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Sábado 9 de junio de 2007

BASQUETBOL

Las finales de la NBA

Una fiesta por un partido impeecable A diferencia de lo que ocurrió otros años, el público de San Antonio salió a celebrar por anticipado, tras la gran actuación de los Spurs, que vencieronn a Cleveland 85-76 y están 1-0 Por Miguel Romano

Manu Ginóbili, de buena tarea, intenta una asistencia ante la marcha del gran LeBron James

Enviado especial

S

AN ANTONIO.– Seis hileras de automóviles congestionaron la amplia avenida Comerce y un ensordecedor ruido provocado por gritos y bocinazos alteraron la medianoche de esta habitualmente tranquila ciudad. Miles de hinchas de los Spurs, muchos disfrazados y maquillados con los colores negro y blanco y otros levantando banderas con la típica espuela plateada, poblaron el centro de San Antonio para festejar el triunfo de anteanoche frente a Cleveland, por 85-76, en el primer partido de la serie final de la NBA que continuará mañana, nuevamente en el AT&T Center. El encuentro, como todos los de esta definición, comenzará a las 22 de nuestro país. Sorprendió y hubo que buscar explicaciones a semejante manifestación de alegría tan temprana. Fue realmente inesperada y muy efusiva. Nunca en las tres oportunidades que llegaron a la definición del título hubo una fiesta tan elocuente en las calles de esta ciudad después de un primer triunfo. Algunos dicen que la derrota de la temporada última frente a Dallas, en las semifinales del Oeste, dejó una bronca mayúscula y los hinchas necesitaban empezar a desahogarse por anticipado. Otros hacen futurología y después del relativamente cómodo primer éxito dan por descontado la obtención del campeonato y predicen un 4 a 0 rápido y contundente para quedarse con el cuarto campeonato de la franquicia. Si bien es cierto que los Spurs no sufrieron sobresaltos y siempre mantuvieron el control absoluto del tanteador y del ritmo, también es imprescindible destacar que la concentración y el sistema defensivo funcionaron a la perfección para neutralizar a LeBron James. El temible alero de Cleveland, que llegó aquí con todas las pompas, anotó sólo 4 puntos en el primer tiempo, todos de libres, apenas acumuló 14 en el partido y se retiró desilusionado. Como muestra, vale señalar que el primer tiro de campo lo anotó a los 4m45s del tercer cuarto; hasta entonces, estaba 0 de 8 en efectividad, una marca inesperada para la gran estrella, decisivo para eliminar a Detroit en el Este. Lo mejor que hizo San Antonio fue cambiar rápidamente la marca sobre la estrella en cada pick and roll o doblar la defensa cuando “The King” superó a su hombre e intentó llegar hasta cerca del aro. Lo alejaron de la zona pintada y sólo le otorgaron alguna ventaja para que lanzara desde lejos. No lo dejaron desplegar las alas. Ese dominio estratégico, esa predisposición para cumplir con la táctica, los nervios templados y la lucidez para ejecutar correctamente la partitura ideada por Gregg Popovich dejaron la sensación de que en la cancha hubo un equipo que supo qué necesitaba y cómo conseguirlo frente a un rival maniatado y desprovisto de ingenio para buscar

// R EUT E RS

alternativas que no se llamaran James, especialmente tras el fracaso del gigante lituano Zydrunas Ilgauskas (1 de 8 en dobles). Sólo algunos aciertos del novato Daniel Gibson conmovieron la fuerte estructura de los Spurs. Las dos veces que Cleveland se soltó e intentó atreverse proponiendo un ritmo de mayor vértigo, en el comienzo del 3er cuarto y sobre el final, el local soportó sin escalofríos la embestida y retomó rápidamente el control psicológico del juego. En ataque, el tridente volvió a ser clave: con Tony Parker penetrante y agresivo, con Tim Duncan derrochando oficio y puntería, y con Manu Ginóbili aportando talento, picardía y rebotes. San Antonio dejó la sensación de tener al rival y a la serie bien atesorada en un puño, por eso quizá le faltó algo de calor y emoción al primer partido. Pero los playoffs son todos diferentes. Tarde o temprano el talento de LeBron se filtrará entre los barrotes de la celda que le tiende el rival. La clave es saber cuándo, cómo y cuánto daño podrá provocar. Por ahora, el control remoto de la final lo tienen los Spurs.

