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La medida de un hombre - Editorial Portavoz

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ELOGIOS DEL LIBRO

La medida de un hombre Este libro trasciende todas las fronteras culturales. Nosotros lo estamos usando para ayudar a capacitar a más de tres mil pastores en Nigeria, quienes a su vez pueden capacitar a otros muchos hombres en sus iglesias en toda África Occidental.

REV. MUSA NCHOCK ASAKA Director de Desarrollo de Liderazgo, Iglesias Evangélicas en África Occidental

Uno de los mejores libros que jamás se ha escrito. Es indispensable en los ministerios para hombres.

CHARLES BLAKE Obispo, Iglesia de Dios en Cristo, Los Ángeles, California

Los seminarios y presentaciones generales basados en el libro de Gene, La medida de un hombre, han sido una bendición para los miles de hombres que participan en Maximum Man Conferences. Gene vive lo que enseña. Recomendamos encarecidamente el estudio de La medida de un hombre de manera personal o en grupos pequeños.

KEITH BOYD Director General de Ministry to Men Foundation

Animo a cada pastor a usar este libro para discipular a los hombres. Es un clásico sobre este tema.

JIMMY DRAPER Ex presidente de la Convención Bautista del Sur y de LifeWay Christian Resources, Nashville, Tennessee

La medida de un hombre nos ayudará a servir eficazmente en esta nueva hora de renovación nacional entre los hombres cristianos.

JACK W. HAYFORD Pastor principal de la Iglesia en el Camino, Van Nuys, California

Rara vez he visto un libro como este, que haga un impacto personal tan grande en la vida de tantos hombres.

HOWARD HENDRICKS Profesor distinguido del Seminario Teológico de Dallas Director del Centro de Liderazgo Cristiano, Dallas, Texas

He usado La medida de un hombre con los líderes de mi iglesia desde que lo leí por primera vez hace 16 años. Lo considero un clásico para los hombres que quieren formarse para ser líderes.

JOHN MAXWELL Pastor principal de la Skyline Wesleyan Church, San Diego, California

¡Este libro tiene verdadera sustancia!

TED MAXWELL Presidente y fundador de Men Alive, Canadá

Recomiendo La medida de un hombre. Es un clásico que continúa siendo fundamental en los estudios bíblicos para hombres alrededor del mundo.

BILL MCCARTNEY Fundador de Promise Keepers

No conozco ninguna herramienta más bíblica y práctica que La medida de un hombre. ¡Es excelente!

DAVID MCCOMBS Ministerio para Hombres, Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo

Creo que este libro es especialmente relevante para el desarrollo del carácter de los hombres de raza negra en medio de la crisis que enfrentamos en las áreas urbanas de Estados Unidos. Oro pidiendo que tenga una amplia distribución entre las comunidades afroamericanas de Estados Unidos.

DR. JOHN M. PERKINS Editor de la revista Urban Family

Estoy entusiasmado con esta nueva edición de La medida de un hombre. Ha sido un clásico en la literatura para hombres. Esta nueva edición incluye excelentes ilustraciones de las experiencias que Gene ha tenido en su ministerio con hombres.

BRIAN PETERSEN Editor de la revista New Man

Recomiendo encarecidamente La medida de un hombre. Es bíblico, práctico y lleno de experiencia.

RON RAND Autor, For Fathers Who Aren’t in Heaven

LA MEDIDA DE UN HOMBRE GENE A. GETZ

La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y confiable, que animen a las personas a conocer y servir a Jesucristo.

Título del original: The Measure of a Man © 2004 por Gene Getz y publicado por Regal, de Gospel Light, Ventura, California, USA. Traducido con permiso. Edición en castellano: La medida de un hombre © 2015 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves o reseñas. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia. El texto bíblico indicado con “nvi” ha sido tomado de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, copyright © 1999 por Biblica, Inc.® Todos los derechos reservados. El texto bíblico indicado con “ntv” ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados. Las cursivas en los versículos bíblicos son énfasis del autor. EDITORIAL PORTAVOZ 2450 Oak Industrial Dr. NE Grand Rapids, Michigan 49505 USA Visítenos en: www.portavoz.com ISBN 978-0-8254-1993-5 (rústica) ISBN 978-0-8254-0837-3 (Kindle) ISBN 978-0-8254-7957-1 (epub) 1 2 3 4 5 / 24 23 22 21 20 19 18 17 16 15 Impreso en los Estados Unidos de América Printed in the United States of America

Contenido Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11 Historias verdaderas Capítulo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Es un hombre de Dios Capítulo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25 Tiene buena reputación Capítulo 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33 Mantiene pureza moral Capítulo 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .46 Vive una vida equilibrada Capítulo 5 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55 Demuestra sabiduría Capítulo 6 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66 Hace atractiva la verdad de Dios Capítulo 7 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 Comparte los recursos Capítulo 8 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87 Se comunica de forma sensible Capítulo 9 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99 Es moderado en todas las cosas

