“El teatro es nuestra familia”

11 jun. 2012 - Carrizo y Ezequiel Iturrieta, dos artistas plásticos. Entre las más de .... el Centro Cultural Rojas en los 90, fue secretario de Cultura de la.
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ESPECTACULOS

I

Lunes 11 de junio de 2012

TEATRO s LOS GONZALEZ GIL

“El teatro es nuestra familia” Manuel, Ana, Sofía, Francisco y Manuela integran un clan que no para de producir LAURA VENTURA PARA LA NACION Hay un teatrito en el fondo de la casa de los González Gil. El diminutivo corre por cuenta de sus habitantes y en este término se encuentra una connotación afectiva y también sincera: ellos conocen y trabajan en salas de dimensiones amplias. Allí, donde antes había una parrilla, una pileta y algunos metros cuadrados de césped se alza esa habitación donde ensayan y estudian estas cinco almas dedicadas al teatro. El autor y director Manuel González Gil está casado hace 30 años con Ana Lascano, actriz, directora y docente. Ellos son padres de Sofía (de 23) y Francisco (de 19), quienes ya dan sus pasos firmes sobres las tablas, y de Manuela (de 16), que estudia teatro y escribe. “En esta casa, el teatro es una pasión. Parece que no tuviéramos otro tema. Hablamos de lo que fuimos a ver, de lo que se viene, de la obra que estamos ensayando, del trabajo de cada uno de nosotros. Siempre. Y ahora que los chicos actúan, cenamos hablando de aquello que vimos sobre el escenario”, dice Ana. Ella fue uno de los integrantes del grupo Catarsis, que durante 17 años recorrió toda América latina y España con la consigna de unir el teatro y la educación. Manuel dirigía aquella compañía que estaba integrada por 20 personas. O 21, mejor dicho. Sofía viajaba siempre con ellos. “Veía todas las funciones al lado de un iluminador o de un sonidista. Era muy chiquita y sabía la letra de memoria”, recuerda Manuel. El patriarca, uno de los directores más prolíficos de nuestra escena (ver recuadro), incluso recuerda que su hija mayor

“tenía corridas las fronteras entre realidad y ficción”, por eso, cuando la retaban, les preguntaba a sus padres si estaban actuando y les festejaba aquellas advertencias. “Ana jugó siempre con nuestros hijos al teatro. Así como otros chicos van a clases de fútbol o a tocar un instrumento, los nuestros aprendieron muchas cosas a través de este arte”, dice Manuel. Y Ana explica: “Quise que entendieran cuál era la situación familiar, el trabajo de sus padres, cómo era, por ejemplo, estar frente a un estreno y cómo absorbe todo”.

Una nueva generación Sofía es la mayor de sus hermanos y cada año cobra un espacio mayor en los musicales: trabajó en Un amor de tango, Cicatrices y El espejo (dime qué ves) y, esta semana, estrenará Las brujas de Salem y el musical Te

quiero hasta la luna (ida y vuelta), que se estrena el lunes próximo en el N/ Artaza (Corrientes 1743). “No siento la presión de ser «la hija de». Eso te puede jugar para bien o para mal. Una vez estaba en una audición y antes de cantar, me dijeron: «¡Con ese apellido, seguro que tenés que hacerlo bien!». Pero en términos generales es algo positivo”, dice. Actualmente, en el Cervantes puede verse a Francisco en Yepeto, en la que comparte el escenario con Manuel Callau. “Cuando era chico la veía a Sofi actuar y me di cuenta de que quería hacer eso. Además, siempre fui muy revoltoso y mis papás sabían que en clase de teatro obedecía. Les agradezco esa paciencia y esa disciplina que me inculcaron.” Manuela vive con amor y emoción el trabajo de sus hermanos y padres, se perfila por ese camino y

Un estilo versátil y popular Musicales, comedias, suspenso, drama, adaptaciones con su sello propio, o clásicos. Manuel González Gil es infatigable. Fue el realizador de ese éxito que fue Hoy: El diario de Adán y Eva, con el que Miguel Angel Solá y Blanca Oteyza recorrieron España durante casi una década y de Los mosqueteros del rey y Los lobos, que reunió a Darío Grandinetti, Juan Leyrado, Solá, Jorge Marrale y Hugo Arana. En la última temporada presentó sus espectáculos en Buenos Aires (El diluvio que viene), en Mar del Plata (Extraños en un tren –que actualmente está en cartel en el

Picadilly porteño– y 39 escalones –ahora en gira–) y Villa Carlos Paz (Cuando Harry conoció a Sally). Ahora prepara la versión local de un clásico del teatro inglés reciente, La dama de negro (que fue llevada al cine con el protagónico de Daniel Radcliffe). “Me gusta trabajar con géneros dispares. No sé cuál es mi estilo. Pero sí sé que el teatro no puede aburrir. Creo que debe ser un hecho totalmente popular, que tiene que servir para plantear cosas y que el espectador constantemente se tiene que ver modificado con lo que pasa en el escenario. Si no, no sirve de nada”, reflexiona.

