Josefina y una cirugía que abre caminos

23 may. 2011 - MUY PELIGROSA. El vecino Jorge Adolfo López comentó que es necesario co- locar un reductor de velocidad en la calle Tomas Le Breton, es ...
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SALUD / INFORMACION GENERAL

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Lunes 23 de mayo de 2011

OPERACION INEDITA s LE RECONSTRUYERON UNA VALVULA CARDIACA EN BOSTON

Josefina y una cirugía que abre caminos Había nacido con una malformación; viajó con un médico de la Fundación Favaloro, que aprendió la técnica y ahora la aplica en el país FABIOLA CZUBAJ LA NACION La semana terminó con buenas noticias para Josefina. Finalmente, después de pedirlo una y otra vez, su médico le dio ese tan ansiado sí para retomar no sólo las clases de circo, sino también las de baile clásico y latino. El último jueves, sus padres y la profesora presenciaron felices cómo ella volvía a disfrutar de los ejercicios en el suelo y en el trapecio. ¿Quién diría que esa nena tan activa, que adora hacer acrobacias trepada en telas que cuelgan del techo, pasó en los últimos ocho años por tres cirugías –dos en los Estados Unidos– para corregir una malformación cardíaca capaz de causar la muerte súbita sin síntoma alguno? Pero hoy, a los 11 años, es la paciente que abrió caminos para que en el país se pueda aplicar una técnica inédita para ayudar a grandes y chicos con una alteración congénita de la válvula aórtica, que es la que permite que la sangre oxigenada llegue a todo el organismo. “La conocí cuando tenía dos años –recordó el doctor Rubén García, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular Infantil de la Fundación Favaloro–. Cuando vi los estudios, no fue muy grato porque se trataba de un problema grave en el lado izquierdo del corazón, causado por el síndrome de Schone, que es poco frecuente. En ese momento, tenía riesgo inminente de muerte súbita.” En Josefina, el síndrome hizo que la válvula aórtica contara con sólo dos de las tres valvas que normalmente se abren y cierran coordinadamente para que la sangre renovada que los pulmones envían al corazón pueda seguir camino por la aorta hacia todos los órganos y no regrese. Pero eso no era todo, el canal de salida del ventrículo izquierdo debajo de la válvula aórtica estaba muy cerrado, lo que ya impedía el paso de la sangre. Entonces, el primer paso fue liberar quirúrgicamente ese canal para evitar la muerte súbita. Con mucho cuidado, García y su equipo eliminaron con un bisturí el tejido sobrante debajo de esa pequeña válvula. Con esto, la niña recuperó un buen estado de salud. Pero, al año, aparecieron nuevos signos de preocupación.

No sólo se le había detenido el crecimiento del anillo aórtico, sino que también se había dañado la válvula mitral, que permite la entrada al corazón de la sangre oxigenada desde los pulmones. Esto le provocó hipertensión pulmonar. Dos años después de la primera intervención, Josefína necesitaba una mejor solución para su válvula aórtica bicúspide. “La cirugía indicada en ese caso era más agresiva que la que terminamos utilizando”, explicó García a LA NACION. Prácticamente, había que “desarmar” el lado derecho del corazón para reparar el lado izquierdo. Entonces, comenzaron las consultas con el doctor Pedro del Nido, director del Departamento de Cirugía Cardíaca e investigador del Children’s Hospital de Boston, Estados Unidos. “En la Argentina, no se podía realizar la cirugía y, con el respaldo de la Fundación Favaloro, el doctor García nos orientó para determinar qué expertos en el mundo podían intervenir en esta enfermedad valvular tan compleja que provoca un cierre inadecuado de una válvula muy importante del lado izquierdo del corazón, la que más fuerza y trabajo realiza para sostener la vida. Porque cuando esa válvula no cierra bien impide que el organismo esté bien oxigenado”, comentó el doctor Antonio La Scaleia, presidente del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), la institución gracias a la cual fue posible realizarle las intervenciones a Josefina.