Capítulo 10 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Supera el egocentrismo Capítulo 11 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Maneja el enojo debidamente Capítulo 12 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Evita el comportamiento destructivo Capítulo 13 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Trata a los demás con justicia Capítulo 14 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Es un pacificador Capítulo 15 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176 Es generoso Capítulo 16 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 Es padre a la manera de Dios Capítulo 17 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202 Ama a Dios de todo corazón Capítulo 18 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 Es justo y recto Capítulo 19 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Vive una vida santa Capítulo 20 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 Es un hombre disciplinado

Prólogo El libro La medida de un hombre es un clásico. El doctor Gene A. Getz, mi buen amigo y compañero pastor, ayudó eficazmente a desarrollar el ministerio entre los hombres con este libro atemporal. Como resultado de su experiencia de fundar iglesias, durante una reunión con un grupo de hombres para estudiar la Biblia y orar, Gene sugirió que estudiaran el perfil de madurez esbozado por Pablo para Timoteo y Tito (1 Ti. 3 y Tit. 1). Impresionado y motivado por las ideas obtenidas de las Escrituras y por las aportaciones de estos hombres sobre sus propias experiencias de vida, Gene comenzó a tomar notas en un diario. Un día, Bill Greig, hijo, que entonces era presidente de la casa de publicaciones Gospel Light, estaba de visita en Dallas y pasó por la oficina de Gene para saber más sobre su nuevo proyecto de iglesia conocido como Fellowship Bible Church. Fue entonces cuando Gene le habló de sus notas que habían surgido del estudio bíblico para los hombres. Bill salió de allí con el compromiso por parte de Gene para escribir un libro basado en las 20 cualidades de carácter descritas por Pablo. Poco sabían Bill o Gene de lo que iba a suceder. Publicado por primera vez en inglés en 1974, La medida de un hombre nunca se ha dejado de imprimir y ha sido traducido a numerosos idiomas y utilizado en todo el mundo para motivar a los hombres a vivir una vida más semejante a Cristo. Cuando le preguntan a Gene por qué este volumen ha tenido esta vida útil tan increíble, él sencillamente responde: “Tomé prestado el bosquejo del apóstol Pablo, quien lo recibió del Espíritu Santo”. Luego, en tono

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Prólogo

irónico, añade: “Cuando lleguemos al cielo, Pablo probablemente obtendrá la recompensa y a mí me castigarán por plagio”. Esta revisión actualizada y ampliada aporta una mejor comprensión del perfil bíblico de la madurez. Como pastor, he utilizado este libro con mis propios líderes de la iglesia desde que lo leí hace años. Lo considero un clásico para los hombres que aspiran a ser líderes espirituales. Lo recomiendo encarecidamente. Tomado en serio, La medida de un hombre cambiará tu vida y la vida de tu iglesia. John C. Maxwell Fundador, INJOY INJOY Stewardship Services y EQUIP

Introducción Historias verdaderas

¡Después de cinco finales del campeonato de fútbol americano! Un día recibí una llamada de D. D. Lewis, un antiguo jugador de los Dallas Cowboys. —Estoy metido en problemas —me dijo—, y necesito ayuda. ¿Me podrías echar una mano? Su voz sonaba angustiada. —Por supuesto —le contesté—. Nos podemos ver el jueves por la mañana. Mientras jugaba con los Cowboys, D. D. asistió a la iglesia que yo pastoreaba. Después de participar en cinco campeonatos con el entrenador Tom Landry, finalmente dejó el deporte y se dedicó a otra actividad. En algún momento, se alejó de la iglesia y yo perdí el contacto con él. Por desgracia, las cosas no iban bien para D. D. Tuvo dos fracasos en los negocios y había pasado por un doloroso divorcio que también lo apartó de sus hijos. Aunque confesaba ser cristiano, su vida espiritual se había deteriorado. Cuando nos encontramos el jueves por la mañana, este hombre, una vez famoso en el campo de fútbol, se sinceró y me contó su triste historia. D. D. sabía que necesitaba ayuda espiritual y ser más responsable en su vida.

