La unión hace la fuerza amazonaws com

10 ene. 2013 - periodista deportivo Nicanor. González del Solar. Cuando le tocó interpretar a la deportista, la actriz se acercó al periodista y sin dejar de lado ...
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espectáculos

| Jueves 10 de enero de 2013

clásica

La temporada del Colón recibe la vitalidad de Mozart Pola Suárez Urtubey —PARA LA NACIÓN—

P

Carmen Barbieri y Moria Casán, en una revista cuyo punto fuerte es el despliegue visual

mauro v. rizzi

teatro

La unión hace la fuerza escandalosas. ★★★

buena. elenco: Carmen Barbieri, Moria Casán, Be-

to César, Federico Bal, Andrea Ghidone, Victoria y Stefania Xipolitakis, Julián Labruna, Lorena Liggi, Gustavo Monje, Soledad Cescato, Mariana Jaccazio, Martín Sipicki, Gisela Lepio y elenco. escenografía: Daniel Feijoo. luces: Fabio Cuello y Ariel Vasallo. coreografía: Leandro Angelo y Bárbara Fuente Rubio. vestuario: Gaby Girl´s. director ejecutivo: Néstor Moyano. dirección de acto res:

Carlos Moreno. producción general: Javier Faroni. teatro: Atlas (Luro

2289, Mar del Plata). duración: 110 minutos.

Laura Ventura ENVIADA ESPECIAL

M

AR DEL PLATA.– Lejos de los enfrentamientos y ataques mediáticos que incluso llegaron a la instancia judicial, dos divas del espectáculo, Carmen Barbieri y Moria Casán, se reúnen sobre el escenario para presentar Escandalosas. Superada la rivalidad, ambas comprendieron que la unión hace la fuerza y lideran la taquilla de la temporada marplatense. Con un título que promete más batahola de la que realmente se ofrece, las dos juegan a estos antagonismos acudiendo a ciertos epítetos que utilizaron en tiempos de asperezas para atacar a su otrora contrincante por ocupar el Olimpo de la revista. Barbieri y Casán, por orden alfabético, abren el espectáculo con una de las tantas canciones originales escritas para esta revista. Lamentablemente cantan sobre una pista y hacen playback en todos los cuadros del espectáculo. Quienes no acuden a este respaldo vocal son Gisela Lepio, toda una revelación, con un timbre de voz que se asemeja al de Christina Aguilera. También se destaca Mariana Jacazzio, quien tiene una vasta formación y experiencia en nuestros musicales. La vedette principal, Andrea Ghidone, se anima a una coreografía con un aro sin utilizar red [su número es riesgoso y esta crítica

presenció la función el día previo a que sufriera una caída en vivo]. Pero si de vedettes se trata, la gran estrella de esta revista es el vestuario, a cargo de Gaby Girl’s, tal es el nombre artístico de una asistente que lleva muchos años trabajando para Barbieri. En cada cuadro, 18 en total, cada miembro del cuerpo de baile y del elenco luce un fastuoso traje diferente a su anterior aparición, una apuesta que le aporta color y brillo a una revista. El tradicional monólogo que integra la fórmula que define a este

género se multiplica al promediar el show ya que hay dos cabezas de compañías, dos capocómicas, como se definen a sí mismas. Ni Moria ni Carmen sorprenden con su parlamento, ya que acuden a los lugares comunes en los que se las suele ver y escuchar en la TV (la primera, hablando de las diferencias entre hombres y mujeres; la segunda, sobre su separación y su ex marido). Pero si hay algo que saben las dos artistas es reírse de sí mismas. Esto suma al espectáculo, así como aquellas intervenciones de una diva en el cuadro coreográfico de la otra. El de Carmen está inspirado en el espíritu de la compañía inglesa de percusión y danza Stomp, influencia que no se nombra, así como tampoco el homenaje a Avenida Q en un cuadro con marionetas. Beto César despliega lo mejor de sí en un monólogo que es, junto con la aparición de Barbieri en escena,

