CULTURA
Viernes 20 de noviembre de 2009
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DESDE POLONIA s EL RELIGIOSO ACOMPAÑO AL PONTIFICE DURANTE 40 AÑOS
FESTIVAL LETRA
La memoria viva de Juan Pablo II
Un puente literario que une dos ciudades
El cardenal Estanislao Dziwisz, que fue su secretario, recuerda el papel del papa en momentos clave del siglo XX Escenas
MARIANO DE VEDIA LA NACION Cuando Juan Pablo II fue elegido papa, en octubre de 1978, su vida cambió, y también el rumbo político del siglo XX. La historia de su secretario privado, el fiel sacerdote polaco Estanislao Dziwisz, que lo acompañó durante casi 40 años, había comenzado a transformarse doce años antes, cuando el entonces arzobispo de Cracovia lo llamó y le dijo: “Vendrás conmigo. Aquí podrás proseguir tus estudios y me ayudarás”. Comenzó, así, una relación estrecha, que perduró más allá de la muerte del pontífice, porque no hay día ni lugar en que el cardenal Dziwisz no transmita recuerdos y anécdotas del papa que hoy está cerca de la beatificación, el paso previo a la santidad. “La beatificación está en manos de Benedicto XVI. Los polacos no queremos insistir ni interferir”, declaró el cardenal nacido en Raba Wyzna, que llegó a Buenos Aires para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Católica Argentina (UCA) de manos del cardenal Jorge Bergoglio. Dziwisz tiene hoy 70 años y se mantuvo al lado de Karol Wojtyla desde los 27, tres años después de que el entonces futuro papa lo ordenara sacerdote. Desde junio de 2005, tres meses después de la muerte de Juan Pablo II, es arzobispo de Cracovia y sucesor natural del pastor que contribuyó a la caída del régimen comunista. “La caída del Muro de Berlín fue la última etapa de un gran proceso. El derrumbe del comunismo comenzó de modo visible con su pontificado, porque él transmitía sensaciones de libertad y dignidad”, comentó el purpurado, al dialogar con LA NACION en español, con un timbre de voz que guarda similitud con el tono del papa polaco. “La libertad no es un privilegio sino un derecho humano. El gobernante debe respetar los derechos naturales del hombre. Cuando Wojtyla asumió en Roma se sostenía que el
➔ Plegaria atendida. “Una vez cami-
naba por un bosque, en un lugar de Italia, y un hombre que lo identificó lo invitó a comer a su casa. «Mi señora va a la iglesia a rezar por el papa ¡y el papa viene a mi casa!»”, exclamaba el anfitrión.
➔ Realismo. En febrero de 2005,
por su delicado estado, su médico personal le informó que debían practicarle una traqueotomía. “Santidad, será una operación muy sencilla”, le dijo el doctor Buzzonetti para tranquilizarlo. “¿Sencilla para quién?”, respondió Juan Pablo II.
➔ Con voz. En Popayán, Colombia,
celebró un encuentro con indígenas, y al ser recibido un jefe indio pronunciaba palabras muy fuertes contra los patronos. Un cura subió al palco para quitarle el micrófono y Juan Pablo II le volvió a dar la palabra.
➔ Advertencia. “Cuando viajó a Chile, ANIBAL GRECO
Dziwisz, hoy arzobispo de Cracovia, viajó a Buenos Aires para recibir una distinción en la UCA futuro era el marxismo. Y él estaba convencido de que no, porque el marxismo es lucha de clases. Sabía que la gente tenía que pensar su libertad y buscarla”, señaló el hombre que durante décadas manejó la agenda, las audiencias y los tiempos de Juan Pablo II. Entre los momentos más difíciles que compartió con el pontífice, Dziwisz mencionó los conflictos de Medio Oriente, la guerra de Irak y las amenazas a la defensa de la vida en temas como el aborto y la eutanasia. “Juan Pablo II decía siempre que una democracia mal concebida podía derivar en una dictadura del relativismo”, recordó. Dziwisz acompañó al papa en sus dos viajes a la Argentina: en 1982, durante la dictadura militar, y en 1987, cuando gobernaba Raúl
Alfonsín. “No eran viajes protocolares sino visitas pastorales. Le importaban el pueblo y la Iglesia, que son permanentes. En cambio, los partidos políticos y los gobernantes cambian.” Cuando viajó a Chile en tiempos de Pinochet, Juan Pablo II recibió críticas. Pero Dziwisz recordó que cuando el papa saludó a una multitud le dijo al dictador: “Si usted es católico, acá hay que construir un gobierno democrático”. El cardenal reveló con humor anécdotas del papa polaco. “Algunas veces se escapaba del Vaticano. No por diversión, sino porque sentía necesidad de reposar al lado de la naturaleza y contemplarla. Eso enriquecía su corazón”, explicó. Mencionó, por ejemplo, sus excursiones reservadas para ir a esquiar,
vestido como todos, con gorro y anteojos oscuros. Un niño de diez años lo descubrió, mientras esperaba su turno en la fila, como cualquiera. “Cuando tenía que escribir un documento importante se iba a las montañas. Gozaba de la belleza de la naturaleza para pensar y después se ponía a escribir”, contó. Siempre escribía con lapicera, su pluma, no usaba computadora. –¿Cómo vivió Juan Pablo II la mediación entre la Argentina y Chile por el conflicto austral? –Fue inmediatamente después de asumir en Roma, cuando le informaron sobre las fuertes tensiones y el grave peligro de guerra entre dos ejércitos que estaban dispuestos a enfrentarse. La Iglesia de la Argentina y la de Chile estaban muy preocupadas y querían que
en tiempos de Pinochet, recibió críticas. Pero él le dijo al dictador: «Si usted es católico, acá hay que construir un gobierno democrático».”