  

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Camino a Boston En el hospital de Boston, Del Nido recién estaba empezando a trabajar con una nueva técnica reconstructiva, con un fragmento de la membrana que recubre el corazón (pericardio) y tiene la capacidad de regenerarse. Con esa técnica, llamada “tricuspidización de la válvula aórtica bicúspide”, se fabrica la valva faltante. Una sutura más fina que un cabello la sujeta a la válvula, de modo que pueda realizar un movimiento de bisagra. Con una maquinita parecida a una afeitadora, se tallan con una lupa de gran aumento y con muchísimo cuidado las otras dos diminutas valvas para que las tres encajen perfectamente. Todo, con una cirugía a cielo abierto, mientras el corazón

FOTOS DE RICARDO PRISTUPLUK

Tres veces operada del corazón, Josefina, de 11 años, practica acrobacias en el jardín de su casa sigue latiendo y un equipo especial produce imágenes tridimensionales de la válvula para detectar cualquier falla y solucionarla en el momento. Todo parecía indicar que Josefina, ya de cinco años, necesitaba la cirugía más agresiva, en lugar de

esa reconstrucción no menos compleja. Pero ninguna se podía hacer: la primera, porque no había óxido nítrico para el postoperatorio y, la otra, porque no se hacía acá. Así, el médico, Josefina y los padres se subieron al avión.

aplicando en el país–. ¡Ya en Buenos Aires, después del alta, hasta esquió, e hizo circo y baile!”

“En el quirófano, cuando Del Nido vio a la paciente, decidió hacer la tricuspidización. Eso le devolvió el funcionamiento normal de la válvula y mejoró su calidad de vida sin medicación –recordó García, que aprendió la técnica y la está

Hace dos meses, con 11 años, Josefina, sus padres, sus tres hermanos y su médico regresaron a Boston para realizarle algo así como un “servicio de mantenimiento” de la flamante valva. “La válvula reconstruida comenzó a no cerrar bien y la sangre volvía al ventrículo, lo que producía una insuficiencia aórtica. Normalmente, estas reconstrucciones plásticas duran entre siete y nueve años porque, aunque sean de tejido propio, no son naturales”, precisó García. El día del cumpleaños de Josefina, la casualidad hizo que su médico utilizara por primera vez la técnica en el país en una nena con el mismo síndrome y problema valvular de su primera paciente. Y ya hay dos más en lista de espera. “Lo único que diferencia a estos chicos de los otros de su edad es una cicatriz en el pecho. Nada más”, indicó García que, de ahora en adelante, también podrá reparar esas reconstrucciones con su equipo. Lejos de todo esto, el jueves pasado Josefina estaba contenta de retomar su rutina. Pero más lo estaban sus padres, Alejandra y Jorge. “Siempre fue muy activa y tratamos de que hiciera actividad deportiva –dijo la mamá–. Además de circo, hace baile clásico, los miércoles, y baile latino, dos veces por semana, porque le gusta mucho bailar. En el colegio, le va muy bien... fue abanderada varias veces.” Al ser la más chica de cuatro hermanos, Josefina es la debilidad del papá. “Cuando necesitan algo, saben que ella lo consigue –admitió Jorge, feliz–. Es una bendición verla cómo está ahora. Tuvimos que navegar por aguas muy turbulentas.” Además de la salud de Josefina, lo importante es que sus cirugías posibilitaron la llegada al país de un procedimiento que cambia, según los expertos, la historia de la cardiopatía congénita más común. “Si tuviera que pasar por todo esto de nuevo –lanzó Alejandra, decidida–, volvería a hacerlo porque también pudimos ayudar a otros chiquitos.”

