I El Pozolero y el olor de la muerte ¿Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas? Bob Dylan
“No saben con quién se meten. Yo soy el Po-
zolero de el Teo”, amenazó a los militares el hombre que acababa de ser detenido en una de las residencias de Teodoro García Simental, el Teo, uno de los más peligrosos jefes del narcotráfico en la península de Baja California. La leyenda lo precedía: se sabía que el Teo ordenaba deshacerse de los cuerpos de sus adversarios y que de eso se encargaba el Pozolero que había sido aprehendido en una fiesta, alcoholizado y acompañado de unas muchachas. El Pozolero comenzó a contar su historia. Sabemos a qué huele la muerte: desde el olor que impregna un anfiteatro hasta el de una morgue, desde el que se adueña de una narcofosa, hasta el de un manifestante asesinado. Son olores difíciles de describir, pero siempre son inconfundibles. No se parecen a ninguno 29 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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otro. El de la casa del Pozolero era casi indescriptible: penetraba el lugar, mucho más allá de la construcción, y el calor del mediodía en las afueras de Tijuana, en el ejido Ojo de Agua, no ayudaba a amortiguarlo. El olor de la muerte, pero mucho más profundo, se impregnaba en las fosas nasales y en la ropa de otra manera; quizás era menos violento, pero más penetrante, constante. El ejido Ojo de Agua es uno de los espacios del horror de México. Ahí está la casa del el Pozolero, Santiago Meza López, un hombre que literalmente deshizo los cuerpos de por lo menos 300 personas. Tan indeleble como el olor es el horror. El predio es de una austeridad espartana: un terreno bardado de unos cien metros cuadrados, en donde sólo se construyó un pequeño cuarto y, junto a él, una cisterna de unos dos o tres metros por lado y unos tres de profundidad. En ese único cuarto, Santiago Meza recibía los cuerpos de sus víctimas, según su testimonio, ya muertos en la mayoría de los casos, aunque a otros los tenía que liquidar. Ahí los introducía en un tambo cilíndrico de unos dos metros de largo por unos 60 centímetros de ancho, que rellenaba de sosa cáustica mezclada con agua y esperaba 24 horas. Pasado ese tiempo, el cuerpo se había convertido en una pasta gelatinosa que vaciaba con un sistema de 30 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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mangueras en la cisterna que ocupaba buena parte del predio y que, cuando fue detenido estaba ya a medio llenar. Se dice que fueron 300 los muertos porque así lo confesó, podrían haber sido menos o el doble. Nadie sabe el número ni lo puede comprobar. Pero lo que era imposible ignorar era el olor. ¿Cuántos de quienes pasaban por allí podían no preguntarse de dónde venía?, ¿qué lo provocaba?, ¿qué ocurría detrás de ese portón del que colgaba un anuncio en el que, con un toque de humor, el Pozolero anunciaba que ahí “se venden gelatinas”? La detención de Santiago Meza ocurrió el 22 de enero de 2009 gracias a una denuncia ciudadana: varios hombres armados llevaban varios días de fiesta en una casa de la colonia Baja Season’s. Muchas personas participaban en el reventón, pero cuando llegó el convoy militar, la mayoría ya había huido, entre ellos Teodoro García Simental, ex jefe de sicarios del cártel de los Arellano Félix, ahora asociado con el del Chapo Guzmán y principal blanco de las autoridades. En el lugar detuvieron a Santiago Meza López y a Héctor Valenzuela Lobo, quien dijo ser el cocinero de García Simental, y a Fernando López Alarcón. Meza 31 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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López, que estaba intoxicado en el momento de su captura, amenazó a los militares: dijo ser el Pozolero del Teo y comenzó a dar nombres y domicilios, y reveló el método que utilizaba para deshacerse de los cuerpos de los adversarios de su jefe. Habló mucho pero no evitó ser detenido: al ser apresado, Santiago Meza portaba una pistola ametralladora calibre 9 milímetros modelo MP5, una carabina calibre 5.56 milímetros modelo ZM4, un fusil calibre .308 modelo HK-91 y un fusil calibre 0.5 