La Dignidad y el Valor de la Mujer

La Dignidad y el Valor de la Mujer. Vivimos en una época en la que se venera el cuerpo humano hasta el grado de adorarlo, lo cual es una aberración moral ...
137KB Größe 7 Downloads 78 vistas
La Dignidad y el Valor de la Mujer Vivimos en una época en la que se venera el cuerpo humano hasta el grado de adorarlo, lo cual es una aberración moral muy grande. ¿No es suficiente con el corte de pelo, el peinado, el maquillaje, el perfume, los accesorios, la ropa y el calzado? Estos son 7 elementos que ya de por sí son bastante arreglo como para añadir cualquier otra cosa o, lo que es peor, para quitarnos algo (o mucho) y dejar ver más de nuestro cuerpo, lo importante es saber considerar y expresar esos 7 elementos de nuestro arreglo. Hay que tener en cuenta que, de la vanidad a la lujuria hay solo medio paso; de la vanidad a la soberbia también hay solo medio paso, y los tres son desagradables para Dios. También es importante cultivar nuestra alma, no solo nuestro cuerpo. • Algunas veces ¡Se habla del amor como si fuera un impulso hacia la propia satisfacción, o un mero recurso para completar de modo egoísta la propia personalidad! --Y siempre te he dicho que no es así: el amor verdadero exige salir de sí mismo, entregarse. El auténtico amor trae consigo la alegría: una alegría que tiene sus raíces en forma de Cruz. (San Josemaría Escrivá) • "En estos momentos de violencia, de sexualidad brutal, salvaje, hemos de ser rebeldes. Tú y yo somos rebeldes: no nos da la gana dejarnos llevar por la corriente, y ser unas bestias. Queremos portarnos como hijos de Dios, como hombres o mujeres que tratan a su Padre, que está en los Cielos y quiere estar muy cerca —¡dentro!— de cada uno de nosotros".(San Josemaría Escrivá)

Muchas veces las mujeres se visten de forma provocativa y no lo hacen tanto por excitar a los hombres, lo hacen “simplemente” por vanidad y/o por quedar bien con sus compañeras, parientes, amigas, vecinas o conocidas, ya que se sentirían mal si ellas (sus conocidas) no aprueban su forma de vestir, sin embargo, tanto la vanidad como la excitación que provocan en los hombres son un pecado y yo te pregunto si vale la pena ofender a Dios por quedar bien con tus “amigas” o por lograr que los hombres te volteen a ver o para que te digan cosas bonitas o hasta groserías. Pienso que el Cielo que nos ha prometido Dios a los que cumplen sus mandamientos es mucho más trascendente que esos sentimientos de bienestar que te produce el vestirte de esa forma, pero si vives el Pudor por amor a Dios es mucho mejor para ti ya que no lo haces por el interés de ganarte el Cielo (que es bueno en sí, pero es mejor hacerlo por Amor). En cuanto a quedar bien con tus “amigas” te recomiendo que mejor quedes bien con Dios, Él es el único Amigo verdadero y que no traiciona, además; si ellas fueran tus verdaderas amigas no te invitarían ni te inducirían a vestirte de esa forma. Tu cuerpo y el mío y el de todos los hijos de Dios es templo del Espíritu Santo, Dios nos lo dio para salvarnos y no somos dueños de ese cuerpo, El es el único Dueño. No podemos usar nuestro cuerpo para practicar el hedonismo, sino para servir a Dios, a La Iglesia y a la Humanidad, y para ganarnos el Cielo, que es para lo que nos creó Dios. Muchas personas, especialmente Mujeres, se dedican a adorar al demonio mediante su cuerpo, ¿por qué tú y yo no aprovechamos nuestro cuerpo para adorar y darle gloria a Dios, y aprovechamos para desagraviar esas ofensas que se le hacen continuamente? Por otro lado, el hecho de que a alguien le quede una prenda no siempre es obligación para usarla, ya que

