Es momento de despertar - Rotas cadenas: Jacarandá

187. 1. Página web: http://energiaradiante.com.ar/. 2. “Cómo detectar mentiras. Una guía para utilizar en el trabajo, la política y la familia”, nueva.
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Federico Maximiliano Jordan Muiños

Es momento de despertar

TAHIEL ediciones

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Jordan Muiños, Federico Maximiliano Es momento de despertar- 1a ed adaptada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tahiel ediciones, 2015. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-3875-81-6 1. Autoayuda. I. Título. CDD 158.1 Bajo expediente N° 5227080 Diseño de tapa: Matías Agüero Corrección y revisión a cargo del autor.

© TAHIEL ediciones 2015 Av. Rivadavia 6743 (L59) (+54-11) 4-632-6136 Capital Federal – Argentina www.tahielediciones.com © Jordan Muiños, F. M. 2015 Queda hecho el depósito legal establecido por la ley 11.723. Impreso en Argentina Queda prohibida la reproducción total o parcial así como su almacenamiento o fotocopiado mediante cualquier sistema electrónico o mecánico sin la debida autorización del autor o de la editorial. Todos los derechos reservados.

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Dedicado a todas las personas que desean crear un mundo feliz y lleno de amor.

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Desde una visión ampliada del ser, cada uno de nosotros es más que un cuerpo físico. Es un conjunto de pensamientos, de emociones y de múltiples campos energéticos-multidimensionales. Es un conjunto de creencias y lealtades heredadas de nuestros ancestros, de nuestras vidas pasadas y de nuestro propio transitar en la vida. Somos el resultado de todo lo que hemos vivido, el resultado de nuestras decisiones, de nuestras elecciones, habiendo sido buenas o malas, conscientes o inconscientes, y aquí estamos, y así somos. La primera vez que tome consciencia de esto, me pregunté: “¿Y ahora qué hago?” Debido a esta me volví casi un experto en libros de autoayuda. Cuando tome este libro en mis manos, comencé a leer y divertirme. Reí, lloré, me di cuenta de que era como si un torbellino hubiese pasado: era el mismo que hacía 5 minutos físicamente pero había tomado consciencia de algunos patrones. Más leía, más patrones. Cuando Federico me propuso escribir su prólogo, recordé la primera vez que lo vi, fue en un taller de esos que mueven el espíritu, y sentimos esa resonancia de “te conozco de toda la vida, pero es la primera vez que te veo”. Desde allí en adelante, ambos seguimos nuestros caminos, hablando y compartiendo información, compartiendo experiencias, cada uno desde su lugar

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Prólogo

aprendiendo y creciendo. Y este libro, es el resultado de su propio proceso crecimiento, de transformación. Este libro te propone herramientas divertidas y sencillas para que puedas pulir tú alma, tú esencia, cambiar patrones y darte cuenta de lo que realmente quieres, no lo que te han hecho creer que quieres. Te aseguró que será un antes y después en tu vida. Si tú has llegado a este libro, créeme que no es casualidad, el libro te llama porque tiene vida. Cada una de los capítulos, son grandes lecciones que ocasionarán un cambio en la totalidad de quien eres y todo depende de la elección que hagas.

Federico Alassia

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¡Bienvenidos! Espero que podamos crear un espacio ameno, seguro, divertido y feliz para todos. Mi energía está puesta en ello y esta parte no es la excepción. Eso sí, cuento con un deseo ardiente en mi corazón. Espero que todos seamos capaces de ver los colores velados, para nosotros, en estos momentos. Cuando ese instante llegue ya no habrá vuelta atrás ni podremos negar su existencia. Es un mundo distinto al que acostumbramos. Está llegando ahora mismo. Si revemos nuestra historia como raza descubriremos que es un suspiro. ¿Cómo lo logramos? Dando lo mejor de uno y teniendo paciencia hasta lograrlo. Siendo aún más nuestra esencia. Para ello escribí este libro. Busco ofrecer distintos temas que sirvan para darnos cuenta de los caminos que podemos tomar y de cómo, en definitiva, todos son intrínsecos. Unos con otros. La idea es mostrar opciones. Deseo que puedan ver distinto a lo acostumbrado. Descubrir, realmente, que cada uno está a cargo de su vida. Por esto mismo, también, incluimos algunos juegos y experiencias para que puedan realizar. Cada uno de ellos busca una forma “práctica” de

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experimentar lo que leen. Mostrar que hay varias maneras de alcanzar un mismo objetivo. No es necesario dejar el juego y la diversión para poder lograrlo. Si no somos felices ni disfrutamos la mayor parte del recorrido estamos errando nuestro andar. La actitud puede ser el gran diferencial. Marca como saboreamos los resultados a corto, mediano y largo plazo. Otorgando un gusto amargo, o dulce y placentero. Así que, si de alguna manera, logramos que descubran las claves para poder ser felices en su propia realidad; ya habremos dado con el objetivo del libro. Incluso, para mí, despertarles una sonrisa ya es un premio.

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Hay varias opciones: Primero, a gusto personal. Es decir, como más deseen. Segundo, pueden abrir el libro al azar y leer el tema que surge. La idea es que puedan surfear a lo largo del libro. Pues, cada tema es independiente del otro (más allá si están conectados en algún punto). El plan es otorgarles libertad y plasticidad en la lectura. No es necesario seguir linealmente las páginas. Por último, la clásica. Seguir hoja tras hoja en su orden numérico. Cualquier opción es viable y sin juicio. Disfruten.

Quien lo desee puede participar, voluntariamente, del sistema de logros (último capítulo). Nadie está obligado a hacerlo. Simplemente, es otorgarles un extra para seguir su progreso. Cuando lean “obtuviste la logro (agreguen el nombre aquí)” pueden marcar la casilla correspondiente en el capítulo. Además, en la página 183 está el apartado dedicado exclusivamente a los mismos. En el mismo explico el sistema, las opciones que tenemos para conseguirlos y todos agrupados en un mismo lugar.

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Con todo esto dicho, ¿qué tal si nos adentramos aún más en este viaje? Vamos a divertirnos un rato descubriéndonos a nosotros mismos. Todos los que hicimos esto posible los acompañaremos en el viaje. Capitán, ¡rumbo a la aventura!

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Ésta sección iba a ser “simple”. Dar las gracias a quienes confabularon en la creación de éste momento. Fede por el prólogo y Mati por el diseño de tapa. Ahora, prefiero otorgarle más “profundidad”. En nuestras vidas tenemos varias energías olvidadas. Unas más que otras y, el agradecimiento, el ser agradecido es una de ellas. Cuando paramos y miramos alrededor, ¿pensamos “todo está como debe”? Si cada una de las partes cumple con el rol descripto está todo bien. Damos por sentado que un determinado papel es deber y no querer, ¿verdad? Entonces, ¿cada uno cumple un rol y nada más? ¿Dejamos que una categoría defina todo? Si contestamos que sí; perdimos perspectiva. Pues nosotros elegimos qué hacemos y qué dejamos de lado. Cuando “nos olvidamos” de hacerlo, y pasa a ser obligatorio, todo se puede volver una tarea sin sentido, obsoleta. Incluso, si no le prestamos atención, puede ocurrir con las actividades que amamos. Por ello, dar las gracias, es tan importante. Descubrir lo benditos que somos nos lleva a un estado sublime. En él podemos comprender el motivo que subyace a todo. Ser capaces de decidir, en nuestra vida, qué seguimos queriendo y qué no. El poder levantarnos 13

Agradecer

y agradecer el aliento que tenemos, los alimentos que poseemos, las personas que nos rodean; darle las gracias por cumplir con ese “rol” puede ser el cambio para muchos. Pueden experimentarlo ustedes mismos cuando estén con alguien. Agradézcanle por algo que hace, por quién es, por las palabras de aliento o, simplemente, porque nos enseñó algo. Es verdad, es sencillo hacerlo con todo lo que consideramos bueno en nuestra vida. Ahora, cuando visualizamos lo malo somos incapaces de agradecer y dejarlo ir. Podemos pensar que no tiene sentido ¿Para qué darle las gracias a una energía que va en detrimento nuestro? Parece algo masoquista. Pero, ¿si no es como pensamos?, ¿si realmente el objetivo es poder mostrarnos otra realidad? Quizás buscan ayudarnos a quitar el velo que nos adormece. El cual nos mantiene subyugados ante conductas, creencias, personas, sentimientos, etc. que nos hacen mal ¿Puede ser esta su verdad? El poder ver con otros ojos, otro corazón. Ahí podemos ser agradecidos. Nos enseña algo que no estamos viendo. Transformamos la energía de odio y resentimiento en algo nuevo. Amor y compasión. Nuestros sentidos se expanden y permiten ver la verdad que yace en ellos. Vemos tras la neblina. Podemos continuar el camino que nos corresponde. Incluso, puede provocar un cambio de dirección, llevarnos al cambio. Ser más de quienes somos; otorgar una mayor sintonía con nuestro ser divino. Al dar las

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Agradecer

gracias con sinceridad, nuestra vida puede cambiar por completo. Al principio puede costar; podemos sentirlo como una obligación. Hasta que encontramos el ritmo correcto para nosotros mismos. Vemos la verdadera forma de agradecer. Somos capaces de integrar la oscuridad en nuestra la luz brillante. No siempre es fácil. Incluso, hoy en día, puedo olvidarme de dar las gracias. A veces, simplemente me doy cuenta que no lo hice. Esto crea una carcajada y/o sonrisa. Entonces, agradezco. Sea por uno o varios motivos. Así que, cuando quieras y lo sientas, no dejes pasar la oportunidad. Se nota cuando alguien lo hace por obligación. La diferencia entre el querer hacer algo y el hacerlo porque estamos obligados cambia todo nuestro semblante. Nuestro cuerpo se puede mostrar más rígido y la sonrisa no acompaña nuestro quehacer. Sin embargo, un simple “gracias” puede cambiar el rostro más serio y llenar la batería más agotada. Habiendo dicho esto, deseo agradecerle a todos los seres que hicimos esto posible. Hayan otorgado sacudones, abrazos, palabras, etc. Sé que dieron lo mejor para ese momento. Enumerar personas es una locura. Cada uno puede saber lo que hizo y qué despertó. Si no, puede preguntar. Con gran placer les responderé. Hay un grupo que, de una u otra forma, siempre ayudó en todo. Trató de otorgar cada aliento posible, a 15

Agradecer

veces a su manera, para que pudiese conformar mis sueños. Sin importar si, para ellos, son extraños. En algún punto, los aceptaron y me dieron las oportunidades. Gracias familia. A quienes confiaron en hacer este libro (Noe, Lu, Mauri, Adri, Dani, Rody, Ova, Ernie, Gla, Nico, Patricio, Alicia, Ángela, Julito, Astrid, Clau). Son sumamente importantes para poder compartir mis palabras con ustedes, los lectores. Si podemos ayudar a encontrar un nuevo camino a por lo menos una sola persona. Ya triunfamos. A los reflectores que me alumbraron en estos tiempos y creyeron en mí. Dando la posibilidad de nutrir la tierra para que pueda crecer. A ellos, gracias. Tuvieron que escuchar conceptos dichos a mil kilómetros por hora. Durante varios minutos sin parar. Cosas que parecían carentes de sentido y que, para mí, siempre lo tuvieron. Y, no quiero pasar de página sin agradecer a los seres que me acompañan constantemente. A esas luces que, en la mayor de mis oscuridades, me enseñaron a resurgir de las cenizas. A poder ver nuevamente con otros ojos; escuchar con otros oídos; sentir con otro corazón; pensar con otra mente y sentir con otro cuerpo. En definitiva, crecer, creer y evolucionar. Sé que rotan constantemente entre cada nuevo salto que damos hacia la ascensión. Por ello, estoy aún más agradecido. Todos acompañan, dan su apoyo y conocimientos siempre que es necesario. Junto a todos

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Agradecer

ustedes que están en mi mundo vamos a lograr grandes cosas. Así que gracias a todos los que leen, a los que van a leer y los que ya lo leyeron. Gracias a todos los que hicieron este momento posible y gracias a todos los seres que cruzo en mi vida. Cada uno siempre otorga una nueva verdad a mi corazón. Este libro va dedicado a todos nosotros. ¡Gracias!

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Agradecer

Busquen, en su vida, lo que más gusta y lo que menos. Anoten todo en un papel y hagan un bollo con cada uno. Mezclen las pelotas, tírenlas al aire y jueguen. Cuando se hayan divertido un rato, sujetan una, le dan las gracias y la abren. A ver qué salió. Hagan eso con cada una de ellas. Revisen cómo se sienten al descubrir por qué agradecieron. Felicidades, obtuvimos el logro: Agradecido

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Es sencilla y despierta nuestro ser. Pues, conlleva a la alegría y al amor. Ella ocurre cuando logro un deseo añorado o realizo una actividad que me apasiona. Hablo de mi persona porque puede ser concordante con su experiencia o no. Revisemos, ¿Qué ocurre cuando nos ensimismamos en alguna actividad? ¿Puede ser que dejemos de lado a nuestra amiga y nos invada la “seriedad”? Lo consulto porque, al menos, a mí me pasa. Camino por la calle, bailo, corro, etc. sin esa alegría interna reflejándose en mi rostro. Creo que, en algún punto, quedamos absortos en el ideal a construir y/o descubrir el pensamiento de otros. El objetivo se torna más importante que el camino recorrido. Perdemos la alegría de estar haciendo lo que nos gusta. Ya puedo escuchar la réplica - No siempre hacemos lo que nos gusta. Muchas de nuestras actividades son obligaciones. Es verdad, no todo lo que hacemos es de nuestro agrado. La cuestión es, ¿por qué lo haces? ¿Si no te hace feliz para que sigues con ello? Quizás lo ves como el medio para poder lograr un fin. Si es así, aún más debemos ser capaces de descubrir cómo disfrutarlo. 19

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Pues, de alguna manera, elegimos que ellas sean nuestras obligaciones. Nos enojamos con nosotros y nos olvidamos de ser felices. Traer a nuestra amiga de regreso es esencial. Ella es el símbolo que representa lo felices que estamos. Nuestro júbilo por ese instante que vivimos. Tampoco puedo omitir que, muchas veces, un rostro concentrado nos invade al realizar nuestra pasión. Soy parte de ello. Cuando descubro lo serio que estoy, sonrío. Es divertido porque de alguna forma me saca de la estructura que tengo armada. Me “desconcentra” porque siento algo que no estaba hasta ese momento. Creo que ésta pérdida de enfoque se produce por la falta de costumbre. Al no tener nuestra sonrisa en funcionamiento nos olvidamos como siente. Entonces, nos quedamos absortos cuando aparece. Sin ir muy lejos en el tiempo, puedo relatar una anécdota. Con unos amigos participamos en un festival. Una de las actividades era bailar. Salen unas mujeres que marcan una coreografía y uno las sigue lo mejor que puede. El círculo, usado como pista de baile, queda repleto de personas. Todos tratando de seguir el paso marcado. Unos cuantos minutos más tarde, me uno. Quiero imitarlas. Utilizo todo mi empeño para seguir el ritmo. Estoy tan concentrado que olvido disfrutarlo. Tengo un semblante serio y el ceño fruncido. Ni bien me doy cuenta me digo – Así no vamos a ningún lado ¡Divirtámonos! – Instantáneamente, surge una carcajada que libera la tensión. La sonrisa le

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prosigue y sigo moviéndome. A un lado queda la idea acartonada del perfeccionismo. Prefiero disfrutar cada movimiento. Realmente, no sé si lo hago “bien” o “mal”. Solo estoy seguro de dar el máximo esfuerzo y pasarlo genial. A medida que avanzo por la pista de baile, miro alrededor. Encuentro de todo un poco: una minoría disfruta el momento y la mayoría se pregunta qué tiene que hacer. Buscan férreamente ser sombra de quien dirige. Ustedes ya pueden imaginar el resultado que obtuvo cada grupo en su ser. Todo ese momento logra encender mi lámpara. Consigo ver cómo nos enfocamos tanto en querer lograr algo que nos olvidamos de la forma en que lo hacemos. Díganme, a cuántos de ustedes les enseñan que el fin es lo más importante. El resultado marca si hacemos las cosas como “correspondan” o no. El camino se transforma en algo ilusorio y “banal”. Recuerdo una frase: “En el jardín te enseñan jugando. Cuando ingresas al primario te abren la cabeza, destruyen y meten lo que quieren”. No es completamente citada, pero la esencia es esa. Si quieren pueden buscar por internet que hay varias sátiras gráficas del tema. Ahí muestran mejor lo que digo. En algún punto, es verdad, cambian toda nuestra programación natural. Nos hacen “experimentar” distinto a lo natural. Olvidamos la diversión y el medio,

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sólo para alcanzar resultados. Aprobado o desaprobado. Listo. Eso, junto a nuestra memoria, definen quienes somos. Se marca más cuando nos presentamos. Si eres médico dices – Hola, mi nombre es (coloque un nombre aquí) y soy (agregue profesión). -pareciera que un título escrito en papel determina todo. Se dispara mi memoria y los llevo a una de las tantas aulas que recorrí. El profesor, de ese momento, comenta - Yo hago muchos cursos y tengo muchos diplomas. Es como juntar estrellas. No sé para qué me sirven exactamente, pero por las dudas las tengo ahí. ¿Realmente la vida es así? ¿Una hoja marca lo que sabemos y/o somos aptos? ¿No aprendemos constantemente por medio de la experiencia? En fin, vamos a dejarlo acá. Volvamos a nuestra desestructuración, a nuestra sonrisa. Ella es parte del inicio, medio y final de todos los caminos que amamos. ¿Qué me dicen si menciono que hay 18 miembros directos en la familia? Eso es lo que señala Paul Ekman1. Un estudioso de las micro-expresiones. Gracias a él, podemos definir su versión auténtica de la siguiente manera: Tiende a la simetría. Forma “patas de gallo” al costado de los ojos. Se alzan los cachetes. Produce unas hondonadas debajo de los ojos. Se puede ver hasta casi cien metros de distancia. Hace que las cejas desciendan.

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La última característica es sumamente importante. Marca el punto de inflexión para que sea falsa o no. Pues, no podemos cumplirlo si no estamos expresando verdaderos sentimientos positivos. Les dejo la diferencia para que sepan reconocerlas entre sí. Veremos el provecho que pueden sacarle. Una gran noticia para el perezoso, ésta expresión es la única que requiere un solo músculo para efectuarse. Puede ser que duela si no se usa con asiduidad. Sin embargo, otras maneras de exteriorizar sentimientos requieren más esfuerzo. Traduciendo, significa que el resto de las manifestaciones usan de tres a cinco músculos que debemos coordinar. Así que nadie tiene una excusa para no hacerla. Es sencilla y logra grandes efectos en nosotros y los demás. Quizás, alguien se sienta decepcionado por no tener estudios científicos al respecto. Por favor, sepan, mi idea es que puedan entender cómo nos desestructura y lleva a un nuevo lugar. Los resultados los van a descubrir solos. Espero que, cada uno, pueda experimentar los beneficios de la sonrisa en su vida.

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Practica la sonrisa durante el día. Se puede hacer en cualquier momento y sin motivo. Vean que sensaciones despierta. Miren a su alrededor a ver cómo se comportan las personas. Incluso, si lo desean, lleven un registro de sus descubrimientos. Otra opción que tenemos es acercarnos a un conocido con semblante serio. A su lado le decimos – ¡Sonríe! – e, instantáneamente, lo hacemos nosotros. Una mueca de oreja a oreja. En lo personal, me divierte mucho esto. Revisa los resultados de la acción. Felicitaciones, obtuvimos el logro: Sorpresa

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¡Jajaja! Sí, sé que algunos están pensando exactamente eso. Ahora, ¿Nunca se detuvieron dos segundos a escucharse? Ese susurro que a veces se convierte en grito y llega a palabras. El dulce momento donde podemos encontrar nuestra esencia que nos dice – Sabes que te falta (agregue mensaje) y para completarte debes (agregue misión). Antes de seguir, aviso que voy a cambiar la redacción. A continuación vamos a buscar crear un momento privado y bello. Así que voy a dirigirme en singular. Luego, volveré a la redacción que estamos llevando. Es importante que ahora este sea tu momento, tu lugar: Por un momento, olvida todo. Al menos, trata de hacerlo. Ve a un lugar donde te sientas a gusto. El que desees. Bien. Ahora, acomódate lo más posible. Solo permanece con tus pensamientos y revé todo lo que desees. Déjate fluir. Si quieres, coloca música. La que más te llame. Deja que las notas calen hondo en tu ser. Bien profundo. Siente el ritmo. Déjate guiar, fluye. No importa si los pasos son aprendidos o inventados. Lo importante es que sueltes tu alma. Sacudas los cimientos de tu ser.

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El ritmo de nuestra alma

Compenétrate tanto con tu ritmo interno que no importa si termina el tema o no. Incluso vas a escuchar tu propia música, la melodía que es única a cada uno de nosotros. Si lo sientes, cántala. También es válido tararear, emitir sonidos, aplaudir, etc. Siente, fluye, existe. Tus ojos pueden estar cerrados o abiertos. Así y todo son capaces de “ver”. Esa melodía que sientes es tu alma que grita su libertad. Recién, si antes no lo habías intentado, la vuelves a experimentar de manera conciente. Se feliz siendo quien eres. Una vez que escuches su melodía jamás te dejará. De esa manera podrás entender mejor quien eres. ¿Si sumas esa melodía a tu vida diaria que ocurre? ¡Exacto! fluyes distinto. A un ritmo completamente diferente. Muy cómodo, propio. Permítete ser y fluir. Puede ser de cualquier forma. Desde un movimiento lento y corto a uno rápido y extenso. Ahora, deja que tu cuerpo te guíe. Deja que la esencia mágica te lleve a un nuevo lugar. Sentirás brotar una gran sonrisa en tu rostro. Una alegría inexplicable. Podrás sentir a todos los seres de luz que te rodean festejar junto a ti. Todos bailando a su ritmo, a su manera. Ahora, disfrútalo. Lo tienes bien ganado ¡Felicitaciones! Pueden preguntarme - ¿Hay otras formas? Yo les respondo - ¡Siempre! el baile puede ser una respuesta. Cada uno puede encontrar el medio que le resulte más fácil y rico. Único para cada uno.

