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economía
Lo que dicen las redes sociales la nacion preguntó por
Twitter a los usuarios cuáles deben ser las tres características principales que debe tener un líder en la actualidad
| Domingo 21 De septiembre De 2014
@ahatum
@RubenFigueired7
Andrés Hatum
“fijar el rumbo estratégico, motivar a la gente y alinear a la organización”
Rubén Figueiredo
@CelGBox
Celeste G. Box
“escucha, diálogo e intuición (de la realidad y de lo que quiere su equipo)”
“ser ejemplar, fijar rumbo y desarrollar al equipo humano”
@JMGhidini
Matías Ghidini
“dotar de sentido el trabajo de su equipo,y crear espacios de comunicación” @ZelmiraK
Zelmira Kroselj
“horizontalidad, capacidad de escucha y motivación sin parar”
La revolución del líder emotivo Viene de tapa
La firma más exitosa de los últimos años no vende sólo notebooks, iPhones o iPads con diseños cuidados. Ese especial micromundo creado por Steve Jobs, en cambio, glorifica una idea que interpela emocionalmente a sus clientes y empleados: “Think different” (“Piensa diferente”). Apple revela otra forma de ver la realidad y genera así una identidad en la que se reflejan sus seguidores. Si los cimientos del liderazgo son inconmovibles, ¿qué cambió? El mundo. El sociólogo Zygmunt Bauman habla hoy de sociedades líquidas (inciertas e inestables). “No existen saberes o discursos que no sean fruto de determinadas condiciones de posibilidad”, justificaría, en tanto, el pensador francés Michel Foucault para explicar que se reclamen reactualizados atributos a los líderes. ¿Qué transformaciones trae este nuevo mundo? De la mano de la ambigua bandera de la sustentabilidad –aún es un paraguas muy abarcativo–, nuevos sistemas económicos irrumpen. Teorías como la de creación de Valor Social Compartido o el Triple Bottom Line multiplican la aparición de las Empresas B. Se trata de organizaciones que no focalizan su visión en la creación de un producto rentable para cubrir una necesidad del consumidor. Por el contrario, estas compañías –ya con legislación específica en los Estados Unidos– encuentran un problema social para generar una solución rentable. Lo hacen jerarquizando de la misma manera a sus inversores como al medio ambiente, la comunidad que los rodea y a sus empleados y proveedores. Esas novedades en los modelos de negocios vienen de la mano de una transformación de los consumidores y trabajadores. La irrupción de las generaciones Y y Z funciona como fuerza evangelizadora para las grandes firmas que no nacieron bajo el sol de la sustentabilidad. Éstos son nativos digitales que creen más en la colaboración que en la competencia, y que se preocupan más por el aprendizaje y la necesidad de compartir un propósito que por el dinero. Entonces, además de líderes que se arriesguen con un sueño a cambiar la realidad, que inspiren y sirvan de ejemplo a sus seguidores, este nuevo mundo reclama un upgrade de esos hombres. Según los expertos, ellos deben ser sensibles y en contacto con las emociones, con poder de escucha, participativos e inclusivos, cercanos e informales, y dispuestos a brindar autonomía y flexibilidad (confianza). Se buscan líderes que cuiden. Una semblanza de esta nueva tipología de líder aparece en el libro Elementos esenciales del liderazgo, John C. Maxwell. “El jefe da órdenes; el líder adiestra. El jefe depende de
su autoridad; el líder, de la buena voluntad; el jefe inspira miedo; el líder, entusiasmo; el jefe dice «yo»; el líder, «nosotros»; el jefe se ocupa de la culpa de la falla; el líder se ocupa de la falla”, describe Maxwell. “El mundo de hoy es volátil, sin certezas, complejo y ambiguo –dice el fundador y CEO de The Geniuos Works, Peter Fisk, de paso por Buenos Aires, para una disertación en una jornada del Executive Education organizado por el Grupo Rhuo–. Todos podemos jugar el juego; el tema es animarse a cambiarlo y a crear el futuro”, arengó el inglés. “Cambian los consumidores y los modelos de negocios. Si se juega el mismo juego que en 2010, no se logrará el éxito en 2020. Hoy se necesitan personas que piensen diferente, con más imaginación, agilidad y capacidad de transformación”, explicó el consultor que fue calificado por la revista Business Strategy “uno de los mejores pensadores del mundo de los negocios en la actualidad”. Fisk recató el impacto que las nuevas generaciones y los nuevos modelos de negocios