muchos diseñadores de modas no tienen una moral muy ortodoxa, o simplemente no la tienen, o no les interesa en lo absoluto la Moral, con tal de hacerse famosos y ganar dinero; y en vez de vestir a las mujeres las tratan de desvestir diseñando ropa cada vez mas provocativa para hacer que se vean más sensuales y se sientan más bonitas, lo que termina siendo, aparte de una ilusión, vanidad y sensualidad, en vez de tratar de destacar los valores y la personalidad propia de las Mujeres. Igualmente, además de la ropa están los arreglos extremos del pelo, tratando de imitar colores de otros tipos de razas que, por otro lado, ni siquiera tienen los valores que tenemos en nuestra cultura y no se dan cuenta de que en nuestra cultura hay Mujeres igualmente o más bonitas que en otras etnias con el color original de nuestro cabello. Incluso los dedos se han convertido en un motivo de Vanidad EXAGERADA ya que, el uso de uñas postizas está reservado para las damas que tienen compromisos sociales y que no tienen necesidad de trabajar, y no para las Mujeres que deben atender ya sea su trabajo, o bien, las tareas de su Hogar; da tristeza ver como empleadas de oficina (secretarias) o incluso obreras se afanan en adornar de esa forma sus manos. Además el uso de esas uñas resulta un lujo económicamente hablando. Asimismo está la imitación ingenua que hace quedar en ridículo a las pobres Mujeres que se visten con esa ropa sexy aunque se vean como costales de papas o simplemente están demasiado jóvenes y/o demasiado delgadas (hasta anoréxicas), no se ven bien con ese tipo de ropa, y lo único que quieren es parecerse a sus ídolos o a sus compañeras, o bien, solo quieren estar “a la moda”.

También tenemos las depilaciones que son bastante caras y que solo vuelven más artificiales a las mujeres que las practican, al igual que los implantes y/o cirugías, ahora tenemos mucha “belleza” artificial que a final de cuentas es un lujo y por no ser natural resulta contrario a la salud y por lo tanto no debería ser practicado. Lo que es el colmo es la nueva tendencia de los hombres por imitar a las mujeres con la misma vanidad al utilizar aretes, shampoo, cortes de cabello, y algunos accesorios y/o actitudes como visitas a spas, depilaciones, etc., mediante lo que se conoce actualmente como metrosexualidad y lo que en realidad es afeminación, es decir, que un hombre se comporte de forma afeminada y todo por VANIDAD. Y por último tenemos las que se visten con ropas demasiado ajustadas para estar muy cómodas, dándole más importancia a esa comodidad que al respeto que debemos darnos unos a otros y sobre todo a Dios. Tú Mujer, ¿te has preguntado, si a novio o esposo les gusta que te vistas de forma provocativa o sin pudor? ¿Te has preocupado cuando menos por imaginarte en cuántos problemas los involucras al vestirte así, además de la deslealtad que les debes? Además de que no es congruente esa forma de vestir con el derecho que ellos tienen de disfrutar de forma exclusiva de las bellezas que tú muestras sin pudor a todos los hombres, los involucras en problemas como los celos que les das cuando los otros te voltean a ver, y la obligación de defenderte ante las majaderías que te dicen. La mayoría de los hombres que tienen parejas que se visten sin pudor son víctimas del egoísmo de esas mujeres, porque además, los que más disfrutan de lo que muestran sin pudor son los demás hombres que las ven y ellas mismas, ya que sus parejas no las pueden ver tan bien como los que las ven

desde lejos, y ellas disfrutan de la vanidad producida por esa falta de pudor y de las aceptaciones de parte de sus “amigas”; por lo que , no solamente no les gusta, sino que les incomoda y los mantiene relegados a un segundo o tercer plano. Por otro lado ¿Sabes cuántos hombres se han masturbado o han fantaseado sexualmente por vestirte tú de forma provocativa? • Hace falta una cruzada de virilidad y de pureza que contrarreste y anule la labor salvaje de quienes creen que el hombrees una bestia. –Y esa cruzada es obra tuya y mía.(San Josemaría Escrivá de Balaguer) • ¿Pureza? -preguntan. Y se sonríen. -Son los mismos que van al matrimonio con el cuerpo marchito y el alma desencantada.(San Josemaría Escrivá de Balaguer) • Ante la presión y el impacto de un mundo materializado, hedonista, sin fe..., ¿cómo se puede exigir y justificar la libertad de no pensar como "ellos", de no obrar como "ellos"?...-Un hijo de Dios no tiene necesidad de pedir esa libertad, porque de una vez por todas ya nos la ha ganado Cristo: pero debe defenderla y demostrarla en cualquier ambiente. Sólo así, entenderán "ellos" que nuestra libertad no está aherrojada por el entorno. (San Josemaría Escrivá) El siguiente Salmo es excelente para pedir a Dios perdón y hacer Reparación por nuestros pecados, además de concedernos la delicadeza de ser más sensibles a las faltas que comete la humanidad, incluyéndonos nosotros: SALMO 50 Ten compasión de mí, Señor, en la medida de tu misericordia; según la grandeza de tu bondad, borra mi iniquidad.