modelo 82ª1, así como dos granadas. Estaba demasiado ebrio para defenderse. Santiago Meza López nació en el corazón del narcotráfico, en Guamúchil, Sinaloa, y se integró al cártel de los Arellano Félix en la época en que Ramón Arellano, quien fue asesinado en Mazatlán en 2002, estaba a cargo del grupo de sicarios y su hermano Benjamín era el líder de la organización. El Pozolero estaba bajo las órdenes de Marco Antonio García Simental, el Cris, quien a su vez le reportaba a Jorge Aureliano Félix, el Macumba, todos detenidos en 2004. Meza López era conocido en el cártel como el Chango y se dedicaba a la elaboración de ladrillos. Expedientes estadounidenses indican que el hermano del Teo le enseñó a des32 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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hacer cuerpos en ácido: “Aprendí a hacer ‘pozole’ con una pierna de res, la cual puse en una cubeta, le eché un líquido y se deshizo. Comencé a hacer experimentos y me convertí en pozolero, agarrándole la movida, y ése fue mi error. Le puse más interés y por eso me quedé”, declaró Meza. Cuando empezaron a caer los sicarios de Ramón Arellano, Santiago Meza se integró al equipo de Francisco Javier Arellano Félix, y después al de Francisco Sánchez Arellano, el Ingeniero. Él relató que, a raíz de la ruptura de Francisco Sánchez Arellano con García Simental, se quedó definitivamente con el Teo. También confesó que muchos de los cuerpos que deshizo le fueron entregados por sus ayudantes: Filiberto Parra Ramos, la Perra, y Raydel López Uriarte. Para la entrega de los cuerpos, García Simental le indicaba dónde debería estar y le informaba por radio o teléfono las características de los vehículos que le harían la entrega. Recibía los cadáveres con la cara cubierta con cinta adhesiva, los transportaba a su predio y allí tenía dos ayudantes a quienes les había enseñado la fórmula para deshacer los cuerpos. En su declaración, Meza López detalló el procedimiento para deshacerse de los cuerpos: llenar a la mitad un tambo de 200 litros 33 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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con agua, agregar dos costales de sosa caústica, se colocaba a fuego y, al momento de hervir, se introducían los restos humanos, dejándolos por horas. Después de ese procedimiento sólo quedaban en el líquido algunos dientes y uñas, todo iba a parar a la cisterna que ocupaba la mitad de su terreno. La última vez que hizo “pozole” fue 15 días antes de su detención. Santiago Meza López era uno de los 20 criminales más buscados por el fbi. Para mostrar a los medios de comunicación cómo operaba, el Pozolero fue trasladado junto con un grupo de reporteros al ejido Ojo de Agua en camiones militares. El terreno bardado permitía que el Pozolero y sus ayudantes realizaran su trabajo con mucha discreción. El criadero de animales, ubicado a un centenar de metros, ayudaba a disfrazar el olor, pero era imposible ocultarlo. Ahí, Meza López habló con la prensa. El diálogo retrata al personaje. —¿A qué tipo de personas deshacías? —Yo no sé qué tipo de personas eran, a mí sólo me los daban. —¿Hubo niños y mujeres entre los deshechos? 34 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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—No, nunca. —¿Los despedazabas? —No, los echaba enteros. —¿Qué hacías con lo que quedaba? —Lo enterraba. —¿Dónde? —Aquí, respondió, mientras apuntaba sus ojos al suelo debajo de sus pies. —¿Qué les diría a las familias de las víctimas? —Pues, que me disculpen. En represalia por la detención de Santiago Meza, un comando atacó con armas de grueso calibre las instalaciones de la delegación municipal de La Misión, en el municipio de Ensenada. Los hechos ocurrieron alrededor de las tres de la mañana del lunes 26 de enero de 2009. El ataque no dejó lesionados, pero sí numerosos daños en las instalaciones municipales, así como en cinco patrullas. Los agresores huyeron por la carretera libre con destino a Tijuana. Elementos de la Subprocuraduría de Justicia, zona Ensenada, contaron 200 impactos de bala sólo en la fachada de la comandancia. Los agresores nunca fueron detenidos.
