La hora de tomar las riendas

31 mar. 2007 - pasturas naturales y el clima templado. -características que sólo se repiten en. Nueva Zelanda y el sur de Australia-, son dos factores que ...
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Página 6/Sección 5/LA NACION

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ESTRATEGIA

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Sábado 31 de marzo de 2007

La industria hípica tiene la mirada puesta en 2017

La hora de tomar las riendas Construcción de identidad estratégica en el sector

Continuación de la Pág. 1, Col. 2

y convoca a las principales cabañas de las razas Criolla, Arabe, Silla Argentino, Polo Argentino, Peruanos de Paso, Petisos, Silla Argentino, Tiro Argentino, Cuarto de Milla, Appaloosa, Hackney y Percherón y Petisos, está pensada como escenario de consumo desde el cual se busca generar sinergia entre los expositores, ampliar el círculo de criadores y usuarios de caballos y mostrar el dinamismo del sector en una red que abarca aspectos productivos, tecnológicos, comerciales y culturales. De hecho, por esa vidriera tradicional, que este año reúne a 1200 ejemplares, desfilan, además, industrias veterinarias, talabarterías, la Secretaría de Turismo de la Nación, artesanos, pintores costumbristas, la casa Saráchaga (reconocida por sus remates de carruajes y antigüedades), firmas de indumentaria deportiva y urbana con reminiscencia rural, y la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre). Según se estima, el conjunto de las actividades hípicas (desde cría y entrenamiento a prácticas deportivas, alimentos y productos veterinarios) genera un movimiento económico superior a 800 millones de dólares al año, lo que representa el 5% del Producto Bruto Agropecuario. La cifra, en verdad, podría ser mucho mayor, dado el alto nivel de evasión, que los mismos actores de la cadena reconocen por lo bajo. Tomemos un dato: recientemente la Aduana detectó una grosera subfacturación en la exportación del caballo Storm Mayor, ganador de los dos últimos premios Carlos Pellegrini, por lo que dictó su inhibición para salir al exterior. Según informó a LA NACION el director del organismo, Ricardo Echegaray, la maniobra de evasión es notoria “en una actividad como la hípica, que se ha revalorizado a niveles internacionales”, razón por la cual investigan las exportaciones de los últimos cinco años. Por otra parte, el sector demanda unos 70.000 puestos de trabajo en forma directa (no hay tecnología que reemplace al hombre en la cría y entrenamiento de caballos). El desarrollo de la industria, señalan en la DAH, puede significar una importante absorción de la mano de obra desplazada de otras actividades por su falta de calificación tecnológica. Según el censo nacional agropecuario de 2002, últimos datos oficiales de que se dispone, la Argentina se ubica entre los primeros diez países con mayor stock equino, con 1,5 millón de cabezas. Si bien entre 1998 y 2002 las existencias cayeron un 23,9%, las exportaciones crecieron entre 2004 y 2006 un 16,6% en cabezas (se enviaron al exterior 5165 equinos en pie) y casi un 80 % en valor (el año pasado ingresaron US$ 14,5 millones por ese concepto), según datos de la Dirección General

El lunes pasado compitieron La Dolfina y Arelauquen por la Copa República Argentina

Las pistas de Palermo, vidriera del agro en la ciudad

Dinámica de un sector en alza La industria hípica empieza a mirarse a sí misma como tal y a construir su comunicación pública sobre la base del movimiento económico y cultural que genera. Unificar el discurso para ganar mercados internacionales y aumentar la producción local son algunos de sus objetivos de mediano plazo. Lujos para los pingos expuestos en una gatera virtual

de Aduanas. La provincia de Buenos Aires concentra casi un 54% de las explotaciones agropecuarias con equinos. Además, la Argentina es líder en exportación de carne equina: en 2004 vendió 33.000 toneladas, por un valor superior a los US$ 50 millones.

Visión de conjunto Para Edgardo Figueroa, asesor de la DAH, que esta semana participó de una conferencia sobre “Cómo mejorar la imagen de la industria hípica en la sociedad”, la falta de una visión de conjunto en esta cadena responde a la inexistencia de una política de mediano y largo plazo. Para construir una estrategia común, Figueroa señaló que el primer insumo debe ser, justamente, la cooperación entre los

Carruajes a la antigua

organismos públicos y las empresas. En su opinión, “la consideración política de la industria será mayor a medida que aumente la valoración social de la misma”, y para ello aconsejó difundir los deportes ecuestres entre un público más amplio e invertir en actividades de responsabilidad social como la equinoterapia. “Si la industria hípica debe cambiar su imagen y crecer a parámetros comparados con países de similar tradición hípica, es en la educación, destinada a todos los niveles -desde el peón hasta el profesional- donde existe un campo enorme por desarrollar y donde se debe también producir un cambio”, dijo Gustavo Perrone, profesor titular de Producción Equina en la Universidad Católica Argentina. El docente

Fotos: Silvana Colombo, Rodrigo Néspolo, Mauro Alfieri y archivo

citó un trabajo de la Asociación Argentina de Veterinaria Equina en el que se sostiene que “el caballo es un producto 100% agropecuario. La utilización del caballo, tanto en el trabajo como en el deporte y el tiempo libre es resultado del esfuerzo y la inversión de sectores directamente vinculados al quehacer agropecuario”. A propósito de ello, el presidente de la Asociación Criadores de Caballos Criollos, Carlos Dowdall, aportó algunos datos: sobre la base de las existencias ganaderas se estima que al año se reponen entre 30.000 y 40.000 caballos de trabajo en las áreas marginales de la ganadería. Por otra parte, en 2006 se inscribieron 5500 potrillos de la raza Criolla, que cuenta con unos 550 criadores en actividad.

