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En medio de la pelea por la ex SIDE, se fortalece la

años de gobierno le resulta un te- rreno hostil. No tiene ... el Gobierno durante años y a quien ahora liga a la ... “Ahora vamos con pie de plomo”, dijo a la nacion ...
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POLÍTICA | 5

| Lunes 26 de enero de 2015

la muerte del fiscal | el mundo del espionaje

En medio de la pelea por la ex SIDE, se fortalece la influencia de Milani

Quiénes espían y para qué lo hacen

El jefe del Ejército integra la mesa chica de las decisiones; asesoró a la Presidenta en la segunda carta que escribió por Facebook y aconsejó evitar una purga en el área que conducía Stiusso

opinión Daniel Arroyo PARA LA NACION

Viene de tapa

En sectores castrenses dan por seguro que el hombre clave de las Fuerzas Armadas y de la inteligencia militar provee de “información muy sensible y fidedigna” a la Presidenta, fruto de la confianza que ésta le prodiga y del refuerzo presupuestario del área, que en los últimos años permitió al Ejército renovar su aparatología tecnológica. “Su voz es tenida en cuenta y, especialmente en este momento, en medio de la crisis post-Nisman es vista como necesaria”, sentenció un uniformado, ante una consulta de este diario. Este fortalecimiento se da en momentos en que el jefe militar atraviesa severos cuestionamientos en la Justicia por su presunta participación en delitos de lesa humanidad, como la desaparición del soldado conscripto Alberto Ledo, que estaba bajo sus órdenes, durante el Operativo Independencia, en Tucumán. La fuente reveló que Milani intervino, por ejemplo, en la segunda carta que la presidenta Cristina Kirchner escribió por Facebook, en la que descartó la hipótesis del suicidio de Nisman y arriesgó la hipótesis de que fue asesinado. “Entre la Secretaría de Inteligencia y el Ejército hay una rivalidad natural. En medio de la crisis de la ex SIDE, el desplazamiento y las acusaciones contra Antonio «Jaime» Stiusso son una buena noticia para Milani”, observó un general retirado que en su mo-

mento cumplió tareas de inteligencia en la fuerza. En medios castrenses se supo que la llegada de Parrilli a la ex SIDE estuvo acompañada por una fuerte presión de sectores kirchneristas para avanzar en la depuración de los agentes ligados a la anterior estructura. Pero Milani aconsejó evitar la “limpieza masiva”, por las consecuencias que podría tener. “Les dijo que en este tema no pueden manejarse como si fuera un partido político. Todo tiene consecuencias”, comentó una de las fuentes consultadas. Pese al desplazamiento de Stiusso, en el Ejército estiman que la relación de la fuerza con la SI pasa todavía por un momento de desconfianza. “Hay una situación de recelo y de no cooperación, fruto tal vez de la prevención que un sector de la ex SIDE genera en la Casa Rosada”, estimó una fuente militar, que marcó la preferencia de la Presidenta por los informes que le haría llegar el teniente general Milani. No por nada las previsiones presupuestarias para este año marcan un aumento del 31,8% al área de inteligencia del Ejército, que cuenta con $ 568,5 millones, frente al estrecho 16% de alza de los recursos de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE). Si bien la Presidencia de la Nación destina a este organismo $ 800 millones, el monto asignado a las tareas de inteligencia de todas las Fuerzas Armadas es superior, y alcanza a unos $ 836,9

jefe militar son los casos judiciales que afronta, en especial la acusación por la denuncia del soldado conscripto Alberto Ledo, en Tucumán, y la causa por enriquecimiento ilícito. Estiman que su situación podría agravarse, pero no en lo inmediato. Por lo pronto, a fines de diciembre impuso a un hombre de su plena confianza en la subjefatura de la fuerza, el general Gustavo Motta, que manejó las áreas de personal y de presupuesto del Ejército y trabaUna tarea prohibida El espionaje interno atribuido jó con él en inteligencia militar. al Ejército está prohibido estrictamente por la ley, que sólo permite a La relación con Berni A diferencia de su rivalidad con los militares hacer inteligencia estratégica exterior. “Sólo puede ha- Stiusso, Milani cultiva una buecerlo sobre los países con los que la na relación con el secretario de Argentina tiene interés, ya sea por Seguridad, Antonio Berni, que es ser aliado o por ser considerado un médico y teniente coronel del Ejérpotencial enemigo”, graficó una cito, en uso de licencia desde hace fuente castrense. Los agregados cinco años. Dos de las hijas del jefe militares, por ejemplo, aportan del Ejército trabajan en el área de frecuentemente información al Prensa del Ministerio de Seguridad, aunque fueron llevadas por sistema de inteligencia militar. “Néstor Kirchner tenía una pos- la ex ministra Nilda Garré. A pesar de esa buena relación, tura definida en contra de Irán. El giro copernicano de Cristina en el en las Fuerzas Armadas sorprencaso AMIA sorprendió en las filas de la sobreactuación de Berni del Ejército, pero el alineamiento en los operativos de seguridad. del jefe militar es absoluto y no “Berni no es el jefe supremo de las se cuestiona”, comentó la fuente fuerzas de seguridad, como sí lo consultada. “Muchos piensan que es, por ejemplo, el jefe del Ejércila alianza de Milani con el proyecto to respecto de sus subordinados. político nacional y popular no co- Tiene plenas atribuciones para rresponde ni está bien, pero nadie comprar patrulleros, mejorar el sale a cuestionarlo públicamente”, equipamiento y cuestiones administrativos. Pero no sobre los confiaron a la nacion. En las filas de la fuerza son cons- comandos operativos de las fuercientes de que el punto débil del zas”, aclaró un militar retirado.ß