también estudia teatro en la escuela de Julio Chávez. “Sé que soy chica, y estoy estudiando, pero agradezco poder entender de qué se trata todo esto. Mis papás estaban de viaje cuando Pancho estrenó Yepeto y fuimos con Sofi a verlo. Me dolía la panza, nos agarrábamos las manos tan fuerte que hasta nos clavamos las uñas”, cuenta la menor de la familia. También tuvieron el placer de poder trabajar juntos en varias oportunidades. Por ejemplo, Manuel dirigió a Sofía y a Francisco en Un amor de tango, y Ana estuvo a cargo de Robinson Crusoe... el mar, donde actuaba Manuel, su hijo. “Me hizo más caso en junto a Manuela, la ficción, que en la realidad Francisco, Sofía y –ríe y es aplaudida por su Ana, en la casa fafamilia–. Ahí tenía más miliar de Villa autoridad, aunque de todos Crespo modos, en el teatro, y gracias a trabajar en familia, se crea cierta igualdad al poder trabajar juntos en algo. Hasta la diferencia de edad pareciera desvanecerse.” Los González Gil se reconocen “fans el uno del otro”. Manuel y Ana admiten que han asistido a casi todas las funciones en las que participaron sus hijos (“pagando la entrada, no sólo como invitados el día del estreno”). “Para nosotros el teatro es sagrado. No es parte de nosotros. Es nuestra familia”, dice Manuel.

PARA AGENDAR Extraños en un tren: dirigida por Manuel González Gil, con Gabriel Goity y Pompeyo Audivert. Teatro: Picadilly, Corrientes 1524. De miércoles a domingos. MARTIN FELIPE/AFV

TEATRO

((((( BUENA

ZARZUELA

“El antídoto contra la baja calidad”

La Corte del Faraón Una puesta sencilla pero atractiva, con un numeroso aunque ecléctico elenco

Darío Lopérfido analiza las tendencias mundiales y dice que el teatro escapa a la decadencia

LIBRO: GUILLERMO PERRIN Y MIGUEL DE PALACIOS L MUSICA: VICENTE LLEO L VERSION: CLAUDIO GALLARDOU L INTERPRETES: JULIAN PUCHETA, RICARDO BANGUESES, MIRTA ARRUA LICHI, FLORENCIA BENITEZ, FEDERICO MOORE, SANTIAGO SIRUR, ANA FONTAN, ALEJANDRO PAKER, LUCAS ARBUES, PENELOPE BAHL, MAIA BARRIO, VICTORIA CONDOMI ALCORTA, JAVIER CORTESE, GISELLE DUFOUR, BRUNO LAZZARO, BRIAN MANCINI, CLEMENTINA MARTI, ALFREDO MARTINEZ, ESTEFANIA MILNE, CARLOS PEREZ BANEGA, MARIA INES PORTELA, LUCIA PUJADAS, EMILIANO RODRIGUEZ, KARINA SAEZ, MARTIN SELLE, PABLO VANELLA, RODRIGO VILLANI Y GEORGINA ZAGLUL L HOY LA ACTUACION ESPECIAL DE: L

MARIANO CHIESA L COREOGRAFIA: DARIO PETRUZIO L ESCENOGRAFIA Y VESTUARIO: HERNAN SALEM L DIRECCION CORAL: GABRIEL GIANGRANTE L PRODUCCION: MARTIN ACIDIACONO L DIRECCION GENERAL: FACUNDO ABRAHAM L SALA: EL CUBO, ZELAYA 3053 L FUNCIONES: LUNES, A LAS 20.30 L DURACION: 100 MINUTOS.

Para regocijo de los fanáticos del género, una vez más se puede ver La Corte del Faraón en un escenario de Buenos Aires. Esta puesta de la popular opereta bíblica, cuyo libro original pertenece a Guillermo Perrín y Miguel de Palacios, se basa en la adaptación libre de la obra homónima realizada por Claudio Gallardou. Vale recordar que el actor y director montó su versión en 2004 con un elenco integrado, entre otros, por Horacio Fontova, Sandra Guida y Roxana Fontán. Esta vez, la obra, cuya música original es de Vicente Lleó, se ofrece en una suerte de “versión libre para el bolsillo”, tal como reza el programa de mano. Esta definición habla de las limitaciones de producción con las que cuenta la puesta, pero que no invalidan sus méritos. Estrenada en Madrid, en 1910, se la considera una zarzuela sicalípti-

ca. La picardía de sus parlamentos y las connotaciones sexuales de la historia fueron los argumentos que se esgrimieron para prohibirla en la época del franquismo. Todo comienza con la llegada del general Putifar, héroe de gran valor que será premiado con la hermosa Lota. La boda con la doncella, que debería alegrar al militar, lo sume en una serie de complicaciones, dado que en la batalla ha perdido su miembro viril. A su vez, dos edecanes compran como regalo de casamiento al Casto José (inspirado en la figura bíblica), quien deberá luchar para no perder su condición ante el deseo erótico de las mujeres. La Corte del Faraón es una revista lírica atípica, en tanto su trama no se desarrolla en un espacio tradicional español, sino en Egipto, y no toma elementos históricos ibéricos. La puesta, que

