Estacionar en Manhattan será fácil... para quien tenga US$ 1 millón

10 sept. 2014 - 50 años y le dará el sí a Guido, que tiene un ... Cuando Guido y Gabriella se enteraron que ... gentina, José María Arancedo, y una laica, la ...
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el mundo

| Miércoles 10 de septieMbre de 2014

Estacionar en Manhattan será fácil... para quien tenga US$ 1 millón nueva york. Un nuevo desarrollo inmobiliario de lujo construirá diez cocheras

subterráneas en pleno SoHo que costarán entre 50.000 y 66.000 dólares el metro cuadrado

Michelle Higgins THE NEw YORK TiMES

NUEVA YORK.– ¿Qué se puede comprar en Manhattan con un millón de dólares? Un reloj de pulsera de hombre incrustado en diamantes de la marca Cartier. Una pequeña flota de Bentleys Continental modelo 2014. O hasta su propia cochera en el SoHo. Un desarrollo inmobiliario en el número 42 de Crosby Street está llevando a nuevos límites el mercado inmobiliario en la ciudad de Nueva York: diez cocheras subterráneas cuyo metro cuadrado costará más caro que el de los departamentos que se venden arriba. Esas cocheras de 1 millón de dólares saldrán a la venta al primer postor

El Papa casará a una madre soltera el vaticano. Será en una ceremonia junto con otras 19 parejas

Elisabetta Piqué

CORRESPONSAL EN iTALiA

ROMA.– En otro reflejo de esa iglesia abierta e inclusiva que pretende, el próximo domingo Francisco casará por primera vez a 20 parejas de la diócesis de Roma, entre las cuales hay una madre soltera y varios jóvenes precarios y desempleados. Aunque como arzobispo de Buenos Aires más de una vez casó a parejas con hijos, pero sin haber contraído matrimonio, el sitio web del diario La Repubblica destacó ayer la presencia de una madre soltera en la ceremonia que el Santo Padre oficiará el domingo en la Basílica de San Pedro. La mujer se llama Gabriella, tiene 50 años y le dará el sí a Guido, que tiene un matrimonio fallido sobre sus espaldas, anulado por la Sacra Rota. La hija de Gabriella, ya mayor, será testigo del evento. Cuando Guido y Gabriella se enteraron que habían sido elegidos para integrar la lista de las 20 parejas privilegiadas de la diócesis de Roma que serán casadas por el Pontífice, no podían creerlo. “Sentíamos que no respondíamos a los requisitos de la pareja católica tradicional. Pero la iglesia del papa Francisco nos acogió y, metafóricamente, nos abrazó”, dijeron. Desde el punto de vista del código de derecho canónico no hay ningún impedimento: Gabriella nunca se casó y el matrimonio de Guido ya fue anulado. Francisco ya había sorprendido en una situación similar, en enero pasado, cuando se supo que entre los 32 chicos que había bautizado había uno de una pareja casada sólo por civil. “Este Papa es maravilloso y está renovando la iglesia. Ni siquiera los no creyentes pueden quedarse indiferentes frente a su fuerza, su simplicidad y su profundidad”, dijeron Gabriella y Guido, que son los “veteranos” de las parejas que el Papa casará el domingo. Los demás son jóvenes y, muchos de ellos, con trabajos precarios o desempleados. Al saludar a recién casados durante la audiencia general del miércoles pasado, Francisco, consciente de las dificultades actuales, comentó: “¡Hace falta coraje para casarse hoy!” Este primer casamiento grupal se hará cuando faltan tres semanas para el inicio del sínodo extraordinario de obispos convocado para discutir temas relacionas con la familia, que el Papa dijo más de una vez que está en crisis. En ese sentido, el Vaticano divulgó ayer la lista de los 253 participantes, entre los cuales hay cardenales, obispos, 14 parejas de casados, representantes de otras iglesias y tres argentinos: el arzobispo Víctor Manuel Fernández, rector de la UCA y estrecho colaborador de Bergoglio en la reunión del episcopado latinoamericano de Aparecida, en 2007; el arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, y una laica, la profesora María Zelmini Bottini de Rey, directora del instituto de Matrimonio y Familia de la UCA.ß

