Ya voy, mamá. Llegaremos bien a tu Bach y a tu Brahms. Es un camino tan simple. Sin plaza, sin Burglos. Aquí nosotras, allá Elsa Piaggio. Qué triste haberme interrumpido, saber que estoy en una plaza (pero esto ya no es cierto, solamente lo pienso y eso es menos que nada). Y que al final de la plaza empieza el puente. Noche Empieza, sigue. Entre el final del concierto y el primer bis hallé su nombre y el camino. La plaza Vladas, el puente de los mercados. Por la plaza Vladas seguí hasta el nacimiento del puente, un poco andando y queriendo a veces quedarme en casas o vitrinas, en chicos abrigadísimos y fuentes con altos héroes de emblanquecidas pelerinas, Tadeo Alanko y Vladislas Néroy, bebedores de tokay y cimbalistas. Yo veía saludar a Elsa Piaggio entre un Chopin y otro Chopin. pobrecita, y de mi platea se salía abiertamente a la plaza, con la entrada del puente entre vastísimas columnas. Pero esto yo lo pensaba, ojo, lo mismo que anagramar es la reina y... en vez de Alina Reyes, o imaginarme a mamá en casa de los Suárez y no a mi lado. Es bueno no caer en la sonsera: eso es cosa mía, nada más que dárseme la gana, la real gana. Real porque Alina, vamos -no lo otro, no el sentirla tener frío o que la maltratan. Esto se me antoja y lo sigo por gusto, por saber adónde va, para enterarme si Luis María me lleva a Budapest, si nos casamos y le pido que me lleve a Budapest. Más fácil salir a buscar ese puente, salir en busca mía y encontrarme como ahora porque ya he andado la mitad del puente entre gritos y aplausos, entre « ¡Álbeniz!» y más aplausos y « ¡La polonesa!», como si esto tuviera sentido entre la nieve arriscada que me empuja con el viento por la espalda, manos de toalla de esponja llevándome por la cintura hacia el medio del puente. (Es más cómodo hablar en presente. Esto era a las ocho, cuando Elsa Piaggio tocaba el tercer bis, creo que Julián Aguirre o Carlos Guastavino, algo con pasto y pajaritos). Pero me he vuelto canalla con el tiempo, ya no le tengo respeto. Me acuerdo que un día pensé: «Allá me pegan, allá la nieve me entra por los zapatos y esto lo sé en el momento, cuando me está ocurriendo allá yo lo sé al mismo tiempo. ¿Pero por qué al mismo tiempo? A lo mejor me llega tarde, a lo mejor no ha ocurrido todavía. A lo mejor le pegarán dentro de catorce años, o ya es una cruz y una cifra en el cementerio de Santa Úrsula. Y me parecía bonito, posible, tan idiota. Porque detrás de eso una siempre cae en el tiempo parejo. Si ahora ella estuviera realmente entrando en el puente, sé que lo sentiría ya mismo y desde aquí. Me acuerdo que me paré a mirar el río que estaba sonando y chicoteando. (Esto yo lo pensaba). Valía asomarse al parapeto del puente y sentir en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Valía quedarse un poco por la vista, un poco por el miedo que me venía de adentro -o era el desabrigo, la nevisca deshecha y mi tapado en el hotel-. Y después que yo soy modesta, soy una chica sin humos, pero vengan a decirme de otra que le haya pasado lo mismo, que viaje a Hungría en pleno Odeón. Eso le da frío a cualquiera, che, aquí o en Francia. Pero mamá me tironeaba la manga, ya casi no había gente en la platea. Escribo hasta ahí, sin ganas de seguir acordándome de lo que pensé. Me va a hacer mal si sigo acordándome. Pero es cierto, cierto; pensé una cosa curiosa.

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30 de enero Pobre Luis María, qué idiota casarse conmigo. No sabe lo que se echa encima. O debajo, como dice Nora que posa de emancipada intelectual. 31 de enero Iremos allá. Estuvo tan de acuerdo que casi grito. Sentí miedo, me pareció que él entra demasiado fácilmente en este juego. Y no sabe nada, es como el peoncito de dama que remata la partida sin sospecharlo. Peoncito Luis María, al lado de su reina. De la reina y 7 de febrero A curarse. No escribiré el final de lo que había pensado en el concierto. Anoche la sentí sufrir otra vez. Sé que allá me estarán pegando de nuevo. No puedo evitar saberlo, pero basta de crónica. Si me hubiese limitado a dejar constancia de eso por gusto, por desahogo... Era peor, un deseo de conocer al ir releyendo; de encontrar claves en cada palabra tirada al papel después de tantas noches. Como cuando pensé la plaza, el río roto y los ruidos, y después... Pero no lo escribo, no lo escribiré ya nunca. Ir allá a convencerme de que la soltería me dañaba, nada más que eso, tener veintisiete años y sin hombre. Ahora estará bien mi cachorro, mi bobo, basta de pensar, a ser al fin y para bien. Y sin embargo, ya que cerraré este diario, porque una o se casa o escribe un diario, las dos cosas no marchan juntas - ya ahora no me gusta salirme de él sin decir esto con alegría de esperanza, con esperanza de alegría. Vamos allá pero no ha de ser como lo pensé la noche del concierto. (Lo escribo, y basta de diario para bien mío). En el puente la hallaré y nos miraremos. La noche del concierto yo sentía en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Y será la victoria de la reina sobre esa adherencia maligna, esa usurpación indebida y sorda. Se doblegará si realmente soy yo, se sumará a mi zona iluminada, más bella y cierta; con sólo ir a su lado y apoyarle una mano en el hombro.

Alina Reyes de Aráoz y su esposo llegaron a Budapest el 6 de abril y se alojaron en el Ritz. Eso era dos meses antes de su divorcio. En la tarde del segundo día Alina salió a conocer la ciudad y el deshielo. Como le gustaba caminar sola -era rápida y curiosa- anduvo por veinte lados buscando vagamente algo, pero sin proponérselo demasiado, dejando que el deseo escogiera y se expresara con bruscos arranques que la llevaban de una vidriera a otra, cambiando aceras y escaparates. Llegó al puente y lo cruzó hasta el centro andando ahora con trabajo porque la nieve se oponía y del Danubio crece un viento de abajo, difícil, que engancha y hostiga. Sentía como la pollera se le pegaba a los muslos (no estaba bien abrigada) y de pronto un deseo de dar vuelta, de volverse a la ciudad conocida. En el centro del puente desolado la harapienta mujer de pelo negro y lacio esperaba con algo fijo y ávido en la cara sinuosa, en el pliegue de las manos un poco cerradas pero ya tendiéndose. Alina estuvo junto a ella repitiendo, ahora lo sabía, gestos y distancias como después de un ensayo general. Sin temor, liberándose al fin -lo creía con un salto terrible de júbilo y frío- estuvo junto a ella y alargó también las manos, negándose a pensar, y la mujer del puente se apretó contra su pecho y las dos se abrazaron rígidas y calladas en el puente, con el río trizado golpeando en los pilares. A Alina le dolió el cierre de la cartera que la fuerza del abrazo le clavaba entre los senos con una laceración dulce, sostenible. Ceñía a la mujer delgadísima, sintiéndola entera y absoluta dentro de su abrazo, con un crecer de felicidad igual a un himno, a un soltarse de palomas, al río cantando. Cerró los ojos en la fusión total, rehuyendo las sensaciones de fuera, la luz crepuscular; repentinamente tan cansada, pero segura de

