Política
Página 8/LA NACION
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Miércoles 24 de enero de 2007
El conflicto por las papeleras: repercusiones de una sentencia que causó sorpresa
Eufórico, Kirchner convocó al diálogo
Pese al golpe, Uruguay insiste en su reclamo
Gran satisfacción en la Casa Rosada
Gargano: “Así no vamos a dialogar”
Por Lucas Colonna De la Redacción de LA NACION Todos hablaron de reflexión, de prudencia y de mesura ante el fallo. Pero, pese al esfuerzo semántico, nadie en la Casa Rosada pudo ayer ocultar la satisfacción que provocó en la primera línea del poder la resolución de la Corte Internacional de Justicia de La Haya al denegar el planteo uruguayo sobre los presuntos daños irreparables de los cortes de las rutas binacionales protagonizados por los asambleístas entrerrianos. El presidente Néstor Kirchner fue el primero en celebrar la decisión del tribunal extranjero. Con un discurso que incluyó duros cuestionamientos a la prensa y a los opositores políticos que pronosticaban un veredicto contrario para el país, dijo llamarse a una “serena reflexión” ante el resultado, instó al diálogo con Uruguay y manifestó la voluntad de su administración de encontrar una salida diplomática del conflicto bilateral. Además, Kirchner confirmó que nunca había estado en sus planes reprimir los cortes de las rutas, y anticipó que el Gobierno continuará con su política de persuasión ante la protesta, en paralelo con la presentación judicial ante La Haya. “Hay que tomarlo con serena reflexión. Estamos defendiendo los intereses del país por convicción”, dijo Kirchner, durante la presentación de un paquete de medidas para combatir el trabajo en negro. “Hay que tomarlo con meditación, demostrar que tenemos una postura sólida, respetuosa, democrática [...]. A todos los argentinos les digo que siempre vamos a tener problemas por discutir. Pero hay que sostener principios y convicciones”, completó. Sus palabras fueron seguidas de cerca por un auditorio en el que sobresalieron varios funcionarios sonrientes. Entre ellos estaban los ministros de Trabajo, Carlos Tomada; de Educación, Daniel Filmus; de Interior, Aníbal Fernández; de Justicia, Alberto Iribarne; de Salud, Ginés González García, y de Defensa, Nilda Garré. También escuchaban al Presidente el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, y el jefe del gobierno porteño, Jorge Telerman. “Siempre tenemos los brazos abiertos para nuestros hermanos uruguayos. Siempre estamos abiertos al diálogo. No somos intransigentes. Apostamos a la conversación permanente”, agregó Kirchner. Y, tras evaluar que la Argentina “está defendiendo una posición muy justa”, indicó: “Espero que con imaginación, creatividad, y respetando el Tratado del Río Uruguay, podamos encontrar con nuestros hermanos uruguayos una solución”. Horas antes de que Kirchner hablara, el canciller Jorge Taiana se había manifestado en igual sentido. “La medida quita la cortina de humo que son las excusas de Uruguay para no dialogar por el tema de fondo”, dijo el diplomático en el aeropuerto de Ezeiza a su regreso de Nueva York, adonde había viajado para reclamar por las Malvinas ante la ONU. “Seguiremos buscando jurídica o diplomáticamente una solución que garantice el respeto a los tratados internacionales”, agregó el canciller.
Contra la prensa En la Casa Rosada, el llamado a reflexión presidencial estuvo tamizado por un enérgico cuestionamiento a la prensa. En una práctica que ya es habitual en el Gobierno, el Presidente se valió de una serie de apuntes preparados especialmente por sus colaboradores con artículos de los diarios que pronosticaban un fallo negativo para la Argentina. Kirchner comenzó el embate leyendo los títulos de dos diarios nacionales e ironizó sobre su contenido. Luego prosiguió con un cuestionamiento con nombre y apellido a varios periodistas de la prensa gráfica, entre ellos dos de LA NACION, que habían escrito sobre el tema los días previos a que se conociera la resolución de La Haya citando a funcionarios de su Gobierno. “Me acuerdo de que en la decisión anterior decían «perdimos por goleada». ¿Y ahora qué van a decir?”, cuestionó Kirchner.