SAN ANTONIO 85 VS. CLEVELAND 76 San Antonio Min. Pts. T. Parker 38 M. Finley 20 B. Bowen 40 T. Duncan 39 F. Oberto 17 E. Ginóbili 28 R. Horry 23 F. Elson 16 J. Vaughn 10 B. Barry 8 B. Udrih 1 Totales 200 DT: Gregg Popovich

Cleveland

2

27 12/23 2 1/3 6 0/2 24 10/17 0 0/2 16 2/7 3 5 2/2 2 1/3 0 0 85 28/59

Min. Pts.

2

3 0/4 2/4 3/5 1/3 6/16

3

TL Reb. As. Fal. 3/6 4/5 3/4 1/1 11/16

4 3 3 13 4 8 1 6 1 43

7 1 - 1 1 1 1 2 2 3 - 3 6 2 - 1 1 - 1 - 18 15

TL Reb. As. Fal.

L. Hughes 23 2 1/4 0/1 3 - 2 A. Pavlovic 37 13 6/11 0/1 1/2 5 - 2 L. James 44 14 2/10 2/6 4/4 7 4 1 D. Gooden 26 14 6/9 2/2 4 - 4 Z. Ilgauskas 23 2 1/8 6 1 2 A. Varejao 31 10 3/6 4/7 4 - 3 D. Gibson 28 16 5/6 2/3 1 4 1 D. Marshall 15 5 1/1 1/4 2 - 1 D. Jones 12 0 - E. Snow 1 0 - Totales 240 76 25/55 5/15 11/15 32 9 16 DT: Mike Brown Parciales: 20-15, 20-20, 24-14 y 21-27. Arbitros: Mike Callahan, Steve Javie y Ken Mauer. Estadio: AT& T Center, San Antonio. Público: 18.797.

Las claves: Parker y la errática noche de LeBron “Cuando en el 3er cuarto Parker fue agresivo en sus ofensivas, el resto lo siguió y se abrió el partido”, analizó Gregg Popovich, entrenador de los Spurs. Del otro lado, LeBron James se hizo cargo de su flojo partido: “La mitad fue mérito de la defensa de los Spurs y la otra mitad culpa mía, ya que fallé muchos tiros y perdí seis balones”.

En un vestuario ganador, todo fue copado por los argentinos Hubo visitas de todo tipo para G Ginóbili y Oberto. “Ni pensamos relajarnos, tenemos que ir pasoo a paso”, dijo el cordobés SAN ANTONIO (De un enviado especial).– “¡Esto es una locura, un sueño, no lo puedo creer, vi el partido desde la cuarta fila y no doy más, grité como loco!”, contaba el base cordobés, ex Atenas, Bruno Lábaque, en la puerta del vestuario de los Spurs, por donde el paso de argentinos fue incesante después de la primera final ante Cleveland, anteanoche. “¡Quedé afónico de tanto gritarle a ese Parker… Y, ¿no viste?, no se la pasa, ni lo mira a Manu!”, nadie más conocedor del oficio de armador de juego como el dueño de la frase, el propio Lábaque. Los pasillos del AT&T Center se parecieron a los de un estadio de nuestro país. Por allí andaba toda la familia de Manu, entre ellos Leandro Ginóbili, que bromeaba con su hermano y estrella de los Spurs cuando éste le pidió un favor: “Manu, no puedo estar en todo, yo vine a trabajar, soy periodista”, decía con el mejor humor y haciendo referencia a su labor de comentarista de Canal 7. Dentro del vestuario, Beno Udrih y Bruce Bowen, vecinos de lockers de Manu y Fabricio Oberto, debieron vestirse incómoda y rápidamente para esquivar la marea de periodistas que se agolparon frente a los argentinos cuando regresaron de las duchas. “Uf, no sabés la cancha que tengo con esto de vestirme delante del público”, comentó por lo bajo el cordobés de Las Varillas, mientras se calzaba el boxer por debajo de la toalla evitando cualquier mirada indiscreta en un recinto al cual ingresan normalmente colegas mujeres. Bueno, por algo la NBA le retira la credencial a cualquier trabajador/a de prensa que intente sacar una foto dentro del vestuario. “Como cada vez que enfrentamos a un equipo que tiene un jugador desequilibrante, la defensa sobre él tiene que involucrar a todo el equipo, no a uno solo”, señaló Oberto, en referencia a LeBron James. “La experiencia nos ayudó a ganar el partido y también lo que aprendimos contra Utah en la final del Oeste fue positivo. Utah es un equipo alto que nos complicó en los rebotes. Con Cleveland la clave era ganar en ese aspecto y lo hicimos”, agregó antes de aclarar: “No importa que afuera digan que somos los favoritos. Ni pensamos relajarnos, tenemos que ir paso a paso. Recién estamos 1 a 0 y todavía tenemos que ir a jugar a Cleveland”. Fabricio aceptó tener una cábala en sus zapatillas, a las que les va haciendo marcas o dibujos especiales con el transcurrir de los partidos. “Pero ni piensen que se las voy a mostrar. Si salimos campeones, prometo que se las muestro y les cuento todo.”