el momento más aplaudido de la noche. La presencia de Federico Bal no aporta demasiado al espectáculo, salvo el placer del público de ver a madre e hijo juntos sobre el escenario. Las hermanas Xipolitakis, quienes han construido su fama en torno a sus peleas y a su ignorancia sobre temas básicos de cultura general, no resultan un atractivo para el espectáculo, ya que sólo una de ellas (Victoria) habla y lo hace por escasos segundos. No hay en esta revista sketches ni números musicales en vivo. Martín Sipicki, Julián Labruna y Gustavo Monje son los presentadores que intentan hilar cuadro tras cuadro de esta variedad heterogénea de números, mientras detrás del telón se prepara la nueva escenografía. Moria y Carmen –o Carmen y Moria– apostaron a una gran producción dotada de agilidad que busca constantemente brindar escenas de gran despliegue visual.ß

unipersonal del galán. La crítica señala que el trabajo de Scarpino sería el gran ganador de la entrega de los premios Estrella de Mar.

judicial en Escandalosas cuando Carmen Barbieri le reprocha los enfrentamientos que llegaron a Tribunales.

Apostillas b Buenos compañeros. Después de haber terminado la función de Humores que matan, Alejandro Paker corrió el sábado pasado a otro teatro para llegar a tiempo a la segunda función de la revista Escandalosas, con Moria Casán y Carmen Barbieri. Cuando terminó el espectáculo, las dos divas, desde el escenario, le agradecieron el gesto. Otro artista que también se quedó a ver el trabajo de un colega, en este caso, un amigo, es Nicolás Scarpino. Después de haber terminado su función de La dama de negro, asistió al debut de En el aire, el

b Críticas a la Justicia. En dos obras que se presentan en Mar del Plata hay menciones en tono de solfa a la justicia argentina. Nito Artaza le dice a un sospechoso de haber cometido un asesinato que no se preocupe, ya que el tribunal tucumano [en alusión a los magistrados que absolvieron a los 13 implicados en el secuestro de Marita Verón] tendrá a cargo su juicio. Moria Casán también se ríe del poder

b El reencuentro de Sabatini. Uno de los personajes que imita Fátima Florez en su show es el de la tenista Gabriela Sabatini. En la primera fila de este espectáculo estaba sentado la otra noche el periodista deportivo Nicanor González del Solar. Cuando le tocó interpretar a la deportista, la actriz se acercó al periodista y sin dejar de lado su personaje le agradeció “por todas las notas y el respeto hacia mi carrera”.

ersonalidad proteica, como ninguna en toda la historia de la música, Wolfgang Amadeus Mozart está siempre cerca de nosotros, porque en cada pliegue de su sensibilidad creadora cada uno puede encontrar algún sentimiento afín. Simple, muy simple a veces; otras, profundamente abismal. También desdeñoso o tolerante. Genialmente artificioso, pero cuántas veces sencillo hasta la inocencia. Cáustico, humorístico y hasta rudo e insolente; pero en el otro extremo, delicado, cortés, capaz de refinamientos insuperables. Pero si la personalidad mozartiana es todo aquello, y mucho más; si sus obras nos devuelven mil imágenes caleidoscópicas, Mozart es también una unidad sólida, indivisible. Hay un sincretismo esencial entre el ser parcial y el ser total. Esa personalidad debía reflejarse, sin la menor duda, en su obra, y cuánto más en sus óperas. Observador agudísimo de la realidad, según insisten en señalar sus biógrafos y estudiosos, Mozart fue históricamente uno de los primeros en poner sobre la escena auténticos seres humanos, cargados de vicios, de debilidades, de sentimientos creíbles, capaces muchos de ellos de alcan-

zar la suma del renunciamiento, de la bondad, del altruismo. Cálidas criaturas en las que alientan, sin excepción, el soplo mágico de un hombre que pudo aunar en sí mismo la humanidad más honda con la más inconmensurable dimensión del genio. Las bodas de Fígaro, que veremos en esta temporada 2013 en el Teatro Colón, nos lleva a la plena madurez del genio músico-dramático de Mozart. Es que aquí la profundidad psicológica de los personajes alcanza cimas absolutas. Son las figuras femeninas las más maravillosamente expresadas en la música: así, la nobleza y profunda humanidad de la Condesa; la radiante salud y la resplandeciente juventud de Susana y el fascinante atractivo de Cherubino, que representa, en su travestimento sexual, al adolescente todavía indeterminado, enamorado del amor. Al lado de ellas, la acción de un ser tan vital como Fígaro, la personalidad del Conde, producto de una sociedad enferma y decrépita, los personajes secundarios, y ese audaz mensaje mozartiano de una aristocracia ridiculizada por el espíritu plebeyo, sano y vital, hacen de Las bodas de Fígaro, una de las obras más universalmente populares de toda la historia del género lírico.ß

