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INFORMACION GENERAL
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VERANO 2011
Jueves 20 de enero de 2011
PLAYAS AL SUR DE FLORIANOPOLIS
Praia do Rosa quiere dejar de ser sólo un paraíso juvenil
FLORIANOPOLIS
Está lleno de chicos, pero los comerciantes buscan captar a las familias, que dejan más plata
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PRAIA DO ROSA, Brasil.– Lo primero que llama la atención es que el lugar está habitado casi sólo por adolescentes. Es como si una marea selectiva hubiera arrastrado a toda persona mayor de 25 y menor de 17 años a otros paisajes lejanos de Praia, como le dicen los chicos, o Rosa, en boca de los lugareños. Es Praia Do Rosa, una playa de casi cuatro kilómetros en forma de herradura situada a unos 70 kilómetros de Florianópolis, un ambiente de “viaje de egresados” para chicos de clase media, media alta. No hay casi familias. Muy pocos niños. Y menos aún brasileños, que “huyen” durante enero. Viajar solos a Praia está de moda desde hace algunos años entre los jóvenes argentinos, aunque eso podría cambiar, según advierten por aquí. Las posadas jalonan los morros en medio de una frondosa vegetación que termina en la playa. Hay subidas y bajadas pronunciadas que los chicos transitan, fatigados, tras el día de playa para bañarse, comer algo y empezar con la previa de cerveza y caipirinha antes de salir... Pero: ¿dónde? Es que algo comenzó a cambiar. Los boliches, la diversión nocturna, terminan a las 2.30 por disposición de la policía. Entonces, los dueños de esos locales –la mayoría, argentinos– empezaron a organizar fiestas fuera del perímetro de Praia Do Rosa, donde concurren los chicos en combis rentadas. Es una manera de hacer frente a la veda. Pero ya hay quejas de los clientes, o sea, los chicos. “El lugar es hermoso, la playa, todo, pero le falta un poco de joda; acá dicen que los dueños de las posadas están presionando para que vuelva el turismo familiar”, dice Belén Hilger. Ella comparte sus vacaciones con su hermana Jimena, Tatiana Malvasio y Alejandra Gherardi, todas cordobesas. “Quieren que el lugar deje de ser sólo para nosotros, porque dicen que no dejamos tanta plata como el turismo familiar”, acota Lucía Rueda, echada al sol sobre unos coloridos pareos junto con un grupo grande de amigas. “Está bueno que no haya familias, y si te fijás, el mar no es para niños; los brasileños nos odian, no quieren que vengamos más”, acota Hilger. “Me gusta mucho Praia, pero la noche es muy tranquila, están muy duros”, agrega Pedro De Arteaga, un cordobés que llegó con un grupo de 17 amigos. El comentario acerca del cambio de perfil de Praia es la polémica del verano. “Acá se invirtió en posadas de entre 3 y 5 estrellas que no son compatibles con un turismo adolescente y el ruido de los boliches”, expresó el argentino
ENVIADO ESPECIAL
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FRANCO VARISE
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Silvio Comignani, dueño de Pura Vida, un pequeño bistró que da a la playa. “Si me preguntás, el que da más plata es el turista brasileño, y el 80% de los que hoy atendemos son chicos argentinos que comen un sándwich y toman una cerveza”, agregó. Este rincón de olas grandes, cuenta la leyenda, fue descubierto por los surfers y terminó transformándose en un exclusivo reducto familiar que, por alguna razón, dejó de existir. En la playa, sobre las arenas limpias, uno puede notar que por cada grupo de 25 chicos hay una familia. “Está muy bueno porque no hay familias ni gente grande; es como que esta es la edad de hacerlo; somos un grupo grande y nuestros padres confían en nosotras; hay algunas familias, pero tipo nada”, confiesa Juana López Arbol, de 19 años, que comparte este viaje iniciático con Brenda Ferrer Pose, Julieta Santarelli, Carolina Mariani, Emilia Blanco y Agustina Gilly. Tienen entre 18 y 19 años, son de Palermo y Belgrano y llegaron a Praia desde Punta del Este. A diferencia de otro lugar de jóvenes argentinos, Ferrugem, en Praia todo es mucho más tranquilo en términos al menos superficiales. A simple vista llama la atención la cantidad de chicas por sobre la de chicos. Parece ser una costumbre manejarse en grandes grupos endogámicos de amigos. No se mezclan mucho, en verdad. A todo esto, de repente, una familia aparece en el horizonte. “Incomodar, no nos incomoda, pero es verdad que nos sentimos un poco sapos de otro pozo; es que vinimos el año pasado, más tarde, y era mucho más familiar. Vemos que la juventud toma mucho alcohol, pero eso pasa en todos lados”, esgrimió Marcel Clavier, que junto con su mujer, Andrea, y su hija de 13 años, Madeleine, no dejan de disfrutar de Praia o Rosa, que es lo mismo que decir Praia do Rosa.
