SÁBADO | 11
| Sábado 22 de febrero de 2014
mesa para dos
Top 5
Fue modelo y ahora busca convertir a Buenos Aires en una gran capital de la moda mientras apoya a los diseñadores emergentes
Inspiradores de la semana
Julieta Spina. “Soy clásica, tengo un estilo muy Ramirizado”
1
E
–¿Te costó bajarte de la pasarela? –No me costó nada. La primera vez que me fui a Europa tenía 18 años. Era chica, pero tenía que mentir la edad porque ahí se empieza más joven. Me sentía vieja. Hice algunas cosas, pero extrañé y me volví enseguida. Después volví y viví desde 2001 hasta 2004 y ahí sí me hice de una familia sustituta. Lo mío no era la pasarela, sino los comerciales, los catálogos de grandes marcas. Fue la mejor experiencia de vida. Crecés de golpe y te cruzás con las tops como Kate Moss, que es espléndida, o Naomi Campbell, que es imponente, y te las quedás mirando, no lo podés creer. –¿Y cómo es que dejar esa vida no te costó nada? –Porque a pesar de eso siempre tuve claro que la modelo tenía fecha de vencimiento, que la piel se arruga. Hoy me sigo cuidando como si fuese modelo, pero por mí, no por una exigencia profesional. Las horas de trabajo son muchas, tenés que cuidarte, estar siempre pendiente de tu imagen. Y cuando volví a Buenos Aires me vine con un proyecto con la diseñadora María Pryor, que salía de la alta costura para meterse en el prêt-à-porter. Y la modelo empezó a quedar un poco de lado hasta
que en 2010 organicé el desfile del Bicentenario, “Pasado de moda”, y ahí decidí que no iba a trabajar más como modelo. Quería que la gente empezara a asociarme con la producción de moda. Tuve que hacer un corte. –¿Cómo nació La Ciudad de Moda? –Me interesaba hacer un día de moda en el que haya mucho diseño de autor y apoyo a diseñadores emergentes, además de posicionar a Buenos Aires dentro de las capitales de diseño de América latina. La Ciudad de Moda es un espacio donde apoyamos al diseñador consagrado, le damos el reconocimiento que se merece, con los desfiles en locaciones externas y puntos emblemáticos de la ciudad, como el de Pablo Ramírez en el Teatro Colón o el de Martín Churba en La Usina de las Artes. O este de Vero Ivaldi en plaza Alemania. Y al mismo tiempo apuntalamos a los emergentes. A los que empiezan pasarela les da visibilidad, pero lo que más nos interesa es el trabajo de planeamiento comercial de ese diseñador. Que pueda sostenerse en el tiempo. –Dentro del BAFWeek, con los desfiles de diseñadores consagrados en locaciones externas ocuparon el espacio destinado a diseño de autor... –Sí, aunque en el BAF también hay diseño de autor. Una semana de la moda tiene que tener marca y diseño. Es interesante que los dos estén, que haya un equilibrio. –¿Y para tu vida diaria qué elegís? –Yo soy muy clásica, estoy muy Ramirizada. Me encanta Pablo Ramírez, lo elegí para que diseñe mi vestido de novia. Amo el corte de sus pantalones, de sus polleras... Yo me visto casi siempre de blanco y negro. También me gustan mucho Martín Churba y Vero Ivaldi. Y como marca me gustan Jazmín Chebar y Ginebra. Me encanta el diseño argentino, aunque cuando viajo compro diseñadores de afuera. –¿Te ves diseñando? –No, respeto muchísimo al diseñador que estudió, que se preparó por años. Tal vez, en algún momento, si me capacito... Pero de acá a cinco años me veo haciendo lo que hago ahora. –¿Te sentiste alguna vez cuestio-
ideas y personas Julieta Sopeña
Cuando un desfile es una fiesta
U