allegro

Batallas y batallas Toscanini - Farrar. En 1908, Arturo Toscanini dejó La Scala de Milán y se trasladó a Nueva York para asumir la dirección del Metropolitan Opera House. Para la primera producción de Madama Butterfly en el Met, fue contratada Geraldine Farrar, la gran soprano estadounidense del momento. La cantante tenía 26 años, era sumamente atractiva y, con singular repercusión, había debutado en el teatro dos años antes. Y chocaron los planetas. El gran director y la prima donna se enfrentaron tratando cada uno de imponer sus ideas. Los ensayos fueron un campo de batalla. En un momento, Farrar le dijo que el director debía ceder el paso. Toscanini le preguntó por qué y su respuesta fue contundente: “Porque yo soy una estrella”. La continuidad de la discusión tiene distintas variantes. Martin Mayer, periodista e historiador, dice que Toscanini respon-

dió: “Las estrellas están en el cielo, mademoiselle. Usted es una artista llana y, por lo tanto, debe obedecer mis indicaciones”. George Marek, en su biografía de Toscanini, aporta otra respuesta: “Geraldine, las estrellas están en el cielo. Acá somos todos artistas. Buenos o malos artistas. Usted es una mala artista”. El afamado hombre de prensa del Met, Francis Robinson, afirmó muchos años después que Farrar, envalentonada, subió la apuesta: “El público paga para ver mi rostro y no su espalda”. Versiones, chismes, dimes y diretes, algo de todo esto debe haber sucedido porque Farrar, en su libro Such sweet compulsion, recuerda el entredicho aunque sin entrar en detalles. De todos modos, uno y otra dejaron las rencillas a un lado e hicieron la ópera de Puccini, que fue un éxito colosal. Y no sólo eso. Rápidamente, los contrincantes devinieron en amantes.ß Pablo Kohan

Visitas de verano: en la costa y en la ciudad apuesTa. Conciertos gratuitos de Julieta

Venegas, Brazilian Girls y Grizzly Bear

Los Jonas Brothers, a marzo Viene de tapa

El 29 y el 30 del actual, Movistar Free Music promoverá dos noches de música en directo en el en el Paseo Hermitage de Mar del Plata, sitio con capacidad para 100 mil personas. El martes 29 se presentarán Gondwana, banda chilena de reggae y Brazilian Girls, el grupo que une la electrónica con el jazz, el pop y la bossa nova. Con base en Nueva York, BG es una creación del tecladista argentino Didi Gutman y de la romana Sabina Sciubba. La cantante mexicana Julieta Venegas y la banda uruguaya Cuarteto de Nos serán los protagonistas de la segunda jornada, la del 30 del actual. Aún restan confirmar las bandas nacionales que se sumarán a ambas fechas. Asfalto porteño Mientras buena parte de la atención se la lleva la temporada de verano de la costa atlántica, la

afp

cartelera porteña marca en rojo algunas jornadas de su período estival y prepara el terreno para un otoño promisorio. A la citada presentación de los Jonas Brothers en Ferro se le suma la tercera visita a la ciudad de Elton John. El cantante inglés, que en 2009 se lució en la Bombonera con un repaso por las distintas etapas de su dilatada trayectoria, actuará el 3 de marzo en la cancha de Vélez Sarsfield. Las entradas ya están a la venta en www.tuentrada.com y van de los 170 a los 1600 pesos –sin cargo por servicio–. Los puntos de venta son el teatro Astros, Corrientes 728 y el Hard Rock Café, Pueyrredón y Azcuénaga. Para el otoño porteño, en tanto, ya están confirmados, entre otros, The Killers (31 de marzo, en GEBA), Pearl Jam y Black Keys (3 de abril en Costanera Sur) y Keane, que sumó una segunda fecha en el Luna Park. Los ingleses tocarán allí el 11 y el 12 de abril.ß