¿ES LO MISMO CREER “QUE” A CREER “EN” ALGO? - ObreroFiel

Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? ..... de policía, siempre creí QUE esta arma me protegería, pero una vez que me convertí en un oficial,.
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¿ES LO MISMO CREER “QUE” A CREER “EN” ALGO? Juan 3:1-18 (LBLA) “Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él. Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido el Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: “Os es necesario nacer de nuevo.” El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede ser esto? Jesús respondió y le dijo. Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio. Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino el que bajo del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” LO QUE PIENSA NICODEMO, Y LO QUE PIENSA JESÚS Nicodemo aparece en escena en el capítulo tres del Evangelio de Juan y parece estar buscando la verdad. Obviamente tiene curiosidad. Al parecer está dispuesto, pero lamentablemente está temeroso de que sus compañeros pudieran verle buscar a Dios en el hombre de Jesucristo. Así que en medio de la noche, Nicodemo viene en busca de la verdad y la respuesta a la pregunta que es incapaz de expresar en palabras: “Jesús, ¿cómo puedo salvarme?” La respuesta es simple. Naciendo de nuevo. Nicodemo viene a Jesús, creyendo que él es enviado por Dios; esto nos lo dice al inicio del encuentro. Pero Jesús define la salvación para Nicodemo al final del pasaje, al decirle que él debe cambiar de “creer que” a “creer en” si es que espera ser salvo. Así que, ¿qué significa eso exactamente? ¿Qué es creer EN Jesús, y por qué Dios desea eso para nuestras vidas? QUIERO QUE ÉL ME CONOZCA Parece ser que Dios ve una diferencia entre aquellos que decimos ser cristianos, y aquellos que Dios dice que somos cristianos. Aún en los días de Jesús, esto era verdad. Esta escena del Evangelio de Mateo, sigue siendo una de las más aterradoras para mí: Mateo 7:17-23 (LBLA) “Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; APARTAOS DE MÍ, LOS QUE PRACTICAIS LA INIQUIDAD.”

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LAS OBRAS NO FUNCIONAN Antes que nada, ¿notas que Jesús comienza por decirnos que el producir “fruto” no nos salva; sino que puedes decir con certeza quien es salvo por el ‘fruto’ que produce? Él es muy claro en esto. No traten de llegar a mi presencia a través de buenas obras, sino vean que un verdadero creyente es conocido por sus buenas obras. ¿Te suena confuso? Jesús ve una diferencia entre hacer cosas para ganar tu salvación y hacer cosas porque estás feliz de haber sido salvado. A Jesús le importan tus motivos. En una teología basada en las obras se requiere de buenas obras, siendo éstas una responsabilidad. En una teología basada en la gracia las buenas obras son el resultado del gozo que produce nuestra salvación, éstas son una respuesta a ello. Y hay una gran diferencia entre responsabilidad y respuesta. Jesús les dice a todos aquellos que se autonombran creyentes y hacen un montón de cosas buenas, que él ¡ni siquiera los conoce! ¿Cómo es posible? Esta gente seguramente se llamaban a sí mismos creyentes, mientras que Jesús no lo hacía. ¿Qué es lo que hace esta diferencia para Dios? ¿Qué es lo que Jesús quiere decir cuando nos dice que tenemos que cambiar de creer QUE a creer EN? Bueno, he llegado a entender la diferencia que hay aquí, y Dios me ha ayudado un poco moviéndome a través de una jornada en el cumplimiento de la ley, que hizo muy clara esta diferencia. Me gustaría compartir ahora algo de esto contigo. LA LECCIÓN DEL CHALECO Como sabes, a cada oficial de patrulla, le es asignado un equipo antes de darle la oportunidad de servir a la comunidad. He aprendido que creer en este equipo, es de muchas formas similar a la fe en nuestro Señor. Permíteme explicarte. Una de las primeras cosas que se pone un patrullero, es su chaleco a prueba de balas. Ahora, por años he leído acerca de lo grandioso que pueden ser estos chalecos, y