Malvino: “Dios tiene una deuda con nosotros”

muerte de dos chanchos, allanó su casa y secuestró un teléfono y ropas. El jardinero .... lo mataron arroján- dole una piedra en la cabeza. ARIEL MALVINO.
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Información general

Viernes 18 de enero de 2008

En Exaltación de la Cruz

LA NACION/Página 13

En Villa Luzuriaga

A dos años del crimen en Ferrugem

Asesinan a una joven de 29 años en un barrio privado

Intentó resistirse a un asalto y lo mataron

Creen que se trató de un crimen pasional

Fue para robarle una motocicleta

Por Hernán Cappiello De la Redacción de LA NACION “¡Ay!” Como un grito entre asustado y sorprendido fue la última palabra que pronunció Rosana Edith Galeano, de 29 años, antes de recibir cuatro tiros en el corazón. Esa exclamación y los disparos de una pistola calibre 45 resonaron en el jardín de su casa quinta del barrio El Remanso, de Exaltación de la Cruz, a unos 73 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. La joven vivía en esa casa desde que se había separado de su esposo Juan Arce, de 59 años, hace aproximadamente un año. Ahora los investigadores del asesinato orientan sus pistas a un crimen pasional, por lo que investigan al ex marido de la víctima y a un jardinero que trabajó para el hombre y que, se cree, frecuentaba a la joven asesinada, dijeron fuentes judiciales a LA NACION. El homicidio ocurrió a las 21.50 de anteayer, en la quinta de unos 3000 metros cuadrados, situada a 50 metros de la ruta 8, sobre la calle La Caramba, esquina Patria, del barrio donde tienen quintas algunos actores, cineastas y hasta funcionarios. El terreno está rodeado de un alambrado, cubierto por una tupida ligustrina. El portón de acceso, cerrado con un candado, deja ver un chalet rodeado de verde y árboles. Allí estaba Rosana, una joven madre de dos hijos de 6 y 3 años, rubia, esbelta, de finos modales, callada y muy apreciada en el barrio. La muchacha estaba comiendo con su hermana cuando sonó su teléfono celular. Salió al jardín para que mejorara la comunicación, que recibió cuando gritó y recibió los cuatro tiros. El fiscal de Campana Marcelo Pernici interrumpió un asado con amigos en la zona para llegar a la escena del crimen. Las primeras pistas apuntaron a Juan Arce, el ex marido, que te-

nía una orden judicial para no acercarse a su ex mujer, aunque no así a sus hijos. El hombre, que tiene cuatro casas en la zona de Pilar, maneja una camioneta y se dedica a la venta de huevos, declaró desde anteanoche hasta las 5 de la madrugada de ayer. Pudo establecer que a la hora del homicidio estaba en el Hospital de Pilar, donde un pediatra atendía a uno de sus hijos, que tenía fiebre. Esta declaración fue corroborada por la fiscalía en el centro de salud y se estableció que el chiquito tenía fiebre desde la mañana. Los testimonios de dos vecinos llevaron a los investigadores hasta otro sospechoso, un jardinero que vive en una casaquinta supuestamente usurpada, muy cercana a la casa de la víctima. Los indicios que llevaron a interrogarlo hasta anoche, al cierre de esta edición, son los relatos de testigos que dicen que una de las razones de la separación de Rosana fue el haber iniciado una relación con el jardinero. La policía del destacamento de Robles, acostumbrada a hurtos menores al punto que el delito más grave que le tocó enfrentar en estos días fue la muerte de dos chanchos, allanó su casa y secuestró un teléfono y ropas. El jardinero declaró que a la hora del crimen estaba con su esposa y sus hijos en su casa. El fiscal Pernici dijo a LA NACION que se investigan a las personas cercanas a la víctima. Los investigadores reconocen que el arma usada, una pistola calibre 45, no es de las habituales en manos de ladrones. Tampoco de policía, y en cambio es un arma usada por el Ejército. Otro misterio son los tiros, pues se recuperaron solo tres de las cuatro cápsulas de los proyectiles disparados. Al cierre de esta edición no había detenidos en la causa y todas las hipótesis estaban abiertas.

