La familia unida... y campeona del Argentino Abierto

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| Lunes 10 de diciembre de 2012

La familia unida... y campeona del Argentino Abierto

Ahora compartido con su cuñado Aguerre, el festejo de los Pieres fue como nunca ● El conjunto seguirá en 2013

Gonza, Nico y Mariano, contentos con el diario a la madrugada

Xavier Prieto Astigarraga LA NACioN

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Gonzalo (h.), Facundo y Gonzalo Pieres, Cecilia Rodríguez Piola y Tatiana Pieres (arriba), y Nicolás FotoS: MAURo ALFIERI Pieres y Mariano Aguerre (abajo), con la copa que soñaron tener juntos

Los jugadores y su entorno de familia y amigos, mirando la repetición de la final por TV

a están cerca las fiestas de fin de año, tiempo en el que hay quienes se entristecen porque ya no está tal pariente, o se inquietan porque está tal otro y encontrarse con él implica tensión. Para algunos, estas fiestas son más una preocupación o angustia que un gozo. Pero para otros, todo lo opuesto. Anteanoche hubo una fiesta en el Club de Polo Ellerstina, de General Rodríguez. Una fiesta grande, enorme. Mucha gente (incluido Juan Martín del Potro), una autobomba, música y baile, canilla libre. Y una copa imponente como invitada, o causante, central. Rodeándola estaban los cuatro hombres que la habían conseguido con un impresionante y sorpresivo 12-10 sobre La Dolfina en el Argentino Abierto, y que miraban en el televisor lo que habían logrado horas antes. En la pantalla, Gonzalo Pieres (h.) agradecía a su cuñado, el compañerito nuevo en 2012, por su esfuerzo. En la realidad, en directo, Mariano Aguerre le agradecía con una palmada en la cabeza, sentado en el sillón que compartía con una de sus hijas. Anteanoche hubo una fiesta grande y una familia unida, más unida que nunca. Jamás Aguerre y los tres hermanos de su señora, Tatiana, habían compartido equipo en la Triple Corona. Esta vez estaban todos juntos y con el trofeo más deseado en medio. Un momento único en sus vidas. Como lo dejó en claro Tatiana, quien más sufría tiempo atrás: “Es un sueño vivir esta final en familia. Los años en que ellos jugaron en contra fueron duros. Ganaba mi marido y perdían mis hermanos o viceversa, y yo pensaba en los que se iban tristones a casa. Una situación muy incómoda. Nunca imaginé que Mariano jugaría con mis hermanos, ni que ganarían Palermo. Ver festejar a todos juntos, papá, mamá, hijos... Es un lujo”. Pues ella puede quedarse tranquila: Ellerstina presentará la misma formación en 2013. En eso, la nacion apareció a la madrugada en la celebración, con una sorpresa: el suplemento en que se narraba el inolvidable triunfo. “¡¿El de mañana?!”, era la pregunta una

vez y otra, mientras los Pieres y Mariano repasaban con avidez la mejor final de sus vidas, pero en este caso, en papel. No fue necesario el diario para confirmar, ya al día siguiente, que el sueño no había sido tal. Un asado de mediodía con todos en el club fue la continuidad de los festejos. Y con más calma, la tarde fue tiempo de palabras. Como las de Aguerre. “Es una alegría increíble. Todos los abiertos son espectaculares, pero el de ayer se metió a mi vida personal. Es una forma de devolver a Gonzalo [Pieres, el padre, su mentor] todo lo que me ha dado durante mi carrera. Y antes, ni yo me alegraba por los chicos ni los chicos por mí; ahora todos estamos alegres por todos. En su momento me sorprendió totalmente el llamado de ellos; pensé que precisaban otra cosa. Pero la razón por la cual ganamos ahora fue la motivación extradeportiva. Como la que tuvo el Chapaleufú de los cuatro hermanos Heguy”, contó el 3, que conquistó por novena vez el Abierto de Palermo, pero... “Más que yo ganar el noveno, quería que Nico ganara el primero”, agregó. Y Nicolás dijo lo suyo: “Es una sensación increíble. No la cambio por nada. Ganar por este equipo, representando a Ellerstina, jugando con mis hermanos y con mi cuñado es lo mejor que puede pasarme como polista. Desde que juego mi sueño era ganar Palermo y lo logré y con mis hermanos... No tiene precio”. Para Gonzalito y Facundo, los que habían festejado dos veces en el Argentino con la camiseta negra, esta fue la más especial, lejos. “Si la primera, la de 2008, me dio 100 puntos de alegría, ésta me dio 500...”, comparó el mayor. “ojalá venga una de 1000”, completó sonriente. Facu fue más allá: “un millón”, exageró. Y lo justificó en que “emociona ver feliz a tanta gente que quiere que uno gane”. Entre ella está el grupo de trabajo de Ellerstina, que, por ejemplo, permitió que el cuarteto hiciera una práctica fundamental el jueves, tras la lluvia de 30 milímetros sobre el club. Y Gonza se acordó de dos que ya no están: su amigo Alejandro Menditeguy y su abuelo Bari Pieres, casi un patriarca de una familia que está más unida que nunca. Y que tiene mucho por brindar y por agradecer en estas fiestas.ß