Iván Werning, economista estrella de la nueva generación

1 feb. 2009 - la revista The Economist, una de las más respetadas del mundo, les pidió a los mejores economistas que señalaran a las probables figuras de.
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ECONOMIA

Domingo 1º de febrero de 2009

L UCHA

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CONTRA EL DESEMPLEO

Buscan ayudar a la reinserción laboral de mayores de 45 años

Iván Werning, economista estrella de la nueva generación

Una asociación civil desarrolla un plan especial

El argentino fue elegido por sus colegas más destacados en una encuesta de la revista The Economist

SILVIA STANG

HUGO ALCONADA MON

LA NACION “Somos una sociedad que pone principalmente la identidad de cada persona en lo que hace y en lo que tiene. Acá tratamos de pensarnos desde otro lugar: todos somos seres humanos y estamos en esta vida buscando ser felices”. A juzgar por la modalidad de trabajo desarrollada por la asociación civil Diagonal, la premisa expresada por su director ejecutivo, Tomás Olivieri durante una charla con LA NACION, parece estar en el centro de todo. La institución se orienta a facilitar la reinserción laboral de personas de 45 años o más que quedan desocupadas, muchas veces tras una extensa trayectoria profesional. Y la tarea requiere mucho más que ofrecer conocimientos técnicos o hablar de estrategias para la búsqueda de un empleo.

en otros dos encuentros, en los que se trabaja la parte emocional. Allí entra en juego lo vinculado con los miedos y las ansiedades que suelen marcar el rumbo de los comportamientos. “Inconscientemente, hay muchas cosas que llevan a un autoboicot a la hora de buscar un trabajo”, comenta el directivo, que agrega que dos psicólogas participan de las reuniones. El promedio de edad de quienes se acercan a los encuentros es de 57 años, con un rango de 45 a 77. Por los grupos pasaron hasta ahora 220 personas, en muchos casos profesionales con títulos universitarios. También acudieron mujeres que estuvieron mucho tiempo dedicadas sólo al hogar y que ahora necesitan mantenerse económicamente. “Vienen muchas personas que se quedaron con la idea de otro mercado laboral”, relata Olivieri. Tres de cada diez personas que integraron los grupos están ahora ocupadas. Una de las líneas de trabajo de la asociación es firmar convenios con compañías que despiden empleados y quieren ofrecerles alguna alternativa para que no les sea muy difícil la reinserción.

Buscar causas externas

FABIAN MARELLI

Tomás Olivieri Quedar sin ocupación laboral a cierta edad implica, para muchos, la necesidad de enfrentar temores y de mirarse a sí mismos de una manera diferente de la acostumbrada, dejando de lado un determinado esquema de vida y eliminando presiones sociales que condicionan. Todo eso, más allá de que lograr el objetivo pretendido por Diagonal exige una reflexión y una acción por parte de los responsables de las empresas, que con mucha frecuencia limitan las búsquedas laborales definiendo un umbral bastante bajo. “El mundo está organizado como si siguiéramos en la época en que las personas vivían 60 o 70 años, pero hoy alguien que tiene 45 o 50 está en la mitad de su vida y es muy productivo, tiene mucho por dar”, afirma Olivieri. Diagonal comenzó a desarrollar hace un año y medio sus programas de ayuda a desocupados. Se trabaja en grupos de 14 o 15 personas que asisten a cinco encuentros. El primer módulo incluye la parte “dura” del plan, que abarca temas tales como la redacción del currículum y el marketing personal. El segundo módulo se desarrolla