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A finales de abril de 2009, un juez federal con sede en Tepic dictó auto de formal prisión a Santiago Meza López, quien enfrenta un proceso por delincuencia organizada, delitos contra la salud y posesión y portación de armas de fuego de uso reservado al ejército. Pero no lo acusó de homicidio, aunque se deshiciera de 300 cuerpos. No deja de ser paradójico que, por recibir un cadáver, meterlo en un bote de sosa cáustica y depositar esos restos gelatinosos en una fosa séptica, la condena no pueda ser superior a dos años, porque se considera que se trata de una inhumación ilegal, la cual no es considerada un delito grave. Si al Pozolero no le comprueban los delitos de delincuencia organizada en unos pocos años, nuevamente podría estar en la calle. El artículo 280 del Código Penal Federal sostiene que “al que oculte, destruya o sepulte un cadáver o feto humano sin la orden de la autoridad que deba darla o sin los requisitos que exijan el Código Civil”, se lo castigará con una pena de tres días a dos años de prisión o con el pago de una multa económica, que va de los 30 a 90 días de salario mínimo vigente. Desde 2005, la Procuraduría General de la República (pgr) estaba al tanto de las actividades 36 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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de Santiago Meza López. Un secuestrador de nombre Regimiro Silva Pereida, detenido en Mexicali, declaró que había recibido instrucciones del Cris para que él y otro hombre, a quien llamaban el Flama, mataran a tres personas, y que alguien de apodo el Chango, se llevaría los cuerpos para hacerlos “pozole” en unos tambos con agua y sosa caústica. Iván Aarón Loaiza Espinoza, otro secuestrador, en la misma averiguación declaró que, cuando llegó a Tijuana, conoció a una persona de nombre Luis, alias el Sombrero, quien lo invitó a trabajar cuidando casas de seguridad en donde tenían a los secuestrados. Después lo llevó a un rancho conocido como Los Licuados, en donde “pozoleaban” los cuerpos de las personas secuestradas. Iván Aarón Loaiza Espinoza declaró que ayudó a soldar los tambos “pues tienen que estar dos pegados para que quepan los cuerpos completos”, explicó en su declaración. Nadie parecía escandalizado. El horror era parte de la cotidianidad. El problema en Tijuana, al igual que en muchos otros puntos del país, está en las policías. Hay ciudades —como ocurre en Tijuana— donde las autoridades locales están haciendo un esfuerzo tras la presencia y el despliegue 37 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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de las autoridades federales para recuperar sus territorios y policías, pero aún falta mucho por hacer. Con todo, quizás es allí uno de los pocos lugares del país donde el éxito caracterizó a los operativos realizados en los últimos años. Sin embargo, para que esto ocurriera hubo que esperar que Jorge Hank Rhon dejara de ser el presidente municipal. En Tijuana nos tocó observar un operativo en el que, luego de una denuncia ciudadana anónima, se partió en busca de un grupo de narcomenudistas que se abastecían en una casa de la colonia La Mesa, una de las más permeadas por el narcotráfico en la ciudad. Cuando llegaron los elementos federales, casi 40, en el lugar ya estaba una camioneta de la policía municipal que casualmente llegó unos minutos antes. Había llegado la policía local, que no había sido avisada del operativo, pero los narcomenudistas ya no estaban, tampoco la droga, y, en la casa, una mujer lavaba ropa con Amanda Miguel a todo volumen. Nadie se asombró por lo ocurrido, pero tampoco lo hicieron por la llegada de decenas de policías armados hasta los dientes; nadie, incluso dentro de la casa cateada, parecía preocupado por algo que en cualquier otra circunstancia hubiera conmocionado a la colonia. Estaban acostumbrados: los locales siempre avisan. 