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El ritmo de nuestra alma

La verdad, ya hicieron parte. Lo voy a presentar completo para que puedan seguir un hilo directo. Una opción es buscar una hoja, cuaderno o algo donde puedan redactar. También les hará falta algo para trazar. La idea es plasmar lo que piensan y sienten. Ahora, cierren los ojos un instante. Observen lo que piensan, sientan sus sentimientos (para eso están hechos). Ni bien crean que es correcto, expresen en palabras o dibujos lo que ocurre. Liberen todo lo que haya. Si hay ira dejen que salga. Permitan que se exprese de una forma creativa y no destructiva. Autoriza el conocerte. Puede salir cualquier cosa. No se limiten. Simplemente déjense ser. Lo primero que venga, lo siguiente y así sucesivamente. Disfruten creando. Cuando se sientan satisfechos paren y observen lo que hicieron. Si se trató de ira van a estar más relajados. - Muy bien. Ya lo hicimos ¿Cómo continúa? Como deseen. Pueden guardarlo para poder notar el cambio más adelante. También, tirarlo, quemarlo, etc. no hay drama. Lo que crean correcto. Puede llegar a ser un simbolismo de dejar ir lo viejo para poder permitir entrar a lo nuevo. ¡Felicidades! obtuvieron el logro: Fluyendo a tu ritmo

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El ritmo de nuestra alma

Esta puede ser un poco más difícil. Pues, estamos acostumbrados a estar en una sociedad sumamente acelerada y "ocupada". Siempre en el afuera. Difícilmente en el interior. Así que cuando nos ponemos cómodos en silencio comienzan mil imágenes y pensamientos a cruzar nuestro ser. Tratamos de bloquear para alcanzar la paz necesaria. Eso no funciona. Simplemente, luchamos. - ¿No es para nosotros? Puede ser. Igualmente, con un poco de práctica, creo, todos podemos lograrlo. Primero, no traten de bloquear o alejar nada que pase por ustedes. Dejen que lleguen, sientan, disfruten, entiendan, agradezcan. Hay muchas formas de poder llegar a ese punto que deseamos. No es necesario estar quietos en el lugar. Podemos lograrlo mientras bailamos, cantamos, caminamos, lavamos los platos, etc. ¿Qué tal si damos un paseo? Elijan un lugar que sientan suyo. Es más fácil concentrarse. Caminen, miren alrededor, disfruten todo y maravíllense con el ambiente y con ustedes. ¿Qué ocurre? ¿Una sensación aflora? Desplácense al ritmo que deseen. Si quieren empiecen a correr, háganlo. Lo que diga su cuerpo está bien. Si están en un parque pasen entre los árboles. Pueden tocarlos, agradecerles todo lo que hacen por nosotros ¿Sienten cómo van hacia la luz? Rumbo a ella. ¿Por qué no ser nosotros una luz brillante? En vez de buscar, serlo. Salgan de las sombras. Ellas no existen. 28

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Lleven su luz. Únanlas. Seguramente, si miran un instante su vida pueden ver los grandes motivos por los cuales ser felices. A veces, convertimos un problema en catástrofe. Nos gusta el drama. Cada uno elige dónde enfocarse. No le echen la culpa a nadie. Nosotros elegimos. ¿Mantuvimos el ritmo? Bueno. Sigan disfrutando. Dejen que su corazón se abra y expanda con la naturaleza. Si caminan por la ciudad, miren las edificaciones. Son increíbles. Maravillas creadas por nuestra raza. No se centren en la destrucción. Enfóquense en las creaciones. ¿Cuántos edificios son dignos de admiración?, ¿cuántas personas, sin motivo aparente, pueden despertar una sonrisa en ustedes? Caminen, troten, corran, disfruten; su ritmo, su ser. El de nadie más. Si sienten a alguien deseando que vayan más rápido, déjenlo pasar. Sigan su ritmo, sin miedo ¿Qué tenemos? un momento único, imperecedero para nosotros mismos. Uno que llena de regocijo nuestra vida. Nos hemos encontrado un rato más con nosotros mismos. ¡Cowabunga! obtuvimos el logro: Aventurero

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Hermana, amiga y compañera de la sonrisa. Llega como antesala, reemplazo momentáneo e, incluso, como conclusión a ella. Crea momentos de liberación. Despedimos contracturas según su nivel y duración. A veces, nos damos cuenta de nuestra propia tensión y seriedad al reírnos. Se afloja todo y nos duele porque volvemos a un estado relajado. Sin tensión. Podemos reír tanto que empezamos a llorar o nos hacemos pis encima ¿Es malo? ¡Para nada! Solamente tenemos que dosificar mejor los niveles. De una u otra manera, siempre nos sana por dentro. Tanto que la utilizan para ayudar en los tratamientos médicos. No le huyan. Aunque no tengamos ganas, riamos un rato. Probemos juntos: - ¡Jajaja! Tomamos aire y seguimos - ¡Jajaja! -¿Qué tal se sienten? ¿Mejor? Es tan sana que nos ayuda en todo ¿Qué pasa? Realmente, ¿vemos que el problema no es un problema? Dejamos de lado la seriedad para comprender que todo es parte de una gran aventura. Una misión que podemos afrontar con diversión. Está en cada uno elegir.

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¡Jajajaja!

Vayamos al cine a ver una película. Pero, ¿cómo que está caro? Muy bien. Tomemos alternativas: Internet, DVD, VHS, etc. lo importante es conseguir una para ver. Verdad, se me olvidó. Los géneros a investigar son el terror y la comedia. Un día vean una y vayan a dormir. Al despertarse anoten como descansaron y como se levantaron. Otro día, cambiamos el tema. Si primero nos asustamos, ahora nos vamos a reír o viceversa. Repetimos lo hecho la otra vez. Ni bien amanecemos tomamos nota. Así sigue fresco. Por último, comparen lo escrito. Ganamos el logro: Explorador Si están con ganas de actuar pueden sentir en su propia piel las emociones. Rueden cuantos cortometrajes quieran. Al menos, dos para que prueben distintos géneros. ¿Cómo se siente cada uno?

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¡Por supuesto que existe! ¡No hay lugar a dudas! Podemos ser coherentes en todo momento. Hay que escucharnos y ser honestos con nosotros mismos. Si no, nos sentiremos tristes y/o enojados. Son opciones viables. Pues, estaremos insatisfechos con nuestra vida ¿Por qué? Piensen, sientan. Sientan, piensen. Equilibren. Como dice Peggy Phoenix Dubro: “piensa con el corazón, siente con la mente” ¿Se dieron cuenta por qué? Espero que no hayan culpado a otro u otros ¡Jajaja! Prueben de vuelta, ¿dónde está la cuestión del tema? Todo esto ocurre por algo muy especial, sencillo y complejo. La coherencia de nuestro ser. ¿Cuántas veces hemos dicho que sí a algún favor, salida o algo que no quisiéramos hacer? Solo porque queríamos quedar bien o sentíamos que debíamos. Ahí empezamos a destruir nuestras partes. Para poder llevar una vida feliz debemos practicar. Llevar a cabo una tarea encomiable y hermosa, aceptarnos; ser claros con nosotros mismos y los demás. Expresar las palabras y sentimientos que tenemos.

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Coherencia

Si piensas en hacer algo. Hazlo. Si amas a alguien. Exprésalo. Puede ser un momento raro porque no todo el mundo está acostumbrado a expresarse en todo su esplendor. Al contrario, solemos hacerlo con el miedo de qué pueden pensar los demás. Otras veces con el “no me importa lo que piensen y/o sientan” se pueden decir palabras muy ofensivas a la otra persona e, incluso, para con uno mismo. Cuando logramos exteriorizar quienes somos por dentro nos liberamos. Cuando logramos expresarnos en acciones nos emocionamos ¿Qué esperamos? ¿El llamado de un ser celestial que nos acomode de un sacudón o nos realice una cirugía reconstructiva? Vengan, acérquense; les cuento un secreto. Ese ser especial y divino, ¡somos nosotros! Así que ya llegamos. La parte difícil, expresar cómo nos sentimos. La gente se puede enojar o tomarlo de cualquier manera. Al día de hoy, mis amigos me siguen gastando porque les dije Los amo. -Y la verdad, los amo. No hay nada de qué avergonzarse. Dicen que estamos en una sociedad sin censura; mas, constantemente, nos enseñan lo contrario. ¿Quieren “comportarse como niños” y tirarse al barro a jugar? ¿Construir un fuerte con colchones y almohadas? ¡Háganlo! Déjense fluir. Quien deba estar, estará. Y quien no, ya fue. Quedarán quienes nos acepten por quienes somos. Pero, hay una verdad esencial. Cómo podemos esperar que los demás nos respeten, amen y acepten si ni siquiera nosotros lo hacemos. Qué tan difícil puede ser ir a un espejo y

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Coherencia

decirnos “te amo”. Así de sencillo y complicado. Expresarnos desde el fondo de nuestro ser. El amor por nosotros. Vayamos a probar. Entonces, es esencial, expresar realmente quienes somos. Poder ser capaces de dejar el enojo, la ira y demás emociones negativas en pos de disfrutar la alegría, el amor y la libertad. Todos somos libres de ser como somos. Ahora recordemos, al expresarnos desde nuestra esencia vivimos muy diferente a lo conocido. Si alguien nos trata mal, ¿debemos ser peor que ellos? No. Si realmente somos coherentes con nosotros mismos podremos entender a los demás. Cada uno actúa condicionado por lo que aprendió. Entonces vivimos en amor compasivo. La unidad nos lleva a ese lugar. Ahí podemos entender a los demás. Sean honestos consigo mismos. Sean quienes son por dentro.

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Coherencia

Busquen un mapa y tracen un recorrido hasta algún punto. Sin embargo, al momento de salir a transitarlo, elijan otro camino. Algo distinto a lo planeado ¿Qué ocurrió? ¿Cómo se sintieron? Otra opción, vamos con otra persona y le contamos qué vamos a hacer. A continuación hacemos algo distinto a lo dicho ¿Cómo reaccionó? ¿Cómo reaccionamos? Con cualquiera de las dos actividades ganamos el logro: Paz

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- A ver, dime, qué tal salió ¿Excelente? ¡Yo lo hice! También, puede ocurrir lo contrario - ¿Todo al revés? No, yo solo hice lo que me mandaron – Lo leo y río. Cuántas veces tomamos la posta cuando algo sale bien. Si es lo contrario, pateamos la “culpa” hacia el otro lado. Gran dicotomía, aceptar lo que hicimos o no. Al fin y al cabo, nos hacemos responsables de lo que nos gusta. El resto lo mandamos a otro lado. ¿Esto qué genera? Que somos “víctimas” de las situaciones y de las personas. Cuando en realidad somos los creadores de nuestra propia vida. En el instante que lo aceptamos damos un paso ascendente. Ahí mismo pasamos de espectador a protagonista, director, animador, etc. Siempre podemos elegir de qué lado de la vereda estar. Viviremos según nuestra decisión. Podemos dejar que los demás escriban el guion de nuestra obra o ser nuestros propios escritores. Seleccionar cómo queremos que sea: dónde ocurre, qué hacemos, qué decimos, quién somos. También cómo vemos, qué vemos, qué oímos, cómo oímos. Absolutamente todo. Sí, es verdad, tenemos en el medio lo que hacen otras

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Yo soy el creador de mi propia vida

personas. Pero nosotros damos nuestro poder para que puedan ejercer su voluntad o no. Una situación que nos tiene mal puede resolverse sola, que lo haga otra persona, o la más divertida: salir a hacerlo nosotros. También existe otra verdad. Muchas veces hay partes de la historia que no podemos decidir, pues, es la película de otro. Sin embargo, nosotros podemos elegir cómo nos comportamos, qué decimos y qué sentimos. Nosotros elegimos por nosotros. Cada uno elige por sí mismo ¡Es una fusión de mundos! ¿Qué quieres dejar en el celuloide de otra persona? Por ello, cuando nos damos cuenta que alguien eligió por nosotros nos caemos al abismo. Empiezan los gritos y pataleos. Vociferamos: “¡es mi decisión!” Entonces cuando salimos del estado desesperado nos damos cuenta, se prende la lamparita. Si otra persona eligió en nuestro lugar es porque le dimos esa capacidad. Por ende, le cedimos nuestro poder. Dependiendo de nuestro interlocutor podemos sentarnos y hablar para comprendernos, aceptando lo ocurrido en el proceso. Entonces, aprendemos y crecemos. Somos más que antes, evolucionamos. Así que cuando dejamos ir el resultado en pos de dar nuestro mejor esfuerzo, decimos: –Voy a ser mi auténtico ser y que ocurra lo mejor para mi vida – Damos el permiso para que suceda el máximo potencial. Muchas veces, sin darnos cuenta, creamos los momentos más maravillosos en nuestras vidas. Decidimos crear un instante que va a resonar por la

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eternidad. Y el Universo, como resultado, nos brinda lo mejor para nosotros. Si somos responsables de nuestra vida, realmente, es más sencillo ser auténtico. Es decir, expresar indefectiblemente quienes somos. Entonces, cada parte divina entra a su ubicación correspondiente. La cadena de acontecimientos se alinea. Cambian nuestros nervios por nuestros deseos. Se produce una convergencia interna. Esto me recuerda al período de prueba para uno de los trabajos que tuve. Los benditos tres meses que marcan si quedas o no. Solo podía pensar en pagar el alquiler, la comida, ropa, etc. Estaba desesperado. Recuerdo la locura y desesperación que me corroían. Entonces decidí, a mi manera, accionar de la mejor manera posible: a puro corazón, al compás de mi alma. Los días restantes pasaron aceleradamente. De estar imaginando la reunión donde me decían – quedaste –o – gracias por participar –pasé a crear. Llegó la fecha límite y me citaron para notificarme. Escucho un “felicitaciones, estás adentro de la empresa” (carita sonriente) ¿Cuál creen que fue mi cara? ¿Mi respuesta? –Gracias, vuelvo al trabajo– Cuando caí en mi reacción me reí por dentro. Hoy en día me divierto con ella. Por ello es importante dejar el resultado de lado para estar atentos al camino, disfrutar cada paso. El final no es final. Es simplemente un comienzo nuevo. Una curva en el trayecto que hacemos. Si llegado ese momento somos capaces de

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aceptar que lo logramos, el andar se vuelve feliz y dichoso. Cada paso es una victoria. De lo contrario nos quedaríamos en el lugar en el que estábamos, sin saber qué hacer. Le dimos un punto final. Incluso, muchos pueden estancarse y creer que ese instante es perfecto. En vez de un camino, queda una isla. Tomando que algo es el “final” nos quedamos estáticos, contrario a la naturaleza cambiante de la vida. Nuestra alma está deseosa por conocer y aprender. La idea es poder ser como el océano. El Universo es infinito, también lo somos nosotros. Así que recuerden: vivan su vida, siempre somos responsables de ella. Vayamos a otro aspecto y retomemos con el título. Veamos según la R.A.E.1 qué significa culpa: “Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”. Ahora, busquemos el significado de Responsabilidad: “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Teniendo en cuenta esto, díganme ¿Pueden notar la diferencia de emplear una u otra palabra? Si las definiciones textuales no alcanzan, creemos una situación para ejemplificar: están en el trabajo y envían un chiste por mail. Entonces, su jefe los llama. Lo considera una transgresión a las normas de conducta. También hay compañeros a los que no les causó gracia y fueron a decirle. ¿Qué diferencia crea en nuestro diálogo emplear una u otra palabra? Veámoslo:

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Soy responsable de haber enviado el chiste y ustedes son responsables de cómo se sienten. Es mi culpa haber enviado el chiste y que todos se encuentren de esta manera. Se ve extraño. En la primera oración asumimos la responsabilidad por nuestros actos, pero no cargamos con los sentimientos y pensamientos de los demás. Ellos son quienes eligen su respuesta a lo ocurrido. Ahora, veamos la segunda. Asumimos que hicimos algo malo y de paso nos llevamos toda la carga emocional de nuestros compañeros. En vez de estar llevando nuestra existencia, empezamos a cargar a cuesta la de los demás. La culpa hace eso. Le damos el peso de nuestra vida a otro o tomamos la carga de otros como propia. Sobrecargamos nuestra espalda o la de un tercero. Damos nuestra energía a otra persona y tomamos la de otro. Ahí comienzan muchos conflictos. Eso sí, responsabilizarnos por lo que hacemos no significa que podamos hacer cualquier cosa. Recordemos: todo debe estar hecho desde el amor, la compasión, alegría y/o diversión. Empatía es un término que no debe sernos ajeno. Ahora, puede ser que obremos sin saber las consecuencias exactas de nuestros actos. Así que lo importante es aprender de ellas cuando las veamos. Si no, no creceremos. No evolucionaremos. Que ocurra esto no tiene gracia alguna.

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La carga de cada palabra es muy distinta, ¿verdad? Se va esa sensación horrible de haber hecho algo mal. En cambio, nos deja con un sentido sumamente grato y erguido como un roble. Aceptamos lo que hicimos y lo que no. Aceptamos que es nuestra vida y nosotros la construimos. Entonces, podemos hacer las cosas de otras maneras, que sean más aptas para uno y para todos.

Sé quién crea tu vida cooperando con los demás. No quien siga la creación de otro.

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Tomen una hoja y algo para dibujar. Transcriban de la forma que deseen lo que sientan y/o piensen sobre un tema en particular (por ej. amor, paisajes, familia, etc.). Sin seguir ningún tipo de regla, directiva ni nada similar. Hagan todo lo que quieran. Cuando estén satisfechos, nos vamos a la segunda parte. Consigan otro papel y llamen a alguien. Eligiendo el mismo tema que antes, pídanle que les diga paso a paso cómo hacer el dibujo. Entonces, vamos a seguir sus directivas. ¿Terminaron? ¿Ven diferencias entre ambos trabajos? ¿Cómo se sienten ustedes al respecto? Si se lo muestran a alguien van a sentir que el primero lo hicieron ustedes y que el segundo lo hizo otro. No importa si ustedes trazaron las líneas, crearon los círculos o escribieron las palabras. Porque no es de ustedes, le cedieron el poder a otro. Ahora, si salió bien, el ego puede decir - ¿Te gusta? Es mío -y si salió mal - es culpa de… También, revisen con cuál se divirtieron y sonrieron más. Esta experiencia les va a permitir elegir de qué lado quieren estar. Eso sí, no necesariamente es estática la elección. Siempre que queramos podemos cambiarla, buscando nuestro mayor bien y el de los demás.

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Bienaventurados, conseguimos el logro: Tomando las riendas

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Cuando crecemos vamos haciendo mella de nuestra parte juguetona e inocente. La cual, se maravilla y divierte de maneras completamente insólitas ¿Tan extrañas son éstas formas? o ¿nos olvidamos realmente lo que significa ser un niño? Lo que puedo responderles, desde mi experiencia, es que con esto de ser adultos maduros, responsables, etc. dejamos de lado toda diversión. No me refiero a que no sepamos o no podamos divertirnos. Solo que nos olvidamos realmente como hacerlo. Llenamos el hueco con compras, momentos superfluos y vanos. Dejamos, realmente, de lado todo lo que puede colmar de alegría nuestro corazón. Si tuviéramos cinco años de vuelta y nos viésemos ahora, ¿Qué nos diríamos? ¿Cuál sería la opinión sobre nuestra actual forma de ser? Sintámoslo. Permitamos que las incomodidades y las inseguridades salgan a flote. Pues, no vamos a estar en contra de todo lo que seamos ahora. Seguramente de algo esencial o específico. Esa chispa primigenia que se transforma en: ¿cuándo nos volvimos tan serios?, ¿cuándo dejamos de

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jugar?, ¿desde cuándo no nos interesa saber? La pregunta existe. Ésta versión nuestra es la que mantiene viva la chispa creativa. No es algo que simplemente esté inventando. Tratemos de meterle un poco de raciocinio. Ese que tanto puede gustar. ¿Podemos ver como perdimos el “y ¿por qué?”? La capacidad de maravillarnos al ver una mariposa, al descubrir algo nuevo. La esencia de apreciar lo magnífico de cada momento. Un instante donde todo es nuevo y podemos abrir nuestros ojos. Permitirnos apreciarlo y llenarnos de júbilo. Ahora me dirán: - pero si ya vi mucho. Me queda muy poco por conocer ¿Cuánto me puedo maravillar cuando mi vida es igual una y otra vez? Ahí es donde entra el niño ¿Me van a decir que es imposible caminar por la misma calle una y otra vez y no poder ver las maravillas que nos rodean? Sin importar su tamaño, podemos maravillarnos en cada instante. Está en nosotros. Deja que el niño salga a flote. Si ando muy equivocado, como pueden existir frases como: - ¿Estás jugando jueguitos? Eso es para chicos –o – ¿Por qué caminas tan raro? –A lo que respondemos – no puedo pisar la sombra. Solo los lugares donde da el Sol – en ese instante nos miran con reproche. Ahora, ¿qué tienen en común estas dos frases? Algo sencillo, el juicio. El que marca qué es de grandes y qué es de niños. La sonrisa verdadera, la real, es cuando nos alegramos. La que sale cuando dejamos libre a nuestro

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niño interior. No temamos ensuciarnos, inventar juegos ni divertirnos con una piedra o un palito. Nuestra imaginación permite que todo el mundo sea nuestro mundo ¿Desde cuándo nos olvidamos cómo crearlo? ¿Cuándo lo dejamos de lado? ¿Recordamos que no todo es como parece y que realmente es algo muy distinto a lo que creemos? Sí, puede ser que nuestro niño interior esté dolido. Sumamente herido. Me ha ocurrido. Al día de hoy, creo, que sigue sin estar completamente sano. Pero, hicimos un trato. ¿Quieren saber cómo es? Le extendí la mano para levantarlo, lo abracé bien fuerte y entre lágrimas le prometí: “estaremos siempre juntos. Así podemos crear la mejor vida para ambos. Una vida llena de diversión y amor. No dejaremos que nos vuelvan a lastimar. Pues ahora, estamos juntos. La versión “mayor” y “menor”. Ambos extremos que forman un equilibrio. Uno enciende la chispa divina de la maravilla. El otro la chispa divina de las posibilidades”. ¿A qué me refiero con lo de la chispa? A que el joven que está en nosotros sabe cómo mirar alrededor y siempre encontrar algo nuevo. Encontrar nuevas formas. Mientras que el adulto tiene la sabiduría para poder elegir sobre un abanico más amplio de opciones. Entonces, creamos el flujo perfecto para divertirnos y crear. Ahora, puede suceder que trabajemos todo el día en una oficina. Todo el mundo serio, al final es lo que esperan de nosotros. Los mails se consideran sumamente importantes. No podemos dejar que las