TELAM

Rosana, el día de la boda con Juan Arce, uno de los sospechosos

Víctimas de accidentes de tránsito

Mueren dos turistas en el sur de Brasil FLORIANOPOLIS (De un enviado especial).– Dos argentinos, un hombre y una mujer, murieron en distintos accidentes de tránsito ocurridos casi simultáneamente ayer en rutas del sur brasileño. Según fuentes policiales y del consulado argentino, ambos hechos se registraron minutos antes del mediodía. Con estos dos accidentes suman cuatro los argentinos muertos en las rutas del rutas del sur de Brasil en lo que va de este año, según informó el cónsul argentino en Florianópolis, Valdo Palmai, que sugirió a los turistas viajar “con tranquilidad”. En el primero de estos trágicos episodios, ocurrido en la carretera BR 101, a pocos kilómetros de esta ciudad, falleció Daniel Rescaldi, cordobés, de 60 años, que realizaba un viaje hacia el Sur con su esposa, que resultó herida, y un grupo de amigos que lo seguían en caravana. Chocó de frente con un camión que transportaba grava.

Las causas del choque aún no habían sido determinadas, pero, según dijeron los bomberos, el Volkswagen de Rescaldi habría intentado una maniobra de sobrepaso antes de impactar contra el camión. En el otro accidente falleció una mujer, de 43 años, cuya identidad no fue suministrada ni por la policía local ni por el consulado argentino en esta ciudad. Según las fuentes consultadas por LA NACION, la víctima murió cuando el automóvil en el que viajaba con tres acompañantes chocó de frente contra un vehículo de patente brasileña, en el que también falleció uno de los ocupantes. Según Palmai, los autos de patente argentina se trasladan a “altas velocidades” y sin “ningún respeto por las normas de tránsito”. “Recomendamos siempre viajar durante el día y manejar descansado. Lo ideal es no hacer el viaje desde Buenos Aires sin parar a dormir por lo menos una vez”, pidió.

RICARDO PRISTUPLUK / ENVIADO ESPECIAL

El auto de Rescaldi, el turista cordobés fallecido, quedó destruido

ARIEL MALVINO ■ El 19 de enero de 2006, Ariel Malvino perdió la vida mientras veraneaba con amigos en las playas de Ferrugem, en Brasil

ANIBAL GRECO

■ La investigación lleva dos años. Buena parte de ese tiempo se perdió en esperar que se tradujeran diversos escritos vitales para avanzar hacia el juicio que determine quién o quiénes lo mataron arrojándole una piedra en la cabeza.

Alberto Malvino cree que hay elementos que retrasan el juicio

Malvino: “Dios tiene una deuda con nosotros”

Al padre de Ariel le preocupan los pocos avances en la causa Por Laura Reina De la Redacción de LA NACION Se lo ve calmo, sereno. Pero Alberto Malvino carga con una cruz que lo acompañará por siempre: el asesinato de su hijo, Ariel, en la localidad brasileña de Ferrugem. La Justicia, que por ahora le es esquiva, no le permite descansar en paz. Pasaron dos años de esa muerte absurda y todavía no hay avances que permitan entusiasmarlo. Por suerte, Luca, el bebe que, junto con su esposa, Patricia, tiene en guarda con fines de adopción, le devolvió parte de las ilusiones que se fueron el 19 de enero de 2006 con el piedrazo en la cabeza que mató a Ariel. La angustia de una vida interrumpida en el mejor momento, se apacigua cuando ve a Luca ensayar sus primeros pasos o pronunciar por primera vez “papá” y “mamá”. –¿Cómo está la causa? –Hay algunos avances, pero no termina de definirse. El principio del derecho penal es que toda persona es inocente hasta que se demuestra lo contrario. Nosotros queremos que se nos permita demostrar lo contrario. Si no podemos llegar a esa instancia, empieza a cobrar fuerza la idea de impunidad. Impunidad no por una sentencia desfavorable para uno, sino por no poder llegar a un juicio justo. –¿Tienen una fecha prevista para el juicio? –Ahora está todo en etapas procesales. La fiscal me aseguró que iba a haber juicio, pero no sabemos cuándo. En enero de 2007 el fiscal anterior, que fue promovido, formuló la acusación