Lávame afondo de mi culpa, límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mi maldad, y tengo siempre delante mi delito. He pecado contra Ti, contra Ti solo, he obrado lo que es desagradable a tus ojos, de modo que se manifieste la justicia de tu juicio y tengas razón en condenarme. Es que soy nacido en la iniquidad, y ya mi madre me concibió en pecado. Mas he aquí que Tú te complaces en la sinceridad de corazón, y en lo íntimo del mío Tú me haces conocerla Sabiduría. Rocíame, pues, con hisopo, y seré limpio; lávame, Tu, y quedaré mas blanco que la nieve. Hazme oír tu palabra de gozo y alegría y saltarán de felicidad estos huesos que has quebrantado. Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis culpas. Crea en mi, Señor, un corazón puro, y renueva en mi interior un espíritu recto. No me rechaces de tu Presencia, y no me quites el espíritu de tu Santidad. Devuélveme la alegría de tu salud, confírmame en un espíritu de príncipe. Enseñaré a los malos tus caminos; y los pecadores se convertirán a Ti. Líbrame de la sangre, Oh Dios, Dios salvador mío, y vibre mi lengua en exultación por tu justicia. Abre Tú mis labios, Oh Señor, y mi boca anunciará tu alabanza, pues los sacrificios no te agradan, y si te ofreciera un holocausto no lo aceptarías. Mi sacrificio, Oh Dioses el espíritu compungido; Tú no despreciarás, Señor un corazón contrito y humillado. Por tu misericordia, Señor, obra benignamente con Sión; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios legales, las oblaciones y los holocaustos; entonces se ofrecerán becerros sobre tu Altar.

¿Agradable o Bueno? Es muy frecuente la aberración de pensar que todo lo agradable es bueno (lo cual es el principio fundamental del hedonismo). Veamos por qué es una aberración. La función o el fin de nuestra voluntad es impulsarnos o hacer que nuestra vida tienda hacia lo bueno, y la función o el fin de la inteligencia (o más bien del entendimiento) es distinguir lo bueno, lo que realmente es bueno de lo malo o, lo que es más importante, distinguir lo bueno de lo que parece bueno pero no lo es (lo cual es muy habitual, sobre todo en una sociedad hedonista), aunque es muy importante que la inteligencia esté iluminada por la fe (ya que de esta forma la fe “convierte” a la inteligencia en entendimiento), principalmente porque la inteligencia por si sola es bastante limitada, sobre todo en los asuntos que son trascendentales (aquellos que van a prevalecer después de nuestra muerte), ya que la fe nos permite conocer con la mayor perfección y plenitud posibles lo que nos conviene más, principalmente en lo que se refiere a nuestra salvación y a darle gloria a Dios. A continuación se muestra un cuadro sinóptico de las Potencias del Alma, las cuales son la base de nuestra Libertad y que nos distinguen de los demás seres materiales y que además nos hacen Semejantes a Dios: El Alma tiene dos potencias: ⇒Voluntad y ⇒Entendimiento. Y el Entendimiento a su vez se conforma por: ~Fe y ~ Razón. Y la Razón se divide en tres partes: Inteligencia Imaginación Memoria El entendimiento nos dice qué cosas son buenas y la voluntad nos impulsa a conseguir esos bienes. Como ejemplo tenemos: tanto el “alcohol” en exceso como el

