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espectáculos
| Jueves 15 de mayo de 2014
en portugués |Un fin de semana con dos damas de la canción
Menú de delicias en la voz de Mísia
La música celta también da el presente
nuevo disco. La cantante vuelve para
presentar, pasado mañana, Delikatessen Mauro Apicella LA NACioN
Mísia se enfunda en un vestido negro, que combina con anteojos del mismo color, un pañuelo rojo sobre su cabeza y guantes al tono. Abre la puerta e invita a pasar a los invitados a la cena; es decir, a su nuevo disco. Ellos son iggy Pop, Adriana Calcanhotto, el cantante lírico Ramon Vargas, Melech Mechaya, Legendary Tigerman y Dead Combo, entre otros. Con ellos comenzará la tertulia y la cena que luego se completará con el público que escuche las canciones. En la Argentina, eso sucederá pasado mañana, cuando suba al escenario del teatro Coliseo para presentar Delikatessen Café Concerto. ¿Una manera de afrontar la coyuntura? Seguramente. Mísia cree que frente a los años de crisis en varios países de Europa, un menú como el de Delikatessen... es una respuesta “con estilo”. ¿Y de qué se trata? De eso que siempre ha rodeado su universo primario; el fado, por supuesto, con toques de tango y de bolero, más algunos desserts que
terminan de darle color y sabor a su propuesta musical. “Estamos en crisis, por eso mismo voy a comer las mejores canciones”, decía a fines del último año, cuando lanzó su álbum para el mercado europeo. Es cierto que a esta cantante portuguesa se la sigue asociando con el fado, sindicando como embajadora de esta música, fronteras afuera de de su país, y como continuadora, de alguna manera, de la tarea emprendida por Amália Rodrigues. De hecho, el 19 del mes que viene ofrecerá una actuación en el Festival de Fado de Madrid que será un homenaje a Amália. Pero la música que pasó y sigue pasando por la voz de Mísia toma de muchas de las geografías por las que caminó y de los encuentros con colegas con los que se cruzó en escenarios o en otras situaciones que dispararon proyectos artísticos. Como en sus primeros discos, en los que se la escuchó como una cantante diferente –esa que podía ir más allá de la tradición para darle colores actuales a un bello repertorio–, su nueva placa abre con un fado con toque tanguero.
Este fin de semana, en dos espectáculos, cinco representantes gallegos Jorge Luis Fernández PARA LA NACioN
En su regreso a Buenos Aires, la cantante portuguesa actuará en el Coliseo Pronto el disco comienza a ganar matices con el aporte de los invitados, sin perder esa intimidad que está planteada desde la voz y el piano, con muy buenos arreglos de Fabrizio Romano. Ya en el segundo track convida con un cha cha cha. Todo los platos son exquisitos. ¿Cuáles son los mejores? Eso lo define el paladar de cada oyente. Tal vez la interacción con Adriana Calcanhotto en “Qué será”. Tal vez
“Rastros do infinito”, donde la voz de Mísia surge apenas acompañada por el piano; o quizás la chaveliana “Esas lágrimas son pocas”, o la cándida y a la vez triste “Nanas de la cebolla”, con la excelsa pluma de Miguel Hernández y la música de Alberto Cortez. Tampoco son para despreciar las dos francofonías de su voz en “oblivion”, de Piazzolla, y “La chanson D’Heléne” (de la banda de sonido de Les cho-
ses la vie), con unas pocas frases pronunciadas por iggy Pop, casi un Barry White con acento francés. Aunque no tenga a los invitados, el menú estará disponible en Buenos Aires.ß
Delikatessen Café Concerto Mísia presenta su nuevo disco Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125. Pasado mañana, a las 20.30.