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sonrisas y los chistes surjan ¿Qué estamos haciendo? Una parte quiere otro tipo de vida y, nosotros, simplemente le otorgamos la que creemos que es correcta. Aunque, por dentro, la detestemos. Mientras tanto, por qué no buscar la manera de poder realizar las cosas de otra manera En el último trabajo me aburrí de estar enviando siempre los mismos y monótonos mails. Me dije: tratemos de dar algo distinto. -Empecé a utilizar el poco tiempo libre que podía crear para, junto a la información diaria, agregar alguna “tontera”. De esta manera surgieron cosas como “adivine las 7 diferencias” o cambiaba alguna parte para poder dejar fluir la creatividad. También, agregaba alguna frase al principio o al final. Algo que pudiese hacer reír o que llevase a salir del cuadrado estructurado en el que todos vivíamos. Si me preguntan: - ¿funcionó? - Solo de vez en cuando y con dos o tres personas sobre unas diez que éramos. - ¿Valió? ¡Por supuesto! Todo porque pude expresarme. Uno de los peores pecados, para mí, es autocensurarnos. Dejamos todo de lado cuando no exteriorizamos quienes somos. Nos morimos de a poco, amargamos y sufrimos. Caemos en conductas autodestructivas o momentos que odiamos. Sin saber cómo cambiar hasta que, en algún momento, damos con la solución. Eso sí, cuando no lo logramos, vivimos amargándonos y sufriendo. En el medio, como no

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queremos estar solos, hacemos que otros padezcan nuestra misma desdicha. Entonces, una gran burbuja negra cubre todo y ni ideamos cómo reventarla ¿Es así? ¡Vamos, sí que sabemos cómo! Debemos lograr lo más difícil para muchos de nosotros. Cambiar. Cambiar quiénes y cómo somos; cómo nos expresamos y movemos ¿Es eso, realmente, cambiar? o ¿simplemente significa quitarnos todo lo que sobra para poder dejar salir nuestra esencia? Descubramos cómo somos más felices. Si cooperando con nosotros mismos (niño y adulto) o encerrándonos en un recoveco olvidado y oscuro ¿Cuándo fue que dejamos de ser para poder aparentar? ¿Dónde empezó la imagen a ser más importante que la esencia? Pensemos en eso. Busquemos el momento. Ahora, limpiémonos; saquémonos todo. Desvistámonos de quién creemos ser para poder ser quienes somos. Si alguien realmente nos ama va a estar con nosotros por nuestra verdad. No por la “verdad”. Si alguien se va, simplemente, nos está haciendo un favor. Recordemos: Revivamos nuestro niño. Si está herido, busquemos sanarlo. Si está entero, aprovechemos la facilidad. Vivamos de vuelta por quien somos. No por quien creemos ser. Creemos por medio de nuestra esencia; de la diversión.

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Entremos al archivo de memorias y busquemos cualquier niño que conozcamos. Puede ser nuestro propio hijo o hija, un sobrino o sobrina, el peque de algún amigo ¿Lo hallamos? Entonces, un día, nos acercamos, colocamos a su altura y le preguntamos - ¿quieres que juguemos? – Durante el tiempo que compartamos, nos divertiremos juntos. Disfrutamos ser como éramos. Disfrutamos de nuestra imaginación. Disfrutamos nuestra creación. Seamos niños una vez más. ¿No conocemos ningún chicuelo? ¡Hagamos un enchastre! Compremos algo de plastilina en diferentes colores. Cuando tenemos todo, nos vamos a un lugar cómodo. Podemos sentarnos en una silla, sofá, piso, lo que esté disponible. Incluso, quedarnos parados ¿Listos? Ahora, mezclemos los elementos y creemos figuras. Simplemente juguemos. Si tenemos una idea para algo en concreto, ¡hagámoslo! Lo importante es no ponernos traba alguna. Fluyamos. ¿Ninguna de las anteriores es viable? Vayamos a nuestro cuarto, abramos el armario y saquemos toda la ropa. Tirémosla en algún lado y desnudémonos. Una vez que estemos “como Dios nos trajo al mundo”, nos cambiamos. Usemos lo que queramos, sin limitación. No importa si queda bien. Seamos creativos, mezclemos. Usemos un espejo para ver las grandes combinaciones que logramos.

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Otra gran opción es salir un día de lluvia. Caminar bajo el agua, jugar con los charcos. Ensuciarnos y, en el proceso, divertirnos. Con cualquiera de estos juegos obtenemos el logro: Recordando. Si vemos a los nenes jugar apreciaremos que disfrutan de todo. Crean su realidad. Crean sus propios juegos. Se maravillan. Buscan entender por medio de la diversión y el asombro ¿Qué esperamos para hacerlo nosotros?

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Muchas veces definimos quienes somos por medio de algunos atributos. Hacemos un listado con ellos y, ¡Listo! Felicidades. Ya podemos retirarnos. Terminamos de armar nuestra vida. El rompecabezas está entero. Suena a publicidad, ¿verdad? Pues, lo bueno, es una falacia. Más allá de la ilusión de completitud, siempre, podemos descubrir una parte nueva. Cada una de ellas busca transcribir nuestra alma en la Tierra. Todo es un hermoso viaje para que recolectemos éstas piezas. Nuestros pedazos esparcidos por el mundo entero. Cuando, por primera vez, nos enamoramos damos por hecho la existencia de Cupido. Nos trajo el amor y si por algún motivo “fallamos” nos sentimos desgarrados. Creemos que no va a volver a ocurrir. Dejamos que se lleven esa parte que nos enseñaron o la guardamos en lo más profundo. La olvidamos hasta que conocemos de vuelta “El Amor”. En ese instante regresa, cuando miramos la pieza notamos que está cambiada. No era así ¿Qué ocurrió? Crecimos. Incorporamos nuestra experiencia. Recordamos, entendimos. Viene mejorada.

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El rompecabezas

Pero, ¿si no pude crecer con lo que viví? Entonces, no notamos la diferencia. Ni bien llega se inserta en el mismo lugar, en la misma posición. No logra caber. Sentimos como empieza a sangrar. Abrimos una herida. Los borbotones carmesí nos llevan a morir momentánea o eternamente. Es toda nuestra elección; vivimos y con ello crecemos, o sufrimos y nos estancamos. Si aceptamos lo vivido como un aprendizaje salimos disparados. Ascendemos por nuestra espiral de evolución. Nunca vamos a poder retroceder. A lo sumo nos quedaremos un rato más donde estamos hasta que decidimos: “es tiempo de avanzar”. Podemos aplicarlo a distintas experiencias. Incluso, muchas piezas son tan magníficas que llegan, permanecen, completan y creemos que nunca habrá una mejor. De repente, descubrimos que sí. La nueva no suplanta la anterior. La complementa, cambia y hace más increíble. Pasamos de una normal a la versión cromada. Ahora, cuando alguien muere, nos duele. Se lleva esa parte nuestra. Sentimos un vacío en la vida. Esperen, ¿eso es verdad? ¿Es real? Al menos, nos enseñan: “toda persona que se va, no vuelve”. Me parece que hay algo extraño ¿No les parece? En realidad, esa persona, ese ser, nunca se va. Esa pieza permanece ahí. Tenemos dos opciones: sufrimos por su pérdida o celebramos su vida. Esa persona hizo la transición al Hogar, a La Fuente. Ya regresará de otra forma. Lo hará. Mientras tanto nos ayudó a completar

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El rompecabezas

nuestro rompecabezas y hacerlo aún más maravilloso. Eso sí, como todos somos únicos, debemos entender que el rompecabezas de cada uno también lo es. Tenemos distintas cantidades para armar e, incluso, formas diferentes. Estoy convencido de que cada vez somos más los que tomamos un nuevo juego que expanda el anterior. Seguir completando aún más quienes somos. Así podemos llegar a tocar la esencia de nuestro ser, traerlo completo a la Tierra y vivir como el Maestro/a que somos. Si, en algún momento, damos por sentado que ya está. Que logramos armarnos por completo. Se producen dos situaciones. Primero, le decimos a nuestro ser que ya hicimos todo lo que quisimos. Por lo cual, nuestro tiempo se acorta drásticamente. Segundo, nos limitamos. Eso significa, al dar por concretado nuestro rompecabezas, dejamos toda posibilidad de evolución. No nos permitimos seguir aprendiendo. Ahí generamos una perdida completa de sabor y gusto por nuestra encarnación. Toda posibilidad de disfrutar de la vida se esfuma en un instante. Como resultado, puede ser que volvamos a convertirnos en espíritu puro para re-encarnar de vuelta o nos den un lindo sacudón. Éste último nos permite abrir los ojos. Descubrir que aún queda mucho por aprender. Se produce una evolución de nuestro ser. Volvemos a convertirnos en ese niño donde coleccionamos figuritas para completar el álbum. Siempre, siempre, queda algo nuevo por agregar. Algo nuevo por descubrir y aprender. Nosotros somos

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El rompecabezas

los únicos que podemos limitarnos. Es nuestra decisión y elección si queremos seguir siendo más de quienes somos o no. Podemos maravillarnos con cada paso que damos o dejarnos caer en apatía. Siempre es nuestra elección. Por mi parte, elijo ser cada vez más mi esencia. Descubrir más de mí mismo ¿Qué eligen, ustedes?

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Busquemos dos imágenes impresas. Ambas de distinto tamaño. Pueden ser nuestras o de cualquier persona o escenario. ¿Ya tenemos todo? Seguimos y agarramos unas tijeras. Si están ausentes podemos usar las manos. Cortamos las fotos en distintas piezas y tamaños. Cuando terminamos, contamos la cantidad de recortes ¿Cuál tiene más? ¿Cuál es más sencilla de rearmar? Felicidades, obtuvimos el logro: Constancia

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El capítulo “El rompecabezas” lo iniciamos con un “Yo soy…” y ahora nos vamos al “Tú eres…”. También, pueden habernos dicho “Vos sos…”. A estas últimas frases le agregamos lo que nos dijeron, alias enseñaron que somos, y ¡voilà! Si antes no teníamos todo resuelto; ahora sí. ¿A qué nos referimos? Un comentario, una enseñanza, nos tildan en un lugar y nos dejan atrapados y confinados en una habitación muy específica. La cual debemos dejar atrás para poder expresarnos como sintamos mejor. Por ejemplo, nos gusta dibujar y nos avergonzamos de nuestras creaciones. Espera, ¿qué? ¿Por qué sucede eso? ¡Ah! Porque nos dijeron “sos malo dibujando”. Nos muestran obras de arte de genios en la materia. Una y otra vez, dicen que no servimos. En nuestra “inocencia”, les creemos. Coartamos nuestra expresión, nuestra creatividad porque alguien comenta que no somos aptos para ello ¿Qué podemos hacer? ¡Dibujar! Pintar, crear, etc. Esos grandes artistas que “saben” practicaron hora tras hora. Se dedicaron a ello. No hay nada de qué avergonzarse.

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¿Quién dices tú que yo soy?

Si dejamos que esas voces sean más fuerte que nuestro corazón, perdimos. Las actividades que realicemos tienen que ayudar a expresarnos y expandirnos. Quién sabe, incluso, puede ser que le dediques tanto tiempo que descubras que eres tan bueno como ellos. Incluso, “mejor”. Etiquetas negativas como: “te comportas mal”, “eres malo”, “peleador”, etc. Nos hacen mal. Sin embargo, también las buenas nos llevan a lugares difíciles de salir “hay, eres tan bueno”. Entonces, no podemos expresar nuestra bronca cuando estamos enojados porque somos buenos. Así que es necesario quitarlas. Dejarlas ir para poder estar en blanco y ser quienes queramos ser. Escuchar nuestro latido y seguirlo puede ser lo más reconfortante en nuestra vida.

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¿Quién dices tú que yo soy?

Consigamos unas Post Its (esos papeles de color con pegamento en un segmento). Ahora, escribamos todo lo que sintamos que etiqueta (atributos, habilidades, títulos, formas, etc.). Uno por hoja. Usemos todas las que queramos. ¿Terminamos? Comencemos a pegarlas en algún lado; también, nuestro cuerpo es válido. Una vez que estén todas en “su lugar” agarramos y las sacudimos ¡Dejémoslas caer, saquémoslas de ahí! ¿Están todas en el suelo? ¿Cómo se sintieron? A mí me saben como una armadura pesada. La cual, no nos deja movernos y expresarnos con soltura. Tal cual le ocurre al “El Caballero de la Armadura Oxidada”. Incluso, pueden representar los, tan famosos, zapatos de cemento en las películas de mafiosos. Los cuales nos llevan hasta el fondo del río y no podemos salir de él. Felicidades, atrajimos el logro: Liberación

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- ¡Muy bien! ¡Llegó la hora! –con emoción sujetamos nuestra última compra y nos disponemos a aprender cómo funciona. Para ello, agarramos el manual de usuario. Nos encontramos con doscientas cincuenta páginas en español. Nos quedamos atónitos ante la gran cantidad de información. Recuperados, decidimos ser valientes. Nos adentramos al mundo habitado por miles de palabras. Leemos con ímpetu hasta llegar a la número tres. Nos aburrimos por completo. El español parece un idioma extranjero desconocido. Mucha información, mucho para leer y solo queremos experimentar como funciona lo que compramos. Cansados de realizar el doctorado para poder utilizar nuestro nuevo “juguete”, nos lanzamos sin más a su uso. Puede ser que la experiencia previa nos salve, o nos hunda. Si no hicimos algo indebido según el manual, que no leímos, la garantía nos cubre. En caso contrario a chillar a otra parte. Quizás, por un tiempo, nos quedamos mal por la situación. Pero, ni bien recuperamos el aliento, arrematamos con otra posibilidad.

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Eso no está en mis planes

Probamos una vez más. Incluso, buscamos arreglarlo nosotros mismos. En algún momento, damos con el clavo y solucionamos todo. En otra instancia, terminamos de romperlo y salimos en búsqueda de uno nuevo. Nos puede ocurrir a todos. Las reglas nos cansan y más cuando es una tras otra. Pareciera que debiésemos hacer un estudio aparte para comprender como funcionan muchas cosas. Incluso, nosotros mismos, en pos de encontrar orden, seguridad y confort creamos nuestras propias reglas y rituales. Todo lo hacemos de una determinada manera. Así, por incertidumbre, no estallamos en un momento de agónica desesperación. Sí, es una exageración. Lo sé. Ahora, si la vida llegase con cuarenta tomos de cómo vivirla, ¿los leeríamos? Creo que no. Al menos, la gran parte de la población no lo haríamos. No es porque nos guste ser “ignorantes” ¿La razón? Nos gusta experimentar. Descubrir por nuestros propios medios cómo funciona y qué es lo mejor para nosotros. Nos divertimos por medio de la práctica. Al menos, en algún momento lo hacemos. Por ejemplo, ¿cuántas situaciones “bochornosas” tuvimos en la vida? Pasado un tiempo, nos reunimos de vuelta entre los participantes y reímos. Incluso, pasa a ser una anécdota que contamos para divertirnos un rato. Díganme, ¿cuál es el sentido de querer controlar todo? Si seguimos sumando reglas, rituales, obligaciones, etc. nos estamos limitando. Sesgamos nuestro mundo. Ni bien llega una sorpresa, o un cambio no planificado,

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Eso no está en mis planes

nos angustiamos ante la situación. Entonces, tenemos tres opciones: volvernos locos, re-organizar todo y/o aprender a improvisar. Si dejamos que la mente creativa tome el mando, nos otorgamos flexibilidad. La necesaria para permitirnos ser más expresivos con nosotros y los demás. Así que, ¿cuántas veces nos embarullamos de más? Hay momentos en que agregar no significa mejorar. Al contrario, acortamos las opciones y desarrollos. Lo cual, me recuerda a un mail con fotos de estatuas construidas con mármol. Ellas estaban siendo escoltadas por un escueto texto: “es uno de los materiales más duros del planeta (mineral de dureza 3 escala de Friedrich Mohs). No permite la adhesión. Por ello, solo se trabaja por sustracción”. Es decir, si dimos una cincelada de más podemos “arruinar” todo. Deberemos empezar de cero. Si es que podemos permitirnos comprar otra pieza con la cual trabajar. Ahora, si hicimos todo bien, logramos sacar capa tras capa para dejar expuesta la belleza que contenía el bloque. La misma que ven nuestros corazones. En nuestra vida pasa exactamente lo mismo. Muchas veces nos volvemos tan estrictos que agregamos, una y otra vez, ropa a nuestro cuerpo. Cuando nos queremos acordar somos incapaces de dar un paso sin caernos. La idea es que podamos mirar nuestra vida y descubrir qué tenemos atiborrado en nosotros. Cuánto realmente nos sirve y cuánto no. Aprender a sacarnos lo que está de más y permitirnos expresar con mayor libertad y flexibilidad. Dejemos que

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nuestro ser fluya a su propio ritmo. Aprendamos a bailar al compás de él y de los demás. Así creamos nueva música.

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Eso no está en mis planes

Organicemos una salida, hagamos todos los planes. Quiénes vamos, cómo viajamos, cuánto sale, el tiempo dedicado a cada lugar, etc. Todo ordenado de principio a fin. Mejor si hacemos un listado o mapa. ¿Tienen todo listo? Tiremos lo hecho, tratemos de olvidar las partes y dejemos que fluyan nuevas. Atrevámonos a experimentar. También, podemos hacerlo con una receta de cocina. Leemos una, la hacemos “desaparecer” y empezamos con lo que recordamos. La desesperación puede tomarnos. Liberémonos y realicémosla como creemos que es. Felicitaciones, conseguimos el logro: Temerario Por un tiempo, si es necesario, armemos todo. Luego, dejemos que la vida nos sorprenda. Quizás hicimos una salida y, de repente, alguien nos invita a otra ¿Puede ser tan malo decirle que no a los planes e improvisar un rato? ¡Disfrutemos!

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¡Es hora de jugar! Tomemos un bol y llénenoslo de distintos ingredientes. Para agregar diversión, los mezclamos con las manos. Revolvemos, creamos, nos divertimos ¡Bien! ¿Qué formamos? Algo completamente nuevo. Seguramente, algo que no esperábamos o, de alguna manera, si lo hacíamos ¡Jajaja! Es como hacer una torta. Juntamos los ingredientes, metemos al horno y sale ese bizcochuelo suculento. Ahora, nosotros actuamos de la misma manera. Todo lo que introducimos en nosotros se transforma en lo que somos. Incluso, lo que hacemos hacia afuera. Es divertido saber que lo externo e interno nos modifica en parte o por completo, ¿verdad? Por eso es importante la coherencia con nosotros mismos. Es importante lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Si llevamos desgracia, mala onda, quejas de un lado para el otro seremos eso. Estaremos rodeados de ello. En cambio, si elegimos ser nosotros mismos, expresamos nuestro amor, compasión, alegría, etc. Seremos ese conjunto. Lo que queramos ser seremos.

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Primero un poco de vinagre. Ahora, bicarbonato… ¡Wow!”

También, elegimos quién puede moldearnos y quién no. Si dejamos que otra persona coloque en nosotros algo, va a producir una alquimia. Está en cada uno aceptar lo que otro puede producirnos. Así es como nos forjamos. Lo bueno es que, como una fórmula matemática o un experimento químico, podemos cambiar. No importa nuestro estado actual. No importa como es nuestra vida en estos momentos. Pues, podemos cambiarla tanto como deseemos. El tiempo transcurrido será proporcional al que necesitemos. Lo manifestaremos. Debemos ser constante y consistentes. Igualmente, recordemos, un tropiezo no es fallo. Aunque queramos, es imposible volver atrás. Una vez que iniciamos la transformación, ésta sigue ocurriendo; con “suerte” podemos dejarla donde está para luego retomar. Si, lo requerimos, modificamos los ingredientes. Sin importar el pasado o futuro, todo depende del aquí y ahora. El presente. Lo que queramos crear debemos hacerlo en estos instantes. Descubrimos que nuestra alquimia marca “El Todo”. Tomamos quienes fuimos, somos y queremos ser; agregamos lo que deseamos y llevamos a cabo la transformación. Los niveles alcanzados pueden producir que, amigos y familiares, nos vean y digan – vos no sos (agregamos nuestro nombre) ¿Dónde lo dejaste? -Puede ser sumamente divertido. Cambiamos tanto que, al mirar hacia “atrás”, no somos capaces de identificarnos. Nos renovamos.

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Primero un poco de vinagre. Ahora, bicarbonato… ¡Wow!”