millones para el ejercicio 2015. El crecimiento de los recursos destinados a tareas de inteligencia se produce en una etapa en la que las Fuerzas Armadas no tienen hipótesis de conflicto. El destino de los fondos, indicaron fuentes castrenses, es una incógnita, dado que se mantienen las asignaciones reservadas de las que el jefe del Ejército no está obligado a rendir cuentas.

Un general con más recursos

31,8%

Inteligencia del Ejército Es el aumento presupuestario 2015 para el área

16%

SI (ex SIDE) El aumento de fondos fue menor al del Ejército

E

l fiscal Alberto Nisman, que sigue la causa por el más brutal atentado terrorista que ha vivido el país, presenta un conjunto de pruebas contra el Gobierno, llama a indagatoria a la Presidenta, su canciller y a personas muy vinculadas al Poder Ejecutivo y, un día antes de su presentación en el Congreso, aparece con un tiro en la cabeza. Éstos son los hechos objetivos y son de tal nivel de gravedad institucional que generaron la mayor conmoción social de la Argentina reciente. Las lecturas sobre cómo se produjo la muerte, a quién favorece y a quién no, cuál es el grado real de consistencia que tienen las pruebas del fiscal y cómo se lleva adelante la investigación sobre la muerte entran ya en el terreno de la opinión. Cada uno puede tener sus hipótesis (yo tengo las mías) en torno a si se trató de un suicidio, un suicidio inducido o un homicidio. Todas serán válidas y cada uno seguirá con su impresión, a menos que tengamos una investigación profesional y transparente como casi nunca ha sucedido en la historia argentina. No es mi intención sumar conjeturas, teorizar o hacer análisis en el aire porque no conozco la causa y la sigo por la información que dan los medios de comunicación. Pero sí creo que este hecho abre una cuestión central para nuestra democracia: necesitamos saber, con claridad, qué hacen los servicios de inteligencia y cuál es el rol que en eso tienen hoy el Ejército y las Fuerzas Armadas. En definitiva, necesitamos saber quiénes espían, para qué, para quiénes y qué hacen con esa información. No sólo necesitamos saber, necesitamos reformar por completo toda la estructura de los servicios de inteligencia, las escuchas y el

Nos toca definir un segundo acuerdo: la red de inteligencia

Agrupaciones de izquierda reclaman la eliminación de la Secretaría de Inteligencia

reuters

Golpeado por la muerte de Nisman, el Gobierno analiza cómo hacer la purga El primer plan es correr a la gente de Stiusso; por ahora el oficialismo no trabaja en una nueva ley El kirchnerismo analiza cómo purgar la Secretaría de Inteligencia (SI), que después de más de diez años de gobierno le resulta un terreno hostil. No tiene en carpeta ahora una gran reforma que incluya un rediseño legal de las atribuciones del organismo ni nuevos controles a los espías. Sí el desplazamiento de los agentes que –al menos según las sospechas kirchneristas– siguen respondiendo a Antonio “Jaime” Stiusso, el ex director general de Operaciones en quien se recostó el Gobierno durante años y a quien ahora liga a la muerte del fiscal Alberto Nisman. Stiusso fue echado el 19 de diciembre, un día después del relevo de sus jefes, Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher. “Ahora vamos con pie de plomo”, dijo a la nacion un funcionario con

acceso a la Presidenta, consciente de que todo puede cambiar con una llamada de ella. Según él, lo único previsto hasta hoy consiste en terminar de correr de “la Casa” a la gente de Stiusso y designar a sus reemplazantes, que serían cientos. Cuántos entraron y salieron ya y cuántos lo harán en los próximos meses es imposible saberlo. Fuentes militares incluso habrían desaconsejado una purga masiva (ver aparte). Rige respecto de la SI un secreto extremo. No se sabe siquiera cuántas personas integran su planta (se calcula que unas 1800); mucho menos, el número de los agentes “inorgánicos” (o sea, en negro). La presidenta de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia, la diputada Teresa García, dijo ayer en una entrevista con Página 12 que ella consideraba “necesaria” una reforma de la ley de inteligencia, pero que el bloque del Frente para la Victoria no está estudiando ningún proyecto. Esperan que Cristina Kirchner baje la línea. “Hay que estar