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Introducción

El camino hacia la recuperación Cuando me senté ese día con D. D., vi la desesperación en sus ojos. —Yo te ayudaré —le contesté—. Vamos a reunirnos una vez a la semana para desayunar y usaremos mi libro La medida de un hombre para reflexionar y conversar. D. D. estaba agradecido. Él leía un capítulo cada semana, y luego nos reuníamos para conversar y orar. —Tienes que ser sincero conmigo —le dije—. Nada de secretos. Si fallas en alguna área de tu vida, tendrás que admitirlo desde el principio y volver al camino del Señor. Una vez más, él estuvo de acuerdo y juntos fuimos trabajando a través de los capítulos de este libro. Más tarde, D. D. me escribió lo siguiente: Reunirme con usted y reflexionar juntos sobre los temas del libro La medida de un hombre, me ayudó a comenzar una renovada relación con la familia de Dios. Este estudio me mostró que Dios tiene un plan y normas para que las sigan los hombres que quieren caminar con Él. Con su amoroso estímulo he podido ver que Dios me ama a pesar de mi comportamiento en el pasado (Tit. 3:3-7), y que mi camino hacia la madurez es un proceso y no un arreglo rápido de la noche a la mañana en mis altibajos emocionales. El tiempo que pasamos juntos fomentó en mí una verdadera sed por la Palabra de Dios, y eso me ha sostenido a través de algunos momentos y pruebas difíciles. He descubierto que la mayoría de los hombres tienen los mismos problemas a lo largo de los años, y que la sanidad comienza cuando nos sinceramos nosotros mismos con otros hombres de Dios.

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Una experiencia que nunca olvidaré Al tiempo que D. D. y yo nos sentábamos semana tras semana para reflexionar juntos sobre La medida de un hombre, mis pensamientos volvían a un estudio bíblico dinámico que tuve con un grupo de hombres en Dallas. Nos reunimos durante 20 mañanas sucesivas, cada jueves desde las 6:45 a 7:45, en la sala de conferencias de un motel antes de ir cada uno a su trabajo diario. Queríamos descubrir por medio de las Escrituras y de la contribución de cada uno cómo podríamos ser mejores esposos, mejores padres, mejores cristianos, es decir, hombres de Dios más maduros. Lo que hizo tan especial este tiempo con D. D. Lewis fue que el libro que estábamos usando para estudiar lo que Dios dice sobre convertirse en un hombre de Dios maduro surgió de aquel primer grupo de estudio bíblico. Como puedes imaginar, yo estaba tan emocionado por lo que estaba sucediendo en la vida de todos, que empecé a duplicar la experiencia mediante la escritura. El resultado final fue este libro.

La historia inspiradora de un padre y un hijo La universidad era una experiencia nueva para mí. Durante mi primer año, me reunía con un grupo de nuevos amigos. El ritmo de vida era cada vez más ajetreado. Yo me involucré en algunas actividades cristianas, pero mucho de lo que hacía era solo de “relleno”. No me sentía realmente conectado con Dios. Un día, mi padre me llamó y me hizo una simple pregunta: —¿Cómo te va, Grant? ¿Cómo estás espiritualmente? Hice una pausa que me pareció una eternidad, y luego respondí:

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Introducción

—No voy muy bien, papá, me refiero a mi relación con Dios. A veces en realidad estoy fingiendo mi vida espiritual. Esa pregunta simple pero directa de mi padre nos llevó a una gran conversación. Él no me predicó o me hizo sentirme culpable. Sentí que estaba sinceramente interesado en mí y en lo que estaba pasando en mi vida. Me di cuenta más que nunca de lo privilegiado que era por tener un padre que realmente se preocupaba por mí. Después de reflexionar sobre nuestra conversación, le escribí una carta a mi padre y le sugerí que hiciéramos algo especial durante el verano cuando volviera a casa. En esencia, le dije: “Muchas gracias por hacerme esa pregunta en el teléfono la otra noche. Quiero de verdad conectarme contigo este verano. Tengo muchas ganas de volver a casa y conectarme contigo y con Dios”. Huelga decir que Ron (el padre de Grant) estaba entusiasmado con esta oportunidad. Tuvieron su primera reunión temprano en la mañana en Starbucks, y se convirtieron en clientes asiduos ese verano. Para guiar su conversación eligieron mi libro La medida de un hombre. Se preparaban para cada reunión leyendo dos capítulos y luego hablaban sobre cómo podrían desarrollar estas cualidades en sus vidas. También fijaron objetivos mediante el uso de la sección de aplicación al final de cada capítulo. Lo que leían en cada capítulo se convirtió a menudo en un catalizador para una interacción profunda y personal entre padre e hijo. Grant: Creo que una de las experiencias más significativas fue cuando fuimos capaces de simplemente dejar sobre la mesa La medida de un hombre y empezar a hablarnos el uno al uno. Mi padre me contó experiencias de su propia vida