38 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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Allí, en esa cuadra, el olor era también arrasador: a unos metros estaba un rastro; allí, en medio de la ciudad, había un olor que obligaba a recordar al gelatinoso cementerio del Pozolero. La gente tampoco parecía percibirlo. Los operativos policiales en Tijuana han reducido la incidencia delictiva de manera notable. No han desaparecido el crimen ni los criminales, pero la masiva presencia de militares y policías federales, la virtual desaparición de las policías municipales y su relativamente eficaz reemplazo por otras, que estén al servicio de la gente y no de los delincuentes, ha sido el gran desafío. En Tijuana se comienza a reconstruir esa institución que, durante el periodo de Jorge Hank Rhon al frente del municipio, alcanzó inconcebibles niveles de penetración del crimen organizado. Las detenciones de Teodoro Eduardo García Simental, el Teo o el Tres Letras, de Raydel López Uriarte, el Muletas, y de Manuel García Simental, el Chiquilín, confirmaron las relaciones y la protección que esta organización criminal tenía por parte de las autoridades y corporaciones policiacas de Baja California. Durante 2009 y 2010 se trabajó en la limpieza de las policías con un proyecto de fondo: se 39 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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involucraron el gobierno estatal y el municipal; la federación envió a sus fuerzas, policiales y militares que trabajaron con un mando unificado con las locales y se le dieron durísimos golpes a todos los grupos del crimen organizado que operaban en la zona. Por supuesto que no se acabó con el narcotráfico en esa frontera, pero la simple comparación de lo que se vive ahora respecto a lo sucedido hace unos meses es notable. En junio de 2009, Código Topo publicó una investigación titulada “El lugar más feliz de la Tierra: Welcome to Tijuana”, en la que se relataba la historia de la disputa por Tijuana entre el cártel de Sinaloa y los Arellano Félix, y la ola de violencia que se había desatado: Una discusión tiene lugar en la frecuencia de radio utilizada por la policía municipal de Tijuana. Durante varios minutos, sicarios de el Ingeniero y de el Teo se lanzan amenazas y consignas. La violenta verborrea es el fruto del enfrentamiento por la disputa de la plaza que existe entre ambos mandos criminales. Las amenazas suben de tono y las palabras putos y verga dominan al espectro radioeléctrico por unos minutos. Son los primeros días de enero de 2009. — Aquí sigue siendo de alguien... 40 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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— A la verga, aquí el Chapo va a mandar. Los insultos continúan. Las amenazas son constantes y van subiendo de tono hasta que un tercero interviene en la discusión. Se trata de un policía municipal que trata de poner orden entre los grupos enfrentados y les pide que no utilicen la frecuencia abierta de la policía para hacerlo...
El Teo fue detenido el 12 de enero de 2010. De acuerdo con Raúl Flores, en uno de sus reportajes para la revista Código Topo, las labores de inteligencia para capturarlo iniciaron cinco meses antes en Ensenada, Rosarito, Tijuana, Tecate y La Paz, donde el delincuente estableció su centro de operaciones para el trasiego de droga, secuestro y extorsión, mientras que en La Paz tenía su zona de descanso. Ramón Eduardo Pequeño García, jefe de la división antidrogas de la Policía Federal, destacó que “la importancia de el Teo es que tiene relación directa con la Familia Michoacana y con el Mayo Zambada, del cártel de Sinaloa, ya que son los que les proporcionan la droga que vende en Estados Unidos, sobre todo el Ice y la marihuana”. Según la agencia antidrogas de Estados Unidos, la dea, la droga que distribuía el Teo llegaba a regiones tan lejanas como Nashville, Memphis y Knoxville, en Tennessee; In41 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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dianápolis y Charlotte, en Carolina del Norte; Columbia, Greenville, Charleston y Florence, en Carolina del Sur, y a Phoenix, Arizona. Al Teo se le adjudicaron más de 600 muertes de enemigos, policías federales, estatales, municipales