Más información. Seguí toda la cobertura del verano en los centros turísticos. www.lanacion.com.ar
FOTOS DE MAXI AMENA/ENVIADO ESPECIAL
Arena blanca, olas y morros, típica postal del sur brasileño que en Praia do Rosa tiene una particularidad: parece ser tierra sólo para jóvenes
Ferrugem, a 5 años del caso Malvino Mientras el asesinato del joven sigue impune, esta playa mantiene un gran movimiento nocturno FERRUGEM, Brasil (De un enviado especial).– Los blogs y otros lugares de la Web describen a Ferrugem como el lugar “descontrolado” de los argentinos que llegan en manadas. Los chicos tumbados en la arena desde temprano parecen contradecir esa calificación, aunque es difícil precisar si se trata de jóvenes madrugadores o de quienes han terminado la noche allí. Lo cierto es que este pequeño pueblo situado 50 kilómetros al sur de Florianópolis se hizo trágicamente famoso hace cinco años con el asesinato de Ariel Malvino durante una pelea entre argentinos. Algunas de las variables existentes en 2006 siguen vigentes: en este balneario hay mucha movida nocturna y alcohol muy barato. Dicen aquí que tras lo de Malvino se potenció la vigilancia. Las camionetas de la Policía Militar brasileña apostadas desde las 19 en el acceso de la calle principal confirman esa sensación. “La policía controla todo el tiempo y hace recorridas por las calles bien a la vista de todos; ¡ojo!: la policía brasileña es «jodida», no te podés hacer el loco”, advierte Fabrizio Rapallini, que con cuatro amigos de entre 22 y 24 años colecciona latas de Skol –la cerveza más popular aquí– en una mesa de la calle principal. Aquí la noche comienza a las 19, en un parador de la playa. Después siguen los pubs y, sobre todo, la calle, donde los diferentes grupos hacen postas
El centro de Ferrugem, eje de la movida nocturna con heladeras portátiles cargadas de bebidas. “No hay límite de horario y se hace muy fácil estar toda la noche porque no pagás entrada en ningún lugar”, explica José. “Acá no hay brasileños, es como que desaparecen por unos meses cuando llegan los argentinos; no nos deben soportar”, expresa Maxi, un cordobés de los cientos que hay por aquí.
“No hay pibes tan «detonados»; es cierto que se toma mucho alcohol, pero tampoco he visto peleas o cosas así”, explica Fabrizio. Cerca, un grupo de rosarinos canta a los gritos en una esquina; es puro chauvinismo. Ese es el principal motivo, según Agustina, de 19 años, de eventuales choques entre los chicos. “Es tan estúpido que no vale la pena decir nada”, acota.
De un choque de ese tipo, de uno de esos cruces de miradas que terminan mal, derivó el trágico final de Ariel aquella madrugada del 19 de enero de 2006. Ayer, en diálogo con LA NACION, Alberto Malvino, su padre, reconoció que con el dolor nuevamente a flor de piel, sería un día duro para él y su esposa. “Con Patricia le daremos a Ariel un abrazo con el corazón.” Malvino le explicó a LA NACION que “afortunadamente” la causa dio en los últimos meses “dos pasos importantes”. “El 6 de octubre pasado prestaron declaración testimonial ante la jueza [Claudia] Ribas Marinho seis testigos, cinco argentinos y un brasileño, propuestos por la fiscal [Roberta] Mesquita e Oliveira. Por otro lado, fue resuelto definitivamente el problema de las traducciones con el nombramiento de un traductor ad hoc [...] Los testigos ratificaron, de manera contundente y coincidente, los hechos y a sus tres autores.” Los acusados son tres correntinos: Andrés Gallino, hoy de 31 años, señalado como quien comenzó la agresión; Horacio Pozo (h.), de 26, al que se indica como quien le pegó a la víctima una trompada desde atrás, y Eduardo Braun Billinghurst, también de 26, acusado de ser quien arrojó la piedra de 17,5 kilogramos que terminó con la vida de Ariel.