interesado para los compradores de las diez unidades de departamentos de lujo construidos por Atlas Capital Group en la esquina de Broome y Crosby, que anteriormente fue precisamente una playa de estacionamiento. A 250.000 dólares por llanta, los espacios estarán debajo del edificio y su precio cuadruplica el valor promedio de un hogar norteamericano, que según Zillow, se sitúa en los 217.000 dólares. Así que en vez de una casa de 465 metros cuadrados con bodega en Dallas o una residencia de 325 metros cuadrados con sauna en Seattle, uno puede elegir 14 metros cuadrados en el sótano del número 42 de Crosby Street, un condominio diseñado por la arquitecta Annabelle Selldorf.

Las cocheras, algunas de las cuales tendrán unos generosos 18,5 metros cuadrados, costarán entre 50.000 y 66.000 dólares el metro cuadrado, mientras que las nueve unidades de tres dormitorios escaleras arriba costarán entre 8,7 y 10,45 millones de dólares, o sea, entre 32.000 y 35.000 dólares el metro cuadrado. Las expensas de tres dormitorios serán de hasta 8880 dólares, pero las del penthouse en dúplex de 25 millones de dólares serán de 18.360 dólares mensuales. Las cocheras, que también cuentan con baulera y un punto de recarga para autos eléctricos, no sumarán costo adicional a las expensas. En Manhattan, donde los condominios de lujo y sus extravagantes amenities vienen alcanzando precios

astronómicos, estos espacios de estacionamiento de 1 millón de dólares tienen un precio estratégico. El valor promedio de los departamentos en Manhattan ya roza la marca del millón de dólares (920.000 dólares en el segundo trimestre de 2014), mientras que los departamentos del segmento más exclusivo ya se venden por más de 90 millones de dólares. “Estamos queriendo establecer un punto de referencia”, dijo Shaun Osher, fundador y director ejecutivo de la firma de brokers inmobiliarios CORE de Manhattan, que se ocupa de la venta y el marketing de las propiedades del 42 de Crosby Street. “En el mercado inmobiliario, la locación define el valor, y las cocheras no son la excepción”. En SoHo, dice Osher,

“casi no hay opciones” para estacionar, y menos aún en espacios privados en el propio edificio. En 2010, la cantidad de lugares para estacionar fuera de las calles era de 102.000, un 20% menos que los 127.000 disponibles en 1978, según el Departamento de Planificación de la Ciudad. Si bien la escasez es un factor en el precio, la marca de un millón de dólares por una cochera no deja de asombrar. El año pasado, una cochera privada con espacio para dos autos en el número 66 de East 11th Street fue publicada por 1 millón de dólares por la inmobiliaria neoyorquina Delos. Y aún sigue en venta, en conjunto con el penthouse de 50 millones de dólares del edificio donde se encuentra. En abril de 2012, una cochera en el número 60 de Collister Street, un condominio de lofts en el barrio de Tribeca, se vendió por 345.459 dólares. Durante los últimos 12 meses, los espacios de estacionamiento residenciales en Manhattan se han vendido por un promedio de 136.052 dólares, según Jonathan J. Miller, presidente de la tasadora Miller Samuel. Los compradores que paguen el millón de dólares por las cocheras

de Crosby Street no serán realmente los propietarios del espacio. Lo que vende el condominio es una licencia a 99 años para estacionar en cada espacio. A diferencia de una cochera escriturada, esa licencia le permite al comprador utilizar el espacio para estacionar mientras sea residente del edificio y, en caso de mudarse, se le exige que venda su licencia. Para construir los 10 espacios, el desarrollador inmobiliario debió obtener un permiso especial de la ciudad, que por lo general limita el número de cocheras en edificios nuevos a no más del 35% de las unidades. Las cocheras en los nuevos edificios de todo Manhattan se venden a toda velocidad. En el número 56 de la calle Leonard, en una torre de 145 unidades de Tribeca codesarrollada por Alexico Group y Hines, 25 de las 28 cocheras, que salieron a la venta en mayo a 500.000 dólares cada una, se vendieron en apenas unos meses. Y ya hay lista de espera para las tres unidades restantes, que el desarrollador está reservando para ofrecérselas a los compradores de los dos departamentos que quedan en venta.ß Traducción de Jaime Arrambide