tendrán y apostó a que los emprendedores exitosos serán aquellos que se “animen a romper las convenciones”. Citó ejemplos de empresas como Tesla, AirBnb, Moven, Renova, ZipCar, entre otras. “En principio, el líder no tiene que estorbar –dice entre risas a la nacion la psicóloga clínica y responsable de las Relaciones Humanas Deportivas en el FC Barcelona, Inma Puig–. El grupo tiene dinámica propia y cuando te dan autonomía, te están dando confianza. Cuando eso ocurre, el equipo hace lo mejor para no defraudar a su líder.” Escuchar más que hablar Para Puig, el líder positivo tiene una cualidad diferente: es más sensible que la media. El negativo, generalmente inseguro, suele ser autoritario a la hora de vincularse con los miembros de su equipo y para generar lo que cree que es autoridad. “El líder tiene que escuchar el doble de lo que habla. Con un oído debe oír todo lo que se dice y con el otro aquello que no se dice”, afirma la profesora en la Dirección de Recursos Humanos del Esade, y agrega: “El ser humano prefiere sentirse querido antes que pagado. Necesitamos el reconocimiento más que el aire que respiramos”. Cuando llegó al equipo en el que juega Lionel Messi –cuenta la catalana–, el presidente de la institución le preguntó qué haría con los entrenadores y jugadores. “Mi trabajo será cuidarlos”, le respondió. “Cuando un jugador se lesiona, se le renueva directamente el contrato –ejemplificó–. Esto les dice a los otros jugadores que la organización los cuida y los compromete aún más con su trabajo.” Unos 30 años atrás, las compañías
Serio, pero no Solemne Juan Carlos de Pablo
La Argentina necesita divisas; China quiere exportar sus bienes El ruso Ptachya Lerner explica la motivación que hay detrás del acuerdo entre ambos países
H
ace algunas semanas, los gobiernos de la Argentina y China firmaron acuerdos. Por uno de ellos la Argentina recibe yuanes y China, pesos argentinos, con el compromiso de recompra (swap)
dentro de tres años, abonando cierta tasa de interés; por los otros se financia la compra en China de elementos necesarios para las obras hidroeléctricas de Santa Cruz, y de material rodante para el ferrocarril Belgrano
Los cambios del liderazgo en el tiempo Antes
Después
Visión Tanto en el pasado como en la actualidad, el líder se caracterizó por ser el impulsor del sueño o de la visión que genera inspiración y proporciona sentido a sus seguidores
Apasionados Se trata de otro atributo que comparten los líderes de hoy y de ayer. Su pasión, pero también su coherencia, los hace convertirse en un ejemplo para sus equipos
Verticalistas Los viejos liderazgos se basaban en lazos autoritarios. La toma de decisiones no integraba al equipo y no fomentaba la participación
Sensibles Los líderes deben dar rienda suelta a las emociones en la organización, ya que esa posibilidad mejora la conexión con las personas
Controlador La era industrial impulsó el control científico del trabajo. La autonomía de los trabajadores era sumamente restringida y limitada
Empáticos Deben ser capaces de ponerse en el lugar del otro y esto sólo se logra con una escucha activa, tolerancia y con humildad
Insensibles Las emociones eran cosa de la vida privada tanto del trabajador como del patrón, por lo que no pertenecían al mundo de la empresa
Informales Las nuevas generaciones exigen menor distancia con sus jefes, más flexibilidad con los horarios y mayor autonomía laboral
Cargas. ¿Qué buscan los chinos con esto?; ¿qué buscamos nosotros? Al respecto entrevisté al ruso Abba Ptachya Lerner (1903-1982), quien en 1932 ganó una beca destinada a estudiantes de familias de clase obrera, para estudiar en la Escuela de Economía de Londres. Eligió economía en vez de psicología tirando una moneda al aire. Lo entrevisté porque en la década de 1930 mostró las condiciones requeridas para que los precios de los factores se igualen internacionalmente, cuando sólo se comercian bienes, aporte que la profesión le adjudica a Paul Anthony Samuelson; planteó la equivalencia entre gravar las importaciones o las exportaciones, desde el punto de vista de la modificación de los términos del intercambio, y derivó, independientemente de Alfred Marshall, la condición que se requiere para que una devaluación mejore la balanza comercial. –Los acuerdos entre la Argentina y China no se firmaron a punta de
