Dignidad y valor de la Mujer

Dignidad y valor de la Mujer. Muchas veces las mujeres se visten de forma provocativa y no lo hacen tanto por excitar a los hombres, lo hacen “simplemente” ...
58KB Größe 8 Downloads 98 vistas
Dignidad y valor de la Mujer Muchas veces las mujeres se visten de forma provocativa y no lo hacen tanto por excitar a los hombres, lo hacen “simplemente” por vanidad y/o por quedar bien con sus compañeras, parientes, amigas, vecinas o conocidas, ya que se sentirían mal si ellas (sus conocidas) no aprueban su forma de vestir, sin embargo, tanto la vanidad como la excitación que provocan en lo hombres son un pecado y yo te pregunto si vale la pena ofender a Dios por quedar bien con tus “amigas” o por lograr que los hombres te volteen a ver o para que te digan cosas bonitas o hasta groserías. Pienso que el Cielo que nos ha prometido Dios a los que cumplen sus mandamientos es mucho mas trascendente que esos sentimientos de bienestar que te produce el vestirte de esa forma, pero si vives el Pudor por amor a Dios es mucho mejor para ti ya que no lo haces por el interés de ganarte el Cielo (que es bueno en si, pero es mejor hacerlo por Amor). En cuanto a quedar bien con tus “amigas” te recomiendo que mejor quedes bien con Dios, Él es el único Amigo verdadero y que no traiciona, además; si ellas fueran tus verdaderas amigas no te invitarían ni te inducirían a vestirte de esa forma. Tu cuerpo y el mío y el de todos los hijos de Dios es templo del Espíritu Santo, El nos lo dio para salvarnos y no somos dueños de ese cuerpo, El es el Único Dueño. El hecho de que a alguien le quede una prenda no siempre es obligación para usarla, ya que muchos diseñadores de modas no tienen una moral muy ortodoxa y en vez de vestir a las mujeres las tratan de desvestir diseñando ropa cada vez mas provocativa para hacer que se vean mas sensuales y se sientan mas bonitas, lo que termina siendo vanidad y sensualidad, en vez de tratar de destacar los valores y la personalidad propia de las Mujeres. Por otro lado, además de la ropa están los arreglos extremos del pelo, tratando de imitar colores de otros tipos de razas que, por otro lado, ni siquiera tienen los valores que tenemos en nuestra cultura y no se dan cuenta de que en nuestra cultura hay Mujeres igualmente o mas bonitas que en otras etnias con el color original de nuestro cabello. Incluso los dedos se han convertido en un motivo de Vanidad EXAGERADA ya que, el uso de uñas postizas esta reservado para las damas que tienen compromisos sociales y que no tienen necesidad de trabajar y no para las Mujeres que deben atender ya sea su trabajo, o bien, las tareas de su Hogar; da tristeza ver como empleadas de oficina (secretarias) o incluso obreras se afanan en adornar de esa forma sus manos. Además el uso de esas uñas resulta un lujo económicamente hablando. Asimismo está la imitación ingenua que hace quedar en ridículo a las pobres Mujeres que se visten con esa ropa sexy aunque se vean como costales de papas o simplemente están demasiado jóvenes y/o demasiado delgadas (hasta anoréxicas) y no se ven bien con ese tipo de ropa y lo único que quieren es parecerse a sus ídolos o a sus compañeras, o bien, solo quieren estar “a la moda”. También tenemos las depilaciones que son bastante caras y que solo vuelven más artificiales a las mujeres que las practican, al igual que los implantes y/o cirugías, ahora tenemos mucha “belleza” artificial que a final de cuentas es un lujo y por no ser natural resulta contrario a la salud y por lo tanto no debería ser practicado.

Lo que es el colmo es la nueva tendencia de los hombres por imitar a las mujeres con la misma vanidad al utilizar aretes, shampoo, cortes de cabello, y algunos accesorios y/o actitudes como visitas a spas, depilaciones, etc. con lo que se conoce actualmente como metro sexualidad y a lo que en realidad es afeminación, es decir, que un hombre se comporte de forma afeminada y todo por VANIDAD. Y por último tenemos las que se visten con ropas demasiado ajustadas para estar muy cómodas, dándole mas importancia a esa comodidad que al respeto que debemos darnos unos a otros y sobre todo a Dios Vivimos en una época en la que se venera el cuerpo humano hasta el grado de adorarlo, lo cual es una aberración moral muy grande. ¿No es suficiente con el corte de pelo, el peinado, el maquillaje, el perfume, los accesorios, la ropa y el calzado? Estos son 7 elementos que ya de por sí son bastante arreglo como para añadir cualquier otra cosa o, lo que es peor, para quitarnos algo (o mucho) y dejar ver más de nuestro cuerpo, lo importante es saber considerar y expresar esos 7 elementos de nuestro arreglo. Hay que tener en cuenta que, de la vanidad a la lujuria hay solo medio paso; y de la vanidad a la soberbia también hay solo medio paso, y los tres son desagradables para Dios. También es importante cultivar nuestra alma, no solo nuestro cuerpo. 



