Henry, el sindicalista de 13 años que desafía al progresismo La banca ...

19 ene. 2014 - juego son grandes magnates que crecen al calor del poder político. Pero éste del .... el medio, ola de calor, cortes de luz, disparada del dólar ...
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enfoques

| Domingo 19 De enero De 2014

planetario

¿La tecnología elimina la conversación? No en las playas de Uruguay JUana liBeDinSKY

PARA LA NACION

JOSÉ IGNACIO.– Quizá sea el efecto de que para muchos el roaming cueste una fortuna desde aquí, pero esta temporada parece haber poco despliegue de iPads, iPhones y smartphones en los lugares públicos de este balneario. Sherry Turkle estaría contenta. La profesora de psicología del MIT, especialista en la interacción entre humanos y máquinas, está terminando su próximo libro, que en principio se llamará Reclaiming Conversation. Turkle ya adelantó sus ideas principales en los medios. Dice que si bien hoy estamos comunicándonos todo el tiempo vía mails, Facebook, Twitter y demás, esto está ocurriendo a expen-

sas de la verdadera conversación. Las conversaciones persona a persona son desprolijas, llenas de pausas incómodas, interrupciones, cambios de tema inesperados y demás. Esto, asegura Turkle, les da tiempo y también permiso a los involucrados en el diálogo para pensar, reaccionar y obtener la información indirecta que dan, por ejemplo, los gestos corporales. Si se pierde la capacidad para tener verdaderas conversaciones, sostiene Turkle, estamos quedando muy aislados, aunque pasemos el día chateando con otros. Por suerte, entonces, cada tanto se vienen vacaciones con telefonía muy, muy cara que renuevan las ganas, y la necesidad, de charlar.ß

Un homenaje al topless natural en el Carnaval de Río alBerto arMenDÁriZ

CORRESPONSAL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– Desde que las escolas de samba de Río de Janeiro desfilan en el Sambódromo Marques de Sapucaí –diseñado por Oscar Niemeyer e inaugurado en 1984–, es común ver en sus carrozas a sensuales mujeres con sus senos desnudos o apenas cubiertos por pintura. Pero en las últimas décadas, con el auge de las cirugías estéticas, esos pechos se han vuelto más obras artificiales que naturales atributos. Por eso, para regresar a las raíces, este año el maestro carnavalesco Paulo Menezes decidió que en el desfile de su escola, Mocidade Independiente, tendrá un carro alegórico con bailarinas en topless, pero sin siliconas. Nunca se imaginó que sería

una misión casi imposible… De las 20 mujeres que necesita encontrar antes de desfilar el 3 de marzo, hasta ahora sólo ha conseguido 16, y sigue con frenéticos castings en persona para asegurarse de que las candidatas no hagan trampa, como ya le ha sucedido. “Estas mujeres van a participar de un homenaje a Monique Evans, que en 1985 desfiló mostrando los senos y no tenía siliconas”, señaló Menezes en referencia a la reina de batería que desbancó a las tradicionales mulatas passistas de las escolas. Evans, blanca, era entonces una modelo y presentadora televisiva muy popular; hoy participa de reality shows y hace rato sucumbió a la tentación de la operación en el busto. Pero ése es otro asunto.ß