Dowdall recordó que a partir de la participación de cabañeros de todas las razas equinas del país en la exposición de Verona, el año pasado, advirtieron la enorme demanda de caballos en Europa y lo urgente de encarar un frente único. El criador observó que el piso del precio de un caballo en los países desarrollados se sitúa entre 7000 y 8000 euros, y agregó que así como la próxima cosecha récord responde al atractivo de los precios internacionales de los granos, la industria hípica debería estimular su crecimiento para aprovechar la demanda y los valores de los mercados externos. “Hay que mirar a los países que practicaron inteligencia comercial, que analizaron la demanda de los mercados en vez de imponer sus biotipos”, señaló Dowdall.

Para fortalecer la marca país como productora de caballos de calidad, la industria hípica focalizará el discurso en la extraordinaria condición de la pampa húmeda para la cría extensiva de animales. De hecho, la calidad de las pasturas naturales y el clima templado -características que sólo se repiten en Nueva Zelanda y el sur de Australia-, son dos factores que atraen la inversión extranjera en el sector. “Hay que decirle al mundo que criamos caballos en un paraíso ecológico. Afuera nos envidian las grandes extensiones de campo y el beneficio de lluvias regulares y temperaturas medias”, dijo Carlos Dowdall, presidente de la Asociación Criadores de Caballos Criollos. Otra de las ventajas que la industria hípica deberá explotar en la construcción de la identidad estratégica de sus productos es la herencia cultural vinculada al uso del caballo (desde la imagen del gaucho a las luchas por la independencia y la producción ganadeCarlos Dowdall ra actual). ■ “Criamos cabaPor otra par- llos en un paraíso” te, desde un punto de vista económico, el país es hoy más competitivo en la cría y entrenamiento de equinos, respecto de países líderes, como los Estados Unidos. De hecho, en los últimos años aquí se instalaron haras extranjeros. Según la Dirección de Actividades Hípicas (DAH), otras áreas con alto potencial para captar inversiones son los centros de transferencia embrionaria, los centros de monta, la industria veterinaria, los servicios de apoyo a la exportación (fletes, logística y traders), y el turismo hípico. El prestigio de la Argentina y sus posibilidades de crecer como exportadora de animales en pie se sostiene hoy fundamentalmente por el hecho de contar con un segmento de haras de Sangre Pura de Carrera con alta inversión en genética y el reconocimiento del nivel de nuestros caballos Polo Argentino y jugadores de alto handicap.

Carruajes de colección para los más exquisitos MARCELO GOMEZ

Interés por los carruajes antiguos Hay cada vez más interés por “coches de pedigree” y resurgió el negocio de la restauración Hace muchos años que Luis María Loza lee e investiga la historia de los carruajes con los que se armaron las “cocheras de pedigree” de la Argentina. Alumno aplicado de Alberto Martín Labiano, de quien heredó dibujos para la edición de un libro, Loza trabaja hoy como asesor de la casa de remate de antigüedades Saráchaga y de Arandú Atalajes. “La Argentina siempre miró a Francia y a Inglaterra para comprar carruajes, a pesar de que también existieron excelentes constructores en Italia y España”, dijo a LA NACION esta semana, en la exposición Nuestros Caballos, un escenario tradicional de remates de vehículos de campo antiguos (aunque también aparecen carruajes de ciudad que cayeron en desuso y encuentran un lugar en las estancias). La exposición ganadera de Palermo es la otra fecha que reúne a estos coleccionistas. En opinión de Loza, la provincia de Buenos Aires cuenta con el mayor

patrimonio de carruajes antiguos del país, entre otros motivos porque el suave relieve favoreció la conservación y además, porque las familias ganaderas importantes fueron más proclives a mantener ese capital histórico en sus propiedades. Según Loza, a partir de los años ochenta se renovó el interés por la compra de carruajes y poco a poco se diversificó el mundo de los interesados. Siempre a la cabeza están quienes buscan los “coches con pedigree”, que pertenecieron a las familias Anasagasti, Pacheco de Alvear, Guerrero y Mihanovich, por mencionar algunas. Este segmento busca marcas reconocidas y vehículos originales en muy buen estado y puede pagar hasta 30.000 dólares. Después siguen aquellos que hace pocos años compraron una chacra o viven en un country con estética agreste y quieren pasear con los chicos o participar de alguna fiesta patria en el pueblo cercano. Por último se cuen-

tan aquellos que buscan coches para competencias deportivas. El negocio que resurgió en los últimos años, según cuenta Loza, es el de los talleres de restauración, entre los cuales se destacan el de Carlos de Cabo, en Ituzaingó; el de Enrique Holmberg y Jorge Méndez, en San Antonio de Areco; el de Julio Fateche, en Escobar; el de Hugo Peralta, en Monte, el de Juan Franco Ispizua, en Marcos Paz, y el de Marrio Erregue, en San Vicente. La fabricación y el arreglo de guarniciones por parte de talabarterías tradicionales también va en alza. Este conocedor se admira del entusiasmo actual por mejorar la calidad de presentación y de las guarniciones en las “atadas” o pruebas que se organizan en el interior bonaerense. “Ahora están perfeccionando el manejo”, dice Loza, entusiasmado y recuerda, de paso, el éxito del 5° Encuentro del Caballo y del Carruaje, organizado en Chascomús en febrero último.