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su victoria, sin celebrarlo por tan suyo y por fin. Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose. --------------------------------------------------------------

No se culpe a nadie - Julio Cortázar El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. Por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tontería de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendría que salir fácilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente

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salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahí arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridículo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izquierda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, aunque su mano izquierda le duela cada vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin

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fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fría, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos. --------------------------------------------------------------

INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA - Julio Cortázar

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en ‚este descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso. --------------------------------------------------------------

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PREÁMBULO A LAS INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ - Julio Cortázar Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan — no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

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INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ - Julio Cortázar Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

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EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO Gabriel García Márquez Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado. Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte

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estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo. No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los pocos muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos. Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando el ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de otros ahogados de mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación. No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un buen pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquel era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró: - Tiene cara de llamarse Esteban. Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jóvenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber

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qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de la casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo “siéntese aquí, Esteban, hágame favor”, y él recostado contra las paredes, sonriendo, “no se preocupe, señora, así estoy bien”, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas la visitas, “no se preocupe, señora, así estoy bien”, sólo para no pasar la vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que quienes le decían “no te vayas, Esteban, espérate siquiera que hierva el café”, eran los mismos que después susurraban “ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso”. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, alentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas. - ¡Bendito sea Dios –suspiraron-: es nuestro! Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas estorbando por aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharle una pulsera de orientación, y al cabo de tanto “quítate de ahí, mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto”, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta indolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento. Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamaya en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado, ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, “en serio, me hubiera amarrado yo mismo un áncora de galeón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa por los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo”. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta esos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban. Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no

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creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le dieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron la necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro “ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso”, porque ellos iban a pintar la fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que en los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas, “miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir bajo las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde mirar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban”. --------------------------------------------------------------