Con la colaboración de Guillermo S. Pereira Poizón
INTERNET GRATIS EN LA CIUDAD
La plaza Houssay, la primera con Wi-Fi Los vecinos, que podrán usar netbooks en ese espacio verde, se quejan por la inseguridad Desde hoy, los vecinos de la ciudad que transiten por la plaza Houssay, en Recoleta, podrán utilizar sus netbooks o celulares 3G para conectarse a Internet mediante una red inalámbrica, o Wi-Fi, de manera gratuita. Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la ciudad, junto con Rafael Estrella, embajador de España, inaugurarán hoy –dos meses más tarde de lo prometido– la instalación del WiFi en este espacio verde que suele estar colmado de estudiantes por las cercanías de las facultades de Medicina, Bioquímica, Ciencias Sociales y Económicas. Este es el primero de los 26 espacios públicos porteños que en un período de tres años contará con el servicio Wi-Fi gratuito, mientras que en el resto del año planean estrenarlo en otras nueve plazas. “Esperamos que a partir de ahora la gente pueda disfrutar de este espacio público usando sus teléfonos y computadoras. Es valioso este sistema, porque será de utilidad para muchos estudiantes que durante todo el año concurren a las facultades de la zona”, dijo el ministro Santilli, que, a las 10.30, estrenará el nuevo servicio en un acto oficial. El funcionario agregó:
“Queríamos brindar bienestar en las plazas, que la gente pueda estar comunicada, y eso se logró. Es un paso muy importante”. Sin embargo, mientras ayer algunos vecinos ya probaban el servicio, que ya estaba habilitado, muchos consideran que debería haber mayor seguridad en la zona para poder utilizar sus computadoras con tranquilidad. Es que, si bien la iniciativa fue bien recibida por la gente, según comprobó LA NACION en la zona, los vecinos consideran que la inseguridad que hay en el barrio es muy alta. De hecho, muchos comentaron que temen llevar su computadora a la plaza por miedo a sufrir un robo. “Me da cierto temor sacar el celular, y ni loco traigo mi laptop acá porque es una zona complicada en cuanto a la inseguridad”, dijo Guido González, que caminaba ayer por la tarde por el lugar. Al igual que el joven, Gisella Cutica, una ama de casa que vive a pocas cuadras de allí, comentó su preocupación: “Hay que tener cuidado, ya que este no es lugar para exhibirse con una computadora. Esperemos que no pase nada”. Consultado Santilli sobre esta situación, se comprometió a destacar en la plaza “un guardián de plaza
GRACIELA CALABRESE
Ayer pudo verse presencia policial en la plaza para que esté atento a cualquier circunstancia y pueda dar aviso ante alguna situación delictiva”. En tanto, desde la Policía Metropolitana se informó que intensificarán la vigilancia en la plaza y que harán controles específicos tres veces por semana. Funcionarios policiales apuntaron que el espacio verde también está vigilado con cámaras de seguridad. “Allí se harán tres operativos de vigilancia por semana, algo que ya se está cumpliendo”, indicó un vocero de la fuerza porteña. La empresa responsable de la instalación de la red fue Gowex, una firma española experta en teleco-
Dos vecinas prueban la conexión Wi-Fi gratuita que, ayer, ya estaba disponible
municaciones y Wi-Fi masivo, que en octubre pasado firmó un convenio con el gobierno porteño para instalarlo en 10 plazas y parques de la ciudad. La otra firma contratada fue CableVisión, responsable de prestar el servicio en otros 16 espacios verdes de la ciudad. Hugo Marías, presidente en la Argentina del grupo Gowex, afirmó que el Internet gratuito será de alta velocidad y funcionará 24 horas, los 365 días del año. “La conexión estuvo sometida a pruebas de conectividad y cubrimiento desde el 21 de diciembre pasado. Ahora, estará disponible
en cualquier momento y desde cualquier lugar de la plaza”, dijo Marías. El servicio de Internet no tendrá costo para la ciudad ni para los usuarios que se conecten, ya que la inversión la harán las empresas. Tendrá una velocidad de 3 a 6 megas y no se necesita de una clave de acceso para navegar, según constató esta cronista. Gowex, además de plaza Houssay, se comprometió a instalar el sistema de conexión inalámbrica en otras nueve plazas de la ciudad: Dorrego (Humberto 1° y Defensa); Cortázar (Honduras y Serrano); Angel Gris
(avenida Avellaneda y Donato Alvarez); Arenales (Chivilcoy y Pareja); Libertad (Paraguay y Libertad); parque Santojanni (Patrón y Martiniano Leguizamón); plaza Constitución; plaza Mariano Moreno (avenida Rivadavia y Montevideo) y plaza Rodríguez Peña (avenida Callao y Paraguay). Según el anuncio hecho por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, la instalación del Wi-Fi en estos lugares a lo largo del año, se realizará a razón de un espacio verde por mes.
Carolina Castillo Marín