aún he ayudado a conducir pruebas en nuestros chalecos al dispararles con una variedad de rifles y pistolas. Verás, creo QUE estos chalecos pueden detener las balas y protegerme, pero no es lo mismo que creer EN el chaleco. Mark Walker también creía que su chaleco podía salvarlo, pero puso su fe en acción una noche. Él estaba trabajando patrullando con un compañero y cruzando una de nuestras principales avenidas. Observó a un conductor frente a su unidad, zigzagueando sobre las líneas de la avenida, y sospechó que tenía frente a él a un conductor ebrio. Así que inició lo que pensó sería una detención de rutina en el tráfico para examinar la condición del conductor. Encendió sus luces indicándole al auto que se detuviera y pararon en el estacionamiento de una farmacia. Se aproximó al conductor y le pidió su licencia y registro. Lo que Mark no sabía era que el conductor era parte de un grupo por la supremacía blanca. Estaba ebrio y bajo libertad condicional. Esta sola violación por conducir en estado de ebriedad lo enviaría de regreso a prisión por violación a su libertad bajo palabra, y eso no era algo que estaba dispuesto a aceptar. De hecho, él estaba más dispuesto a matar a fin de evitar pasar más tiempo en la penitenciaría del estado. Así que cuando Mark le pidió su licencia de conducir y su registro, él comenzó a desarrollar un plan. Para hacer las cosas peor, el conductor no traía consigo la licencia de conducir. Ahora, cuando Mark se enteró de esto, naturalmente le pidió al conductor que saliera del auto. El conductor obedeció. Tan pronto como salió del vehículo, Mark vio los tatuajes y notó que el conductor estaba desarrollando rápidamente una mala actitud, cuestionando a Mark y gritando que él no merecía ser detenido. Mark, acertadamente, decidió llevar a cabo un chequeo del conductor para asegurarse de que no estuviera armado. Cuando el conductor oyó la orden, se apartó de Mark, como si fuera a obedecerlo, pero luego, se volvió rápidamente hacia Mark, sacando una pistola de su cinturón.

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Sucedió que esa noche yo estaba trabajando de guardia en el equipo oficial especializado en situaciones de tiroteo. Cuando todo había terminado, me llamaron a la escena para hacerme cargo de la situación y tuve la oportunidad de hablar con Mark sobre lo sucedido. Me dijo que lo habían sorprendido totalmente fuera de guardia. El conductor tenía un arma apuntándole antes de que él tuviera tiempo de reaccionar, y se dio cuenta de que (mientras el conductor le estaba apuntando con el arma en su pecho), no había forma de sacar su propia arma a tiempo. En esencia, Mark supo que él debía haber atacado primero, incluso antes que pudiera sacar su arma y responder al fuego. Pronto se dio cuenta que tenía que elegir. Podía correr a la parte trasera del auto del conductor y protegerse tras el vehículo mientras sacaba su arma, o simplemente podría quedarse y confiar en que su chaleco lo protegería mientras hacía lo posible por sacar su arma y repeler el fuego. Él siempre había creído que su chaleco lo protegería, pero esta noche, Mark tenía que decidir si confiaba EN el chaleco. Y eso es exactamente lo que hizo. Me dijo que sacó su arma y contrajo los músculos del abdomen, preparándose para recibir los primeros disparos, mientras desenfundaba su propia arma. Miró hacia arriba y escuchó un ‘clic’ del arma del conductor. El conductor había fallado en colocar en la cámara la primera carga en su pistola y, como resultado, su primer disparo fue un fracaso. Para cuando el conductor fue capaz de poner una carga en la cámara, Mark tuvo la oportunidad de defenderse con su propia arma y hoy está vivo para hablar de ello. Él no corrió; se mantuvo firme y confiado. No confió en su propia habilidad para escapar de los disparos, él confió en que su chaleco resistiría el ataque. Así que cambió de creer QUE, (el chaleco lo salvaría), a creer EN el chaleco. Lo hizo al confiar en el chaleco de una forma que nunca había confiado antes. Él cambió de una