Espectáculos
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Jueves 28 de mayo de 2009
CINE
El genocidio de Ruanda, contado por argentinas
El artista es una reflexión sobre la naturaleza del arte a partir de la burla y la sátira
La jueza Inés Weinberg de Roca, protagonista del film Muy buena (((( Los 100 días que no conmovieron al mundo (Argentina/ 2008). Documental presentado por Zona Audiovisual. Idea, investigación y entrevistas: Susana Reinoso. Realización y producción: Vanessa Ragone. Cámara: Francisco Cauterucci, Joaquín Ramos y Thierry Leciercq. Montaje: Guillermo Imsteyf y Vanessa Ragone. Duración: 57 minutos. Calificación: apta para todo público.
PRIMER PLANO
Ironías sobre el mundo del arte El film de Mariano Cohn y Gastón Duprat propone una mirada crítica sobre el universo de la creatividad Muy buena (((( El artista (Ídem, Argentina-Italia/2008, color; hablada en español). Dirección: Mariano Cohn y Gastón Duprat. Con Sergio Pangaro, Alberto Laiseca, Enrique Gagliese, Ana Laura Loza, Marcello Prayer, Andres Duprat, Horacio Gonzalez, León Ferrari, Rodolfo Fogwill. Guión: Andrés Duprat. Fotografía: Ricardo Monteoliva. Música: Diego Bliffeld. Edición: Santiago Ricco. Presenta Primer Plano. 92 minutos. Apta para todo público.
¿Una mirada burlona sobre el arte contemporáneo y sobre el coro de galeristas, críticos, curadores, mercaderes, coleccionistas, estudiosos y diletantes que se mueven a su alrededor? ¿Una invitación a reflexionar sobre la naturaleza misma del arte, o más precisamente, sobre las condiciones que definen a un artista? ¿Una indagación en busca de los secretos de la creatividad? ¿Un
arriesgado experimento formal que aspira a componer una historia utilizando el mismo lenguaje (visual y verbal) característico del ambiente que retrata? Un poco de todo eso propone El artista, al mismo tiempo que traslada muy sutilmente al espectador los arduos interrogantes que se plantea. Sin solemnidad alguna, y generalmente con una sonrisa entre irónica y desencantada. Es, en fin, un film desafiante en su lenguaje y en su construcción narrativa, deslumbrante en lo visual, original en su tono, y además, muy divertido para quien frecuenta o conoce el medio en que transcurre la historia. En suma, una obra a la que puede accederse por distintos niveles y que podrá impacientar por la aparente sensación de lentitud que impone su cámara estática, pero que en todos los casos resultará interesante. (Dicho esto a sabiendas de que el adjetivo –como el mismo
film lo subraya– suele aplicarse de compromiso frente a obras demasiado herméticas o demasiado inconvincentes.)
Pincelada satírica El cuento del enfermero de una clínica neuropsiquiátrica que hace pasar como suyos los cuadros de uno de sus pacientes y se convierte en el artista del momento proporciona los elementos necesarios para que Cohn y Duprat describan un ambiente que conocen bien (el excelente guionista Andrés Duprat, hermano de uno de los realizadores, tiene larga experiencia como curador y director de museos) y destapen sin caer en la fácil parodia, cuánta presunta erudición, cuánta trivialidad, cuántos discursos vacíos, fraudes y complicidades pueden colarse entre conceptualizaciones más rigurosas. La virtual mudez del artista verdadero (si lo es: sus obras jamás se ven) y la incapa-
A partir de una idea, investigación y entrevistas de la periodista Susana Reinoso, la realizadora y productora Vanessa Ragone formó un equipo de nueve personas que viajó a Kenya, Tanzania y Ruanda para seguir el derrotero de la jueza argentina Inés Weinberg de Roca, que se integraría a un tribunal multicultural para juzgar a los responsables del holocausto de 1994, en Ruanda, y en el que casi un millón de personas fueron asesinadas. El equipo de filmación que siguió los pasos de la jueza y formó parte del recorrido por el interior de Africa tomó registros del funcionamiento de ese tribunal penal y recorrió los lugares en los que en 1994 había tenido lugar el último genocidio del siglo
XX. En un viaje de veinte días que concluyó en Holanda y en Francia, el equipo registró los testimonios de jueces, intelectuales y gente común sobre ese dramático episodio, que en su momento no tuvo en los medios de comunicación la relevancia que merecía. El documental, realizado con enorme esfuerzo, muestra los detalles del juicio y se detiene en los elementos más desconocidos de esa tragedia en la que miles de ruandeses de la casta tutsi fueron asesinados por quienes ahora están siendo juzgados. La idea, la investigación y las entrevistas de Susana Reinoso completan con enorme crudeza un cuadro que rememora aquellos momentos en que las luchas tribales dejaron incontables víctimas en Ruanda, ese pequeño país con una población de casi nueve millones de habitantes. Este documental queda, pues, como imperdible testigo de una matanza sin precedente en un país donde la pobreza y el analfabetismo son los más destacados problemas entre esos hombres, mujeres y niños alejados de las más elementales raíces de la civilización.
Adolfo Martínez
cidad del falsario para pronunciarse sobre algo que ignora favorecen el equívoco. La superficialidad reinante, signo de la actual decadencia cultural, hace el resto: pronto llegará la fama internacional. Cohn y Duprat (y con ellos los artistas e intelectuales que los secundan: Sergio Laiseca y Alberto Laiseca, notables protagonistas; León Ferrari, Fogwill, Horacio González) se ríen de esa frivolidad al mismo tiempo que invitan a cada uno a cuestionar su propia noción de arte. A su vez, adoptan un novedoso estilo (planos fijos, imágenes de pulcra belleza, composiciones centralizadas, cuadros dentro del cuadro), admirablemente ajustado a una historia cuya quietud refuerza el efecto gracioso de cada pincelada satírica y que apenas flaquea en los tramos finales, cuando acusa alguna reiteración. ZONA AUDIOVISUAL
Fernando López
El equipo, liderado por la directora Vanessa Ragone, viajó a Kenya, Tanzania y Ruanda
Humor en la cocina con el sabor de la TV DISTRIBUTION COMPANY
Fuera de menú, recetas gastadas y vulgares
Renée Zellweger
recomendable para gourmets.
