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Página 2/LA NACION
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Miércoles 3 de marzo de 2010
CINE Cuenta regresiva: los actores de Invictus aspiran al premio mayor de Hollywood
Freeman y Damon: palabra de nominados Continuación de la Pág. 1, Col. 1 Oscar, premio al que aspiró por primera vez en 1990 y finalmente conquistó en 2005, gracias a su labor como actor de reparto en Million Dollar Baby, de Clint Eastwood. Damon, cuyo rostro juvenil desmiente los 40 años que cumplirá en octubre, espera con su tercera nominación llevarse la codiciada estatuilla por segunda vez. La primera consagración fue en 1998, pero no como intérprete, sino como responsable –junto con su colega y amigo Ben Affleck– del guión original de En manos del destino (Good Will Hunting). En esta temporada, Freeman y Damon comparten nominaciones a partir del proyecto que los unió con Eastwood. Desde su estreno mundial aquí a mediados de diciembre último, Invictus no cesó de cosechar elogios y reconocimientos (en la Argentina, tras cinco semanas, fue vista por casi 200.000 personas), pero los mayores elogios estuvieron dirigidos a sus principales intérpretes. Fue así que la Academia de Hollywood reconoció en la lista de nominados al Oscar de este año los méritos de Freeman, nominado a mejor actor por su personificación de Nelson Mandela, y de Damon, nominado a mejor actor de reparto gracias al modo en que interpretó a François Pienaar, el capitán de los Springboks, el equipo nacional de rugby que ganó la Copa del Mundo jugada precisamente en Sudáfrica en 1995.
Debajo de las expectativas Se trata de las dos únicas menciones para Invictus en la lista de candidaturas de este año para el Oscar, una cifra muy por debajo de la que se manejaba en las expectativas previas. Esta suerte de premio consuelo realza, qué duda cabe, las respectivas carreras de ambos intérpretes, pero en ambos casos queda claro que sus aspiraciones para llevarse el premio no son las más auspiciosas. De hecho, los dos están a una distancia considerable de los favoritos en sus respectivos rubros con vistas a la ceremonia que se realizará el próximo domingo, en el teatro Kodak, de Hollywood . Entre los actores protagónicos, este año Jeff Bridges, Jeremy Renner, Colin Firth y George Clooney –en ese orden– sacan ventaja y dejan a Freeman en un plano inferior, y en el caso de los actores de reparto, es tan neto el favoritismo hacia Christoph Waltz que los otros nominados (Woody Harrelson, Christopher Plummer, Stanley Tucci y el propio Damon) aparecen casi inadvertidos. De cualquier manera, tanto Free-
Damon, en un alto de la filmación de The Hereafter, su reencuentro con Eastwood
Freeman, el sábado último, con el premio de la ASC AP
NYT
una persona “acostumbrada” a recibir y emitir comentarios sobre los premios que pueden llegar a abrirse a partir de un papel como el de Mandela, largamente planeado por el actor después de recibir la “bendición” del propio líder sudafricano. “Con toda franqueza, un premio no tiene un significado especial. Creo que los actores no trabajamos para los premios, sino para sentir que aquello que hacemos frente a las cámaras es lo mejor que podemos dar”, afirmó Freeman, que para reforzar sus afirmaciones sostuvo, sin vueltas, que el aumento de cinco a diez en el número de candidatas a mejor película responde exclusivamente a “criterios económicos y necesidades de caja”.
“Cuando leo un guión, en general nunca pienso en un premio como el Oscar” (Freeman) man como Damon tuvieron algo para decir en relación con las expectativas que les despierta el hecho de aspirar a algún galardón importante a partir de Invictus. “En mi caso, cuando leo un guión en general nunca pienso a priori en un premio como el Oscar. Siempre pienso en que el reconocimiento mayor es lograr una buena historia, y vaya si Invictus lo es”, señaló Freeman en un diálogo con la prensa internacional –propiciado por Warner, distribuidora del film– del que participó LA NACION. Con la despreocupación que nace de su larga experiencia en el terreno, Freeman se autorreconoció como
En igual dirección
Los dos nominados al Oscar, en una escena de Invictus WARNER BROS.