La culpa es de los tlaxcaltecas -

Elena Garro

Nacha oyó que llamaban en la puerta de la cocina y se quedó quieta. Cuando volvieron a insistir abrió con sigilo y miró la noche. La señora Laura apareció con un dedo en los labios en señal de silencio. Todavía llevaba el traje blanco quemado y sucio de tierra y sangre. —¡Señora!... —suspiró Nacha. La señora Laura entró de puntillas y miró con ojos interrogantes a la cocinera. Luego, confiada, se sentó junto a la estufa y miró su cocina como si no la hubiera visto nunca. —Nachita, dame un cafecito... Tengo frío. —Señora, el señor... el señor la va a matar. Nosotros ya la dábamos por muerta. —¿Por muerta? Laura miró con asombro los mosaicos blancos de la cocina, subió las piernas sobre la silla, se abrazó las rodillas y se quedó pensativa. Nacha puso a hervir el agua para hacer el café y miró de reojo a su patrona; no se le ocurrió ni una palabra más. La señora recargó la cabeza sobre las rodillas, parecía muy triste. —¿Sabes, Nacha? La culpa es de los tlaxcaltecas. Nacha no contestó, prefirió mirar el agua que no hervía. Afuera la noche desdibujaba a las rosas del jardín y ensombrecía a las higueras. Muy atrás de las ramas brillaban las ventanas iluminadas de las casas vecinas. La cocina estaba separada del mundo por un muro invisible de tristeza, por un compás de espera.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —¿No estás de acuerdo, Nacha? —Sí, señora... —Yo soy como ellos: traidora... —dijo Laura con melancolía. La cocinera se cruzó de brazos en espera de que el agua soltara sus hervores. —¿Y tú, Nachita, eres traidora? La miró con esperanzas. Si Nacha compartía su calidad traidora, la entendería, y Laura necesitaba que alguien la entendiera esa noche. Nacha reflexionó unos instantes, se volvió a mirar el agua que empezaba a hervir con estrépito, la sirvió sobre el café y el aroma caliente la hizo sentirse a gusto a cerca de su patrona. —Sí, yo también soy traicionera, señora Laurita. Contenta, sirvió el café en una tacita blanca, le puso dos cuadritos de azúcar y lo colocó en la mesa, frente a la señora. Esta, ensimismada, dio unos sorbitos. —¿Sabes, Nachita? Ahora sé por qué tuvimos tantos accidentes en el famoso viaje a Guanajuato. En Mil Cumbres se nos acabó la gasolina. Margarita se asustó porque ya estaba anocheciendo. Un camionero nos regaló una poquita para llegar a Morelia. En Cuitzeo, al cruzar el puente blanco, el coche se paró de repente. Margarita se disgustó conmigo, ya sabes que le dan miedo los caminos vacíos y los ojos de los indios. Cuando pasó un coche lleno de turistas, ella se fue al pueblo a buscar un mecánico y yo me quedé en la mitad del puente blanco, que atraviesa el lago seco con fondo de lajas blancas. La luz era muy blanca y el puente, las lajas y el automóvil empezaron a flotar en ella. Luego la luz se partió en varios pedazos para convertirse en miles de puntitos y empezó a girar hasta que se quedó fija como un retrato. El tiempo había dado la vuelta completa, como cuando ves una tarjeta postal y luego la vuelves para ver lo que hay escrito atrás. Así llegué en el lago de Cuitzeo, hasta la otra niña que fui. La luz produce esas catástrofes, cuando el sol se vuelve blanco y uno está en el mismo centro de sus rayos. Los pensamientos también se vuelven mil puntitos, y uno sufre vértigo. Yo, en ese momento, miré el tejido de mi vestido blanco y en ese instante oí sus pasos. No me asombré. Levanté los ojos y lo vi venir. En ese instante, también recordé la magnitud de mi traición, tuve miedo y quise huir. Pero el tiempo se cerró alrededor de mí, se volvió único y perecedero y no pude moverme del asiento del automóvil. “Alguna vez te encontrarás frente a tus acciones convertidas en piedras irrevocables como ésa”, me dijeron de niña al enseñarme la imagen de un dios, que ahora no recuerdo cuál era. Todo se olvida, ¿verdad Nachita?, pero se olvida sólo por un tiempo. En aquel entonces también las palabras me parecieron de piedra, sólo que de una piedra fluida y cristalina. La piedra se solidificaba al terminar cada palabra, para quedar escrita para siempre en el tiempo. ¿No eran así las palabras de tus mayores? Nacha reflexionó unos instantes, luego asintió convencida. —Así eran, señora Laurita. —Lo terrible es, lo descubrí en ese instante, que todo lo increíble es verdadero. Allí venía él, avanzando por la orilla del puente, con la piel ardida por el sol y el peso de la derrota sobre los hombros desnudos. Sus pasos sonaban como hojas secas. Traía los ojos brillantes. Desde lejos me llegaron sus chispas negras y vi ondear sus cabellos negros en medio de la luz blanquísima del encuentro. Antes de que pudiera evitarlo lo tuve frente a mis ojos. Se detuvo, se cogió de la portezuela del coche y me miró. Tenía una cortada en la mano izquierda, los cabellos llenos de polvo, y por la herida del hombro le escurría una sangre tan roja, que parecía negra. No me dijo nada. Pero yo supe que iba huyendo, vencido. Quiso decirme que yo merecía la muerte, y al mismo tiempo me dijo que mi muerte ocasionaría la suya. Andaba malherido, en busca mía. —La culpa es de los tlaxcaltecas —le dije. Él se volvió a mirar al cielo. Después recogió otra vez sus ojos sobre los míos. —¿Qué te haces? —me preguntó con su voz profunda. No pude decirle que me había casado, porque estoy casada con él. Hay cosas que no se pueden decir, tú lo sabes, Nachita. —¿Y los otros? —le pregunté.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —Los otros salieron vivos andan en las mismas trazas que yo —vi que cada palabra le lastimaba la lengua y me callé, pensando en la vergüenza de mi traición. —Ya sabes que tengo miedo y que por eso traiciono... —Ya lo sé —me contestó y agachó la cabeza. Me conoce desde chica, Nacha. Su padre y el mío eran hermanos y nosotros primos. Siempre me quiso, al menos eso dijo y así lo creímos todos. En el puente yo tenía vergüenza. La sangre le seguía corriendo por el pecho. Saqué un pañuelito de mi bolso y sin una palabra, empecé a limpiársela. También yo siempre lo quise, Nachita, porque él es lo contrario de mí: no tiene miedo y no es traidor. Me cogió la mano y me la miró. —Está muy desteñida, parece una mano de ellos —me dijo. —Hace tiempo que no me pega el sol —bajó los ojos y me dejó caer la mano. Estuvimos así, en silencio, oyendo correr la sangre sobre su pecho. No me reprochaba nada, bien sabe de lo que soy capaz. Pero los hilitos de su sangre escribían sobre su pecho que su corazón seguía guardando mis palabras y mi cuerpo. Allí supe, Nachita, que el tiempo y el amor son uno solo. —¿Y mi casa? —le pregunté. —Vamos a verla —me agarró con su mano caliente, como agarraba a su escudo y me di cuenta de que no lo llevaba. Lo perdió en la huida, me dije, y me dejé llevar. Sus pasos sonaban en la luz de Cuitzeo iguales que en la otra luz: sordos y apacibles. Caminamos por la ciudad que ardía en las orillas del agua. Cerré los ojos. Ya te dije, Nacha, que soy cobarde. O tal vez el humo y el polvo me sacaron lágrimas. Me senté en una piedra y me tapé la cara con las manos. —Yo no camino... —le dije. —Ya llegamos —me contestó. Se puso en cuclillas junto a mí y con la punta de los dedos acarició mi vestido blanco. —Si no quieres ver cómo quedó, no lo veas —me dijo quedito. Su pelo negro me hacía sombra. No estaba enojado, nada más estaba triste. Antes nunca me hubiera atrevido a besarlo, pero ahora he aprendido a no tenerle respeto al hombre, y me abracé a su cuello y lo besé en la boca. —Siempre has estado en la alcoba más preciosa de mi pecho —me dijo. Agachó la cabeza y miró la tierra llena de piedras secas. Con una de ellas dibujó dos rayitas paralelas, que prolongó hasta que se juntaron y se hicieron una sola. —Somos tú y yo —me dijo sin levantar la vista. Yo, Nachita, me quedé sin palabras. —Ya falta poco para que se acabe el tiempo y seamos uno solo... por eso te andaba buscando —se me había olvidado, Nacha, que cuando se gaste el tiempo, los dos hemos de quedarnos el uno en el otro, para entrar en el tiempo verdadero convertidos en uno solo. Cuando me dijo eso lo miré a los ojos. Antes sólo me atrevía a mirárselos cuando me tomaba, pero ahora, como ya te dije, he aprendido a no respetar los ojos del hombre. También es cierto que no quería ver lo que sucedía a mi alrededor... soy muy cobarde. Recordé los alaridos y volví a oírlos: estridentes, llameantes en mitad de la mañana. También oí los golpes de las piedras y las vi pasar zumbando sobre mi cabeza. Él se puso de rodillas frente a mí y cruzó los brazos sobre mi cabeza para hacerme un tejadito. —Este es el final del hombre —dije. —Así es —contestó con su voz encima de la mía. Y me vi en sus ojos y en su cuerpo. ¿Sería un venado el que me llevaba hasta su ladera? ¿O una estrella que me lanzaba a escribir señales en el cielo? Su voz escribió signos de sangre en mi pecho y mi vestido blanco quedó rayado con un tigre rojo y blanco. —A la noche vuelvo, espérame... —suspiró. Agarró su escudo y me miró desde muy arriba. —Nos falta poco para ser uno —agregó con su misma cortesía. Cuando se fue, volví a oír los gritos del combate y salí corriendo en medio de la lluvia de piedras y me perdí hasta el coche parado en el puente del Lago de Cuitzeo.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —¿Qué pasa? ¿Estás herida? —me gritó Margarita cuando llegó. Asustada, tocaba la sangre de mi vestido blanco y señalaba la sangre que tenía en los labios y la tierra que se había metido en mis cabellos. Desde otro coche, el mecánico de Cuitzeo me miraba con sus ojos muertos. —¡Esos indios salvajes!... ¡No se puede dejar sola a una señora! —dijo al saltar de su automóvil, dizque para venir a auxiliarme. Al anochecer llegamos a la ciudad de México. ¡Cómo había cambiado, Nachita, casi no pude creerlo! A las doce del día todavía estaban los guerreros y ahora ya ni huella de su paso. Tampoco quedaban escombros. Pasamos por el Zócalo silencioso y triste; de la otra plaza, no quedaba ¡nada! Margarita mi miraba de reojo. Al llegar a la casa nos abriste tú. ¿Te acuerdas? Nacha asintió con la cabeza. Era muy cierto que hacía apenas dos meses escasos que la señora Laurita y su suegra habían ido a pasear a Guanajuato. La noche en que volvieron, Josefina la recamarera y ella, Nacha, notaron la sangre en el vestido y los ojos ausentes de la señora, pero Margarita, la señora grande, les hizo señas de que se callaran. Parecía muy preocupada. Más tarde Josefina le contó que en la mesa el señor se le quedó mirando malhumorado a su mujer y le dijo: —¿Por qué no te cambiaste? ¿Te gustas recordar lo malo? La señora Margarita, su mamá, ya le había contado lo sucedido y le hizo una seña como diciéndole: “¡Cállate, tenle lástima!” la señora Laurita no contestó; se acarició los labios y sonrió ladina. Entonces el señor, volvió a hablar del presidente López Mateos. —Ya sabes que ese nombre no se le cae de la boca —había comentado Josefina, desdeñosamente. En sus adentros ellas pensaban que la señora Laurita se aburría oyendo hablar siempre del señor presidente y de las visitas oficiales. —¡Lo que son las cosas, Nachita, yo nunca había notado lo que me aburría con Pablo hasta esa noche! —comentó la señora abrazándose con cariño las rodillas y dándoles súbitamente la razón a Josefina y a Nachita. La cocinera se cruzó de brazos y asintió con la cabeza. —Desde que entré en la casa, los muebles, los jarrones y los espejos se me vinieron encima y me dejaron más triste de lo que venía. ¿Cuántos días, cuántos años tendré que esperar todavía para que mi primo venga a buscarme? Así me dije y me arrepentí de mi traición. Cuando estábamos cenando me fijé en que Pablo no hablaba con palabras sino con letras. Y me puse a contarlas mientras le miraba la boca gruesa y el ojo muerto. De pronto se calló. Ya sabes que se le olvida todo. Se quedó con los brazos caídos. “Este marido nuevo no tiene memoria y no sabe más que las cosas de cada día.” —Tienes un marido turbio y confuso —me dijo él volviendo a mirar las manchas de mi vestido. La pobre de mi suegra se turbó y como estábamos tomando el café se levantó a poner un twist. —Para que se animen —nos dijo, dizque sonriendo, porque veía venir el pleito. Nosotros nos quedamos callados. La casa se llenó de ruidos. Yo miré a Pablo. ‘Se parece a...’ y no me atreví a decir su nombre, por miedo a que me oyeran el pensamiento. Es verdad que se le parece, Nacha. A los dos les gusta el agua y las casa frescas. Los dos miran al cielo por las tardes y tienen el pelo negro y los dientes blancos. Pero Pablo habla a saltitos, se enfurece por nada y pregunta a cada instante: ¿En qué piensas? Mi primo marido no hace ni dice nada de eso. —¡Muy cierto! ¡Muy cierto que el señor es fregón! —dijo Nacha con disgusto. Laura suspiró y miró a su cocinera con alivio. Menos mal que la tenía de confidente. —Por la noche, mientras Pablo me besaba, yo me repetía: “¿A qué horas vendrá a buscarme?” Y casi lloraba al recordar la sangre de la herida que tenía en el hombro. Tampoco podía olvidar los brazos cruzados sobre mi cabeza para hacerme un tejadito. Al mismo tiempo tenía miedo de que Pablo notara que mi primo me había besado en la mañana. Pero no notó nada y si no hubiera sido por Josefina que me asustó en la mañana, Pablo nunca lo hubiera sabido. Nachita estuvo de acuerdo. Esa Josefina con su gusto por el escándalo tenía la culpa de todo. Ella, Nacha, bien se lo dio: “¡Cállate! ¡Cállate por el amor de Dios, si no oyeron nuestros gritos por algo