En medio de un clima muy cordial y distendido, también hubo tiempo para preguntas fuera del deporte. ¿Qué le vas a regalar para el casamiento a un tipo como Parker, que debe tener todo?, consultó un colega. “¡Ah, no sé, qué sé yo… De eso se ocupan las mujeres!”, respondió el pivote. Muy cerca de él, Manu emergió de entre los cables, cámaras y micrófonos para irse a cenar con sus familiares. “¿Sabés que ganó Boca en la Libertadores?”, le dijo al pasar un periodista mexicano, quizá sin saber que Ginóbili es un distante simpatizante de River, que poco lo interesa el fútbol y mucho menos en este momento. “¿Ah, sí? ¡Uy, esta noche no voy a poder dormir!, contestó sonriente y partió en busca de su gente.

juego interior Emanuel Ginóbili / Para LA NACION

“Cumplimos la táctica al pie de la letra” SAN ANTONIO.– Fue un buen arranque el de esta serie final. Teníamos que estar muy concentrados y hacer la mejor defensa posible, especialmente sobre LeBron James. El objetivo era no hacerle nada fácil ni accesible para su gran potencial. La idea era no dejarlo desarrollar su juego de penetraciones y volcadas, tenerlo contenido, lejos del aro y que cada vez que intentara ir para adentro, juntar mucha gente en la zona pintada como para que viera muchos cuerpos allí, muchos obstáculos. Cumplimos con la táctica al pie de la letra. Por supuesto que Bruce (Bowen) se encargó muy bien de él y yo colaboré en los pocos minutos que él descansó y me tocó defenderlo a mí. Sabía que si me superaba iba a tener ayudas rápidas y así fue. En las ofensivas supimos cambiar el ritmo a tiempo, cuando ellos nos superaron por dos o tres puntos en el tanteador. Tony (Parker) y Robert (Horry) hicieron un partido bárbaro y metieron tiros muy importantes, además de Tim (Duncan), claro. Cuando movimos el balón más rápido y utilizamos mejor el pase extra, volvimos a conseguir ventajas importantes. Otro detalle que cumplimos al pie de la letra fue el de dominar los rebotes. Cleveland es el segundo me-

EL CAÑO DEL QUE TODOS HABLARON

Manu festeja con furia un tanto, durante el segundo tiempo // AP

jor equipo en rebotes ofensivos y había que cuidarse. Muchos me preguntaron por esos dos caños que intenté tirar. El primero salió bien, pero fue una jugada en la que no me quedó otra opción cuando Gibson se me paró enfrente para sacarme una falta ofensiva. Fue casi instintivo, no me quedaba alternativa. El otro no se concretó, pero en realidad lo que quise hacer fue cachetear la pelota para que le pegara en las piernas a Ilgauskas y saliera afuera. Ahí no quise tirar un caño. Espero que no crean que resultó fácil ganar el primer juego o que la serie ya

está casi definida. ¡Por favor! Bajo ningún punto de vista pensamos que pueda ser así, esto recién comienza y queda mucho camino por recorrer. Hicimos una defensa brillante, pero tendremos que estar concentrados para mañana y volver a hacer lo mismo. Ellos seguramente harán sus correcciones y nosotros debemos estar atentos a los cambios para sumar el segundo triunfo en nuestra cancha, que es algo fundamental.

www.manuginobili.com

“Fue una jugada en la que no me quedó otra opción cuando Gibson se me paró enfrente para sacarme una falta ofensiva. Fue casi instintivo, no me quedaba alternativa.”