la mediación pontificia ayudara a evitar el conflicto. Juan Pablo II tenía responsabilidad pastoral y una fuerte simpatía humana por América latina. Muchas veces hablaba del continente de la esperanza. –Cuando el papa sobrellevaba su enfermedad ¿pensó alguna vez en abdicar? –Puedo imaginar que el papa ha enfrentado este problema muy personalmente con Cristo, porque por él fue llamado. El una vez contestó: Cristo no bajó de la cruz. El quería siempre imitar a Cristo. –¿Dejó instrucciones o preocupaciones para su sucesor? –El papa no hablaba con nadie de estas cosas. Las indicaciones eran la creación de los cardenales en el mundo. El escribió: “El Espíritu Santo les indicará”. Ese era su testamento.
A PARTIR DE MAÑANA
Ideas que ilustraron el país, en una muestra en el Sívori LA NACION Desde hace dos siglos, el humor gráfico en nuestro país ha sabido ilustrar y pensar la Argentina y el mundo con talento de ideas y de expresión artística. Así lo confirma la muestra 200 Años de Humor Gráfico, que se inaugura mañana en el Museo Sívori (Av. Infanta Isabel 555). Los visitantes podrán ver unas cien obras originales que recorren el humor gráfico, político y costumbrista, desde principios del siglo XIX hasta nuestros días, en un repaso que incluye las publicaciones que le dieron sustento y las diferentes técnicas artísticas con las cuales los autores se expresaron. La muestra está organizada por el Museo del Dibujo y la Ilustración. La historia comienza con la serie humorística de litografías de César Hipólito Bacle, de 1834, en la que se ve a las damas porteñas ataviadas con peinetones de exagerado tamaño. Se trata de una de las primeras caricaturas que aparecieron en el Río de la Plata, en este caso vinculada con la moda de la época. Los debates políticos sobre un modelo de nación guiaron en buena medida el humor gráfico durante la segunda mitad del siglo XIX. Entre otros ejemplos se exhibe el de Eduardo Sojo, dibujante español que fundó, en 1884, la publicación Don Quijote, a quien el presidente Juárez
Celman prohibió dibujar su caricatura. El ilustrador entonces redobló la apuesta y lo empezó a representar como “un burrito cordobés”. El siglo XX se inicia con la marca de la revista Caras y Caretas, el primer semanario popular de carácter masivo, fundado por el periodista español Eustaquio Pellicer y por Bartolomé Mitre y Vedia. Allí trabajó el español José María Cao, considerado el padre de los caricaturistas argentinos. En la introducción al catálogo de la muestra, el artista Carlos Nine expresa que hasta hoy vuelve a las páginas “reveladoras de Caras y Caretas buscando la solución” a sus problemas estéticos. Un dato no menor frente a las imágenes es su calidad artística y la utilización de técnicas como el dibujo y el grabado.
