La terapia del espectador... y del actor

20 nov. 2008 - ta a un paranoico en Sombras en la mente, cuya acción se desarrolla en un hospital psiquiátrico. “El teatro es como el sol: no cura, pero alivia”,.
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Espectáculos

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Jueves 20 de noviembre de 2008

TEATRO Tendencia: el diván, a escena Les Luthiers “Somos adeptos a la terapia, para bien de nuestra salud y la de nuestras familias... y de las familias de nuestros analistas”

Criminal, por Marcelo Velázquez Eduardo Narvay interpreta a un psicólogo desesperado

La terapia del espectador... y del actor II Continuación de la Pág. 1, Col. 2

universo del psicoanálisis y la psiquiatría, el efecto se potencia.

Para agendar

Freud, en escena

De gira por España. En enero de 2009 se presentarán en Mar del Plata y en Punta del Este. En abril regresarán al Gran Rex.

Un psicólogo advierte que su paciente está demasiado cómodo en el diván: “Usted se encuentra en una sesión terapéutica, no en una sesión de fotos”. Mientras el licenciado Marcos Mundstock inicia el tratamiento con un confundido Daniel Rabinovich, las butacas descargan a carcajadas sus tensiones cotidianas. Lutherapia es el exitoso espectáculo que Les Luthiers presentó este año en el Gran Rex y que en 2009 regresará a la avenida Corrientes. Rabinovich opina: “Todo fenómeno artístico ayuda y mejora la calidad de vida. Y en nuestro caso concreto, la risa y la música alivian las tensiones, relajan el espíritu y adelgazan. Créame usted”. Eduardo Pavlovsky (“Tato”), autor, actor, padre del psicodrama y médico psicoterapeuta, explica que el componente terapéutico que posee el teatro es “la posibilidad que tiene el espectador de identificarse con la obra y de encontrar una multiplicidad de sentidos”. La presencia de la psicología en las tablas cobra una dimensión atroz cuando el mismísimo Sigmund Freud aparece en escena a través de un personaje en La secreta obscenidad de cada día. El médico y neurólogo incluso dialoga con Karl Marx. “El primero intenta explicar el mundo desde la teoría familiar y sexual; el segundo, desde lo social. Entonces, nunca se ponen de acuerdo”, dice su directora, la psicóloga Elba Degrossi. Continuará sus funciones en 2009 frente a varias cátedras de psicología. Luis Agustoni, uno de los más prestigiosos directores de nuestro país, enumera, en este orden, los fines que se propone el teatro: entretener, despertar interés, conmover y suscitar la comprensión. “El argentino está vinculado a un amor por el conocimiento que lo lleva a interesarse por conocerse a sí mismo. La psicología y el teatro son dos excelentes mecanismos para conseguirlo”, opina este formador de actores.

Una mala sesión Criminal, de Javier Daulte, es un diálogo entre dos psicólogos que in-

N Lutherapia, de

Les Luthiers

NLa

secreta obscenidad de cada día, de Marco Antonio de la Parra

Viernes, a las 21, en la Sociedad Hebraica Argentina, Sarmiento 2233 (4952-5886). $ 30. N Criminal, de Javier

Sabor a Freud, de Jorge Vigetti

Daulte.

Julio Luparello y Susana Fernández cambian de rol Leonor Manso Protagoniza 4.48 Psicosis (arr. izq.)

Sábados, a las 21.30, en el Del Borde, Chile 630 (4300-6201). $ 25. N El testamento del sastre, de Michel Ouellette

Sábados, a las 21 (versión femenina), y a las 22.30 (masculina), en La Carbonera, Balcarce 998 (4362-2651). $ 30.

Experto

a Freud, de José Pablo Feinmann Sábados, a las 21, en Boedo XXI, Boedo 853 (4957-1400). $ 20.

Un bipolar, un paranoico y un esquizofrénico, en la obra de Luis Agustoni

Sábados, a las 21.30, en El Ojo, Juan D. Perón 2115 (4953-1181). $ 20.

