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Espectacular contaminación Los administradores de anuncios y “espectaculares” pasan por alto las normativas municipales que los delimitan. La agresión visual se amplia cuando las temáticas van del aborto a los eslóganes religiosos Adriana Navarro
L
os anuncios espectaculares acaparan gran parte de nuestro cielo. Elevados del pavimento y de grandes dimensiones anuncian seguros de vida con personas que se ven realmente felices, automóviles último modelo a pagar en mensualidades, medicinas similares con chicas en bikini, figuras de un tal Jesús que “es chido”, hasta viviendas del Infonavit que tienen áreas verdes. Al automovilista o peatón no le queda más que observarlos. Distraerse un poco, o mucho hasta provocar un accidente vial. Las grandes imágenes impiden a la población el disfrute visual de la ciudad: monumentos históricos, vialidades, áreas verdes y paisaje circundante. También los anuncios generan la tala de árboles con el pretexto de mejorar la visibilidad de su oferta comercial. El contenido de las imágenes tiene poca regulación, incluso podemos observar fetos sangrantes de emisarios desconocidos que satanizan el aborto. A pesar de que hay reglamentos que regulan los anuncios espectaculares de la Zona Metropolitana de Guadalajara, no se cumplen, asegura el maestro Alejandro Gutiérrez Mundo, egresado del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. “El reglamento de anuncios es letra muerta. Para qué queremos reglamentos, si no se ejecutan por falta de vigilancia de la autoridad municipal. Hay que exigir a las autoridades municipales que tengan un programa de capacitación para el personal que cuida este tipo de anuncios”. El marco jurídico que regula los mensajes espectaculares deriva principalmente de la Constitución federal, que “garantiza” a todo ciudadano un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar. El Estado tiene la obligación de realizar acciones para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana. “En eso descansan las limitaciones legales de los anuncios espectaculares”, señala Gutiérrez Mundo. El contenido y las imágenes de los espectaculares no deben afectar el medio ambiente de los ciudada-
4Los demasiados espectáculares. Foto: José María Martínez
bloc de notas Algunas ciudades están tipificando como “contaminación visual” los anuncios publicitarios. En San Pablo, Brasil, una ley prohíbe cualquier tipo de anuncio y “espectacular”. La normativa —muy estricta en una primera etapa— busca que el estado tenga más control de este tipo de práctica y los permisionarios estén limitados.
nos. La facultad para legislar es exclusiva de cada ayuntamiento, por lo que la reglamentación de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá son diferentes. Pero las legislaciones coinciden en ciertos aspectos, entre ellos: tener una imagen urbana ordenada, que los anuncios no causen daño a las personas ni a sus bienes y que cumplan con la estética urbana, es decir, evitar que existan contrastes que vayan contra los valores históricos, fisonómicos y de identidad. Sobre los contenidos, quedan prohibidos los mensajes que inciten a la violencia, mensajes pornográficos, imágenes que vayan contra la moral pública y la convivencia social, o que promuevan la discriminación de raza, condición social y religión. De acuerdo a Gutiérrez Mundo, la legislación sí regula la instalación de anuncios espectaculares, pero en la práctica encontramos anuncios que contravienen el reglamento. “No es problema de los reglamentos, es de las personas que autorizan los anuncios”. El código prohíbe anuncios principalmente en centros históricos y en vialidades de mucho tráfico vehicular, pero se instalan espectaculares
de forma irregular que manchan la imagen y contaminan los espacios. Incluso representantes de la asociación civil “Guadalajara 2020” y del colectivo “Ciudades Públicas” presentaron una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) por la proliferación de anuncios espectaculares y la indiscriminada tala de árboles. Además, algunos anuncios cuentan con instalación eléctrica y distraen a los conductores, como es el caso de los que están en la glorieta de La Normal y en el cruce de las avenidas Chapultepec e Hidalgo. César Orozco Sánchez, primer visitador de la CEDHJ dijo que han solicitado información a los ayuntamientos para determinar la legalidad de los anuncios y comprobar si existe violación a los derechos humanos por el excesivo número de imágenes. “Apenas estamos en la investigación, después determinaremos si hay violación de los derechos humanos; y si las hay, emitiremos una recomendación a las autoridades para que cesen las violaciones; y si hay algún daño pues que se reparen los daños causados; si hay responsabilidad que se les sancione”. El síndico de Zapopan, Ricardo
Anguiano Apodaca reconoció que la saturación de mensajes publicitarios es causa de daños en la salud física y psicológica de las personas. (Publicado el 22 de abril en El Informador) El problema para el ayuntamiento radica en los anuncios instalados de manera irregular, no cuentan con licencias municipales son un riesgo para la población. Para clausurar los anuncios ilegales hay que acudir al Tribunal de lo Administrativo del Estado (TAE); sin embargo, esta instancia a veces resuelve juicios de nulidad a favor de los empresarios. “Por eso apostamos a la vía consensual. La mejor manera y más rápida de ver mejoras en la imagen urbana es que las empresas voluntariamente empiecen a retirar los anuncios, de lo contrario nos enfrascaríamos en batallas legales que podrían durar por lo menos ocho meses. Pero lo más seguro es que con promociones de los juzgados no los veríamos en esta administración”. Para Gutiérrez Mundo, la realidad es que las autoridades no cuentan con personal suficiente para supervisar los anuncios; además no tiene un plan estratégico de control para poder verificar los anuncios y así proliferan los anuncios que se colocan sin permisos. [
lunes 1 de septiembre de 2008
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