La madre de todas las bombas tiene hijos en ... - Correo del Orinoco

26 abr. 2017 - aguja que había marinado en una salsa especial de mango, y que luego había horneado con romero, sal marina, ajidulce y pimienta. Se.
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26 de abril 2017

Año 5 - Nº 329

La madre de todas las bombas tiene hijos en Venezuela

Es mucho mejor que la oposición toque cacerolas, porque así no asesinan a nadie.

Mañana la oposición invita a HACER EL AMOR en las calles de Caracas. Desde las 10 am hasta acabar con el régimen. Vente desnudo de una vez.

ES INNEGABLE: A medida que la oposición protesta, se pone de manifiesto, y se fortalece la DEMOCRACIA.

Miércoles 26 de Abril de 2017 / Ciudad CCS›Eo*)0›8Œf,

Picnic en el Guaire Armando Carías* Todavía no habíamos comenzado a quemar cauchos en la autopista cuando el Freddy nos pidió que pasáramos a la segunda línea de combate para proteger a los convives diputados. Copiado. Aprovechando que el Stalim y el Julio ya se habían pirado, yo también me escabullí, no sin antes entregarles mis molotov y mis miguelitos a los otros manifestantes pacíficos que, lo mismo que el suscrito, marchaban por una Venezuela decente.¡No + Dictadura! Previamente, como suelo hacerlo cada vez que me toca dar la cara en defensa de la libertad, había convenido con Lily vernos por los lados del Locatel de Las Mercedes. La excusa de ir a comprar los supositorios de moringa nos daba la coartada perfecta para echar el carro sin dejar evidencia de nuestros planes. Ella, acuciosa y previsiva, había dispuesto todo lo necesario para nuestro picnic: en una cesta, como esas que asalta el Oso Yogui en las comiquitas, estaba la

EN EL PLANTÓN - Papi, si abuela se enferma, ¿puede pasar por aquí? - No. - Entonces se va a morir... -Que se muera con tal de que caiga el régimen.

mantequilla de cacahuate, el pan integral, miel, frutas deshidratadas y una botella de vino. Al iniciar el descenso hacia el lecho del río, a la altura del puente Veracruz, advertimos que otros militantes de nuestra causa habían tenido la misma idea y se deslizaban presurosos al caudal del Guaire, sin soltar las provisiones que cada quien había preparado. Fue entonces cuando caí de una: todos tenían idéntico plan y lo que había comenzado como una rutinaria guarimba, no era más que una escaramuza para dejar el pelero y disfrutar de un soleado día a las orillas de nuestro difamado río. Tomé de la mano a Lily y, sin decir palabras, dirigimos nuestros pasos hasta el Hato Grill para brindar, con glorioso 18 años, por un nuevo triunfo de la sociedad civil. ______ (*) Corresponsal infiltrado de “El Especulador Precoz” en las marchas pacíficas que lo destrozan todo.

Entre matanzas y auxilios Clemente Boia @tasporai Ramón Guerra dice que se ha nutrido de los mejores narradores de novela negra como para dejarse confundir en un momento como éste, En Naiguatá todo el mundo le conoce como “Monchito Guerra” y sabe que es capaz de encontrar y descifrar cualquier cosa. Al pobre Barboza, el abogado candidato eterno a concejal de cualquier partido antichavista que lo postule, lo vapuleó demasiado rápido, mucho antes de que la conversación se acercara a transformarse en discusión. —Ustedes lo único que tienen a favor es el dinero y el hermano mayor malandro con el que nos amenazan, le dijo Ramón para cortar el hilo argumental que intentaba desarrollar Barboza. La verdad es que el abogado no tenía allí ningún terreno donde sembrar nada. Entre la clientela de

Il Lupo di Mare de anoche no había nadie a quien pudiera tocar con sus palabras, Todos los presentes habían sido irreductiblemente chavistas en el 98, en el 2002, en el 2004, en el 2013 y en el 2014. La dueña del local, Robertina, se llegó hasta nuestra mesa para hacernos probar unos filetes de aguja que había marinado en una salsa especial de mango, y que luego había horneado con romero, sal marina, ajidulce y pimienta. Se sentó y pidió, a Joaquín, el barman, que le regalara una guarapita de coco y piña. El pescado estaba realmente muy bueno, y se lo reconocimos con felicitaciones a Robertina, pero Barboza seguía tenso. Parece que el creerse mayoría y encontrarse en evidente minoría en el bar no le resultaba nada cómodo. Para rematar el ambiente, Joaquín puso

a sonar “El necio”, de Silvio Rodríguez. —Barboza, –empezó a decir el Tajalí–, yo sé que ustedes creen que cada uno de los muertos de estos días es un paso más para su victoria, y que por eso los celebran. Para nosotros son, en efecto, una pérdida, un dolor grande. Lo peor es que algunos de tus partidarios piensan que estas muertes servirán para abrir un período de gran matanza, cuando vengan a cazarnos, como ellos dicen, a cada uno de los chavistas. Si me matan, ¿qué vas a hacer la próxima vez que se te espiche un caucho entre Tanaguarena y Naiguatá?, ¿a quién vas a llamar para que te auxilie? Después de la carcajada general, Barboza decidió contribuir a la distensión y pagó una ronda para todos.

Miércoles 26 de Abril de 2017 / Ciudad CCS›Eo*)0›8Œf,

Habilidades para trabajos caseros José Márquez Arias Habilidad para trabajos caseros sí tengo: ayer fui a la ferretería a comprar algunas cosas para arreglar la puerta de mi departamento, no cerraba bien, entendí que estaba descuadrada. Con gran dificultad metí un tornillo por un lado y otro por el extremo opuesto, porque herramientas tengo, cerré la puerta; ¡coño, me quedé encerrado!, tuve que llamar al vecino del departamento contiguo –contiguo en la distancia– moví la perilla, por mi lado, por supuesto, y le dije: —Crispín, así se llama, cuando te avise le das un coñazo con el hombro… Efectivamente, al tercer

intento la puerta se volvió mierda, largó la cerradura y pedazos por todas partes, menos mal que la reja funciona. Me sale puerta nueva. O sea, no aprendí un carajo leyendo Mecánica Popular, la compré todos los meses durante seis años, hasta los 18 cuando me fui a estudiar en Argentina, algunos tangos sí aprendí… ¡Verga, ve!... Algo parecido me ocurre con el carro, cuando me he accidentado, pocas veces, me bajo, abro el capó, veo si el motor está en su sitio y cierro nuevamente la vaina… inmediatamente llamo a un mecánico o a un “gruero”,

tengo tres teléfonos de especialistas en la materia, panas míos. Todo eso herencia de mi padre, en la casa no sabía arreglar un carajo, de vainas eléctricas o de otra índole, bombillos sí sé cambiar… lámparas del techo no, me cuesta una bola sacar el plafón… En una oportunidad trabajé en un plafón grandísimo, en la casa, bajo la admiración de tres de mis pequeños hijos, nos sentamos a ver TV y de pronto: aquel coñazo, se desprendió el plafón, ese día me gradué de ingeniero electricista… Y mis hijos, desternillados de la risa…