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el mundo
| Lunes 22 de septiembre de 2014
Miles de refugiados sirios de la minoría kurda cruzaron a Turquía por el avance de los jihadistas de EI
reuters
Khorasan, el misterioso grupo terrorista que amenaza a EE.UU.
el avance islamista. Los servicios secretos alertaron del fortalecimiento del movimiento
jihadista, creado el año pasado en Siria; su líder tenía un estrecho vínculo con Ben Laden
M. Mazzetti, M. Smith y B. Hubbard THE NEW yOrK TIMES
WASHINGTON.– Ahora que Estados Unidos comienza una campaña militar contra Estado Islámico (EI) que podría ser de larga duración, funcionarios de inteligencia y de las fuerzas de seguridad dicen que otro grupo sirio, conducido por una oscura figura que perteneció alguna vez al círculo más cercano de Osama ben Laden, representa una amenaza más directa para Occidente. Funcionarios norteamericanos señalaron que desde hace un año el grupo llamado Khorasan se convirtió en la célula siria que más decidida estaría a llevar a cabo un ataque
terrorista contra Estados Unidos o sus instalaciones de ultramar. Los funcionarios señalaron que el grupo es liderado por Muhsin al-Fadhli, un miembro relevante de Al-Qaeda tan cercano a Ben Laden que, según el Departamento de Estado, era uno de los pocos que sabían de los preparativos de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Casi no existe información pública sobre el grupo Khorasan, pero según varias fuentes de la inteligencia estadounidense está compuesto por combatientes de Al-Qaeda de Medio Oriente, el sur de Asia y África del Norte. Más allá de Al-Fadhli, no se conocen detalles del resto de sus integrantes.
El director nacional de inteligencia, James Clapper, dijo recientemente que “en términos de amenaza dentro del territorio norteamericano, Khorasan puede entrañar tanto peligro como EI”. Algunos funcionarios norteamericano y expertos en seguridad dijeron que haber hecho foco en EI había distorsionado el cuadro de la amenaza terrorista emergida de la guerra civil siria, y que la amenaza más inmediata es aún la que proviene de grupos terroristas tradicionales, como Khorasan y el Frente AlNusra, filial de Al-Qaeda en Siria. Al-Fadhli, de 33 años, está en la mira de las agencias de inteligencia de Estados Unidos desde hace por
lo menos diez años. Según el Departamento de Estado, antes de la llegada de Al-Fadhli a Siria, había vivido en Irán como integrante de una pequeña célula de Al-Qaeda que había huido de Afganistán tras los ataques del 11 de Septiembre. Irán dijo que aquel grupo vivía en arresto domiciliario, pero la situación de esos miembros de Al-Qaeda no se aclaró hasta que se mudaron a Paquistán, Siria y otros países. En 2012, el Departamento de Estado identificó a Al-Fadhli como el líder de Al-Qaeda en Irán, donde dirigía el movimiento de fondos y de combatientes. Se ofreció una recompensa de siete millones de dólares por información que llevara a
su captura. Durante un discurso en Bruselas, en 2005, el entonces presidente George W. Bush mencionó a Al-Fadhli como el enlace de los terroristas que hicieron explotar un barco petrolero francés en 2002 frente a las costas de yemen. El ascenso de EI hizo perder impulso a sus grupos rivales en Siria, como el Frente Al-Nusra, antes considerado el más hábil dentro de los grupos rebeldes sirios. La expansión de EI en el norte de Irak y en las regiones petroleras del este de Siria redujo los recursos del Frente Al-Nusra y se robó algunos de sus combatientes, seducidos por los éxitos de EI en el campo de batalla. Es difícil medir la gravedad o el alcance de los planes terroristas que puedan tener Khorasan, el Frente Al-Nusra u otros grupos de Siria. Tanto Al-Nusra como EI usaron a estadounidenses que se unieron a sus filas para hacer atentados dentro de Siria –incluido por lo menos un atentado suicida–, y no usaron la estrategia de enviarlos de vuelta a Estados Unidos para cometer allí atentados. La desgastante guerra en Siria, ya bien entrada en su cuarto año, llevó un permanente cambio de alianzas entre los grupos rebeldes más radicalizados. Ayman al-Zawahiri, líder de Al-Qaeda, ungió al Frente Al-Nusra como su filial oficial en Siria, y a principios de este año cortó lazos con EI, cuando este grupo se negó a acatar la orden de limitarse a luchar en Irak. Los funcionarios dicen que Khorasan es un desprendimiento del Frente Al-Nusra. Según un nuevo informe del Centro Político Bipartidista –una organización de investigaciones y análisis sin fines de lucro–, las fricciones entre estos diversos grupos “amenazan con generar un conflicto armado dentro del movimiento jihadista que ya no se restringe a Siria e Irak”. Washington estima que desde que empezó el conflicto en Siria, en marzo de 2011, unos 15.000 extranjeros, incluidos más de 100 norteamericanos y 2000 europeos, viajaron a ese país para sumarse a las milicias rebeldes. La preocupación de Occidente es la porosidad de las fronteras de Siria, que al facilitar el ingreso y salida irregular del país potencia el riesgo de que los jihadistas se introduzcan de nuevo en Estados Unidos y Europa sin ser detectados.ß Traducción de Jaime Arrambide
El avance de EI desata un éxodo a Turquía Ya recibió unos 100.000 kurdos de una ciudad fronteriza con Siria BEIrUT.– El grupo Estado Islámico (EI) continúa con su avance y ahora apunta sus cañones contra el enclave kurdo de Kobane (nordeste de Siria), localidad asediada por los jihadistas en el sector central de la frontera con Turquía, que según la ONU en sólo tres días recibió cerca de 100.000 refugiados. Ante el agravamiento del conflicto, las autoridades turcas y de las Naciones Unidas ya se preparan para la posible llegada de decenas de miles de kurdos en los próximos días, señaló ayer el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur). Turquía abrió la frontera el viernes pasado ante la acumulación de personas. Desde la semana pasada, los milicianos de EI tomaron más de 60 pueblos kurdos en el norte de Siria, cerca de Kobane, lo que desató el éxodo de sus habitantes por el miedo a represalias, masacres y persecuciones. Los habitantes de Kobane son en su mayoría kurdos, pero la ciudad se había convertido además en un lugar de refugio de unos 200.000 desplazados internos de otras partes de Siria, porque era un lugar relativamente seguro, informó Acnur. Según el Observatorio Nacional para los Derechos Humanos en Siria (Ondus), que desde 2007 cuenta con una densa red de fuentes sobre el terreno, la artillería pesada jihadista llegó ayer a la periferia de Kobane. En medio de la crisis humanitaria, el gobierno turco anunció que está levantando otros dos campamentos de refugiados, mientras que Acnur señaló que ya reparte miles de mantas y colchones. EI ganó terreno en el norte y el este de Siria de forma paralela a sus ofensivas en la vecina Irak. En Turquía hay ya cerca de 1,3 millones de refugiados procedentes de Siria, según cifras oficiales. Otros 1,8 millones de refugiados internos iraquíes están desplazados en las regiones kurdas del norte de Irak.ß Agencias ANSA y AFP