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de cuando estaba en la universidad —sus propios éxitos y fracasos—, lo que me mostró que él era un ser humano de verdad que enfrentó las mismas luchas y tentaciones que yo estaba experimentando. Ron: Uno de los beneficios de usar La medida de un hombre como guía de nuestras conversaciones fue lo mucho que aprendí. Recuerdo que estaba sentado frente a mi hijo pensando: Aquí estoy yo, un hombre mayor que se supone que está para ofrecer sabiduría paternal, pero cuando Grant compartía conmigo, su padre, sus ideas, quedé realmente inspirado. Nuestros diálogos fueron definitivamente una calle de dos sentidos. Estábamos aprendiendo juntos. Ese verano fue una gran experiencia para el padre y el hijo, hasta el punto de que quisieron continuar sus conversaciones después de que Grant regresó a la universidad. Juntos elaboraron un plan. Decidieron utilizar el mismo patrón que habían seguido durante el verano. Los martes, temprano en la mañana, Ron iría a Starbucks, pediría su café y esperaría a que sonara su teléfono celular. A las 6:30 —la mayoría de las veces—, Grant llamaba a su padre. Cada uno tenía su propio ejemplar de La medida de un hombre delante de ellos y pasaban revista a las cualidades de la madurez que se describen en cada capítulo y luego evaluaban los objetivos que se plantearon durante el verano para ver cómo estaban progresando. Al mirar estas experiencias en retrospectiva, estas fueron sus reflexiones: Ron: Estoy convencido de que este estudio es el libro perfecto para ayudar a los padres a conectar con sus hijos. Abre una puerta para que invites a tu hijo a entrar en tu vida a un nivel más profundo. Grant: Estoy muy agradecido de haber podido crecer en mi relación con Dios, y lo que es aún más importante, haber

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Introducción

crecido en mi relación con mi padre. He descubierto que puedo conocer mejor a Dios al conocer mejor a mi padre.

¿Cómo medimos la madurez? El apóstol Pablo bosquejó en sus dos cartas pastorales 20 cualidades dinámicas para medir la madurez, esto es, en su primera carta a Timoteo y la que le escribió a Tito (1 Ti. 3:1-7; Tit. 1:5-10). Estas son las cualidades que formaron la base del estudio bíblico para hombres que mencioné antes. Cada jueves por la mañana, uno de nosotros en el grupo tomaba unos 30 minutos para hablar a los demás de lo que podríamos aprender de las Escrituras acerca de cada cualidad específica. Después pasamos otros 30 minutos en un diálogo e intercambio personal, centrándonos sobre todo en cómo podríamos desarrollar cada cualidad de manera más adecuada en nuestra vida. Este estudio que disfrutamos juntos tuvo un profundo impacto en todos nosotros. Mientras ayudaba a dirigir algunas de estas sesiones, o cuando solo escuchaba y participaba, mi propia vida quedó influenciada y cambiada profundamente. Lo que estaba pasando en la vida de todos nosotros me motivó a compartir esas experiencias con otros hombres. Lo que tienes en tus manos es una versión actualizada de La medida de un hombre. Al ir estudiando, reflexiona en lo que Pablo escribió a Timoteo hace casi 2.000 años: Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros (2 Ti. 2:2).

Pensemos y crezcamos juntos Dios ha diseñado el Cuerpo de Cristo de manera que cada uno de los miembros contribuya al crecimiento espiritual de los demás

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miembros del Cuerpo. Como Pablo escribió a los efesios: “Unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Ef. 4:16). Somos “todos miembros los unos de los otros” (Ro. 12:5) y nos necesitamos mutuamente. En consecuencia, al final de cada capítulo encontrarás una sección titulada “Pensemos y crezcamos juntos”. Para obtener el máximo beneficio de este estudio, únete a un grupo pequeño de hombres y reflexionen juntos sobre esas preguntas. Te alegrarás de haberlo hecho.

CAPÍTULO 1

Es un hombre de Dios Percepciones del mundo laboral diario Un día, cuando llevaba a cabo un seminario sobre La medida de un hombre en Chicago, tuve una experiencia fascinante. Dos hombres que estaban sentados cerca de la primera fila se mostraban claramente interesados en lo que yo estaba diciendo sobre la lista de 20 cualidades de la madurez que Pablo describe en sus cartas a Timoteo y Tito. Mientras yo hablaba, me retroalimentaban positivamente, no solo con su lenguaje corporal, sino también con expresiones tales como: “Así es, Gene”, “Eso es verdad”, “Ese es un buen punto”. Animado, me acerqué y me senté en su mesa durante el siguiente descanso para tomar café. Descubrí que ambos eran parte del equipo de alta dirección en una gran fábrica de acero en Gary, Indiana. Además, los dos eran nuevos cristianos. Uno de los hombres dijo: —Gene, este es un material excelente. Lo hemos escuchado antes, pero no de la Biblia. El otro estuvo de acuerdo, y luego añadió: —Sí, yo había oído hablar de Timoteo antes, pero de Tito no sabía nada. En ese momento me di cuenta que me estaba relacionando

