EN ESTA LIGA SÓLO JUEGAN

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EN ESTA LIGA SÓLO JUEGAN

VERDADEROS

HERMANOS

La liga inter parroquial de fútbol arrancó en 2011 con cuatro equipos que disputaban partidos amistosos. Este verano cumplieron cinco años y sumaron una participación de 9 parroquias.

REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2016

Sacerdotes, ministros y jóvenes de parroquias diocesanas, sacan provecho al fútbol para cultivar fraternidad.

A

REVISTA CATÓLICA DALLAS

menudo las iglesias no son vistas como un campo fértil para el cultivo del espíritu deportivo. En cerca de 10 parroquias hispanas de la Diócesis de Dallas, la historia ha sido diferente durante el último quinquenio. Cinco años es lo que tiene de vida la liga inter parroquial de fútbol, que bajo la guía de tres sacerdotes diocesanos y la coordinación de una veterana pareja de catequistas, ha consolidado una avenida para el cultivo de la hermandad en torno al deporte rey. Las iglesias de Santa Clara, Santa Cecilia, San Eduardo, San Juan Diego, Santísimo Sacramento, San Lucas, San Miguel El Arcángel, San Marcos El Evangelista, Inmaculada Concepción, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Catedral de Guadalupe, han estado participando. El sueño de los fundadores es integrar más parroquias e incluso llevar el torneo en un futuro, a nivel inter diocesano. REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2016

ESPECIAL PARA RC/KEVIN BARTRAM

La parroquia del Santísimo Sacramento ha ganado tres años el torneo de fútbol inter parroquial. En la foto, algunos jugadores levantan la copa 2016 en la celebración del 7 de agosto.

TRES VECES CAMPEÓN Unidos por un mismo origen—Colombia—dos vicarios parroquiales, el padre Agustín Fuertes y el padre Herny Erazo, y un administrador pastoral, el padre Edison Vela, tuvieron la idea en 2001, de invitar a un puñado de parroquias a conformar equipos para jugar partidos amistosos. Desde el principio el criterio de ‘membresía’ estuvo claro: sólo juegan quienes demuestren récord activo en los ministerios parroquiales de su iglesia. En la temporada pasada, que se jugó en julio, participaron 9 parroquias con equipos inte-

ESPECIAL PARA RC/BEN TORRES

Jugadores del equipo de la Iglesia de San Eduardo unen sus manos y comparten un momento de oración, antes de entrar al campo para disputar un partido contra el equipo de San Marcos El Evangelista.

REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2016

grados por hombres y mujeres mayores de 35 años, y algunos jóvenes entre los 14 y los 18. “El objetivo principal es poder evangelizar a través del deporte”, explicó el padre Fuertes, vicario de la Iglesia del Santísimo Sacramento. El sacerdote nacido en Ipiales, en el sur de Colombia, tiene la doble función de arquero y director técnico, y ha logrado en estos años ganar la copa con su equipo en tres oportunidades. “No venimos sólo a competir sino a integrarnos, convivir y orar como hermanos”, recalcó. “El futbol nos facilita integrar a los jóvenes de la parroquia y también a los diversos ministerios que sirven”.

ESPECIAL PARA RC/BEN TORRES

El padre Henry Erazo (centro) y su equipo de la parroquia de San Marcos El Evangelista, hacen una porra final antes de su encuentro el 31 de julio contra el equipo de la Iglesia de San Eduardo. DERECHA: Los requisitos de la liga inter parroquial, establecen que cada equipo debe tener al menos tres mujeres en el campo durante cada partido.

“El futbol nos da esa conexión con el mundo de afuera y entonces es como regresar a los años de infancia”. JULIÁN GONZALEZ,

CATEQUISTA

En su equipo el padre Fuertes tiene catequistas, lectores, monaguillos, acomodadores, entre otros. Su triunfo más reciente sucedió en julio cuando Santísimo Sacramento venció a la Iglesia de San Eduardo. Las parroquias de San Marcos El Evangelista y San Juan Diego quedaron tercera y cuarta en la semifinal.

‘LA MANO DE DIOS’ “Muchos de los que estamos en esta liga llevamos mucho tiempo sirviendo en la Iglesia y nos hemos olvidado de portar-

ESPECIAL PARA RC/KEVIN BARTRAM

El equipo de San Eduardo fue subcampeón en el torneo 2016. El padre Edison Vela (Der) es uno de los tres sacerdotes fundadores de la liga. nos mundanamente”, dijo Julián Gonzalez, que tiene una década como catequista de adolescentes en varias parroquias. “El futbol nos da esa conexión con el mundo de afuera

y entonces es como regresar a los años de infancia”, agregó el también jugador de la parroquia de San Juan Diego. El matrimonio de María Elena—que todos llaman cariñosa-

mente Malena—y Esteban Guerra, son el corazón del equipo subcampeón—San Eduardo—, pero también ‘la mano derecha’ de los sacerdotes que dieron vida a la liga.

REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2016

ESPECIAL PARA RC/KEVIN BARTRAM

Luego de la finalización del torneo 2016, los jugadores departieron en un convivio organizado en la parroquia de San Eduardo, el 7 de agosto. ABAJO: Malena y Esteban Guerra, han servido 30 años como catequistas en la parroquia de San Eduardo y han sido la mano derecha en la coordinación de la liga inter parroquial estos cinco años. “Antes de cada juego nos juntamos y hacemos un círculo para orar. Pedimos para aprender y enseñarle a los jóvenes a jugar con respeto, cariño y no sólo con afán de ganar”, dijo Esteban. “La lección es aprender a convivir y compartir entre nosotros como hermanos, pues somos católicos y a veces ni nos conocemos”, dijo Malena. A sus 59 años esta oriunda de Ciudad Madero, Tamaulipas, dice sentirse llena de “pasión por el futbol” y apreciar este deporte cómo una fuente de vida para su matrimonio. “Compartimos como esposos en la casa, en la iglesia, como catequistas, pero también me llena compartir con Esteban en la cancha, es otra faceta”, dijo. A sus 30 años de servicio como catequistas, de los cuales los últimos 15 han estado dedicados al Rito de Iniciación Cristiana para Adultos (RICA), el fútbol sumó para los Guerra, la tarea de alinear horarios, encontrar canchas, REVISTA CATÓLICA • OCTUBRE 2016

pagar árbitros y coordinar credenciales. Pero lejos de dejarse ganar por el cansancio, los esposos ven la coordinación con entusiasmo. “Hemos ido aprendiendo en el camino”, dijo Esteban. “Cada año evaluamos y vamos cambiando para mejorar”. En este quinto año, la mejoría se concretó por ejemplo en que lograron ser reconocidos como una liga municipal de Dallas. Adicionalmente algunos equipos como el de la parroquia de San Juan Diego, consiguieron el patrocinio de feligreses para comprar uniformes y otros recursos. Otros como el de Santísimo Sacramento, consolidaron su lazo con el resto de la comunidad parroquial. “Qué bonito convivir debajo de un árbol, todos juntos”, dijo Gonzalez, al explicar cómo se sintió en los partidos finales, cuando la barra del campeón, llevó comida e invitó a departir en un ambiente de convivencia.