LA FAMILIA ALENTADORA Mike y Diane Constantine Usado con permiso Faltaba menos de una semana para el segundo semestre, cuando me encontraba en la oficina de la directora de nuestra escuela para niños. “Puesto que uno de nuestros maestros tuvo que regresar a los Estados Unidos para una cirugía de emergencia,” dijo ella, “necesitamos reordenar las asignaciones de enseñanza. No podemos encontrar a alguien para que enseñe Mecanografía de Computadora. ¿La podría enseñar para nosotros?” Anteriormente en mi vida, mi respuesta hubiera sido, “¿Yo? ¿Quiere que enseñe Mecanografía de Computadora? No estoy calificada maestra. No tomé un curso de mecanografía, porque mi examen aptitudes muestra que no sirvo para el trabajo de oficina. No me gustan los nuevos retos, y demás, ¡jamás recordaré los nombres de los estudiantes!” En vez de esa respuesta, me encontré emocionada por el reto. Después de hacer algunas preguntas acerca del currículo y del equipo, acepté la asignación. ¿Qué fue lo que hizo la diferencia? Por que acepté este nuevo reto cuando hacia solo pocos años, le hubiera huido? Por años, había vivido en una prisión de mi propia fabricación. En vez de tratar algo nuevo, repasaba todas las razones por las que seguramente fracasaría. Entre más hablaba acerca de esas barreras, más se reforzaba la fortaleza que me restringía. Rara vez una palabra de desánimo Cuando Miguel y yo éramos novios, él sabía que yo era tímida y no me gustaba hacer nada nuevo. De hecho, mis temores me hicieron una persona rígida. Aunque la flexibilidad es importante para el matrimonio, Miguel miró más allá de la deficiencia y vio el potencial. Dios le dio sabiduría para ayudarme a salir de mi prisión. Él no dinamitó los cimientos y me dejó totalmente expuesta al mundo que yo temía. Al principio Miguel solo construyó pasos para que pudiera echar un vistazo desde la cima y ver todo un mundo de nuevas posibilidades. Dios creó en mí un deseo de sentir la brisa fresca y la luz del sol, para tratar algo nuevo, para expandir mis horizontes. Cuando expresaba un interés por hacer algo nuevo, Miguel respondía, “¿Por qué no?” Yo tenía listas las razones para él, pero él me mostraba que mis razones no eran reales. El ver la verdad me liberó, y poco a poco las paredes se derrumbaron. El ánimo de Miguel fue la llave que me liberó para cumplir los deseos que Dios había puesto en mi corazón. Hace algún tiempo, leí el libro de Edith Schaeffer, “¿Qué es una Familia?” Un capítulo describe a la familia como “el lugar de nacimiento de la creatividad.” Ella causó que me pusiera a pensar en todas las oportunidades que tenemos para desanimar o animar a aquellos alrededor nuestro, para desempeñar el potencial creativo que Dios les dio. Esta es una de sus declaraciones: “Padres, tías y tíos, abuelos, y hermanas y hermanos pueden. . . acabar, ridiculizar, y demoler el primer intento de creatividad, y continuar esta demolición lo suficiente como para lisiar los brotes espontáneos de creatividad.” La mayoría de nosotros hemos experimentado esta clase de desánimo. Por ejemplo, muchos estudiantes odian la clase de Oratoria. ¿Por qué? Por años, ellos han oído que lo que dicen no tiene sentido, o que es insulso. Muchos de nosotros nunca intentamos poner nuestra mano en la pintura, ni siquiera en lo secreto de nuestros propios hogares. El criticismo nos ha condicionado para creer que fracasaremos.

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Tal vez nuestra familia fue buena. La gente no se proponía lastimarnos. Ellos solo hacían lo que les hicieron a ellos. Afortunadamente, no tenemos que perpetuar el daño. Podemos establecer una atmósfera de confianza que permita que todos en la familia desarrollen plenamente sus talentos. Alentando la creatividad Es especialmente importante, no reprimir la creatividad de un niño. La capacidad para el genio puede estar escondida en el niño hasta que alguien se toma el tiempo y la paciencia para cultivarlo. Esos primeros esfuerzos para dibujar, pueden no parecer espectaculares, pero dado el ánimo proporcionado por una amorosa familia, ellos pueden desarrollarlo hasta llegar a ser un talento que bendecirá a muchos. Cuando vivíamos en África, una de nuestras amigas americanas usaba su talento artístico para transformar la atmósfera de su oscuro y deprimente departamento. Ante la falta de buenos materiales, no es fácil decorar una casa en Nigeria. Utilizando métodos muy simples, y con solo la pintura que había disponible, ella convirtió una larga pared de su sala, en un mural. Ella podría haber pintado una escena de montañas nevadas u hojas de otoño. En lugar de eso, utilizando únicamente pintura negra, ella creó una sorprendente silueta de una mujer africana. Rompió la monotonía de las paredes blancas, y al mismo tiempo mostró su amor por sus nuevos amigos africanos.

Alentando la aventura Muchas nuevas búsquedas comienzan cuando encontramos el valor para hablar de ellas. Debemos tener la libertad de compartir nuestros sueños y esperanzas. Necesitamos que alguien escuche nuestras “locas ideas.” Una sensata dieta de palabras como “¡Eso es imposible!” o “¡Estás loco!” rápidamente cierra la puerta a la comunicación. Por otra parte, las preguntas positivas, abren la puerta para nuevas ideas. Cuando tenía quince años, le pregunté a mi mamá lo que pensaba acerca de viajar a Sudamérica para el verano, como estudiante de intercambio. Inmediatamente llamó al agente de viajes para saber cuánto costaría el boleto de avión. ¡Estaba asombrada! Ella no se rió de mí. En vez de eso, estaba seriamente tratando de ver si había alguna forma de financiarlo. Ese verano que pasé en Sudamérica, plantó más tarde en mi vida, el deseo de vivir en el extranjero. Esa semilla, sembrada en mi decimoquinto verano, produjo el fruto que ha afectado a cientos de vidas en otros países y culturas. La respuesta que recibamos a nuestro primer esfuerzo para un nuevo intento, significa todo. ¿Continuaremos desarrollando nuestros deseos o nos alejaremos arrastrándonos derrotados? La comprensión y honestidad de un amigo, puede hacer la diferencia. El escribir no ha sido algo que nos llegó fácilmente a Miguel o a mí, aunque él tuvo algunas experiencias en la preparatoria y la universidad, y yo no. En la actualidad a veces editamos artículos uno para el otro. Si somos demasiado críticos, sin dar ánimos, la alegría de escribir muere antes de que la chispa de la inspiración se convierta en una llama. Pero si comenzamos por ver la idea y el diseño general, nos inspiramos uno al otro. La primera respuesta positiva es tan importante. Una vez que vemos que la idea funcionará, el entusiasmo y el placer nos llevará a través del tedioso proceso de editar y reescribir.

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La vida familiar amigable, sensible y de apoyo mutuo que compartimos en nuestro hogar, ha hecho posible para mí el dejar la fortaleza de mis temores. Ahora me regocijo en la libertad de aceptar nuevos desafíos y aprender nuevas habilidades. ¿Cuántas nuevas etapas has animado a realizar a tu esposo, esposa, o hijos en este año? El Señor es el Creador Maestro. Solo mira el hermoso mundo que hizo. Él nos creó para ser también creativos. Haz del ánimo una meta familiar para alentar las nuevas etapas y las nuevas aventuras. La clase de ánimo que pueda liberar a tu hijo de su prisión interior hacia una nueva libertad y plenitud.

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