Entre el furor del boomy la resistencia de la “vieja guardia”

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Ensayo Música

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i hubiera que definir el boom del folclore con un nombre, ése sería el del conjunto Los Cantores de Quilla Huasi, tanto porque este conjunto fue el más exitoso en ese período en términos de ventas, como por su concepción estética que se hallaba a medio camino entre las corrientes tradicionalistas y vanguardistas. En su formación inicial, en 1953, los Quilla no se distinguían mucho de otros grupos de la colonia folclórica afincada en Buenos Aires y La Plata, en la cual se encontraban bien enraizados. Su primer líder, el salteño Francisco Portal había colaborado con muchos de los folcloristas profesionales del período incluyendo a Buenaventura Luna y Edmundo Zaldivar, autor del famoso bailecito “El Humahuaqueñito”. En principio, los Quilla Huasi se identificaron públicamente como “grupo andino”, y su instrumentación incluía quena y charango a cargo del salteño Carlos Vega Pereda, otro veterano del conjunto de Zaldivar. Pronto abandonaron esa identificación, aunque no el repertorio, adoptando un modelo más cercano al de Los Chalchaleros basado en guitarra, bombo y voces armonizadas. En esto Los Cantores de Quilla Huasi seguían una moda extendida entre los muchos grupos novatos. Pero los Quilla (así como Los Fronterizos, conjunto también fundado en 1953) contaban con una calidad interpretativa que les permi-

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Viernes 27 de julio de 2012

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tió separarse de la masa de aspirantes a ser los próximos Chalchaleros y adquirir su propia identidad. Los Cantores de Quilla Huasi se convirtieron en una marca registrada en la que diferentes músicos entraban y salían mientras que el conjunto seguía conservando un repertorio y estética propia. Ese estilo se definió en 1956, cuando, tras el retiro de Portal, los Quilla Huasi quedaron formados por Vega Pereda, Carlos Lastra, Ramón Núñez y Oscar Valles. Este último músico, porteño del barrio de Belgrano, lideraría los Quilla Huasi y sería su compositor principal. Los Quilla Huasi no pretendían personificar campesinos rústicos sino a muchachos de clase media con habilidad artística y sensibilidad romántica. Como tales, cultivaron un estilo urbano, luciendo saco y corbata y utilizando armonías vocales muy afinadas. En 1963, un nuevo cambio en el plantel acentuó el carácter “moderno” del conjunto dándole una presencia escénica juvenil y carismática que se adaptaba bien a los shows televisivos y a los escenarios teatrales de Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata. En cuanto a su repertorio y estilo, como lo explicaba uno de sus miembros, los Quilla Huasi combinaban composiciones tradicionales con las propias, abarcando las distintas regiones del país sin aspirar a representar a ninguna en particular. Su repertorio incluía obras conocidas de com-

positores populares (Yupanqui, Chango Rodríguez, Polo Giménez) con las obras propias compuestas por Oscar Valles. En su interpretación los Quilla Huasi se caracterizaban por elaborar armonías a tres voces sellando un estilo que, buscando satisfacer a un público urbano y educado, terminó por definir el folclore de los sesenta. Desde el centro estilístico definido por los Quilla se pueden observar variantes en dos direcciones: una más popular representada por Los Chalchaleros y otra más elitista encarnada por Los Huanca Hua. Como Los Cantores de Quilla Huasi y Los Fronterizos, Los Chalchaleros fueron definiendo su identidad artística en los primeros años de la década del cincuenta. Los jóvenes de la ciudad de Salta, entre los que se encontraban varios miembros de las familias Saravia y Dávalos, circularon entre el noroeste y Buenos Aires por unos años, hasta que en 1953 lograron establecer una presencia permanente en las radios porteñas. Como los Quilla, Los Chalchaleros apelaban a la armonización vocal e instrumental para interpretar zambas tradicionales así como composiciones de Julio Dávalos y Gustavo Leguizamón. Los Chalchaleros contribuyeron a popularizar un modelo de “grupo folclórico” compuesto de cuatro integrantes que acompañan sus diversos registros vocales con una instrumentación de tres guitarras y bombo (otros instrumentos típicos de la

Entre el furor del boom y la resistencia de la “vieja guardia” Breve historia del folclore argentino (Edhasa) traza la evolución de un género tradicional; el texto que aquí se anticipa analiza la renovación de los años cincuenta y sesenta, y las controversias que suscitó POR OSCAR CHAMOSA

música del noroeste como la caja, el violín, el arpa y el bandoneón, así como los aerófonos andinos, desaparecen completamente) vistiendo una versión idealizada de vestimenta criolla. Pero lo que definió más claramente el estilo de Los Chalchaleros fue el stacatto del fraseo que los alejaba de la vocalización más refinada de los Quilla facilitando su aceptación en el segmento del mercado donde dominaba Antonio Tormo. La formación minimalista, y sin duda el carisma de sus integrantes, hacía a Los Chalchaleros compatible con el formato de las peñas y festivales que se multiplicaban a lo largo de la década del cincuenta así como con los tentativos shows de folclore televisivos. Su cuidada “autenticidad”, por otro lado, les valió ser elegidos para las giras al exterior promovidas por los sellos discográficos. Representar el folclore argentino en Europa y Estados Unidos, aún cuando fuera en el marco de festivales folclóricos genéricos, aportaba un capital simbólico que pocos músicos argentinos de los años cincuenta y sesenta podían darse el gusto de acumular. Mucho menos populares que Los Chalchaleros, el conjunto Los Huanca Hua (compuesto por el salteño Hernán Figueroa Reyes y los hermanos Farías Gómez) colaboraron tanto como Los Cantores de Quilla Huasi en definir la estética del boom. A fines de los años cincuenta, Figueroa Reyes formaba parte de la nutrida colonia de jóvenes de origen norteño de clase media alta que, repartida entre Buenos Aires y La Plata, intercalaban estudios universitarios con la práctica del folclore en el ámbito de las peñas. Con otros músicos de la zona de San Isidro, Figueroa Reyes inició el conjunto Los Milagreros, que luego de algunos cambios en la plantilla y con la incorporación de los hermanos Farías Gómez pasó a denominarse Los Huanca Hua. Sin llegar a ser un conjunto “a capela” los Huanca Hua profundizaron la tendencia a la armonización vocal que caracterizaban a los Quilla Huasi incorporando elementos polifónicos. De esta manera, los Huanca Hua pasaron a ocupar en el mercado discográfico la versión folclórica argentina de conjuntos vocales como el trío Los Panchos, y The Platters (Los Plateros) que en gran medida definían el sonido pop internacional en vísperas del fenómeno Beatles. Con la salida de Figueroa Reyes y la conversión de Marian Farías Gómez en voz principal los Huanca Hua afianzaron aún más su lugar como exponentes de la modernización y estilización del folclore, aun cuando su repertorio continuaba siendo básicamente tradicional. Figueroa Reyes, por su parte, continuó una carrera solista descollante basada en un repertorio con mucha llegada popular y un cierto tinte