Ahora, me entraron ganas de que vayamos a la numerología. Según palabras de Lee Carroll (canalizador original de Kryon), el tres es un catalizador. Se refiere a lo creativo, a la energía de la alegría y del niño interior. Incluso, en su libro “Las doce capas del ADN”1 mencionan que es una energía que crea o acelera una reacción cuando dos cosas se juntan. Sin necesidad de que ésta sustancia cambie junto a ellas. Lleva aun cambio. ¿Esto qué significa para nosotros? Es como les mencioné antes, elegimos en qué convertirnos. Somos quienes autorizamos el cambio. También, referencia al que producimos en nuestro entorno. Nuestro medioambiente. Simplemente siendo quienes somos. Nos transformamos en la sustancia catalizadora. Además, menciona que incluye la alegría y el niño interior. Que oportuno para mí, ¿verdad? ¡Jajaja! En mi fuero interno y externo lo tomo de la siguiente manera: mientras disfrutemos, mientras demos pasos con alegría hacia los potenciales y nos divirtamos, más cambio produciremos. No es necesario que busquemos ser alguien más o un resultado fijo. Lo único, es disfrutar de la vida, permitirnos ser felices. Entonces, todo cambio se producirá de forma indefectible. Puede ser que a los demás no les guste. Sin embargo, qué es lo importante ¿Nosotros o los otros? Tic, tac, tic, tac. Les respondo: - Ambos –Pues, mientras, en mayor medida, seamos nuestra esencia, más felices seremos. Entonces, esa alegría se extenderá y cambiaría todo lo que encuentre. Hay distintas

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Primero un poco de vinagre. Ahora, bicarbonato… ¡Wow!”

posibilidades con este cambio. Las personas que nos rodean pueden seleccionar el enojo y alejarse. Aunque parezca “raro”, seguramente, nos estén haciendo un favor. Aligeran la energía alrededor nuestro y nos permiten fluir con mayor gracia. La imagen que más se asemeja es la de una pileta. Cuando está llena de agua nos es dificultoso caminar. Ahora, si la vaciamos, qué tan difícil es. Acá ocurre lo mismo. La energía se ablanda y nos permite un paso más suave. La otra opción es que la gente se contagie de nuestra energía y deseen lo mismo para ellos. Empiezan a preguntar cómo lo logramos. Así pueden descubrir de qué manera aplicarlo a su propia vida. Colmarse de alegría como nosotros. Lo importante es cómo caminemos. No el objetivo. Si vamos con dicha y alegría el clímax será aún mayor. Si vamos con semblante serio y sin disfrute, el final puede saber amargo. La cuestión es, ¿quién quieres ser? ¿Qué elijes mezclar en tu interior?

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Primero un poco de vinagre. Ahora, bicarbonato… ¡Wow!”

Si no probamos con el principio podemos: Usamos los ladrillos de juguete para crear lo que queramos. Agarramos unas acuarelas y un lienzo. Mezclamos todo y dejamos que la magia ocurra. Un instrumento musical. Intercambiamos notas para ver qué sonidos podemos generar. Con cualquiera de ellas ganamos el logro: Al-khīmiyā

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Si me preguntan, cuál es una de mis habilidades favoritas puedo responderles – hacer magia. –Lo amo, es maravilloso. Pero, esperen, ¿qué tipo de magia se están imaginando? Pueden ser los grandes “magos” o, mejor llamados, ilusionistas. Aquellos que juegan con nuestros sentidos. Nos presentan obras maravillosas, de ensueño. También, tenemos al elemental, nigromante, sanador; un Harry Potter, Gandalf, Raistlin, Merlín, el que les venga en mente. Igual, no me refiero exactamente a eso. Uno puede soñarlo, evocarlo o visualizarlo. Funciona como herramienta para divertirse y despertar grandes dones latentes. Pueden encender chispas de iluminación. Trayendo grandes y magníficas ideas. Ahora, explícitamente, me refiero a que podemos, realmente, realizar magia. Eso significa, crear un “milagro”. Una posibilidad donde antes no existía o, quizás, podíamos verla. Pero, al no creer lo suficiente en ella es imposible convertirla en realidad. Es gracioso, recuerdo ejemplos y me divierto. El que más me gusta es el siguiente: en nuestra mente existe una multitud de voces. La gran diferencia la otorga cuál es la más fuerte. Algunas gritan con alegría -

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Es hora de... ¡hacer magia!

sé que puede lograse. Hagámoslo. -pero, se alza la mayoría refunfuñando – es imposible. Realmente no puede lograrse.- Entonces, el mayor grupo ahoga a la minoría. Convirtiendo la magia en algo no practicable. Al decidir, cuál de ellas tiene razón, estamos creando la realidad. Así que, ¿a cuál le seguimos la corriente? A la “pequeña” que grita diciendo que es posible o a la otra que dice lo contrario. Ahí es donde radica la esencia de la verdad. Ahora, si un científico nos dice, qué es verdad y qué no ¿Vamos a anteponer su dicho a nuestra voz interior? Quizás lo hagamos. A veces ellos funcionan como un comprobante de lo que sabemos. Así que nos vamos a la física cuántica. Ella explica que el Universo está hecho de posibilidades. Somos nosotros los que elegimos cuál de todas ellas manifestar. Muchas veces seleccionamos de forma inconsciente. Si lo hacemos a voluntad qué repercusión puede tener. Seguramente, cambiar nuestra existencia por completo. En este cálculo, es donde entra la magia. Elegimos la chance que más nos gusta. La que sabemos posible, por más que digan lo contrario. Ahí creamos un “milagro”. Irrumpe en juego todo lo que hacemos, la conexión que tenemos con el todo y nosotros. Sin embargo, cuando pasa el tiempo nos damos cuenta de algo. Mientras más grande el “obstáculo”, más magia queremos crear. Podemos sentirnos abrumados y, de alguna manera, esperanzados. Siempre alguien en nuestro interior grita – ¡Es posible!

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¡Hazlo! -cuando creemos y accionamos en base a ello, generamos el milagro. Cuántas veces nuestros oídos escucharon: “no es posible, ve a lo seguro”, “déjate de tonteras”, “es simplemente un sueño”, en otras frases. Es cuando más ganas tenemos de demostrar lo contrario ¿No es así? Sabemos que podemos, mas no cómo. Divierte ver el océano de posibilidades. Nos lanzamos a nadar y, con una sonrisa burlona o picaresca, nos decimos – ¡Es hora de hacer magia! Entonces nuestras células vibran de emoción y felicidad. Cada parte de nuestro se regodea por recordar lo “imposible” y convertirlo posible. Creamos el milagro que creyeron ilusión. Solamente nosotros lo vimos real. Cuando nos preguntan cómo lo hicimos, respondemos: - magia. La vida que queremos la creamos por medio de nuestra elección. La pregunta es, ¿cuán posible nos parece? En esa respuesta radica la construcción del puente. Unimos una punta con la otra o nunca existe esa conjunción ¿Es definitivo? Depende de nosotros. ¿Podemos ver todo el camino frente a nosotros? A veces, puede ocurrir. En otros momentos, solo tenemos la sensación de que es posible. Aparece un solo paso en nuestra mente. Gracias a nuestra intención e intuición, iniciamos el recorrido en la dirección correcta. Aunque, muchas veces, simplemente sirva de ejercicio para vernos crecer y evolucionar. Recuerden, el trayecto es más bello que la meta. Nos conduce a ella y, cuando la alcanzamos, nos damos cuenta que es el nexo a nuestra siguiente aventura. El objetivo se transforma en

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instante. Un momento que abre nuevas posibilidades y sueños. Incluso, a medida que avancemos, puede ocurrir que lo deseado al principio no sea realmente lo que queremos con toda nuestra alma. Podemos mostrarnos testarudos y seguir avanzando. Mínimo hasta que choquemos con una pared y digamos – es verdad, mejor apoyemos a nuestro corazón. -Sabio es hallar que cambiamos y proseguir por esa variación. Testarudo es continuar por el mismo lugar cuando nuestra alma ya está en otro sitio. Hagámosle caso a nuestro ser, esencia, creatividad misma. Seamos honestos con nosotros para que toda nuestra vida cambie. Partamos rumbo a la novedad y la magia. Un secreto, parte de la esencia es hacerlo porque sabemos que es posible. No porque queramos que los demás crean que es factible. Lo hacemos porque es para nosotros. A medida que avancemos con nuestra energía podremos ver cómo la onda se extiende. Su resonancia llega a distintas personas y ellas, junto a nosotros, también cambian. No debemos temerle. Es sumamente natural y Universal. Agradezcámosle y sigamos por el camino. Sigamos avanzando. Si hay una curva, tomémosla. Puede ser que potencie, aún más, toda la diversión de todo el proceso. Aunque, también, existen momentos donde queremos aplicar nuestra magia y no funciona. Poseemos un problema y no podemos encontrar una solución ¿Significa que estamos fallando? No. Hay dos factores en la ecuación. Primero, el libre albedrio. Todos los seres humanos y Gaia poseemos, como primera ley,

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la libre elección. Todos elegimos lo que queremos y lo que no. Hay momentos donde nuestro camino se cruza con el del otro. Entra en juego lo que esa persona desea. Si nos parece necesario, hacemos esfuerzos sobre humanos por conseguir que cambie. Indefectiblemente perdemos. Lo que realmente seleccionamos es si, nosotros, queremos cambiar o no. Los únicos que elegimos por y hacia dónde y cómo transitar somos nosotros. Por lo cual, debemos respetar la elección del otro. No se desesperen. Cada individuo, en algún momento u otro, entra en el ritmo divino. Y siempre, las piezas se acomodan. Puede variar el objetivo, las personas que participen o no. Como segundo factor hallamos que un problema a veces no lo es ¿Qué significa? Un problema lo es cuando tiene solución. Si no tiene, no lo es. Entonces, cuando vemos que una situación es irresoluble debemos corrernos a un costado y seguir de otra manera. En algún momento, puede surgir una posibilidad de cambiarla. Incluso, llegar a resolverse “sola”. Es importante no enroscarnos. Podemos descubrir una dirección mejor. Hay algo que deseo compartir con ustedes. En algunas ocasiones, podemos ver las posibilidades de nuestras elecciones. El potencial a desencadenar y, de alguna forma, nunca llegar. Esto puede deberse a que nuestra alma ya eligió una dirección. Si ocurre, es mejor seguirla. Pues, siempre, es un lugar que desconocemos. El Oasis jamás creado. No puedo mentirles, tuve sueños, vi potenciales y nunca los alcancé. Hoy en día, logré

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amigarme con ellos. Descubrí que fueron transiciones ¿Hacia dónde? El mayor bien para mi esencia. Si vemos que el camino se modifica, si el objetivo cambia, es porque nos espera algo magnífico. Es importante, darnos permiso para circularlo sin desdén. Al aunar nuestra energía humana con la del alma, podemos lograr toda la magia que deseemos. Nos convertimos en la prueba fehaciente de que, realmente, existe. Nuestra felicidad y gracia al fluir demuestran que es posible. Ya es tiempo. Permitamos que la magia se manifieste en nuestra vida. Nosotros somos ella. Todos la personificamos. Permitámosle al ser el creativo manifestarse. Generemos una vida sin limitaciones. Abramos, aún más, los campos potenciales. Seamos nuestra esencia. Seamos la chispa de nuestro ser. Nuestra alma siempre esperó que le permitamos entrar. Los seres de luz siempre nos acompañan. Solo debemos dirigirnos a ellos. Lo que permitimos, ocurre. Somos nuestro propio creador. Somos nuestro propio Dios. Namaste, bellos ángeles.

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Primero, nos ponemos cómodos. Luego, frotamos las manos entre sí; si lo deseamos, podemos usar los pies u otra parte del cuerpo. Para describir el ejercicio voy a considerar que elegimos las manos. Cuando sentimos temperatura, superior a la normal, podemos parar. Las dejamos pegadas un rato, contamos hasta cuarenta. Separamos un poco y movemos lentamente. Arriba, abajo, derecha e izquierda. Nos concentramos, qué sentimos (cosquilleos, electricidad, calor, una masa chiclosa, etc.). No limitamos las posibilidades ni las censuramos. Ahora, manteniéndolas enfrentadas, las alejamos un poco más. Giramos una y, después, la otra. Lo hacemos por separado y juntas. En sentido horario y contra-horario. Las aproximamos y distanciamos a un ritmo constante. Sintamos. Todo el ejercicio se trata de eso. Una vez que ganamos práctica, jugamos con ellas. Podemos visualizar, imaginar, pensar, sentir, etc. que estamos manejando algún elemento en particular. Incluso varios. Por ejemplo, hacemos una pelota y la pasamos de un lado a otro. Si no nos gusta la idea, creamos, en una de las palmas, una “pileta”. Elegimos un dedo de la mano libre y creamos remolinos en el “agua”. Juguemos. Siempre juguemos. Permitamos que el niño salga para hacerlo posible. Otra opción es simular que tenemos una trampa china para dedos.

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Lo que sentimos es nuestra energía. Descubrimos otra forma de percibir. Nos ayuda a abrir el campo de posibilidades. Rompemos, otra vez, la caja que nos rodea. Segundo esparcimiento, nos paramos frente a un espejo. Nos miramos fijamente a los ojos. Si es nuestra primera vez, puede ser algo incómodo o desconcertante. Estamos tratando de llegar a nuestra alma. Si surge un problema en nuestra mente, dejémoslo estar. Observémoslo. Sabemos que tiene solución. Lo miramos burlonamente y decimos – es hora de hacer magia. – Una sonrisa de victoria se dibuja en nuestro rostro. Autorizamos el surgimiento de las posibilidades. Con cualquiera de las dos actividades obtenemos el logro: Mago sin Parangón

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Uno suele estar haciendo algo mientras se dedica, al mismo tiempo a otra actividad. Incluso, estamos pensando o sintiendo otra situación. Dejamos de estar presentes. Durante ese período, nos vamos a otro que todavía no existe. Un ejemplo, mientras bebemos podemos estar pensando en cómo estuvo el día o qué podemos comer. Por ende, no disfrutamos plenamente el momento. No nos detenemos a sentir cómo el líquido refresca nuestro cuerpo y llega a cada rincón del mismo. Si logramos esto último, estamos presentes en el aquí y ahora. Es estar enfocado plenamente en la acción que tomamos. Disfrutarla a pleno y, como efecto, conseguir la mejor situación y/o resultado posible. Estar conciente plenamente de lo que estamos haciendo a cada momento lleva a un estado de vida muy distinto. Dejamos de estar automatizados para poder crear a conciencia todo lo que queremos. Esto incluye los pensamientos y sentimientos. Cuantas veces dijimos: “perdona, no fue mi intención. Estuve enojado y salió lo que salió”. Es verdad, en algún lugar, estaba guardado. Sin embargo, también, lo dijimos reactivamente. Llevándonos a

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Un acto transformado en conciencia

perder la posibilidad de elegir cómo queremos ser y quiénes somos. Desaprovechamos la capacidad de seleccionar nuestro caminar. Nos transformamos en espectadores de los mecanismos que poseemos. Es verdad que tenemos actividades automatizadas para poder gastar menos energía. Evitar pensar constantemente cómo hacerlas y enfocarnos más en lo que necesitamos. Lo importante es no vivir en piloto automático. Ahora mismo, dejo que mis dedos busquen sistemáticamente cada tecla. Mientras, transcribo la información. Me enfoco en lo que escribo. Ahora, al redactar la situación, mi atención sobre el hecho hace que busque ser conciente del movimiento. La presión que ejercen sobre las teclas y, por medio del tacto, saber cómo se siente. Escucho la música que emana del teclado. La cual varía según mi interacción con él. Además, recuerdo mi cuerpo. No son solo mis ojos mirando la pantalla, viendo pasar las palabras. Es mi biología optimizando los movimientos en donde corresponde. Esto, para mí, es estar presentes. Revisamos nuestras acciones programadas para entrar conscientemente en nuestro ser. Miramos cómo hacemos las cosas. Ver si podemos y/o queremos cambiar algo. Si nos vamos al futuro, creamos ansiedad. Si viajamos al pasado, traemos nostalgia y/o dolor. En cambio, si vivimos presentes en lo que hacemos construimos a partir de ello. Eso que creamos es lo que atraemos. Incluso, cambiamos el pasado y el futuro.

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Pues, el presente es una amalgama de ambos tiempos. Todo lo que traemos a este instante es lo que existe. Somos el resultado de nuestras decisiones. Cada una, da forma a todo lo que somos. Podemos cambiar la energía de nuestras memorias y sueños. Revisemos nuestro interior, ¿seguimos viviendo en un recuerdo? ¿Nos encerramos en sus paredes o buscamos la forma de sanar? ¿Qué deseamos para nuestra vida? ¿De qué nos creemos capaces? En ese instante, en el que decidimos transmutarnos, cambiamos la amalgama. Quizás, las escenas, ronden nuestra mente y corazón. Sin embargo, la forma en que lo harán, será completamente distinta. Podemos lograr algo positivo con ellas. Al cambiar su estado modificamos nuestro presente. Pues, las decisiones son completamente diferentes. Estamos tomando caminos diametralmente opuestos. Por lo cual, también lo hace nuestro futuro. Todo esto nos guía a indagarnos: Si vivimos en el presente, ¿existe el tiempo? Hasta donde pude aprender, en sí, no existe. En muchos lugares podemos leer al respecto. Sin embargo, nosotros seguimos, de alguna forma, moviéndonos a través de él. Podemos tomarlo como limitante para nosotros o no. Si creemos que poseemos un lapso determinado en la Tierra así será. Pero, si realmente creemos que no existe y que vamos a poder hacer todo, también, es así. Las leyes están cambiando y lo seguirán haciendo. Así que, no nos preocupemos. Lo que hoy parece imposible de lograr, va a ser completamente posible. Dependerá de

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nuestro marco de referencia, de nuestras creencias y en qué Tierra queramos vivir. Eso sí, ¿saben cómo podemos sacarle jugo? El marco temporal nos sirve para organizarnos. No solamente en nuestra vida diaria. También, nos ayuda a organizarnos entre todos nosotros. Podemos tomarlo para poder crear libremente nuestra vida o como las cadenas de la muerte que nos acechan. Sí, lo expreso de manera extremista. Sin embargo, el ser humano suele aprender mejor viendo los extremos. Cuando los entiende, pueda balancearlos y llevarlos al equilibrio perfecto para sí mismos. Aprovechemos el ahora para crear la vida que deseamos. Pues ahí generamos el empujón que necesitamos para poder lograrlo.

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Busquemos por internet mandalas para colorear. También, podemos crearlos nosotros o comprarlos impresos. Cuando lo tenemos, le sacamos una o dos copias, tomamos las pinturas (crayones, acuarelas, biromes, lápices, etc.) y coloreamos uno. Dejamos pasar días, semanas o meses y pintamos una de las copias. ¿Podemos notar alguna diferencia? ¿Pintamos con los mismos colores y/o herramientas? Felicidades por completarlo. Obtuvimos el logro: Aquí y ahora

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¡Nop! No es una persona llamando nuestra atención. No es nuestro espíritu diciéndonos dónde encontrarlo. Acá hablamos de algo, también, profundo y verdadero: las células. Cuántas veces paramos a preguntarles: - ¿cómo están?, ¿qué necesitamos? -¿Buscamos su sabiduría? Nuestro cuerpo humano es perfecto. Divino en toda su creación. Sí, tiene “defectos”. Son parte de nuestros contratos de vida. La lección que traemos antes de encarnar. Sin embargo, en este mismo instante, nos enfocamos en qué nos dice. Quizás, escuchamos a otras personas decirnos lo que debemos o no comer. La cantidad de actividad física a realizar y cómo cuidar nuestro templo biológico. Mas, cuántas veces buscamos en nosotros. Le preguntamos a nuestras células qué opinan, qué nos dicen. El principal problema es que estamos escuchando fuera y no dentro. Nuestro ser “biológico” nos está hablando constantemente. De repente dijimos “soy vegetariano” y, por algún motivo, cuando vemos carne se nos hace “agua a la boca”. Comemos un poco y ya estamos satisfechos. Seguramente, con el bocado

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¡Acá estamos!

que dimos no requerimos ese alimento por un tiempo. Pero, en ese instante, el cuerpo nos dijo “la necesito”. Preguntémosle al cuerpo cómo se siente ¿Una lesión? Seguro quiere llevar nuestra atención a algo ¿Una enfermedad? Ellas son el relato externo de lo que ocurre por dentro. Un producto, nos demos cuenta o no, de pensamientos y/o sentimientos que nos hacen mal. Lo que necesitamos es empezar a hablar con nuestro cuerpo. Literalmente, en voz alta. Él dialoga con nosotros. Qué mejor forma de permanecer jóvenes y tener el estado físico “ideal”. Tener a las células trabajando a pleno potencial. Siendo su mejor versión. Ellas nos muestran qué comer y qué no. Cuánta gimnasia podemos llevar a cabo o qué tipo de medico debemos ver. En mi caso particular, encontré que, cuando no debo hacer algo, el cuerpo me lo enseña. Dispara un dolor para que le preste atención. Ni bien lo descubro paro y, con ello, el suplicio. Si me dan ganas de algo, le prestó atención. Si doy en el clavo, las células vibran de emoción. Ahora, ¿qué es óptimo y que no? Óptimo es un cuerpo que nos permite efectuar lo queramos sin dolores ni problemas. No si pesamos una determinada cantidad de kilos. De repente, sin saberlo, estamos consumiendo menos calorías de las necesarias. Si requerimos más nos dirá. Si requerimos movernos, nos lo hará saber. Si hay una comida que puede ayudarnos a sanar, nos enseñará. De una u otra forma, nos permite escucharlo. Comparte su sabiduría. Lo importante, es escuchar y comunicarnos. Hacerlo en voz alta ¿Nos

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avergüenza? Esperemos a estar solos. Descubriremos distintas formas en las que nos brinda su conocimiento. Debemos tener en cuenta que hay sustancias adictivas. Primero, debemos desintoxicarnos. Saber si realmente el cuerpo las necesita. Pues, aunque no lo haga, se acostumbró a ellas. Le preguntamos - ¿es necesario o, simplemente, es costumbre? -y nos hará saber cuál es la respuesta. La decisión ya queda en uno mismo ¿Es fácil? ¿Es difícil? Todos tendremos nuestro propio grado de dificultad. Por medio de la práctica llegaremos a la maestría.

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¡Acá estamos!