Al confesar casi al mismo tiempo, en una charla separada con LA NACION y otros medios de prensa internacionales, que nunca le llamaron demasiado la atención los premios, Damon apunta claramente en la misma dirección. “Llevo 12 años sin ganar nominaciones y completamente desentendido de todas esas fiestas, reuniones y festejos que llegan después de los premios. Debe ser que todo eso
me llegó muy temprano, cuando era muy chico”, explicó el actor. Sin embargo, pensando un poco más allá, aportó de inmediato un matiz que corrige en parte el enfoque. “La verdad –confesó– es que había dejado de interesarme en los premios hasta que llegó el momento de la verdad para Los infiltrados. En ese instante, quise con todas mis fuerzas que Marty [por Martin Scorsese] ganara el premio y estaba cada vez más pendiente del tema. Cuando llegó la ceremonia del Oscar y Los infiltrados era favorita yo estaba en Miami, en un alto de la filmación de Bourne: el ultimátum, junto a mi familia. Vi todo por televisión y festejé mucho cuando Marty ganó. Pero enseguida caí en la cuenta: ¡Los infiltrados se había convertido en la mejor película! ¡Tenía el Oscar! ¡Y yo tenía que estar en la fiesta! Si era uno de los protagonistas de la película...” Ambas figuras llevan adelante exigentes calendarios de rodajes y actividades. Damon se puso por segunda vez consecutiva a las órdenes de Eastwood para filmar por estos días en distintas capitales europeas el film The Hereafter, junto a Cecile de France, a partir de un guión de Peter Morgan (La reina), y acaba de presentar Green Zone, el nuevo film de Paul Greengrass, director de las dos últimas –y aplaudidas– aventuras cinematográficas de Jason Bourne. “Estoy abierto a una cuarta película, pero sé que falta un guión y que Paul no está muy entusiasmado en hacerla”, reconoció el actor, dejando una puerta abierta. Freeman, en tanto, recibió el sábado último el premio a la trayectoria por parte de la prestigiosa American Society of Cinematographers (ASC), que agrupa a los directores de fotografía del cine norteamericano. Subió al escenario para recibir el galardón con el brazo derecho completamente oculto con un guante negro. Poco antes, durante el encuentro con LA NACION, ya había mostrado dolores permanentes en esa zona. “Tengo lesiones que afectaron los nervios y fueron empeorando con el tiempo. La verdad es que no puedo mover el brazo”, reconoció Freeman hace unos días al semanario People. Todo se originó en aquel recordado accidente automovilístico que sufrió hace un año y medio, cuando iba acompañado por una mujer en una ruta de Mississippi. Además de los daños físicos, el actor debió afrontar tras el episodio un pedido de divorcio. Para enfrentar las adversidades, Freeman tiene en la muñeca una pulsera con el número de preso que llevó Mandela durante sus 27 años de prisión. La luce con orgullo, por más que no le sirva a priori para llevarse el domingo un premio que no lo tiene como candidato firme.