formal y pidió la prisión preventiva de los acusados. La jueza dispuso el preocesamiento, pero con los acusados libres. Y el fiscal apeló esa decisión. Ese conjunto de medidas procesales fueron notificadas a los acusados nueve meses después. Ellos declararon en septiembre pasado y esa declaración no fue incorporada a la causa porque todavía está traduciéndose. No entendemos cómo trabajos que llevan días pueden tardar meses. Hay razones suficientes para estar preocupados. –¿Cómo fueron estos dos años sin Ariel? –Fueron de un intenso dolor y de una permanente conexión con la causa, que nos obligó a no caer. Por otro lado, la llegada de Luca fue decisiva para afrontar lo que se viene. Estamos reconfortados, no contentos. Quizá con el tiempo llegue la felicidad. Pero para eso necesitamos que se haga el juicio. Tal vez recién ahí podamos recuperar la alegría, la idea de futuro. –¿Cómo es ser padre después de los 50 años? ¿Se encuentra haciendo cosas que con Ariel no hacía? –Sí, yo tuve a Ariel a los 31 años, ahora tengo 54. A Luca le cambio los pañales, le doy de comer... con Ariel no se daban esas cosas. Yo estaba muy metido en el trabajo. De los 30 a los 50 años es la etapa en la que uno crece profesionalmente. Ahora, la llegada de Luca nos toma en una etapa más reflexiva. Son las 5 de la tarde y pienso siempre en volver a casa para estar con él. –¿Cambió en algo la paternidad con lo que pasó con Ariel? –Permanentemente pienso cuántos años voy a tener cuando Luca tenga

determinada edad, cosa que con Ariel no me pasaba. Es que con él había proyectado tantas cosas y todo esos proyectos se vieron frustrados... que ahora quisiera quemar rápidamente estas etapas. También la brecha generacional es mucha. Ariel era un par nuestro, había concluido la etapa de la crianza. Ahora hay que empezar de vuelta. –¿A Ariel le hubiera gustado tener un hermano? –A Ariel le hubiera encantado tener un hermano. El no lo decía tal vez para no hacernos sentir mal por no habérselo dado. Pero los amigos que tenía eran como hermanos. Los lazos de amistad que formaba eran tan fuertes que creo que él buscaba en los amigos el hermano que no tenía. –¿Sigue en contacto con los que viajaron con él a Ferrugem? –Sí, los chicos están pendientes de nosotros, vienen, se preocupan. Estoy orgulloso de los amigos de Ariel. Pero es muy fuerte verlos porque uno se pregunta por qué no está Ariel... la ausencia se hace patente. –¿Sirvió de algo volver a Ferrugem después de lo que pasó? –No sé. Fuimos porque sentimos la necesidad de encontrarnos por un momento con él... pero nos hizo muy mal, fue muy doloroso. –¿Cómo vivirán el día de mañana, cuando se cumplan dos años de la muerte de Ariel? –No haremos nada especial. Yo no soy practicante. Creo que Dios tiene una deuda con nosotros. No tendría que haber permitido lo que pasó. Yo no quiero nada para mí, sólo pido que haya justicia para Ariel.

LA PLATA.– Un taxista, ex cabo de la Fuerza Aérea, fue asesinado ayer a balazos en la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga cuando, al parecer, intentó resistirse al robo de su motocicleta disparando contra sus asaltantes, informó la policía. La víctima era Oscar Brassens, un hombre de 45 años que trabajaba como taxista tras haberse retirado de la Fuerza Aérea, donde cumplió funciones en el área de meteorología. El hecho sucedió cerca de las 2.30 de ayer, cuando Brassens llegaba en moto a su casa de esa localidad del partido de La Matanza. Según testigos, fueron al menos dos los participantes del hecho: un joven, que fue visto huyendo del lugar luego de que se oyeran los tiros, y un cómplice, que lo esperaba en un automóvil negro ubicado a la vuelta de la esquina, en el que huyeron. Pero, hasta anoche no se había presentado a declarar ningún testigo del hecho. Los investigadores creen que uno o más delincuentes abordaron a Brassens con intenciones de robarle la

TELAM

Policías interrogan a familiares

moto, y que éste intentó defenderse con la pistola 9 mm que portaba con autorización legal. Según la reconstrucción de los investigadores, llegó a dispararla, pero no logró repeler la agresión: recibió un disparo en el pecho y se desplomó. Cuando llegó la ambulancia, ya estaba muerto. Bajo su cuerpo yacía la pistola; a su alrededor se extendía un charco de sangre. La policía busca ahora el automóvil, que sería un Volkswagen Gol o Golf y que tiene los vidrios polarizados. Se intenta determinar la identidad del joven que los testigos vieron correr hacia el vehículo. El asesinato es investigado por el fiscal Juan Marcelo Diomedes, de la Unidad Funcional de Instrucción N° 5 de La Matanza y personal de la comisaría de Villa Luzuriaga.