Vamos a un restaurante, pedimos la carta y la leemos. Si llegamos con una idea preconcebida la hacemos a un lado. Le preguntamos al cuerpo - ¿Qué querés? – nos dará una pista. Si no “oímos” nada le decimos - te leo la carta –y, en algún momento, descubriremos la respuesta. Otra opción es salir a caminar. Mientras lo hacemos, revisamos cómo nos sentimos. Recorremos de arriba a abajo y viceversa. Realicemos un escaneo general. Seguramente, encontramos muchas respuestas para una misma pregunta. Al fin y al cabo la idea es estar mejor. Recordemos, no hay una sola vía disponible. Además, de ser único para cada uno. Parte del objetivo es poder trabajar en equipo concientemente (órganos, músculos, células, átomos, etc.). Agradezcamos el trabajo realizado. Pidámosle que prometa enseñarnos todo lo que necesite para no enfermar más. Si hay algo que este mal que nos lo haga saber de una forma benevolente, sin enfermedad. Cualquiera de las actividades nos brinda el logro: Ascensión

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Muchas veces, podemos sentir cómo nuestra alegría se desvanece. Similar al viento cálido ante la entrada del invierno. Se va y no regresa más. No tenemos nuestra primavera. La amargura se apodera de todo. La gente nos mira y habla distinto. No es nuestra impresión. Nos comentan que andamos raros, parecemos una flor marchita. Entonces, nos dirigimos a nuestro mundo secreto. Nos ensimismamos y dedicamos a divagar en el espacio creado. Llega un momento donde recordamos esa actividad que hacíamos de jóvenes. Al crecer, la hicimos a un lado. Ya no es compatible con la vida que llevamos. Nos quedamos mirando la situación con añoranza. Traemos recuerdos felices de esa actividad. Es imposible retomarla. Pues, no tenemos tiempo. Las tareas, deberes y responsabilidades nos apabullan. Realmente, ¿es tan así? Si pintar, tocar la guitarra u otra actividad fueron pasatiempos que amamos, ¿deben quedar en nuestra historia o podemos traerlos al presente? Me parece genial la idea de materializarlos una vez más. Al menos, podemos intentarlo.

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Tu atractivo

Busquemos qué actividades llenan nuestro tiempo. De cuáles podemos prescindir. Tomemos cinco minutos de cada una. Cuando nos damos cuenta, poseemos una hora entera para hacer eso que tanto nos gusta. Organizamos la concreción de ese momento tan especial. - Espera, yo no tengo tiempo libre. Tampoco puedo armarme ese espacio. Con suerte respiro, como y duermo – ¡Guau! Entonces vamos a tener que buscar una nueva alternativa. Qué les parece si, en vez quitar tiempo a algo, utilizamos el que ya tenemos. Por ejemplo, si nos gusta dibujar o escribir podemos llevar un anotador y algunas biromes de colores. De esta forma, cuando poseemos un momento libre, hacemos esa actividad que tanto nos completa. ¿Nos gusta tocar un instrumento? Si podemos transportarlo lo usamos en los huecos que encontramos. Si vamos al baño podemos llevar la guitarra o el piano para tocar un rato. Puede ser que sea un momento extraño. El tema es que podamos reencontrarnos con lo que nos gusta y empezar a definir nuestros horarios de una forma diferente. También, esas computadoras de bolsillo que están de moda nos permiten hacer de todo un poco. Me refiero a los tan conocidos teléfonos inteligentes. Hay aplicaciones de todo tipo que podemos descargar. Buscamos la que se ajusta a nuestros gustos y la descargamos. Entre todas las opciones alguna buena vamos a encontrar.

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Tu atractivo

Lo importante en todo esto es que hallemos de vuelta esa chispa divina que enciende nuestra alma. La que otorga ese brillo tan especial en nuestros ojos y esa sonrisa tan hermosa que desvela las miradas más incrédulas. No es necesario que seamos maestros en lo que hacemos. Podemos no saber nada, estar oxidados o saber de todo. Eso no implica que podamos o no hacer las cosas. Es simplemente ir aprendiendo. Si ya tenemos ese hobby hermoso que tanto amamos disfrutémoslo. Si se convirtió en nuestra pasión de vida y vivimos gracias a ello, agradezcámoslo. No es que seamos uno de los pocos afortunados en poder hacer lo que amamos. Somos parte de las personas que se animan a seguir el camino que guía el corazón. Sopesamos nuestra felicidad por sobre los objetivos planteados por la sociedad. Así que felicidades por dedicarle tiempo al pasatiempo que amamos o, mejor aún, vivir del deseo de nuestro corazón. Si no tenemos idea de qué nos llena por completo, felicidades por salir a buscarlo. No voy a armar un juego, simplemente un deseo. Si sabemos lo que amamos hagámoslo al menos un rato al día. Poco a poco, veremos cómo cambia todo. Para quien se anima a encender su corazón y ser feliz tiene como premio el logro: Resurrección

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Esto nos retrotrae a otra parte del libro. Les dejo a ustedes adivinar cuál es. Ahora, siendo específicos de éste capítulo, todos poseemos la chispa divina. Esa parte nuestra que es la expresión pura de Dios, Universo, Ser Creativo, etc. o como prefiramos llamarla. Algunos tenemos la posibilidad de sentirla/verla/oírla con más fuerza que otros. Incluso, somos capaces de percibir la de otras personas. Sí, por más fantástico que resulte, todos llevamos dentro ésta energía. Incluso esas personas que hacen atrocidades. La principal diferencia reside en si están en contacto con ella o no. Podemos decir que algunos están desconectados de esta parte de su ser hasta que, en un momento, descubren que está ahí dentro. No es exclusivo de un grupo selecto. Todos tenemos acceso a ella. El tema es descubrirla. ¿Cómo podemos obrar semejante milagro? Primero debemos descontar que sea de ésta manera. No es un milagro topar con ella. Es algo natural para todos. No se escapa de nadie. Al contrario, se deja ver.

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Lo esencial es invisible a los ojos

Espera que lleguemos a tocarla para cambiar nuestra vida. La chispa es un retazo de nuestra alma. Al activarla estamos más cerca de nuestra esencia, de la Fuente Creadora. Hay varias partes de nuestra vida que la despiertan. Un ejemplo es la risa. Sí, dimos una pista de otro capítulo. Pues ella junto a otras actividades como la música, el baile, etc. son expresiones de nuestro ser. La palabra que acarrea todo es “expresión”. Debemos reconocer en que actividades sentimos que nos expresamos realmente. Cuando resonamos con la verdad de nuestra alma. Cuando el diapasón comienza a vibrar. Pues en esos instantes es cuando estamos activando nuestra chispa divina. El ser felices es su alarma para el despertar. El amar la llama a la acción. Todos esos sentimientos puros son parte de nuestro ser. Es energía pura y directa del Hogar. Aquel lugar del que provenimos todos. Muchos quisiéramos poder activarla al ciento por ciento. Sin embargo, no podemos hacerlo en estos momentos. Pues, nuestros cuerpos no están listos para llevarla a ese nivel todo el tiempo. Si pudiésemos ver la magnificencia de nuestro ser quedaríamos estupefactos. Somos tan increíbles que nos adoraríamos a nosotros mismos. Espera, ¿no es esto lo que debemos hacer? En cierta manera es correcto. Pero, no debemos pasar a la idolatría. Eso ya es una historia muy distinta.

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Lo esencial es invisible a los ojos

¿Al leer la frase “todos somos hijos de Dios” podemos encontrarle un mayor sentido? Todos provenimos de la misma Fuente y todos poseemos su magia. Entonces, por qué tratar distinto a otro. Es cierto, a veces parece difícil ver ésta parte en todos. Especialmente cuando hay personas que nos pueden sacar de quicio. También, nos indignamos ante el mundo por lo que muestra y lo que no. Los líderes que tenemos pueden provocar exabruptos en nuestro ser. Entonces, ¿qué hacemos? Recordemos que todos estamos aquí jugando a buscar ser más de nosotros mismos. Algunos lo ven con mayor facilidad que otros. Algunos lo alcanzan con mayor facilidad que otros. Así que, por favor, mantengamos en nuestra memoria consciente: estamos todos en el mismo juego y cada uno posee su camino. Unos serán compatibles con el nuestro y otros no. Sabiendo esto, ¿puede ser más sencillo ver con otros ojos a las personas? ¿Más sencillo comprender que todos estamos en la misma misión, pero de diferente forma? No importa con quien nos topemos o como sean. Incluso si es la tía que siempre nos tironeó los cachetes cuando éramos chicos y nos babeaba toda la cara con sus besos. Todos provenimos del mismo lugar. Si cambiamos nuestra forma de mirar podemos cambiar la forma de nuestro accionar. Algo que me gustaría agregarles es que, como algunos saben, la energía de la Tierra cambió. Incluso, sigue haciéndolo a pasos acelerados. Por lo cual, que no nos resulte raro que en unos años (pueden ser cientos)

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tengamos disponibles completamente nuestras capacidades. Podemos soñar con muchas obras increíbles (como la sanación) que serán el aire que hoy respiramos. Solamente debemos seguir dando lo mejor de nosotros mismos para crear el mejor mundo que podamos y queramos. Una frase más: “Trátate a ti mismo como quieres que los demás te traten a ti”. Pues, muchas veces tratamos mejor a otras personas que a nuestra persona. Si somos capaces de amarnos incondicionalmente podremos hacerlo con otros. Si somos capaces de no juzgarnos seremos capaces de hacerlo con otros y así sucesivamente. Mis mayores deseos de bienestar y felicidad para todos nosotros.

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Lo esencial es invisible a los ojos

Busquemos a otra persona y vayamos a un lugar tranquilo. Colocamos un poco de música para relajar. Sin hablar, nos miramos a los ojos. Tratamos de trascender la carne, ir más allá de lo obvio. Ni bien sentimos algo desde nuestro corazón podemos comunicárselo. Probemos con personas que conozcamos más e, incluso, con las que no seamos tan confidentes. Es buen juego para descubrir partes que no teníamos del otro. Segunda opción, vamos a divertirnos siendo otros. Recordemos a alguien que conozcamos bien e imitémoslo. Eso sí, no delante de ellos. Es solo para placer personal nuestro. Veamos qué sale. Puede ser que nos riamos un rato y, quizás, lleguemos a comprenderlo un poco más. Otra posibilidad, buscamos a un compañero o compañera. Nos paramos uno delante del otro, relajamos el cuerpo y, lentamente, uno comienza a moverse. El que está quieto busca seguir los movimientos de quien inicia la acción. Nos transformamos en un reflejo tal cual espejo. Probemos a qué punto somos capaces de “adivinar” el movimiento que hará la otra persona.

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Lo esencial es invisible a los ojos

Siempre, disfrutemos. Si no sucede paramos un rato, relajamos y proseguimos. Cualquiera de las tres actividades otorga el logro: Esencia

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Al esperar una noticia podemos estar ansiosos. Cruzamos pensamientos de toda clase. Tratamos de descifrar el resultado. Es muy difícil aguardar sin sacar conclusiones. Poder hacerlo sería genial. Pero, si no, ¿qué actitud tomamos frente a ésta situación? Algunos pueden acorralarse ante las cuerdas de la desesperación. Otros irán hacia la esperanza benevolente ¿Nosotros a dónde vamos? ¿Qué camino tomamos? Nuestros pensamientos funcionan como un imán. Atraemos determinadas cargas según nuestra creencia ¿Esperamos algo “bueno” o “malo”? ¿Esperamos con nuestro corazón encendido o apagado? Si alimentamos la idea de un resultado negativo es lo que vendrá a nuestro encuentro. Ahora, si buscamos el positivo, adivinen quién acude. Es muy importante la forma en que vemos la vida. Ello dictaminará, en su mayoría, que seamos felices o no. Vivamos en un drama o no. Nos ayuda a alcanzar nuestros sueños o a dejar que se escurran entre nuestros dedos. Si somos capaces de observar y percibir de una manera positiva, más allá de lo que ocurra, podremos albergar otra forma de ser. En un 103

Qué esperamos

momento, descubriremos que reírnos de nuestras “desavenencias” puede ser maravilloso. Liberamos el miedo y nos damos cuenta que no era tan terrible como creíamos. Por ello, el ser positivo y agradecido son dos claves para una vida feliz y distinta. Entre ambas crean un binomio imparable. Nuestro cuerpo, mente, corazón y espíritu se rejuvenecen. Creamos un mundo colmado de posibilidades. Nos dan ganas de vivir cada instante. Sabiendo que hay algo bueno en cada situación. Incluso, si es necesario, sabemos que podemos hallar una solución. El abanico se expande. Generamos nuevas dimensiones. Siempre podemos elegir. Es nuestra elección/intención lo que crea todo. Podemos limitar nuestra vida o expandirla incansablemente. Aquí es donde descubrimos cuán importante es éste tipo de pensamiento. Nos ayuda a ver las opciones disponibles y saber que, más allá de lo que ocurra, nos va a ir bien. Esto no significa ser descuidados. Simplemente, logramos resolver de nuevas maneras. Con alegría. Pues, sabemos que si no es resoluble, ella está para traernos algo mejor. Una enseñanza. Quizás, al momento, no lo descubramos. Mas, podemos aceptar que un día lo haremos. Cada instante puede brindarnos algo bueno. Seamos agradecidos.

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Qué esperamos

Agarremos un bol y llenémoslo de hielo hasta donde deseemos. Ahora, busquemos las partes donde está completo y en cuáles no. Finalmente, dejamos que los cubos se derritan. Veamos el cambio. Obtuvimos el logro: Expansión Si quieren leer lo que veo, sigan leyendo: El hielo queda estancado donde se encuentra. No completa todo el bol. Solo una parte. Su imagen me remite a piedras. Las cuales, otorgan un mayor peso al recipiente. Sé que, sea agua líquida o solidificada, el peso es prácticamente el mismo. La diferencia es el estado. Pero, por un rato, dejemos la ciencia de lado. Ni bien se derriten aparece una nueva forma, el agua se expande. Fluye por todo el lugar donde se encuentra. No quedan huecos a llenar. Si lo extrapolamos a nuestras emociones, notamos que el peso difiere de una a otra. Las negativas son sumamente pesadas. Pareciera que cargamos nuestra vida a cuestas. En cambio, cuando las transformamos en positivas nos damos cuenta que no hay más peso. Fluimos grácilmente. Podemos elegir: llenar de rocas nuestro camino o ver las posibilidades en todo. Siempre es la elección lo que condimenta cada acción y, por ende, la situación.

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Metafóricamente, el músculo que mueve nuestra sangre y oxígeno es representación del Amor. Esto ocurre porque lo asociamos con el cuarto chacra, Anahata. El mismo se encuentra en el centro del pecho y de él surge ésta maravillosa energía1. Ahora, cuando está equilibrado expresamos un sentimiento puro. Sin embargo, cuando se desequilibra podemos fluctuar entre extremos y puntos medio. Por lo cual, encontramos personas que son “puro corazón” y no usan para nada su mente. Hacen todo como sienten. El principal tema es que no significa que se muevan desde el Amor. Si no sobre la emoción (sea negativa o positiva). Terminan siendo un barril de pólvora a la espera del estallido o actúan de más. Muchas veces, pisando los deseos de otros. En pos de querer “ayudar”. Después, tenemos los que suprimen casi por completo el sentimiento. Transformando su vida en una masa fría y calculada. Todas las probabilidades y formas de vivir son creadas del raciocinio. Creyendo que así no se sufre y que se crea una vida completamente objetiva. También, tenemos los grises entre los extremos y el equilibrio. Entre los cuales vamos alternando.

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¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Siempre con una tendencia según nuestra elección de vida. Si nuestro corazón está herido debemos buscar la forma de sanarlo. Es una decisión nuestra hacerlo. Por más que quiera llegar un salvador a hacerlo no va a poder lograrlo si es que nosotros no lo permitimos. Además, el único y verdadero salvador de nuestra vida somos nosotros mismos. Nuestra elección es qué recibimos y qué no. Eso sí, si nos quedamos esperando a sanar para poder tomar decisiones y acciones, estamos en apuros. Pues, podemos esperar una eternidad, meditar bajo las frías aguas de Iguazú y esperar eternamente. Dejamos que la vida pase sin más. Es importante, también, comprender que sanamos a medida que vivimos. A medida que elegimos transitar de una manera distinta a como lo hacíamos. Busquemos amar de la forma más esencial que podamos. La máxima posibilidad dentro de nuestras limitaciones actuales. Mientras avancemos en este camino descubriremos que nuestros límites en realidad no lo eran. Nuestras opciones son más amplias y, si llegamos al “limite”, podemos expandirlo de vuelta en el momento adecuado. Es importante que obremos sintiendo nuestro corazón. Su versión pura. No la herida. Ella está para sanar. Para hacerlo debemos tomar la experiencia y descubrir qué lección nos deja. Ahí podemos curarla. A veces toma tiempo porque, primero, debemos obtener una mayor sabiduría.

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¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Podemos optar. Ver el mundo con amor y compasión Ver el mundo con desesperanza. Verlo como lo deseemos. Siempre es nuestra elección.

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¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Llevemos nuestras manos a la altura del corazón y apoyémoslas. Ahora, cerramos los ojos y sentimos qué hay ahí. Disfrutemos las imágenes, pensamientos, sonidos, olores, tactos que se crucen. Si viene algo negativo, veámoslo, aprendamos lo que quiere enseñarnos y dejemos que se marche. Sintamos como se expande el corazón. Como llega su energía a abarcar todo lo que amamos. Primero, nosotros mismos. Pues tenemos que amarnos. Ahora, permitamos que el amor bañe todo con su energía. Incluimos a las personas que queramos, mascotas, plantas, objetivos, animales, bienes materiales, etc. ¿Bienes materiales? Sí, pues ellos son parte de nuestra cotidiano. Sin muchos de ellos nuestras posibilidades pueden mermar. No dependemos de ellos, pero agregan un plus a las opciones de las que disponemos. Incluso, agregan nuevas. Abracemos a todos los que están en nuestro corazón y, ahora, dejémoslos ir a todos. Desprendámonos de ellos. Cada uno va a su propio lugar. ¿Queda un vacío? No debería. Miremos de vuelta ¿La energía es la misma? No, cambió. Ahora somos más que antes. Cada experiencia que vivimos es mayor para nosotros. Todas suman de alguna manera. Sintamos con más fuerza lo que vivimos en estos momentos. Disfrutemos, relajemos y vivamos.

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¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Cuando tengamos ganas abrimos los ojos. Miremos con una sonrisa enorme a nuestro alrededor. También podemos reírnos. Así atestiguaremos desde el amor y la felicidad lo bien que estamos haciendo todo hasta el momento. Gracias a todo esto obtuvimos logro: Corazón

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¡Ah! La bella y querida mente. El objeto que se transforma en sujeto. El lugar donde radican todos los pensamientos. La dama que encandila a miles de personas. Un lugar que determinó hasta el nombre de una corriente filosófica: El racionalismo. Pero, ¿qué tanto le debemos a nuestra mente? Es verdad que realiza milagros que parecen inexplicables. También, creamos a partir de ella muchas cosas. Pues, los pensamientos son energía. La energía se manifiesta y crea. También, puede ser nuestro limitante. Así que miremos en nuestro día a día, revisemos los pensamientos. Chequeemos que emana de nuestra mente ¿Cuán increíbles y maravillosos son nuestros pensamientos o qué tan bajos y aburridos? Según cómo pensemos creamos un mundo u otro. Las palabras que pronunciamos, los pensamientos que acarreamos, crean un lugar, una situación, una experiencia. La mente por sí sola no es capaz de hacer muchísimas cosas y menos expandir de mil maneras. Igualmente, por ahora, solo vamos a enfocarnos en ella. En su individualidad. Muchas veces, o casi siempre, nos sentimos según el cómo creemos que lo hacemos. Decidimos como nos sentimos. 113

¡Blah! ¡Blah! ¡Blah!

Si estamos tristes y nos preguntan: - ¿cómo estás? Respondemos, generalmente, de forma políticamente correcta. Es decir: “Bien”. Alguna vez esa forma va a empezar a hacer mella. Surgirá la duda y nos conducirá a consultarnos: realmente, ¿cómo estoy?, ¿por qué estoy como estoy?, ¿por qué no puede ser de otra manera?, ¿puede estar bien de verdad? Empezamos a buscar respuestas. Cuando hay un sentimiento que no podemos comprender lo racionalizamos. Todo pasa al campo de la mente y su creación. Grandes proezas de fuerza son realizadas gracias a que dejan de creer en una limitación. Al fin y al cabo lo que creemos lo creamos. Aquí es donde un sistema de creencias formado por nuestra educación, maestros, padres, amigos, conocidos, personas que admiramos e, incluso, nosotros mismos en un largo etc. formamos quienes creemos ser. Entonces, a partir de ese conjunto tan singular de creencias creamos según creemos. Nuestras limitaciones saltan a la luz porque alguien nos dijo que no podemos hacerlo. Nuestra liberación comienza cuando sorteamos esa limitación y vemos que sí podemos. Es similar al mito de la cueva de Platón. Cuenta que hay un grupo de hombres encerrados en una cueva y todo lo que ven son sombras del mundo exterior. Hasta que un día, uno de ellos, sale de ahí y ve “realmente” el mundo por lo que es. Seguramente, si agarramos un libro o un erudito del tema nos los cuenta mejor. A puro

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¡Blah! ¡Blah! ¡Blah!

detalles como puede corresponder. Acá, simplemente, quiero que retengamos el “de que se trata”. Muy bien, ahora tomemos a nuestras creencias como la cueva. La mente es el fuego que crea las sombras. Entonces, creamos en base a lo que proyectamos. Sin embargo, un día, logramos salir de la cueva (las limitaciones) y vemos el mundo como es. Un lugar distinto en muchos de sus aspectos a como habíamos aprendido. Entonces, perdemos la noción de cuál es la verdad y buscamos crear la nuestra. Una que logre discernir entre lo aprendido y lo experimentado. Pues, para cada uno, el mundo puede funcionar de forma distinta. Nuestra mente crea con mayor libertad. Sin tantas limitaciones. Hasta que un día logramos desprendernos de ellas y crear a simple voluntad. Conscientes realmente de lo que queremos. Conseguimos limpiar nuestro océano. Las corrientes cambian su sentido. No más voces que nos indiquen cómo es el mundo. Solamente nos queda la de nuestro ser. Creamos en base a quién somos. La vida cambia completamente. Si paramos un momento al día o más a escuchar nuestro parloteo mental nos sorprenderemos de todo lo que pensamos. Y también de cómo lo hacemos. Nuestra mente es sorprendente. Tanto como nosotros creamos que lo es.

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¡Blah! ¡Blah! ¡Blah!