LA GRAN FIESTA DE LA TV Y LA RADIO

Por la calle

El Martín Fierro le sentó bien a El Trece

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El canal se alzó con los premios más importantes; Para vestir santos se llevó el premio mayor y Tinelli, el de platino Fue una gran noche para El Trece, en el retorno de la transmisión de la gran fiesta de la radio y la TV locales a su pantalla, después de 13 años. Y sus ficciones hicieron la diferencia. Para vestir santos, que había triunfado en el rubro de mejor unitario, se llevó el Martín Fierro de oro, que recibió, exultante, Adrián Suar, dueño de Pol-ka, productor y director de programación del canal. Y Malparida se impuso como la mejor telenovela del año por sobre Caín y Abel, de Telefé, y Ciega a citas, de Canal 7. Marcelo Tinelli, figura estelar del canal de Constitución, alzó el Martín Fierro de platino, por votación del público, y la estatuilla por la mejor conducción masculina por ShowMatch, uno de los “tanques” de El Trece, que se llevó el premio a la mejor producción televisiva por el despliegue de “Bailando por un sueño”. Tan redondo le salió todo a Suar que, incluso, no dejó pasar la oportunidad de brindar público apoyo a la protagonista absoluta de Malparida, Juana Viale, previsiblemente ausente tras el escándalo que la envolvió en las últimas semanas. El Trece decidió invertir considerables recursos de producción en marcar la diferencia con anteriores emisiones. “Esto es como Hollywood en castellano”, no dudó en afirmar el titular de la asociación, Carlos Sciacalugga. La fiesta –transmitida por primera vez en alta definición– comenzó con un divertido clip al estilo Oscar, dirigido por Alejandro Borensztein, en el que se veían a los grandes nombres de la pantalla chica y la radio practicando desopilantes discursos de aceptación. El rubro revelación, terna íntegramente femenina, fue el primero en entregarse. Se impuso Martina Gusman por sus participación en Para vestir santos, el unitario de El Trece, y en Lo que el tiempo nos dejó, la miniserie histórica de Telefé. Otra de las ternas, participación especial (que reconoce cómo el actor justo puede torcer el rumbo de una ficción) fue para Ricardo Darín, también parte de Para vestir santos, que terminó de reiterar su condición de favorita de cara a los premios mayores con los lauros para Betiana Blum y Hugo Arana, mejores actores de reparto por su papel de madre difunta y tío

presente de las hermanas San Juan en la producción de Pol-ka. Una de las ternas más esperadas de la noche, por sus connotaciones políticas, era la de mejor programa periodístico. Y la ceremonia pareció querer quitarse la tensión de encima lo antes posible: tras una larga controversia centrada en el hecho de que los tres nominados no parecían pertenecer realmente a esa categoría, ni el oficialista 6 7 8, de Canal 7 ni el humorístico CQC, de Telefé se llevaron el premio. El sorpresivo ganador fue Bendita, de Canal 9, el ciclo de “periodismo rosa” de Beto Casella. 6 7 8 tampoco se quedó con el Martín Fierro a la mejor labor periodística, para el que era candidata su columnista Sandra Russo, ya que el premio fue finalmente fue para Florencia Etcheves, especialista de policiales de El Trece-TN. Pero Canal 7 no se quedaba con las manos vacías, al cierre de esta edición se llevó el premio al ciclo cultural o educativo, Científicos industria argentina, el programa conducido por Adrián Paenza, que señaló que fue el único nominado por la emisora estatal en 2007 y que ahora sus programas sumaban 18 candidatos. “Algo está cambiando en Canal 7. Néstor y Cristina Kirchner invitaron a la ciencia a la mesa. Es importante, porque Kirchner ya no está y Cristina se va a ir algún día, saber que el Ministerio de Ciencia quedará”, señaló el matemático conductor en el primer agradecimiento con tonos políticos de toda la ceremonia. La emisora estatal también se anotó un triunfo en la categoría humor, donde Peter Capusotto y sus videos renovó el culto televisivo que se le profesa. Susana Giménez se llevó el premio al mejor ciclo de entretenimientos por su programa semanal (y recibió el de su ex compañero Antonio Gasalla, que se impuso por su labor humorística). “Entretener es lo nuestro, ¿no Chiqui?”, le dijo con un guiño a Mirtha Legrand. Telenoche, por su parte, volvió a ganar la categoría mejor noticiero tras varios años de sequía, mientras que Planeta Bonadeo (Telefé) era consagrado como el mejor ciclo deportivo del año. Telefé se anotó otra distinción importante cuando AM se quedó con el premio al programa de información general, señal clara de la importancia

UN INSOLITO FESTEJO EN BARRACAS Días atrás, vecinos de Barracas hicieron un insólito festejo, porque cumplió un año la ausencia de la tapa de un sumidero, lo que ocasiona numerosos trastornos y es peligroso para los peatones. “Festejamos el cumpleaños por la ausencia de la tapa del sumidero, ubicado en la esquina de la avenida Iriarte y Santa María del Buen Ayre. El peligro está a la vista y más si se tiene en cuenta que hay chicos que juegan allí esperando el colectivo 70, que tiene su parada en esa esquina”, dijo el vecino Gustavo Ribera.