creencia intelectual a una creencia práctica y real. Y lo hizo en medio de una crisis. ¿LO ENTIENDES? ¿Cuándo fue la última vez que te encontraste en una crisis? ¿Te encontrabas trabajando más duro, o confiando en tu propia habilidad para resolver el problema? ¿O estabas tranquilo y paciente; confiando en Dios para una solución, y buscando ver cómo estaba Dios tratando de usar la crisis para moldear tu carácter y propósito? Dios sí quiere ser tu escudo: Salmo 18:2 (LBLA) “EL SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.” Todos estamos familiarizados con gente que parece deleitarse en el drama. Ya saben de qué hablo; gente que parece buscar las crisis y recrearse en ellas. Ni siquiera tiene que ser su propia crisis, también disfrutan la miseria de los demás. Se retuercen las manos y avivan la continuación de la desesperación. Parece que la vida no tiene significado, a menos que haya que soportar una crisis. Les encanta cuando todo parece irremediable. Dios entiende lo que es celebrar la tribulación, pero Dios tiene una idea diferente en cuanto a cómo debemos reaccionar en el momento. Es una oportunidad para que crezcas, para desarrollarte y buscar la voluntad de Dios en tu vida. Dios quiere que celebres el dilema y confíes en que él tiene un plan para esa crisis en tu vida: Romanos 5:1-5 (LBLA) “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.”

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ASÍ QUE RESPÓNDEME ESTO ¿Cuándo fue la última vez que permitiste que Dios te protegiera en un momento de crisis? ¿Cuándo fue la última vez que te quedaste quieto lo suficiente para ver el plan que Dios tiene para tu vida? ¿Cuándo fue la última vez que celebraste una crisis como una oportunidad para crecer, hacer correcciones, buscar la voluntad de Dios en tu vida, y luego salir adelante de una manera poderosa? CAMBIANDO DE CREER QUE A CREER EN Podrías creer QUE hay un Dios, y pudieras creer QUE este Dios realmente tiene un plan para tu vida. Pero para creer EN este Dios, vas a tener que confiar en él. Y Dios ya ha definido lo que es confiar en él en medio de una crisis: Se inicia cuando buscas su sabiduría, (como lo descubriste en su Palabra) Continúa cuando buscas su plan para tu vida (como lo descubriste a través de un estudio, la oración y la reflexión.) Termina cuando dejas de confiar en tu propia habilidad y dependes del soberano poder de Dios. LA LECCIÓN DE LA INSIGNIA Hay otra pieza del equipo que cada nuevo recluta apenas puede esperar para usar. Aún recuerdo el primer día que nuestros instructores nos permitieron ponernos nuestros uniformes. Habíamos estado con traje por muchas semanas, y se consideraba un gran honor usar la insignia de nuestra agencia. Pero pasaron muchos meses antes que realmente entendiéramos el poder del uniforme y la insignia. No me malentiendas, yo siempre creí QUE la insignia tenía poder. Esa es una de las muchas razones por las que muchos jóvenes están dispuestos a colocársela y salir a un mundo hostil. Pero una noche, mientras trabajaba en el turno del cementerio, cambié de creer QUE a creer EN. Mi compañero y yo éramos unos oficiales muy jóvenes, apenas terminando el período de prueba, y respondimos al reporte de una pelea de bar en nuestro radio. Cuando llegamos al bar, teníamos a varios combatientes hostiles implicados en una pelea. Fuimos capaces de separar a los que peleaban y ponerlos de pie. Tan pronto como se levantaron, nos dimos cuenta de que ambos éramos superados por número y por una gran estatura. Es increíble cuánto valor puede venir en una botella de alcohol. Los combatientes nos midieron y rápidamente comenzaron a vernos como solo otro motivo para enojarse. En ese tiempo yo pesaba como 77 kilos, y mi compañero no más que yo. Estos tipos eran enormes, iracundos y ebrios. Parecía al principio que estábamos en problemas. Pero me di cuenta de que HABÍA algo que nos diferenciaba de ellos. Mi compañero y yo estábamos usando las insignias. Yo sabía que podría o retirarme y llamar refuerzos, o confiar EN que la insignia