En las primeras charlas, muchos desocupados tienden a mencionar sólo factores externos a la hora de analizar las causas de las dificultades para encontrar un nuevo puesto. “Hay un mecanismo de defensa y autojustificación al decir: «Soy viejo y no voy a conseguir trabajo»”, explica Olivieri. Al mismo tiempo, se exponen argumentos que suelen servir para ocultar temores. “Los otros días, alguien que tiene todo el potencial para crear un emprendimiento decía que no se largaba a hacerlo por sus hijos, cuando en realidad estaba subestimando a los hijos, creando una dependencia y buscando algo externo para no reconocer el miedo”, cuenta el directivo. Pero el trabajo centrado en las emociones personales no hace olvidar que es necesario promover cambios en el comportamiento de las empresas. La asociación tiene convenios con un grupo de compañías a las que les presenta candidatos para cubrir vacantes, sin que medien prejuicios por la edad. Las empresas que están en el plan son Fargo, Deutsche Bank, Easy, KPMG, Deloitte, Actionline, Europe Assistance, TGN, Pronto Wash y Aportes de Gestión para el Tercer Sector. “Hay un mix muy interesante cuando en un equipo de trabajo hay gente de diferentes edades”, comenta Olivieri, respecto de los resultados vistos puertas adentro por las empresas que se animan con las contrataciones. Y agrega que firmar esos acuerdos significa “sembrar una semilla para que haya relaciones más amorosas” y más conscientes de las necesidades de cada ser humano.

Cómo colaborar con la asociación La asociación civil Diagonal, que tiene su sede en la calle Libertad 246, en el centro de la ciudad de Buenos Aires, se sostiene con donaciones realizadas por socios particulares y por empresas. Pero actualmente, los egresos de cada mes superan el monto recibido, por lo que resulta necesario reforzar los recursos para poder continuar con la misión emprendida, según explicó el director ejecutivo, Tomás Olivieri. Para obtener más información y para colaborar, se puede llamar al teléfono 4381-2946, visitar www.diagonal.org.ar, o bien escribir a [email protected].

CORRESPONSAL EN EE.UU. WASHINGTON.– Veinte años atrás, la revista The Economist, una de las más respetadas del mundo, les pidió a los mejores economistas que señalaran a las probables figuras de la siguiente generación. Entre otros, marcaron a Paul Krugman, quien ganaría el Nobel de Economía en 2008. Diez años después, seleccionaron a Steven Levitt, cuya obra Freakonomics popularizó la profesión a niveles impensados incluso para los parámetros de Estados Unidos. Esta vez, el macroeconomista más votado de las ocho “nuevas estrellas” fue… Así es: un argentino. Iván Werning es actualmente profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), y a los 34 años se ganó el respeto y la admiración de sus pares más veteranos de la mano de varios artículos que publicó con sus hallazgos y conclusiones sobre cómo se puede determinar la política económica óptima que permita redistribuir el ingreso de manera más equitativa, pero sin desalentar la iniciativa individual. “Me focalizo en estudiar la eficiencia económica”, resume, al dialogar con LA NACION desde Villa La Angostura, donde se encuentra en estos momentos de vacaciones con su familia que, para más datos, abarca a su padre, ex profesor universitario de matemáticas en Estados Unidos, y a su hermano Vladimir, a su vez uno de los argentinos que más alto llegó en Wall Street, como ejecutivo de JP Morgan. Su padre, según cuenta Iván, influyó en su manera de ver la vida cotidiana. “Les veo el costado científico a las cosas”, dice, aunque siguió su propia senda. Integró la cuarta camada de egresados de la Universidad de San Andrés, a mediados de la década del noventa. Luego completó su maestría en la Universidad Torcuato Di Tella y enfiló hacia la Universidad de Chicago, donde obtuvo el doctorado en 2002. Poco después se instaló en el MIT. Según explicó The Economist en su última edición impresa de 2008, sus

Iván Werning es actualmente profesor del MIT editores recolectaron los nombres de más de 50 posibles “estrellas”, pero que algunos se repitieron a lo largo de las semanas. De esa primera lista extrajeron la definitiva, todos con doctorados obtenidos durante los últimos diez años. Y entre todos ellos, el macroeconomista mencionado más a menudo fue Werning.