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Capítulo 1

con hombres que no solo eran nuevos cristianos, sino que también sabían muy ¿Cómo poco acerca de la Biblia. Asimismo, no reconocemos a tardé en descubrir que estos hombres no un “hombre de eran nuevos en el campo de la gestión empresarial. Ellos hicieron una observación Dios”? ¿A qué que nunca olvidaré. “¿Sabe? —dijeron—, esta es la primera vez que hemos oído esta se parece? lista de requisitos de la Biblia; pero hemos aprendido, por experiencia en la contratación de personas para puestos de dirección intermedios, que esta es la clase de hombres que buscamos. Queremos empleados que tengan buena reputación. No queremos un hombre que esté engañando a su esposa o que ande por ahí acostándose con la que se presente, porque lo más probable es que también va a engañar a la empresa. Desde luego, no queremos un hombre que tenga todo tipo de problemas domésticos. Si él no puede manejar su propia familia, ¿cómo va a dirigir a la gente en nuestra fábrica de acero?”. Estos hombres describieron característica tras característica lo que habían aprendido de la experiencia en relación con las cualidades de la madurez. Curiosamente, se dieron cuenta de que su lista básica seguía muy de cerca la lista de Pablo. Yo estaba intrigado y fascinado. Habíamos estado examinando las cualidades de las madurez inspiradas por el Espíritu Santo y esbozadas por Pablo hacía casi 2.000 años. Y aquí había dos hombres que eran cristianos nuevos y sabían poco acerca de la Biblia, pero habían aprendido por experiencia que ese perfil bíblico es pragmático y esencial en la selección de personas que van a servir en puestos de responsabilidad.

Timoteo en Éfeso Cuando Pablo escribió su segunda carta a Timoteo, se refirió a un “hombre de Dios” que está “enteramente preparado para toda

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buena obra” (2 Ti. 3:17). Esto plantea una pregunta importante. ¿Cómo reconocemos a un “hombre de Dios”? ¿A qué se parece? Estas no son preguntas nuevas. Estaban en la mente de Timoteo cuando Pablo le dejó en Éfeso para establecer la iglesia. Él tuvo que lidiar con hombres que querían ser líderes espirituales. Pablo elogió a estos hombres por aspirar a servir en posiciones de liderazgo. Sin embargo, advirtió a Timoteo de que se asegurara que cada hombre que quería servir era un cierto tipo de hombre (1 Ti. 3:1).

Tito en Creta Tito se enfrentó al mismo reto en su ministerio. Pablo le dejó en Creta para nombrar líderes espirituales en las ciudades donde se habían establecido iglesias (Tit. 1:5). Una vez más, Pablo advirtió a Tito que se asegurase de que estos hombres cumplían con ciertos requisitos. Al parecer, Tito enfrentó problemas en Creta que eran más difíciles de resolver que los que enfrentó Timoteo en Éfeso. Ya habían aparecido hombres que evidentemente pretendían ser cristianos, pero que “[trastornaban] casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (v. 11). Su principal motivación era el dinero. Tito se enfrentó a la enorme tarea de no solo descubrir líderes y capacitarlos para ser fieles y santos, sino también tapar la boca a los que eran “habladores de vanidades y engañadores” (v. 10).

Perfil de madurez según Pablo Dos párrafos en las cartas de Pablo a Timoteo y Tito nos dan un perfil de gran alcance para probar nuestro nivel de madurez en Cristo (1 Ti. 3:1-7; Tit. 1:5-10). La siguiente lista muestra los requisitos espirituales tomados de las dos cartas:

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Capítulo 1

1. Madurez espiritual general (es un hombre completo) 2. Irreprensible (un hombre de buena reputación) 3. Marido de una sola mujer (pureza moral) 4. Moderado (es equilibrado en sus palabras y acciones) 5. Prudente (es sabio y humilde) 6. Respetable (es un buen ejemplo para seguir) 7. Hospitalario (es desinteresado y generoso) 8. Apto para enseñar (se comunica sensiblemente en una manera que no es defensiva ni amenazante) 9. No dado al vino (no adicto a sustancias) 10. No soberbio (no es egocéntrico ni controlador) 11. No iracundo (no cae en la ira que se convierte en pecado) 12. No pendenciero (no es abusivo) 13. Amable (es sensible, amoroso y bondadoso) 14. Apacible (pacífico, no dado a disputas y divisiones) 15. No avaro (no es materialista) 16. Gobierna bien su casa (es buen esposo y padre) 17. Amante de lo bueno (procura actividades santas) 18. Justo (es sabio y equitativo, sabe discernir y no se deja llevar por los prejuicios) 19. Santo (devoto, dedicado a Dios) 20. Dueño de sí mismo (disciplinado)

Metas para cada hombre cristiano Cuando te fijas por primera vez en la lista de cualidades espirituales en las dos cartas de Pablo, podrías sacar la conclusión de que él estaba hablando exclusivamente de los requisitos para los hombres que servían en posiciones pastorales y de enseñanza en la iglesia. ¡No es así! Aunque Pablo estaba dando los criterios para la elección de los líderes, estaba, en esencia, diciendo:

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“Timoteo, si un hombre quiere llegar a ser un líder espiritual, eso es bueno. Solo asegúrate de que es un hombre maduro, y aquí te indico cómo puedes determinar si está a la altura de lo que Dios espera de un cristiano”. En otras palabras, algunos hombres poseen estas cualidades para servir como líderes espirituales. Algunos de ellos se sienten llamados a llevar a cabo este tipo de ministerio y otros no. Esas cualidades, sin embargo, son las metas para cada hombre cristiano. Pablo simplemente juntó varias cualidades que él y otros autores mencionaron en varios lugares en el Nuevo Testamento y luego compiló un perfil excelente para medir nuestro nivel de madurez en Cristo.