La nueva estrella de Brasil maría gadu. La cantautora, un fenómeno en su país y admirada por
Caetano Veloso, se presenta por primera vez en el país junto a Lenine Gabriel Plaza LA NACioN
Una chica paulista de clase media baja entró con su voz dulce e intimista en todas las casas de Brasil a partir de “Shimbalaiê”, un tema que compuso cuando tenía diez años. Entonces, el nombre de María Gadú se transformó de la noche a la mañana en el último gran fenómeno de la música brasileña. Su primer disco, editado en 2009, recibió los elogios de Milton Nascimento y la bendición de Caetano Veloso. En menos de un año, cuatro de sus canciones sonaban en las telenovelas de mayor audiencia de Brasil y su disco conseguía dos nominaciones a los Grammys como Mejor Artista Revelación y Mejor Álbum de Cantor/Compositor. Para esta chica de 22 años que venía tocando desde los 13 en el circuito de bares de San Pablo y después en Barra de Tijuca en Río de Janeiro todo se acercaba a un sueño. “Nunca tenía pensado grabar un CD, ser famosa ni cantar en programa de la Globo. Nunca lo pensé.” En 2010, el encuentro en un programa de televisión con Caetano Veloso donde cantaron juntos de-
rivó en una gira de conciertos que terminó en el DVD y disco Multishow Ao Vivo, que se transformó en uno de los más vendidos de ese año. “Sé que la madre de ella cantaba canciones mías para que las oyera, canciones que compuse tiempo antes de que ella misma naciera. Y hoy estamos aquí cantando juntos. Yo amo eso porque el sueño de todo hombre de 68 años es estar al lado de una chica de 23”, decía el propio Caetano, sorprendido por la joven cantora. Gadú tenía un aditamento especial, una personalidad y cierto minimalismo en su arte que arrancaba elogios de arregladores exquisitos como João Donato y cantoras populares como Ana Carolina. Su raíz musical y su origen no fueron tan sofisticados. Provenía de un hogar de clase media baja, a pesar de tener una madre psicóloga y un padre francés. Su abuela Doña Cila (a la que le dedicó un tema en su disco debut) era empleada doméstica y fue una suerte de guía musical. “Con ella viví trece años y escuchábamos de todo, de Chico Buarque a los Backstreet Boys.” Su formación también fue errática, aunque desde pequeña demostraba una sensibi-
lidad especial y un oído increíble. “Con seis años tocaba el piano. La primera vez que vi un piano de cola fue en un shopping. Yo no lo pensé, me senté y salí tocando. Cuando terminé tenía un montón de gente alrededor batiendo palmas. Yo comencé a llorar.” Actualmente, Gadú (nacida en 1986) sigue conmoviendo al medio musical brasileño con ese fraseo dulce que recuerda a Marisa Monte y una actitud despreocupada como la de Cassia Eller. Sus letras, en cambio, tanto las del primer disco como las de sus siguiente trabajos, Mais Uma Página (2011) y Nós (2013), tienen el espíritu de la generación de los 90, encabezada por Chico César y Lenine. Por eso, este encuentro con Lenine para la gira de Cantautores es fruto de la naturalidad. Gadú confiesa: “Lenine es la base de mi generación. Los cimientos de todo el conocimiento, el aprendizaje y la experimentación fueron y estarán siempre en él”.ß
María Gadú y Lenine Presentan juntos el espectáculo Cantautores en guitarra y voz. Teatro Gran Rex, Corrientes 857. Mañana, a las 21.30. Desde $ 200.
c. b. aragÃo
Entre Marisa Monte y Cassia Eller
Todo empezó con el gusto por la cerveza tirada, la resurrección tolkeniana que catapultó Peter Jackson y el recambio del new age por una música ancestral al tiempo que vibrante como el rock. El boom de la música celta es un fenómeno de los 90, igual que Nirvana y el MTV latino, las pilas de CD, Seinfeld, Los Simpson y los XFiles. Antes relegado, el folk de Galicia recibió entonces un espaldarazo, y un periodista de Billboard apodó a Carlos Núñez “el Jimi Hendrix de la gaita”. Hoy, tales figuras retóricas no parecen necesarias. El domingo, a las 20, en el teatro SHA (Sarmiento 2255), el espectáculo ATLÁNTiC@S presenta a cuatro artistas gallegos bajo el eslogan “Juntos por primera vez”. Conocido por la audiencia rioplatense, el gaitero Xosé Manuel Budiño, heredero de la tradición pan-céltica de Núñez, es un trotamundos que recorrió Europa, Asia y América latina y ha tocado junto a Van Morrison y los escoceses Capercaillie. oriundo de Pontevedra, Budiño es un todoterreno de la nueva trova gallega. En el transcurso de sus últimos discos (Home y Volta) hizo variadas experiencias, desde intimistas dúos y tríos con guitarra y violín hasta una interpretación a pulmón lleno de la marcha gallega. igual de buceadora es la cantante Uxía, cuyo rol como directora artística del Festival Cantos na Maré la llevó a hurgar en las raíces comunes de la cultura ibérica y sus proyecciones en América y África. Aun en su faceta fusión, Uxía transita un estilo más natural y cancionero que el de sus colegas (con el perfume de la tradición, la lírica de las cantigas galaico-portuguesas). Su congénere Rosa Cedrón tiene un estilo más melódico que compensa con su voz potente y el clasicismo de sus interpretaciones de chelo, un mix que convenció a Mike oldfield para invitarla a tocar “Moonlight Shadow” y grabar una tercera versión de “Tubular Bells”. Como aperitivo de ATLÁNTiC@S (que también incluye al cantautor Fran Pérez, alias NARF), pasado mañana se presenta en el teatro Avenida (Av. de Mayo 1220) el arpista Roi Casal, joven músico criado en el grupo Milladoiro, donde tocó junto a su padre, Nando Casal. En plena explosión de su carrera solista, se anima a temas melódicos con voces femeninas, pero también se arriesgó a musicalizar el Códice Calixtino (texto religioso del siglo Xii) y fusiona jotas o muixeiras con algarabía menos celta que española. Su show tendrá a los argentinos Xeito Novo como grupo soporte.ß