Estrenos
Cuatro días antes de la entrega de los premios de Hollywood
Pronósticos: la suerte ya está echada
Cuatro novedades: una vuelta de tuerca a Lewis Carroll, locura y violencia en Nueva Orleáns, nostalgia y comedia
Ayer se cerró la votación y entre las extranjeras el film argentino El secreto de sus ojos sigue entre los tres con más posibilidades de ganar
Alicia en el País de las Maravillas
Cuatro días antes de la fiesta de Hollywood, ninguna circunstancia puede ya modificar la lista de quiénes serán los ganadores de los Oscar, que entregará la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood el domingo próximo. De hecho, ayer fue el último día para que los electores hagan uso de su derecho al voto, que será escrutado por la empresa Pricewaterhouse. En consecuencia, esos votos esconden un secreto muy importante para el cine argentino: el ganador en el rubro película extranjera. La noticia de que el último fin de semana Un profeta, del francés Jacques Audiard, se llevó 9 premios César (de los 12 a los que era candidata) no modifica, seguramente, el fallo que algunos observadores vaticinan puede ser favorable a la argentino-española El secreto de sus ojos. Mientras tanto, en Las Vegas las apuestas siguen poniendo en tercer lugar a la exitosa película de Campanella, después de La cinta blanca, del alemán Michael Haneke, y Un profeta. Sin embargo, en la columna “For Your Consideration”, del sitio IndieWire (indiewire.com), el crítico Peter Knight (quien en 2009 acertó con anticipación 21 de los 24 premios de la Academia de Hollywood) explica que por más de un motivo la película principalmente argentina tiene el 42 por ciento de probabilidades de ganar, frente al 38 de La cinta blanca, de Michael Haneke, el 12 de Un profeta, el 5 de la israelí Ajami y el 4 de la peruana La teta asustada, de Claudia Llosa. Mike Gooldridge, editor de la revista Screen International, también
Entre Campanella y Haneke Arriba, Vanessa Ragone, Guillermo Francella y Liliana Mazure, ayer, en el Incaa; a la derecha, La cinta blanca, una de las competidoras del domingo
vaticina el triunfo de Campanella frente a sus competidores, pero en el sitio Moviecity, The Ultimate Movie Guide, 6 de los 15 especialistas en el tema consultados la dan segunda, solo por un voto, derrotada por la de Haneke, mientras que en la de Audiard queda relegada al tercer lugar. Sin embargo, ninguno de ellos
tiene la bola de cristal, y el domingo, cualquiera puede ser el resultado, más allá de que La teta asustada, la película peruana de Claudia Llosa, que todavía no fue adquirida para su distribución en Estados Unidos, es la que ofrece menos expectativas. Las tres películas con mayores posibilidades de llevarse este Oscar son distribuidas en los Estados Unidos por Sony Pictures. La cinta blanca, producción alemana y en blanco y negro cuya acción tiene lugar en los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, lleva recaudados en sus ocho semanas en la cartelera norteamericana 1.273.000 dólares, que es una excelente cifra para cine “de arte”. La película se estrenó allí el 3 de enero, inicialmente en tres pantallas, cifra que después de ser candidateada creció a 26. El anuncio de los nominados aceleró el estreno de la israelí Ajami, que lleva tres semanas en cartel en un puñado de salas, pero acredita una recaudación de 165.000 dólares. Un profeta, un profundo drama de tono carcelario muy elogiado por la crítica internacional, se estrenó el viernes último en Estados Unidos también en unas pocas salas, mientras que el film de Campanella, tal como lo adelantó LA NACION, espera llegar, con Oscar en sus manos o sin él, recién el 16 de abril, hasta ahora en doce plazas. Ayer, en la sede del Incaa, su titular, Liliana Mazure, recibió a Guillermo Francella y a la productora Vanessa Ragone antes de que viajen a Los Angeles. Ellos dos, más Juan José Campanella y su esposa, Cecilia Monti, y el productor Gerardo Herrero representarán a la película en la platea del Kodak Theatre.
Claudio D. Minghetti
(EE.UU.) De Tim Burton. Con Johnny Depp, Mia Wasiskowska y Helena Bonham Carter. Inspirada en el relato clásico de Lewis Carroll, relata las andanzas de una niña envuelta en un mundo de fantasía.
Un maldito policía en Nueva Orleáns (EE.UU.) De Werner Herzog. Con Nicolas Cage, Eva Mendes, Val Kilmer y Fairuza Balk. Un policía corrupto y su rutina desencadenada en una ciudad recién arrasada por el huracán Katryna.
Sólo para parejas (EE.UU.) De Peter Bilingsley. Con Jon Favreau y Vince Vaughn. Cuatro parejas realizan el sueño de veranear en una paradisíaca isla, pero tropezarán con divertidas situaciones que arruinarán su propósito.
Aquel querido mes de agosto (Portugal) De Miguel Gomes. Con Sonia Bandeira y Fabio Oliveira. En el corazón de Portugal se muestra la relación afectiva de un padre, su hija y el primo de ésta, todos músicos de una banda de baile.