La 2 perSpeCtiVaS

Algo no anda bien y el relato no ayuda Claudio A. Jacquelin —LA NACIÓN—

N

ada más inevitable que negar con insistencia y recurrencia un hecho, sin mostrar evidencias, para que todos sospechen que algo de lo que se desmiente está sucediendo. Está en el manual básico de la comunicación, ese del que el kirchnerismo ha escrito con solvencia algunos tomos y del que ahora parecen habérsele extraviado algunas páginas. Hace hoy justo un mes que la Presidenta se mostró públicamente por última vez en un acto oficial. En el medio, ola de calor, cortes de luz, disparada del dólar paralelo, devaluación del dólar oficial, descontrol de precios, fuga en masa de reservas, anuncios y contraanuncios, internas del Gobierno en vivo y en directo, escándalos con funcionarios, jibarización del jefe de Gabinete. Pero nada interrumpió el silencio ni la invisibilidad presidencial. Así, la sucesión de episodios que preocuparon y preocupan a los argentinos empezó a alimentar rumores, preguntas, dudas, especulaciones. Sólo después de 14 días de la última y silenciosa aparición presidencial un dirigente kirchnerista se animó a hablar de lo que hablaban todos, menos los funcionarios. Fue el 3 de enero, cuando un diputado provincial, el Chino Navarro, dijo: “La Presidenta se tomó unas vacaciones, aunque habla permanentemente con sus ministros”. Frase sencilla y no de la fuente más autorizada, pero que tuvo el mágico efecto de devolverles voz a ministros y primeras figuras kirchneristas sobre el presente de Cristina. Entonces, uno tras otro, encabezados por el empequeñecido Capitanich, todo el elenco gubernamental empezó a repetir el libreto. Fiel a su naturaleza, el más verborrágico fue el jefe de los ministros (excepto de Kicillof), quien acuñó varias frases destinadas a su voluminosa antología: “La Presidenta está al tanto de todo”; “la Presidenta está todo el día y todos los días trabajando con nosotros, pero está en la República Argentina. El ejercicio del gobierno lo puede hacer en la Casa Rosada o en El Calafate porque está en la Argentina”, y “la Presidenta está presente todo el tiempo tomando decisiones”. Le siguió una larga lista con dos destacados. “La Presidenta está perfectamente bien, gobernando, decidiendo y reuniéndose con los ministros y va a hablar y hacer actividades cuando entienda que es oportuno”, anunció el secretario general de la Presidencia y jefe de mantenimiento de la Casa Rosada, Oscar Parrilli. Y el responsable de la Defensa (del general Milani), Agustín Rossi, sostuvo: “La Presidenta lleva adelante la totalidad de las acciones y tiene diálogo diario con todos los ministros”. Para cerrar apareció Daniel Scioli, el hombre de la fidelidad permanente, que aseguró: “La Presidenta está activa y conduciendo”. Tanta homogeneidad y contundencia buscaron que no quedaran dudas, aunque no hubiera hechos que avalaran las palabras. Sin embargo, la mayoría de la opinión pública quedó muy poco convencida después de semejante efusividad. Y para peor los que optaron por un acto de fe ahora, al hacer un balance de este mes, tienen un nuevo interrogante: si todo lo hecho por el Gobierno ha sido ideado, decidido y ordenado por Cristina, los funcionarios que lo revelaron y propalaron, ¿quisieron ayudar a la Presidenta? De lo que ni unos ni otros tienen dudas, al fin y al cabo, es de que algo no anda bien.ß

g La banca siempre gana Por Héctor M. Guyot | Foto Mauro V. Rizzi mar del plaTa, 15 de enero de 2014. Nunca sentí mucha simpatía por aquellos que pretenden catequizar a los “pecadores” en la puerta de las casas de juego. Pierden el tiempo, porque cada cual es muy dueño de seguir su deseo mientras no perjudique a otro, y hasta de equivocarse las veces que sea necesario. El problema está del otro lado: en las distintas instancias del Estado que fomentan el juego entre una población por cuya salud y bienestar tienen el deber de velar. Y todo porque el juego representa uno de los modos más rápidos, sencillos y seguros de hacer dinero, público y privado. Pocas veces como en este asunto la hipocresía humana se muestra de forma tan

HUMor

descarada e impune. En medio de la caída del consumo y de una inflación galopante, el juego es una de las pocas industrias nacionales que no han dejado de prosperar a pasos agigantados. Vean nomás a estos dos operarios montando una de las ruletas que desde anteayer han empezado a girar en el flamante casino del Hotel Sasso, propiedad del sindicato que conduce Luis Barrionuevo. Así, Mar del Plata sumó su cuarto casino, con ocho ruletas, mesas de Black Jack y punto y banca y, próximamente, máquinas tragamonedas. En el país del todo o nada, donde se juegan 2,2 millones de dólares por hora durante los 365 días del año, los zares del

juego son grandes magnates que crecen al calor del poder político. Pero éste del Sasso es un caso raro. Los líderes sindicales deberían saber mejor que nadie que la plata se hace trabajando. Por las dudas, los responsables han divulgado que esta apertura es, precisamente, sinónimo de trabajo: el nuevo espacio de apuestas genera 200 puestos laborales. Y, para que nadie se sienta excluido y todos puedan acudir en busca de solaz y esparcimiento, la entrada es gratuita. Barrionuevo trabaja para hacer valer el tiempo y el sudor de los trabajadores. Es decir, su salario. Ahora, una parte regresará a sus arcas cada vez que la ruleta aquiete su giro y la bola caiga. Como se sabe, la banca siempre gana.ß