“sexo” desordenado y otros placeres materiales son agradables y son atractivos para la Voluntad, ya que ésta (la Voluntad) tiende a adherirse a “todo” lo que parece bueno, y lo agradable siempre parece bueno, lo agradable (aunque no todo) es como un espejismo en nuestro camino hacia nuestra meta que es La Gloria, pero a pesar de ser agradable nos hace daño en nuestra alma y nos hace enemigos de Dios porque, esos ejemplos del sexo y del alcohol desordenados son cosas que van contrala Moral, no por ser agradables estas y otras cosas son buenas, ya que al analizarlas con nuestro Entendimiento, nos damos cuenta de que van en contra de la las Reglas que nos hacen Libres y por lo tanto nos alejan de Dios, lo ofenden y nos desvían de nuestro fin último y más importante: el Cielo. De cualquier manera hay cosas que son buenas y que también son agradables. Como dice el dicho popular: “no todo lo que brilla es oro”, así mismo: no todo lo que es agradable es bueno. ¿Sabes lo que es el hedonismo y por qué es malo? ¿Sabías que está muy de moda en nuestros días? El hedonismo es una corriente filosófica que se basa en la idea de que único bueno es lo agradable, busca exclusivamente la comodidad y el bienestar materiales y por lo tanto es una ideología que propone huir sistemáticamente del sufrimiento, del dolor, del sacrificio y en general de cualquier forma de contrariedad o de mortificación o de cualquier esfuerzo moral o esfuerzo físico, sin tener en cuenta que La Mortificación es una forma de Oración que hacemos con nuestro cuerpo y que consiste en hacer a Dios pequeñas ofrendas mediante pequeñas renuncias a nuestros gustos que representan algo desagradable para nuestro Cuerpo, o incomodidades tales como comer un poco (o no tan poco) de un alimento que no nos agrada o comer menos de los alimentos que nos agradan, o retrasar un vaso de agua por unos minutos en vez de tomárnoslo inmediatamente cuando tenemos sed, o sonreír a una persona que no nos cae bien, o continuar trabajando o estudiando un rato más cuando ya estamos cansados, o ayudar a alguien en vez de serle

indiferente, o dejar de ver una novela o un partido de futbol que nos gustan mucho, etc. . En general se trata de hacer pequeños actos de voluntad en cosas que nos representen un esfuerzo extra o una renuncia o una expiación, etc., que son agradables a Dios, y que por supuesto Él nos sabrá retribuir. Asimismo se pueden mortificar la inteligencia, la voluntad, la imaginación, la vista y el oído, incluso hasta nuestras tareas. Además hay algunos sufrimientos pequeños que Dios nos hace pasar inesperadamente, tales como las enfermedades o la muerte de algún ser querido, y podemos aprovechar esas oportunidades para ofrecérselos a Él, pero además cada uno de nosotros podemos buscar voluntariamente otras molestias o contrariedades para desagraviar nuestros pecados y/o los de nuestro prójimo. Por otro lado el Sacrificio, a diferencia de la Mortificación consiste en entregar a Dios ofrendas relevantes o renuncias significativas, molestias o contrariedades considerables, o sufrimientos notables, Es tan importante que solo se debe y se puede practicar con la autorización y supervisión de un Director Espiritual y no se puede producir ordinariamente ni cuando se nos ocurra. Un ejemplo es el Ayuno, el cual solo se pone en práctica 2 veces al año: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Durante nuestra vida Dios nos ofrece muchas oportunidades para poner en práctica mortificaciones y sacrificios tales como la pérdida de empleos o de pertenencias, malos entendidos, difamaciones, calumnias, fracasos, etc., y son ocasiones de responderle con generosidad. En general la Mortificación y el Sacrificio son ocasiones de responder a Dios con generosidad y conformándonos con su voluntad porque solo así podemos crecer en santidad y en dignidad ante Él y ante los hombres. • Ante la presión y el impacto de un mundo materializado, hedonista, sin fe..., ¿cómo se puede exigir y justificar la libertad de no pensar como "ellos", de no obrar como "ellos"?...-Un hijo de Dios no tiene necesidad de pedir esa

libertad, porque de una vez por todas ya nos la ha ganado Cristo: pero debe defenderla y demostrarla en cualquier ambiente. Sólo así, entenderán "ellos" que nuestra libertad no está aherrojada por el entorno. (San Josemaría Escrivá) • Para ir adelante, en la vida interior y en el apostolado, no es la devoción sensible lo necesario; sino la disposición decidida y generosa, de la voluntad, a los requerimientos divinos.(San Josemaría Escrivá)