FOTOS DE RODRIGO NESPOLO / ENVIADO ESPECIAL
Hubo carnaval en las calles céntricas de Gualeguaychú tras la lectura del fallo en La Haya
Gualeguaychú festejó el fallo y promete endurecer la protesta Los asambleístas buscarán más compromiso de Concordia y Colón con los cortes Por Mariana Verón Enviada especial GUALEGUAYCHU.– Por lo inesperadas, y por una traducción en simultáneo entrecortada, las palabras de la jueza británica Rosalyn Higgins resultaron casi incomprensibles. La sorpresa fue tal en el paraje Arroyo Verde que los pocos que todavía no lograban calentar sus cuerpos tras haber pasado la noche a la intemperie estaban preocupados por dedicarle insultos a la mujer de mirada adusta, como si ella, tan lejana, pudiese escucharlos. Los cerca de 200 vecinos de Gualeguaychú apostados a las 6 de la mañana en la ruta 136 –que une esta ciudad con Fray Bentos– tardaron más de la cuenta en enterarse de que el fallo de la Corte Internacional de La Haya les daría una razón para festejar como si hubieran ganado una batalla. Antes de reaccionar debieron esperar a oír que 14 jueces contra 1 habían decidido que los cortes que ellos protagonizan no causan daño irreparable a Uruguay y que, por lo tanto, la demanda del país vecino era drásticamente rechazada. Entonces sí estallaron. Hubo lágrimas y abrazos. “Por primera vez no nos sentimos solos”, se oyó entre esta gente, que ahora con mayor énfasis refuerza su promesa de que no piensa salir de la ruta hasta que la empresa finlandesa Botnia abandone las costas del río Uruguay. Lejos de calmar los ánimos, el fallo del tribunal internacional no hizo más que exacerbarlos. Y redoblar la apuesta de los vecinos: Gualeguaychú espera que Colón, la otra ciudad vecina que corta el segundo de los accesos a Uruguay, extienda los horarios de bloqueos. Y que, finalmente, la renuente
El festejo de una asambleísta que pasó la noche en la ruta
Concordia se anime a volcarse a la ruta para convertir en intransitable la frontera. Algunos hasta fantaseaban con que fuera el propio gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, el que, de regreso de sus vacaciones, instigara esa protesta.
En estudio En Colón ya analizan la posibilidad de agregar más horas a sus cronogramas, que los fines de semana llegan a 12 horas, relató a LA NACION Carlos Serrati. Concordia espera. El asambleísta Ramón Cabrera cree que “pronto” ese corte también será posible. Esa es hoy la apuesta de máxima de las tres ciudades. “Esto legitimó nuestro reclamo. Ahora seguimos”, repetía Hebe, mientras tragaba una masita seca que había llevado a la ruta para hacer menos tediosa la espera. Ella y tres amigas habían llegado
al corte a las 4. No se animaron a la vigilia, confesaron después. José Pouler, el nuevo coordinador de la asamblea, iba y venía, entre emocionado y perdido. “Esto es un aval para los que quieren cortar y no se animan y una bofetada para Busti, que quería que nos fuésemos”, desafiaba el hombre de cuerpo grande, que apenas si se había escapado en mitad de la noche para descansar un rato en su auto. A su lado, su esposa, Mabel, lloraba. “No nos sacan nunca más. Por fin alguien nos dio la razón”, arremetía, mientras se secaba cuidadosamente las lágrimas para que no le corrieran el rímel. Un sentimiento flotaba en el espeso aire que en la madrugada había acompañado a los vecinos: era esa sensación de verse otra vez vencidos. Cargaban sobre las espaldas con la primera decisión de esta misma corte de rechazar una medida cautelar pedida por la
Argentina para que se paralizaran las obras de las pasteras. Y venían de soportar como una paliza la decisión del Banco Mundial de otorgarle a Botnia el millonario crédito para que construya la fábrica. “Somos inofensivos”, gritaba María Elena Marchioli. Ella había pasado toda la noche en el corte. Había llegado poco antes de la medianoche, cuando en abierto desafío los manifestantes colocaron la piedra fundamental que simbolizaría la resistencia en la ruta. En la noche estrellada y limpia cavaron apenas una pequeña fosa, como para plantar los cimientos de una casilla de ladrillos que tendrá unos 10 metros de largo por 5 de ancho. Sólo buscan demostrar con eso que tienen la fuerza para resistir cualquier combate. Se fueron turnando para la foto. Hubo incluso mujeres de uñas esculpidas que se animaron a dar unas paladas. La noche pasó con videos, mate y caras largas. Ni se esbozaba en la madrugada la alegría que más tarde estallaría en cada lugareño. Sólo a las 11 los vecinos se adjudicaron el triunfo y lo gritaron con contenida emoción por la ciudad. Por primera vez en más de tres años se sintieron vencedores. “Ganamos 14 a 1. Estoy como novio con novia nueva”, le decía, efusivo y con una niña en brazos, el abuelo José a la dueña de un locutorio de la calle 25 de Mayo, la principal de la ciudad del carnaval. Por allí pasaría minutos después la marcha, con samba improvisada a modo de festejo incluida. Caminaron 15 cuadras, a pleno sol, hasta llegar a la costanera, donde pusieron fin a la euforia con chamamé y batucada. Todos creen en esta ciudad que por fin les tocó ganar lo que ellos consideran una merecida batalla. Prometen no quedarse quietos.