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz sería!” Pero, qué esperanzas, Josefina apenas entró a la pieza de los patrones con la bandeja del desayuno, soltó lo que debería haber callado. —¡Señora, anoche un hombre estuvo espiando por la ventana de su cuarto! ¡Nacha y yo gritamos y gritamos! —No oímos nada... —dijo el señor asombrado. —¡Es él...! —gritó la tonta de la señora. —¿Quién es él? —preguntó el señor mirando a la señora como si la fuera a matar. Al menos eso dijo Josefina después. La señora asustadísima se tapó la boca con la mano y cuando el señor le volvió a hacer la misma pregunta, cada vez con más enojo, ella contestó: —El indio... el indio que me siguió desde Cuitzeo hasta la ciudad de México. Así supo Josefina del indio y así se lo contó a Nachita. —¡Hay que avisarle inmediatamente a la policía! —gritó el señor. Josefina le enseñó la ventana por la que el desconocido había estado fisgando y Pablo la examinó con atención: en el alféizar había huellas de sangre casi frescas. —Está herido... —dijo el señor Pablo preocupado. Dio unos pasos por la recámara y se detuvo frente a su mujer. —Era un indio, señor —dijo Josefina corroborando las palabras de Laura. Pablo vio el traje blanco tirado sobre una silla y lo cogió con violencia. —¿Puedes explicarme el origen de estas manchas? La señora se quedó sin habla, mirando las manchas de sangre sobre el pecho de su traje y el señor golpeó la cómoda con el puño cerrado. Luego se acercó a la señora y le dio una santa bofetada. Eso lo vio y lo oyó Josefina. —Sus gestos son feroces y su conducta es tan incoherente como sus palabras. Yo no tengo la culpa de que aceptara la derrota —dijo Laura con desdén. —Muy cierto —afirmó Nachita. Se produjo un largo silencio en la cocina. Laura metió la punta del dedo hasta el fondo de la taza, para sacar el pozo negro del café que se había quedado asentado, y Nacha al ver esto volvió a servirle un café calientito. —Bébase su café, señora —dijo compadecida de la tristeza de su patrona. ¿Después de todo de qué se quejaba el señor? A leguas se veía que la señora Laurita no era para él. —Yo me enamoré de Pablo en una carretera, durante un minuto en el cual me recordó a alguien conocido, a quien yo no recordaba. Después, a veces, recuperaba aquel instante en el que parecía que iba a convertirse en ese otro al cual se parecía. Pero no era verdad. Inmediatamente volvía a ser absurdo, sin memoria, y sólo repetía los gestos de todos los hombres de la ciudad de México. ¿Cómo querías que no me diera cuenta del engaño? Cuando se enoja me prohíbe salir. ¡A ti te consta! ¿Cuántas veces arma pelitos en los cines y en los restaurantes? Tú lo sabes, Nachita. En cambio mi primo marido, nunca, pero nunca, se enoja con la mujer. Nacha sabía que era cierto lo que ahora le decía la señora, por eso aquella mañana en que Josefina entró en la cocina espantada y gritando: “¡Despierta a la señora Margarita, que el señor está golpeando a la señora!”, ella, Nacha, corrió al cuarto de la señora grande. La presencia de su madre calmó al señor Pablo. Margarita se quedó muy asombrada al oír lo de indio, porque ella no lo había visto en el Lago de Cuitzeo, sólo había visto la sangre como la que podías ver todos. —Tal vez en el lago tuviste una insolación, Laura, y te salió sangre por las narices. Fíjate, hijo, que llevábamos el coche descubierto —dijo casi sin saber qué decir. La señora Laura se tendió boca abajo en la cama y se encerró en sus pensamientos, mientras su marido y su suegra discutían.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —¿Sabes, Nachita, lo que yo estaba pensando esa mañana? ¿Y si me vio anoche cuando Pablo me besaba? Y tenía ganas de llorar. En ese momento me acordé de que cuando un hombre y una mujer se aman y no tienen hijos están condenados a convertirse en uno solo. Así me lo decía mi otro padre, cuando yo le llevaba el agua y él miraba la puerta detrás de la que dormíamos mi primo marido y yo. Todo lo que mi otro padre me había dicho ahora se estaba haciendo verdad. Desde la almohada oí las palabras de Pablo y de Margarita y no eran sino tonterías. “Lo voy a ir a buscar”, me dije. “Pero ¿a dónde?” Más tarde cuando tú volviste a mi cuarto a preguntarme qué hacíamos de comida, me vino un pensamiento a la cabeza: “¡Al café de Tacuba!” Y ni siquiera conocía ese café, Nachita, sólo lo había oído mentar. Nacha recordó a la señora como si la viera ahora, poniéndose su vestido blanco manchado de sangre, el mismo que traía en ese momento en la cocina. —¡Por Dios, Laura, no te pongas ese vestido! —le dijo su suegra. Pero ella no hizo caso. Para esconder las manchas, se puso un suéter blanco encima, se lo abotonó hasta el cuello y se fue a la calle sin decir adiós. Después vino lo peor. No, lo peor no. Lo peor iba a venir ahora en la cocina, si la señora Margarita se llegaba a despertar. —En el café de Tacuba no había nadie. Es muy triste ese lugar, Nachita. Se me acercó el camarero. “¿Qué le sirvo?” Yo no quería nada, pero tuve que pedir algo. “Una cocada.” Mi primo y yo comíamos cocos de chiquitos... En el café un reloj marcaba el tiempo. “En todas las ciudades hay relojes que marcan el tiempo, se debe estar gastando a pasitos. Cuando ya no quede sino una capa transparente, llegará él y las dos rayas dibujadas se volverán una sola y yo habitaré la alcoba más preciosa de su pecho.” Así me decía mientras comía la cocada. —¿Qué horas son? —le pregunté al camarero. —La doce, señorita. A la una llega Pablo, me dije; si le digo a un taxi que me lleve por el periférico, puedo esperar todavía un rato. Pero no esperé y me salí a la calle. El sol estaba plateado, el pensamiento se me hizo un polvo brillante y no hubo presente, pasado ni futuro. En la acera estaba mi primo, se me puso delante, tenía los ojos tristes, me miró largo rato. —¿Qué haces? —me preguntó con voz profunda. —Te estaba esperando. Se quedó quieto como las panteras. Le vi el pelo negro y la herida roja en el hombro. —¿No tenías miedo de estar aquí solita? Las piedras y los gritos volvieron a zumbar alrededor nuestro y yo sentí que algo ardía a mis espaldas. —No mires —me dijo. Puso una rodilla en tierra y con los dedos apagó mi vestido que empezaba a arder. Le vi los ojos muy afligidos. —¡Sácame de aquí! —le grité con todas mis fuerzas, porque me acordé de que estaba frente a la casa de mi papá, que la casa estaba ardiendo y que atrás de mí estaban mis padres y mis hermanitos muertos. Todo lo veía retratado en sus ojos, mientras él estaba con la rodilla hincada en tierra apagando mi vestido. Me dejé caer sobre él, que me recibió en sus brazos. Con sus manos calientes me tapó los ojos. —Este es el final del hombre —le dije con los ojos en su manos. —¡No lo veas! Me guardó contra su corazón. Yo lo oí sonar como rueda el trueno sobre las montañas. ¿Cuánto faltaría para que el tiempo se acabara y yo pudiera oírlo siempre? Mis lágrimas refrescaron su mano que ardía en el incendio de la ciudad. Los alaridos y las piedras nos cercaban, pero yo estaba a salvo bajo su pecho. —Duerme conmigo... —me dijo en voz muy baja. —¿Me viste anoche? —le pregunté. —Te vi...