Un reto apasionante Al evaluar tu vida, procura estar en guardia contra el desaliento. Míralo como una gran oportunidad para llegar a ser el hombre de Dios que realmente quieres ser. Recuerda que Satanás puede estar mirando por encima de tu hombro y susurrando en tu oído: “Tú nunca te convertirás en esa clase de hombre. Lo has echado todo a perder. No hay esperanza para ti. Nunca vas a escapar de tus viejos patrones de pecado”. Cuando Satanás te tienta con esos pensamientos, medita en estas palabras: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros (Stg. 4:7-8). Escucha la voz de Dios que está diciendo: “Yo te amo sin importar lo que has hecho. No importa dónde te encuentras en tu crecimiento espiritual, no importa cuáles sean tus sentimientos. Estoy a tu lado. Yo no te rechazo. Tú eres mi hijo. Tú puedes llegar a ser un hombre de Dios, y estoy aquí para ayudarte”.

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Capítulo 1

Pensemos y crezcamos juntos Las siguientes preguntas están pensadas para la discusión en grupo después de haber leído y estudiado el contenido de este capítulo:

• ¿Por qué algunos hombres crecen rápidamente en su fe cristiana una vez que se convierten en creyentes, y por qué otros tienen dificultades, dando aparentemente tantos pasos hacia atrás como hacia adelante? Nota: Piensa en ejemplos sobre los que puedes hablar con sensibilidad. Si sientes deseos de hacerlo, habla de tus propias experiencias personales. • Al examinar el perfil de madurez de Pablo, ¿cuáles pensarías que son tus puntos fuertes? • Al reflexionar sobre ese mismo perfil, ¿en qué área específica te gustaría crecer más? ¿Puedes identificar el factor o los factores que te detienen?

Establece una meta Escribe una meta que te gustaría alcanzar como resultado de este estudio.

CAPÍTULO 2

Tiene buena reputación Irreprensible 1  T I M O T E O 3:2

Una conversación que nunca olvidaré Cuando mi hija mayor, Renee, tenía ocho años, yo estaba preparando un mensaje sobre “la familia”. En consecuencia, le pregunté si le importaría escuchar lo que tenía la intención de exponer a la congregación el domingo siguiente. También le pregunté si me quería dar su opinión sobre cómo mi vida como su padre estaba a la altura de lo que yo iba a explicarles a los oyentes en el templo. Todavía recuerdo a Renee subiendo a mi lado en el sofá de nuestra sala de estar. Fue realmente un momento de intimidad. Comencé a explicarle punto por punto el mensaje. Ella escuchó atentamente, y luego me di cuenta a mitad de camino de mi presentación que mi hija mayor estaba tratando de contener las lágrimas. Fue un momento tierno. Le pregunté directamente si algo en mi vida le preocupaba. Nunca olvidaré su respuesta. —Solo una cosa, papá —respondió ella en voz baja y sensible, como si temiera herir mis sentimientos. —¿Qué es, cariño? —le pregunté. —Bueno —respondió ella—, a veces, cuando hablo contigo, tú no escuchas.

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Capítulo 2

¡Mensaje recibido! Mi hija se estaba refiriendo a una de mis debilidades, mi tendencia a no escuchar cuando mis hijos hablan. Esto fue particularmente cierto cuando eran jóvenes. En ese momento tan especial y vulnerable, Renee me dijo que a veces trataba de hablarme de algunas cosas que eran muy importantes para ella. También me estaba diciendo que ella sabía, con solo mirarme a los ojos, que mi mente estaba a miles de kilómetros de distancia resolviendo un problema en la oficina, pensando en el bosquejo de un mensaje o, simplemente, concentrándome en mi propia agenda, sin darme cuenta de que ella había estado esperando durante todo el día para decirme algo emocionante que estaba sucediendo en su propia vida. Me gustaría poder decir que los comentarios de Renee en ese día me cambiaron por completo. A través de los años, he tenido que luchar contra la tentación de no escuchar cuando mis hijos hablan. ¡Cuán fácil es subestimar a aquellos que están más cerca de nosotros! Ellos entenderán, concluimos nosotros. En su mayor parte, sí, ellos entienden. Pero todavía les duele, y eso sigue siendo un punto débil en nuestra personalidad que también perjudica nuestra reputación. Una cosa es cierta: aquella experiencia con mi hija pequeña me hizo consciente de mi debilidad y me ayudó a establecer algunas nuevas metas que espero me hayan cambiado desde entonces. Nunca he olvidado esa experiencia y me he esforzado diligentemente por ser un mejor padre.