Algunas veces ¡se habla del amor como si fuera un impulso hacia la propia satisfacción, o un mero recurso para completar de modo egoísta la propia personalidad! --Y siempre te he dicho que no es así: el amor verdadero exige salir de sí mismo, entregarse. El auténtico amor trae consigo la alegría: una alegría que tiene sus raíces en forma de Cruz. (San Josemaría Escrivá) "En estos momentos de violencia, de sexualidad brutal, salvaje, hemos de ser rebeldes. Tú y yo somos rebeldes: no nos da la gana dejarnos llevar por la corriente, y ser unas bestias. Queremos portarnos como hijos de Dios, como hombres o mujeres que tratan a su Padre, que está en los Cielos y quiere estar muy cerca — ¡dentro!— de cada uno de nosotros". (San Josemaría Escrivá)

¿Agradable o Bueno? Es muy común la aberración de pensar que todo lo agradable es bueno (lo cual es el principio fundamental del hedonismo). Veamos por qué es una aberración. La función o el fin de nuestra voluntad es impulsarnos o hacer que nuestra vida tienda hacia lo bueno, y la función o el fin de la inteligencia (o más bien del entendimiento) es distinguir lo bueno, lo que realmente es bueno de lo malo o, lo que es más importante, distinguir lo bueno de lo que parece bueno pero no lo es (lo cual es muy común, sobre todo en una sociedad hedonista), aunque es muy importante que la inteligencia esté iluminada por la fe (ya que de esta forma la fe “convierte” a la inteligencia en entendimiento), principalmente porque la inteligencia por si sola es bastante limitada, sobre todo en los asuntos que son trascendentales (aquellos que van a prevalecer después de nuestra muerte), ya que la fe nos permite conocer con la mayor perfección y plenitud posibles lo que nos conviene más, principalmente en lo que se refiere a nuestra salvación y a darle gloria a Dios. A continuación se muestra un cuadro sinóptico de las Potencias del Alma, las cuales son la base de nuestra Libertad y que nos distinguen de los demás seres materiales y que además nos hacen Semejantes a Dios:

El Alma tiene dos potencias:  Voluntad y  Entendimiento. Y el Entendimiento a su vez se conforma por:

~ Fe y ~ Razón. Y la Razón se divide se tres partes:  Inteligencia  Imaginación  Memoria El entendimiento nos dice qué cosas son buenas y la voluntad nos impulsa a conseguir esos bienes. Como ejemplo tenemos: tanto el “alcohol” en exceso como el “sexo” desordenado y otros placeres materiales son agradables y son atractivos para la Voluntad, ya que ésta (la Voluntad) tiende a adherirse a “todo” lo que parece bueno, y lo agradable siempre parece bueno, lo agradable es como un espejismo en nuestro camino hacia nuestra meta que es La Gloria, pero a pesar de ser agradable nos hace daño en nuestra alma y nos hace enemigos de Dios porque, esos ejemplos del sexo y del alcohol desordenados son cosas que van contra la Moral, no por ser agradables estas y otras cosas son buenas, ya que al analizarlas con nuestro Entendimiento, nos damos cuenta de que van en contra de la las Reglas que nos hacen Libres y por lo tanto nos alejan de Dios y lo ofenden y nos desvían de nuestro fin último y más importante: el Cielo. De cualquier manera hay cosas que son buenas y que también son agradables. Como dice el “dicho” popular: “no todo lo que brilla es oro”, así mismo: no todo lo que es agradable es bueno. Ahora nos resta saber qué es “lo bueno”. Simplemente veamos lo que nos dice el Libro del

Deuteronomio 30, 10-14 “Escucha la voz de Yahveh tu Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro de esta Ley, conviértete a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Los mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, para que hayas de decir: « ¿Quién subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? » Ni están al otro lado del mar, para que hayas de decir: « ¿Quién irá por nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica? » Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica.” Los mandamientos los pone Dios en nuestra conciencia desde que somos concebidos. Después, cuando crecemos hacemos como que nos cambiamos de religión o nos volvemos ateos porque nos “conviene”, pero ese cambio es solo superficial, lo único que realmente hicimos es un teatro para zafarnos de nuestros compromisos y responsabilidades, y creemos que con eso ya no tenemos esas obligaciones, y ese disque cambio por supuesto que no afecta nuestra esencia ni nuestra conciencia porque solo ocurre subjetivamente: aun cuando nos vallamos al infierno, ahí mismo seguimos siendo católicos e hijos de Dios.

En esencia ese Texto se refiere a los pretextos que ponemos para no cumplir con nuestras obligaciones ante Dios. En resumen “Lo Bueno” es hacer las cosas de acuerdo con los fines para los que fueron hechas, lo que nos hace libres. El hedonismo es una corriente filosófica que se basa en la idea de que único bueno es lo agradable, busca exclusivamente la comodidad y el bienestar materiales y por lo tanto es una ideología que propone huir sistemáticamente del sufrimiento, del dolor, del sacrificio y en general de cualquier forma de contrariedad o de mortificación o de cualquier esfuerzo moral o esfuerzo físico, sin tener en cuenta que La Mortificación es una forma de Oración que hacemos con nuestro cuerpo y que consiste en hacer a Dios pequeñas ofrendas mediante pequeñas renuncias a nuestros gustos que representan algo desagradable para nuestro Cuerpo, o incomodidades tales como comer un poco (o no tan poco) de un alimento que no nos agrada o comer menos de los alimentos que nos agradan, o retrasar un vaso de agua por unos minutos en vez de tomárnoslo inmediatamente cuando tenemos sed, o sonreír a una persona que no nos cae bien, o continuar trabajando o estudiando un rato más cuando ya estamos cansados, o ayudar a alguien en vez de serle indiferente, o dejar de ver una novela o un partido de futbol, etc. .