n calor pegajoso amenazaba con incomodar a los cientos de personas que se dieron cita anteayer, en el tercer piso del estacionamiento del Alcorta Shopping. Faltaba el aire y unos enormes reflectores de luz blanca invitaban a abanicarse frenéticamente. Pero ni las altas temperaturas ni otros resquemores de la semana podían aguar la euforia que se vivía en la previa del desfile de Benito Fernández: la apertura de BAFWeek. Otra prueba de cómo transformar un shopping en un destino encantado (recordemos que hace tan sólo seis meses Jazmin Chebar también eligió esa locación para su monstruosa fiesta “Fantasy Island”). La primera persona que vi, al entrar, fue a Kika Tarelli, con su eterna sonrisa. Esa mujer que fundó el ciclo de moda más importante de la escena local (que hoy aún dirige) demuestra disfrutarlo en cada nueva edición, y pareciera no entregarse jamás a tontos nerviosismos. Cómoda, sentada charlando con amista-
des, recibía a colegas y personalidades de la industria. A mi derecha encontré a la socióloga y bloguer Marou Rivero, envuelta en una impactante monoprenda pintada a mano por las diseñadoras de Tenaz, Josefina Schargorodsky y Romina Reinoso. Llevaba también unos anteojos no menos llamativos: sin lente y con una pantallita en el costado superior derecho. Tardé en darme cuenta de que se trataban de los Google Glass (nunca había visto unos en vivo y en directo; en mi defensa, aún no han sido lanzados a la venta al público). Nadie mejor que ella para capturar y compartir una mirada entrenada de la moda argentina. Me di la vuelta, y seguí reconociendo caras: Analía Maiorana, Mariano Martínez y Mariana Arias captaban la atención de todas las cámaras y de algún que otro loco por los astros. Javier Iturrioz y Enrique Avogadro, del Centro Metropolitano del Diseño, también apoyaban la moción. Y hasta el empresario Gabriel Ribisish –actual CEO de Citi Argentina– disfrutaba de un
fundador de whatsapp
^ Inmigrante ucraniano de 37 años, creó el mensajero instantáneo y gratuito que Facebook le compró esta semana por la astronómica cifra de 16.000 millones de dólares
Texto Laura Reina | Foto Mauro Alfieri
stuvo toda la mañana haciendo trámites. Y el día anterior, también. Cuestiones burocráticas relacionadas con el desfile con el que Vero Ivaldi presentará, pasado mañana, en plaza Alemania, su colección otoñoinvierno, como parte de BAFWeek. Como directora de Contenidos de La Ciudad de Moda, un espacio gestado en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) para apoyar diseñadores consagrados y emergentes, Julieta Spina es la encargada de organizar ese gran desfile al aire libre. Sin embargo, nada parece perturbarla. Es más: luce impecable, con una pollera tubo negra y una camisa blanca, los dos colores que predominan en su vestidor. Y aunque asegura que la modelo ha quedado de lado, la mujer de Augusto Rodríguez Larreta, subsecretario del gobierno porteño y hermano del jefe de gabinete de la Ciudad, no pasa inadvertida cuando llega a Coco Marie, el bar de Palermo donde charlará con Sábado.
jan koum
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paolo sorrentino cineasta
^ Este director italiano es el responsable de La grande bellezza, gran candidata al Oscar a mejor película extranjera, que se estrenó en Buenos Aires con elogios de la crítica
3 Una copa de un buen malbec ^b^b^ Aunque dejó de lado a la modelo, Julieta Spina afirma que sigue conservando algunos rituales de su época de top. Uno de ellos es tomar sólo agua. Y también se reconoce muy matera: cada vez que viaja lleva su equipo de mate. “Pero de vez en cuando me gusta tomar una copa de vino”, reconoce. A la hora de elegir no duda: Rutini Malbec. “Tengo gustos muy, muy argentinos”, asegura.