Temas de Justicia
Otra invitación a negociar El fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) no cambia el estado de las cosas y no debe ser leído con triunfalismo, sino como una nueva oportunidad para recuperar la vía del diálogo. En efecto, el fallo, en sí mismo, no cambia el escenario actual: la Argentina Por Adrián continuará Ventura reclamando contra Uruguay por la construcción de las papeleras, mientras que las obras de Botnia en el vecino país seguirán adelante. Por cierto, la decisión es positiva para el gobierno nacional porque, contra lo que se esperaba, no le impuso el deber de despejar la
ruta de ambientalistas. Y, así, evitó que el presidente Néstor Kirchner tuviera un dolor de cabeza y un problema interno que le hubiera costado resolver en términos políticos. Pero, más allá de ello, la sentencia deja a los dos países en el mismo punto del dilema que los viene enfrentando: dos naciones, que son miembros de un bloque comercial, parecen cada vez más distantes y sólo podrán resolver su controversia si apuestan a la vía del diálogo. Y, si no se ponen de acuerdo, entonces sí, la CIJ dictará una sentencia sobre el fondo de la cuestión, presumiblemente el año próximo. * * * Repasemos los aspectos jurídicos del conflicto. La Argentina denunció a Uruguay, por haber autorizado unilateralmente la construcción de las pasteras, en mayo de 2006. Pero sufrió un primer traspié: la CIJ
no dictó una medida cautelar para frenar las obras. Por su lado, Uruguay, en noviembre último, solicitó otra medida cautelar para que cese la interrupción del tránsito entre los dos países. Ayer, fracasó en su reclamo. En el medio, transcurrieron seis meses donde primó la sordera política. La lectura del fallo de ayer deja en claro cuáles fueron los fundamentos de CIJ: ● El tribunal, en una resolución de julio último, resolvió que es competente para pronunciarse en los conflictos entre los dos países. La Argentina apostaba a que la CIJ se declarase incompetente. Pero la CIJ reaccionó de otra manera. ● La CIJ recuerda que Uruguay fundó su pedido en el enorme daño económico que le producen los cortes. El tribunal internacional, en cambio, no miró al daño económico del comercio bilateral, sino que sostuvo: “La construcción de la planta de Botnia ha progresado
significativamente” y que la CIJ “no está convencida de que Uruguay sufra un perjuicio irreparable sobre los derechos que alega sobre la base del Tratado bilateral de 1975”. Esto tiene una traducción sencilla: la CIJ no considera relevante analizar los perjuicios económicos que dice sufrir Uruguay porque el problema de fondo es otro. Los bloqueos podrán continuar o cesar. Dependerá de cómo negocien los dos países, enfrentados por intereses distintos: la Argentina busca una solución a la contaminación y, Uruguay seguramente no querrá seguir sufriendo perjuicios económicos por la interrupción del tránsito. Por eso, el fallo dictado ayer por La Haya no debe ser leído con triunfalismo sino como una oportunidad más para retomar el diálogo.