muy atentos al discurso de la Presidenta del 1° de marzo”, dijo. El caso Nisman dejó a la luz las internas que atravesaron la SIDE kirchnerista durante los últimos años y puso el foco sobre la relación del organismo con los tribunales. Oficialmente, la SI es auxiliar de la Justicia y colabora en la investigación de casos ligados a asuntos tales como seguridad nacional, narcotráfico y secuestros; pero sobre todo monopoliza las escuchas telefónicas legales. Su principal poder está en la Oficina de Observaciones Judiciales (conocida como “Ojota”), que hace las pinchaduras, para las que la ley exige, siempre, orden de un juez. El kirchnerismo estudió en sus orígenes la posibilidad de quitarle a la SI esta atribución. Finalmente, desistió. Lo que hizo Cristina Kirchner en su última carta sobre el caso Nisman era impensable hasta hace poco. No sólo nombró a Stiusso; adhirió a la sospecha de que dirigió la investigación del caso AMIA y sostuvo: “Personalmente creo

que hacía algo más que dirigirla”. Funcionarios de su gobierno y magistrados de Comodoro Py hablan desde hace años de la influencia de Stiusso en los tribunales más sensibles para el poder político. Lo ligaron siempre al peronista Javier Fernández, todavía representante del kirchnerismo en la Auditoría General de la Nación. Les adjudicaban un rol clave, no sólo como gestores de los intereses del Poder Ejecutivo, sino también en los procesos para cubrir las vacantes de jueces. Algunos sectores del kirchnerismo duro criticaban a Stiusso a puertas cerradas, pero, conscientes de que tenía una delegación dispuesta por la cúspide del kirchnerismo, no lo desafiaban. Hablaban de él en voz baja. En junio pasado, el senador bonaerense Mario Ishii dijo: “Los jueces federales no responden al Gobierno, sino a la SIDE”, dijo, y mencionó puntualmente a Stiusso y Fernández. La relación de Stiusso con el Gobierno ya estaba muy mal, pero nadie imaginaba entonces cuánto peor podía terminar.ß

Irán se despega de los acusados ^b^b^ El agregado comercial de Irán en Buenos Aires, Ahmad Reza Kheirmand, enfatizó que “no existe ningún tipo de diplomacia paralela” entre su país y la Argentina, en una respuesta a la denuncia que presentó el fallecido fiscal Alberto Nisman sobre el supuesto encubrimiento del atentado contra la AMIA. ^b^b^ En ese sentido, el diplomático se despegó de Alejandro Khalil y Abdul Karim Paz, a los que Nisman identificó como intermediarios entre Irán y la Argentina en las negociaciones sobre el tratado bilateral sobre el ataque. “Son dirigentes de la comunidad islámica argentina y realizan sus actividades dentro de ese ámbito. No pertenecen a la comunidad iraní”, dijo.

espionaje en nuestro país si queremos que nuestra democracia, que ya tiene más de 30 años, garantice realmente el respeto a los derechos y la libertad de las personas. No es una cuestión instrumental, no es una discusión sobre cómo se asignan los recursos o cómo se organiza una política pública; es una cuestión de fondo que lleva a determinar cuáles son los límites que no se pueden pasar en nuestro país. No deberían ser los Stiusso, los Pocino, los Milani o los que eventualmente estén en el comando de la ex SIDE los que definan esos límites, los que definan qué características y qué condiciones tiene la vida democrática en nuestro país. La institucionalidad argentina y la calidad democrática son responsabilidad de los partidos políticos, la Justicia, los actores sociales y los acuerdos que entre todos podamos construir. Si no lo hacemos rápido, se va a reforzar la creencia generalizada de que aquí le va mejor al que va por la banquina, que nunca quedan claras las cosas, que los que tienen poder siempre “zafan” y que hay una institucionalidad y reglas paralelas que dejan afuera al que trabaja y se esfuerza día tras día. Ya logramos, en los años 80, un primer acuerdo básico: sólo se accede al gobierno a través de los votos, no hay ninguna chance de hacerlo de otro modo. Con muchas idas y venidas, logramos sostener esa regla de oro y, salvo rarísimas excepciones, todos entienden que ahí hay un límite. Nos toca ahora, en el inicio del siglo XXI, definir un segundo acuerdo: la red de inteligencia y todo lo que gira a su alrededor sólo debe ser usada para hacer seguimiento y evitar conflictos externos; no es un mecanismo para que quienes detenten el poder accedan a información privada y privilegiada sobre los 40 millones de argentinos. Dicho en términos más vulgares: nadie debería tentarse con jugar a controlar la vida de los otros.ß El autor fue viceministro de Desarrollo Social de la Nación