lugar en la primera fila. Muchos niños correteaban, divertidos. Al fondo de la pasarela, la isla de periodistas rebasaba de nombres pesados: Carolina Balbiani, Juan Carlos Porras, Carla Rodríguez, Teresa Elizalde. Eso sí: todos, sin excepción de edad, sexo o preferencias, se tomaban fotos con la llamativa escenografía dispuesta sobre la pasarela: enormes osos de varios metros de altura y leones de colores, hechos de retazos de tela, cristales y piedras. Prueba empírica de que no hace falta ser pocos para conocerse mucho, el evento en sí dotaba a los presentes de un aire de familiaridad muy agradable. Y la yapa llegó a minutos de comenzado el desfile, cuando los hombres de negro de seguridad formaron un cordón humano para direccionar a las fanáticas de Violetta (Martina Stoessel, la megaestrella de Disney, encargada del cierre), que habían estado esperando prolijamente a que se acomodaran primero todos los que tenían invitación. Y entonces cientos de niñas –emocionadísimas– también encontraron su lugar. Las pasadas fueron coloridas y estampadas. De siluetas sueltas. El final encontró a una histriónica Stoessel que desplegó su energía juvenil al ritmo de un tema de Beyonce. Y a un Benito Fernández encantado. La tónica de la tarde reflejó lo que sólo él pareciera entender muy bien: la moda como un espacio de encuentros, una fiesta para todos. Donde las diferencias merman y la alegría es el lenguaje común.ß
nada en tu rol de directora de La Ciudad de Moda por ser “la esposa de...” o “la cuñada de...”? –Sí, me pasó al principio. Pero nunca me afectó. No es que decidí meterme en moda y hacer esto porque soy la mujer de Augusto. Vengo trabajando desde hace muchos años y lo que yo hice fue aplicar ese conocimiento en lo que estamos armando. No sentí nunca que estaba ahí puesta a dedo. Llegué con un proyecto interesante y si hubiera estado acomodada no hubiera durado más de un año. La del lunes será la séptima edición de La Ciudad de Moda que hacemos. Y viendo los resultados que logramos, que digan lo que quieran... –Te reconocés hiperkinética.... –Sí, soy terrible. Si tengo un ratito libre, lo ocupo con algo. En mi agenda no hay un espacio en blanco. No puedo estar quieta ni tranquila. Pero lo disfruto mucho. Hace poco empecé con boxeo, me parece el deporte más completo, trabajás todo y es una descarga enorme. Cuando estás en el tema de organización de eventos tan grandes en algún momento tenés que descargar. Pegás veinte minutos y el resto es un entrenamiento superexigente. Prefiero el boxeo al yoga, me divierte más. –Tu paso por la televisión en el
reality de Endemol El emprendedor del millón también forma parte de esa necesidad de probar cosas nuevas? –Fue muy loco. Me pareció divertido, superinteresante porque era un producto de Endemol para Telefé con Ricky Sarkany y Andy Freire y, se hiciera o no, ya estaba feliz porque hubieran pensado en mí para hacerlo. Cuando confirmaron que se hacía me agarró como una especie de ataque de pánico. Llamé a mi profesora de teatro, Cecilia Maresca, para retomar las clases. Fue un desafío enorme para mí, me divirtió mucho y la temática emprendedora es algo que tenía que ver conmigo. –Siempre basaste tu carrera en el bajo perfil. ¿Qué te pasó cuando te inventaron un romance con Diego Simeone? –Me escondí, apagué el teléfono y desaparecí. Tengo un perfil muy bajo, y todo eso me afectó mucho. Estaba trabajando como relacionista pública para una marca de celulares en Chapelco. Nunca tuve ningún escándalo en mi carrera. Cuando vi lo que habían publicado en la tapa de las revistas me puse a llorar. Hoy como ya no soy modelo no estoy tan expuesta. Pero en su momento la pasé muy mal.ß
james patterson escritor