Santiago Sirur y Ana Fontán, hacen el pegadizo “Ay, Ba...” no cuenta con un gran despliegue escénico ni una orquesta que respalde los pasajes musicales que conforman el corazón de la obra, se ampara en un buen diseño de luces y vestuario. Y, sobre todo, en la capacidad interpretativa de su numeroso elenco integrado por 26 actores y cantantes, del que se destacan Mirta Arrúa Lichi (Reina), Santiago Sirur (Casto José), Julián Pucheta (Presentador), Ana Fontán (Sul) y Florencia Benítez (Lota). En una participación especial, se luce Alejandro Paker (Joshué). El director Facundo Abraham se arriesgó al montar una obra que requiere de una infraestructura de producción mayor. Sin embargo, sale airoso al dotar a esta versión de toda la frescura que exige el material. El pianista Matías Chapiro se pone sobre sus espaldas toda la responsabilidad musical y lo hace

con solvencia. Su solitario piano acompaña gratamente cada una de las escenas. Las coreografías del muy experimentado Darío Petruzio son correctas, aunque algunas escenas se ven poco estilizadas. Entre tanto, la dirección coral de Gabriel Giangrante permite el lucimiento de un elenco en el que no todos cuentan con las mismas herramientas vocales. En este sentido, sobresalen la voz y la gracia de Mirta Arrúa Lichi. Ana Fontán, por su parte, hace tararear a la platea con “Ay, Ba”, la famosa canción con aire de cuplé que identifica a la obra. A pesar de ciertas falencias interpretativas, la propuesta permite pasar un momento agradable al espectador que busca reencontrarse con el humor pícaro de esta pieza popular del repertorio español.

Pablo Mascareño

TEATRO s SE PRESENTAN 33 OBRAS DE TODO EL PAIS

Arrancó la Fiesta Nacional Tiene lugar en La Rioja, hasta el próximo domingo El viernes pasado comenzó la XXVII Fiesta Nacional del Teatro, en la ciudad de La Rioja. El encuentro, organizado por el Instituto Nacional del Teatro, juntamente con el gobierno provincial de La Rioja, se extenderá hasta el domingo 17 de junio y tendrá subsedes en otras localidades de esa provincia: Rosario Vera Peñaloza, Sanagasta, Ortiz de Ocampo y Castro Barros. A lo largo de los diez días, se presentan 33 espectáculos de distintas regiones del país, tanto en espacios oficiales como en independientes. Además, la Fiesta cuenta con la presencia de autores y directores nacionales de relevancia como Marcelo Bertuccio, Rafael Bruza, Alejandro Tantanián, Roberto Perinellli, José María Muscari, Ernesto Suárez, Javier Daulte, Bernardo Cappa, Julio Chávez y William Prociuk, entre otros. El viernes se realizó la apertura, que estuvo a cargo del grupo de teatro, danza y percusión Choque

Urbano. En el cierre del próximo domingo se presentará Apátrida, 200 años y unos meses, de Rafael Spregelburd, una de las tres obras seleccionadas en representación de la Ciudad de Buenos Aires, que aborda los conflictos de dos pintores argentinos que debaten en torno a la relación entre el arte y la patria. A las 33 propuestas teatrales, se suman también una serie de talleres y conferencias. Raúl Saggini, de Rosario, presentará Hay que seguir andando nomás... un espectáculo concebido como la muestra final de su taller de teatro comunitario. Por otro lado, Ernesto Suárez coordinará un taller de actuación de tres días orientado a la improvisación. El director y actor mendocino, además, recibirá el Premio Nacional a la Trayectoria. José María Muscari estará a cargo de un taller de puesta en escena y dirección, y César Brie, prove-