Agarremos una hoja y una birome. Empecemos escribir sin cesar durante, al menos, un minuto. Escribimos todo lo que viene a nuestra mente. No filtramos información. Al terminar leemos lo escrito. Esos son nuestros pensamientos en crudo. Si podemos realizarlo, al menos, una vez al día podremos ir descubriendo aún más cosas. Incluso, soltar un poco de la carga que tenemos. Felicidades, obtuvimos el logro: Ojo de la tormenta Antes de emitir palabra, tratemos de pensar dos o tres veces. Preguntémonos: - ¿tiene algo de valor positivo lo que voy a decir? - Si es así expresémoslo. Si es una queja o crítica, busquemos la manera de hacerlo amorosa y constructivamente. Pues, todos podemos aprender de un comentario bien realizado. Un comentario con intención de crear y mejorar, no de uno que busque destruir y desmoronar. La técnica que usamos hace un rato se llama Brainstorming o lluvia de ideas. Pueden usarla cuando quieran para lo que quieran. Si lo quieren pueden investigar un poco al respecto y descubrir otros usos. En definitiva, es vaciar el frasco para permitir que lo nuevo se introduzca. Ampliar el paradigma. Si lo borramos puede ser aún mejor. Pues deja espacio para la creación de algo nuevo.

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¡Blah! ¡Blah! ¡Blah!

Ya lo dije varías veces y es importante que lo recordemos: “lo que crees, creas”. Así de sencillo y complejo. Seamos felices. Pues hemos realizado un gran trabajo.

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A lo largo de la vida aprendimos que determinadas cuestiones deben estar separadas. Si somos profesionales no podemos mascar chicle. Si somos personas serias y maduras no podemos hacer chistes ni bromas. Siempre nos enseñaron a separar antes que a unir. Si miramos dentro nuestro podremos ver como todo lo que somos esta compartimentado en distintos bloques. Creando vallas que diferencian quienes fuimos en la niñez, adolescencia y adultez. Incluso, lo hacen con nuestros gustos. Si somos algo, no podemos ser otra cosa. Si no, estamos mal. Espera, ¿realmente es tan así como nos enseñaron? Piénsalo, siéntelo. Desde chico puedo admitir que me ha gustado cruzar distintos mundos. Ir de un lado al otro. Estuve en extremos para poder comprenderlos. Incluso, sin ir a la experiencia personal, pude aprender, de alguna manera, por medio de la experiencia de otras personas. También, por medio de la abstracción y la imaginación. Lo que descubrí es a tomar lo que nos hace bien y dejar lo que nos hace mal. Los mundos que suman positivamente a nuestro ser que se queden. Los que

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Uniendo mundos

nos hagan algún mal que dejen la enseñanza y se marchen en paz. Entonces, puedo ser capaz de seguir experimentando los mundos que tanto me gustan sin dejarlos de lado. Sin embargo, ese permitirme vivir en todo lo que me gusta no significa haber quitado los compartimentos del todo. Es más, siguen ahí presentes. Ahora es donde empieza la soltura, creatividad e invención. La pregunta que podemos hacernos es cómo llevar todo eso que somos a un solo mundo donde estén todos en sintonía y concordancia. Por ejemplo, a mí me pasa mucho que no puedo quedarme serio todo el tiempo. Puedo entrar en temas complejos en los que opinar y en algún momento tirar alguna broma. Hay veces en que las toman a mal. Pues creen que no le estoy brindando la importancia que tiene para ellos. Entonces, les recuerdo que no es restar importancia. Es quitarle carga. Hacerlo más liviano y que volvamos a disfrutar de lo que estamos haciendo. Yendo un poco más lejos de mi persona, veamos otra opción. Si uno es médico y descubre que una actividad que realizas logra mejoría en un paciente ¿Por qué no agregarla como una opción viable? En algún momento recuerdo haber conocido doctores que hicieron todos sus años universitarios y que un día experimentaron alguna sesión energética. Entonces, como vieron que les hace bien y descubrieron que realmente sirve en otras personas. Empezaron a aprender e implementarlo ellos también con sus pacientes.

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Uniendo mundos

Si te gusta meditar y aprendiste a guiar a otras personas por el proceso, ¿por qué no ofrecer la posibilidad de hacerlo un rato en el trabajo? Sí, puede ser que te miren raro y qué tiene. Ve consulta. Si se niegan es un no y listo. Ahora, si dan un positivo para que lo hagas aprovecha. Arreglas un horario o un tiempo. Si ven que gusta y sirve para mejorar el estado de todo el grupo puede ser que te permitan hacerlo con más asiduidad. Siempre que podamos realizar la unión de distintos mundos que tengamos seremos más felices. Pues, expandimos las posibilidades. No es solamente hacerlo cuando tenemos ese momento. También, logramos abrir unos nuevos abanicos de instantes para vivir en esos mundos que hayamos unificado. Ahora, puede pasar que no sabemos cómo realizar una unión. Nuestra creatividad no está, en estos momentos, capacitada para hacerlo. Entonces, buscamos la manera de lograr un punto de coexistencia mutua. Es decir, no escondemos lo que somos. Simplemente lo expresamos cuando queremos. Tampoco es razón de ir gritando a viva voz el hobby que tenemos o nuestra creencia específica en algún tema. No es necesario. Lo importante es que aprendamos a mostrarnos por quien somos y por lo que nos gusta. Puede ser que salga rápidamente o no. También darnos vergüenza. Hay muchas opciones. Si ocurre algo que nos detiene, no nos desesperemos. Somos humanos y estamos aprendiendo. Por ello, practicamos.

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Uniendo mundos

Cuando alcancemos el nivel necesario podremos ver la forma de aunar por dentro y fuera ¡Ah! No nos olvidemos que nosotros cambiamos. Por ende, lo que en algún momento pudo ser una representación fiel de nosotros mismos puede dejar de serlo. Ahí es cuando permitimos que se retire y seguimos nuestro camino. Ser capaces de cambiar de opinión nos brinda una flexibilidad que otros no poseen. Si no, si mantenemos siempre las mismas creencias sin importar lo que ocurre nos quedamos estancados en el lugar. Sin poder salir y evolucionar. Si alguna parte desea cambiar, dejemos que lo haga. Si otra quiere seguir igual, dejemos que lo haga. Seamos flexibles con nosotros mismos. También con otras personas y situaciones. Empecemos por nosotros para ser capaz de expresarlo.

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Uniendo mundos

Primero, vayamos a la cocina a buscar algo para preparar. Consigamos sustancias dulces, saladas, picantes, es decir, de distintos tipos. Hacemos un plato sencillo que nos guste y luego cambiamos los ingredientes. Puede ser que en alguna de las mezclas encontremos algo que nos guste. La segunda opciones es: revisemos nuestro hogar. Confirmemos si representa quien somos. Entonces, si encontramos partes que ya no nos representan las dejamos ir. Podemos regalarlas o venderlas. Lo importante es que quitemos todo lo que no es un simbolismo de nuestro ser. Cuando hayamos encontrado todo lo que no es, pasamos a buscar lo que sí. Revisemos las maneras de complementar lo que hay y de traer nuevos aspectos. Divirtámonos redecorando todo. Con cualquiera de los dos experimentos ganamos el logro: Hilvanados

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Bueno, llegamos a un punto muy común en la mayoría de las sociedades. No digo todas porque seguramente muchas no cumplen con ésta parte. Detengámonos un momento, tratemos de recordar nuestra vida, eventos que presenciamos, historias que nos contaron. En cuántas de ella se trabajó con la cooperación y cuantas con la competencia. Mucho de lo que hacemos está enseñado y, de algún modo, diseñado para que compitamos entre nosotros. Saber quién es el rey de la selva. Ser el más fuerte, devorar al débil. Eso nos enseñaron muchas veces. Podemos verlo cuando hay un puesto libre en nuestra empresa. Quienes lo quieren se matan por obtenerlo. Los deportes, donde los hinchas pueden ser más irascibles que los propios jugadores. Donde una victoria puede marcar el buen humor de todo un día. Incluso, semanas. Si pasa lo contrario el mal humor y la tristeza junto a un poco de añoranza embarga todo el ser. ¿Estamos haciendo las cosas mal? No, simplemente las hacemos como aprendimos. Debemos comprender que en el Universo no existe el bien ni el mal. Nosotros 125

Dejando la competencia

otorgamos esas categorías por medio de nuestras creencias y valores. Entonces, una parte que dejamos entre estas líneas es: deja de fijarte que es bueno en tu vida y que es malo. Las cosas simplemente son. Cuando puedas ver lo que esconde una situación podrás disfrutarla mejor o aminorar la tristeza. Pues, las cosas no son siempre lo que nos parecen. Para que se entienda un poco mejor esta parte pueden buscar y leer un cuento chino. Para eso vayan a internet y busquen algo similar a: “cuento chino suerte desgracia”. Disfruten la lectura. Ahora, volviendo al tema de esta parte. La competencia la mamamos. Incluso, lo hacemos con nosotros mismos. Cuando logramos algo queremos lo que sigue. Buscamos tanto un objetivo que cuando lo alcanzamos tiene sabor a poco y nos lanzamos a uno nuevo. En el medio nos olvidamos de disfrutar el camino. Pocas veces vemos a la cooperación como medio para lograr grandes cosas. Incluso, es difícil lograrla cuando nos enseñan lo contrario. Igualmente, esto camba a pasos agigantados. Hace poco escuché algo que me resonó como verdad. La ambición es parte del ego. Él es quien quiere más para ser mejor. Esto nos lleva a la lucha por conseguir nuestras metas. Si no las logramos fallamos y somos unos fracasados. Entonces, ¿qué podemos hacer? Entender que en realidad la vida es una mutua ayuda. Cooperación entre todos los individuos que nos cruzamos. Puede ser que

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digas – quiero mejorar en el fútbol – (para mí el básquet) y tengas un entrenador que te enseñe nuevas cosas. Incluso, que juegues con personas que la tienen más clara que para superar esa barrera. Sin embargo, la forma en que enfrentemos la situación va a cambiar completamente toda la lección. Si disfrutamos lo que estamos haciendo. Si sabemos que es parte de la lección para aprender más. Podemos ver al otro como una mano que nos ayuda a subir al siguiente peldaño de la escalera. No como el guardián imbatible para lograrlo. También, recordemos que lo mejor es hacer lo que nos apasiona. La actividad que amamos. Pues no vamos a estar ambicionando algo mejor. Simplemente daremos todo lo que somos desde lo más hondo de nuestro corazón. Dejamos la competencia para pasar a la cooperación. Puede ser difícil llevarlo a cabo en estos tiempos. Lo he experimentado varias veces. Sin embargo, si abrimos bien los ojos podemos encontrar la forma de cooperar. Incluso, cambiar esa energía que quiere chocar con nosotros a una que nos empuje en pos del camino que deseamos. Según la actitud que utilicemos es el recorrido que hacemos.

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Probemos lo siguiente: reunimos un grupo de amigos, mínimo 5. Todos, menos uno, van a ser los posibles héroes. El que decidió ser el “diferente” actuará de monstruo. La idea es poder jugarlo en un lugar espacioso para moverse con libertad. Incluso, poder esconderse o armar una trampa. Ahora, pongamos la ambientación. Están todos en la posada haciendo lo que tengan ganas. Un estruendo los desconcentran. Ven a un forastero que ingresa por la puerta. Sus ropas están sucias y hechas jirones. El pavor inunda el lugar hasta que un valiente decide hacerse cargo de la situación. Cuando los ánimos se calman, el hombre cuanta lo ocurrido. Estuvo caminando hacia su casa cuando de repente la luz desapareció. En su lugar solo quedó una sombra helada. Los pájaros dejaron de cantar. Solo podía escuchar el repiqueteo de su corazón. No había nadie más. Al menos, eso es lo que creyó. En un instante una ráfaga de viento pasó al lado suyo. No sabe cómo puede ser posible, pero la oscuridad se hizo más oscura. Entonces el miedo terminó de calar en sus huesos y salió huyendo del lugar.

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Dejando la competencia

Cuando se dio cuenta estaba delante de la taberna y sus ropas destrozadas. En eso, se levanta un anciano y comenta que alguna vez escucho algo similar. Según sus padres, en algún tiempo, existió un hombre que fue desconectado de su ser. Como si hubiese extraído su alma y se convirtió en una sombra sedienta por más luz. Según le dijeron hay una forma de poder acabar con ella. Curarla. Pues, es imposible matarla. Para ello es necesario que con un objeto dorado toquen su nuca. Dicen que hay está el ingreso del alma al cuerpo. Cuando miran alrededor ven a todos los hombres temblorosos. El alcalde con la poca voz que le queda anuncia: “el que sea capaz de acabar con ésta criatura será recompensado con su peso en oro”. Miran alrededor y ni siquiera el metal es capaz de comprar su valentía. Ni siquiera la codicia pudo con él. Sin embargo, en medio de tanta oscuridad, una luz brillante encendió el lugar. Esa luz eres tú gran héroe. Dispuesto a salvar al pueblo y a esa persona que está sin alma. Cuando te pones de pie y te acercas al anciano él te dice: “debes tocarlo con un objeto dorado. Puede ser una moneda o lo que tengas con esa característica. Pero, en todo momento debe estar en contacto con tu cuerpo. Solamente un alma es capaz de viajar por el camino dorado para despertar a otra. Recuerda, su nuca”.

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Dejando la competencia

Ni bien termina de dar el último aliento, recoges tus cosas y sales para a salvar el día. Lo único que llevas es algo dorado, tu valentía y conocimiento. Ahora es cuando empieza el juego. El monstruo debe tocar a todos los implicados y transformarlos en oscuridad. Con tan solo tocarlos ya acaba con él. Para poder ganarle deben usar un objeto dorado y tocar su nuca. Prueben de qué manera pueden hacerlo más fácil y más difícil. Espero que pasen un buen rato y se diviertan salvando el mundo. Si logran cumplir la misión ganan el logro: Héroes

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Somos unos mocosos y aprendemos de nuestros padres y familia. Crecemos y nos enseñan los maestros. Incluso, nuestros amigos. En todo momento, sin importar la edad que tengamos, estamos aprendiendo algo nuevo. Una nueva forma de hacer las cosas. Nuevas opciones. Nuevas realidades. El tema es, ¿qué realidades estamos aprendiendo? Pues ellas nos pueden limitar por completo. Incluso destruirnos. Cada uno de nosotros posee un lugar donde guarda todo lo que aprendió en la vida. Sea por experiencia propia o por medio de los demás. Todo lo guardamos y cuando llega el momento se activa según la situación. Puede ser consciente o inconscientemente. Es como si fuésemos una computadora. Tenemos un disco rígido donde está grabado todo aquella que determina quién somos. Mejor dicho, lo que dijeron que determina quién somos. Marca limites a nosotros mismos. Patrones de conducta repetitivos. Emociones disparadoras. Ahora, en base a eso podemos decir: lo que creemos, creamos. Es decir, lo que nosotros creemos dentro de nosotros es lo que llevamos como creación hacia nosotros mismos y los demás.

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La base de datos que controla todo

Si nos dijeron – sos tonto. No servís para estudiar una ingeniería. Gracias si podes ser cocinero o plomero. - Conociendo algunos casos soy bastante dulce. Pues pueden decir cosas mucho más agresivas. Algo como simplemente – no te amo y no mereces que nadie te ame – Esto produce un gran desequilibrio en quien lo recibe. Eso es, mientras que quien funcione como receptáculo de todas estas “directrices” las tome e incorpore. Vamos por parte y analicemos lo dicho anteriormente. Si le decimos a alguien que es tonto ya lo estamos determinando a que es incapaz de hacer algo inteligente en su vida. Más allá que hay distintos tipos de inteligencia. Mechamos su confianza y posibilidades. Tan siquiera con dos palabras. Al referirnos que no sirve para estudiar algo le estamos diciendo que es incapaz de cumplir su sueño. No importa cuánto lo intente no va a poder llevar a cabo lo que quiere. Por último, para colmo le estamos enseñando que ser cocinero o plomero no son profesiones dignas. Todo muy alejado de la verdad. Simplemente minamos la confianza y destruimos posibilidades. Ahora, no es necesario que todo lo hayamos aprendido por lo escuchado. Todo lo que nos rodea nos puede enseñar. Si alguien sin determinados conceptos armados en su cabeza ve una publicidad de cigarrillos o bebidas alcohólicas qué creen que puede pasar.

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La base de datos que controla todo

Todo lo que hay a nuestro alrededor lo absorbemos tal cual esponja, y lo incorporamos a nuestro ser. Esto crea que aceptemos o no situaciones, valores, ideales, etc. Incluso, es el mayor encargado de hacernos juzgar a las personas y lo que hacen o son. Por un momento, deberíamos darnos un rato para ser capaces de destapar lo que está dentro nuestro y poder identificar si realmente lo que somos nos pertenece o si es de alguien más. Muchas veces los miedos y sueños de otros se convierten en nuestros. Transportando su carga a nosotros mismos. Actuamos en base a ella hasta que nos damos cuenta. Tenemos que ser valientes para adentrarnos en nuestras profundidades y ser capaces de discernir realmente por medio de nosotros mismos quién somos y quién no. Así que, ¿Qué dictamina nuestro sistema de creencias personales? ¿Quién dice que somos? ¿Nos determina capaces de qué temas e incapaces de cuáles? Disfruta tu creación. Permítete ir más allá. Más allá de lo que alguna vez te condicionaron a ser. Ve más allá de tus propios límites. Permítete ser.

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La base de datos que controla todo

Busquemos un pizarrón, escribamos todo lo que nos enseñaron que somos. Todo lo que hacemos. Escribamos todo lo que podamos de nuestro sistema de creencias ahí mismo. Cuando hayamos terminado tomamos un borrador y sacamos todo de ahí. Ni bien terminamos dejamos a un lado todo. Agarramos un marcador y miramos el pizarrón. Nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? – Comenzamos las frases con “Yo soy”. Escribimos lo que sentimos que somos. Quien creemos ser. No es necesario que otro lo valide. Incluso, si viene una voz o un sentimiento a nuestra mente que son contrarias no les hagamos caso. Agradezcámosle y digámosle que ya no hacen falta. Solamente nosotros mismos debemos validarnos. Pongamos lo que sintamos. Incluso, si lo deseamos, solo pongamos los “Yo soy” desde el sentimiento. Así no limitas las posibilidades. Usa un “Yo soy libre”, “Yo vivo en abundancia plena”, etc. Ni bien sintamos que es suficiente podemos parar. Dejamos el marcador y leemos en voz alta lo que escribimos. Seguramente te maravillarás con todo lo que pusiste. Felicidades, conseguimos el logro: Re-escritura

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¡Llegó el gran momento! ¡Es hora de partir hacia nuestra siguiente gran aventura! Mientras preparamos todo para zarpar vamos a hacer un poco de retrospectiva: Nuestro espíritu hace una gran reunión junto a todos los que quieren participar de la emoción de reencarnar. Entonces, les cuenta cual es el objetivo del viaje. Puede ser aprender sobre el amor a uno, a otra persona; ganar sabiduría; brindar palabras de apoyo; etc. Hay un rango muy amplio y que está compuesto por distintas opciones para cuando estamos de vuelta en la Tierra. Una vez que le decimos lo que queremos lograr, ellos agarran y nos dicen – bueno para hacerlo vas a necesitar que alguien sea tu padre – y sale voluntario. Otro comenta – vas a necesitar a esa persona que ayudes a comprender que no todo es oscuro en la vida. Yo seré esa persona – Cada uno va a tomando un papel en ésta gran odisea que es nuestra vida. Cuando están todos los personajes repartidos con sus objetivos puestos, nos preparamos para arreglar las distintas tramas y sub-tramas de nuestra vida. Eso sí, nos recordamos que puede salir de acuerdo al plan o no. Pues, cuando lleguemos a este mundo podremos 135

Una gran aventura

elegir qué hacer. Incluso, salirnos del mapa que tenemos trazado. Cuando está todo preparado nos vamos hacia el túnel de partida. Todos nuestros amigos nos acompañan para despedirnos y felicitarnos por el nuevo comienzo que tendremos. Cruzamos el umbral, viajamos entre estrellas y galaxias para llegar al parto donde veremos la luz de la Tierra. Humanos de vuelta. Empezamos a crecer y vivimos las experiencias que programamos. Incluso, vivimos algunas que no estaban dentro del plan. En el camino nos vamos cruzando con todos los espíritus que decidieron ser parte, pero con otro aspecto. Pareciera que ninguno de todos nosotros recordamos lo que habíamos hablado. Una gran amnesia colectiva. Entonces, en ese instante, por un motivo que desconocemos nos lleva a extender la mano a quien nos rodea, sonreírle y decirle – bienvenido a mi barco. Si tan solo pudiésemos comprender que estamos todos recorriendo una gran aventura podríamos vivirlo muy distinto ¿Verdad? Pues, así es. Vinimos a Gaia para ser capaces de recorrer un nuevo camino. Uno distinto a los anteriores. La idea es aprender y ganar experiencia. Es como si ahora mismo nos pusiesen un casco de realidad virtual y nos dijesen – sal al mundo y recórrelo. Podríamos decir que es algo similar. Sin embargo, se nos escapa esa pista. Entonces, nos tomamos todo muy

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Una gran aventura

seriamente. No disfrutamos. Solo sufrimos por todo. Solamente momentos muy puntuales son capaces de despegar nuestra felicidad plena. Que les parece si comenzamos a ver con ojos distintos. Comprender que vinimos aquí a disfrutar y aprender. La parte humana nos hace, justamente, humanos. Con ella podemos pasar malos momentos, tener hambre, hablar de más y no solo eso; también podemos encontrar el amor, hacer música, recorrer el mundo, ser felices, entre otras opciones. Está en nosotros en qué parte de la vida nos enfocamos. Podemos ser los aventureros que vinimos a ser y extender nuestra mano a los seres que nos acompañan. Para luego, una vez que tienen que irse, podamos agradecerles todo lo que hicieron por nosotros. Siempre es nuestra elección.

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Una gran aventura

Qué les parece si de alguna manera recapitulamos la vida que tuvimos hasta ahora. Si en vez de darle un ambiente actual le agregamos el escenario que queramos. Además, podemos poner una voz en off que narre lo que ocurre. Incluso, risas para esos momentos alegres. De ésta manera podremos ver todo lo que experimentamos y empezar a cambiar nuestro foco. Si miramos mucho lo malo que tuvimos, nos cambiamos a lo bueno. Tomamos aquello que nos hizo mal y sacamos la lección que contiene. Entonces, ya no va a lastimar como lo hacía antes; quizás ya no lastime nunca más. Por zarpar en ésta odisea conseguimos el logro: Inicio Una vez que hayamos podido cambiar el cristal por el que vemos (mejor si lo sacamos) podremos decir sin remordimientos – Bienvenido a mi aventura. Nuestros compañeros nos esperan.