trabajaría por mí. También sabía que la insignia representaba algo más grande que mi compañero y yo. Representaba una fraternidad de oficiales a través de la nación y representaba el poder de la verdad en nuestra cultura. La insignia tenía más poder que el hombre que la estaba usando. Así que simplemente me paré ahí y le ordené a los hombres que dejaran de pelear y se dieran vuelta para que pudieran apoyar sus manos sobre la pared. Ellos se detuvieron por un segundo y nos miraron a mi compañero y a mí. Nos midieron. Podrías decir que estaban pensando acerca de su próxima acción. Pero parecieron entender lo que representábamos y obedecieron a regañadientes. Desde luego, al momento en que se dieron vuelta, llamé por ayuda. Pero durante el proceso de cacheo y el eventual arresto de estos tipos, no tuvimos ningún problema. Esa noche entendimos el poder de estar en el

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‘equipo’ correcto. Entendimos el poder de presentarse con autoridad como un embajador de algo más grande que nuestro propio poder, algo más veraz que nuestra propia opinión, algo más honorable que contra lo que estábamos. ¿LO ENTIENDES? ¿Cuándo fue la última vez que te encontraste superado por el mundo a tu alrededor? ¿Cuándo fue la última vez que te encontraste teniendo que defender el honor o la verdad en la que crees? ¿Te sentiste superado? ¿Te sentiste como si estuvieras contra un imposible? ¿Alguna vez te has sentido como si fuera más fácil esconder tu fe, que tener que defenderla en un mundo secular que piensa que eres un simplón? Dios quiere que te levantes y seas su representante en el mundo. Él no quiere que lo niegues: Mateo 10:32-34 (LBLA) “Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” Es claro que somos llamados a ser radicalmente diferentes a la gente con la que vivimos, trabajamos e interactuamos. Trabajo con un hombre que ha sido cristiano durante muchos años, pero pocas personas en nuestro departamento siquiera lo saben. Él casi nunca habla acerca de su fe. Traté de animarlo a ser un mejor embajador por Jesús y él me dijo que demasiada gente sabía que él estaba involucrado en una serie de actividades escandalosas. Era muy profano en su lenguaje y “menos que fiel” a su esposa. Mucho de esto era bien conocido. Así que en vez de cambiar lo que era, él había decidido pasar inadvertido como cristiano. Eso no es a lo que Dios nos ha llamado a hacer. A menudo la gente hace bromas por el hecho de que probablemente tengo la colección más grande de camisetas cristianas. Pero estoy convencido de que todos adoramos algo, ya sea que creamos o no en Dios. Siempre puedes descubrir qué es lo que la gente adora sólo mirando sus libreros, preguntándoles el nombre de sus programas favoritos de TV, o mirando los logotipos de sus camisetas. Yo no uso las camisetas cristianas para tratar de imponer mi visión al mundo, o para hacer una declaración, o para tratar de ser un cristiano chiflado. Uso los logotipos que demuestran lo que adoro. Trato de representar a mi equipo. ASÍ QUE, RESPÓNDEME ESTO ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste orgulloso de ser parte del equipo de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que te paraste al lado de Dios y defendiste su opinión sobre el mundo? ¿Cuándo fue la última vez que simplemente permitiste que la Palabra de Dios hablara por sí misma y rendiste tu vida a lo que dice, aún cuando el mundo estuviera haciendo justamente lo opuesto? CAMBIANDO DE CREER QUE EN CREER EN Podemos creer QUE Jesús nos ha dado la verdad, pero hasta que comencemos a confiar en esa verdad, y a defenderla en nuestro mundo, no habremos creído EN la verdad de Dios. Y Dios ya ha definido lo que es confiar en él y representarlo cuando tratamos con aquellos que ni siquiera creen que él exista: Comienza cuando entiendes la verdad bíblica (como lo descubriste en su Palabra) Continúa cuando buscas confirmación para esta verdad en el mundo que te rodea (como lo descubriste a través del estudio, la oración y la reflexión).

