Las Cien mejores poesias liricas peruanas

tres cuartas partes de los habitantes del Perú y el espíritu de la citada poesía el que .... largamente la historia peruana hasta sus días, con sentimientos de ...
848KB Größe 59 Downloads 140 vistas
This book made available by the Internet Archive.

ft \ \ DEDICATORIA o me debes! y porqu? estás verdad ausente pruebes. corresrcr.-fe en rt'ciproco cuidado al a!Tíor, que en mi está depositado. Celia no se ucsdeñe por ver q-j? en e^to mi valor se empeñe. que ofendido f n sus quiebras su ncmbr-.' lodavia al fin celebras; y aunque milagros su firmeza haga, te son rn-jy bien debióos, y aun no sé si con esto tu fe paga. No seremos por esto dos rivales, que trópicos y zonas nos dividen, sin dejarnos asir de los cabellos, ni a sus méritos pueden ser iguales: cuantos al mundo el cetro y honor piden, de trenzas de ero, cejas y ojos bellos, cuando enredado te hallaste en ellos, bien supiste estimallos y en ese mundo y este celebrallos, y en persona de Angélica pintaste cuanto de su lindeza contemplaste: mas estoyme riendo de ver que creo aquello que no entiendo, por ser dificultosos para mí los sucesos amorosos, y tener puesto el gusto y el consuelo, nó en trajes semejantes, sino en dulces coloquios con el cielo. M A R I L Finalmente, Be!ardo, yo te ofrezco una alma pura a tu valor rendida: acepta el don, que puedes estimallo; y dándome por fe lo que merezco, quedará mi intención favorecida, de !a cual hablo poco y mucho callo, y para darte más, no sé ni hallo. Déte el cielo favores, las dos Arabias bálsamo y olores, Cambaya sus diamantes, Tibar oro, marfil Cefala, Persia su tesoro, perlas los Orientales, el rojo mar finisimos corales, balajes los Ceylanes, áloe precioso Samaos y Campanes, rubies Pegugamba y Nubia algalia, amestistes Rarsinga y prósperos sucesos Acidalia. Esto mi voluntad te da y ofrece, y ojalá yo pudiera con mis obras hacerte ofrendas de mayor estima: mas donde tanto junto se merece, de nadie no recibes, sino cobras lo que te debe el mundo en presa y rima. He querido, pues, viénd te en la cima del alcázar de Apolo, como su propio dueño, único y solo, pedirte un don, que te agradezca el cielo, para bien de tu alma y mi consuelo. No te alborotes, tente, que te asegriro bien que te contente, cuando vibres mi intento, y sé que lo harás con gr.-^n conf«'nto,

A M A R I L que al hberAl no importa para asillc, significar pobrezas, pues con que más se agrada es con pedille. Yo y mi hermana, una santa celebramos, cuya vida de nanic ha sido escrita, como empresa que muchos han terr.ido: e! verla de tu mano deseamos; lu dulce Musa alienta y resucita, y pón'a con estilo tan subido, que sea dondequiera conocido, y agradecido sea de nup'Stra santa virgpn Dorotea. ¡Oh, qué sujeto, mi B