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Nos dormimos en la luz de la mañana, en el calor del incendio. Cuando recordamos, se levantó y agarró su escudo. —Escóndete hasta el amanecer. Yo vendré por ti. Se fue corriendo ligero sobre sus piernas desnudas... Y yo me escapé otra vez, Nachita, porque sola tuve miedo. —Señorita, ¿se siente mal? Una voz igual a la de Pablo se me acercó a media calle. —¡Insolente! ¡Déjeme tranquila! Tomé un taxi que me trajo a la casa por el periférico y llegué... Nacha recordó su llegada: ella misma le había abierto la puerta. Y ella fue la que le dio la noticia. Josefina bajó después, desbarrancándose por las escaleras. —¡Señora, el señor y la señora Margarita están en la policía! Laura se quedó mirando asombrada, muda. —¿Dónde anduvo, señora? —Fui al café de Tacuba. —Pero eso fue hace dos días. Josefina traía el Ultimas Noticias. Leyó en voz alta: “La señora Aldama continúa desaparecida. Se cree que el siniestro individuo de aspecto indígena que la siguió desde Cuitzeo, sea un sádico. La policía investiga en los estado de Michoacán y Guanajuato.” La señora Laurita arrebató el periódico de las manos de Josefina y lo desgarró con ira. Luego se fue a su cuarto. Nacha y Josefina la siguieron, era mejor no dejarla sola. La vieron echarse en su cama y soñar con los ojos muy abiertos. Las dos tuvieron el mismo pensamiento y así se lo dijeron después en la cocina: “Para mí, la señora Laurita anda enamorada.” Cuando el señor llegó ellas estaban todavía en el cuarto de su patrona. —¡Laura! —gritó. Se precipitó a la cama y tomó a su mujer en sus brazos. —¡Alma de mi alma! —sollozó el señor. La señora Laurita pareció enternecida unos segundos. —¡Señor! —Gritó Josefina—. El vestido de la señora está bien chamuscado. Nacha lo miró desaprobándola. El señor revisó el vestido y las piernas de la señora. —Es verdad... también las suelas de sus zapatos están ardidas. Mi amor, ¿qué pasó?, ¿dónde estuviste? —En el café Tacuba —contestó la señora muy tranquila. La señora Margarita se torció las manos y se acercó a su nuera. —Ya sabemos que anteayer estuviste allí y comiste una cocada. ¿Y luego? —Luego tomé un taxi y me vine para acá pro el periférico. Nacha bajó los ojos, Josefina abrió la boca como para decir algo y la señora Margarita se mordió los labios. Pablo, en cambio, agarró a su mujer por los hombros y la sacudió con fuerza. —¡Déjate de hacer la idiota! ¿En dónde estuviste dos días?... ¿Por qué traes el vestido quemado? —¿Quemado? Si él lo apago... —dejó escapar la señora Laura. —¿El?... ¿El indio asqueroso? —Pablo la volvió a zarandear con ira. —Me lo encontré a la salida del café Tacuba... —sollozó la señora muerta de miedo. —¡Nunca pensé que fueras tan baja! —dijo el señor y la aventó sobre la cama. —Dinos quién es —preguntó la suegra suavizando la voz. —¿Verdad, Nachita, que no podía decirles que era mi marido? —preguntó Laura pidiendo la aprobación de la cocinera. Nacha aplaudió la discreción de su patrona y recordó que aquel mediodía, ella, apenada por la situación de su ama, había opinado: —Tal vez el indio de Cuitzeo es un brujo.