y diversos funcionarios públicos. Cuando comenzó a ser perseguido y la policía estatal y municipal depurada, el Teo comenzó a asesinar a funcionarios del gobierno estatal: el 8 de octubre de 2009, Rogelio Sánchez Jiménez apareció torturado y colgado de un puente peatonal en Tijuana. Ese mismo mes aumentaron las amenazas contra el procurador de Justicia del estado, Rommel Moreno Manjarrez, y el secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Julián Leyzaola Pérez. Pero finalmente fue cazado. El 12 de enero de 2010, a las cinco de la mañana, aterrizaron tres helicópteros en una colonia de La Paz, Baja California Sur, al tiempo que decenas de elementos de los cuerpos de élite de la Marina y la Policía Federal arribaron al chalet ubicado en la calle Pez Vela número 710, esquina con avenida Los Delfines. Fue ahí, en su casa, donde detuvieron al Teo, sólo estaba acompañado por un custodio. Se sabía que, en torno a su casa de descanso, tenía una red de informantes para evitar ser detenido. Por eso no se avisó a las autoridades locales y los elementos 42 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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de seguridad penetraron la casa desde los helicópteros. Una vez que lo tuvieron en su poder, el contingente de elementos de la Policía Federal se trasladó al aeropuerto internacional de La Paz; fue una carrera de locos porque se tenía la convicción de que la gente del Teo intentaría rescatarlo. Hubo varias advertencias de que podrían ocurrir enfrentamientos, pero la rapidez impidió la acción de los sicarios. En este operativo no participó ningún elemento de la policía municipal, ni de la policía ministerial. Tras la captura, Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México, felicitó a las autoridades y dijo que el arresto “demuestra una vez más que la cooperación entre México y Estados Unidos está produciendo resultados. La capacidad operativa de México está creciendo. Continuamos mejorando nuestro intercambio de información. El gobierno de México es inquebrantable en su determinación y compromiso”. En otras palabras, dijo que la ubicación final del Teo, por el que su gobierno ofrecía una recompensa de tres millones de dólares se había logrado gracias a la información proporcionada por la inteligencia estadounidense. En realidad así fue. La localización del narcotraficante fue posible gracias al sistema de escuchas que se estableció en ese momento, 43 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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aunque la inteligencia mexicana había podido ubicar los movimientos del Teo desde semanas antes. La colaboración bilateral sirvió para establecer el momento y el lugar de la detención: cuando el Teo estuviera solo y sin su numeroso cuerpo de custodias. Eso ocurría cuando iba a La Paz, a su casa de descanso, sin avisarle a nadie, y cuando cortaba sus comunicaciones. Ahí fue detenido sin que se disparara un solo tiro. La captura del Teo fue realizada en un operativo ejemplar: tras el desplazamiento, desde cientos de kilómetros de distancia, de 300 elementos, el operativo apenas duró 20 minutos desde el momento de la detención hasta que el Teo estuvo en un avión de la Policía Federal para llevarlo a México. La labor de inteligencia que tomó cinco meses de investigaciones dio resultado. Mucho llamó la atención que se confirmara la estrecha colaboración entre agencias mexicanas y estadounidenses. En esa ocasión nadie lo ocultó. Pero lo importante no era eso, sino que la cooperación se hubiera dado y se hubieran obtenido resultados. Y, sobre todo, que existiera confianza para otorgar esa información, compartirla y verla reflejada en resultados, algo que no ocurría en el pasado. Además, ¿de qué otra forma se puede enfrentar a un hombre que llevaba sobre sus 44 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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hombros la muerte de más de 600 personas y que ordenó disolver en sosa cáustica a más de 300, rodeado de sicarios, pistoleros y protegido por fuerzas de seguridad? Cuando