^ Este novelista, creador de la saga del detective Alex Cross, se convirtió en el gran mecenas de las librerías indie en Estados Unidos, a las que le donó un millón de dólares
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kate upton modelo
^ Llegó más alto que cualquier otra supermodelo, al realizar una impactante producción fotográfica para Sport Illustrated flotando en gravedad cero a bordo de un avión
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ferran adrià cocinero
^ La gran estrella de la cocina molecular fue figura en la feria de arte contemporáneo de Madrid, ARCO, donde dio clases y hasta se dio el lujo de guiar a los príncipes de Asturias
Estilo
El sombrero que hace hablar a la Web Pharrell, el músico del momento, lo popularizó y es furor en las redes Noelia Ramírez EL PAíS
MADRID.– A estas alturas, quien no conozca a Pharrell anda bastante perdido. El hombre que lleva sin sacar un álbum desde 2006 –pero que tendrá nuevo trabajo en marzo, Girl– ha participado en dos de los éxitos indiscutibles que marcaron 2013: el controvertido Blurred Lines y Get Lucky (tarareada y bailada hasta por el mismísimo Colin Powell). Su single “Happy” está nominado a los Oscar y su videoclip de 24 horas se ha erigido como uno de los virales más audaces los últimos meses. Es el hombre del momento: lo mismo colapsa la fiesta que Moncler monta en su honor en un club de París, que ameniza la gala de los Grammy, los Brit Awards o el partido de la estrellas de la NBA. Todos quieren a Pharrell en sus fiestas, y si viene acompañado de su inseparable sombrero, mejor. Pero pongámonos en situación. Pharrell se coloca el modelo Mountain que ideó Vivienne Westwood en 1983 para acudir a los Grammy. Estamos a 26 de enero y Twitter se vuelve loco con su apuesta. Nace, cómo no, la cuenta de @PharellHat y las parodias se multiplican. Al día de hoy, hay más de 38 millones de resultados en Google al teclearlo. Visto el éxito, ahora el propio cantante subasta en Ebay ese sombrero por
Pharrell y su sombrero 10.500 dólares para recaudar fondos para caridad. La elección del hombre que la revista Esquire designó como más elegante del mundo en 2005 no era una tontería, ni puro azar. El cantante explicó que se puso este accesorio en homenaje a la relación que la diseñadora tuvo con el productor Malcolm McLaren, que lució el modelo en el videoclip del clásico del hip hop Buffalo Gals. Pharrell lo compró hace unos años en World’s End, la tienda de la diseñadora en
Londres, donde está en venta por el módico precio de 95 libras. Desde los Grammy, el cantante se lo ha colocado estratégicamente en la mayoría de galas en las que actuó. Nuevos colores y estilismos para demostar cómo llevar un sombrero y arrasar al hacerlo. Tanto, que hasta se atrevió a bromear sobre ello y lanzar Hatty, un montaje en el que un sombrero gigante impide verle bailar mientras canta Happy. Tanto alboroto provoca el modelo, que hasta Funny or Die, la web humorística que dirige Will Ferrell, aprovechó el furor para unirse al debate de qué-diablos-esconde-elsombrero-de-Pharrell: Todo el mundo parece rendirse al Pharrell’s hat. La cómica Abbi Crutchfield se puso uno igual para ultilizarlo como gancho en sus entrevistas a los asistentes a la semana de la moda de Nueva York, las editoras de moda se fotografían con él y las estrellas, también. P. Diddy y la presentadora Nancy O’Dell no han dudado en posar con él. Esta última lo hizo en el almuerzo de los Oscar, donde, obviamente, Pharrell Williams robó todo el protagonismo: Mientras tanto, los homenajes artísticos (y ya no tan paródicos) no dejan de sucederse por Internet. Por fin se hace oficial, el modelo fedora, que tanto empeño puso en poner de moda Justin Timberlake, ha muerto. Más vale ser Hatty.ß