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Pero la señora Margarita se había vuelto a ella con ojos fulgurantes para contestarle casi a gritos: —¿Un brujo? ¡Dirás un asesino! Después, en muchos días no dejaron salir a la señora Laurita. El señor ordenó que se vigilaran las puertas y ventanas de la casa. Ellas, las sirvientas, entraban continuamente el cuarto de la señora para echarle un vistazo. Nacha se negó siempre a exteriorizar su opinión sobre el caso o a decir las anomalías que sorprendía. Pero, ¿quién podía callar a Josefina? —Señor, al amanecer, el indio estaba otra vez junto a la ventana —anunció al llevar la bandeja con el desayuno. El señor se precipitó a la ventana y encontró otra vez la huella de sangre fresca. La señora se puso a llorar. —¡Pobrecito!... ¡pobrecito!... —dijo entre sollozos. Fue esa tarde cuando el señor llegó con un médico. Después el doctor volvió todos los atardeceres. —Me preguntaba por mi infancia, por mi padre y por madre. Pero, yo, Nachita, no sabía de cuál infancia, ni de cuál padre, ni de cuál madre quería saber. Por eso le platicaba de la conquista de México. ¿Tú me entiendes verdad? —preguntó Laura con los ojos puestos sobre las cacerolas amarillas. —Sí, señora... —y Nachita, nerviosa, escrutó el jardín a través de los vidrios de la ventana. La noche apenas si dejaba ver entre sus sombras. Recordó la cara desganada del señor frente a su cena y la mirada acongojada de su madre. —Mamá, Laura le pidió al doctor la Historia... de Bernal Díaz del Castillo. Dice que es lo único que le interesa. La señora Margarita había dejado caer el tenedor. —¡Pobre hijo mío, tu mujer está loca! —No habla sino de la caída de la Gran Tenochtitlán —agregó el señor Pablo con aire sombrío. Dos días después, el médico, la señora Margarita y el señor Pablo decidieron que la depresión de Laura aumentaba con el encierro. Debía tomar contacto con el mundo y enfrentarse con sus responsabilidades. Desde ese día, el señor mandaba el automóvil para que su mujer saliera a dar paseítos por el Bosque de Chapultepec. La señora salía acompañada de su suegra y el chofer tenía órdenes de vigilarlas estrechamente. Sólo que el aire de los eucaliptos no la mejoraba, pues apenas volvía a su casa, la señora Laurita se encerraba en su cuarto para leer la conquista de México de Bernal Díaz. Una mañana la señora Margarita regresó del Bosque de Chapultepec sola y desamparada. —¡Se escapó la loca! —gritó con voz estentórea al entrar en la casa. —Fíjate, Nacha, me senté en la misma banquita de siempre y me dije: “No me lo perdona. Un hombre puede perdonar una, dos, tres, cuatro traiciones, pero la traición permanente, no.” Este pensamiento me dejó muy triste. Hacía calor y Margarita se compró un helado de vainilla; yo no quise, entonces ella se metió al automóvil a comerlo. Me fijé que estaba tan aburrida de mí, como yo de ella. A mí no me gusta que me vigilen y traté de ver otras cosas para no verla comiendo su barquillo mirándome. Vi el heno gris que colgaba de los ahuehuetes y no sé por qué, la mañana se volvió tan triste como esos árboles. “Ellos y yo hemos visto las mismas catástrofes”, me dije. Por la calzada vacía, se paseaban las horas solas. Como las horas estaba yo: sola en una calzada vacía. Mi marido había contemplado por la ventana mi traición permanente y me había abandonado en esa calzada hecha de cosas que no existían. Recordé el olor de las hojas de maíz y el rumor sosegado de sus pasos. “Así caminaba, con el ritmo de las hojas secas cuando el viento de febrero las lleva sobre las piedras. Antes no necesitaba volver la cabeza para saber que él estaba ahí mirándome las espaldas”... Andaba en esos tristes pensamientos, cuando oí correr al sol y las hojas secas empezaron a cambiar de sitio. Su respiración se acercó a mis espaldas, luego se puso frente a mí, vi sus pies desnudos delante de los míos. Tenía un arañazo en la rodilla. Levanté los ojos y me hallé bajo los suyos. Nos quedamos mucho rato sin hablar. Por respeto yo esperaba sus palabras.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —¿Qué te haces? —me dijo. Vi que no se movía y que parecía más triste que antes. —Te estaba esperando —contesté. —Ya va a llegar el último día... Me pareció que su voz salía del fondo de los tiempos. Del hombro le seguía brotando sangre. Me llené de vergüenza, bajé los ojos, abrí mi bolso y saqué un pañuelito para limpiarle el pecho. Luego lo volví a guardar. El siguió quieto, observándome. —Vamos a la salida de Tacuba... Hay muchas traiciones. Me agarró de la mano y nos fuimos caminando entre la gente, que gritaba y se quejaba. Había muchos muertos que flotaban en el agua de los canales. Había mujeres sentadas en la hierba mirándolos flotar. De todas partes surgía la pestilencia y los niños lloraban corriendo de un lado para otro, perdidos de sus padres. Yo miraba todo sin querer verlo. Las canoas despedazadas no llevaban a nadie, sólo daban tristeza. El marido me sentó debajo de un árbol roto. Puso una rodilla en tierra y miró alerta lo que sucedía a nuestro alrededor. Él no tenía miedo. Después me miró a mí. —Ya sé que eres traidora y que me tienes buena voluntad. Lo bueno crece junto a lo malo. Los gritos de los niños apenas me dejaban oírlo. Venían de lejos, pero eran tan fuertes que rompían la luz del día. Parecía que era la última vez que iban a llorar. —Son las criaturas... —me dijo. —Este es el final del hombre —repetí, porque no se me ocurría otro pensamiento. Él me puso las manos sobre los oídos y luego me guardó contra su pecho. —Traidora te conocí y así te quise. —Naciste sin suerte —le dije. Me abracé a él. Mi primo marido cerró los ojos para no dejar correr las lágrimas. Nos acostamos sobre las ramas rotas del pirú. Hasta allí nos llegaron los gritos de los guerreros, las piedras y los llantos de los niños. —El tiempo se está acabando... —suspiró mi marido. Por una grieta se escapaban las mujeres que no querían morir junto con la fecha. Las filas de hombres caían una después de la otra, en cadena como si estuvieran cogidos de la mano y el mismo golpe los derribara a todos. Algunos daban un alarido tan fuerte, que quedaba resonando mucho rato después de su muerte. Faltaba poco para que nos fuéramos para siempre en uno solo cuando mi primo se levantó, me juntó ramas y me hizo una cuevita. —Aquí me esperas. Me miró y se fue a combatir con la esperanza de evitar la derrota. Yo me quedé acurrucada. No quise ver a las gentes que huían, par ano tener la tentación, ni tampoco quise ver a los muertos que flotaban en el agua para no llorar. Me puse a contar los frutitos que colgaban de las ramas cortadas: estaban secos y cuando los tocaba con los dedos, la cáscara roja se les caía. No sé porque me parecieron de mal agüero y preferí mirar el cielo, que empezó a oscurecerse. Primero se puso pardo, luego empezó a coger el color de los ahogados de los canales. Me quedé recordando los colores de otras tardes. Pero la tarde siguió amoratándose, hinchándose, como si de pronto fuera a reventar y supe que se había acabado el tiempo. Si mi primo no volvía, ¿qué sería de mí? Tal vez que ya estaba muerto en el combate. No me importó su suerte y me salí de allí a toda carrera perseguida por el miedo. Cuando llegue y me busque... No tuve tiempo de acabar mi pensamiento porque me hallé en el anochecer de México. Margarita ya se debe haber acabado su helado de vainilla y Pablo debe de estar muy enojado ... Un taxi me trajo por el periférico. ¿Y sabes, Nachita?, los periféricos eran los canales infestados de cadáveres... por eso llegué tan triste... Ahora, Nachita, no le cuentes al señor que me pasé la tarde con mi marido. Nachita se acomodó los brazos sobre la falda lila. —El señor Pablo hace ya diez días que se fue a Acapulco. Se quedó muy flaco con las semanas que duró la investigación —explicó Nachita satisfecha. Laura la miró sin sorpresa y suspiró con alivio.

