Guión litúrgico para la eucaristía del segundo domingo

8 sept. 2019 - con tu mirada y desde tus ojos. Sana nuestras cegueras que nos impiden ver el dolor y el sufrimiento de los que caminan al lado, de los que ...
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Guion litúrgico para la eucaristía del segundo domingo de mes cuya colecta se destina a la Cáritas Parroquial

8 de SEPTIEMBRE de 2019 (Material para que los miembros de cada Cáritas Parroquial puedan animar la Eucaristía dominical, con el fin de sensibilizar e implicar a la comunidad en el compromiso sociocaritativo.) Ambientación En el interior de la Iglesia, ante el ambón o el altar, se colocará este cartel:

Monición de entrada Bienvenidos a esta celebración que hoy animamos desde Cáritas. Queremos ser discípulos de Jesús, crecer sin cesar en nuestro camino de seguimiento. Por eso venimos hoy a esta Eucaristía para entregar al Señor de la Vida lo que tenemos, lo que somos, lo que vivimos, para que en sus manos se multiplique y nos haga ser, en medio del mundo, fermento del Reino. Sin nuestra pequeña aportación… el Reino que Jesús vino a despertar no será posible. Abramos los oídos y el corazón a lo que hoy, el Señor de la Vida, quiere decirnos a cada uno de nosotros en esta Eucaristía.

PALABRA DE DIOS Monición a las lecturas (Sab 9,13-18 / Flm 9b-10.12-17 / Lc 14,25-33) Escuchemos con atención la Palabra de Dios que se nos va a proclamar, y apliquémosla a la realidad personal que cada uno de nosotros está viviendo. La primera lectura nos dirá de qué tenemos que llenarnos para que podamos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros. En la segunda lectura, Pablo rompe la relación de esclavitud que había en aquella época, y pide que sea la relación fraterna, de igual a igual, la que caracterice las relaciones humanas. Con la llegada de Jesús ya no hay superiores ni inferiores, se acabaron las relaciones de dominio, poder y sometimiento. En el evangelio, Jesús nos va a advertir de que seguirle a él, ser su discípulo, implica trabajo personal, compromiso, esfuerzo, entrenamiento, dedicación, sacrificio, estilo de vida concreto, nada de pasividad o acomodamiento. ¿Queremos ser discípulos de verdad?

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PETICIONES 1. Señor Jesús, te pedimos por todos los que estamos celebrando esta eucaristía. Ayúdanos a seguir creciendo en nuestra fe, y fruto de ello seamos mejores instrumentos en tus manos para acompañar, aliviar y sanar las pobrezas que veamos a nuestro alrededor. Roguemos al Señor. 2. Señor Jesús, te pedimos por todos los que sufren, por los que se sienten abatidos, por los que no encuentran salida a sus problemas, por los que viven en la desesperanza. Tú estás con ellos. Ayúdanos a ser tus instrumentos para dar vida y esperanza. Roguemos al Señor. 3. Señor Jesús, te pedimos por los gobernantes de este mundo. En sus manos está el hacer posible que acabe la pobreza. Haz que escuchen el clamor de la pobreza. Roguemos al Señor. 4. Señor Jesús, te pedimos por los pastores de la Iglesia. Que tu Espíritu les fortalezca e ilumine para ser tus profetas de Esperanza y compromiso con los excluidos de hoy, para así ser testigos del Evangelio. Roguemos al Señor.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Ayúdanos a cambiar, Señor, para mirar las cosas, el mundo, la vida con tu mirada y desde tus ojos. Sana nuestras cegueras que nos impiden ver el dolor y el sufrimiento de los que caminan al lado, de los que viven en nuestro mundo, bajo nuestro mismo sol. Sacude nuestro corazón para que aprendamos a ver con los ojos llenos de Evangelio y Esperanza de Reino. Corre ya el velo de nuestros ojos para que, viendo, podamos conmovernos por los otros, y movernos desde lo profundo del corazón, para acudir a dar una mano, y la vida toda, a los que están caídos en las cunetas de los caminos, a los leprosos de hoy en día, a los que esta sociedad injusta ha tirado a un costado porque no cuentan, o no interesan, o no son rentables a las leyes del mercado.

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Ayúdanos Señor a ver, y a cambiar… a verte y actuar… a utilizar esa mirada maravillosa que nos dejaste para mirar el mundo, la realidad, la vida: la mirada del Evangelio, para ver con tus ojos de Dios, para sentir con tu corazón compasivo, para actuar llevados por la fuerza y el fuego comprometido de tu Espíritu, para hacer posible, ya aquí en la tierra, el mundo nuevo que esperamos, el Reino de los cielos. Así sea.

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