TEATRO s LA ESCENA MUNDIAL

niente del Teatro de los Andes, de Bolivia, dará también un taller de dirección. El domingo que viene, día del cierre, habrá una entrevista pública a Rafael Spregelburd, llevada a cabo por el periodista Pano Navazo. Gustavo Entre las más de Durante la Fiesta, podrá Bendersky hace treinta obras, hay una gran verse también una muesAfuera!, que reprevariedad de propuestas: tra de 82 escenografías y senta a Entre Ríos, textos de Saulo Benavente; desde espectáculos de inspirada en una exposición fotográfica danza contemporánea Don Segundo de Sebastián Celán, y tres hasta puestas de obras Sombra intervenciones artísticas: de autor, como el clásico Flash Mob, a cargo del coreógrafo La mujer calva, de Eugéne Martín Brizuela; una presentación Ionesco, a cargo del Banfield Teatro del Coro Estudio Coral, dirigido Ensamble, y creaciones colectivas por Jorge Salica, e intervenciones como Migajas de Pan, del colectivo urbanas, a cargo de María Soledad santiagueño Grupo Ser. Carrizo y Ezequiel Iturrieta, dos artistas plásticos. Carolina Amoroso

Este año está más tranquilo que el anterior. En 11 meses, un tiempo récord, Darío Lopérfido debió programar y organizar la última edición del mayor evento teatral del país, el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), cuando asumió como director artístico, tras la renuncia de Rubén Szuchmacher. Además de haber dirigido el Centro Cultural Rojas en los 90, fue secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, y luego de la Nación, durante las respectivas gestiones de Fernando de la Rúa. Hoy recorre el mundo viendo las últimas tendencias teatrales y está atento a las nuevas corrientes de los escenarios. –¿Cómo percibís que se encuentra el teatro en el mundo en comparación con otras artes? –En un momento donde se percibe, en un mundo mediatizado e hipercomunicado, cierta pérdida de calidad en determinadas manifestaciones, como ocurre con el cine o la TV, pareciera que el teatro se convirtió en un antídoto contra la baja calidad y la pérdida de intencionalidad artística. Sigue siendo el único espacio donde prima la discusión, y el teatro se mantiene lejos o protegido de las exigencias brutales del mercado. –¿Alguna tendencia clara? –El teatro político va a seguir existiendo siempre. Es cierto que ya no puede influir como lo hacía, por ejemplo, en épocas de Brecht, donde no había TV y era masivo. Pero que se realicen obras, aunque sea para 70 espectadores, permite seguir trabajando desde la reflexión, sobre las tendencias estéticas, sobre el hecho teatral, y en torno al discurso social y político [no de panfleto]. Esto sólo es posible en una actividad sofisticada, como es el teatro, que se puede correr de la decadencia del mundo. –Y además del teatro político, ¿cuáles son las tendencias estéticas? –Hay cada vez más áreas que se cruzan. Hace poco vi Choeurs, de Alain Platel, en el Teatro Real de Madrid, protagonizado por sus bailarines y los miembros del coro, con arias de Wagner y Verdi. Me interesa cuando se cruzan disciplinas, estéticas y públicos (como ocurrió con Eraritjaritjaka, de Heiner Goebbels, o con el Hamlet, de Thomas Ostermeier, en el último FIBA. También me pareció muy interesante Vida y muerte, de Marina Abramovic, protagonizado por esta performer, dirigida por Bob Wilson, y con la música de Antony, de Antony and the Johnsons. –¿Qué lugar o región se destaca por su innovación? –Polonia vive un presente muy

rico, con propuestas como la de Marcin Lieber. Es interesante el trabajo del matrimonio de Monika Strzepka, directora, y Pawel Demirski, dramaturgo, que hacen teatro político e histórico. También se destacan Jan Klata, quien estuvo en el último FIBA. Y debo mencionar a Krzysztof Warlikowski, que está haciendo Un tranvía llamado Deseo, con Isabelle Hupert. Además, en Australia hay un movimiento importante, con compañías como Belvoir y Bell Shakespeare, o el grupo de danza integrado por aborígenes, Bengarra. Y también el teatro latinoamericano, con la compañía mexicana Lagartijas Tiradas al Sol, y con el trabajo de directores chilenos, como Guillermo Calderón [presentó aquí Villa y discurso, y pronto estrenará Bebel, en la Dusseldorfer Schauspielhaus] y Manuela Infante [Teatro Cinema].

Vida y muerte, de Abramovic –¿Qué lugar ocupa el teatro argentino en el exterior? –Hay un pelotón, o una generación dorada y fabulosa, que abrió camino: Javier Daulte, Rafael Spregelburd, Alejandro Tantanian y Daniel Veronese. Ellos son gente importante en el mundo y es lo mejor que le ha pasado al teatro argentino en mucho tiempo. Lo interesante es que se han ido incorporando las generaciones siguientes, como la de Claudio Tolcachir, quien siempre tiene alguna de sus obras de gira; Romina Paula, Heidi Steinhardt o Ciro Zorzoli, quien con Estado de ira logró penetrar en el mercado norteamericano. También lograron un lugar en el exterior Mayra Bonard, Juan Pablo Gómez, Fernando Rubio y Lola Arias, quien estrenó en Chile una versión con elenco local de Mi vida después.

Laura Ventura