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Si leyeron otras partes de este libro podrán darse cuenta que varias veces dije lo mismo “es nuestra elección”. Algo que tiene de maravilloso éste mundo es que nosotros somos los que elegimos cómo vivir y cómo no. Nosotros elegimos cómo actuar frente las situaciones que vivimos diariamente. Pueden decirme “yo no elegí lo que me está pasando. No elegí estar enfermo”. En ese caso, de una u otra forma es elección nuestra. Inconscientemente, pero lo hicimos. Entonces, esa elección que está en disonancia con nosotros mismos se expresa por medio de la enfermedad. Ahí debemos darnos cuenta qué fue lo que la creó para poder revertirla. Tal vez, la forma de curarse puede ser ver nuestra vida. Entonces, darnos cuenta que partes de ella corresponden a nosotros mismos. Es decir, quién realmente somos y quién no. Cuando logremos una vida donde sintamos que nosotros la armamos podremos vivir a gusto con nosotros mismos y veremos cómo lo “malo” desaparece. La verdad, las enfermedades son un tema delicado para tratar. Y más allá de las palabras otorgadas no planeo darle más extensión. Así que retomemos: 139

Libre albedrío

Nosotros, estamos en constante elección. Suena agotador tan solo de leerlo. Incluso, cuando nos sentimos entre la espada y la pared es porque, simplemente, no estamos siendo capaces de ver las otras opciones a nuestro alrededor. Debemos abrirnos al fluir de nuestra creatividad e imaginación para ser capaces de ver nuevas opciones. Piensen qué tan benevolente y compasivo es el sistema que es tal cual muchos maestros enseñan: nuestros guías, ángeles guardianes, nuestras partes “olvidadas”, etc. no pueden entrar en contacto con nosotros si nosotros mismos no se lo pedimos. Ellos recién pueden interactuar cuando les damos permiso para que lo hagan. Una forma de hacerlo es rezar. Cuando rezamos le estamos dando permiso a Dios, el Universo, Ser Creativo, Ángeles o a quien le hablen y deseen llamar, permiso para ingresar a nuestra vida y darnos una mano con lo que estamos experimentando. Ahora, no todo se reduce al rezar. Al meditar estamos brindando un canal de comunicación. Cuando usamos afirmaciones también lo hacemos. Incluso, con simplemente decir - Universo, ángeles, maestros, ¿qué debo aprender de esto? ¿Pueden darme una mano con la situación? No sé qué hacer -, entre otras, estamos brindando una puerta abierta para que las energías divinas fluyan y nos permitan ver otro mundo. Nosotros somos los que estamos decidiendo por medio del libre albedrío todo lo que vivimos. Así que cuando tengamos ganas de estar de víctima

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Libre albedrío

preguntémonos cómo puedo hacer para mejorar. Cómo puedo salir de este círculo vicioso. Puede ser que la respuesta llega al instante o, incluso, tarde en hacerlo. Lo importante es estar receptivo a las opciones. Si no es como si nos pusiésemos una máscara que solo nos permite ver hacia adelante sin ver los lados. Recuerda que, en cada instante, tenemos distintas opciones. Incluso, si estamos en una discusión podemos elegir si enojarnos, responder en voz alta o baja, ser compasivos, comprender, quedarnos, irnos, etc. El mundo se hizo para que nuestra voluntad moldee nuestra realidad. Para permitirnos expresar nuestro ser como deseemos. Así que recordemos, si hay una situación en la cual nos sentimos encerrado, ¿cuál es la posibilidad que no estamos viendo? Queda en nuestro acto creativo qué opciones podemos tener. Incluso, muchas veces, puede pasar que nos digan - estas eligiendo por mí. -En algún punto puede ser verdad. Si elegimos separarnos de alguien ya estamos decidiendo por esa persona. Sin embargo, mirémoslo de ésta manera, estamos eligiendo lo que creemos mejor para nosotros. Estar en una situación que no deseamos, solamente nos hará infelices a nosotros y a la persona con la que nos encontremos. Ahora, la otra persona deberá elegir si dejarte ir o estar apegada a esa “no elección”. Incluso, recordemos. Todo lo que estamos viviendo es el resultado de las elecciones que hicimos.

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Libre albedrío

Si queremos una vida mejor, ¿qué elecciones debemos tomar ahora mismo para poder tenerla? Solamente te voy a brindar una pista, busquemos que nos hace felices. Qué hace saltar de la alegría a nuestro corazón.

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Libre albedrío

Pretendamos que volvemos a ser niños. Jugamos con los juguetes hasta que mamá nos pide que vayamos a comprar pan, hagamos la tarea y ordenemos el cuarto. Si tenemos ganas rezongamos un poco. ¿Listo? Entonces, tratemos de imaginar las opciones que tenemos. Solamente hay una limitación. Debemos hacer todo en ese día. Las posibilidades quedan disponibles a nuestra parte creativa. Una vez que hayamos resuelto cómo hacerlo, cuánto tiempo nos llevará cada acción, cómo realizar todo y demás, probemos empezar de vuelta y buscar alternativas. Cuando hayamos terminado hagámoslo de vuelta. Tratemos tantas veces como deseemos y con cuantas opciones encontremos. A ver con cuántas posibilidades salimos al ruedo. Felicidades, obtuvimos el logro: Libre albedrio Eso sí, recordemos, todas las personas tenemos derecho a elegir. Esto significa que si elegimos algo los demás pueden aprobarlo o desaprobarlo para sí mismos. En última instancia, el que debe estar en paz y feliz por la decisión somos nosotros mismos. Si lo hicimos para “bien” o “mal” ya se sabrá. También es importante aprender de nuestras elecciones y poder ganar sabiduría con ellas. Si no experimentamos por nosotros mismos no podremos evolucionar como nuestra alma lo indica.

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Libre albedrío

Igualmente, no significa hacer oído sordo a todo lo que nos dicen. Pues, esas palabras pueden guardar sabiduría pura. Tomemos lo que sirve, dejemos lo que no.

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Probemos algo. Cómo creen que sería poder ver todo desde las alturas. Tal cual águila sobrevolando la zona. Si no, tener una hoja mágica que describe en dibujos como se ve la situación desde fuera. Un programa de radio donde nos cuentan qué ocurre por medio de un narrador testigo. La palabra clave para éste capítulo es la última del anterior párrafo. Pues, ¿cuántas veces fuimos protagonistas de discusiones o mal entendidos? Donde sí nos deteníamos un segundo podíamos ver realmente el problema. Así nos evitamos dolores de cabeza presentes y futuros. Pero, hay momentos en que dejamos que el ego nos lleve a rienda suelta y realizamos acciones o emitimos palabras que nunca hubiésemos deseado. Ahora si, en vez de eso, nos frenamos un instante, tratamos de observar desde fuera la situación y reaccionamos realmente como corresponde ¿Qué ocurre? Realmente, suena mucho más fácil de lo que es. Incluso, estando en la situación es más difícil aún. Eso sí, si tenemos la capacidad de poder hacerlo con facilidad ¡Felicidades! Si no la poseemos, ¡a practicar!

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Soy un águila

Nada es motivo para desanimarnos. Podemos llevar a cabo esta posibilidad de alejarnos un poco de la escena para ver y actuar de otra manera. Para que cuando llegue el momento podamos actuar sabiendo que lo hacemos lo mejor posible. Otorgando el suficiente espacio a nuestros sentimientos y a los de otra persona. Eso sí, en algunos casos, una negativa puede ser mejor que una afirmación. Es necesario poder comprender que si debemos poner el límite lo hagamos. Está bien que podamos abstraernos de la situación para contemplar realmente lo que ocurre y las opciones disponibles. Igualmente, no por comprender al otro debemos descuidarnos a nosotros. Incluso, puede ser que veamos que debemos ponernos en modo “malo”. Pues, nos verán de esa forma por no cumplir con los deseos de nuestro interlocutor. La idea es poder observar y actuar sin culpa. Para que cuando haya pasado ese momento podamos estar tranquilos con nuestra conciencia. El reprocharnos es terrible para nosotros mismos. Esto ocurre por dos motivos. Primero porque aceptamos que hicimos algo contrario a lo que realmente sentíamos. Segundo porque sabemos que podíamos hacerlo de otro modo. Así que cuando estés en una situación trata de convertirte en un observador de la misma. Busca comprender que es lo que realmente ocurre ahí y de hablar y actuar con amor y compasión. Si debemos poner límites, lo hacemos.

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Soy un águila

Busquemos donde escribir y con qué hacerlo, muñecos, objetos e incluso tú mismo. La idea es poder representar, de alguna manera, un momento que hayamos pasado mal. Un escenario donde nos reprochemos lo hecho o no. Cuando hayamos encontrado ese lugar y tiempo, miramos desde fuera. Recreamos la escena. Sí, puede ser doloroso. Pues, volvemos a esa experiencia. Ahora, lo que debemos hacer es alejarnos. Verlo desde la distancia. Así observamos sin dolor, sin miedo. Al lograr alejarnos de la escena (sea volando, siendo otra persona, etc.) vamos a buscar las opciones que teníamos disponibles. Distintas posibilidades a ejecutar. Trataremos de llevarlo al mejor lugar que podamos y ni bien recreamos la mejor escena posible la dejaremos ahí. Si queremos podemos hacerlo con otras experiencias. Así aprendemos a ver desde otra perspectiva. La idea es practicar. Así cuando llega el momento fuerte podemos abstraernos para actuar de la mejor manera posible. Por algo existe un dicho que dice – Cuando dos personas se gritan es porque sus corazones se alejan y escuchan cada vez menos - Si estamos corazón a corazón veremos que no hay necesidad de gritarnos. Gracias a nuestras habilidades conseguimos el logro: Testigo

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Ilusiones, algo que siempre rondo mi ser. Un tema con el que siempre me vi enfrentado. Mis grandes maestras para comprender la esencia de las situaciones. ¿Cómo podemos definir que es una ilusión? Es creer que algo es real cuando no lo es. Muchas veces podemos saber que estamos viviendo una mentira y, por motu propio, seguir viviendo de esa manera aun sabiendo que lo es. Otras veces, estamos parados en ella y no nos damos cuenta. También, puede ocurrir que nos dijimos tantas veces una mentira a nosotros mismos que terminamos creyendo que es verdad. Luego, usamos esa base para crear nuestra vida. Lo que otorga una estructura endeble e inestable. Hay momentos de la vida en la que descubrimos que algo es una ilusión. Es una mentira disfrazada de verdad. Ahí ya queda a nuestra elección qué hacer con ella: ver la mentira por lo que es y la verdad que subyace a ella o seguir viviendo como veníamos haciendo. Una mentira como base. Una de las principales características de las ilusiones es que somos prisioneros. Me refiero a que nos limitan y coartan. Al no ser verdad, es necesario que 149

Rompiendo ilusiones

vivamos dentro de una estructura armada para poder mantenerla. Si nos vamos de ella se desmorona sin más. Muchas veces elegimos la mentira porque creemos que es lo mejor. Pensamos y creemos que ella nos brinda una vida feliz. Sin importar realmente que es lo que otorga a nuestra vida. Si alguna vez tuvieron la chance de ir a una feria y visitar la casa de los espejos entenderán. Para los que no fueron o nunca vieron en algún lado algo similar les cuento. En esos eventos tienen unos espejos que muestran distintas “realidades”. Te dicen - cómo serias si fueses más alto. -También están los de flaco, gordo, petiso, etc. Y cuando te miras en ellos ves una versión completamente deformada de la realidad. Es así cuando actúa una ilusión. Deforma nuestra realidad. Al hablar de realidad me refiero a nuestro interior. Nuestra Verdad es cambiada por una verdad. Mantiene a todos atrapados en una telaraña donde nadie es realmente feliz. Incluso, puede haber veces en que uno lo niega y dice “yo soy feliz”. Lamento informarnos que en realidad no es así. Dejé carreras cuando descubrí que en esencia es vender una mentira. Por ejemplo, la publicidad. Es atar un producto a una fibra de nuestro ser. Es encontrar de qué manera podemos asociar eso que queremos vender al sonido que realiza nuestro interior. Ha logrado su cometido cuando logra decirte “si bebes tal cosa vas a ser feliz” y tú le crees. Entonces, dependemos de esa mentira para poder ser felices.

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Rompiendo ilusiones

Esto se aplica a toda nuestra realidad. Pueden ser personas, situaciones, etc. Si miramos en nuestro interior veremos nuestra Verdad. Entonces, miramos alrededor y podemos ver si esa parte de nuestro ser se materializa a nuestro medioambiente. ¿Cuántas veces hemos decidido estar con alguien para evitar romper su corazón? ¿Seguir con un determinado camino para evitar desilusionar a la familia? ¿Cuántas veces hemos hecho una vida que no queríamos para poder satisfacer a los demás y no a nosotros mismos? Es en ese instante en el que abrimos nuestro discernimiento y vemos las cosas tal cual son. Pues, incluso, al vivir vidas que no queremos terminamos lastimando aún más fuerte nuestro corazón y el de los demás. Pues los aferramos a una realidad que no es tal. Permitimos que crezcan espejos de feria en nuestra vida y vemos todo distorsionado. En cambio, cuando nos ponemos de pie y soltamos las cadenas que nos atan, rompemos con la ilusión. Es verdad que al hacerlo puede haber muchas lágrimas, rencores y palabras y acciones que busquen lastimarnos. Sin embargo, aunque surjan manos oscuras del suelo que quieran retenernos es mejor tratar de emprender vuelo. Nuestras alas pueden estar atrofiadas por no usarlas. Seguramente, un tiempo, va a doler el ejercitarlas. Pero, cuando llegue ese momento que estén fuertes de vuelta y nos permitan volar a nuestros sueños veremos que todo valió.

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Rompiendo ilusiones

No voy a usar la palabra pena, no voy a usar la palabra sacrificio. Debemos ser conscientes de cómo nos expresamos. Hay un capítulo aparte para este tema. Así que no voy a profundizar aquí. A veces, es necesario “destruir” para “crear”. Hay que convertirnos en cenizas para surgir como el ave fénix. Siempre que caigamos, podemos levantarnos y lo haremos siendo aún más fuertes. Nuestro interior estará fortalecido por la experiencia y sabremos elegir sabiamente. Podremos identificar qué queremos y que no. Incluso, ver por adelantado cuando una situación es similar a una que vivimos o si expresamos de vuelta esa ilusión. Entonces, podremos decir que no antes de empezar a construirla otra vez. Evitar quedarnos encerrados, una vez más, en sus cadenas. Podemos vivir de ilusión en ilusión hasta alcanzar nuestra Realidad. Entonces, a medida que avancemos podremos hacerlo con felicidad. Pues sabemos que cada paso, cada aleteo nos lleva más a nosotros mismos. Volemos sin miedo. Nómades del aire.

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Rompiendo ilusiones

Hace un momento hablé de los espejos en las ferias y podemos probar algo un poco diferente que puede ayudarnos a ver las cosas de otra manera ¿Qué les parece si en vez de buscarnos uno de esos espejos probamos anteojos? Es decir, busquemos unos anteojos con mayor o menor aumento y probemos qué tan diferente vemos1. Si usan anteojos como yo, prueben con algunos de menor graduación o sin nada ¿Cómo se ve el mundo? Distinto, ¿verdad? Así es cuando tenemos alguna ilusión rodeando nuestro ser. Por ello es importante clarificarnos para poder ver las cosas por como son realmente y vivir realmente en base a quien somos. ¡Muy bien! Acabamos de obtener el logro: Libertad

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Cuando empezamos a ingresar a estos mundos de lo metafísico, espiritual, “auto-ayuda”, etc. una de las primeras enseñanzas es “el exterior es un reflejo de nuestro interior”. Esto significa que cuando alguien está enojado y nos pone mal a nosotros representa que hay algo que debemos cambiar. Si hay algo en el exterior que nos duele es porque está en nosotros para ser sanado. Ahora, que ocurre si durante muchos años estamos aprendiendo a unificar nuestras partes y por, arte de magia, seguimos encontrándonos y viviendo con gente que no es acorde a como nos vemos y sentimos por dentro. Al menos, ya no. Somos nosotros que tenemos aún algo por sanar o, en realidad, ¿puede significar algo más? Soy creyente de que no todo lo que está afuera significa que está dentro de nosotros. Pues, muchas veces las personas son como son. Por salir a la calle y ver la intolerancia generada por la frustración colectiva no significa que somos parte de ella. Sí, podemos empatizar y buscar comprender el por qué de la situación para poder llevar un poco de paz a sus

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Tú exterior y tú interior

corazones. Sin que ello signifique que estamos intolerantes y frustrados. Entonces ocurre, muchas veces, que estamos “encariñados” con el mundo alrededor nuestro y nos cuesta salir de él. También, puede pasarnos querer ser el salvador de nuestro entorno. Por lo cual terminamos utilizando nuestras energías para “salvar” a personas que “no quieren ser salvadas”. Verán que lo pongo entre comillas porque en algún punto todos desean cambiar. Algunos, lo ven y otros no. Además, nosotros no somos los salvadores de nadie. Si alguien no quiere cambiar no va a hacerlo por un tercero. Realmente, si lo desea, lo hace por sí mismo y por ella misma. Así que en algún punto debemos decidir cambiar y dejar atrás lo que ya no es nuestro. Puede ser que veamos alrededor algo que no nos gusta y, tampoco, podemos cambiar lo que es. Lo más similar puede ser estar viviendo en un pantano mientras tú eres la flor de loto en él ¿Eso significa que debemos quedarnos y sacrificarnos? Hace mucho tiempo comprendí que el sacrificio no acarrea nada bueno. Nada. Nosotros podemos elegir seguir viviendo ahí o cambiar la forma en la que vivimos. Como somos por dentro somos por fuera. Podemos decidir dejar el pantano y, antes de irnos, permitir saber cómo contactarnos. Para ir a un lugar que represente mejor como somos por dentro.

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Tú exterior y tú interior

No significa que dejamos a la gente abandonada. No significa que somos malos por querer estar mejor nosotros. Significa elegir estar cada vez mejor uno consigo mismo. Significa que ellos pueden ver que un cambio es posible. El estar mejor, vivir mejor, ser uno mismo y feliz con ello es posible. Terminamos siendo los que armamos un camino que otro puede empezar a recorrer y en cualquier momento crear su propia bifurcación para crear algo más o seguir el que dejamos. No es necesario que recorran los mismos pasos. Puede ser que tomen lo que creamos y que lo experimenten de otra forma. Cada uno de nosotros ama disfrutar con su propia experiencia. Así que amémoslos por lo que son. Así que, una vez que cambiaste por dentro es necesario que busques la forma de que el exterior, también, represente lo que llevas en tu interior. Si eso significa dejar ir situaciones o personas deberemos hacerlo. Cada uno tiene su tiempo propio e, incluso, puede pasar que los cambios ocurran sin que nosotros los pidamos. También, puede suceder que queramos cambiar y no sabemos cómo. Que hayamos intentado y no lo pudiésemos lograr. Es ahí cuando ingresa la otra opción: cambia tu entorno para ver distinto y en ese vivenciar distinto crea un interior nuevo. Mejor dicho, permite descubrir algo que no podías ver. Para poder vivir en equilibrio y felicidad debemos ser capaces de balancear lo que hay dentro y fuera. Debemos ser capaces de elegir expresar de todas las

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Tú exterior y tú interior

maneras que podamos quienes somos. Crear un mundo con el que nos sintamos identificados. No hay nada que temer. El cambio es habitual en todo el Universo. Constantemente todo está cambiando y nosotros como una fiel representación también lo hacemos. A veces, requiere un salto de fe para poder crearlo. Otras veces, simplemente dar un paso en la dirección que sentimos correcta.

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Tú exterior y tú interior

Ve a tu cuarto, camina tu casa. Mira cómo se encuentra, como te sientes. Pregúntate si expresa realmente como eres o no. Revisa todo con cuidado. Puede ser que quieras quitar o agregar algo. Quizás solo cambiar la ubicación de algún mueble o decoración ¿Y si todo está perfecto? Bueno, entonces, revisa otros ambientes en los que estas. Por ejemplo, tu trabajo. Revisa tu oficina, ¿te gusta? ¿Estás a placer en ella? ¿Puedes cambiar algo para hacerla más personal? Una simple foto puede cambiar tu ánimo durante todo el día. Busca lo que haya fuera tuyo que no te guste y revisa como puedes cambiarlo para que exprese mejor tu interior. No sabes cómo es tu interior y si sabes cómo te gustaría que fuera. Entonces, cambia el exterior para que exprese lo que te gustaría. Puede ocurrir que un día algo represente como eres y al siguiente no lo haga. No te sientas mal. Déjate fluir con quien eres en cada aspecto de tu ser. Por ejemplo, mi cuarto cada 3 meses aproximadamente cambia su organización. La cama va de otra forma, al igual que la biblioteca y el escritorio. Cambio la energía del lugar a cómo puedo estar yo en ese momento. Otras veces dura más o dura menos. Otras, simplemente lo hago como ejercicio creativo para ver de qué manera puedo innovar e incrementar el placer de mi propio “santuario”. Al terminar obtienes el logro:

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Tú exterior y tú interior

Como es dentro es fuera Recuerda: no siempre lo que ves afuera está dentro. Algunas veces, son solo disparadores para el cambio personal. Tanto por fuera como espiritualmente. No te desesperes y déjate fluir junto a tu intuición.

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Es difícil explicar de una forma sencilla lo que significa que todos somos uno solo y que a la vez mantenemos nuestra individualidad. Es un concepto enorme para ser explicado en nuestras palabras. En su momento, encontré la mejor descripción en las palabras de un ser maravilloso: Kryon. Él usó como metáfora la sopa. En realidad, la aplicó para otro tema y, a mí, me encanta usarlo para éste. Todas las personas que estamos en este mundo, las que están del otro lado, los seres extraterrestres, los astros, el universo. Todos somos uno solo y, a su vez, cada uno es uno en ellos. Es similar a cuando hacemos una sopa. Todos los ingredientes están mezclado en una sustancia más o menos consistente. Sin embargo, cuando empezamos a estar concientes de lo que hay ahí dentro podemos degustarlos por “separados”. Podemos sentir el tomillo, la zanahoria, el agua, la sal, etc. Entre todos forman algo que puede enaltecer nuestro paladar y brindarle un gusto nuevo y maravilloso. Si no agregamos uno o cambiamos un ingrediente el gusto cambia.

