Introducción: Saludo y oración por la Palabra La semana anterior ...

Continuamos con el TEMA La vida, una Inversión de máximo rendimiento, apuntando al ... ¿Qué le impidió al tercer hombre hacer el intento? El miedo, porque ...
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UN PROYECTO DE VIDA CON BENEFICIOS (2) Introducción: Saludo y oración por la Palabra La semana anterior hablamos de la importancia de hacer mejor uso de los días de nuestra existencia. Continuamos con el TEMA La vida, una Inversión de máximo rendimiento, apuntando al PROPÓSITO de aprender los criterios para obtener beneficios duraderos. Lo estudiamos conforme a la parábola en Mt 25:14-30. Hasta ahora pudimos concluir: 1. Que nosotros mismos y todo lo que tenemos es propiedad de Dios que Él nos prestó para manejarla, 2. Que Él nos ha dotado de recursos como talentos, habilidades y un gran potencial. 3. Que somos responsables por el uso que damos a estos recursos y debemos utilizarlos para el bien común. Ahora veremos que son necesarias ciertas actitudes y acciones nuestras para que nuestro proyecto existencial logre su desarrollo pleno: 1. SEAMOS AUDACES EN LA VISIÓN (vv. 16-18) ¿Cuál es la diferencia entre los primeros dos que recibieron un capital para hacerlo trabajar, y el tercer hombre? Este último no estuvo dispuesto de correr riesgo alguno. Pero el que quisiera obtener ganancia tiene que asumir los riesgos. Amar es un riesgo porque podríamos ser decepcionados; toda empresa es un riesgo porque podría fracasar. Lo que nos hace valientes, es la fe con la que enfocamos nuestro proyecto de vida. De esta fe trata todo, porque sin ella es imposible agradar a Dios. No se trata de correr riesgos alocados, apostando a que el Señor ya pondrá en orden el desorden que causamos. Más bien se trata de poner a trabajar los recursos recibidos con toda diligencia, buscando a alinear nuestros planes con la visión y el propósito de Dios. Confiamos en la guía del Espíritu Santo. 2. SEAMOS DILIGENTES EN LA EJECUCIÓN (vv. 24, 27-28) ¿Qué le impidió al tercer hombre hacer el intento? El miedo, porque tuvo temor de la pérdida. Dio a entender a su Señor que este hizo mal en confiarle sus bienes y se quedó con los brazos cruzados esperando. El factor que finalmente decide cuán grande es el rendimiento, es la diligencia con la cual trabajamos lo que tenemos. Si se trata de aumentar el bien, lo justo es darselo a quien ha demostrado ser diligente en adminis-trarlo porque el resultado de su trabajo favorecerá a todos. Muestre su diligencia como señal de ser una buena tierra en la que sembrar y la ganancia que produzca creará bienestar para muchos, incluyendo usted. 3.SEAMOS PREPARADOS PARA MAYORES EMPRENDIMIENTOS (v.21) La recompensa que reciben los primeros dos hombres consiste en primer lugar en el aumento de su responsabilidad: habrá más trabajo que hacer. Pero también incluye una invitación: compartir el disfrute del bien producido. Dios no se quedará con nada para sí, ¡todo lo compartirá! Conclusión: Cuando Dios hace una auditoría sobre su vida - ¿qué resultado le podrá mostrar? No se refiere al monto en su cuenta bancaria, sino al uso que ha dado a lo que recibió por administrar. La buena noticia es que la suma final todavía no ha sido calculada, que todavía tenemos el día de hoy para invertir el capital que es la vida y aumentar su valor. ¡Gracias, Señor, por esta nueva oportunidad de producir máximo rendimiento!