pistola. ¿Cuál es el beneficio para China, cuál el nuestro? –Comencemos con la perspectiva china. Ellos quieren exportar sus productos: siempre, pero particularmente ahora, que el estancamiento europeo les está afectando sus exportaciones. Como el Estado argentino tiene fuerte escasez de divisas, y el Banco Central de China, gran cantidad de reservas, ofrecen financiar las compras. Para los funcionarios del Banco Central de la República Argentina, aquí y ahora, esto es música celestial. –¿Cuál es el beneficio para nosotros? –En una serie de trabajos que publicó en la década de 1960 y primera mitad de la de 1970, Marcelo Diamand reformuló la macroeconomía de corto plazo, no solamente agregando el sector externo a los modelos de economía cerrada, sino replanteando la política económica cuando la escasez de divisas resulta ser la principal restricción para el nivel de la actividad económica y
reclutaban a los mejores talentos con una propuesta de seguridad laboral y buenas remuneraciones a largo plazo, pero hoy ese paquete no atrae ni retiene. “Los jóvenes quieren flexibilidad, aprender y dar lo mejor de sí. El líder debe entender esos cambios en sus equipos”, analiza Eduardo Braun, especialista en Cultura y Liderazgo del Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés. “Los líderes deben ser humanistas, curiosos, humildes, empáticos y tener sensibilidad para la gente. Y, principalmente, deben ser apasionados”, describe Braun. Martín Cañeque, profesor de Gestión del Cambio y Liderazgo en UADE Business School, confirma que los jóvenes de hoy quieren algo más que trabajar en la empresa número uno. “Desean que tenga algún fin social importante, transformador y único –explica–. Quieren líderes que los escuchen, entiendan, contengan, enseñen y cuiden, que les den objetivos desafiantes, pero no utópicos, la posibilidad de desarrollarse en el trabajo y un buen ambiente laboral.” Pero el liderazgo es una tarea peligrosa. En su libro Leadership on the Line, los profesores de Harvard Ronald Heifetz y Marty Linsky afirman que, cuando un líder busca cambiar el mundo, intenta, a su vez, modificar valores, creencias o hábitos de muchas personas. Y eso crea resistencias. “Si el liderazgo consistiera en dar buenas noticias a la gente, la tarea sería fácil”, sentencian. Los académicos plantean diferenciar los desafíos llamados técnicos de los adaptativos. Los primeros son aquellos que las autoridades pueden resolver con sólo aplicar el conocimiento vigente; los segundos requieren aprender nuevos métodos (un cambio cultural) y, por ende, implican sacrificios de la comunidad. “Liderar implica frustrar expectativas, dado que innovar y mejorar requiere esfuerzo, entrega y asumir pérdidas –afirma el especialista en liderazgo del IAE, Rodolfo Rivarola–. Los líderes deben animarse a frustrar más, pero con un propósito. Hoy confunden motivar con malcriar.” Rivarola enseña en sus clases que los problemas difíciles siempre generan conflictos y tensión en las comunidades: “Las personas no quieren escuchar malas noticias ni enfrentarse a los pares para discutir temas considerados sensibles. Y son los líderes los que deben traer estos problemas y construir el espacio para tener discusiones sensibles”. Más allá del impacto que provocan, pensar que los líderes son salvadores es una ilusión. Apenas sólo valientes que se arriesgan por un sueño, una causa o un propósito a buscar un cambio junto a sus seguidores. Eso sí, en el mundo actual necesitan además ser mucho más sensibles para contagiar su pasión.ß
el empleo, y las soluciones convencionales tienen implicancias distributivas que las convierten en poco viables desde el punto de vista social y político. –Buena descripción de la estructura productiva desequilibrada. –De las muchas implicancias de su análisis, hay una que viene a cuento. Diamand explicaba que el interés “ortodoxo” por las inversiones extranjeras tenía menos que ver con el aporte tecnológico –nadie hablaba, en aquel momento, de insertar en el mundo la producción manufacturera realizada en el país, por parte de empresas extranjeras–, y mucho más que ver con el aporte de divisas frescas que generaba el acto de inversión. –Explíquese. –El extranjero que se quiere instalar en la Argentina puede traer maquinaria del exterior, pero tendrá que comprar un terreno, contratar personal, utilizar hoteles, etcétera en el país, para lo cual tendrá que cambiar divisas por moneda local.