se plantea dialogar o establecer una tregua con esos grupos, ¿se puede comprender la dimensión de esos crímenes?, ¿el tipo de personaje? La historia continuó. El 8 de febrero de 2010 fueron detenidos Raydel López Uriarte, el Muletas, considerado como uno de los posibles sucesores del Teo y Manuel García Simental, el Chiquilín, el hermano del capo. El operativo para capturar a López Uriarte comenzó a gestarse el 5 de febrero, cuando los militares detuvieron a Ricardo Agustín Vieira (alias Pedro Avilés), Abel Mena Arévalo, el Jona, y a Alejandro Wiston Nava, el Goxi, en Tijuana. Les decomisaron armas largas y drogas. El Avilés era el representante de López Uriarte en Tijuana y, una vez capturado, mantuvo por días comunicación con su jefe, quien se encontraba en La Paz. Lo engañó y fingió cumplir todas sus órdenes. El Muletas ni siquiera fue avisado de la detención de su representante. Las autoridades federales llegaron hasta ellos gracias a una investigación que se originó en Tijuana y que contó, una vez más, con la colaboración 45 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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de la dea; quienes realizaron el operativo fueron elementos federales, de la armada y del ejército mexicano. Tras su detención, los delincuentes brindaron información sobre los integrantes de las células de Fernando Sánchez Arellano, la ubicación de varias casas de seguridad en Tijuana, sobre dos ranchos y algunos negocios. El Chiquilín declaró que antes del enfrentamiento de abril de 2008, él estaba bajo las órdenes del Ingeniero como su encargado de “inteligencia”, pero que se dedicaba exclusivamente al tráfico y venta de cristal. También explicó que el Muletas pasaba la mayor parte del tiempo en la casa de su asistente, José Antonio Rangel Casas, el Zucaritas. Éste también habló y explicó que en Baja California Sur, López Uriarte y el menor de los García Simental llevaban una vida normal, que continuamente acudían a centros de entretenimiento sin que nadie los molestara. Ellos controlaban su negocio en Tijuana vía La Paz. A través de teléfonos celulares y radios, dirigían las operaciones y ordenaban la ejecución de enemigos. También hablaron sobre la relación que la célula criminal mantenía con las autoridades. Sobre nombres de policías corruptos únicamente dieron apodos y cargos, dijeron que desconocían los apelativos porque no tenían contacto directo, 46 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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pero que sabían que tenían comprados a los policías, pues así se los decían sus ayudantes. El semanario Zeta publicó que el Chiquilín también confesó que ganaba 300 000 dólares por quincena y le pagaba cinco mil dólares mensuales a los jefes de grupo y dos mil a los agentes. Cuando le preguntaron cuántos policías trabajaban para él, respondió: —Pues todos. —¿Cómo que todos? —reiteraron. —Recibieran dinero o no, todos nos daban la cortesía. Eso lo habían comprobado tiempo atrás. A finales de 2008, las autoridades mexicanas ubicaron a Teodoro García Simental entre Mexicali y Ensenada. Las investigaciones apuntaban a que el Teo pasaba menos tiempo en Tijuana y utilizaba Mexicali para llegar hasta Ensenada. Fue entonces que las autoridades federales comenzaron a idear estrategias y operativos para detenerlo. El jueves 22 de enero de 2009 se les presentó la oportunidad. El Comandante de la II Zona Militar y el de la Policía Federal fueron alertados de la presencia de hombres armados en el centro turístico Baja Season’s. Fue así que decidieron el plan para detener al Teo y sus acompañantes. Pero la información fue pública y llegó hasta los oídos de los policías que estaban al servi47 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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cio de la célula delictiva. Por eso, cuando los miembros del ejército mexicano y los policías federales acudieron a detener a Teodoro García Simental, Raydel López Uriarte y Filiberto Parra Ramos ya habían huido. Según la versión de un testigo protegido de la pgr, el Teo también