ENTREVISTA
Por Rosalía Draletti
“La filosofía nos brinda buenas herramientas para resolver nuestros conflictos” La Dra. Roxana Kreimer, pionera en consultoría filosófica en la Argentina y coordinadora de Café Filosófico, explica de qué manera la práctica de esta disciplina puede ayudarnos a vivir mejor.
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esde la antigüedad, la filosofía tuvo como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, con la razón como medio y el bienestar como fin. En sus cafés filosóficos de los fines de semana, la Dra. Roxana Kreimer abre el juego para que encontremos en esta práctica una vía eficaz para solucionar nuestros conflictos cotidianos. -¿Qué puede aportar la filosofía a una persona que atraviesa un problema personal? Roxana Kreimer: Hay una idea filosófica central que explica que la mayor parte de las preocupaciones de las personas
no proviene de lo que les pasa, sino de las ideas que se forman de eso que les pasa. Luego, los estudios demuestran que el cuarenta por ciento de nuestro bienestar depende de la capacidad que tengamos de ver la mitad llena o vacía del vaso. A partir de ahí, la filosofía puede ayudarnos a entender cómo funciona nuestra mente, a clarificar e indagar en los conceptos y, así, obtener buenas herramientas para resolver conflictos. -¿En qué consiste esta vertiente de la filosofía práctica? R. K.: La gente tiene una imagen convencional de que la filosofía está escrita
“La mayor parte de las preocupaciones de las personas no proviene de lo que les pasa, sino de las ideas que se forman de eso que les pasa”.
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en un lenguaje oscuro y es poco útil para la vida. Eso es cierto en buena parte del mundo académico, pero, por suerte, desde hace treinta años, empezó a tener lugar en el mundo una corriente de la filosofía con un fuerte anclaje práctico, que vuelve a ponerse al servicio de la sociedad, de donde nunca debería haberse alejado. Esas prácticas son el café filosófico, la consultoría filosófica y la filosofía para niños, que tiene un gran desarrollo en la Argentina. -¿Todos pueden hacer filosofía? R. K.: Absolutamente. Platón decía que todo ser humano es filósofo porque se plantea cuestiones existenciales. En la antigüedad, la filosofía era una manera de vivir, había que aplicarla a lo cotidiano. Cuando pasa a estudiarse en la universidad, se vuelve oscura y elitista, pero por suerte, hay en el mundo un movimiento creciente que busca sacar a la filosofía de su torre de marfil, para
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ponerla al servicio de la sociedad. Una pregunta recurrente que me hacen es si van a entender los temas. Pero en el café filosófico entiende cualquier persona, no hace falta ser profesional. No hay que asustarse por la palabra filosofía. -¿De qué se trata la terapia filosófica? R. K.: En la terapia u orientación filosófica, la persona plantea un conflicto personal y, a través del diálogo, se intenta ampliar el horizonte filosófico que cada uno tiene para analizar los problemas. Se revisan conceptos, razonamientos y cosmovisiones del mundo. También se trabaja con biblioterapia, que es dar alguna lectura orientada al problema
DRA. ROXANA KREIMER Es Licenciada en Filosofía y Dra. en Ciencias Sociales de la UBA. Fue becaria del CONICET y docente en diversas universidades argentinas y extranjeras. Coordina todos los fines de semana cuatro Cafés Filosóficos que ya se han vuelto tradicionales en la ciudad de Buenos Aires. Desde 1999, se dedica también a la Consultoría Filosófica. Escribió varios libros, entre ellos: Artes del buen vivir: filosofía para la vida cotidiana y Falacias del amor (¿Por qué Occidente anudó amor y sufrimiento?). En 2013, creó el Centro de Investigación y Práctica Filosófica, sede en la que funciona el Café Filosófico y la Primera Exposición Permanente de Filosofía del mundo. www.filosofiaparalavida.com.ar.
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“En la terapia filosófica, a través del diálogo, se intenta ampliar el horizonte filosófico que cada uno tiene para analizar los problemas. Se revisan conceptos, razonamientos y cosmovisiones del mundo”. en particular, y se comparten ideas de filósofos para ver cómo solucionar una dificultad. Otras veces, la persona no plantea un conflicto, pero trae un tema sobre el que le gustaría reflexionar, como los celos o el amor, por ejemplo. Puede ser individual o grupal.
ran mucha convocatoria los vinculados con la comunicación: cómo argumentar mejor, cómo tomar mejores decisiones y la procrastinación, es decir, el hábito de posponer por falta de fuerza de voluntad. También convoca mucho el debate sobre el amor y las relaciones afectivas.
-¿En qué se diferencia de la terapia psicológica? R. K.: Muchos psicólogos recomiendan esta actividad porque sirve como complemento de la terapia. La consultoría filosófica puede tener algunos elementos en común con la terapia cognitiva conductual, pero se nutre de mecanismos propios, como la clarificación de conceptos, el análisis de razonamientos, la detección de falacias lógicas y otras herramientas provenientes de la tradición filosófica.
-¿Cómo se trabaja con una persona que busca sobrellevar una situación dolorosa? R. K.: En principio, lo que tratamos de investigar conjuntamente es si la persona tiene o no en sus manos cómo resolver ese asunto y, luego, analizamos si se trata de un problema real. Porque hay conflictos que se disuelven al mirarlos desde otra perspectiva. En eso puede ayudar mucho la filosofía.
-¿Qué se hace en un café filosófico? R. K.: Se plantea previamente un tema para debatir, que siempre tiene un anclaje en la vida cotidiana. Vienen personas de todas las edades, nos sentamos en círculo y hacemos una parte de exposición teórica y otra de debate, siempre con ejemplos prácticos y mucho humor. No es un curso ni un grupo de terapia, la idea es pasarla bien y que todos se vayan con algunas ideas que los ayuden a vivir mejor. Hay personas que llegaron para conocer gente y terminaron descubriendo la filosofía. Se genera un buen ambiente. -¿Qué temas atraen más? R. K.: Tratamos de elegir temas que puedan tener una aplicación práctica. Gene-
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-También se incorporan elementos de la filosofía oriental. ¿Qué tiene para aportarnos esa distinta cosmovisión? R. K.: Oriente entendió que la filosofía es una práctica y que hay que aplicar la teoría a las acciones de la propia vida. En la filosofía práctica, tratamos de no idealizar ningún pensamiento, sino de tomar los elementos que nos resultan útiles. El budismo nos enseña la noción de desapego, la conciencia de que todo en la vida está sujeto a cambios y, que cuando las cosas se acaban, lo mejor que podemos hacer es dejarlas ir. La idea es formularnos frente a cualquier problema una pregunta esencial que también se hicieron los estoicos: ¿está en nuestras manos cambiar esto? Si no podemos, lo mejor es no desperdiciar energía y concentrarnos en lo que sí podemos cambiar.