ViDaS preStaDaS

Henry, el sindicalista de 13 años que desafía al progresismo Hinde Pomeraniec —PARA LA NACIÓN—

patrick Chappatte/ Suiza Referéndum en Egipto. –Aquellos a favor de una nueva constitución... ¡que levanten la mano!

pavel Constantin/ rumania La pobreza en la Unión Europea, un flagelo que no cesa.

U

na mañana de diciembre, poco antes de Navidad, el presidente Evo Morales recibió en el comedor del Palacio Quemado a treinta chicos y chicas para desayunar. Eran los representantes de la Unatsbo, el sindicato de niños y adolescentes trabajadores de Bolivia. El encuentro llegó tres días después de una escandalosa represión policial a una protesta de los chicos, que están en contra del proyecto que busca prohibir el trabajo infantil. El propio presidente forma parte de una población dividida por este tema: él mismo trabaja desde los seis años, cuando vendía helados para ayudar a su familia y, aunque está en contra de la explotación, cree que el trabajo desde la infancia “crea conciencia social”. A la cabeza de la delegación que desayunó con Evo estaba Henry Apaza, de 13 años, líder natural del sindicato, vendedor de cigarrillos en la ciudad satélite de El Alto desde los 7, un talento para los números y uno de los mejores alumnos en su escuela, a donde asiste por las noches. Las hermanitas de Henry también trabajan: venden CD para

karaoke en las mismas calles bulliciosas, a 4600 metros de altura. Henry es uno de los 848.000 chicos que trabajan en Bolivia y uno de los 14 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años que lo hacen en América latina. Un 80% de los chicos bolivianos trabaja en el campo, casi exclusivamente con sus familias, en lo que es una larga tradición que incluye tareas crueles como la cosecha de castaña y de caña, o el trabajo en las minas. Un estudio señala que el 93% de los chicos bolivianos trabajadores de entre 5 y 17 años asiste a la escuela, con lo cual se debilita el argumento más sólido que esgrimen quienes procuran eliminar el trabajo infantil porque perpetúa la pobreza y la exclusión social. “Pero ¿cómo puede ser el rendimiento académico de estos chicos que, además de trabajar todo el día, deben asistir a la escuela por la noche?”, se pregunta Isabel Mesa, prestigiosa autora boliviana de literatura infantil, que advierte así que ir a la escuela no garantiza el aprendizaje. Mesa sabe que es imposible eliminar con una ley una práctica de siglos, pero cree que “Bolivia tiene que apostar por la educación”. Aun pese al crecimiento macro de los últimos años y las políticas estatales de asistencia, sigue habiendo un 59% de pobreza en Bolivia, que se estira dramá-

ticamente hasta el 80% en zonas como Potosí. La expectativa de vida sigue siendo muy baja: 65 años para los hombres y 69 para las mujeres. Pobreza e ignorancia son una fórmula letal y aún falta mucho para que los chicos como Henry sólo se dediquen a lo que deberían: ir a la escuela y divertirse con amigos, formarse como personas y ciudadanos. “No pueden dejar sin trabajo a quienes por las circunstancias de la vida tenemos que trabajar”, dice Henry con un lenguaje precipitadamente adulto, observando al mundo desde la visera de su gorra. Él y sus compañeros exigen que la nueva ley no imponga límites de edad para la venta callejera o el cuidado de vehículos, y que el piso para los trabajos en relación de dependencia sea los 12 años, es decir, dos menos de los que indica la OIT, desde 1973. Genera enormes contradicciones lo que deberá legislar la Asamblea boliviana esta semana: prohibir el trabajo infantil podría agravar el escenario al darles carácter clandestino a esas tareas. Aun con la mejor buena voluntad, se podría terminar fomentando la explotación y hasta la esclavitud de los chicos. Nada más lejos del progreso. Nada más lejos del desarrollo.ß Twitter @hindelita