Retratos del presente En 1916 apareció Plus Ultra, que tuvo entre otros directores a Eduardo Alvarez, de quien se exhibe en la muestra una imagen que en 1928 apareció en Caras y Caretas, llamada Problemas municipales, entre los que se mencionan el tráfico, los hospitales y el pavimento. No es la única imagen en la exposición que ilustra un tema de otro tiempo que se perpetúa en el presente. En el período que en la muestra se considera “la edad de oro de la caricatura nacional”, entre 1930 y 1950, apareció la tira del indio Patoruzú, de Dante Quinterno, que
primero se inició en Crítica, en 1928, y que a mediados de los 40 lideraba el mercado. En ese momento apareció una competidora, Rico Tipo, de la mano de José Antonio Divito, con una tirada de 350.000 ejemplares. En 1966, la dictadura de Onganía obligó a cerrar la revista Tía Vicenta, pero no impidió la aparición de la inteligente y contestataria niña Mafalda, de Quino, presente en la exposición. En ese tiempo, el clima político hizo que humoristas como Oscar Grillo, Mordillo y Oski buscaran un lugar en el exterior, y abrieron un camino que se sigue nutriendo hasta hoy con las nuevas generaciones. En los 70, de la mano de la revista cordobesa Hortensia aparecerían los célebres personajes de Inodoro Pereyra y Boogie, el Aceitoso, de Fontanarrosa. Pocos años después, en 1978, en medio del mundial y de la última dictadura militar, irrumpió la revista Humor, de Andrés Cascioli, que reunió a Trillo y Altuna, Nine y muchos otros, y fue semillero de humoristas como Maitena, Rep, Daniel Paz y Lánger. Una publicación que supo desafiar los límites de la censura, como se ve en la muestra. Los diarios son hoy el soporte principal de publicación de humor gráfico. En LA NACION y Clarín, destacados ilustradores y humoristas –se exhiben trabajos de Hermenegildo Sábat, Huadi, Nik, Sendra– continúan con la tarea. La muestra se podrá ver hasta el 7 de febrero.
Madrid llegó a Buenos Aires con Letra, un encuentro literario que continúa la iniciativa promovida durante el primer semestre del año en la capital española. Entonces, Buenos Aires fue la ciudad invitada junto con cineastas, artistas y escritores que mantuvieron un rico intercambio con sus pares de la península. Inaugurado el sábado pasado, Letra –un encuentro de creadores que se prolongará hasta el jueves próximo– tiende un puente cultural a través de cartas y textos de personalidades de ambos lados del Atlántico, con lecturas a cargo de actores en el Museo Isaac Fernández Blanco. El festival es parte de un acuerdo más amplio firmado entre el Ministerio de Cultura porteño, a cargo de Hernán Lombardi, y el delegado de Hacienda y Empleo del Ayuntamiento de Madrid, Miguel Angel Villanueva, con vistas a incrementar el intercambio turístico entre ambas capitales. La presencia española prevista por los directores de Letra, Beltrán Gambier y Víctor del Campo, está integrada por la escritora Soledad Puértolas; el cineasta Imanol Uribe; el director del suplemento cultural del diario ABC, Fernando Rodríguez Lafuente, y la galerista Oliva Arauna. Por el lado argentino, Buenos Aires aporta los nombres de Sergio Renán, Martín Caparrós, Javier Daulte, Ernesto Schoo, Lucrecia Martel, y los actores Norberto Díaz, Rita Terranova, Duilio Marzio y Beatriz Spelzini. Beltrán Gambier es director de una revista cultural de larga tradición, Intramuros, que ha recorrido en sus ediciones la cultura de las regiones más diversas del planeta. Del Campo es presidente de la Fundación Temas del Arte. Gracias al acuerdo de vinculación entre Buenos Aires y Madrid, Letra se presenta como un festival con continuidad.
Breve
Se exhiben 100 originales de humor gráfico, desde el siglo XIX hasta hoy LAURA CASANOVAS
Madrid y Buenos Aires, en intercambio
SE DICTO LA CONCILIACION
Ratifican el paro docente en la ciudad
MAXIE AMENA
La exhibición repasa publicaciones centrales a lo largo de 200 años
Los sindicatos docentes de la ciudad de Buenos Aires confirmaron que el miércoles y jueves próximos realizarán el paro que estaba previsto, a pesar de que la Subsecretaría de Trabajo del gobierno porteño dictó ayer la conciliación obligatoria. “El gobierno de la ciudad no tiene autoridad para dictar la conciliación obligatoria. En el paro anterior hicieron lo mismo, nosotros no fuimos y se hizo el paro igual”, dijo a LA NACION Eduardo López, secretario general de la UTE. López argumentó que la ley 265, en su artículo 2, inciso C, establece que el gobierno de la ciudad no tiene la facultad de dictar conciliación obligatoria cuando los trabajadores involucrados en el conflicto dependan de él.
Culto católico
GENTILEZA MUSEO SIVORI
Una imagen de Sirio, de 1916
GENTILEZA MUSEO SIVORI
Tapa del N° 1 de Humor, de 1978
Santoral. San Edmundo, rey y mártir. Comenzó a gobernar sobre los anglos del Este cuando tenía quince años. Porque se negó a abandonar su religión, fue muerto a flechazos en 870. Liturgia. Se leen I Macabeos (4, 36-37.52-59) y el Evangelio de San Lucas (19, 45-48).