Un desafío aún más complejo en el país
E
n la Argentina no parece haber en la actualidad líderes que interpreten una realidad multifacética y que propongan un sueño con pasión y convicción. Por lo menos, así los estiman los académicos consultados por la nacion, que sólo rescataron y valoraron la figura del papa Francisco. “Hoy la Argentina se enfrenta a desafíos de supervivencia, inseguridad, inflación y violencia –analiza Rodolfo Rivarola, profesor de Liderazgo del IAE–. Los desafíos actuales, tanto de la Argentina como del mundo, requieren soluciones que integren no sólo a los líderes sino a que todos debemos comprometernos para hacer los sacrificios que hagan falta.” “Creo que tanto en el mundo como en la Argentina hay muchos gestores, muy buenos CEO que producen muchas cosas de manera eficiente”, estima Eduardo Braun, especialista en Cultura y Liderazgo del Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés. “Pero faltan líderes porque la gente no percibe la necesidad de hacer grandes cambios. Europa y Estados Unidos están cómodos y no hay conciencia de los problemas”, agrega el experto. “Por otro lado, la decadencia argentina confunde tanto, es tan multidimensional, que no hay nadie que interprete la realidad de forma convincente”, completa Braun. Una luz en Roma Para Martín Cañeque, profesor de Gestión del Cambio, y Liderazgo en UADE Business School, se puede afirmar que en casi todos los países se pide lo mismo de los líderes. “Lo que les está mostrando el papa Francisco en el mundo es impresionante. Se destaca su coraje, confianza, flexibilidad, honestidad, autoridad, vocación de servicio y la capacidad de llenar el corazón de los demás. El Pontífice muestra un nuevo camino, una nueva realidad”, estima el también director de la consultora especializada Pharus. “Francisco está abriendo una puerta de luz para que nosotros podamos aceptar y creer que hay otra forma de liderar”, afirma Cañeque y agrega: “El correcto ejercicio de los valores es lo único que puede impedir nuestra propia destrucción”. “Para hacerlo, todos debemos dejar de pensar en nosotros mismos y nuestros propios intereses, y comenzar a ver a quien tenemos al lado, a considerar al otro como un legítimo otro, a recuperar la capacidad de amar a los demás, la que tanto hemos perdido. Liderar ya no es caminar delante o detrás de la gente, es caminar a su lado”, afirma.ß
A través de esta vía, el Banco Central podrá financiar otras importaciones. –¿Qué tiene que ver con el caso actual? –Mucho. El mundo de hoy difiere del de Diamand, porque ahora hay mucho capital financiero en los mercados internacionales y también en manos de los argentinos. La escasez de divisas la padece el Banco Central. Pero dado esto, el “cariño” con el cual la Argentina mira a los acuerdos celebrados con China se explica por la similitud con lo que ocurría hace medio siglo. “Con tal que me permitas conseguir algunas divisas frescas, contra pesos argentinos, no me importa que aumentes las ventas de productos chinos en la Argentina”, dicen implícitamente nuestras autoridades. En estas condiciones, no sorprende el entusiasmo oficial con China, la indiferencia de la población y el enojo de los productores argentinos de bienes que compiten con los que elabora China. –Don Abba, muchas gracias.ß