pagó un soborno de varios millones de dólares para que liberaran a José Filiberto Parra Ramos, la Perra, cuando supuestamente fue detenido en 2007. Sin embargo, fue recapturado por el ejército y la armada el 10 de junio de 2009 en Tijuana. La red de protección de este grupo iba desde punteros —gente que informa de la llegada de carros, convoyes y vehículos en las cercanías— hasta personas instaladas en las casetas de cobro en las carreteras que advertían sobre cualquier incidente, incluyendo individuos en vehículos estacionados en calles y avenidas de toda la ciudad. Ellos tenían que avisar de cualquier movimiento que consideraran extraño o peligroso. Héctor de Mauleón, en el reportaje “En la Colina de el Pozolero”, habla sobre el grado de penetración del narco entre las autoridades. 48 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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Él cuenta que en los días que siguieron a la batalla en que se enfrentó la gente del Ingeniero y del Teo, un viejo escolta del ex gobernador Ernesto Ruffo Appel, el ex comandante de la Policía Ministerial del estado, José Ramón Velásquez Molina, fue secuestrado por sicarios de los Arellano. El ex comandante fue golpeado, torturado y filmado en una cámara de video. El disco en el que se puede ver el interrogatorio fue entregado a varios medios de comunicación. —¿Para quién trabajas? —Trabajo para una célula del Chapo Guzmán y el Mayo Zambada. Antes trabajaba para el Mayel. Hace tiempo, el Mayel, por medio de su abogado en Almoloya, me habló para decir que me fuera a Culiacán, que me iba a encontrar con su hermano el Gil; para ir a ver a estas personas, los dos fuimos, estuvimos allá. —¡Más fuerte! —Estuvimos en Culiacán… platicando con el Chapo y el Mayo Zambada… Estuvimos ahí como unas cuatro horas platicando… El Gil se comprometió para trabajar con ellos… estuvo sosteniendo relaciones con estas personas hasta que lo detuvieron. —¿Y qué está pasando ahorita? 49 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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—La relación del Chapo se quedó conmigo. Y el año pasado [con] una persona de nombre Humberto Valdéz, le dicen el Pato Valdéz. —¿Él quién es? —El Pato Valdéz es, me dijeron en ese tiempo, un asesor del procurador. —¿Qué procurador? —Antonio Martínez Luna. —¡Hable más fuerte! —Antonio Martínez Luna, el procurador. En ese tiempo me dijeron que el procurador Antonio Martínez Luna quería trabajar tanto con el Mayo como con el Chapo para combatir a la gente de Tijuana… y que querían formar un grupo de agentes ministeriales, 10 agentes ministeriales ya dados de baja, para conformar una célula para combatir a la gente de Tijuana… Yo llevé al Pato Valdéz a Culiacán, se entrevistó con el Chapo y con el Mayo… se tomaron acuerdos como que el asesor del procurador quedó de darles información, toda la información de Tijuana… —Pérate, pérate. ¿Quién dirige esa célula? —La célula que se formó en Mexicali, la dirijo yo. —¿Y quién más? —Apoyado por el Pato Valdéz. […] —¿Tú y él dirigen esa célula?
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—El grupo de la Procuraduría lo dirige él, él dirige a los agentes. —¿Qué grupo? —Sé que están en el grupo especial ése de inteligencia que el procurador formó con ese nombre. […] —¿Cómo operan y quién los protege? —¿Cómo se opera? Pues se opera de la forma en que todo el mundo sabe, o sea, cuando se va a levantar a una víctima, lo protegen a uno los agentes, el que nos protege es el licenciado Pato Valdéz, él tiene pleno conocimiento de los operativos, a la vez él le comunica al Blindado de todos los operativos. —¿Y el procurador? —El Blindado es la clave que él utiliza. —¿Quién es el Blindado, dónde, cómo se llama? —El Blindado es el procurador. […] —¿De dónde está agarrado el procurador? —El procurador está agarrado del gobernador. —¿Cómo se llama el gobernador? —El gobernador se llama Eugenio Elorduy Walther. Pero yo no creo que el gobernador esté metido en esto. Pero sí lo apoya. Incondicionalmente lo ha apoyado. Ya van a ser los seis años y lo sigue sosteniendo igual.