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La sopa

¿Qué quiero decir? Que cada uno nosotros somos un maravilloso ingrediente dentro de este gran plato de sopa que conformamos. Todos y cada uno de nosotros creamos una realidad en conjunto que puede ser tan maravillosa como los que estamos ahí dentro. Por lo cual, de manera individual (nuestras acciones) y de manera grupal (como nos relacionamos entre nosotros) creamos algo que puede ser tan bello como nosotros queramos. A su vez, es difícil poder mirar en la sopa e identificar exactamente cada parte. No podemos decir – Bueno, voy a sacar la sal – y con la mano extraerla. Ya está mezclada. No es cuestión de querer sacar a alguien. Es cuestión de ver cómo podemos cambiar la interacción entre nosotros para dotar de un gusto distinto. Quien quiera o no, estamos todos juntos en este barco y entre todos vamos a llevarlo a buen puerto. Sé que uno puede agregar otras opciones. Más, no veo otra plausible en estos momentos. El mundo y nosotros cambiamos tanto que no hay lugar para el desastre. No mientras todos sepamos que podemos colaborar de alguna manera para crear un mundo mejor. Ese lugar de ensueño es el que estamos creando constantemente entre todos. Al compartir una sonrisa, al extender una mano para ayudar, al dar un abrazo, al sentarse al lado de alguien que lo necesite, tirar un papel en un cesto, etc. Cada buena acción que hagamos otorga un extra en el mundo y el Universo. No importa si puedes ver el agregado a macro-escala como

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La sopa

quisieras, pues lo que hacemos en micro va al macro. Recuerda, todos somos uno y cada uno de nosotros somos. Así que disfruta siendo parte del todo y siendo tú mismo a medida que te mueves con placer entre cada ingrediente de la sopa. Disfrutemos de este mundo que creamos a conciencia. Disfrutemos de quienes somos. Simplemente siendo más de quien somos ya estamos dando el néctar necesario para la vida misma. Salgamos a jugar junto a todos. Por participar de éste gran mundo ganamos el logro: Sopa

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¿Cuántas veces hemos hablado sin pensar dos veces lo que decimos? ¿Cuántas veces hemos vociferado sin meditar en las consecuencias creyendo que unas disculpas ya son suficiente para subsanar el daño? Tarde o temprano nos damos cuenta que cada palabra que emitimos posee una energía intrínseca. Puede cambiar absolutamente todo lo que somos y es el otro. Aunque, esto último depende de qué permite la otra persona ingresar en su ser. Siempre les puedo hablar desde la experiencia personal. Esto engloba lo dicho y/o pensado, lo escuchado, leído, etc. Todo tipo de información que haya llegado a mí. Por suerte, hoy en día, tomo muy distinto cada momento como para no permitir que me defina automáticamente. También busco evitar producir un efecto negativo en mi o en otros con lo que digo y/o pienso. La pregunta es: ¿por qué tiene estos efectos? Pueden decirme: - es una falacia. Ahora, por favor, detengámonos dos segundos y revisemos como cambia nuestro ánimo, sentimientos dependiendo de lo que pensamos. Incluso, reveamos lo vivido ¿Cuántas veces en los momentos más felices o 165

Las palabras y su energía

más tristes de nuestra vida estuvo ligados a la palabra y cuántos a la acción? Ahí van a poder dilucidar un poco más como funciona esto. No puedo mentir. Es un tema que siempre atrajo mi atención. Es algo por lo cual resulté herido, sanado y exaltado una y mil veces. Hasta que descubrí lo que producían y decidí qué dejar entrar y que no. Tomar la forma y dejar la energía. Para, de esta manera, poder comprender mejor a mi interlocutor. Sea otra persona o yo mismo. Sí, nosotros somos nuestra propia emisión, canal y recepción. ¿Esto a que se debe? Les voy a contar algo que me contaron a mí. El mundo, en realidad, por llamarlo de alguna manera, toda la creación está hecha de energía. Lo que nos incluye. A su vez, la misma se encuentra determinada por la geometría sagrada. Entonces, una energía tiene una vibración, la forma la complementa y entre las dos tienen una vibración nueva. ¿Esto a donde nos lleva a nosotros? A que somos, como dije antes, energía. Entonces, lo que sentimos es esa energía que se crea en nuestro ser y deseamos comprenderla. Cuando la entendemos crean las emociones. Las cuales las expresamos por medio del acto o la palabra. Estas dos última vienen a representar la geometría sagrada que creamos los humanos. Podemos ver que las acciones más o menos están “establecidas” y las palabras definidas.

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Las palabras y su energía

Es decir, las palabras que utilizamos tienen una forma que fue otorgada gracias a una energía. Entonces, ellas vibran de una manera particular. Por lo cual, podemos decir que nuestros idiomas son la geometría sagrada que creamos como humanos. En estos instantes si alguien sabe sobre el tema me puede llamar hereje o decir que estoy loco. También, puede haber alguna persona que vea lo que digo y, de alguna manera, entienda la verdad que puede contener. Cada uno contiene una parte y entre todos nos complementamos. Así que las palabras son la energía a la que le otorgamos una forma y, por ese motivo, nos pueden afectar tan hondamente. Cuando hablamos de un tema sentimos que nos sanamos o que la mochila se vuelve más liviana. Esto ocurre porque estamos sacando en contenedores especiales lo que estamos llevando por dentro. Los movemos con una vibración determinada que afecta al todo. Por esto mismo, les digo que debemos ser muy precavidos en lo que decimos. Especialmente cuando estamos heridos y hablamos desde el dolor, no desde el amor. Por lo cual, podemos llegar a herir con nuestras palabras. Así que, la idea es que sean capaces de asimilar esto. Descubrir cómo interactúan las energías de sur ser con la estructura de las palabras. Cuando ellas sean creadas en su mente y/o sean expedidas por su boca sean capaces de crear la realidad que quieren de amor, compasión, alegría y paz y no una

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Las palabras y su energía

de dolor. Tengan en cuenta que esto incluye lo que escribimos. Muchas veces podemos ver un libro, una hoja manuscrita, algo realizado en el lenguaje humano y descubrir si nos gusta o no sin si quiera haber escudriñado una sola página. Si es verdad, que nuestro lenguaje es soso, lento y superfluo comparándolo con el mundo interior que poseemos. Que una y mil veces se queda limitado para expresar quiénes somos, cómo nos sentimos. Sin embargo, ese no es motivo para tratarlo con desdén o sin cuidado. Como dije antes, las palabras son la geometría sagrada creada por nosotros para poder expresarnos. Así que hagamos el uso más hermoso que podamos de ella.

Cada sentimiento es energía. Cada palabra es geometría sagrada humana. Cuando los mezclamos creamos una vibración nueva. Esta vibración afecta al todo. Recuérdalo antes de hablarte a ti mismo y a los demás. Esta vibración es la que crea todo en nuestra vida. Seamos el concertista de nuestra vida.

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Las palabras y su energía

Agarren unas hojas, grandes, pequeñas, de colores, las que prefieran. Junten marcadores, lápices, etc. Algo que les permita la mayor libertad para darle los retoques que deseen. Entonces, creen en esas hojas distintas palabras por cada una y denles las decoraciones que sienten que llevan. Píntenlas con los colores que su corazón les dice que representan. Entonces, revisen como lo hicieron y vean como las ven. Felicidades por obtener el logro: Viendo la energía También, podemos hacer un experimento: Primero, llenen dos vasos con agua y díganle, con intención real, “te amo” a uno y “te odio” a otro. Mírenlos y traten de reconocer si poseen algún cambio. Seguramente no van a verlo porque no tenemos los equipos. Sin embargo, los cristales de agua de esos vasos cambiaron de forma. Para ello pueden, si quieren, buscar información del Dr. Masaru Emoto que dedicó gran parte de su vida a descubrir como la energía de las palabras pueden cambiar la realidad. Si quieren llevarlo a un nivel un poco más “visible” agarren 3 plantas del mismo tipo. Pongan una al lado de la otra y una vez al día van a decirle a una “te amo”, a la otra la ignoran y a la tercera “te odio”. Las riegan como siempre y dejamos pasar los días siguiente este pequeño ritual una vez por día. A medida que avancen

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Las palabras y su energía

las fechas podrán ver como cada una es afectada de distinta manera. Para quien ande vago puede revisar Internet que está lleno de videos para poder experimentar de alguna manera lo que estamos hablando.

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Bienvenidos todos los humanos que desean ser parte de este encuentro. Sabemos bien quienes son los que están leyendo estás páginas y en todos sale el deseo subyacente de querer despertar. Ascender dentro de su propio ser hacia nuevas realidades. Si ustedes lo desean pueden preguntarnos, "¿despertar exactamente de qué?" es más sencillo de lo que creen. Despertar del sueño, Akaruf. Muchos maestros enseñaron que su vida es un sueño. Ahora, creemos que muchos han creído que eso significa, en algún punto, creer que realmente no vale, de alguna manera, esta vida. Por lo cual, buscan otra donde crean o sientan que realmente es de valor. Ahora, dígannos, entonces, ¿para que vinieron a este mundo? Si hablamos de despertar nos referimos a distintos niveles. No a que dejen todo lo que tienen para disparar a algún lugar como ascetas o algo similar. Si no más bien a que puedan abrir los ojos de su alma para mirar alrededor suyo y descubrir qué resuena con quienes son y qué no. Para nosotros existen distintos niveles del despertar. Paso a paso. Muchos pueden componerse de forma global y personal. Entonces, ¿dónde nos 171

Es momento de despertar

encontramos ahora? En medio de una siesta profunda. Ya no es la noche la que arraiga sus sueños. Sino una tarde bella que está llegando a un fin. Que a su vez significa un inicio. A lo largo de los tiempos de la humanidad pasaron por distintas etapas. Desde las más oscuras, como las llaman, a las más bellas en comparación. A medida que ven cómo pasa el tiempo para su raza pueden visualizar distintos momentos en los que estaban más o menos dormidos. Distintos trances de su era que ahora son considerados barbaries. Lo mismo va a ocurrir a medida que avancen en estos nuevos tiempos. Incluso, mucho de su conocimiento científico va a ser "obsoleto" a comparación de los grandes "descubrimientos" que están teniendo lugar ahora mismo. Ni mencionar los que ocurrirán en breve. Eso sí, nuestro breve no es tan corto como pueden desear ustedes. Ahora, deben trabajar en ustedes mismos para descubrir cómo seguir despertando. Sin embargo, despertar no es necesariamente mirar y decir "veo la esencia misma del universo". No es decir soy el nuevo mensajero. Para nosotros significa mirar dentro de ustedes, que puedan evaluar quiénes son en mayor o menor medida. Descubrir una parte de ustedes siempre que puedan. Las partes que se van uniendo; formando de mayor manera su esencia real. Aquella que responde realmente a su corazón, mente, espíritu y alma ¿Qué diferencia pueden encontrar entre el espíritu y el alma? Piénsenlo un instante. Siéntanlo. Dejen que las

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Es momento de despertar

intuiciones lleguen y definan qué son para ustedes. Una vez que lo hagan pueden seguir leyendo estas palabras nuestras para con ustedes. . .. … …. ... .. .

Ahora, para nosotros espíritu es la misión actual de su vida. El motivo por el cual encarnaron. Es una sola pieza de ustedes y tienen tantas como ustedes hayan decidido crear antes de venir. Todas esas piezas están viviendo en diferentes espacios-tiempos. Sean otras encarnaciones o vidas paralelas a esta con sus diferentes matices. Todas juntas forman su alma ¡Ah! no se olviden que esto incluye las piezas que son parte de la Tierra y las que no lo son. Las que están en otro lugar. Su esencia, su alma, es la que pertenece en su estado más puro a la Fuente. Es decir, todas sus piezas juntas. Y ahora, ¿hacia dónde están yendo? Están caminando el mapa que no existe para poder encontrar sus piezas. Para conformar su esencia misma en la Tierra. La expresión más divina de ustedes mismos. ¿A que nos referimos con el mapa que no existe? más bien que no existe un recorrido predeterminado para poder lograrlo. Sino que es algo que van creando. Si miran hacia "atrás" podrán armar un mapa mental o emocional o del tipo que deseen de qué camino los 173

Es momento de despertar

llevo hasta este momento. Lo que depara más adelante es una sorpresa para todos ustedes. Algunos pueden tener un momento de inspiración donde pueden visualizar los pasos a dar. Esos son los mensajes de su ser para poder despertar. Ascender. Completar más de quienes son. ¿Pueden llegar al cien por ciento en estos tiempos? Verdaderamente es difícil. La Tierra, su cuerpo, su mundo no está preparado para ello. Es como si decidiesen explotar por la gran cantidad de ser que llevarían. Entonces, de a poco logran expandirse aún más. Decir que van a ir logrando esto es verdad. Paciencia amados nuestros. Cada momento, cada lugar llevará una parte de ustedes. Hasta que puedan estar completos al cien por ciento en esta u otra vida. Recuerden, confíen porque el Universo solo desea que todos sean felices. Siempre estamos todos juntos es cuestión de sentirlo.

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Llegamos al “final” del libro. Lo coloco entre comillas porque, en realidad, es el inicio del viaje. Donde empezamos a crear todo lo que queremos desde nuestro corazón. El cual, equilibramos con nuestra mente. Un binomio de pura creación. Según pudieron experimentar, seguramente, no todo fue diversión. Muchos momentos pudieron ser duros. Nos encontramos con nuestros propios miedos y falencias. Lo importante es haber podido verlos e empezar a sanarlos. A medida que avancemos por el camino que decidamos tomar podremos ver cómo nos divertimos. Pues es el lugar que queremos recorrer. Al divertirnos generamos alegría y ella nos lleva al amor. Eso sí, tengan en cuenta que cada una lleva a la otra. Es decir, ninguna es el inicio obligatorio de otra. Se retroalimentan entre sí y todas pueden ser el inicio y continuación. Incluso, llegado este momento espero que podamos ver realmente que nosotros somos los artífices de nuestras vidas. Nosotros decidimos cómo vivirlas. Es verdad que algunos pueden tener una experiencia mucho más complicada que otros. Sin embargo, depende de quien viva esa experiencia el

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Palabras finales

cómo hacerlo. Podemos buscar las soluciones y alternativas o dejarnos hundir en la desesperación. Mucho de lo que hablamos en este libro irá cambiando a lo largo del tiempo. Pues, a medida que avancen podrán descubrir nuevas y mejores formas de desarrollar su vida. Hallarán opciones personales para lo que vivan. Lo más importante es que intenten encontrar formas de seguir ascendiendo. De seguir avanzando en su vida. Pues, estamos en constante aprendizaje y experimentación. Aprovechemos las oportunidades que nos otorgan. Un recordatorio, lo que puede funcionar para uno, no significa que funcione para otro. Podemos crear tantas opciones como humanos existimos. No nos desanimemos y busquemos darle una mano quien podamos. En primera y última instancia, también, nos estamos ayudando a nosotros mismos. El cómo tratemos a otros es como nos tratamos a nosotros mismos. Por ello, es importante que seamos capaces de adaptarnos y flexibilizarnos con nosotros mismos. Podemos ser como la montaña dura e imperecedera o como el agua que fluye por cada rincón que tiene disponible. Eso sí, no olviden que ser flexible no significa que perdamos nuestro propio respeto ni amor propio. Toda relación debemos desarrollarla dentro de los propios límites que impongamos. Por ejemplo, que nadie nos falte el respeto. Si lo hacen los detenemos y les pedimos que dejen de hacerlo.

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Palabras finales

Podemos hablar en todo momento y siempre con respeto. Con todo mi corazón nos deseo a todos la vida más maravillosa e increíble que podamos vivir. Concretemos nuestros sueños y estemos rodeados de abundancia (dinero, amor, respeto, alimento, etc.). Hagamos nuestra parte y confiemos que el Universo hace la suya. Dejémosle obrar con libertad. ¡Que siga la aventura!

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Ya ha transcurrido el calendario desde que escribí el libro. Junto a esto fueron sucediendo distintas experiencias y sentimientos respecto al mismo y mi vida. Hoy día, sigo leyéndolo y encuentro capítulos que me siguen siendo útiles. Hay veces donde uno puede olvidar lo aprendido y debe empezar a recordar para no repetir la lección y aplicar lo recordado. Además, desde que lo terminé no pude sentir que fuese cien por ciento mío. Le di vueltas, quise modificar partes para sentirlo propio y no podía. Es algo que se escapaba de mis manos. Pues, sentía que le cambiaba la esencia, energía que tienen estas páginas. Es algo que, en algún punto, me estaba volviendo loco hasta hace poco. Dos días antes de escribir estas palabras y con la conjunción del 8-8-8 (08-08-2015) pude empezar a sentir las cosas distintas. El libro, en sí, está escrito junto a la energía del colectivo Akaruf (página 171) y el acceso, mínimo, que poseo del Akash. Es un trabajo conjunto donde queremos brindar la mayor cantidad de reflexiones posibles. Así que a medida que pasa el tiempo y cada palabra nos traspasa por entero aún más, el despertar será mayor. Acá no abarcamos la totalidad de la vida, solo unas pequeñas partes para que nos ayuden a todos. Cada uno

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Epílogo

sabe lo que debe o no implementar. Incluso, lo que hoy puede no parecer pertinente, puede serlo más adelante. A medida que expresemos más de quien somos, más se acomoda todo a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos. Siempre tenemos algo nuevo para redescubrir y maximizar los potenciales y experiencias que estamos transcurriendo. En esos instantes podemos sentir o creer que nuestra vida está extraña. Simplemente, las piezas no encajan en su lugar. Nosotros cambiamos y, poco a poco, ella lo hará con nosotros. Es un re-acomodamiento. Un cambio. Lo que implica que algo se agrega y/o sustrae. Varía de alguna manera. Lo cual, al ser desconocido, crea incertidumbre en nuestro ser. Solo nos queda confiar. Todo ocurre para nuestro mayor bien y el de todos. Desde ahí, esa ansiedad disminuye. Generalmente, por experiencia propia, cuando eso ocurre es porque estamos, de alguna manera, ascendiendo. Tomamos forma en el siguiente peldaño de nuestra evolución. Entonces, se produce un cambio en las líneas de tiempo. ¿A qué nos referimos con ellas? Para explicarlo de alguna manera, digamos que nosotros estamos caminando en un terreno que posee distintas posibilidades a concretar. Sin embargo, de repente, nos encontramos con un ascensor. Este nos lleva a otro piso, sus posibilidades y conformación son distintas ¿Qué lo hace más especial? Estas nuevas oportunidades son muchísimo más acordes a nuestro ser. Lo que genera una

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Epílogo

mayor libertad, alegría y felicidad. Ahí nos encontramos que nuestros planes cambian, nuestro entorno cambia. Si la transición de un piso al otro es dolorosa es porque no estamos soltando lo del anterior. Soltar no siempre es fácil y más cuando no sabemos qué es lo que depara el “futuro”. Así que, de alguna manera, conviene avanzar con la mayor seguridad posible y confiando en nuestro propio espíritu/alma. Ahora, si llegamos a querer escaparle al ascensor y seguir donde estamos, vamos a poder hacerlo. Mas, va a llegar un momento donde uno mismo diga: “voy a al piso que sigue”. ¿Mi consejo? Cuando puedan y se sientan listos, suban. Puede ser que viaje hacia arriba demore un poco, nos parezca lento, e, igualmente, la transición hasta que lleguemos va a ser hermosa. Es cuestión de saberla apreciar. Algo que le puede ocurrir a más de uno. En estos momentos estoy en eso ¡jajaja! La transición es bella. Espero que todos podamos apreciarla y disfrutarla. Con todo mi cariño para con todos. Sean lo que su esencia dicta y verán como, de alguna manera, todo se manifiesta como por “arte de magia”. ¡Mis felicidades para todos! Akaruf y yo no nos despedimos porque nuestros espíritus no se separan. Siempre en ustedes y ustedes en nosotros. Sean quienes son. Federico M. Jordan Muiños

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Si llegaron hasta aquí puede ser por cuatro razones: 1. Leyeron la introducción y vinieron a “ver qué onda”. 2. Conseguiste un logro. 3. Abrieron y les dio curiosidad, 4. No tengo idea como llegaron. ¡Muy bien, hora de empezar! Primero, recuerden, es completamente voluntario participar. Si no lo hacen no pierden absolutamente nada. Ni siquiera nos vamos a enojar. Ahora, el sistema es sencillo, hay dos formas de ganarlas. La primera es leer “ganaste el logro x”, vienen para aquí y la marcan. La segunda tanda corresponde a objetivos globales. Ellas están separadas de las primeras. El nombre de cada una indica cómo se obtiene.

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¡Bien hecho!

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1. Página web: http://energiaradiante.com.ar/

2. “Cómo detectar mentiras. Una guía para utilizar en el trabajo, la política y la familia”, nueva edición ampliada de Editorial Paidós.

1. Real Academia Española: http://www.rae.es/

1. “Las Doce Capas del ADN, Un estudio esotérico de la maestría interior”.Kryon, libro 12. Escrito por Carrol, Lee. Ediciones Vesica Piscis.

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Notas y aclaraciones

1. No vamos a ahondar en la teoría de chacras ni todo lo que representa cada uno para nuestro ser. Simplemente vamos a ir a lo más básico que necesitemos.

1. Aclaración: usen poca graduación de diferencia y durante poco tiempo. Por experiencia personal sé que puede causar dolores, mareos o cosas similares. Es solo para que puedan probarlo unos instantes.

1. Si alguien desea comunicarse conmigo puede escribir a: [email protected]

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Este libro se terminó de imprimir el 10 de octubre de 2015 en el Taller Gráfico FXN Yerbal 2248. Capital Federal Argentina

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