Dos resultados ¿Por qué fue así? De la siguiente manera lo explica la revista: “Werning y sus coautores han obtenido al menos dos resultados teóricos de nota. El primero es mostrar que los desocupados tienen suficientes incentivos para trabajar, aun cuando reciban beneficios de desempleo indefinidamente. El segundo es que los legados de una generación a la

Un trabajo profundo Se centró en la “tributación dinámica óptima” WASHINGTON.– La tesis doctoral de Iván Werning deja bien en claro su foco de interés: “Tributación dinámica óptima”. Pero también la profundidad y alcance de su trabajo, como quedó reflejado en quienes fueron los miembros del tribunal que lo evaluó. Incluyó a dos Nobel. Werning la defendió en 2002, en la Universidad de Chicago, donde enseña el también economista Fernando Alvarez (graduado de la Universidad Nacional de La Plata y con temporadas en San Andrés y Torcuato Di Tella). A Alvarez se sumó el francés PierreAndré Chiappori, hoy en la Universidad de Columbia; y dos baluartes de Chicago: Gary Becker (Nobel 1992 por extender el análisis microeconómico a un amplio abanico del comportamiento humano) y Robert E. Lucas,

Jr (Nobel 1995 por su estudio sobre las “expectativas racionales”). Lo que se dice un cónclave de peso pesado. Tras obtener su doctorado, Werning enfiló hacia el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés), con sede en Boston. Por las calles de esa ciudad también deambulan otros cuatro de los ocho “economistas emergentes” que identificó The Economist. En el MIT dictan clases Esther Duflo y Amy Finkelstein, mientras que en Harvard investigan Roland Fryer y Raj Chetty, recién llegado de Berkeley. Los otros tres jóvenes destacados dan cuenta del prestigio real de algunas universidades norteamericanas. Son Jesse Shapiro (Chicago, donde se doctoró Werning), Xavier Gabaix, de la Universidad de Nueva York (NYU), y Marc Melitz, de Princeton.

ALFREDO LEIVA

siguiente deberían ser subsidiados por el Gobierno, con las herencias más pequeñas y recibiendo tasas más elevadas de subsidios”. Su primer foco de interés lo llevó a una conclusión opuesta a la que exponían sus pares, que consideran que proveer seguros de desempleo por tiempo indefinido alentaría la apatía de quien debería buscar un nuevo trabajo, pero que podría vivir sin mover un dedo. Por lo tanto, concluyen, acotar la ayuda a seis meses, como es el caso en Estados Unidos, “empuja” al beneficiario a buscar otro empleo. Werning detectó, sin embargo, que el factor decisivo para influir en las conductas no es la extensión temporal del beneficio, sino su monto. Por lo tanto, la clave pasa por determinar la relación óptima entre

el monto del seguro y la duración de ese beneficio. ¿Conclusión? “Que la duración óptima del beneficio es indefinida”, explica. –¿Qué debería hacerse, entonces? Sospecho que la respuesta es determinar primero cuál es el nivel óptimo para el monto del seguro de desempleo y luego mantenerlo abierto. ¿Es así? –Sí, es así exactamente. Incluso el beneficio óptimo (indefinido) puede ser más bajo que los beneficios actuales (temporales) –replica, antes de aclarar que va por más–. Ahora estoy trabajando en otro proyecto, con Rob Sumer, en el que enfatizo no solamente los incentivos de una persona desempleada, sino el hecho de que existen varios tipos de desempleados, algunos más empleados o con más disposición a encontrar un trabajo que otros. Su segundo hallazgo mostró que la transferencia de riqueza a los hijos debería ser regulada para evitar la consolidación de una inequidad que a su vez conduzca a que se produzca una acumulación de dinero en pocas manos. Es decir, dado que los chicos de padres ricos tienen más chances de ser ricos, debería subsidiarse a los de menores recursos para estabilizar la situación, lo que a su vez resulta mejor para la salud económica de una sociedad. Eso es posible mediante un impuesto a la herencia, al que él prefiere encuadrar como un subsidio progresivo. “Es casi obvio que casi todas las medidas impositivas tienen un efecto redistributivo. Yo trato de extender la dinámica entre la eficiencia económica y la redistribución”, sintetiza, sin ahondar en sus disquisiciones teóricas que The Economist definió como “elegantes”, mientras intenta tender puentes entre los trabajos de Frank Ramsey y de James Mirrlees, otro hombre distinguido con el Nobel, en 1996. “Eso de «elegante» se lo dejo a The Economist. Perfiles de economistas hay varios –cuenta desde la Patagonia–. Mi trabajo es más conceptual, teórico; de alguien a quien le gusta pensar en situaciones macroeconómicas.”