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz —La que está arriba es la señora Margarita —agregó Nacha volviendo los ojos hacia el techo de la cocina. Laura se abrazó las rodillas y miró por los cristales de la ventana a las rosas borradas por las sombras nocturnas y a las ventanas vecinas que empezaban a apagarse. Nachita se sirvió sal sobre el dorso de la mano y la comió golosa. —¡Cuánto coyote! ¡Anda muy alborotada la coyotada! —dijo con la voz llena de sal. Laura se quedó escuchando unos instantes. —Malditos animales, los hubieras visto hoy en la tarde —dijo. —Con tal de que no estorben el paso del señor, o que le equivoquen el camino —comentó Nachita con miedo. —Si nunca los temió, ¿por qué había de temerlos esta noche? —preguntó Laura molesta. Nacha se aproximó a su patrona para estrechar la intimidad súbita que se había establecido entre ellas. —Son más canijos que los tlaxcaltecas —le dio en voz muy baja. Las dos mujeres se quedaron quietas. Nacha devorando poco a poco otro puñito de sal. Laura escuchando preocupada los aullidos de los coyotes que llenaban la noche. Fue Nacha la que lo vio llegar y le abrió la puerta. —¡Señora!... Ya llegó por usted... —le susurró en una voz tan baja que sólo Laura pudo oírla. Después, cuando Laura se había ido para siempre con él, Nachita limpió la sangre de la ventana y espantó a los coyotes, que entraron en su siglo que acababa de gastarse en ese instante. Nacha miró con sus ojos viejísimos, para ver si todo estaba en orden: lavó la taza de café, tiró al bote de la basura las colillas manchadas de rojo de labios, guardó la cafetera en la alacena y apagó la luz. —Yo digo que la señora Laurita no era de este tiempo, ni era para el señor —dijo en la mañana cuando le llevó el desayuno a la señora Margarita. Ya no me hallo en casa de los Aldama. Voy a buscarme otro destino —le confió a Josefina. Y en un descuido de la recamarera, Nacha se fue hasta sin cobrar su sueldo. .

Sobre la autora… Elena Garro (1916-1999). Narradora y dramaturga mexicana. Nació en Puebla en 1916. Pasó su infancia en Iguala. En 1937 se casó con Octavio Paz y viajó con él y otros escritores mexicanos a Valencia, España para participar en el Congreso de escritores Antifascistas. Más tarde se divorció de Paz con quien tuvo a su hija Helena. En 1968 se exilió en Europa en donde pasó casi treinta años. Entre su obra teatral cabe mencionar: Un hogar sólido (piezas en un acto), La señora en su balcón y Felipe Ángeles. Todas sus obras dramáticas han sido representadas con éxito en México y en el extranjero. Como narradora escribió novela y cuento. Sus novelas más importantes son: Los recuerdos del porvenir, Y Matarazo no llamó, Inés, Recuento de personajes y Testimonios sobre Mariana. Sus libros de cuentos más destacados son: La semana de colores y Andamos huyendo Lola. Estilísticamente se le ha ubicado dentro del realismo mágico y de la literatura fantástica

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 Resuelve las actividades en estas hojas. Sepáralas del módulo para entregarlas. Alumno: …………………………………………… Fecha de entrega: ………… TRABAJO PRÁCTICO EL USO CORRECTO DE LOS VERBOS

1.- Observa detenidamente los gráficos que muestran el uso de los verbos en la narración. En los ejemplos, señala: a) Con rojo: las acciones principales. b) Con verde: las descripciones y las acciones secundarias y/o paralelas. c) Con azul: las acciones posteriores. d) Con negro: las acciones anteriores.

USO DE LOS VERBOS EN LA NARRACIÓN EN PRESENTE Pretérito perfecto simple o compuesto indicativo

Acciones Anteriores

EJEMPLO:

Presente

Descripciones, acciones secundarias y/o paralelas

Futuro simple indicativo

Acciones principales. Núcleos narrativos

Acciones posteriores

Llega tarde al aeropuerto y pierde el vuelo porque se ha quedado

dormido. Está preocupado porque seguramente perderá la entrevista con el gerente de la empresa que tanto le ha costado conseguir.

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USO DE LOS VERBOS EN LA NARRACIÓN EN PASADO

Pretérito pluscuamperfecto indicativo

Acciones anteriores en el pasado

EJEMPLO:

Pretérito imperfecto indicativo

Pretérito perfecto simple indicativo

Condicional simple indicativo

Descripciones, acciones secundarias y/o paralelas

Acciones principales. Núcleos narrativos

Acciones posteriores

Llegó tarde al aeropuerto y perdió el vuelo porque se había

quedado dormido. Estaba preocupado porque seguramente perdería la entrevista con el gerente de la empresa que tanto le había costado conseguir.

2.- Completa los textos, teniendo en cuenta que las acciones principales están en presente. TEXTO A Juan, a punto de perder su niñez, se (despertar) …………………………………. aquella mañana con la sensación de que, por la tarde, la casa, con todos sus muebles y sus gentes, (ser) ………………………………….

llevada por el viento. Se (elevar)

…………………………………. de golpe y se (ir) …………………………………. por el aire hacia

aquellas

regiones

ignotas

desde

donde,

según

él

lo

(suponer)

…………………………………. , (venir) …………………………………. todas las cosas, incluso él mismo. Pero nada (saber) …………………………………. de aquellas regiones, apenas (recordar) …………………………………. una valija mal cerrada y el andén de una estación donde una brisa fuerte (arrastrar) …………………………………. papeles y otros objetos de difícil memoria.

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TEXTO B Dos años después de la aparición de su primer libro, Rodolfo Matelette (publicar) ………………………………….

un segundo. También éste, como el anterior, (hablar)

…………………………………. del campo y nuevamente también los agricultores (ser) …………………………………. sus protagonistas. (Ser) …………………………………. un texto en el que se (describir) …………………………………. las tareas del campo y las costumbres de sus hombres. Casi se (oír) …………………………………. el ruido de los tractores y el silbido de los hombres que (arar) ………………………………….. El libro (estar) ………………………………….

organizado en cinco partes, magistralmente

ilustradas. Matelette (presentar) …………………………………., bajo un cielo siempre diáfano, un mundo de trabajo sereno. Cinco años atrás, el autor (trabajar) …………………………………. en el campo y (poder) …………………………………. observar cómo los campesinos se las (ingeniar) ………………………………….

para regar sus cultivos en épocas de sequía o cómo

(arriesgar) …………………………………. sus vidas para resguardar el ganado en medio de una tormenta. (Saber) …………………………………. entonces que a esa vida se le (deber)

…………………………………. rendir algún tipo de homenaje y (decidir)

…………………………………. escribir un libro.

3.- Completa los textos, teniendo en cuenta que las acciones principales están en pasado. TEXTO A Ya (pasar) …………………………………. un año de tu partida. Nos (despedir) ………………………………….

una

tarde

………………………………….

mucho

de

mayo,

en

frío.

Vos

el

andén. me

(Hacer) (abrazar)

…………………………………. y me (dar) …………………………………. un beso. Vos (estar)

………………………………….

………………………………….

parar

………………………………….

los

de ojos

resfriado

y

no

(poder)

estornudar,

por

eso

(tener)

Yo

(pensar)

llenos

de

lágrimas.

…………………………………. que (llorar) …………………………………. …………………………………. a llorar también.

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y (comenzar)

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Aquel día (ver)

…………………………………. en la estación a una señora

parecida mamá que (sostener) ………………………………….

un paraguas violeta.

Entonces, los dos (recordar) …………………………………. cuando, cinco años atrás, (ir) …………………………………………. …………………………. con mamá a despedir a la abuela a la estación. También la abuela (llevar) …………………………………. ese día un paraguas violeta. TEXTO B Ayer

por

la

mañana,

………………………………….

los sus

habitantes casas

de

Villa

de

Elisa

(levantar)

chapa,

(guardar)

…………………………………. sus precarios bienes en improvisadas bolsas y (esperar) …………………………………. la

llegada de la topadora. Por la tarde (iniciar)

…………………………………. el éxodo. Algunos a pie, otros en carros de cartoneros, todos se (dirigir)

…………………………………. con cara de angustia a los nuevos

terrenos que les (ofrecer) …………………………………. la comuna a pocos kilómetros de allí, detrás de la fábrica Orbis. Tal vez, mientras se (alejar) …………………………………. del lugar, (recordar) ………………………………….

con

………………………………….

antes

un

vago

orgullo

de

su

las

peleas

que

asentamiento.