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Termina cuando te has equipado totalmente para defender la existencia de Dios y su plan para nuestras vidas. LA LECCIÓN DEL ARMA Sin lugar a dudas, la pieza más importante (y tal vez la más intimidante) del equipo que lleva un oficial de policía, es su pistola. Inherente a esta arma es su capacidad de proteger o cortar una vida, y la responsabilidad que esto implica es tremenda. Antes de ser oficial de policía, siempre creí QUE esta arma me protegería, pero una vez que me convertí en un oficial, comencé a poner mi fe EN el arma. Serví en nuestro equipo SWAT [por sus siglas en inglés] (Equipo de Ataque y Armas Especiales) durante tres años, y durante ese tiempo, tuve la oportunidad de formar parte de un equipo de intervención. Servimos en una serie de detenciones de alto riesgo, e hicimos intervenciones que involucraban a sospechosos atrincherados. Tal vez no haya un escenario más atemorizante que entrar en una casa o negocio para sacar a un sospechoso armado, que se esté escondiendo de ti, esperando confrontarte. Como parte de nuestra formación, la mayoría de los oficiales de SWAT aprenden la importancia de una buena cobertura. Cuando se trabaja dentro de una casa como parte de un equipo de asalto, a menudo nos movemos de un punto de protección al otro. Pero hay muchas ocasiones cuando la cobertura es limitada o no existe. Hay veces que simplemente tienes que entrar en un área abierta y exponerte como blanco. Por eso trabajamos como un equipo. El primer miembro del equipo, marca el camino, decidiendo nuestra dirección, y buscando activamente apuntarle al sospechoso. Se le llama EXPLORADOR, y está tan intensamente concentrado en su misión como líder que corre el riesgo de ser sorprendido por los sospechosos que están fuera de su visión periférica. Es ahí donde entra en juego el segundo miembro del equipo de asalto. A él se le llama RESPALDO y su trabajo es proteger y apoyar al EXPLORADOR, buscando peligros que no puedan ser detectados por el líder del equipo. Yo fui entrenado en este puesto, porque era un poco más alto que el EXPLORADOR de nuestro equipo. Fue durante mi tiempo como RESPALDO que aprendí lo que era cambiar de creer en QUE mi arma podía protegernos, a la fe EN mi arma como protección. Hay veces en que simplemente vas a tener que moverte más allá de tu cubierta disponible (como paredes y muebles) y entrar en áreas vulnerables. Es en momentos como estos cuando vas a tener que usar tu pistola para asegurar tu protección. Es en momentos como estos cuando tu arma ES tu cubierta. Te paras en un área abierta y apuntas tu arma al área de la habitación desde donde esperas ser atacado. Apuntas tu arma donde crees que el sujeto se encuentra. Si ves algo que amenace tu vida, PRIMERO disparas. Tu arma se vuelve tu cubierta porque tú estás a salvo tras ella, y tiene el poder para cubrirte convirtiéndose en una fuerza positiva en un tiroteo. Aprendí a moverme en áreas muy atemorizantes, confiando EN mi arma. Se convirtió en mi cubierta, tanto como si se me proporcionara una pared de acero de cinco metros. Aún en momentos cuando parece que sólo estábamos mi pistola y yo, tenía suficiente fe en mi arma como para moverme con confianza. ¿LO ENTIENDES? ¿Cuándo fue la última vez que temiste alejarte de tu zona de seguridad? ¿Recurriste a lo que te es familiar porque tenías miedo de comprometerte con lo espectacular? ¿Te conformaste con lo menos porque podía haber alguna incomodidad implicada? ¿Has tenido miedo de hacer algo para Dios porque te sentiste incapaz o menos que adecuado? Dios nunca te pedirá que hagas algo para lo que no te haya equipado para llevar a cabo. Aun cuando te sientes menos que apto, considera que Dios ya te ha dado la suficiente información para estar capacitado para servirle bien: 2 Timoteo 3:16-17 (LBLA)