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El fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya dejó virtualmente descolocado al gobierno uruguayo, en el que la sorpresa se mezcló con la bronca por un traspié impensado hasta el mismo momento en el que la jueza británica Rossalyn Higgins terminó de leer la sentencia. El golpe fue de tal magnitud para Montevideo que en su primeras declaraciones públicas el canciller Reinaldo Gargano se preocupó por destacar que, a pesar del rechazo a la medida cautelar solicitada, el pronunciamiento no debía leerse “como un fracaso” porque “contiene en su texto elementos positivos”. Ya un poco más repuesto, Gargano ratificó la política adoptada por el gobierno de Tabaré Vázquez, en el sentido de condenar los cortes de fronteras que llevan adelante los habitantes de Entre Ríos. “No habrá negociación alguna mientras persista el bloqueo de los puentes”, insistió el diplomático. El pronunciamiento del tribunal causó sorpresa en la administración del presidente Vázquez, que esperaba un resultado favorable que garantizara la libre circulación. Además, hubo honda preocupación en el gobierno departamental donde se construye la planta de la finlandesa Botnia, a orillas del río Uruguay. Tras haber consensuado posiciones con Vázquez, el jefe de la diplomacia uruguaya dijo que ratificaba “la conducta de Uruguay, que ha sido hasta hoy tolerante, pacífica, con voluntad de diálogo y al mismo tiempo muy clara en su fórmula de negociación”. En ese sentido, aseguró que así como su gobierno no había actuado “de forma prepotente o triunfalista” ante los fallos favorables de La Haya, el Tribunal del Mercosur y el Banco Mundial, ahora que la balanza de los magistrados con sede en Holanda se había volcado para el lado argentino su gobierno “continuará por la misma línea”. La diplomacia en las declaraciones del canciller Gargano no fue imitada por otros funcionarios uruguayos. Es el caso del intendente de Río Negro, Omar Lafluf, que aseguró que el fallo del tribunal de La Haya implicaba darles “bandera blanca a los ambientalistas para que hagan lo que se les ocurra”. La cabecera del departamento que conduce Lafluf es la ciudad de Fray Bentos, en cuyas afueras, sobre la orilla del río Uruguay, la finlandesa Botnia está edificando su planta elaboradora de pasta de celulosa. Por esa razón, Río Negro sufre de manera directa el corte del puente internacional que vienen realizando desde hace varias semanas los habitantes de Gualeguaychú.
Actitud soberbia Tras conocer el fallo, el jefe comunal admitió su “tristeza”, tanto por el dictamen como por la “afrenta” que realizan los asambleístas entrerrianos “con gestos desmedidos de provocación y triunfalismo”. Lafluf dijo que resulta evidente que desde el gobierno argentino “no están dispuestos a hacer nada” para dejar de perjudicar a Uruguay. “Así lo demuestra la actitud soberbia del canciller [Jorge Taiana] al decir que los puentes están libres, cuando los bloqueos se producen al pie del camino en las bocas de las rutas internacionales”, sentenció. Por su parte, Edison González Lapeyre, ex integrante del equipo jurídico uruguayo ante el tribunal de La Haya, consideró que el fallo de la Corte Internacional “viene a poner una mancha, a afectar el prestigio y a deslucir una trayectoria brillante en el campo del derecho internacional”. Diplomático, catedrático de la Academia de Derecho Internacional de La Haya y negociador de los tratados del Río de la Plata y Río Uruguay, González Lapeyre renunció en diciembre al equipo jurídico uruguayo ante la Corte de La Haya por divergencias estratégicas con los planteos. Al dimitir, el especialista había recordado “el riesgo” que implicaba la medida cautelar, “porque un pronunciamiento adverso provocaría el endurecimiento de las protestas de los piqueteros de Gualeguaychú y el fortalecimiento de la posición del gobierno argentino”.
Desconcierto ■ Los medios uruguayos reportaron ayer con desconcierto el fallo de La Haya que desestimó el pedido del gobierno de Tabaré Vázquez. El portal del diario El País habló de “una diferencia abrumadora” en el rechazo y dijo que eso se dio “contra todos los pronósticos”. El diario El Observador relató los festejos en Gualeguaychú y El Espectador remarcó que la sentencia “no cambia nada la ilegalidad de los cortes”.