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José Ramón Velásquez fue asesinado. Dejaron su cuerpo frente a la casa donde vivía la novia del procurador. A pesar de la grabación. Martínez Luna declaró que no lo conocía, ni había oído hablar del Pato Valdéz. Tiempo después una nueva grabación reveló una conversación en las oficinas de la Procuraduría estatal entre el Pato Valdéz, el secretario particular del procurador, Julio Lamas, y el titular de la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado, Víctor Felipe de la Garza Herrada Valdéz, donde se detallaba la posible estrategia para lograr la captura de un miembro del grupo de los Arellano. Martínez Luna estuvo en el puesto hasta que terminó el sexenio del gobernador Elorduy (2007). A fines de marzo de 2009, 18 oficiales de la Policía Municipal de Tijuana, entre los cuales se encontraba un jefe de inteligencia, fueron detenidos por fuerzas federales. Otros 39 fueron consignados a lo largo del año. Cada uno cobraba entre 500 y 800 dólares mensuales por colaborar con el crimen organizado. El dinero era enviado a los mismos cuarteles de la policía. A Teodoro García Simental se le conocía por varios alias: Eduardo García Simental, Diego 52 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
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García Simental, el Teo, el T, el Tres Letras, K-1 o el Álamo. Creció bajo el cuidado de su hermano Marco Antonio García Simental, el Cris o X-9, quien comenzó su carrera delictiva junto con los hermanos Arellano Félix, y era el encargado de ejecutar a los enemigos, traidores, policías o traficantes que cooperaran con otros grupos. Cuando el Cris fue detenido, el Teo lo reemplazó y, una vez más, como ha ocurrido con muchos grupos criminales, en forma notable con los Zetas y con la Familia Michoacana, los sicarios se convertían en jefes y trataban de imponer su control por medio de la violencia. En agosto de 2006, la detención del último de los hermanos Arellano Félix que quedaba vivo, Francisco Javier, el Tigrillo, provocó un reacomodo en la estructura del cártel de Tijuana. Al frente de la organización quedó Fernando Sánchez Arellano, el Ingeniero, hijo de Enedina Arellano, lo cual provocó un enfrentamiento por el control de la plaza. Además del control para el trasiego de drogas, se disputaba el del tráfico de personas, los secuestros, la venta de autos robados, los asaltos de alto impacto, las máquinas tragamonedas, las apuestas, la prostitución, el juego clandestino y la piratería. El Teo, el antiguo sicario de los Arellano Félix, se quedó a cargo de las células más vio53 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
Justicia inútil
lentas. Poco a poco reclutó más integrantes y fue aumentando su poder e independizándose. Pero una guerra es cara. Para mantener la estructura recurrió al secuestro, el cobro de plaza a polleros y ladrones de autos, realizó asaltos a casas de cambio, a camiones de valores y tiendas de autoservicio. Acumuló poder en poco tiempo y comenzó a desobedecer las reglas del Ingeniero, tan sólo se limitaba a enviarle su cuota. En abril de 2008, el Ingeniero le exigió al Teo que le rindiera cuentas y discutieran los secuestros “no autorizados” que estaba realizando. La cita se acordó en la madrugada en el paseo conocido como el Guaycura. Según una investigación del semanario Zeta, esa noche hasta la policía sabía que debía mantenerse alejada del lugar del encuentro: 22 vehículos con hombres armados llegaron a la reunión. El Ingeniero envió como avanzada a su lugarteniente, el 7-7, quien le informó que el Teo no se había presentado. En los automóviles sólo estaban personajes de segunda línea. “Acaben con ellos”, ordenó Sánchez Arellano. La balacera dejó quince muertos, entre ellos el 7-7, y 22 heridos. Más de 1 500 cartuchos fueron percutidos. Así comenzó la guerra abierta en el cártel de Tijuana y se acrecentó la disputa por el control de la estructura criminal del 54 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245
Jorge Fernández Menéndez y Bibiana Belsasso
narcotráfico en Baja California y Baja California Sur. El Teo asumió el control y liderazgo de los opositores al Ingeniero, incrementando su capacidad operativa para el trasiego de drogas, para eso se alió con el cártel de Sinaloa y estableció alianzas con la Familia Michoacana para ampliar su mercado con el trasiego de drogas sintéticas y marihuana. Ramón Pequeño García, jefe de la división antidrogas de la Policía Federal, así lo explicó: Sus aliados naturales también eran sus principales proveedores de droga, él controlaba la plaza, en este caso la frontera de Baja California y la droga que le enviaban el cártel de Sinaloa y la Familia Michoacana le otorgaban poder para desarrollar su negocio. Con esta alianza, podía desplazarse por los estados de Michoacán y Guadalajara, además de Culiacán en tres aviones de su propiedad.
La lucha entre el Teo y los Arellano Félix alcanzó nuevas cotas cuando en una balacera en la Mesa de Otay fue asesinada Karla Priscila Carrasco Agüero, pareja del Teo. Los enfrentamientos entre el Teo y el Ingeniero dejaron 337 muertos en 2007 y 880 en 2008. La mayoría fueron decapitados, estrangulados y acribillados. De los demás se encargaba el Pozolero. 55 http://www.bajalibros.com/Justicia-inutil-eBook-12450?bs=BookSamples-9786071113245