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“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” Pero también necesitas saber que Dios te cubrirá de manera muy eficaz. Él es tu protector, tal como se lo prometió a la nación de Israel a través del profeta Isaías: Isaías 43:2 (LBLA) “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.” LA PRECISIÓN ES IMPORTANTE Pero tienes que confiar en que Dios te dirija. Tienes que confiar en que él te ha dado la suficiente información y es lo suficientemente poderoso para protegerte y proveer para tu seguridad, si tan sólo sales de tu zona de seguridad y le sirves. Como oficial de SWAT siempre estás entrenando para estar preparado para situaciones como éstas, y una de las partes más importantes del entrenamiento es el hecho de disparar con precisión. Honestamente, puedo decir que nunca he sido mejor tirador de lo que era en los días que serví en el equipo SWAT. ¡Yo era un gran tirador! Y eso es importante. No puedo decirles cuántas veces he investigado a oficiales involucrados en tiroteos, donde el oficial se las arregló para defenderse y disparó al sospechoso como parte del desarrollo de una batalla con armas. El sospechoso, de hecho, sufrió una herida fatal, digamos que en la arteria femoral de la pierna, así que desde una perspectiva, podrías decir que el oficial tuvo algún éxito. Pero esta herida no fue fatal de inmediato y el sospechoso siguió moviéndose lo suficiente como para regresar el fuego y herir también al oficial. Los oficiales de SWAT han aprendido que no es suficiente herir al sospechoso con un tiro. ¡Debes ser increíblemente preciso para acertar al sospechoso un disparo que le IMPIDA de inmediato seguir disparando y matarte A TI! Eso requiere de precisión. Si no eres preciso, sería mejor que ni portaras un arma. Y lo mismo sucede cuando nos alejamos de nuestra zona de seguridad y ministramos la Palabra de verdad a un mundo perdido y agonizante. DEBEMOS ser precisos: 2 Timoteo 2:15 (LBLA) “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad.” Si tienes una idea equivocada sobre lo que enseña la Biblia, ¡no estás trabajando PARA Dios, estás trabajando CONTRA Dios! La historia está repleta con movimientos que han minimizado la deidad de Jesús, han negado la autoridad de la Escritura, o pervertido la naturaleza de Dios. Si no vas a ser preciso con la herramienta en que estás confiando para tu vida misma, bien podrías mejor no tenerla. La precisión IMPORTA. ASÍ QUE RESPÓNDEME ESTO ¿Cuándo fue la última vez que tomaste un riesgo por Dios? ¿Cuándo fue la última vez que aceptaste el desafío de Dios de salir y cambiar al mundo? ¿Reconoces siquiera el hecho de que Dios ha diseñado a su iglesia para cambiar al mundo? “EKKLESIA” La palabra “iglesia” aparece en la Escritura exactamente 75 veces. ¿Sabías eso? Desde luego, todas se encuentran en el Nuevo Testamento y la palabra en el original griego traducida como “iglesia” es “ekklesia”. Ahora, hay algo curioso respecto a esta palabra “ekklesia”. La mayoría de nosotros veríamos la palabra “ekklesia” y pensaríamos en una reunión de creyentes que se unen para adorar a Dios. Pero Dios tiene otra definición. Por ejemplo, dale una