Una cualidad que lo engloba todo Cuando Pablo dijo que un hombre maduro es “irreprensible” (1 Ti. 3:2), afortunadamente no se estaba refiriendo a la perfección. Más bien, solo estaba diciendo que debemos tener una buena reputación. Pablo mencionó esta cualidad en primer lugar tanto en su primera carta a Timoteo (3:2) como en la carta que escribió a Tito (1:6-7). Él tenía una razón para ello. Es una característica que lo

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engloba todo. Es la cualidad que resume las demás; es el resultado de vivir las otras cualidades mencionadas en estas dos listas.

Escojan siete hombres de buena reputación Tener una buena reputación no es una idea nueva en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia se enfrentó a su primer problema de organización en Jerusalén, los apóstoles recomendaron que buscaran “siete varones de buen testimonio” para ayudar a resolver el problema de la distribución de alimentos entre las viudas griegas (Hch. 6:3). Los apóstoles sabían que el problema se agravaría mucho más si se delegaba esta tarea en hombres que no fueran respetados en la comunidad cristiana. La gente no confiaría en ellos; estarían observando todos sus movimientos. Las personas podían acusarlos de favoritismo. Estas razones explican por qué los apóstoles pidieron a los judíos griegos que ellos mismos eligieran a esos hombres. Eran los únicos que estarían al tanto de los que tenían este tipo de integridad.

Daban buen testimonio de él Cuando Pablo regresó a la ciudad natal de Timoteo en su segundo viaje misionero, sin duda se vio cara a cara con este hombre joven, tal vez por primera vez. Pero la reputación de Timoteo le precedió. Lucas registró que “daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio” (Hch. 16:2). En otras palabras, Timoteo era “intachable”, incluso como un cristiano relativamente nuevo. Nota tres cosas acerca de la reputación de Timoteo: 1. La gente hablaba de este joven, no negativamente sino positivamente.

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2. Más de una persona hablaba de Timoteo. 3. La gente hablaba de Timoteo en Listra y en Iconio; es decir, en más de una ciudad. Tenía una buena reputación en casa y fuera de ella. Lo que sabemos de la historia de Timoteo nos da un principio muy importante. Al comprender y aplicar lo que Pablo quiso decir con la cualidad de ser irreprensible, debemos recordar que las personas que tienen buena reputación originan conversaciones positivas en una variedad de personas en diferentes lugares.

¿Qué dicen otros acerca de ti? Para la mayoría de nosotros como hombres cristianos, se necesita tiempo para forjarse una buena reputación. Sea cual sea nuestro origen, debemos hacer que eso sea una meta. Eso debería ocurrir de forma natural, si estamos creciendo y madurando en nuestra Se necesita vida cristiana. A la inversa, un cristiano que tiempo para tiene una mala reputación está demostrando forjarse rasgos que no están en armonía con los prinuna buena cipios cristianos, ni su estilo de vida está en armonía con lo que la gente espera naturalreputación. mente de un hombre maduro. Todo este estudio tiene el propósito de ayudarte a desarrollar una reputación sólida. Un buen lugar para comenzar es determinar lo que la gente piensa en realidad de ti en estos momentos.

Una pregunta para ayudarte a empezar • ¿Recibo comentarios positivos de las personas más cercanas a mí (mi esposa, mis hijos, mis amigos) que indicaría que tengo una buena reputación?

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Recuerda: Los comentarios de los que no te conocen bien no son necesariamente una buena prueba. Sus juicios pueden ser superficiales. Pueden estar impresionados con tu apariencia física, tu capacidad para hablar o tu “programa” o personalidad “pública”, que puede o no poner de manifiesto lo que realmente eres como persona y lo que representas. ¿Me conoces realmente? Por ejemplo, ¿me conoces realmente? La mera lectura de este libro no te dará una idea verdadera sobre mi reputación. Podrías estar impresionado con lo que digo, cómo lo digo o lo que parece ser mi compromiso serio con la vida cristiana. Pero ¿sabes cómo soy realmente? La verdad es que no lo sabes. Lo mismo ocurre cuando salgo a hablar, sobre todo entre los que no me conocen o solo he conocido superficialmente. Como ves, yo podría fingir fácilmente la espiritualidad. Puede que te sorprenda saber que esto lo hacen todo el tiempo personalidades cristianas muy conocidas. Es fácil quedar impresionado con la personalidad pública de un individuo, que puede que no sea así en lo privado. No digo esto para hacerte escéptico o crítico, sino para animarte a dar un vistazo por ti mismo. Si realmente quieres saber cómo soy, tendrás que hablar con aquellos que de verdad me conocen. Tendrás que preguntar a mi esposa, que ha vivido conmigo desde hace muchos años. Tendrás que hablar con mis hijos, que se criaron en nuestro hogar y ahora tienen sus propias familias. Quizá quieras hablar con los ancianos de mi iglesia que han ministrado conmigo durante muchos años. ¿Cuán bien te conoces a ti mismo? Para personalizar este estudio, tendrás que hacer esa misma investigación sobre ti mismo. Si realmente quieres saber qué tipo de reputación tienes —lo que la gente de verdad piensa de ti— pregunta a tu propia esposa (si estás casado), y luego dale la

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libertad de responder a la pregunta con sinceridad y objetividad. Pregunta a tus hijos y luego dales la libertad para hacer lo mismo. Pregunta a los que te conocen bien en tu iglesia y los que te conocen en el ámbito laboral. Te sorprenderás de tu aprendizaje. ¿Amenazante? Sí. Pero bien vale la pena por los resultados.