Psicosis, de Sarah Kane

Sábados, a las 21, y domingos, a las 19, en Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556 (48675185). $ 35.

tentan detener un homicidio, y entre sesiones y llamadas desesperadas, se cuelan sus deseos carnales. El terapeuta del director de esta puesta, Marcelo Velázquez, vio aquella obra y, en lugar de destacar el texto o la comedia, hizo un planteo ético de la profesión, pues allí, en su opinión, “la dimensión moral aparece totalmente trasgredida”. En 2007, esta obra tuvo tres montajes diferentes. Por su parte, el protagonista de El testamento del sastre asiste a un analista para intentar sobrellevar el sopor de su vida. Pero como el profesional es aliado del gobierno dictatorial, intenta persuadir a su paciente con malos consejos para que continúe sin cuestionar ese mundo de engaño.

Remedios para el dolor Luis Agustoni escribió e interpreta a un paranoico en Sombras en la mente, cuya acción se desarrolla en un hospital psiquiátrico. “El teatro

El personaje de Mercedes Morán reúne a su pareja (Víctor Laplace), a su hija (Vanesa González) y a su yerno (Martín Piroyansky) en torno a un especialista de familia

Sombras en la mente

N Sombras en la mente, de Luis Agustoni

N 4.48

Terapia grupal en Socias

Eduardo Pavlovsky, padre del psicodrama

N Sabor

es como el sol: no cura, pero alivia”, opina. En esta pieza, hay una crítica al contexto de los pacientes en hospitales, pues allí, en lugar de sanarse, se enferman más aún. Entretanto, el psicopedagogo Jorge Vigetti considera que uno de los mayores dones del teatro es reflejar, como si de un espejo se tratase, una realidad. En Sabor a Freud, de José Pablo Feinmann, la obra que dirige, se ríe de los clichés de su profesión a través del personaje del doctor Kovacs, un psiquiatra que va poniendo en evidencia sus propias miserias. Como los espejos cuando se rompen, el teatro puede convertirse en un elemento punzante. Eso fue lo que le ocurrió a un espectador de la pieza de Agustoni, quien comprendió que la mala relación que mantenía con su padre se debía a que su progenitor estaba enfermo: era casi un calco de aquella criatura beligerante de la obra.

Un caso en el abismo es el que dibujó Sarah Kane en 4.48 Psicosis. Esta obra se ubica momentos antes de que una mujer decide ponerle fin a su vida. Leonor Manso interpreta a un ser torturado (tan parecido a la mismísima autora inglesa, quien se suicidó a los 28 años). “La obra tiene una postura muy firme en cuanto al paciente intervenido con drogas. Los remedios cambian los estados de ánimo, pero el dolor sigue ahí”, opina Luciano Cáceres, el director de la puesta. Agustoni, Pavlovsky y Velázquez, entre otros, admiten que algunos alumnos comienzan a estudiar teatro por recomendación de sus analistas. Pero, además del juego que realiza el actor, el espectador también encuentra dos alivios para su propia vida, contradictorios entre sí, pero ambos necesarios, según el momento que cada individuo atraviese: la evasión de sus problemas a través de una ficción y el reflejo de su propia realidad sobre un escenario.

Psicólogos en pantalla Gabriel Rolón, Socias y series norteamericanas Oscar Ferreiro interpretaba a un psicólogo carismático en La sombra, en los años 80, al que Silvia Montanari le confiaba todo. Juana Molina fue una de las pioneras cuando creó en un sketch de Juana y sus hermanas (1991) a una psicóloga que reunía todos los clichés de la profesión. Luego, Vulnerables (1999) instauró la terapia grupal, conducida por Jorge Marrale. En Todos al diván (Azul TV, 1999) el licenciado Gabriel Rolón analizaba a los famosos mientras eran entrevistados por Pettinato y Vernaci. También Locas de amor (2004), con un abordaje psiquiátrico, ingresaba en este mundo. Rolón conduce Tera-

pia (única sesión), por América, los sábados a las 22.30, en el que repasa las frustraciones y sueños de sus famosos invitados. Otro caso es el de Socias, en el que hay terapia familiar. Por otra parte, el año próximo, Jorge Marrale volvería a hacer de psicólogo en Compulsivos, un unitario de Pol-ka, sobre el mundo de la psicología. En la TV norteamericana, desde la doctora Jennifer Melfi, en Los Soprano, hasta las disparatadas sesiones de Monk, la ficción recorrió un camino que hoy encuentra el exponente más claro con In Treatment (HBO), con Gabriel Byrne.