Regular (( Fuera de menú (Fuera de carta, España/2008, color; hablada en español). Dirección: Nacho García Velilla. Con Javier Cámara, Lola Dueñas, Benjamín Vicuña, Fernando Tejero, Cristina Marcos, Chus Lampreave, Luis Varela, Alexandra Jiménez. Guión: Nacho García Velilla, David S. Olivas, Oriol Capel y Antonio Sánchez. Fotografía: David Omedes. Música: Juanjo Javierre. Edición: Ángel Hernández-Zoido. Presentada por Alfa. 111 minutos. Sólo apta para mayores de 13 años.
Aquí no hay nada de cocina de autor, aunque el protagonista sea un chef que aspira a merecer una estrella en la guía Michelin. Se trata más bien de un plato concebido sobre la base de ingredientes reciclados, condimentado lo suficiente como para engañar un poco el paladar y satisfacer a comensales habituados al menú “humorístico” de todos los días: el que proporciona la TV. Se entiende por qué: Nacho García Velilla ha sido responsable de unas cuantas telecomedias de gran éxito en España. Aquí hace su debut en el largometraje y aplica la receta que mejores resultados le da: muchos chistes (de todo calibre, vulgaridad incluida), personajes poco creíbles pero simpáticos, episodios que sólo buscan la risa y se suceden sin mayor coherencia, algún forzado toque sentimental, cierto trasfondo que se presume aleccionador y una pizca de desparpajo almodovariano para actualizar el vetusto modelo de comedia costumbrista. Es humor fácil que abusa de los estereotipos, los lugares comunes y la caricatura, muy apto para estómagos habituados a la dieta televisiva, pero poco
Varios prejuicios Javier Cámara es Maxi, el cincuentón gay hace rato salido del armario que gobierna su pequeño reino gastronómico como si fuera una familia en la que trifulcas, rabietas y reconciliaciones (en especial con Alex, la enamoradiza jefa de camareras) son el pan de cada día. Lo que pone en marcha el enredo es la aparición de un argentino ex futbolista al que los dos le echan el ojo, pero mucho más todavía la irrupción de dos chicos (un muchacho adolescente y una nena preguntona) que nadie esperaba: son los hijos de Maxi, producto de un pecado de juventud que él había preferido olvidar. Vienen, obligados por las circunstancias, a quedarse con el padre, quizás a integrarse en esa familia tan poco tradicional. Y los equívocos abundan a partir de allí casi tanto como la reiteración de bromas trilladas y groseras sobre homosexuales: bajo la exaltación de la tolerancia, en esos chistes de corte revisteril sobrevive el prejuicio. Lo que no abunda, en cambio, es verdadero ingenio para divertirse con los complejos problemas de estos nuevos modelos de familia. Velilla repite gastados tics televisivos que todavía se festejan, emplea un lenguaje narrativo elemental, la pifia con sus apelaciones a la emotividad y se olvida de dirigir a los actores. Algunos, como el chileno Vicuña, no pueden disimular su desorientación. A otros –Cámara, Dueñas, Lampreave– les alcanza con su oficio y su simpatía para sacarles jugo a papeles que conocen al dedillo.
Fernando López
Javier Cámaras y Lola Dueñas les sacan el jugo a papeles que conocen al dedillo
ALFA
La ejecutiva que se mudó al pueblito Buena ((( Nueva en la ciudad (New in Town, EE.UU./2009). Dirección: Jonas Elmer. Con Renée Zellweger, Harry Connick Jr., J. K. Simmons, Frances Conroy y otros. Guión: Kenneth Rance y J. Jay Cox. Fotografía: Chris Seager. Música: John Swihart. Presentada por Distribution Company. Hablada en inglés. Duración: 97 minutos. Calificación: apta para todo público.
Lucy (Renée Zellweger) es una ambiciosa e independiente ejecutiva que vive en Miami y que acepta el ofrecimiento de sus jefes de hacerse cargo de una fábrica de alimentos ubicada en una ciudad permanentemente nevada y chata, creyendo que su ascenso está muy cercano. Sin embargo, lo que comienza como un trabajo sencillo se convertirá en una experiencia que cambiará su vida porque Lucy deberá despedir a buena parte del personal de la fábrica. Todos en esa pequeña ciudad la colman de agasajos, la tratan con un cariño que ella desconocía y la obligan a compartir sus problemas cotidianos. Además, conoce a Ted, un rudo camionero, encargado del sindicato. ¿Cómo informarles a sus jefes que su misión se torna muy difícil y que esa fábrica puede convertirse en un establecimiento rentable gracias a la astucia que ella pondrá en marcha con la ayuda de los vecinos, ya transformados en sus entrañables amigos? Realizada dentro de ese género de comedia romántica tan en boga en el cine norteamericano, Nueva en la ciudad entretiene sobre la base de un guión bien armado en el que diversos gags permiten la sonrisa y el entretenimiento de los espectadores. El director Jonas Elmer supo manejar con pericia los hilos de la narración y tuvo en René Zellweger a una actriz de indudable habilidad para ponerse en la piel de esa Lucy, mientras que Harry Conninck J. aporta su apostura y su simpatía.
Adolfo C. Martínez