Algunas preguntas adicionales • ¿Las personas me buscan para compartir su vida conmigo? ¿Las personas me confían temas confidenciales? • ¿Se hace mi relación con la gente cada vez más profunda y significativa a medida que pasan tiempo conmigo y cuanto más se acercan a mí? ¿O mis amistades se vuelven tensas y superficiales cuando la gente conoce cómo soy realmente? • ¿Mi círculo de amigos crece continuamente? ¿Hay un número creciente de personas que me admiran y confían en mí? • ¿Me recomienda la gente para tareas importantes o difíciles sin temor a que yo los defraude?

¿“Agua calmada” o “arroyo burbujeante”? Algo que he aprendido a lo largo de los años es que debemos ser cuidadosos al juzgar la madurez de las personas por el grado en que proyectan una personalidad extrovertida. “El agua calmada” corre con profundidad, mientras que un “arroyo burbujeante” puede ser superficial. Las personas que en público parecen tenerlo todo son a veces muy diferentes en privado. Por el contrario, otros que pueden ser tranquilos y parecer reservados pueden tener cualidades perdurables que representan una verdadera medida de madurez.

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Esto, por supuesto, no siempre es así. Pero, cuando sí lo es, aquellos que son burbujeantes no funcionan bien a largo plazo. Las personas que son más auténticas —aunque tal vez más tranquilas— pueden ser las personas que realmente quieres tener como amigos íntimos. Suelen ser más estables y sólidos. Cuanto más tiempo pases con esas personas, más te darás cuenta de que son gente de calidad.

Lánzate al agua Si te resulta difícil ser objetivo acerca de las respuestas a las preguntas anteriores o conseguir empezar, siéntate con tu cónyuge o un amigo íntimo del sexo masculino y pídele que te ayude a evaluar sinceramente las respuestas. Comprendo que esto es una tarea amenazadora. No resulta fácil hacerla. De hecho, es como estar parado en un acantilado a punto de sumergirte en aguas que nunca has explorado antes, a pesar de que sabes que otros lo han hecho antes que tú. Como alguien que ha estado allí, me gustaría animarte a que te lances al agua. Te aseguro que va a cambiar tu vida y cómo la gente se siente acerca de ti. Estar dispuesto a pasar por este proceso va en sí mismo a iniciar la edificación positiva de tu reputación.

Mi tarea más gratificante A menudo me invitan a enseñar en diversas escuelas teológicas, sobre todo en el área de renovación de la iglesia. Como tarea, les pido a mis estudiantes que lean el libro La medida de un hombre junto con su cónyuge o un amigo cercano. Les sugiero que pidan a esa persona que les ayude a evaluar su vida a la luz de las cualidades mencionadas en este libro. Una vez completada la asignación, entonces les pido que expongan sus puntos fuertes, así como las áreas en las que creen que necesitan crecer y mejorar. Invariablemente, estos estudiantes informan que esta ha sido la

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tarea más importante y trasformadora de la vida que nunca antes habían llevado a cabo. La razón, creo yo, es obvia. Ellos se han visto cara a cara con lo que Dios dice debe ser la verdadera medida de un hombre, y han echado un vistazo sincero a dónde están para llegar a convertirse en el cristiano que Dios quiere que sean.

Pensemos y crezcamos juntos Las siguientes preguntas están pensadas para la discusión en grupo después de haber leído y estudiado el contenido de este capítulo:

• ¿Cuál es el primer paso que podemos dar como hombres para determinar lo que la gente de verdad piensa de nosotros? • ¿Hay áreas en nuestra vida en las que creemos que la gente tiene puntos de vista equivocados sobre nosotros o han juzgado mal nuestras actitudes y acciones? ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Qué podemos hacer para corregir estas percepciones erróneas sin que parezca que estamos a la defensiva? • Ahora mismo, ¿somos conscientes de actitudes y acciones en nuestra vida que están perjudicando nuestra reputación? ¿Qué pasos podemos dar de inmediato para reconstruir nuestra reputación en esas áreas en particular? • ¿Qué te gustaría hacer en seguida para comenzar a mejorar tu reputación como un hombre cristiano?

Establece una meta Escribe una meta que te gustaría alcanzar como resultado de este estudio.