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mirada al capítulo 19 de Hechos. Pablo está en la ciudad de Éfeso, y su predicación a hecho que muchos hayan abandonado la adoración de la diosa Artemisa. Un hombre llamado Demetrio había manipulado a la multitud debido a que los artesanos que creaban ídolos de Artemisa se estaban quedando sin empleo. La Escritura dice que la multitud y la ciudad estaban llenos de confusión y a punto de amotinarse: Hechos 19:40-41 (LBLA) “Porque ciertamente corremos peligro de ser acusados de sedición en relación con lo acontecido hoy, ya que no existe causa justificada para esto, y por ello no podemos explicar este alboroto. Y habiendo dicho esto, despidió a la asamblea.” Quiero que veas de cerca la palabra usada para describir la multitud enardecida. Mira la palabra “asamblea” que se encuentra al final del verso. La palabra griega aquí es, adivinaste: ¡“ekklesia”! Como ves, somos llamados a ser una “ekklesia”; somos llamados a ser la iglesia de Dios en un mundo agitado y perdido. Pero Dios define la palabra “ekklesia” como un grupo de gente que se reúne para una causa y propósito específico. ¡Este grupo es activo, asertivo, y motivado! Puede ser impulsado por una causa positiva o una negativa. Cuando se usa para describir a la iglesia, es claro que Dios nos ha diseñado para una causa y un propósito. Él espera que nos movamos para crear un cambio, para representarlo a él en nuestro mundo, y ¡para vernos a nosotros mismos como un ejército en movimiento! CAMBIANDO DE CREER QUE A CREER EN Podemos creer QUE Dios existe y nos ha creado por un propósito, pero hasta que confiemos en él y salgamos y comencemos a crear un cambio en nuestra cultura, no tendremos una verdadera creencia EN el propósito de Dios para nuestras vidas. Y Dios ya ha definido lo que es confiar en él cuando salimos de nuestra zona de seguridad para servirlo: Comienza cuando entiendes su misión, (como lo descubriste en su Palabra) Continúa cuando buscas tu papel en la comisión de Dios (como lo descubriste a través del estudio, la oración y la reflexión.) Termina cuando dejas de servir a tus propios intereses y actúas como un agente de cambio en tu mundo. ¿VES AHORA LA DIFERENCIA? Así que, ¿estás comenzando a ver la diferencia que hay entre creer QUE y creer EN? Jesús nos llamó a ‘creer EN’ él, a fin de ser salvos, así que esta diferencia parece ser muy importante. ‘Creer QUE’ nos llama a tenerlo claro en nuestra mente, a entender qué es lo que está en juego, y a comprender todo lo que es Dios. Pero ‘creer EN’ requiere de confianza y entrega. Requiere que nos rindamos a la verdad que descubrimos primero acerca de Dios. Requiere que vivamos no CON esta verdad, sino vivir PARA esta verdad. Requiere no que ENTENDAMOS nuestra fe, sino que ABRACEMOS nuestra fe. Requiere no que veamos nuestras vidas como una RESPONSABILIDAD para vivirla, sino como una gozosa RESPUESTA para ser celebrada. Permítanme terminar compartiéndoles el verso de mi vida. Cuando por primera vez me di cuenta de la diferencia entre “creer QUE” y “creer EN” comencé a sentir el llamado de Dios en mi vida para ser su voz en mi pequeño mundo. Comencé a darme cuenta de que rendirse a Dios significaba unirme a su equipo y aceptar su misión. Comencé a entender cómo Pablo debía haberse sentido cuando por primera vez oyó el llamado de Dios en su propia vida. Como resultado, he aceptado la filosofía de Pablo para vivir:

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Hechos 20:24 (LBLA) “Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.” Material traducido de www.pleaseconvinceme.com Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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