(librar) (Ocupar)

…………………………………. las tierras de Villa Elisa cuando la inundación en las provincias del Norte los (obligar) …………………………………. a abandonar sus tierras. La gente de los alrededores los (recibir) …………………………………. a piedrazos y más de uno los (amenazar)

…………………………………. con quemarles las casillas.

Finalmente, cuando todos (comenzar) ………………………………….

una convivencia

pacífica, la orden del juez (volver) …………………………………. a expulsarlos. 4.- Lee y reescribe los siguientes textos, llevándolos a presente o pasado, según corresponda. TEXTO A Rosaura quiso verificarlo. Sigilosamente entró en la cocina y lo vio. Estaba meditando en su jaula. Tan cómico que la chica se quedó un buen rato mirándolo y después, cada tanto, abandonaba a escondidas la fiesta e iba a verlo. Era la única que tenía permiso para entrar en la cocina, la señora Inés se lo había dicho: “Vos sí, pero

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz ningún otro: son muy revoltosos, capaz que rompen algo”. Rosaura, en cambio, no rompió nada. Ni siquiera tuvo problemas con la jarra de naranjada cuando la llevó desde la cocina hasta el comedor. La sostuvo con mucho cuidado y no volcó ni una gota. “La fiesta ajena”, Liliana Heker (fragmento) ………………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………………

TEXTO B Es un claro mediodía de invierno... El frío aprieta y a Nadia, que va del brazo conmigo, se le cubren de plateada escarcha los ricitos de las sienes y el vello que sombrea su labio. Estamos en una alta pendiente. Desde el sitio en que nos encontramos hasta el pie de la cuesta se extiende una lisa superficie de nieve apisonada en la que el sol brilla como si fuera un espejo. Junto a nosotros hay un pequeño trineo forrado de paño de un color rojo vivo. -Vamos a bajar, Nadia –le pido-. Solo una vez. Le aseguro que no le pasará nada. Pero Nadia tiene miedo. Todo el espacio que se extiende desde sus pies hasta el fin de la montaña de hielo se le figura ser un abismo terrible y sin fondo. Pierde el ánimo y la respiración se le corta al mirar hacia abajo, cuando la invito a montar en el trineo; ¿qué ocurrirá, pues, si se arriesga a volar sobre el abismo? Morirá, perderá la razón. “Una broma sin importancia”, Antón Chéjov (fragmento adaptado) ……………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………

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Literatura - 6º año - Educación Secundaria Profesora: Valeria Paz ……………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… ………………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………………

5.- Observa detenidamente los gráficos. En los ejemplos, señala: a) Con rojo: los verbos principales. b) Con verde: los verbos subordinados.

USO DE LOS VERBOS EN MODO SUBJUNTIVO Los verbos en modo subjuntivo expresan acciones deseadas. Por ello, se utilizan en las llamadas “oraciones desiderativas”. También expresan acciones dudosas. VERBO PRINCIPAL: Presente indicativo EJEMPLOS:

VERBO SUBORDINADO: Presente subjuntivo

Quiero que llegues temprano. Que me llames: eso quiero.

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VERBO PRINCIPAL: Pretéritos indicativo

EJEMPLOS:

VERBO SUBORDINADO: Pretérito imperfecto subjuntivo

Quise que llegaras temprano. Que me llamaras: eso quería.

6.- Completa: a) ¡Te pedí que (llegar) ........................................ temprano! b) Necesitaba que me (prestar) ...................................... el diccionario. c) Quiero que ustedes (hacer) ...................................... el trabajo nuevamente. d) Mamá (decir) ...................................... que no comamos tantos caramelos. e) Mamá (decir) ...................................... que no comiéramos tantos caramelos. f)

La profe (querer) ...................................... que leamos todo el Martín Fierro.

g) El mes pasado te (prestar) ...................................... ese libro para que lo (leer) ...................................... . h) Te llamo para que no te (olvidar) ...................................... de llevar el regalo. i)

Te llamé para que no te (olvidar) ...................................... de llevar el regalo.

7.- Completa el siguiente fragmento de una canción de Charly García con los siguientes verbos en el tiempo del modo subjuntivo que corresponda: emparcharme, limpiar, cocinar, poner, acordarme, colgar, sacarme, llevarme Necesito alguien que …………………………………. un poco y que …………………………………. mi cabeza que …………………………………. guisos de madre , postres de abuela y torres de caramelo. Que …………………………………. tachuelas en mis zapatos para que …………………………………. de que estoy caminando, y …………………………………. mi mente de una soga hasta que …………………………………. de problemas y ………………………………….

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8.- Observa detenidamente los gráficos. En los ejemplos, señala: a) Con rojo: las condiciones. b) Con verde: los condicionados.

USO DE LOS VERBOS EN LAS ORACIONES CONDICIONALES

CONDICIÓN Presente indicativo

EJEMPLOS:

CONDICIONADO Presente o futuro imperfecto indicativo

Condición real

Si practicamos más, ganaremos el partido. No te resfriarás, si salís bien abrigado a la calle.

Pretérito imperfecto subjuntivo EJEMPLOS:

Condición posible

Si practicáramos más, ganaríamos el partido. No te resfriarías, si salieras más abrigado a la calle.

CONDICIÓN Pretérito pluscuamperfecto subjuntivo EJEMPLOS:

Condicional simple indicativo

CONDICIONADO Condicional compuesto indicativo

Condición imposible

Si hubiéramos practicado más, habríamos ganado el partido. No te habrías resfriado, si hubieras salido más abrigado a la calle.

9.- Completa el cuadro. No te (recomendar) ………………………… esa película si fuera mala.

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CONDICIÓN ....................

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El viaje (resultar) ………………………… aún mejor si CONDICIÓN……………… hubiéramos podido esquiar. (Conseguir) ………………………… una mejor mesa si (hacer)

CONDICIÓN IMPOSIBLE

……………………… las reservaciones con más tiempo. Tu padre y yo te (levantar) ……………………… el castigo, si

CONDICIÓN REAL

(mejorar) ………………………… tus calificaciones. En el verano vos (poder) ………………………… irte de CONDICIÓN POSIBLE vacaciones, si (ahorrar) ………………………… lo suficiente.

10.- Amplía el siguiente texto. Para ello, agrégale: a) Una oración condicional imposible. b) Una oración condicional posible. c) Una oración desiderativa (que incluya un verbo en subjuntivo). d) Una oración que mencione una acción anterior. e) Una oración que mencione una acción posterior. f)

Una descripción.

g) Una acción paralela.  Observación: puedes escribir todas las oraciones e indicar su ubicación en el texto utilizando las letras de cada ítem.

Soplaba un viento frío. Ya estaba bajando el sol y la montaña comenzaba a cubrirse de sombras. Subíamos sin hablar, con dificultad. Estábamos cansados y teníamos hambre. Ya no había agua en la cantimplora. De lejos vimos la luz y, sin reparar en nuestra falta de fuerzas, corrimos hacia ella. Llegamos casi al mismo tiempo y con los mismos deseos de encontrar comida y una cama caliente. Los dos gritamos al ver el lugar. Era una extraña construcción de vidrio.

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ALGUNAS RESEÑAS CRÍTICAS

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