VEREDA ROTA EN BELGRANO

TELAM

Susana Giménez recibió una estatuilla por el mejor programa de entretenimientos creciente del segmento de la mañana en la consideración de la industria de la pantalla chica. También recibió el premio al mejor ciclo infantil y juvenil por Casi ángeles, dedicado por sus protagonistas a la memoria de Romina Yan, una de las más celebradas por el público presente, junto con Hugo Midón y María Elena Walsh, a la hora del recuerdo de los artistas que ya no están. El otro pico de emoción, dentro y fuera de la pantalla, llegó de la mano del homenaje a Carlitos Balá por una vida consagrada a entretener a los chicos, capaz de hacerle responder el clásico interrogante ¿qué gusto tiene la sal? a todo el firmamento televisivo presente en el Hilton. Mike Amigorena y Natalia Oreiro, demostraron buena química en la conducción y lograron mantener un ritmo vertiginoso en la entrega de premios (eran más de cuarenta categorías), con agradecimientos cortos y en su gran mayoría, sentidos.

Mirtha Legrand: “No cometí ningún pecado” A las 21.08 llegó Susana, con un sugerente vestido negro y una sonrisa. Poco antes había arribado Mirtha Legrand, sorprendiendo a todos los que esperaban que, dada la reciente controversia que rodeó a su nieta, Juana Viale, se dirigiera directamente al salón del hotel Hilton para no encontrarse con la prensa (“no cometí ningún pecado”, afirmó). Ya sin rastros de la lluvia que había hecho temer por el glamour femenino, llegaron dos de las estrellas “de la casa”, Griselda Siciliani, protagonista de Los únicos y pareja de Adrián Suar, director de programación de El Trece, y Gabriela Toscano, de la

flamante serie El puntero. Mientras tanto, Fabián Medina Flores, el especialista en estilo del preshow local, tomó de ejemplo el vestido rojo de Inés Estévez, retirada hace tiempo de la pantalla chica que la consagró, que acompañaba a Fabián Vena. Rojo fue también el modelo elegido por una de las grandes ganadoras del año último, Cecilia Roth. Marcelo Tinelli, al que todos esperaban, aún no había llegado al hotel al cierre de la alfombra roja. Luego, casi una hora después, sorprendería ya sentado a la mesa como uno de los más arrojados en materia de estampados, con un saco de raso con motivos búlgaros.

“Quiero decirles a las autoridades de la ciudad que la vereda de Echeverría 2834/36, en el barrio de Belgrano, está destruida. Es la tercera vez que pago de mi bolsillo el arreglo de las baldosas, y las rompen. He mandado reclamos y reclamos sin respuesta alguna y me preocupa que haya algún accidente. Por favor, les pido que manden, en forma urgente, una cuadrilla para que la arreglen lo más rápido posible”, reclamó la vecina Silvina M. Basaldúa.

UNA ESQUINA MUY PELIGROSA El vecino Jorge Adolfo López comentó que es necesario colocar un reductor de velocidad en la calle Tomas Le Breton, esquina Mariano Acha, en Villa Urquiza. “Son constantes las colisiones de vehículos que culminan el recorrido subiendo a la vereda, con el peligro que ello genera. Además, el problema se agrava porque Mariano Acha es una pendiente y entre Tomás Le Breton y Congreso sólo existen treinta metros, por lo que los conductores imprimen mayor velocidad para evitar el semáforo sin advertir a los que cruzan por Tomás Le Breton. Existen numerosas denuncias y tengo un expediente abierto ante el gobierno de la ciudad, sin resultado”, dijo López.